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martes, 25 de abril de 2023

La Trayectoria Suicida de Estados Unidos (parte 1 de 2)

El Punto de No Retorno

Por Dr. David R. Reagan

Donald Trump asumió el cargo en 2016 con la promesa de “¡Hacer que Estados Unidos sea Grande Otra Vez!”. Hizo campaña con su intención de crear empleos, detener la inmigración ilegal, traer a las corporaciones estadounidenses de vuelta a casa, y reconstruir nuestras fuerzas armadas.

Sonaba genial para muchos estadounidenses, pero no había manera de que realmente pudiera tener éxito. La razón es simple. Nosotros, como nación, le hemos dado la espalda a Dios. Estamos en el proceso de burlarnos de Aquel que hizo de nuestra nación la más grande que el mundo jamás haya conocido.

¿La Ciudad en una Colina?

La caracterización de Estados Unidos como la “ciudad resplandeciente sobre una colina”, se remonta al líder puritano, John Winthrop. Usó la frase en un sermón pronunciado en 1630 en el barco Arbella, mientras se dirigía al Nuevo Mundo. Les dijo a sus futuros colonos de la Bahía de Massachusetts que su nueva comunidad sería “como una ciudad sobre una colina”, que sería observada por el mundo. Fue uno de los primeros ejemplos de lo que se conocería como el concepto de “excepcionalismo estadounidense”.

Inmigrantes llegando a la Isla Ellis

El concepto demostró ser cierto, porque Dios derramó Sus bendiciones sobre la nueva nación incipiente. Estados Unidos se convirtió en un brillante ejemplo de libertad, prosperidad y esperanza. Llegó gente de todas partes del mundo en busca de una oportunidad para escapar de la tiranía y la pobreza. Los estadounidenses respondieron a sus bendiciones dadas por Dios enviando misioneros cristianos por todo el mundo e imprimiendo y distribuyendo Biblias en muchos idiomas.

Al amanecer del siglo 20, nos convertimos en el “Arsenal de la Democracia”, cuando acudimos al rescate de Europa en la Primera Guerra Mundial, y luego luchamos tanto en Asia como en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, para defender al mundo contra el fascismo alemán y japonés. Al final de la Segunda Guerra Mundial, éramos la potencia dominante en el mundo.

Pero, en el apogeo de nuestra gloria, quitamos nuestros ojos de Dios y comenzamos a deleitarnos en el orgullo de nuestros logros. La década de los 60 resultó ser el punto de inflexión, cuando dejamos de lado la Palabra de Dios y lanzamos una revolución sexual. Nuestra sociedad cambió el respeto por Dios y Su Palabra por una libertad ilimitada que exaltó al Hombre en lugar de a Dios.

El resultado hasta ahora ha sido una plaga de homosexualidad, la abominación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y una confusión desenfrenada sobre la distinción básica entre hombres y mujeres. Y la revolución sigue avanzando.

La “ciudad resplandeciente sobre una colina” se ha convertido en un barrio pobre oscuro cuya luz se ha apagado. Nuestras grandes ciudades son fosas sépticas de crimen y están repletas de drogas y personas sin hogar.

El Ataque Judicial

Mientras tanto, nuestra Corte Suprema tomó la determinación de secularizar nuestra nación. Mientras que la Corte había dictaminado en 1892 (en el caso de la Iglesia de la Santísima Trinidad contra los Estados Unidos) que “ésta es una nación cristiana”, en la última mitad del siglo XX, la Corte tomó varias decisiones cruciales diseñadas para poner un muro de separación entre el cristianismo y la sociedad.

Las decisiones cruciales fueron las siguientes:

1962 – Engel v. Vitale
La Corte prohibió la oración en las escuelas públicas

1973 – Roe v. Wade
La Corte legalizó el aborto

1980 Stone v. Graham
La Corte prohibió la publicación de los Diez Mandamientos en las escuelas.

2003 – Lawrence y Gamer v. el Estado de Texas
La Corte anuló las leyes contra la sodomía y, por lo tanto, legalizó el comportamiento homosexual.

2015 – Obergefell v. Hodges
La Corte legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Antes de mediados del siglo XX, el principio gobernante había sido la separación de la iglesia y el estado, en el sentido de que no podía haber una iglesia estatal oficial. Pero la Corte de repente comenzó a interpretar la Constitución en el sentido de que debe haber una separación entre la religión y el Estado.

La Corte, en efecto, le declaró la guerra a la herencia judeocristiana de nuestra nación, que es la razón por la que Dios nos levantó para ser “una ciudad resplandeciente sobre una colina”. La intención de la Corte quedó clara en su razonamiento declarado para prohibir la publicación de los Diez Mandamientos:

Si las copias publicadas de los Diez Mandamientos tienen van a tener algún efecto, inducirán a los niños de la escuela a leer, meditar, tal vez venerar y obedecer los Mandamientos. Éste no es un objetivo estatal permisible bajo la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda.

¡Increíble! Los 10 Mandamientos sirven como la piedra angular de la civilización y la ley occidentales y, sin embargo, ¡a nuestros hijos se les niega la exposición a ellos sobre la base de que podrían obedecerlos!

Es esclarecedor considerar el hecho de que, desde que la oración y los Diez Mandamientos fueron prohibidos en nuestras escuelas, nuestras instituciones educativas se han convertido en selvas de violencia.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

jueves, 23 de marzo de 2023

EE.UU., Tenemos un Problema (parte 2 de 2)

Atrapados en una Furiosa Tormenta

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

Y se Levantó Otra Generación

Las Escrituras describen claramente lo que sucedió en el antiguo Israel. “Toda aquella generación [aquellos que habían sido testigos personalmente de la fidelidad de Dios a través de los 40 años de andar errante y la conquista inicial de Canaán] fue reunida a sus padres; y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al SEÑOR, ni la obra que Él había hecho por Israel” (Jueces 2:10).

¡Qué acusación tan trágica! ¿De quién fue la culpa de que la próxima generación no conociera al SEÑOR o lo que Él había hecho por Su pueblo?

Es fácil culpar a “la próxima generación”, porque siempre parecerán ser más blandas y menos motivadas que las que vinieron antes. Pero la próxima generación es criada por la generación anterior. Dios fue inflexible al ordenar a Su pueblo que transmitiera su fe; vertiendo conocimiento sobre el Santo de Israel en esa próxima generación.

Con respecto a sus palabras reveladas, el SEÑOR ordenó: “…Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Dt. 6:4-9)

Escribir esas palabras en los postes de las puertas y portones y atarlas a los brazos y la frente era una indicación externa del llamado a grabarlas en sus corazones.

El punto es que, cuando Josué pronunció su desafío al pueblo de Israel, ellos respondieron de todo corazón: “Nosotros también serviremos al SEÑOR, porque Él es nuestro Dios” (Josué 24:18). Sin embargo, sólo unas pocas generaciones más tarde, esa fe ferviente dio paso al abandono apático del Dios vivo y verdadero.

