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jueves, 1 de mayo de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 5 (Parte 3 de 3)

 Reinar con Jesús 

Por Dr. David R. Reagan

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Preguntas Sobre el Milenio

Fiel es esta palabra: Si morimos con él, también viviremos con él. Si perseveramos, también reinaremos con él (2 Timoteo 2:11-12).

1) ¿Por qué querría Jesús regresar a este mundo enfermo de pecado? Me parece que Él solo querría poner fin a la historia llevando a todos los creyentes al Cielo y luego destruyendo esta tierra.

Ésta es una pregunta que a menudo me lanzan los amilenialistas. Lo entiendo perfectamente porque es la primera pregunta que hice cuando me presentaron el concepto del Milenio, cuando tenía unos 30 años.

La razón básica es que Dios ha hecho promesas que tiene la intención de cumplir durante el Milenio, y Dios siempre cumple Sus promesas (Números 23:19):

Dios no es hombre para que mienta,
ni hijo de hombre para que se arrepienta. 
Él dijo, ¿y no lo hará?
Habló, ¿y no lo cumplirá?

Como ya he expuesto en detalle muchas de estas promesas, simplemente señalaré las categorías.

Promesas a los Judíos

La primera razón por la que debe haber un Milenio es que Dios ha hecho promesas a los judíos que Él cumplirá durante ese tiempo.

Dios ha prometido que reunirá en la tierra de Israel al remanente de judíos que acepten a Jesús como su Mesías al final de la Tribulación (Ez. 36:22-28 y Zac. 10:6-9). Él derramará Su Espíritu sobre este remanente (Is. 32:15 y 44:3), expandirá grandemente su número y su tierra (Ez. 36:10-11 y 48:1-29), y los convertirá en la nación principal en todo el mundo (Is. 60-62).

Promesas a la Iglesia

Una segunda razón para el Milenio se relaciona con una promesa que Dios ha hecho a la Iglesia. Dios ha prometido que los redimidos en Cristo reinarán sobre todas las naciones del mundo.

El apóstol Pablo declaró esta promesa en los términos más simples: “Si perseveramos, también reinaremos con Él” (2 Ti. 2:12). Jesús afirmó la promesa en Su carta a la iglesia en Tiatira cuando escribió (Ap. 2:26-27): 

26) Al que venza y guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones; 

27) él gobernará con una vara de hierro...”.

Promesas a las Naciones

Dios ha prometido que llegará un tiempo en que las naciones verán cumplido su sueño más grande— la paz mundial. Éste ha sido un sueño internacional desde el principio de los tiempos, pero ha demostrado ser imposible de alcanzar.

Se ha celebrado una conferencia de paz tras otra. Se han firmado múltiples tratados. Se han formado organizaciones mundiales. Sin embargo, la guerra continúa devastando a las naciones.

Dios ha prometido dar a la humanidad y a la tierra un descanso de sus guerras. Pero esa paz no llegará hasta que el Príncipe de Paz regrese. Sólo entonces las naciones “volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces”. Sólo entonces realizaremos el sueño de un mundo donde “no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Is. 2:4).

Promesas a la Creación

Dios también ha hecho promesas a Su Creación, que Él cumplirá durante el Milenio. Dios ha prometido quitar la maldición que puso sobre la Creación debido al pecado del Hombre. Él ha prometido liberar a la Creación de su esclavitud a la decadencia y restaurarla a su belleza, equilibrio y paz originales (Ro. 8:18-23).

Los animales carnívoros se volverán herbívoros (Is. 11:67). Los animales mortíferos dejarán de ser peligrosos (Is. 11:8-9). El reino vegetal florecerá y producirá abundantemente (Is. 35 y Ez. 34:25-31). La tierra de Israel se transformará tan radicalmente, que los visitantes proclamarán con asombro: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén” (Ez. 36:35).

Promesas a Jesús

La razón más importante para el Milenio es que Dios lo va a usar para cumplir las promesas que le ha hecho a Su Hijo. Dios le ha prometido a Jesús que será glorificado en la historia para compensar, en parte, Su humillación en la historia. La Biblia dice rotundamente que Jesús regresará para manifestar Su gloria (Is. 24:23; 66:18-19 y 2 Tes. 1:7-10).

Para cumplir estas promesas, Dios le va a dar a Jesús dominio sobre todo el mundo y Él reinará sobre las naciones desde el Monte Sion en Jerusalén (Dn. 7:13-14; Is. 2:2-4 y Zac. 14:1-9).

Debe tenerse en cuenta que Jesús es actualmente un “rey en espera”. Al igual que el rey David, que tuvo que esperar muchos años después de ser ungido antes de convertirse en rey de Israel, Jesús ha sido ungido Rey de reyes y Señor y señores, pero aún no ha comenzado a gobernar.

Actualmente está sirviendo como nuestro Sumo Sacerdote ante el trono de Dios (He. 8:1). Él está esperando el mandato de Su Padre de regresar y reclamar todos los reinos de este mundo (He. 2:5-9 y Ap. 19:11-16).

Una Razón Final

Hay otro propósito para el Milenio que debe tenerse en cuenta. Creo que Dios va a usar el Milenio para demostrarle a la humanidad de una vez por todas que la religión del humanismo de Satanás está totalmente en bancarrota

Todos los humanistas, independientemente de sus etiquetas políticas o teológicas, están de acuerdo en que la fuente del mal en el mundo es externa al hombre. Ven el mal como arraigado en la corrupción de la sociedad. Creen que la solución a todos los problemas del hombre se puede encontrar en una reforma social.

Pero la Biblia revela que no se puede cambiar la naturaleza básica de las personas cambiando su entorno. Mejorar su entorno simplemente los convierte en pecadores más sofisticados.

El punto de vista humanista es absolutamente contrario a la Escritura. La Palabra de Dios enseña que la fuente del mal está enraizada dentro de la naturaleza caída del hombre, y que es el hombre, y no la sociedad, el que necesita ser cambiado (Gn. 8:21; Jer. 17:9-10 y Mr. 7:20-23). La Palabra también enseña que la única manera en que este cambio puede tener lugar es a través de la obra del Espíritu Santo dentro de una persona que ha puesto su fe en Jesús.

Dios va a probar este punto usando el Milenio como un gran laboratorio experimental. Él va a colocar a la Humanidad en un ambiente perfecto de paz y prosperidad durante mil años. Satanás será atado. La justicia abundará.

Sin embargo, al final, cuando Satanás sea liberado, la mayoría de la gente se unirá a él cuando llame a las naciones a rebelarse contra Jesús (Ap. 20:7-10). El Milenio demostrará que lo que el hombre necesita no es una nueva sociedad, sino un nuevo corazón.

Por lo tanto, la historia terminará como comenzó. Al principio, había dos personas en un ambiente perfecto y se rebelaron contra Dios. Al final, toda la humanidad estará en una sociedad perfecta, y muchos de ellos se rebelarán.

2) ¿Por qué alguien se rebelaría contra Dios después de vivir en una sociedad perfecta durante 1,000 años?

Los sobrevivientes de la Tribulación que han aceptado a Jesús como Señor y Salvador entrarán en el Milenio en sus cuerpos físicos. Comenzarán a procrear, y sus hijos nacerán con una naturaleza pecaminosa. Los rebeldes vendrán de estos niños. No todos se rebelarán, porque muchos pondrán su fe en Jesús durante el Milenio.

Aquellos que rechazan a Jesús y viven hasta el fin del Milenio responderán con gusto a la rebelión de Satanás, porque han sido miserables viviendo en la carne bajo lo que la Biblia llama el “gobierno de la vara de hierro” de Jesús (Ap. 2:27, 12:5 y 19:15).

