jueves, 25 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 4 de 4)



Soluciones Propuestas a la “Sanidad de las Hojas”

Al igual que las referencias a las naciones en la Tierra Nueva, el comentario en Apocalipsis 22:2 acerca de las naciones siendo sanadas por las hojas del Árbol de la Vida generalmente se pasa por alto en los comentarios o se espiritualiza en un sinsentido.

Como un ejemplo de espiritualización, considere esta explicación de Robert Hawker (1753-1827):26

Mirad a Jesús como el Árbol de la Vida…Él da doce frutos, es decir, toda variedad: Tiene perdón, misericordia, paz, gracia, amor, fortaleza, consuelo, liberación en tentaciones, recuperaciones en deslices, ayuda en momentos de necesidad, preparación para las ordenanzas, y bendiciones en el uso de ellas.

Afortunadamente, la mayoría de los comentaristas son más sensatos. La vasta mayoría toma la posición de que la palabra, “sanidad”, debería traducirse como “salud” o “servicio”. Señalan que Apocalipsis 21:4 proclama que, cuando el Estado Eterno comience, la muerte será abolida y ya no habrá más duelo, llanto o dolor. Por lo tanto, la “sanidad” provista por las hojas del Árbol de la Vida debe referirse al mantenimiento de una salud perfecta y no a la sanidad de la enfermedad. 


Aquí hay algunas muestras representativas de esta explicación:
  • Clarence Larkin: “Las hojas de los árboles son para la Sanidad de las Naciones que ocuparán la Tierra Nueva. No es que haya ninguna enfermedad, sino para preservarlas en salud, como Adán habría sido preservado en salud si hubiera comido del Árbol de la Vida en el Jardín del Edén”.27
  • David Hocking: “Significa que el Árbol de la Vida es la clave para la salud perpetua de todas las personas que se encuentran en el Estado Eterno. Es difícil concebir la necesidad de curación en el Estado Eterno, cuando todo el dolor y la muerte han sido removidos para siempre”.28
  • John MacArthur: “Quizás una mejor manera de traducirlo sería “dador de vida” o “dador de salud”, ya que la palabra griega para “sanidad” también puede significar ‘terapéutico’. Las hojas del Árbol de la Vida pueden compararse a vitaminas sobrenaturales, ya que las vitaminas no se toman para tratar enfermedades, sino para promover la salud general”.29

Conclusiones

Entonces, ¿dónde estamos? ¿Qué podemos concluir con certeza? No mucho. Principalmente tenemos que especular y abstenernos del dogmatismo.

Lo único que siento que puedo personalmente con certeza es que, en el Estado Eterno, habrá naciones viviendo en la Tierra Nueva fuera de la Nueva Jerusalén.

La identidad de las naciones sólo se puede adivinar. Mi mejor conjetura es que serán los sobrevivientes creyentes de la Tribulación, que entrarán al Milenio en la carne, así como sus descendientes nacidos durante el Milenio, que aceptarán a Jesús como su Señor y Salvador. Todas estas personas vivirán hasta el final del Milenio en cuerpos naturales. Nunca se nos dice que estas personas recibirán cuerpos glorificados como los que recibirán los creyentes resucitados.

Independientemente de su identidad, creo que las naciones en la Tierra Nueva estarán en cuerpos que son capaces de reproducirse, porque la Biblia dice que nunca un habrá un final para el crecimiento y la expansión del reino eterno de Jesús (Isaías 9:6-7).

También se nos dice que aquellos de nosotros que recibamos cuerpos glorificados y cuya residencia será la Nueva Jerusalén reinaremos como sacerdotes y reyes con Jesús para siempre (Apocalipsis 5:9-10). Para hacerlo, se requiere una población a la que ministrar y reinar. 


El principal problema que me queda es si las naciones de la Tierra Nueva serán capaces de pecar. La mayoría de los comentaristas creen que no lo harán, y tienen buenas razones para creer esto. De nuevo, la Biblia dice que “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23), y las Escrituras también nos dicen que, en el Estado Eterno, la muerte será abolida (1 Corintios 15:25-26; Apocalipsis 21:4). 

Pero la prohibición de que los pecadores entren a la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:27) parece indicar que las personas que componen las naciones serán capaces de cometer pecados. Y si no lo son, ¿por qué necesitarían sacerdotes y reyes? Esto es un misterio para mí, para el que no tengo respuesta.


Considere también que Dios nunca ha creado robots. Incluso los ángeles son capaces de pecar, y muchos lo hicieron cuando se unieron a la rebelión de Satanás. Todos los seres creados de Dios tienen libre albedrío. ¿Se eliminado esto de aquellos que estén en cuerpos naturales que habitarán la Tierra Nueva?