Para cuando Elías estaba proclamando la Palabra del Señor, Dios testificó que sólo quedaban 7,000 que no se habían inclinado ante Baal y besado ese ídolo detestable (1 Reyes 19:18). De manera reveladora, cuando Elías pidió a los hijos de Israel que eligieran a quién servirían, el SEÑOR Dios o Baal (en una repetición profética de la elección que Josué planteó unas pocas generaciones antes), “el pueblo no le respondió ni una palabra” (1 Reyes 18:21). La lamentable atrofia de la fe en la tierra fue demostrada por un sonido ensordecedor de silencio.

El compositor Neil Peart capturó las implicaciones de tal aparente indecisión: “Si eliges no decidir, aun así has tomado una decisión”. El pueblo del antiguo Israel, al igual que los llamados “ningunos” de hoy, ciertamente había tomado una decisión.

Tal vez lo único peor que el silencio frente a una opción tan dramática es afirmar falsamente algo que contradice el testimonio vivo de una persona. Jesús reprendió la hipocresía de los fariseos y escribas cuando dijo: ...Bien profetizó Isaías de ustedes cuando dijo: Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de Mí. Pues en vano me rinden culto, enseñando como doctrinas preceptos de hombres” (Mateo 15:7-9).

Atrapados en una Furiosa Tormenta

¿Dónde estamos hoy? Nuestra sociedad está atrapada en una furiosa tormenta de violencia, caos y maldad. Cada mes, elijo “señales de los tiempos” para resaltar en nuestra revista bimestral Farolero (Lamplighter), y me doy cuenta de que se manifestarán ejemplos más escandalosos antes de que podamos imprimir.

La analogía de la tormenta ofrece perspicacia. Las poderosas y destructivas tormentas eléctricas, huracanes y tornados comienzan como pequeñas perturbaciones atmosféricas. Lo que comienza como un evento meteorológico de baja presión eventualmente se transforma en un monstruo que no se puede controlar ni evitar. Lo único que la gente puede hacer es agacharse y orar, o huir a otro lugar.

A lo largo del siglo pasado, el desdén por las normas morales se manifestó en semillas de depravación que se sembraron en la década de 1960. Y lo toleramos todo. La brújula moral de Estados Unidos fue destrozada por líderes electos que practicaron el engaño para perseguir ambiciones egoístas y políticas en bancarrota. Los fundamentos espirituales de nuestra nación fueron socavados por las decisiones de la Corte Suprema, que eliminaron la oración y relegaron la fe cristiana a las afueras de la sociedad. El tejido de la familia fue irreparablemente desgarrado por leyes que respaldaban el divorcio no contencioso y políticas que fomentaban la infidelidad y la crianza monoparental de los hijos.

En una precipitada carrera por empujar los límites de la liberación, los radicales ahora proclaman que todos los valores judeocristianos son patriarcales y opresivos—expresando claramente su rechazo al Dios de las Escrituras y Sus leyes. En cumplimiento práctico de Salmos 2:2-3, nuestros propios líderes electos intentan apaciguar a las masas inquietas al rechazar al Señor y a Su Ungido, mientras intentan alegremente ¡romper sus cadenas y librarnos de sus cuerdas!”.

Como un tonto que navega desde un puerto seguro o se arroja a la deriva desde un amarre seguro, nuestra nación ahora está siendo arrojada a un mar de relatividad moral e inundada por olas de crimen, ansiedad y desesperación.

Una Luz en la Oscuridad

La única manera de escapar del camino autodestructivo en el que estamos es primero reconocer nuestra difícil situación. Al igual que los astronautas del Apolo 13, debemos comprender la sombría realidad de que “tenemos un problema”. Los consejeros le dirán que es la parte más difícil de cambiar la trayectoria de alguien adicto al alcohol o las drogas. En su autoengaño, las personas autodestructivas se niegan a aceptar que tienen un problema.

Si nuestra sociedad— desde nuestros líderes nacionales hasta los ciudadanos comunes—reconoce primero nuestro problema espiritual, el próximo desafío es comprender que la autosuficiencia no es una virtud absoluta. Nuestros líderes políticos se apresuran a promocionar nuestra capacidad para superar cualquier desafío, llegando a nuestro interior y levantándonos por nuestros propios medios. Pero tal actitud es deliberadamente antibíblica. Necesitamos a Dios.

Incluso si nuestra nación se apartara de la negación, aceptara una autoconciencia bíblica y reconociera su propia necesidad, ¿volvería la abrumadora mayoría a Cristo? La rebelión se ha extendido tanto, y la priorización del ecumenismo está tan arraigada, que nuestros impulsores culturales abrazarán cualquier moda espiritual antes de venerar al Dios vivo y verdadero y Su Palabra revelada.

Para visualizar la trayectoria necesaria, EE.UU. necesita

1. Darse cuenta de que tiene un problema espiritual (Salmos 9:17).

2. Llegar al final de sí mismo y confesar su mayor necesidad (Ap. 3:17).

3. Volverse a Dios y abrazar a Jesucristo como Salvador y Señor (Salmos 33:12a).

Aunque estoy convencido de que la herida autoinfligida de Estados Unidos es incurable (Jeremías 30:12-13), los cristianos fieles nos esforzamos por actuar como sal y luz, trabajando por el bienestar de esta tierra pagana. Como Jeremías dijo a los exiliados que vivían en Babilonia, “en su bienestar [tendremos] bienestar” (Jeremías 29:7). Buscamos el bienestar de nuestra nación, y del Estado, y la ciudad y el vecindario en el que vivimos, para apoyar los conductos de bendición para las personas cercanas y lejanas.

Al hacerlo, debemos lidiar con otro problema.

Extranjeros y Peregrinos en una Tierra Extraña

Pedro se refirió a los seguidores de Jesucristo como piedras vivas que son rechazadas por los hombres (1 Pedro 2:4). Aunque estamos unidos a la Piedra Escogida—nuestra preciosa Piedra Angular, en este mundo vivimos como “peregrinos y expatriados” (2:11, RVA-2015).

Este lenguaje era demasiado familiar para los oyentes y lectores judíos de Pedro. Los judíos se identifican con el peregrinaje de Abraham como un extranjero en Canaán porque, como pueblo, esperaban ser rescatados de la esclavitud en Egipto. Vivieron como exiliados en Babilonia, anhelando su liberación del cautiverio. Los cristianos estadounidenses presumen que tenemos derecho a vivir en una sociedad que honra a Dios y respeta nuestra fe—bastante ajenos al hecho de que esta rara vez ha sido la experiencia de los santos de Dios.

En un nivel profundamente introspectivo, es hora de darnos cuenta de que, al igual que las generaciones de los elegidos que nos han precedido, en este mundo también tenemos un problema. Jesús nos lo dijo. Él dijo: “En este mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33). La mayoría de las veces, seremos perseguidos, enjuiciados y abusados. Esta oscuridad presente dará paso a un futuro aún más horrible; durante la Tribulación, el Anticristo buscará destruir a todos los que adoran al Cordero. Apocalipsis 6:9-11 describe el clamor de todos los martirizados por mantener su testimonio de fe.