El reinado milenial de Jesús será una teocracia. Eso significa que Jesús será un gobernante absoluto. Él será nuestro sumo sacerdote, nuestro jefe ejecutivo y nuestro único legislador. Quienes estemos en cuerpos glorificados haremos cumplir Sus leyes.

Ahora, deténganse y piensen por un momento cómo sería vivir bajo tal gobierno en la carne. La naturaleza pecaminosa de la humanidad tendrá todos sus deseos carnales, pero esa naturaleza tendrá que ser reprimida debido al miedo a la “vara de hierro”. Aquellos que violen la ley serán arrestados, juzgados y sentenciados inmediatamente, y no habrá apelación ya que las decisiones de todos los jueces (que estarán en cuerpos glorificados con la mente de Cristo) serán perfectas.

Los rebeldes supremos alabarán a Jesús durante el Milenio con los dientes apretados. Vivirán buscando una oportunidad para rebelarse.

Tengan en cuenta que Jesús ya estuvo en esta tierra. Todo lo que hizo fue enseñar, sanar, alimentar y amar a las personas, y ellas lo asesinaron. Al final del Milenio, intentarán matarlo de nuevo. La afirmación de Jeremías de que no hay nada tan depravado como el corazón humano será probada como cierta (Jer. 17:9).

3) ¿Por qué los amileniales se oponen tanto a aceptar que las Escrituras acerca del Milenio significan lo dicen?

Se debe a lo que se llama la Teología del Reemplazo, que es enseñada por la mayoría de las iglesias cristianas hoy en día, incluyendo tanto la católica como la protestante.

Esta teología tan antibíblica enseña que, dado que los judíos mataron a Jesús, Dios se desentendió de ellos y los reemplazó con la Iglesia. Debido a esto, sus promesas del reino fueron transferidas a la Iglesia. Por lo tanto, el Milenio consiste en la presente Era de la Iglesia. Uno de los principales problemas con esto, por supuesto, es que a los judíos se les prometió un reino mundial con Jesús reinando sobre él en persona desde Jerusalén. La Iglesia no está reinando sobre todo el mundo hoy. Ni Jesús está aquí en persona.

Esta teología retorcida es refutada directamente en las Escrituras en Romanos 9-11. Por ejemplo, en Romanos 11:1, Pablo pregunta: “¿Acaso ha rechazado Dios a su pueblo?” Durante 2,000 años, la Iglesia ha respondido. “¡Sí!”. Pero Pablo responde a su propia pregunta diciendo: “¡De ningún modo!”.  Luego, añade, “Dios no ha rechazado a su pueblo, al cual conoció de antemano” (Ro. 11:2).

Además, tenemos que enfrentar el hecho de que los judíos por sí solos no fueron responsables de la muerte de Jesús. Los responsables son identificados en Hechos 4:27 como: “Herodes, Poncio Pilato, junto con los gentiles y el pueblo de Israel”. A esa lista debemos agregarnos tú y yo porque Jesús murió por los pecados de toda la humanidad (1 Juan 2):

1) Hijitos míos, estas cosas les escribo para que no pequen. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo. 

2) Él es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros sino también por los de todo el mundo.

Las promesas de Dios a los judíos siguen siendo válidas y se cumplirán para un remanente judío de creyentes en Jesús como su Mesías (Is. 10:20-21 y Ro. 9:27). Los creyentes gentiles participarán en el reinado de Jesús, pero será un reino judío.

4) ¿Es cierto que la participación en el Milenio por parte de los creyentes glorificados (tanto gentiles como judíos) estará relacionada con su servicio al Señor en esta vida?

Sí, esto es definitivamente cierto. Este principio es enseñado por Jesús en Lucas 19:11-27. Contó la historia de un hombre rico que se fue de viaje. Antes de irse, llamó a algunos de sus esclavos y confió a cada uno la misma cantidad de dinero, pidiéndoles que hicieran negocios con el dinero para obtener una ganancia. Cuando regresó, recompensó a cada esclavo que reinaba en su reino en proporción a las ganancias que habían obtenido. Así, una se colocó sobre diez ciudades y otra sobre cinco. A los que no habían obtenido ninguna ganancia se les negó toda autoridad reinante.

Durante esos gloriosos mil años, Jesús reinará como Rey de reyes desde Jerusalén (Ap. 19:16). David, en su cuerpo glorificado, reinará como rey de Israel (Ez. 34:23-24). Los creyentes en sus cuerpos glorificados serán esparcidos por toda la tierra para ayudar a administrar el gobierno mundial de Jesús (Dn. 7:18 y 27).

Algunos de nosotros serviremos en el poder ejecutivo: presidentes, reyes, primeros ministros, gobernadores y alcaldes. Otros se desempeñarán como agentes de la ley y jueces. La mayoría serán maestros. La cuestión es que cada persona en una posición de responsabilidad gobernante será una persona en un cuerpo glorificado sometido a la guía del Espíritu Santo (Dn. 7:18 y 27 y Ap. 2:26). No es de extrañar que la tierra esté llena de paz, rectitud y justicia.

Un papel que ninguno de nosotros cumplirá es el de legislador. No habrá abominaciones como la Legislatura de Texas o el Congreso de los Estados Unidos, porque todas las leyes serán dictadas por Jesús. Su reinado será uno teocrático en el que la Palabra de Dios servirá como la constitución y la ley (Sal. 2:9 y Ap. 2:27).

5) ¿No está Jesús reinando sobre Su Iglesia hoy desde el Cielo? Y, si es así, ¿por qué no se puede interpretar esto como el cumplimiento de las profecías acerca de Su reinado milenial?

El libro de Hebreos deja claro que el papel principal de Jesús en el Cielo hoy es el de servir como nuestro Sumo Sacerdote ante el trono de Dios (He. 4:14-16). Él vino a la tierra por primera vez como nuestro Salvador. Ahora está sirviendo como nuestro Sumo Sacerdote. Regresará a la tierra como Rey de reyes y Señor de señores.

Jesús es un Rey en espera. Aunque Su muerte en la Cruz le da derecho a ser el Rey del mundo, el libro de Hebreos declara que todas las cosas aún no están sujetas a Él (He. 2:8). Lo estarán cuando Él regrese a esta tierra (Ro. 16:20).

Como cabeza de la Iglesia, Jesús sirve como su defensor. De hecho, Jesús declaró que “las puertas del Hades no prevelecerán contra ella” (Mt. 16:18). Pero este papel no cumple las profecías de que un día Él reinará sobre toda la tierra, reinando desde el trono de David en Jerusalén (Lc. 1:32-33). Actualmente se sienta junto al Padre en Su trono en el Cielo (He. 1:3).

El punto de vista amilenial no resiste la prueba ni de las Escrituras ni de la realidad. ¿Cómo puede alguien creer verdaderamente que estamos viviendo actualmente en el Milenio?

  • La Biblia dice que Jesús regresará a la tierra y reinará personalmente desde Jerusalén durante el Milenio (Zac. 14:1-9). Esa no es una realidad hoy, ni lo ha sido nunca.
  • La Biblia dice que durante el Milenio, “la tierra estará llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (Is. 11:9). ¿Suena así como el mundo en el que vivimos?
  • La Biblia dice que durante el Milenio, Satanás será atado para que “ya no pueda engañar a las naciones” (Ap. 20:1-3). ¿Es ese nuestro mundo hoy? ¡No! Todas las naciones, incluyendo a los Estados Unidos, son engañadas.
  • La Biblia dice que el Milenio se caracterizará por la paz mundial sin guerra alguna (Is. 2:4 y Miq. 4:3). Sin embargo, dondequiera que miremos hoy vemos guerras en todo el mundo.
  • La Biblia dice que la rectitud y la justicia prevalecerán en todo el mundo durante el Milenio (Is. 11:4-5, 42:1-4). En contraste, actualmente vivimos en un mundo donde prevalecen la maldad y la injusticia.
  • La Biblia dice que el Milenio será un tiempo en el que el mundo entero manifestará santidad (Is. 4:2-4 y Ez. 28:25-26). Ese no es el mundo de hoy que se regodea en la inmoralidad y la blasfemia.
  • La Biblia dice que, cuando comience el Milenio, toda la naturaleza se reconciliará consigo misma y con la humanidad. Ya no habrá animales venenosos o carnívoros, y la agricultura en todo el mundo producirá abundantes cosechas (Is. 11:6-9; Joel 3:18; y Amós 9:13). Estas son profecías que aún no se han cumplido.
  • La Biblia dice seis veces en Apocalipsis 20 que el Milenio durará 1,000 años. Nunca hemos experimentado un período de mil años en la historia con las características enumeradas anteriormente para el Milenio. Tampoco hay ninguna razón lógica para espiritualizar los mil años como un período de tiempo indefinido.