Desearía poder darle las respuestas a estas preguntas, pero no puedo. Para mí, las respuestas son un misterio.

Pero, lo que no es un misterio es que Dios ha prometido que, en el Estado Eterno, los redimidos van a ser bendecidos más allá de lo imaginable: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).

Debido a promesas como ésta, anhelo con todo mi corazón ese día en que Jesús aparecerá en los cielos y nos llamará a casa para estar con Él.

¡Maranata!


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 
Lea la parte 3 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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Revista Llamada de Medianoche – Junio 2020

Reposo en Tiempos Turbulentos

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Temas incluidos en esta edición:

»» Israel y la Corte Penal Internacional
»» Revista Time: innovaciones israelíes entre las 100 mejores
»» Israel: un pueblo muy especial
»» Habacuc: la respuesta de Dios a nuestras preguntas
»» La venida de Jesús y el secreto de Juan

Entre otros.

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martes, 23 de junio de 2020

Video: ¿Estás Aguardando la Esperanza Bienaventurada?


Dado que el Arrebatamiento es un evento inminente (que puede suceder en cualquier momento), los cristianos debemos estar aguardando su cumplimiento cada día.

Sermón impartido el sábado 20 de marzo en el Auditorio de Radio Ondas de Luz. 

viernes, 19 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 3 de 4)



Explicaciones Inusuales

Dos expositores bíblicos muy reconocidos presentan explicaciones altamente imaginativas y desafiantes de las naciones en la Tierra Nueva. Ellos son J. Vernon McGee (1904-1988) y David L. Cooper (1886-1965).

McGee enseñaba que la Nueva Jerusalén nunca vendría a la tierra. En cambio, pensaba que se convertiría en un nuevo planeta, con la tierra actual convirtiéndose en un satélite orbitando alrededor de la ciudad. Creía que Israel y las naciones gentiles ocuparían la tierra en órbita y tendrían acceso a la Nueva Jerusalén. Sólo los santos de la Era de la Iglesia vivirían en la Nueva Jerusalén.15

Cooper creía que la Tierra Nueva sería mucho más grande que la actual, para mantener a la gigantesca Nueva Jerusalén en proporción. También creía que las naciones en la Tierra Nueva estarían compuestas de “una nueva raza de personas que serán creadas” y que serán inmunes al pecado, viviendo “en perfecta armonía con la voluntad de Dios por toda la eternidad”. Es a esta “nueva raza de personas” sobre la que los santos de la Era de la Iglesia gobernarán para siempre.16

Un tercer conocido experto en profecía bíblica, George Eldon Ladd (1911-1982), es la única persona que pude encontrar que tomó la posición de que las naciones de la Tierra Nueva estarían compuestas por personas no salvas. Él escribió: “Tomado literalmente, este versículo sugiere que, en la tierra nueva, habrá dos compañías de personas: los redimidos que habitan la nueva Jerusalén, y las naciones no regeneradas de la tierra, que viven fuera de la ciudad pero que son influenciadas por su presencia, caminando a su luz y llevando su gloria a la ciudad”.17 Pero continúa diciendo: “Sin embargo, es igualmente posible que Juan esté usando un lenguaje humano convencional para describir la universalidad del conocimiento de Dios en el orden eterno”18 —  ¡lo que sea que esas galimatías signifiquen!

Comentaristas Profundos

La discusión más detallada de las naciones en la Tierra Nueva, que he podido encontrar en un comentario publicado, es la de Robert L. Thomas, quien es profesor de lengua y literatura del Nuevo Testamento en The Master’s Seminary, en California. También sirvió en el consejo editorial de la New American Standard Bible, y en 1990 sirvió como el Presidente de la Sociedad Teológica Evangélica. 

En su muy detallado comentario de dos volúmenes sobre Apocalipsis, considera nueve interpretaciones diferentes de las naciones en la Tierra Nueva.20 Descarta las nueve por varias razones y luego presenta su teoría:

…las “naciones” están compuestas por personas salvas que sobreviven el reino milenial sin morir y sin unirse a la rebelión de Satanás, y que experimentan alguna clase de transformación que los adapta para la vida en el Estado Eterno. Serán como Adán y Eva en el Jardín del Edén antes de la Caída. Serán seres humanos no resucitados que habitarán la tierra nueva…Éstos serán sobre quienes los santos resucitados de Dios reinarán. Las naciones, los pueblos, y los hombres en la tierra deben continuar en la carne como lo hicieron Adán y Eva antes de la Caída.

Esta explicación me deja con ganas de más información. Por ejemplo, ¿qué significa “algún tipo de transformación que los adapta para la vida en el estado eterno”? Y, ¿por qué “las naciones, los pueblos y los hombres en la tierra” deben continuar en la carne?