Así que, hermanos y hermanas, entendamos que no somos inmunes a la hostilidad del mundo. Esa hostilidad crecerá y hará metástasis a medida que se acerque el final, lo que nos conducirá a un mayor ostracismo para nosotros como seguidores de Cristo. Ése no es sólo nuestro problema inminente y creciente, es nuestro gran privilegio y oportunidad.

Tengan Cuidado Cómo Andan

Por esta razón, la Biblia dice: “Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:14-16).

Apropiarse esta comprensión no es una actitud derrotista. Es el primer paso necesario para prepararnos para nuestro llamado ascendente en Cristo en un momento como éste. En lugar de aferrarnos a una visión de ascendencia de Pollyanna ante los ojos del mundo, podemos enfocarnos en honrar y servir a nuestro Padre celestial—incluso mientras abogamos por la piedad y las políticas, leyes e instituciones que honran a Cristo. Estamos llamados a ser una fuerza restrictiva contra el mal y faros de esperanza, hasta que seamos colectivamente arrebatados fuera del mundo.

Necesitamos recuperar la audaz confianza de los apóstoles y los primeros cristianos que se consideraban privilegiados de sufrir por de Cristo. Pablo animó a la iglesia de Filipos a “[comportarse] de una manera digna del evangelio de Cristo” frente a una gran oposición (Filipenses 1:27-28). Él dijo: “Porque a ustedes se les ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él (1:29). Del mismo modo, Pedro y los otros apóstoles, después de ser azotados por enseñar en el nombre de Jesús, siguieron su camino “regocijándose de que hubieran sido considerados dignos de sufrir afrenta Su Nombre” (Hechos 5:41).

Mediten en sus Caminos

Hablando de considerar, en esta hora crepuscular es crítico que apliquemos la advertencia dada al pueblo judío a través del profeta Hageo. Dos veces, el Señor le dijo a su pueblo: “¡Considerad vuestros caminos!”.  La NASB señala que, en ambos casos, el texto original enfatiza que las personas deben “poner su corazón en” considerar sus caminos. Otras traducciones traducen esto como, “Piensen cuidadosamente en sus caminos” (por ejemplo, la Christian Estándar Bible, CSB). El Señor está enfatizando claramente la importancia de que Su pueblo se aleje de su rutina para considerar cómo deben proceder.

En ese espíritu, sólo necesitamos sopesar las palabras de Jesús con respecto a la fe y el amor. Él preguntó retóricamente: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8). También advirtió que, a medida que aumenten la apostasía y la persecución, “muchos se apartarán de la fe”, y  “debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:9-12).

Solía pensar que esos versículos se aplicaban al mundo incrédulo, pero ahora los considero advertencias para los cristianos. La preocupación de Cristo era por sus ovejas. El peligro de que nuestro amor se enfríe frente a la creciente anarquía toca la crítica que Él dirigió a Éfeso—la primera iglesia en Apocalipsis 2–3. La clave para evitar esas trampas es aferrarse a la tercera pata del taburete de tres patas de Pablo: fe, esperanza y amor.

Pedro nos dice que el resultado de la fe activa es el amor (2 Pedro 1:5-7), mientras  que Hebreos 11:1 caracteriza la fe como “certeza de lo que se espera, y la convicción de lo que no se ve”.  Todavía no vemos a Cristo cara a cara; ¿lo espera con tanta seguridad que su corazón resuena con la anticipación de Su venida?

Una Advertencia a los Individuos

No es suficiente recuperar nuestra sociedad. Si no conoces a Jesús como Salvador y Señor, tu propio destino eterno es horrible más allá de las palabras. Al igual que nuestra Sociedad misma, debes:

  1. Darte cuenta de que tienes un problema espiritual
  2. Llegar al final de ti mismo y confesar tu gran necesidad (en el espíritu de Apocalipsis 3:17)
  3. Volverte a Dios y abrazar a Jesucristo como tu Salvador y Señor

El tiempo es esencial. Jesús está a las puertas del Cielo, listo para que Su Padre lo envíe a recoger a Su Novia, la Iglesia. ¡Puede suceder cualquier día!

Sin embargo, no se te garantiza otro día—ni siquiera otra hora. Invoca el Nombre del Señor ahora mismo y serás salvo. Únete a todos los que hemos creído en el Señor Jesucristo y lo amamos con todo nuestro corazón, alma y mente. Entonces, juntos podemos proclamar las Buenas Nuevas de que Él ha venido, ha pagado la pena por el pecado, ¡y volverá pronto!

Regresa a tu Primer Amor

Entonces, terminamos donde comenzamos: Con la advertencia de Jesús a la iglesia en Éfeso. Elogió su trabajo y perseverancia. Elogió la falta de voluntad de la iglesia para sucumbir a la tolerancia con el fin de complacer al mundo atado al infierno. Elogió su discernimiento y perseverancia. Pero Su reprensión plantea un desafío para cada uno de nosotros, a medida que los días se hacen más largos y oscuros: ¿nos mantendremos fieles a nuestro primer Amor—a Cristo, nuestro Salvador y Señor?

Estados Unidos está manifestando todas las desgarradoras Señales de la Sociedad que marcan proféticamente la proximidad del Día del Señor. Al igual que la antigua Judá, nuestra herida parece ser incurable, ya que nuestra nación evita al Dios que nos bendijo.

Las señales de nuestra propia sociedad ofrecen una nota de advertencia para aquellos de nosotros que aspiramos a seguir a Cristo. Día a día, hora a hora, minuto a minuto—elige si permanecer fiel y seguirlo.

La Gloria del Señor ciertamente viene, después de desatar Su terrible y veloz de juicio e ira. ¿Estás listo?

Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recursos recomendados

 

martes, 14 de marzo de 2023

EE.UU., Tenemos un Problema (parte 1 de 2)

Atrapados en una Furiosa Tormenta

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

Las cartas a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3 ofrecen tanto aliento eterno como una advertencia a las iglesias y a los cristianos individuales. Mientras que dos iglesias recibieron sólo aliento del Señor mismo, las otras cinco se encontraron fuertemente reprendidas.

Las palabras de Jesús a la iglesia en Éfeso en Apocalipsis 2:5 son instructivas para nosotros todavía hoy. Esta amada iglesia, plantada por el apóstol Pablo, fue la primera en ser llamada por su nombre en Apocalipsis.

El Señor primero elogió sus obras, su trabajo y su perseverancia. También señaló que no toleraban a los hombres malvados. Sin embargo, Su queja contra esa iglesia era que habían abandonado su Primer Amor. Sin lugar a dudas, Dios se ofende justificadamente cuando aquellos que lo conocen — y deberían saberlo mejor — le dan la espalda y violan la relación a la que Él los ha llamado. Y eso no sólo es cierto para los individuos. Cuando una nación o sociedad, que una vez respetó y honró al Señor, se aleja de Él, al daño se suma el insulto, lo que entristece el corazón de Dios.