En resumen, se necesita mucha espiritualización de las Escrituras para llegar al punto de vista amilenial.

El Tema de Prolíficas Profecías

“A lo largo de todo el Antiguo Testamento, y especialmente en los Profetas, este Reino, este reinado de mil años de Cristo en la tierra, se presenta ante nosotros. De hecho, hay más Escrituras — esto puede sorprenderte — sobre este tema que sobre cualquier otro tema en la Biblia. Los profetas tenían más que decir acerca de este Reino venidero que cualquier otra cosa. Era su tema principal. Suenan como un disco rayado, diciendo una y otra vez que el Rey viene, el Reino viene y que habrá grandes bendiciones sobre esta tierra” — J. Vernon McGee, “The Millennium”, Blue Letter Bible (www. blueletterbible.org).


Lea la parte 1 aquí 
Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 27 de julio de 2022

Libro: ¿Cuál es la Diferencia Entre un Milenio y un Milpiés? – Capítulo 3 (Parte 2 de 2)

El Amilenialismo
El punto de vista irrealista 

Por Dr. David R. Reagan

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Una Visión Liberal

Para resumir, el punto de vista amilenial se basa en un enfoque espiritualizador de las Escrituras, que sostiene que la Biblia no significa lo que dice.

Ésta es una visión consistente para los liberales teológicos, que también espiritualizan la creación, los milagros, el nacimiento virginal y la resurrección de Jesús. Pero lo que es asombroso es el número de evangélicos que respaldan el punto de vista amilenial. En efecto, toman la posición de que la Biblia siempre significa lo que dice, ¡a menos que esté hablando de la Segunda Venida de Jesús!

La Iglesia y el Reino

Una última observación. No hay duda de que la Iglesia es la manifestación actual del reino de Dios en el mundo de hoy. Pero decir que el reino es la Iglesia no es lo mismo que decir que el reino es sólo la Iglesia, como sostienen los amilenialistas.

Las Escrituras enseñan claramente que la Iglesia es el reino actual de Dios. Pero no enseñan que el reino es sólo la Iglesia. Considere estas referencias al reino en las Escrituras:

  1. El reino se identifica con la creación misma, porque Dios es soberano sobre la creación. Véase Salmos 93:1-2 y 1 Crónicas 29:11.
  2. El reino se expresa en la nación de Israel. Véase Éxodo 19:6 y 1 Samuel 8:7.
  3. El reino se equipara con la Iglesia. Véase Colosenses 1:13 y Apocalipsis 1:9.
  4. El reino es visto como algo más que la Iglesia, aún por venir en el futuro. Véase Mateo 8:11, Lucas 22:28-30, Hechos 14:22, 1 Corintios 6:9 y 2 Pedro 1:11.
  5. El reino es aún futuro, para tomar la forma de un reino judío aquí en la tierra en el que Jesús reinará en gloria durante mil años a través del pueblo judío, con la ayuda de sus santos de la Era de la Iglesia. Véase Daniel 7:18,27, 2 Timoteo 2:12, Apocalipsis 3:21 y Apocalipsis 20:6.
  6. El reino es aún futuro, para tomar finalmente la forma de un reino eterno de Dios sobre los redimidos sobre una Tierra Nueva. Véase 1 Corintios 15:24-28 y Apocalipsis 21:1-4.

El Concepto de Unidad del Reino

Creo que estas escrituras enseñan que Dios siempre ha tenido un reino sobre esta tierra, pero se ha manifestado de diferentes maneras. El reino se expresó originalmente en la creación misma, en su perfecta obediencia a la voluntad de Dios. Con la corrupción de la creación por el pecado del hombre, el reino se expresó en la vida de los patriarcas que, como Job, Enoc, Noé y Abraham, respondieron obedientemente en la fe a la voluntad de Dios. El reino se enfocó de una manera más tangible después del llamado de Abraham y el surgimiento de la nación de Israel.

Desde Pentecostés, el reino se ha expresado en la institución de la Iglesia. Pero la Biblia promete diferentes expresiones del reino en el futuro: primero, en la forma de un reino judío, cuando Jesús reinará durante mil años sobre esta tierra; y segundo, en la forma de un gobierno eterno de Dios sobre una Tierra Nueva.

Observe que la progresión aquí es circular y expansiva. Es circular en el sentido de que comienza y termina con el reino de Dios sobre una creación que está en perfecta sumisión. Es expansiva en el sentido de que, después de la Caída, se expande constantemente en alcance, desde unos pocos Patriarcas y sus familias, a la nación de Israel, a la Iglesia y, finalmente, a todas las naciones del mundo.

El reino es, pues, pasado, presente y futuro. Actualmente se expresa en la Iglesia, pero es como una rosa en capullo, aún por florecer en todo su esplendor. El reino siempre ha estado viniendo, y continuará viniendo hasta que la voluntad de Dios se haga perfectamente en la tierra como en el Cielo.

Incluso durante el reinado milenario de Jesús, el reino estará viniendo, porque la Biblia enseña que la rebelión estará al acecho en los corazones de los hombres (Isaías 65:20 y Apocalipsis 20:7-9).

La consumación del reino no vendrá hasta que todos los enemigos de Dios hayan sido subyugados. Eso ocurrirá al final del reinado milenial de Jesús (Apocalipsis 20:7-15), momento en el cual Él entregará el reino a Su Padre, quien reinará para siempre sobre una creación redimida (1 Corintios 15:24-28).

Resumen

El premilenialismo de la Iglesia primitiva fue rechazado debido al desarrollo del enfoque alegórico de la interpretación de las Escrituras, y debido a la invasión de la filosofía griega en el cristianismo.

Una tercera razón fue porque el amilenialismo le dio a la Iglesia un mayor significado sobre las naciones del mundo, al enfatizar que es el reino de Dios al que todas las naciones deben someterse.

Había una cuarta razón para el rechazo del premilenialismo. Tenía que ver con el hecho de que las profecías de la Biblia indican claramente que el Milenio será principalmente un reino judío en el que los santos de la Era de la Iglesia participarán de manera secundaria. Jesús reinará desde Jerusalén. Israel será la nación principal del mundo, y todas las bendiciones de Dios fluirán a las naciones a través de Israel.

El rápido aumento del antisemitismo en los primeros tres siglos de la Iglesia hizo imposible que los líderes cristianos aceptaran la idea de tal reino judío.10 Por ejemplo, Agustín afirmó que los judíos merecían la muerte debido a su rechazo de Jesús como su Mesías, pero estaban destinados a vagar por la tierra para presenciar la victoria de la Iglesia sobre la Sinagoga.11

La Prueba de la Realidad

El punto de vista amilenial no resiste la prueba de las Escrituras ni de la realidad. ¿Cómo puede alguien creer realmente que actualmente estamos viviendo en el Milenio?