La concepción de un artista desconocido del Árbol de la Vida

Hay dos artículos muy detallados sobre las generaciones perpetuas que se pueden encontrar en Internet:
  • Darrel Mitchell: “El Plan de Dios: los habitantes eternos”.21
  • F. M. Riley: “Mil Generaciones”.22

Ambos autores están de acuerdo en que habrá naciones de personas en la Tierra Nueva que existirán en cuerpos naturales. También están de acuerdo en que estos pueblos estarán compuestos por santos no resucitados que provienen de dos grupos:
  • Aquellos salvados durante la Tribulación que viven hasta el final de la Tribulación y se les permite entrar al Milenio en la carne.
  • Aquellos nacidos durante el Milenio, que aceptan a Jesús como su Señor y Salvador.

Las Escrituras indican que ambos grupos tendrán su esperanza de vida extendida a “los días de los árboles” (Isaías 65:20-22), lo que significa que vivirán hasta el final del Milenio, momento en el que estos escritores asumen que serán transferidos a la Nueva Jerusalén en sus cuerpos naturales.

Ambos escritores afirman que “la tierra fue creada para ser habitada por seres ‘naturales’ a los que se les prometió la tierra como una “herencia eterna” (Éxodo 32:13; Salmos 37:29; Mateo 5:5).23 También señalan de que Dios originalmente creó al hombre para vivir para siempre en su cuerpo natural, y que aquellos que existan en la Tierra Nueva en tales cuerpos cumplirán el propósito original de Dios de rellenar la tierra con personas naturales (Génesis 1:27-31; 9:7).24 Ambos autores también están de acuerdo en que la naturaleza pecaminosa será removida de estos habitantes de la Tierra Nueva, lo que los restaurará al “estado de pureza e inocencia en el que Adán y Eva estaban cuando Dios los creó”.25


Ambos autores reconocen que una objeción a su concepto es la declaración del apóstol Pablo: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50). Su contraargumento es que estas naciones en la Tierra Nueva son súbditos del reino del Señor y no herederos. Sólo los santos resucitados en cuerpos glorificados son coherederos con Cristo en Su reino eterno (Romanos 8:17).

En el cuarto y último segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, les daré mi conclusión.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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jueves, 18 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 2 de 4)

Aplicado al Milenio

Muchos comentaristas a lo largo de los años, que han prestado atención al misterio de las naciones en la Tierra Nueva, han tratado de resolverlo argumentando que los versículos son una retrospectiva al Milenio, cuando sabemos con certeza que las personas en cuerpos naturales y pecaminosos estarán viviendo en la tierra — siendo éstos los sobrevivientes de la Tribulación y los hijos que les nacieron durante el Milenio.

Un buen ejemplo de este punto de vista se puede encontrar en el comentario de G. R. Beasley-Murray (1916-2000): “El simbolismo es más adecuado para el orden de vida en el reino de Cristo que en la nueva creación”.4

Pero, simplemente no hay una base textual para asignar estos versículos al Milenio. Están ubicados en medio de la descripción de la Tierra Nueva y la Nueva Jerusalén.

Además, la Nueva Jerusalén no desciende a la tierra hasta después del Milenio, cuando la tierra actual ha sido consumida por el fuego y remoldeada en la Tierra Nueva.

Naciones Salvas de Santos Glorificados

Una segunda solución para el misterio se basa en manuscritos defectuosos de Apocalipsis 21:24. Ésta es la salida fácil del misterio para la mayoría de los autores que siquiera se molestan en prestarle atención.

La versión King James dice: “…y las naciones que hayan sido salvas…”. Basándose en esta lectura, muchos comentaristas simplemente concluyen que los redimidos podrán vivir dentro de la Nueva Jerusalén o en la Tierra Nueva fuera de la ciudad, o en ambos lugares. Algunos de los autores que toman esta posición incluyen a Adam Clarke, Albert Barnes, Daymond Duck, John Walvoord, Salem Kirban, Tim LaHaye, Herschel Hobbs y Mark Hitchcock.


El problema es que la frase, “que hayan sido salvas”, no se encuentra en ninguno de los manuscritos más antiguos. Aparentemente fue añadida por algún escriba a lo largo del camino que estaba tratando de resolver el misterio. Esta frase ha sido eliminada de casi todas las versiones modernas (NIV, NASB, RSV y ESV). La Versión New King James mantiene la frase, pero proporciona una nota al pie que explica que ésta no se encuentra en los manuscritos más antiguos.

Entonces, basado en este error del manuscrito, no se puede concluir decisivamente que las naciones a las que se hace referencia estando fuera de la Nueva Jerusalén en la Tierra Nueva son formadas por santos glorificados. Y esta “solución” no resuelve el segundo problema de por qué las naciones necesitan sanidad.