Tendemos a ver con ojos físicos, midiendo la salud de una nación por su vitalidad económica o la esperanza de vida de sus ciudadanos. Esos indicadores tienen mérito, pero así como Dios le dijo a Samuel que no mirara la apariencia externa al ungir a un rey de entre los hijos de Isaí, Dios todavía “no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).

La Palabra profética de Dios dice que la mayoría de los corazones humanos se oscurecerán y enfriarán en los días postreros— y que la sociedad misma se volverá cada vez más malvada. Nos referimos a esta categoría de señales de los Tiempos del Fin que presagian el regreso del Señor como “Señales de la Sociedad”. Y Estados Unidos está siguiendo la trágica trayectoria de la antigua Judá en este momento.

Apartada y Bendecida con Gracia

Con demasiada frecuencia, nos engañamos al pensar que nuestra nación es bendecida porque merecemos la bendición de Dios. Con gritos de “¡USA!, ¡USA!”, resonando en nuestros oídos, nos golpeamos el pecho en sentido figurado figurativamente golpeamos nuestros pechos y pregonamos la dignidad de nuestra nación, olvidando que incluso nuestro himno nacional, “América la Bella”, repite la línea “Dios derramó Su gracia sobre ti” seis veces. Pocos reflexionan hoy en que el poema de Katharine Lee Bates estaba destinado a inspirar humildad y acción de gracias a Dios Todopoderoso.

Katharine Lee Bates

Los estadounidenses mayores fueron criados para pensar que la nuestra es “la nación más grande de la tierra” (si no la nación más grande de todos los tiempos). Estoy de acuerdo con ese sentimiento cuando se trata de la libertad ordenada que marcó el experimento estadounidense durante sus primeros 200 años más o menos, no porque nuestra “unión más perfecta” fuera realmente perfecta. En cambio, nuestra nación aspiraba anhelantemente a la perfección, respetando, como lo hizo Bates, la Fuente de nuestra grandeza:

¡Dios repare cada defecto, 
Confirma tu alma en dominio propio, 
Tu libertad en la ley! 
¡Que Dios tu oro refine hasta que todo éxito sea nobleza, 
Y toda ganancia divina!

Que Dios repare todos tus defectos
Que confirme tu espíritu de auto control
Y tu libertad en la ley.
Que Dios refine tu oro
Hasta que todos tus triunfos sean nobles
Y todo logro divino.

Durante el siglo pasado, pocos podrían discutir la prosperidad sin precedentes que nuestra sociedad ha disfrutado. Pero, lamentablemente, esa prosperidad se transformó en un sentido de derecho, autoimportancia y autosuficiencia, que ha llevado a Estados Unidos gravemente por mal camino.

La Fe de Nuestros Padres

David Barton y otros eruditos cristianos ofrecen una clara evidencia de los fundamentos judeocristianos de nuestra sociedad. Hombres como George Washington, Benjamin Franklin y, sí, incluso Thomas Jefferson, no podrían haber imaginado la creación de una nación sin apuntalarla en la fe cristiana.

Algunos replicarían que esos hombres eran hipócritas cuando se trataba de seguir la ley de Dios. Estoy de acuerdo. Todos nosotros somos hipócritas hasta cierto punto, y los fundadores fueron culpables de algunos descuidos e inconsistencias flagrantes. Pero esa comprensión aún no puede restar valor a los ideales que acordaron perseguir colectivamente — o al sistema de gobierno que establecieron para honrar al “Dios de la Naturaleza”, y los derechos de Su criatura más elevada.

Con el tiempo, nuestra nación soportó tremendos y crecientes dolores. El más pronunciado ocurrió menos de ochenta y siete años después del establecimiento original de los Estados Unidos. Reflexionando sobre la horrible tragedia de la Guerra Civil y el flagelo de la esclavitud misma, Abraham Lincoln observó: “El Todopoderoso tiene Sus propios propósitos. ‘¡Ay del mundo a causa de los tropiezos! Porque es necesario que vengan los tropiezos; pero ¡ay del hombre por quien viene el tropiezo!... los juicios del Señor son verdaderos y justos en su totalidad’” (Segundo Discurso Inaugural).

¿Una Nación Cristiana?

No hay duda de que Estados Unidos fue fundado sobre principios cristianos. La Biblia se enseñaba en todas las aulas de las escuelas públicas junto con cartillas como McGuffey Readers. Nuestras leyes y nuestra moralidad colectiva fueron moldeadas sin disculpas por la Palabra de Dios. Pero no más.

Algunos cristianos todavía quieren mantener que ésta es una nación cristiana. Me parece una afirmación ofensiva. ¿Toleraría una nación cristiana, y mucho menos alentaría?:

  • Libertinaje sexual sin restricciones.
  • Homosexualidad flagrante y una apropiación voluntaria del arco iris (ordenado por Dios) para transmitir entusiasmo hacia la sodomía y el pecado.
  • Confusión sobre verdades básicas de la creación como la distinción biológica entre hombres y mujeres.
  • Una epidemia de divorcio que destruye la familia, odiado por Dios?
  • Uso desenfrenado de drogas para adormecer la mente—recetadas o “recreativas”.
  • Millones de bebés asesinados en el vientre de sus madres.
  • Iglesias profesantes que denigran la deidad de Cristo y Su Palabra.
  • Líderes nacionales haciendo alarde de su engaño y pecado que empobrecen a las generaciones futuras en violación de los principios bíblicos.

Podría seguir y seguir, describiendo con detalles desgarradores las transgresiones contra el Cielo que se multiplican cada día. En lugar de enfocarme en la letanía de transgresiones, simplemente preguntaré: ¿Etiquetaría Dios a nuestra nación como una nación cristiana, o se ofendería de que tal pueblo mezclara el Nombre de Su Hijo con sus perversiones manifiestas y la celebración de la maldad?

No es mi punto probar aquí que Estados Unidos fue fundado como una nación cristiana. La pregunta que se cierne sobre nuestras cabezas hoy es: ¿Cómo llegamos a donde estamos hoy?

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recursos recomendados

 

jueves, 9 de marzo de 2023

Del Editor: "Houston, Tenemos un Problema"

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

En 1970, Jim Lovell, Fred Haise y Jack Swigert se lanzaban por el espacio a miles de millas por hora en su camino a la luna. Lovell había orbitado justo antes de Navidad en 1968, y otras dos tripulaciones ya habían aterrizado en la luna y regresado a salvo a la tierra.

Pero cuando Swigert llevó a cabo una agitación de rutina de los tanques de oxígeno líquido, un cortocircuito eléctrico causó una explosión que paralizó la nave espacial y amenazó la supervivencia de la tripulación. Evaluando rápidamente la gravedad de la situación, Lovell pronunció palabras que son tan memorables como subestimadas: “Houston, tenemos un problema”.

Tripulación del Apolo 13

Gracias a la habilidad y dedicación de un gran equipo de ingenieros y controladores de misión, el Apolo 13 llegó a casa sano y salvo — aunque esa tripulación nunca llegó a caminar sobre la luna.