  • La Biblia dice que Jesús regresará a la tierra y reinará personalmente desde Jerusalén durante el Milenio (Zacarías 14:1-9). Eso no es una realidad hoy, ni lo ha sido nunca.
  • La Biblia dice que, durante el Milenio, “la tierra será llena del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9). ¿Suena eso como el mundo en el que vivimos?
  • La Biblia dice que, durante el Milenio, Satanás será atado para que “no engañase más a las naciones” (Ap. 20:1-3). ¿Es ése nuestro mundo hoy? ¡No! Todas las naciones, incluidos los Estados Unidos, están engañadas.
  • La Biblia dice que el Milenio se caracterizará por la paz mundial sin guerra alguna (Isaías 2:4 y Miqueas 4:3). Sin embargo, dondequiera que miremos hoy vemos guerras en todo el mundo.
  • La Biblia dice que la rectitud y la justicia prevalecerán en todo el mundo durante el Milenio (Isaías 11:4-5 e Isaías 42:1-4). En contraste, actualmente vivimos en un mundo donde prevalecen la maldad y la injusticia.
  • La Biblia dice que el Milenio será un tiempo en que el mundo entero manifestará santidad (Isaías 4:2-4 y Ezequiel 28:25-26). Ése no es el mundo de hoy, que se está revolcando en la inmoralidad y la blasfemia.
  • La Biblia dice que, cuando comience el Milenio, toda la naturaleza será reconciliada consigo misma y con la humanidad. Ya no habrá animales venenosos o carnívoros, y la agricultura en todo el mundo producirá abundantes cosechas (Isaías 11:6-9, Joel 3:18 y Amós 9:13). Éstas no son profecías que ya se hayan cumplido.
  • La Biblia dice seis veces en Apocalipsis 20 que el Milenio durará 1,000 años. Nunca hemos experimentado un período de mil años en la historia con las características enumeradas anteriormente para el Milenio. Tampoco hay ninguna razón lógica para espiritualizar los mil años para que signifiquen un tiempo indefinido.

Para resumir, se necesita mucha espiritualización de las Escrituras para terminar con el punto de vista Amilenial. Tenga en cuenta que las profecías de la Primera Venida significaron lo que dijeron. Se cumplieron en su sentido de sentido llano. ¿Por qué las profecías de la Segunda Venida serían diferentes?

El erudito judío mesiánico, Arnold Fruchtenbaum, lo resumió bien cuando observó: “Si actualmente estamos viviendo en el Milenio, ¡entonces debo estar viviendo en el barrio pobre!12

No subestimemos a Dios. Cuando prometió un mundo caracterizado por la paz, la rectitud y la justicia (Isaías 2:2-4), seguramente no tenía en mente el sistema mundial corrupto en el que vivimos ahora. Caracterizar esta era como el Milenio es dejar sin sentido algunas gloriosas promesas de Dios. No entregue sus promesas a un enfoque espiritualizador.

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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martes, 26 de julio de 2022

Libro: ¿Cuál es la Diferencia Entre un Milenio y un Milpiés? – Capítulo 3 (Parte 1 de 2)

El Amilenialismo
El punto de vista irrealista 

Por Dr. David R. Reagan

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Un amigo mío se inscribió en un prominente seminario donde se enseñaba el punto de vista amilenial. Cuando asistió a su primera clase de profecía bíblica, el maestro comenzó la clase diciendo: “Hay un hecho que deben tener en cuenta acerca de la literatura profética, y es que nunca significa lo que dice. Entonces, por ejemplo, si están leyendo un versículo profético y menciona una vaca, ¡lo único que pueden saber con certeza sobre ese versículo es que la vaca no es una vaca!”.

Tal enfoque interpretativo se burla de la Palabra de Dios. Permite que las personas jueguen a ser Dios, al darle a un versículo cualquier interpretación que deseen. El único límite es la imaginación. Sin embargo, éste es el principio interpretativo que sirve como base para el punto de vista amilenial.

Experiencia Personal

Sé mucho sobre el punto de vista amilenial, porque crecí en una iglesia militantemente amilenial. Por “militantemente”, quiero decir que, si una persona tenía un punto de vista diferente sobre el tiempo del fin y lo expresaba, esa persona sería desasociada. O, para decirlo en otras palabras, ¡serían expulsados de la iglesia!

¡Mi iglesia era tan rígidamente amilenial, que nos enseñaron que era pecado decir la oración del Señor! La razón era sencilla. En la oración del Señor, hay una frase que dice: “Venga tu reino”. Se nos enseñaba que el reino ya había venido en forma de la Iglesia, y por lo tanto, hacer la oración era pedir algo que ya era una realidad.

La Base del Amilenialismo

Como señalé en el capítulo anterior, este punto de vista se basa en una espiritualización de las Escrituras. En consecuencia, en la iglesia amilenial de mi juventud, se nos enseñó que las Escrituras significan exactamente lo que dicen, a menos que estén hablando del regreso de Jesús, ¡en cuyo caso nunca significan lo que dicen!

Permítanme darles un ejemplo clásico de cómo los amilenialistas espiritualizan la profecía del tiempo del fin. Zacarías 14 dice que, en los tiempos del fin, cuando Jerusalén esté rodeada por fuerzas enemigas y esté a punto de caer, el Mesías regresará al Monte de los Olivos. El Monte se partirá en el momento en que Sus pies lo toquen, y el remanente judío en la ciudad saldrá a recibirlo. Pronunciará una palabra sobrenatural que destruirá instantáneamente a todos los ejércitos enemigos. El pasaje concluye diciendo que, en ese día, el Señor se convertirá en “rey sobre toda la tierra” (Zacarías 14:9).

Este pasaje tiene que ser espiritualizado por los amilenialistas con el fin de sostener su posición de que Jesús nunca regresará a esta tierra para reinar.

Así es como el teólogo presbiteriano, Loraine Boettner, espiritualizó este pasaje en su libro, El Milenio.1 Dijo que el Monte de los Olivos representa el corazón humano. Las fuerzas enemigas alrededor de Jerusalén representan los males del mundo que asaltan el corazón. La división del Monte de los Olivos es un símbolo de la contrición y el arrepentimiento que una persona siente cuando invita a Jesús a su vida. Y el reinado de Jesús, mencionado en el versículo 9, simplemente se refiere al hecho de que, cuando aceptas a Jesús como tu Señor y Salvador, Él se convierte en el rey de tu corazón.

¡Increíble! A este hombre se le debería dar un doctorado en imaginación.

Una Experiencia Personal

Tuve una experiencia personal con Zacarías 14 que nunca olvidaré. En la iglesia amilenial en la que crecí, casi nunca escuchamos un sermón sobre la profecía del tiempo del fin. Pero había un sermón que se predicaba cada año. Su tema, que se repetía una y otra vez, era “no hay un solo versículo en la Biblia que siquiera implique que Jesús alguna vez volverá a poner Sus pies sobre esta tierra”.

Cuando tenía 12 años, estaba hojeando la Biblia un día, cuando se abrió a Zacarías 14. Leí los primeros nueve versículos y apenas podía creer lo que veía. Eso es porque el versículo 4 dice que el día que el Señor regrese, “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente...”.

Decidí confrontar a mi pastor con este versículo, y lo hice con considerable temor. Después de todo, sólo era un niño de 12 años. “Pastor”, le dije, “cada año predica que Jesús nunca volverá a poner Sus pies en esta tierra. Entonces, ¿qué significa Zacarías 14:4?”. Abrió su Biblia y comenzó a leer el pasaje. Parecía leerlo una y otra vez, porque pasó un largo lapso de tiempo incómodo antes de que volviera a mirarme. Cuando finalmente lo hizo, me puso el dedo en la cara y dijo: “Hijo, no sé qué significa este pasaje, pero puedo garantizarte una cosa: ¡no significa lo que dice!”.