Otras Personas Redimidas

Una tercera solución al misterio es la idea de que aquellos salvados durante la Tribulación, que entraron al Milenio en la carne, y aquellos nacidos de estas personas durante el Milenio que aceptan a Jesús, serán transferidos a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales y vivirán fuera de la Nueva Jerusalén y repoblarán la Tierra Nueva.

Tomemos, por ejemplo, al famoso ilustrador de la Biblia, Clarence Larkin (1850-1924). Argumenta que antes de que la tierra sea consumida en fuego, Dios “quitará a los justos representantes de las naciones del Milenio que Él propone salvar, y cuando la tierra esté de nuevo en condiciones de ser la morada de los hombres, los colocará de nuevo en la Tierra Nueva, para que puedan aumentar, y multiplicar y rellenar, tal como se les dijo a Adán y a Noé de que multiplicaran y rellenaran la tierra actual (Génesis 1:27-28; 9:1).5 Él afirma, además, que cuando la siempre creciente población de la tierra se vuelva demasiado grande, el exceso se utilizará para poblar otros planetas”.6

Larkin concluye con esta observación:7

Dios no permitirá que Satanás bloquee Sus planes para poblar esta tierra con una Raza Humana sin Pecado. La muerte de Cristo no fue sólo para redimir a unos cuantos millones de la raza humana, sino para redimir la Tierra y la Raza misma de la maldición del pecado, y del dominio de Satanás.

Del mismo modo, Henry Morris (1918-2006), el renombrado científico creacionista, especula que las naciones de la Tierra Nueva podrían muy bien ser los salvados durante la Tribulación y el Milenio, que serán transferidos  a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales.8 Admite que esta interpretación está “cargada de dificultades”, pero señala que resuelve varios problemas. Después de todo, las Escrituras se refieren muchas veces a “generaciones perpetuas” (Génesis 9:12), y a “pactos eternos” (Génesis 9:12-16). Además, se nos dice en Isaías 9:7 que “lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin…desde ahora y para siempre”.


Morris admite que su propuesta es “altamente especulativa, pero parece algo razonable”.9 Luego, afirma que quizás “la exposición alternativa más probable” es que éstas son “naciones de los salvos” que son residentes de la Nueva Jerusalén, “pero a quienes también se les han dado fronteras naciones en la Tierra Nueva”.10

David Hocking está de acuerdo con la propuesta especulativa de Morris. Él escribe: “Probablemente, aquellos que salen del período de la Tribulación, aquellos descritos como ‘ovejas’ en Mateo 25:31-46, y aquellos nacidos durante el Milenio que no se rebelan contra el Mesías, son parte de las ‘naciones’ en la tierra en el estado eterno”.11

John MacArthur está de acuerdo: “Otra posible interpretación es que esta frase [naciones en la Tierra Nueva] se refiere a los creyentes vivos al final del Milenio. Según este punto de vista, la declaración…se refiere al traslado de esos creyentes antes de la destrucción del planeta actual”.12

Otros que están de acuerdo con esta idea incluyen a E. W. Bullinger, J. A. Seiss y Keith Krell. También es la posición de Hal Lindsey.

J. A. Seiss (1823-1904), escribió: “Yo…considero que es una parte necesaria e integral de la doctrina bíblica de la redención humana, que nuestra raza, como un orden de seres que se multiplican por sí mismos, nunca dejará de existir o de poseer la tierra…Las naciones rescatadas en la carne, por lo tanto, se encuentran entre los ocupantes de la tierra nueva, y los habitantes bendecidos y felices en ella, como Adán y Eva moraban en el Paraíso”.13

Keith Krell, pastor de la Iglesia Fourth Memorial en Spokane, Washington, y profesor asociado de exposición bíblica en el Instituto Bíblico Moddy en Spokane, explica su posición de la siguiente manera:14

Es claro por el contexto, que Juan está hablando acerca de un grupo de personas que tienen acceso a la Nueva Jerusalén, pero que no viven allí.

Sólo queda un grupo de personas en la tierra para ir a la eternidad en sus cuerpos físicos — creyentes que sirvieron a Cristo durante Su reino milenial. Entran en la eternidad en sus cuerpos físicos glorificados, no en cuerpos espirituales glorificados como nosotros [los santos de la Era de la Iglesia] tendremos, porque no experimentaron la muerte y la resurrección. Estas personas irán a la eternidad con cuerpos como los que Adán y Eva tenían en su creación, antes de que fueran hechos defectuosos por el pecado.

Esta explicación plantea otro misterio: “¿Qué es un “cuerpo físico glorificado”? Esto es algo que nunca se menciona en las Escrituras.

En el tercer segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, veremos algunas explicaciones inusuales al enigma de las naciones eternas.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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