Durante muchos años, nuestra sociedad ha estado lanzándose hacia un futuro secularizado y pagano. A pesar de los eventos aislados para sacudir la conciencia espiritual de nuestra nación, Estados Unidos se ha negado sistemáticamente a reconocer que “tenemos un problema”. En cambio, como una rana en una olla, hemos sido testigos y hemos vivido cambios tan graduales, que al principio eran casi imperceptibles. Últimamente, esos cambios se están acelerando enormemente, y un número creciente de personas está empezando a darse cuenta de que nos dirigimos hacia el desastre.

Las Señales de la Sociedad son incluso más obvias en muchos sentidos que las Señales de la Naturaleza. Lo que es más difícil de identificar es la causa raíz de un cambio moral y social dado. Obviamente, el pecado está en el corazón de todos nuestros problemas. Pero los corazones individuales que cometen, o toleran, el pecado, se convierten en una fuerza que nos está empujando a todos en una trayectoria desastrosa.

Mirando hacia atrás, es evidente cuánto hemos caído en los últimos 20-30 años. ¿Qué nos espera? La Palabra de Dios ofrece perspicacia profética a quienes tienen ojos para ver. También establece un desafío para cualquiera que busque servir como Sal y Luz — y aspire a ser un vencedor.

Prepárese para esta edición de la revista Lamplighter, que examinará dónde hemos estado, dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos. De hecho, este tema podría leerse mejor de rodillas, pidiéndole a Dios en oración que fortalezca su corazón y anime su testimonio en un mundo que se está oscureciendo cada día más.

Tim Moore y Nathan Jones, durante la transmisión del programa Cristo en la Profecía”.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado

jueves, 27 de octubre de 2022

Su Cosmovisión puede ser más secular de lo que cree

Por Sean McDowell


Un pastor de jóvenes una vez me pidió que hablara con sus estudiantes y los desafiara a pensar cristianamente. En lugar de dar una charla, decidí involucrarlos en una conversación que (con suerte) descubriría cuán profundamente su pensamiento había sido formado por ideas seculares.

Escribí una pregunta sencilla en la pizarra y les pedí que respondieran: “¿Qué significa ser una persona libre?”. Después de asegurarme de que supieran que la pregunta era más personal que política, les pedí su opinión.

Después de una discusión y reflexión, acordaron la siguiente definición: “Libertad es poder hacer lo que quieras sin restricciones”. En otras palabras, entendían la libertad como un individuo que hace lo que quiere sin restricciones (ley, persona, etc.). Así, la persona libre es verdaderamente autora de su propia vida.

¿Un Dios personal cambia algo?

Luego seguí con una segunda pregunta: “Si existe un Dios personal, ¿cambiaría eso la forma en que entendemos la libertad?”. Después de reflexionar e interactuar, acordaron que la naturaleza de la libertad sería esencialmente la misma con o sin Dios, y que Dios sólo agregaría la realidad de las consecuencias. Dios puede agregar culpa en esta vida, o consecuencias en la otra vida, pero Su existencia no haría una diferencia significativa en cuanto a lo que significa ser libre.

Durante la siguiente hora, los presioné amorosamente para que consideraran cómo habían adoptado, sin darse cuenta, una visión secular de la libertad sin siquiera darse cuenta. Permítanme explicar.

Si Dios no existe, entonces estos estudiantes expresaron una visión razonable de la libertad. Después de todo, los humanos no tienen responsabilidad divina y son el resultado de un proceso evolutivo ciego y sin propósito. El ser humano libre sería simplemente aquel que puede vivir como quiera vivir.

Un Dios personal lo cambia todo

Pero lo que estos estudiantes no lograron entender es que la existencia de un Dios personal lo cambia todo. Así es, todo. La definición que expresaron los estudiantes es una comprensión negativa de la libertad que podría llamarse “libertad de”. Estar libre de restricciones es un aspecto de la libertad. Pero es sólo la mitad de la historia.

Si Dios existe, también debemos considerar un aspecto positivo, que a veces se llama “libertad para”. Al igual que un automóvil que ha sido diseñado por su creador para funcionar de cierta manera, los seres humanos han sido creados para un propósito mayor y experimentan la libertad cuando descubren y viven ese propósito (Gn. 1-2). Sólo cuando conocemos la verdad y alineamos nuestras vidas con ella, podemos experimentar la libertad genuina. En pocas palabras, la persona libre es aquella que puede vivir de acuerdo con el diseño de Dios.

La visión secular dice que vivas como quieras. El punto de vista cristiano dice que hay que cultivar las necesidades correctas. La visión secular enfatiza al individuo como supremo. El punto de vista cristiano dice que amar a Dios y amar a los demás es supremo. La visión secular dice que creamos la verdad existencial. El punto de vista cristiano dice que descubrimos la verdad.

Todos vivimos nuestras vidas basadas en una cierta comprensión de la libertad. La pregunta clave no es si tenemos una visión de la libertad, sino qué visión tenemos. ¿Está nuestra cosmovisión más informada por nuestra cultura cada vez más secular o por las Escrituras? No pueden ser ambas cosas. 

El Dr. Sean McDowell es un comunicador dotado que ha seguido los pasos de su padre, Josh, como defensor de la fe cristiana. Se desempeña como Profesor Asociado de Apologética Cristiana en la Escuela de Teología Talbot de la Universidad de Biola. Ha escrito, co-escrito o editado más de veinte libros, y viaja regularmente por los Estados Unidos y alrededor del mundo proclamando el Evangelio.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Read in Lamplighter:

miércoles, 28 de septiembre de 2022

¿Qué es una Cosmovisión?

Por Dr. Del Tackett

La definición clásica de “cosmovisión” toma alguna forma de: “La lente a través de la cual uno ve el mundo que lo rodea”. Creo que es mucho más profundo que esto y mucho más complicado. De hecho, creo que hay tres categorías diferentes que debemos tener en cuenta cuando tratamos de definir “cosmovisión”, o intentamos entender qué es.

Por supuesto, necesitamos entenderlo no como un mero término lingüístico o un estudio académico, sino como un aspecto críticamente íntimo y profundo de nuestra propia vida.

Formal vs. Personal

Cuando hablamos de una “cosmovisión”, hay dos formas fundamentalmente diferentes de usarla. La primera es referirse a una cosmovisión “formal”, y la segunda es referirse a la cosmovisión “personal” de uno. Éstas son muy diferentes entre sí y deben definirse por separado.

Una cosmovisión formal es un conjunto de afirmaciones de verdad que pretenden pintar una imagen de la realidad. Las cosmovisiones formales a menudo se titulan, como marxismo, islam o cristianismo. Uno puede encontrar un buen número de publicaciones que establecen las afirmaciones de verdad para cada una de estas “cosmovisiones” formales. Esto simplemente significa que el “libro” para cada una de estas cosmovisiones hace la fuerte afirmación de que sus afirmaciones de verdad son realmente reales.