Muchos años después, me invitaron a hablar en una convención nacional de una denominación amilenial. Me dieron 30 minutos para explicar por qué creo que el Señor va a volver a reinar por mil años. A otro hombre que representaba el punto de vista amilenial de esa denominación también se le dieron 30 minutos para explicar por qué no creía en un futuro reinado milenario. La sesión concluyó dándole a la audiencia 30 minutos para hacer preguntas.

Estaba plenamente consciente del hecho de que la mayoría de las 1,500 personas en la audiencia sabían muy poco acerca de la profecía bíblica y que les habían dicho una y otra vez que el único lugar en la Biblia donde se menciona un reinado de mil años es Apocalipsis. 20. Entonces, decidí presentar un comentario versículo por versículo sobre Zacarías 14. El amilenialista leyó un artículo académico en el que citaba principalmente artículos escritos por personas de su denominación. Luego llegó el momento de las preguntas.

Pregunta tras pregunta nos fue lanzada por la audiencia. Hice mi mejor esfuerzo para responder a cada una. El amilenialista se negó a responderlas. Finalmente, cuando el tiempo asignado para las preguntas estaba por terminar, un partidario muy frustrado del amilenialista se puso de pie y se dirigió a él específicamente: “Señor, el Dr. Reagan usó solo un pasaje de las Escrituras en su presentación. Por favor, señor, díganos qué cree que significa Zacarías 14”. El orador amilenial, que era un profesor emérito jubilado del Nuevo Testamento de uno de las universidades de la denominación, respondió diciendo:

No tengo idea de lo que significa. Todo lo que puedo decir con certeza es que toda la profecía del Antiguo Testamento se ha cumplido. Por lo tanto, esta profecía tenía que cumplirse en algún momento antes de la Primera Venida de Jesús.

Éstos son los tipos de juegos que los amilenialistas tienen que jugar para sostener su punto de vista. Parecen estar ciegos al hecho de que todas las profecías de la Primera Venida significaron lo que dijeron, y, por lo tanto, las profecías de la Segunda Venida deben significar lo que dicen.

El Impacto de la Nueva Visión

Con el triunfo del amilenialismo en el siglo V, la Iglesia se enfrentó a una visión que difería drásticamente de la visión premilenial de la Iglesia primitiva.

El punto de vista premilenial preveía que la Era de la Iglesia terminaría con el comienzo de un período de Tribulación de siete años, que sería seguido por un reinado de mil años de Cristo sobre la tierra. La eternidad se pasaría en cuerpos glorificados en una Tierra Nueva, no en un Cielo etéreo. (Los dos puntos de vissta se ilustran a continuación para su comparación).

Figura 5: Punto de Vista del Premilenialismo Histórico

Figura 6: El Concepto Amilenial de Agustín

La nueva visión amilenial planteaba una variedad de preguntas que debían abordarse. Las respuestas que se han dado a lo largo de los siglos no siempre han sido las mismas. Casi lo único en lo que los amilenialistas están uniformemente de acuerdo es que ahora estamos viviendo en el Milenio. Echemos un vistazo a los desafíos a este punto de vista y las respuestas amilenialistas.

¿Dónde Está el Milenio?

En su libro, La Ciudad de Dios (426 d. C.), ¡Agustín argumentó que actualmente estamos en el Milenio!2 Dijo que el Milenio comenzó en la Cruz y continuaría hasta el regreso del Señor. Para él, el Milenio consistía en que Jesús reinara sobre el mundo desde el Cielo a través de la Iglesia. Argumentó que la duración de mil años del reinado del Señor, mencionada seis veces en Apocalipsis 20, era sólo un símbolo de un largo período de tiempo. Su razonamiento para esto era extraño. ¡Simplemente dijo que tenía que ser un número simbólico porque representaba diez al cubo!3

Más tarde, muchos de los que aceptaron su enseñanza de que estaban viviendo en el Milenio, comenzaron a creer que los mil años eran literales y que el Señor regresaría en el año 1000 d. C. Cuando eso no sucedió, todos los amilenialistas aceptaron la idea original de Agustín de que los mil años simbolizaban el período indefinido de tiempo de la Era de la Iglesia. No habría un reino futuro de mil años con Jesús reinando corporalmente sobre la tierra desde Jerusalén.

Cuando las personas preguntan cómo podrían estar en el Milenio hoy cuando hay tanto mal en el mundo, los amilenialistas responden que el nivel del mal es relativo. Por lo tanto, estamos en el Milenio porque el Espíritu Santo está en el mundo restringiendo el mal. Si el Espíritu Santo no estuviera aquí, las cosas serían mucho peores. Por lo tanto, en términos relativos, estamos en el Milenio.

¿Dónde Está la Tribulación?

Agustín respondió a esta pregunta argumentando que la Tribulación sería un período de tres años y medio al final de la Era de la Iglesia.4

Me enseñaron algo diferente. ¡La versión del amilenialismo que aprendí tomaba la posición de que estamos simultáneamente en el Milenio y la Tribulación!

Estamos en el Milenio porque el Espíritu Santo está en el mundo restringiendo el mal, pero también estamos en la Tribulación porque la Iglesia sufrirá persecución hasta que el Señor regrese.

Cuando se señalaba que la Biblia dice que la Tribulación durará sólo siete años, mis maestros descartaban el número como simbólico. Argumentaban que el número siete representa un período completo de tiempo, y por lo tanto (como el número mil), representa el período desde la Cruz hasta la Segunda Venida.

¿Está Satanás Atado?

Apocalipsis 20:1-3 revela que, cuando comience el Milenio, Satanás será atado. Este hecho obligó a Agustín a argumentar que Satanás fue atado en la Cruz.5 Pero, ¿lo fue?

Satanás ciertamente fue derrotado en la Cruz debido al poder de la resurrección. Pero esa victoria en la Cruz aún no se ha manifestado en la historia en todos sus aspectos. La maldición continúa. La muerte acecha la tierra. Satanás aún retiene su dominio sobre el mundo (1 Juan 5:19).

La destrucción final de Satanás es aún futura. Es por eso que la Biblia habla del “aplastamiento” de Satanás como un evento futuro que tendrá lugar en la Segunda Venida de Jesús (Romanos 16:20). En ese momento, Satanás será despojado de su autoridad y atado por mil años. Al final del Milenio, será arrojado al lago de fuego, donde será atormentado para siempre (Apocalipsis 20:7-10).

Los amilenialistas a menudo responden a estos puntos citando Mateo 28:18, donde Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra". Pero lo que pasan por alto es que, aunque a Jesús se le ha dado toda la autoridad, todavía no la está ejerciendo. Es por eso que el mundo todavía está en un estado tan miserable.

Jesús ahora está sirviendo como nuestro Sumo Sacerdote ante el trono de Dios (Hebreos 8:1). Cuando regrese, vendrá como el Rey de reyes, y comenzará a ejercer la plena autoridad que ganó en la cruz (Apocalipsis 19:16). Así, el escritor de Hebreos dice que, aunque todo ha sido puesto en sujeción bajo los pies de Jesús, “todavía no vemos todas las cosas sujetas a Él” (Hebreos 2:5-8). De hecho, 1 Corintios 15:23-26 enseña que no todo será puesto bajo la autoridad de Jesús hasta el final de Su reinado milenial, cuando Satanás sea consignado al Infierno y la muerte sea destruida.

Si Satanás está atado ahora, entonces está atado con una cadena muy larga, ¡porque siempre está mordisqueándome los talones, masticando mi pierna y lanzándose por mi garganta! Él es retratado en 1 Pedro 5:8 como un “adversario” que “merodea como un león rugiente buscando a alguien a quien devorar”. ¡Seguro que no suena muy “atado” en ese pasaje!