Una cosmovisión personal es también un conjunto de afirmaciones de verdad, pero estas afirmaciones de verdad no están escritas en un libro, están escritas en el corazón. Son afirmaciones de verdad que se adoptan tan profundamente que “creemos” que realmente coinciden con la realidad. Pero el factor crítico aquí es que, una vez que creemos que una afirmación de verdad es realmente real, impulsará nuestro comportamiento: cómo actuamos, cómo pensamos y cómo nos sentimos. Si cree que no puede ser amado a menos que pese menos de lo que pesa ahora, esa creencia impulsará la forma en que actúa. Si cree que su felicidad e importancia se basan en circunstancias que funcionan de la manera en que las ha planeado y parece que las posibilidades de que eso suceda son cada vez menos probables, entonces se encontrará preocupado. Jesús se ocupó del tema de la preocupación y claramente señaló con Su dedo la fuente: nuestras creencias.

Éste es el poder de la cosmovisión personal y la impotencia de una cosmovisión formal. Nadie actúa por las ideas de un libro. Actúan por las ideas en su corazón. Puede crear su propia nueva cosmovisión formal. Puede escribir un libro al respecto o tal vez incluso cien libros sobre ello. Puede darle un nombre elegante, como Avatarismo. Pero si nadie acepta sus afirmaciones de verdad como realmente reales, entonces no tendrá nada más que un viejo libro polvoriento.

Pero si cientos, o miles, o incluso millones de personas comienzan a leer ese libro y creen que su verdad afirma ser realmente real, incluso si son totalmente falsas, entonces los dominará con sus ideas.

Es por eso que Dave Breese escribió un libro titulado Siete Hombres Que Gobiernan el Mundo desde la Tumba. ¿Cómo siguen gobernando? Porque cada uno escribió un “libro” con sus propias ideas en ellos, en su mayoría ideas falsas, y la gente comenzó a creer esas ideas y, al hacerlo, incluso mucho después de que los autores de esos libros murieran, sus ideas continúan impulsando cómo piensan las personas, cómo actúan y cómo se sienten. Se rigen por esas ideas. ¿Por qué? Porque están escritas en sus corazones. Creen que son reales. Se convirtieron en parte de su cosmovisión personal.

Ésta es la importancia de las ideas y el poder de una cosmovisión. Pero, hasta que se convierte en parte de la cosmovisión personal de uno, es impotente. Es por eso que la Escritura nos advierte que “guardemos nuestro corazón” (Proverbios 4:23). Eso no es para protegernos de ser heridos emocionalmente por alguien, es para protegernos de lo que terminamos creyendo que es realmente real.

Y si fuera a escribir su libro, y sólo una persona comenzara a creer que sus ideas son reales, estaría gobernando a esa persona. Esto debería ser suficiente para que tomemos en serio otra advertencia de las Escrituras: “Hermanos míos, no se hagan muchos maestros sabiendo que recibiremos juicio más riguroso” (Jacobo 3:1).

Si va a enseñar o escribir, es mejor que se asegure de que las “afirmaciones de verdad” que asevera sean realmente reales. Y la única manera que conozco de asegurar eso, es estar muy, muy seguro de que sus palabras son consistentes con la Verdad de Dios. Si no, ay de usted si algún “niño pequeño tropieza” (Marcos 9:42) debido a su falsa enseñanza.

Hay más diferencias en estas dos visiones del mundo:

  • Una cosmovisión formal suele ser bastante completa y trata con la mayoría de las áreas de la vida, si no todas.
  • Una cosmovisión personal puede ser bastante irregular o incompleta.
  • Estudiar una cosmovisión formal es bastante fácil.
  • Tratar de entender la cosmovisión personal de alguien no lo es.
  • Una cosmovisión formal puede ser elaborada para parecer bastante lógica (aunque una cosmovisión falsa siempre estará llena de contradicciones si está dispuesto a examinarlas).
  • Una cosmovisión personal puede ser bastante ilógica. Puede abarcar ideas o afirmaciones de verdad que son muy contradictorias. Puede ser impulsada por motivos y deseos egoístas, en lugar de la realidad. De hecho, la cosmovisión personal de uno puede ser bastante “irreal” y, en ciertas áreas, se podría decir que estamos viviendo en un mundo de “sueños”, porque nuestras creencias son muy contrarias a la realidad. Cuando éste es el caso, generalmente es debido a nuestros motivos egoístas: creemos lo que queremos creer.

Fuente de Verdad

Lo que es común a ambas, sin embargo, es que cada una se basa en una fuente de verdad.

Para la cosmovisión formal, esto es bastante fácil de determinar. Una cosmovisión cristiana cree que la verdad ha sido revelada tanto en la creación de Dios como en Su Palabra escrita. El islam cree que ha sido revelada en el Corán. Los Santos de los Últimos Días creen que se ha revelado en el Libro del Mormón y otras revelaciones a sus profetas, como La Perla de Gran Precio. El naturalismo cree que la fuente de la verdad se encuentra sólo en la ciencia. El marxismo y el leninismo se basan en los escritos de Karl Marx y Frederick Engels, quienes también se apoyaron en una cosmovisión del naturalismo.

Para la cosmovisión personal, congruente con su inconsistencia, podríamos encontrar múltiples fuentes de verdad. Sin embargo, en la cosmovisión verdaderamente egoísta, a veces se expresa que el corazón del individuo es la fuente de la verdad. Entonces, “Mi corazón me dice que...”, es la fuente de verdad de uno.

A veces, una persona comienza a creer que una cosmovisión formal es correcta en su comprensión de la fuente de verdad y los adherentes intentarán moldear su cosmovisión personal a las doctrinas de la cosmovisión formal. Sin embargo, es bastante inusual que un individuo tenga una cosmovisión personal que coincida perfectamente con una cosmovisión formal. Cuando el egoísmo u otros motivos impulsan nuestras creencias, entonces podemos declarar que creemos en la fuente de verdad de una cosmovisión formal y sus afirmaciones de verdad, pero actuamos de una manera diferente.

¿Y por qué actuamos de una manera diferente? Porque tenemos otras afirmaciones de verdad que han capturado nuestro corazón que son más profundas que las afirmaciones de verdad de la cosmovisión formal. Todo esto nos lleva al tercer tipo de cosmovisión: la cosmovisión “profesada”.

Esto es algo complicado, pero no demasiado. Es lo que sucede cuando creemos que es en nuestro mejor interés “profesar” una creencia en particular cuando realmente no creemos que sea real. ¿Y por qué creemos que es en nuestro “mejor interés”? Porque hemos creído otra afirmación de verdad que lo dice. Por ejemplo, si creo en la afirmación de verdad: “Seré feliz si la gente me acepta y piensa bien de mí”, entonces podría actuar de una manera que haga que la gente me acepte y piense bien de mí. Si estuviera en un grupo cristiano y quisiera ser feliz, entonces diría “Jesús es el Señor”, cuando realmente no lo creo. Incluso podría memorizar pasajes de las Escrituras, o ir a la iglesia, o levantar las manos en adoración para mostrar que soy realmente digno del honor y la alabanza de aquellos que me ven hacer tales cosas. Esto se convierte en mi cosmovisión “profesada”, y a menudo es difícil separar lo “profesado” de lo “personal”. Muchas veces, lo “profesado” es la profesión abierta de cosas consistentes con la cosmovisión formal, pero puede estar a kilómetros de distancia de la cosmovisión personal.

Creo que Dios está hablando de esto cuando declara: “Este pueblo se acerca con su boca y me honra solo con sus labios; pero su corazón está lejos de mí” (Isaías 29:13) Ésta es una cosmovisión “profesada” en acción. Pero el Dios omnisciente no se deja engañar por las “profesiones” que hacemos porque Él “mira el corazón”. (1 Samuel 16:7) Esto significa que Él no sólo sabe cómo se “siente”. Él sabe lo que realmente cree a pesar de lo que “profesa”.

Es por eso que no debemos engañarnos a nosotros mismos al pensar que nuestra cosmovisión “profesada” es igual a nuestra cosmovisión “personal”; ni que nuestra cosmovisión “personal” sea igual a la cosmovisión “formal” con la que estoy asociado—sólo porque soy miembro de una iglesia, o sinagoga, o mezquita, o sociedad de librepensadores.

Marcos registra que Jesús sabía lo que la gente estaba pensando en sus corazones (Marcos 2:8). Podemos llegar a ser bastante buenos en la elaboración de hermosas máscaras...el tipo de máscara que a la gente le encanta ver...y podemos convertirnos en maestros de qué máscara usar en presencia de ciertas personas. Hacemos esto porque creemos, en nuestros corazones, que nuestra importancia, placer y felicidad están ligados a lo que la gente piensa de nosotros. Así que usamos una máscara y engañamos a todos.

A todos, por supuesto, menos a Dios. Él conoce nuestro corazón.  

Del Tackett es un oficial retirado de la Fuerza Aérea, que se desempeñó como Presidente del Instituto de Enfoque a la Familia. Creó y enseñó El Proyecto La Verdad de Enfoque a la Familia, un plan de estudios de cosmovisión cristiana que ha impactado a más de 12 millones de personas en todo el mundo.

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article
What is a Worldview?

viernes, 16 de septiembre de 2022

Su Cosmovisión: ¿Pagana o Cristiana?

Por Dr. David R. Reagan

La Universidad de Harvard celebró su cosmovisión pagana este año invitando a Jacinda Ardern a pronunciar el discurso de graduación de la escuela. Ella es la Primera Ministra de Nueva Zelanda. Como dijo un observador, su discurso sonó como “una homilía que promueve la ideología doctrinal del secularismo religioso”.1 Ella se jactó elogiosamente de su parlamento y de sus logros legislativos:2

Tenemos un sistema proporcional mixto de miembros, lo que significa que... ha garantizado que nuestro parlamento refleje mejor a nuestras comunidades. Casi el 50 por ciento de nuestro parlamento son mujeres [aplausos]; el 20 por ciento maoríes, los pueblos indígenas de Nueva Zelanda; y nuestro Viceprimer Ministro es un orgulloso hombre gay [grandes vítores], y se sienta entre varios otros parlamentarios del arco iris [aplausos].

En los últimos diez años, hemos aprobado leyes que incluyen todo, desde la introducción del matrimonio gay [vítores alegres] y la prohibición de la terapia de conversión [aplausos], hasta la incorporación de un objetivo de cambio climático de 1.5 grados en la ley [aplausos], la prohibición de armas semiautomáticas de estilo militar y rifles de asalto [aplausos], y la despenalización del aborto [ovación eufórica].

La ocasión me recordó el discurso de graduación que el gran novelista ruso, Alexander Solzhenitsyn, pronunció en Harvard en junio de 1978. Su recepción fue muy diferente a la de la Primer Ministro de Nueva Zelanda. Como ella, llegó al campus como un héroe; pero a diferencia de ella, partió como paria.

Eso es porque lo que tenía que decir indignó a la intelectualidad de Harvard, algunos de los cuales en realidad lo abuchearon. El New York Times incluso llegó a declararlo un “fanático peligroso”.3 Otros críticos lo denunciaron como un “reaccionario zarista, un ayatolá cristiano ortodoxo, un odiador de la democracia y un ultranacionalista ruso”.4 Como ha dicho uno de sus biógrafos, Daniel J. H. Mahoney: “Solzhenitsyn no sólo fue desestimado, fue demonizado”.5

El “Error” de Solzhenitsyn

¿Qué hizo Solzhenitsyn para provocar tanta ira? La respuesta es simple. Habló desde una cosmovisión cristiana, denunciando la creciente degradación de la sociedad estadounidense en la política, los negocios, el periodismo, el arte y la religión. En el proceso, reprendió a la religión del humanismo de Harvard porque, como él mismo dijo: “El humanismo siempre conduce al materialismo, y el materialismo produce ‘pobreza moral’”.6

Esta observación llevó a Solzhenitsyn a su declaración final y definitoria: “En el camino desde el Renacimiento hasta nuestros días...hemos perdido el concepto de una Entidad Suprema Completa que solía restringir nuestras pasiones y nuestra irresponsabilidad”.7

Solzhenitsyn desarrolló su tesis de Harvard de manera más completa y contundente cinco años más tarde, en 1983, cuando recibió el Premio Templeton por su “contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida”.8 Su discurso de aceptación se tituló: “La Impiedad: El Primer Paso Hacia el Gulag”. (El gulag es el sistema de campos de trabajo forzado soviéticos). Él comenzó con una reminiscencia de su infancia:9

Hace más de medio siglo, cuando todavía era un niño, recuerdo haber escuchado a varias personas mayores ofrecer la siguiente explicación para los grandes desastres que habían ocurrido en Rusia: Los hombres se han olvidado de Dios; es por eso que todo esto ha sucedido.

Otro problema que identificó fue la negativa de las personas a darse cuenta del mal que está en el corazón humano individual, y la consiguiente falta de voluntad para declarar algo como bueno o malo. El resultado, declaró, es que Occidente “se está deslizando ineludiblemente hacia el abismo”.10

Solzhenitsyn enfatizó que nosotros en Occidente debemos darnos cuenta “de que la salvación humana no se puede encontrar ni en la profusión de bienes materiales ni en simplemente ganar dinero”. Más bien, el objetivo debe ser “la búsqueda de un crecimiento espiritual digno”. Luego afirmó que la esperanza de la humanidad sólo se puede encontrar redirigiendo nuestra conciencia “en arrepentimiento al Creador de todo; sin esto, ninguna salida estará iluminada, y la buscaremos en vano”.11

Expresando el mismo pensamiento en diferentes palabras, Solzhenitsyn concluyó sus comentarios instando a sus oyentes a participar en “una búsqueda decidida de la cálida mano de Dios, que hemos despreciado con tanta temeridad y confianza en nosotros mismos”.12

Del Cristianismo al Humanismo

Nuestra nación nació basada en una cosmovisión cristiana. Ese es el punto de vista de la Declaración de Independencia y la Constitución de nuestra nación. La cosmovisión cristiana sirvió a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX como el pegamento que mantuvo unida a nuestra sociedad.