Ciertamente hay un sentido en el que Satanás fue limitado por la Cruz, porque desde entonces los creyentes en Jesús han recibido el poder del Espíritu que mora en ellos, capacitándolos para ser vencedores en su combate contra Satanás (1 Juan 5:1-5). Pero las limitaciones que la Cruz puso sobre Satanás no constituyen la atadura de Satanás, que las Escrituras dicen que tendrá lugar al comienzo del Milenio.

Apocalipsis dice que Satanás será atado para que ya no pueda “engañar a las naciones” (Apocalipsis 20:3). ¿Cómo puede alguien argumentar que las naciones del mundo — ya sea en la época de Agustín o en la actualidad — no están engañadas? Para lidiar con ese problema, Agustín argumentó que el pasaje significa que Satanás sólo será impedido de engañar a las naciones cristianas.6 Pero eso no es lo que dice el pasaje. Además, el hecho de que tanto el Reino Unido como los Estados Unidos sean ahora naciones post-cristianas demuestra cuán equivocado estaba Agustín en su interpretación.

¿Dónde Están las Resurrecciones?

Otro problema con el punto de vista amilenial es que no provee las dos resurrecciones que la Biblia dice que ocurrirán en el futuro. Éstas son las resurrecciones de los justos y los injustos (Hechos 24:15). En cambio, los amilenialistas se imaginan a todos — los justos y los injustos — resucitando al mismo tiempo, al final de la Era de la Iglesia.

Las dos resurrecciones se mencionan específicamente en Apocalipsis 20:4-6. El pasaje dice que las resurrecciones están separadas por mil años. La primera — la resurrección de los salvos — ocurre en etapas, con el Rapto y la Segunda Venida. La segunda — la resurrección de los inconversos — tiene lugar al final del Milenio.

Agustín “resolvió” este problema espiritualizando la primera resurrección. ¡Dijo que es una resurrección espiritual que ocurre cuando una persona acepta a Jesús como Señor y nace de nuevo! La segunda resurrección es literal, y ocurre cuando todos resucitan de entre los muertos al regreso del Señor.7

Cuando una persona elige interpretar una de las resurrecciones espiritualmente y la otra literalmente, está jugando con palabras que las hacen sin sentido.

¿Dónde Está la Tierra Nueva?

Aunque Agustín no estaba dispuesto a aceptar la idea de un Milenio terrenal literal, sí aceptó el concepto de una Tierra Nueva que es prometida a los creyentes como su morada eterna (Apocalipsis 21:1).8 También argumentó que los redimidos tendrían cuerpos nuevos, tangibles e inmortalizados.9 Él estaba dispuesto a aceptar estas ideas, porque tanto la Nueva Tierra como los cuerpos glorificados de los redimidos serían perfeccionados y, por lo tanto, libres de toda corrupción.

Muchos de los sucesores de Agustín se desviaron de esta interpretación durante los siglos posteriores a su muerte. Comenzaron a espiritualizar todo. Por lo tanto, me enseñaron que la Tierra Nueva era un código de lenguaje para un Cielo etéreo. También me enseñaron que existiríamos en el Cielo como espíritus y no tendríamos cuerpos tangibles.

Mis maestros amilenialistas tenían una perspectiva griega consistente. Creían que era imposible mezclar seres espirituales perfectos y santos con una creación material malvada. La creación tenía que dejar de existir. La eternidad se pasaría en un mundo espiritual etéreo. ¡Esto me dejó con el concepto de ser un espíritu incorpóreo, que flotaría en una nube por toda la eternidad tocando un arpa! No hace falta decir que no podía emocionarme con ese concepto.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Order Dr. Reagan's new book:

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 2 (1 de 2)

Cómo se Desarrollaron los Diferentes Puntos de Vista

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Se podría decir que la naturaleza del reinado del Mesías ha sido una fuente de confusión durante más de 2,000 años. Cuando estaba ministrando en la tierra, los propios discípulos de Jesús esperaban que introdujera el comienzo de Su reino en ese momento y lugar. Él comprendía sus expectativas.

Lucas registra que una de las parábolas que les contó a Sus discípulos al acercarse a Jerusalén, fue específicamente en respuesta su suposición de “que el reino se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Jesús quería que Sus discípulos entendieran que estaría ausente “en un país lejano” por un tiempo. Dijo que se esperaba que los que le servían en la tierra se ocuparan de Sus negocios hasta que Él regresara (Lucas 19:12-26).

Después de la resurrección de Jesús, los discípulos que encontró en el camino a Emaús, confesaron: “Nosotros esperábamos que él [Jesús] era el que había de redimir a Israel” (Lucas 24:21). Esperaban un reino terrenal para el Mesías y una restauración de la primacía de Israel. Justo antes de Su ascensión, Sus apóstoles todavía seguían preguntando: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6).

Las Aclaraciones de Jesús

Es importante reconocer que Jesús no les dijo a Sus discípulos que no habría un reino futuro en Israel. En cambio, les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7).

El futuro reino físico de Jesús en la tierra no entra en conflicto con el reino espiritual actual. Se refirió a esto cuando le dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). El reino de Jesús es una promesa profética de “ya, pero aún no”. Aunque ya tiene un reino celestial, Jesús aún no ha ejercido Su autoridad como Rey de reyes y Señor de señores en la tierra. Si lo hubiera hecho. Satanás no estaría engañando a naciones e individuos hoy. 

La Biblia dice que el Mesías cumplirá todas las promesas de la profecía (Lucas 24:44). Una de ellas es que se sentará en el trono de Su padre David en el Monte Sión, en Jerusalén (Lucas 1:32-33; Salmos 2:6) durante Su reinado, la tierra será restaurada a su perfección que existía antes de que ocurriera la Caída, en el Jardín del Edén (Romanos 8:19-22). Satanás estará verdaderamente atado (Apocalipsis 20:1-3). La esperanza de vida humana aumentará dramáticamente, e Israel se convertirá en la nación preeminente del mundo (Isaías 65:17-25; Miqueas 4:1-7). Incluso el famoso Mar Muerto estará lleno de vida (Ezequiel 47:1-10). Jesús claramente no cumplió ninguna de estas promesas específicas durante Su Primera Venida. 

Así pues, los discípulos no estaban equivocados en su expectativa de que el Mesías reinara sobre un reino terrenal. Simplemente entendieron mal el momento de su establecimiento. A medida que la Iglesia primitiva creció y se expandió, surgieron otros conceptos erróneos. 

Desviándose de la Escritura

Unos pocos cientos de años después de la muerte de Jesús, la Iglesia abandonó en gran medida la expectativa de un reinado literal de Jesús en la tierra. Y, sin tener en cuenta numerosas profecías bíblicas, negó cualquier papel futuro del pueblo judío en el plan de Dios para los tiempos del fin.

¿Por qué los primeros Padres de la Iglesia se desviaron del entendimiento del futuro reino de Jesús al que se referían los discípulos? Hay dos razones principales — el antisemitismo cristiano y el orgullo creciente. 

Antisemitismo Cristiano

La Iglesia Apostólica era Premilenial en su expectativa del regreso de Jesús. Inspirados por el Espíritu Santo, los escritores de la Escritura tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, previeron el reinado justo del Mesías sobre toda la tierra. Pero, a partir del siglo III, el creciente antisemitismo condujo a los Padres de la Iglesia, como Orígenes, a espiritualizar el texto de la Escritura.

¿Por qué los primeros líderes cristianos espiritualizarían la Palabra profética de Dios? Principalmente, para apropiarse de las promesas hechas al pueblo judío, y reclamarlas para la Iglesia.

A medida que se agregaron más gentiles a la Iglesia, ésta se alejó de sus raíces judías. Menos judíos depositaban su fe en Jesús como el Mesías, porque los líderes judíos endurecieron su resistencia al movimiento cada vez más gentil que estaba despreciando al pueblo judío.

La resistencia de los judíos motivó a los líderes de la Iglesia gentil a intensificar sus ataques contra los judíos obstinados. Declararon que los judíos eran “asesinos de Cristo”, y comenzaron a perseguirlos sin misericordia. Con el tiempo, las fiestas cristianas se desvincularon de cualquier conexión con las fiestas judías. Finalmente, los líderes de la Iglesia descartaron cualquier papel futuro del pueblo judío. Argumentaron que Dios se había desentendido de ellos y que todas sus promesas habían sido transferidas a la Iglesia. 

Agustín, quien fue el más influyente de todos los Padres de la Iglesia, fue particularmente vehemente en su desdén por los judíos. Impulsado por el odio a todo lo judío, proclamó que todas las futuras promesas proféticas dadas a los judíos deberían entenderse como aplicables al “verdadero Israel” — a saber, la Iglesia. Agustín no podía aceptar la idea de que Dios todavía podría tener un plan y un propósito para el pueblo judío. Por lo tanto, rechazó la idea de un futuro en el que Israel sería la primera nación en el mundo, bajo el reinado de Jesucristo. 

Como lo habían hecho Orígenes y otros, Agustín espiritualizó las promesas aún por cumplir al pueblo judío, apropiándose de ellas para la Iglesia. Luego, espiritualizó la duración y la naturaleza del reinado de Jesús. 

Agustín es considerado el padre del Amilenialismo, porque sistematizó el concepto en sus escritos, allanando el camino para que se convirtiera en doctrina oficial de la iglesia. Haciéndose eco de los filósofos griegos, que consideraban maligno el mundo material, desestimó un reinado terrenal por ser atractivo a los deseos carnales. 

Su gran obra, La Ciudad de Dios (426 d.C.), consistentemente elevaba lo espiritual sobre lo material. Esto era en realidad otra manifestación de su antisemitismo, porque los textos del Antiguo Testamento judío registran claramente a Dios declarando Su creación “buena”, antes de la caída del hombre. Agustín no fue consistente en su enfoque de la interpretación bíblica. Aunque tendía a interpretar la mayor parte de la Biblia literalmente, espiritualizaba la profecía. 

Por lo tanto, en lugar de que Cristo reinara físicamente en la tierra, como predijeron los profetas del Antiguo Testamento, Agustín declaró que ese deber mundano sería llevado a cabo por la Iglesia — bajo los auspicios del reinado espiritual de Jesús desde el Cielo. Agustín también proclamó que Satanás fue atado en la cruz — una contradicción directa de 1 Juan 5:19. Su punto de vista elevó dramáticamente el papel mundano de la Iglesia como la autoridad gobernante en la tierra. Es por eso que fue rápidamente adoptado en la doctrina católica y ha seguido dominando en muchas denominaciones protestantes. 

Quizás sorprendentemente, Agustín negaría haber eliminado el Milenio. Simplemente argumentaría que el Milenio representa el reinado espiritual de Jesús sobre la Iglesia, que comenzó en la Cruz y continuará ininterrumpidamente hasta que Él regrese. Pero si Agustín tenía razón, entonces la duración de 1,000 años del reinado, que se cita en Apocalipsis 20, no tiene sentido. 

El antisemitismo cristiano de Agustín perdura hasta el día de hoy en la forma de la Teología del Reemplazo. Esa doctrina no bíblica afirma que la Iglesia ha reemplazado a Israel y que Dios se ha desentendido del pueblo judío. Esta enseñanza contradice la enseñanza de Pablo en Romanos 9-11, donde deja en claro que Dios todavía ama al pueblo judío, y tiene un propósito futuro para ellos. Es un cáncer doctrinal que infectó a Martín Lutero y continúa como una pandemia entre la mayoría de las iglesias de hoy. 

A pesar de estas actitudes equivocadas hacia el pueblo judío, Dios bendijo a la Iglesia. Llena como está de gente salva pero imperfecta, creció e impactó el mundo para bien — tal como Él prometió que lo haría. Ese crecimiento y esa bendición llevaron a muchos en la Iglesia a una comprensión distorsionada del reinado de Jesús en la tierra, por una razón completamente diferente. 


Lea la parte 2 aquí


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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lunes, 27 de agosto de 2018

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 5 (pdf)

Los Puntos de Vista sobre el Tiempo del Fin

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Hecho: Hay cuatro formas principales en las que la profecía bíblica del tiempo del fin se ha interpretado.

Escritura Clave:Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar…y reinaron con Cristo mil años” (Apocalipsis 20:4).

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martes, 14 de agosto de 2018

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 5

Puntos de Vista acerca del Tiempo del Fin

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Hecho: Hay cuatro formas principales en las que la profecía bíblica del tiempo del fin se ha interpretado.


Escritura clave:Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar…y reinaron con Cristo mil años” (Apocalipsis 20:4).

El versículo anterior es uno de los más polémicos en la Biblia. Se le han dado cuatro interpretaciones principales.

¿Por Qué las Diferencias?

Todo tiene que ver con el método de interpretación que se aplica al versículo. Si interpreta el versículo por su significado de sentido llano, terminarás con una de las formas de lo que es llamado Premilenialismo. Pero si desea interpretar el versículo simbólicamente, al espiritualizar su significado, terminará con uno de los dos puntos de vista que se basan en dicho enfoque.

Consideremos los cuatros enfoques en el orden cronológico en el que se desarrollaron en la historia.

El Premilenialismo Histórico

No deje que la palabra, premilenial, le asuste. Simplemente significa “antes de los mil años”. Es la creencia de que Jesús regresará a esta tierra antes de que el Milenio comience. El Milenio es los mil años mencionados en el versículo de apertura anterior. 

Éste era el punto de vista de la iglesia primitiva hasta el año 400 d.C. No hay desacuerdo sobre esto. Incluso aquellos que sostienen un punto de vista diferente concuerdan  en que la opinión de los Padres de la Iglesia era que Jesús regresaría a esta tierra para reinar durante mil años. El enfoque está diagramado en la siguiente página — vea la figura 1.

Por lo tanto, según este punto de vista, la Era de la Iglesia en la que estamos ahora será seguida por un período de siete años llamado La Tribulación — un tiempo cuando Dios derramará Su ira sobre la tierra. Jesús aparecerá en los cielos al final de la Tribulación. Los santos, vivos y muertos, se encontrarán con Él en el cielo y regresarán con Él a la tierra inmediatamente para reinar con Él desde Jerusalén. Al final de Su reinado, esta tierra actual será renovada por el fuego, lo que producirá una tierra nueva y perfeccionada. Los santos vivirán entonces con Dios eternamente en la tierra nueva.

Este enfoque se basa en una interpretación literal o de sentido llano de lo que la Biblia dice acerca del reinado de Jesús en esta tierra.

El Amilenialismo

El segundo enfoque fue desarrollado por San Agustín, alrededor del año 400 d.C. Es considerado el más grande de los Padres de la Iglesia, debido a que su teología tuvo el mayor impacto en las doctrinas que finalmente fueron adoptadas por la Iglesia Católica Romana.

El concepto formulado por Agustín se ilustra en la figura 2. Se llama Amilenialismo. Esto extraño nombre se deriva del hecho de que, en el lenguaje griego, una palabra se niega poniendo la letra “a” en frente de ella. Por lo tanto, Amilenial literalmente significa “no mil años”. 

Sin embargo, el término es engañoso, porque los amilenialistas sí creen en un Milenio, pero no en uno literal y terrenal. Sostienen que el Milenio es el actual reinado espiritual de Cristo sobre la Iglesia y que continuará hasta que Él regrese por Sus santos. Así pues, interpretan los mil años como un período de tiempo simbólico.