Tan fuerte fue la aceptación generalizada de la cosmovisión cristiana que, en 1892, nuestra Corte Suprema declaró: “Ésta es una nación cristiana... Somos un pueblo cristiano, y la moralidad del país está profundamente arraigada en el cristianismo”.13 Sí, nuestros partidos políticos no estaban de acuerdo sobre muchas cosas, pero estaban de acuerdo en los principios fundamentales de la cosmovisión cristiana.

Ese acuerdo comenzó a desmoronarse durante la segunda mitad del siglo XX, lo que resultó en una guerra cultural cada vez más virulenta. Para cuando el siglo llegó a su fin, la cosmovisión humanista había triunfado, lo que dio como resultado tensiones tan extremas que amenazan la existencia futura de nuestra nación.

Una Definición de Cosmovisión

Entonces, ¿qué es una visión del mundo? El término en realidad se define a sí mismo. Es la forma en que una persona ve filosóficamente el mundo. Considere las diferencias en las cosmovisiones en competencia en Estados Unidos hoy en día, que se ilustran en el cuadro a continuación.

¿Cuál es su cosmovisión? ¿Está enfocado en Jesús y en servirle? ¿Está defendiendo la verdad de la Palabra de Dios, o se ha acostado con el mundo y se ha convertido en cristiano sólo de nombre? ¿Se ha enamorado del mundo y ha olvidado que se supone que debe ser distinto del mundo?

Cosmovisiones Opuestas

Humanismo                        Cristianismo

El Hombre es Supremo Dios es Supremo

El Hombre es básicamente bueno El Hombre es básicamente malo

La evolución produjo la vida Dios creó la vida

La vida no tiene significado Jesús le da significado a la vida

La moralidad es irrelevante La Palabra de Dios determina la moralidad

La verdad es relativa La verdad es absoluta

Lo supernatural es un mito Lo sobrenatural es real

No hay vida después de la muerte La vida continúa después de la muerte

La vida se trata de logros La vida se trata de servicio a Dios

La única esperanza del mundo es una reforma económica, política y social 

La única esperanza del mundo es Jesús

Hay una vieja canción espiritual negra que siempre me desafía a examinar mi actitud hacia el mundo. El primer verso dice así:14

Este mundo no es mi hogar, solo soy un paso. Mis tesoros están depositados en algún lugar más allá del azul. Los ángeles me llaman Desde la puerta abierta del cielo, Y ya no puedo sentirme como en casa en este mundo.

¿Esas palabras expresan sus sentimientos acerca de este mundo? ¿Qué palabra usaría para resumir sus sentimientos? ¿Celoso? ¿Ansioso? ¿Enamorado? ¿Separado? ¿Está cómodo o se siente incómodo?

El Punto de Vista Bíblico

Jesús dijo: ...el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25). El apóstol Pablo dio una fuerte advertencia muy similar acerca de sentirse cómodo con el mundo. En Romanos 12:2 escribió: No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de vuestro entendimiento…”. ¿Está a la altura de esta exhortación?

¿Está conformado al mundo? ¿Ha adoptado la forma de vestir del mundo? ¿Qué pasa con la forma de hablar del mundo, o el amor del mundo por el dinero? ¿Son sus metas las metas del mundo — poder, éxito, fama y riquezas?

El hermano de Jesús expresó el asunto en un lenguaje muy directo. Él dijo: “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Jacobo 4:4).

¿Es amigo del mundo? ¿Se siente cómodo con lo que el mundo tiene para ofrecer en música, películas, programas de televisión y libros más vendidos? ¡La amistad con el mundo es enemistad contra Dios!

De hecho, Jacobo lo pone aún más fuerte que eso, porque al comienzo del pasaje que cité anteriormente (Jacobo 4:4), dice que aquellos que son amigos del mundo son adúlteros espirituales.

El apóstol Juan enfatiza lo mismo con la misma fuerza en 1 Juan 2:15–16:

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.

No hay forma de escapar de la triste realidad de estas palabras. ¿Ama el mundo? Si es así, ¡el amor del Padre no está en usted!

La Perspectiva Necesaria de la Cosmovisión

Si quiere sobrevivir a los peligrosos tiempos del fin en los que estamos viviendo, debe comprometerse a vivir con una perspectiva eterna.

¿Qué significa eso? En palabras de Pedro, eso significa vivir como “extranjeros y peregrinos” en este mundo (1 Pedro 2:11). De manera similar, en palabras del escritor de Hebreos, significa vivir como “extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13). Pablo lo expresó de esta manera: No piensen en las cosas terrenales porque, “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:19–20). Pablo explicó por qué se sentía así: Porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada” (Romanos 8:18). Tenga en cuenta que ésas son las palabras de un hombre que fue llevado al cielo y experimentó personalmente sus glorias (2 Corintios 12:1-4).

El gran escritor cristiano, C. S. Lewis, explicó que vivir con una perspectiva eterna significa “vivir como comandos que operan detrás de las líneas enemigas, preparando el camino para la llegada del Comandante en Jefe”.15  ¡Maranata! (1 Corintios 16:22).

Referencias

1) David Lane, “Our Judeo-Christian Heritage Squandered: Is It Any Wonder Judgment Is Upon America?” CharismaNews, June 7, 2022, www.charismanews.com/opinion/renewing-america/89366-our-judeo-christian-heritage-squandered-is-it-any-wonder-judgment-is-upon-america, page 1.

2) Ibid.

3) David Aikman, “Profiles in Faith: Aleksandr Solzhenitsyn, Part II: A World Split Apart: Solzhenitsyn’s Harvard Speech Twenty-four Years Later,” www.cslewisinstitute.org, page 1.

4) Ibid.

5) Brian C. Anderson, “Solzhenitsyn’s Permanence,” www.newcriterion.comarticles.cfm/Solzhenitsyn-s-permanence-8077, page 1.

6) Ibid.

7) American Rhetoric Online Speech Bank, “Alexandr Solzhenitsyn: ‘A World Split Apart,’ Address at Harvard University on June 8, 1978,” http://americanrhetoric.com/speeches/alexandersolzhenitsynharvard.htm, page 11.

8) NobelPrize.org, “Lists of Nobel Prizes and Laureates: 1970,” www.nobelprize.org/search/?query=1970.

9) Aleksandr Solzhenitsyn, “‘Men Have Forgotten God’ — The Templeton Address,” May 1983, www.roca.org/OA/36/36h.htm, page 1.

10) Ibid., page 3.

11) Ibid,. Pages 3-4.

12) Ibid., page 4.

13) Jane G. Rainey, “Church of the Holy Trinity v. United States (1892),” www.mtsu.edu/first-amendment/article/724/church-of-the-holy-trinity-v-united-states, pages 1-2.

14) Hymnary.org, “This World is Not My Home,” https://hymnary.org/text/this_world_is_not_my_home_im_just_a?extended=true.

15) El autor no pudo localizar la fuente precisa de esta cita que se atribuye a C. S. Lewis. Lewis se refiere varias veces a “vivir en territorio enemigo” en su clásico, Mero Cristianismo, (Nueva York, Nueva York: MacMillan Publishing Co., 1960), página 51.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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