Un aspecto atractivo del punto de vista Amilenial es su simplicidad. La Era de la Iglesia termina de repente como resultado de la Segunda Venida. No hay Tribulación, no hay un Milenio terrenal literal, y no hay una eternidad en una tierra nueva. Agustín lo espiritualizó todo, alegando que el reino es la Iglesia, el Milenio es la actual Era de la Iglesia, y que la tierra nueva es un lenguaje simbólico para referirse al Cielo. 

El concepto Amilenial es el punto de vista mayoritario en la Cristiandad hoy, sostenido por la iglesia católica y por la mayoría de las denominaciones protestantes tradicionales. 

El Postmilenialismo

El tercer punto de vista acerca de los tiempos del fin se llama Postmilenialismo. Está ilustrado en la figura 3. Este enfoque no se desarrolló sino hasta mediados del siglo XVII, mucho tiempo después de la Reforma. La Reforma tuvo poco impacto en los puntos de vista proféticos, debido a que los líderes de la Reforma tenían su atención fijada en las cuestiones sobre la autoridad bíblica y la justificación por fe. Los Reformadores siguieron espiritualizando la profecía. 

El punto de vista Postmilenial fue un producto de la Revolución Racionalista en el pensamiento. Fue desarrollado a mediados de los 1600 por un ministro unitario llamado Daniel Whitby. Fue inmediatamente denominado “Postmilenialismo”, porque preveía un regreso de Jesús después (post) de un reinado literal de mil años de la Iglesia sobre toda la tierra. 

El Postmilenialismo se propagó con rapidez dentro del mundo protestante, probablemente por dos razones. En primer lugar, les daba a los protestantes una oportunidad de diferir con respecto a la posición católica. En segundo lugar, y más importante aún, era una expresión teológica de la filosofía racionalista que prevalecía en esa época, una filosofía que proclamaba osadamente que la humanidad era capaz de edificar el reino de los cielos en la tierra.

El punto de vista Postmilenial sostiene que la Era de la Iglesia evolucionará gradualmente hacia una «edad de oro», en la cual la Iglesia reinará sobre el mundo entero. Esto será realizado mediante la cristianización de las naciones. 

A este punto de vista le debemos conceder el mérito de haber servido como un fuerte estímulo para los esfuerzos misioneros de los siglos XVIII y XIX. Los misioneros estaban entusiasmados con la visión de apresurar el regreso del Señor a base de predicar el Evangelio en el mundo entero.

Una Muerte Súbita

Para 1900, casi todos los segmentos del cristianismo protestante habían adoptado el punto de vista Postmilenial. Pero el enfoque iba a ser rápidamente abandonado.

El Postmilenialismo murió casi de un día para otro con el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Por supuesto, la razón es que esta gran guerra socavaba uno de los supuestos fundamentales del punto de vista postmilenial: el dar por sentado que el progreso era inevitable. Esta idea siempre había sido un defecto fatal del concepto Postmilenialista, debido principalmente al hecho de que había nacido dentro del Humanismo Racionalista. Su visión sobre la posibilidad de perfeccionamiento del ser humano y la redención de la sociedad fue destruida por las atrocidades de la guerra.

Otro defecto fatal del sistema Postmilenial era su falta de una base bíblica coherente. Para exponer este punto de vista, era necesario tomar algunas profecías en su sentido literal (las referentes al Milenio) al mismo tiempo que se espiritualizaban otras (la presencia personal del Señor durante el Milenio). Además, era necesario pasar por alto, o explicar de alguna manera vaga las numerosas profecías de la Biblia que afirman con claridad que la sociedad va a empeorar en lugar de mejorar a medida que se acerque el tiempo del regreso del Señor (Mateo 24:4-24 y 2 Timoteo 3:1-5).

El Premilenialismo Moderno

El moderno punto de vista premilenial se concretó a inicios de los 1800 entre un grupo en Inglaterra conocido como los Hermanos de Plymouth. Está ilustrado en la figura 4.

Como puede verse fácilmente, este punto de vista revive el enfoque premilenial histórico, con excepción de su concepto del Rapto de la Iglesia. Los Hermanos Plymouth preveían que la Segunda Venida consistiría de dos etapas: primero, una aparición de Jesús en los cielos por la Iglesia y, en segundo lugar, un regreso a la tierra con Su Iglesia. Su concepto del Rapto ha sido conocido desde entonces como el “Rapto Pre-Tribulación”, debido a que sostiene que la Iglesia será sacada del mundo antes de que la Tribulación comience.

Comparaciones

Revisando estos cuatro puntos de vista sobre los tiempos del fin, podemos ver algunas diferencias significativas. Pero no pasemos por alto las similitudes.
  • Todos están de acuerdo en que Jesús regresará por Sus santos. 
  • Todos están de acuerdo en que los Redimidos pasarán la eternidad en la presencia de Dios. 

Estos dos puntos de acuerdo son mucho más importantes que los numerosos puntos de desacuerdo.

Aún así, las áreas de desacuerdo son significativas. Dos de los enfoques (el Amilenial y el Postmilenial) niegan que Jesús vaya a manifestar Su gloria ante las naciones en un reinado mundial de paz, justicia y rectitud.

El enfoque Postmilenial también niega la pronta venida del Señor porque, de acuerdo a este enfoque, el Señor no puede regresar hasta que Su Iglesia haya gobernado el mundo durante mil años.

De la misma manera, el enfoque Premilenial Histórico niega la inminencia del regreso del Señor, ya que combina el Rapto y la Segunda Venida y los coloca al final de la Tribulación. Por el contrario, el enfoque Premilenial Moderno permite que el Señor regrese en cualquier momento en el Rapto, sin el cumplimiento de alguna profecía específica. 

La clave de las diferencias está en la manera de enfocar la Escritura. De nuevo, si tiende a espiritualizar la Escritura, terminará con un punto de vista Amilenial o Postmilenial. Si tiene a aceptar la Escritura por su significado de sentido llano, tendrá un punto de vista Premilenial. 


Preguntas:

1) Hay muchos pasajes en el Nuevo Testamento que nos exhortan a vivir aguardando el regreso del Señor (Lucas 12:40; Tito 2:11-13; Santiago 5:8-9; 1 Pedro 4:7). Esto es llamado “inminencia”. Un evento inminente es uno que puede ocurrir en cualquier momento. Estudie los gráficos en la página… concernientes a la inminencia. ¿Cuáles dos puntos de vista permiten el regreso inminente del Señor?

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2) Catorce capítulos del libro de Apocalipsis (capítulos 6-19) están dedicados a una descripción de los eventos de la Tribulación. ¿Dónde está la Tribulación en el enfoque Amilenial? Agustín lo espiritualizó argumentando que es sólo representativo de las pruebas y tribulaciones que sufrimos en esta vida. ¿Qué le parece?

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3) Apocalipsis 20:1-3 dice que durante el Milenio, Satanás estará atado de tal manera que ya no podrá “engañar a las naciones”. Agustín argumentó que esto ocurrió en la Cruz. ¿Cree que Satanás está atado hoy de tal manera que ya no está engañando a las naciones?

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4) El capítulo 20 de Apocalipsis dice seis veces que el Milenio durará mil años. Los seguidores de Agustín creían que el Señor regresaría el año 1000 d.C. Cuando no lo hizo, entonces espiritualizaron los mil años para que sólo significara un “largo período de tiempo”. ¿Qué le parece?
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5) La Biblia dice en Apocalipsis 21 que después del Milenio, los Redimidos van a vivir eternamente en la presencia de Dios en una tierra nueva. Agustín espiritualizó la tierra nueva para que significara el Cielo. ¿Van a vivir los Redimidos eternamente en el Cielo o en la tierra nueva?

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6) ¿Por qué cree que los Hermanos de Plymouth decidieron que tenía que haber un Rapto de la Iglesia antes del comienzo de la Tribulación?

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