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lunes, 27 de mayo de 2019

Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – Las Preguntas (parte 3)

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Parte 2 

Las Preguntas

5. ¿Podría el Rapto ocurrir al final de la Tribulación, como una etapa en la Segunda Venida del Señor?

Esto es lo que a menudo se denomina burlonamente como el “Rapto Yo-Yo”, porque muestra a los creyentes siendo llevados a los cielos para recibir al Señor, y luego regresar inmediatamente a la tierra con Él. 

De nuevo, este concepto somete a la Iglesia a los siete años completos de la ira de Dios durante la Tribulación. También destruye la inminencia.

El Rapto está representado en las Escrituras con el Novio (Jesús) viniendo por Su Novia (la Iglesia). Este punto de vista Post-Trib del Rapto presenta un concepto deformado del Novio golpeando a Su Novia durante siete años, ¡y luego viniendo por ella! 

En una de nuestras conferencias bíblicas anuales, el gran maestro de la Biblia, Ron Rhodes, abordó este concepto Post-Trib del Rapto de esta manera:11

Imaginemos por un momento que el Post-Tribulacionismo es cierto. Esto es lo que dice este punto de vista del Rapto:
  • Pasarás por los siete años de la ira de Dios.
  • Sufrirás el terrible reinado del Anticristo.
  • Experimentarás los agonizantes Juicios de los Sellos, las Trompetas y las Copas — que empeorarán progresivamente y serán cada vez más dolorosos.
  • La mayoría de ustedes morirán de formas dolorosas como mártires.

“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:18).

Lo siento amigos — ¡esto simplemente no funciona!

Hay otro problema muy serio con el punto de vista Post-Tribulación: ¡no provee una población para el Milenio! Déjenme explicarlo.

La Biblia enseña que, en  la Segunda Venida, Jesús va a venir a juzgar a todas las personas que quedaron vivas en ese momento — al final de la Tribulación (Mateo 25:31-46; Ezequiel 20:33-38). Los salvos entrarán al Milenio en sus cuerpos y comenzarán a repoblar el mundo. Los salvos que fueron arrebatados al comienzo de la Tribulación, serán dispersados por todo el mundo para reinar con Jesús en sus cuerpos glorificados.

Todos aquellos que han resistido al Señor hasta el final de la Tribulación, serán condenados a muerte.

Ahora, si el Rapto ocurre al mismo tiempo que la Segunda Venida, como parte de la Segunda Venida, ¡no habrá nadie para entrar al Milenio en su cuerpo! Todos los salvos habrán recibido cuerpos glorificados en el Rapto, y todos los que no sean salvos habrán sido enviados al Hades.

La única forma de tener una población en sus cuerpos físicos en el Milenio es que el Rapto ocurra en un momento anterior y aparte de la Segunda Venida.

6. ¿Es 1 primera de Tesalonicenses 4 el único pasaje del Rapto contenido en el Nuevo Testamento? 

De ningún modo. 

Jesús se refirió al Rapto en Juan 14 cuando dijo: 

1) “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

2) En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

3) Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

4) Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”.

¿Cómo sabemos que Jesús está hablando aquí del Rapto? Porque dice que se llevará a los creyentes al Cielo. Si estuviera hablando acerca de la Segunda Venida, se enfocaría en los creyentes reinando con Él aquí en la tierra. 

Otro pasaje del Rapto se puede encontrar en 1 Corintios 15. El apóstol Pablo habla acerca del Rapto cuando revela lo que él llama un “misterio” (versículo 51). Él afirma que, “No todos dormiremos [un eufemismo bíblico para la muerte]; pero todos seremos transformados” (versículo 51). Lo que él está diciendo aquí es que no todos nosotros vamos a morir, sino que todos los creyentes van a ser cambiados de mortales a inmortales.

Esto es exactamente lo que se enseña en 1 Tesalonicenses 4:13-18. Los que están muertos en Cristo serán resucitados y glorificados. Los creyentes vivos no probarán la muerte. Serán arrebatados para encontrarse con Jesús en el aire y, para que, en el camino, “esto mortal se vista de inmortalidad” (1  Corintios 15:53).

En su carta a Tito, Pablo lo exhortó (y a nosotros) a vivir “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13). Note que este versículo se refiere a la “aparición” del Señor, y no a Su venida a la tierra. Tampoco hace referencia al juicio, que ocurrirá en la Segunda Venida.

En 2 Tesalonicenses capítulo 2, Pablo dice que la aparición del Anticristo está siendo restringida y que “el inicuo” no será revelado hasta que el que lo detiene “sea quitado de en medio” (versículos 6-8). Entonces, hay un retenedor del mal que debe ser removido del mundo antes de que la Tribulación pueda comenzar. ¿Quién es ese retenedor? ¿Quién más podría ser sino el Espíritu Santo obrando a través de la Iglesia? Cuando la Iglesia sea removida en el Rapto, el Anticristo aparecerá en el escenario y la maldad explotará en todo el mundo.

En ese mismo capítulo — 2 Tesalonicenses 2 — creo que Pablo presenta otra declaración concerniente al Rapto, que también indica que el Rapto ocurrirá antes de que la Tribulación comience. Se encuentra en el versículo 3, donde declara: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá [“el día del Señor del versículo 2] sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”.

En este versículo, Pablo está diciendo que “el día del Señor”, que es el período de la Tribulación y el Milenio, no vendrá hasta que “venga la apostasía”. ¿Qué tiene esto que ver con un Rapto Pre-Trib? Es el hecho de que la palabra, apostasía, es una interpretación y no una traducción.

La palabra griega que se usa en este versículo significa “partida”. Tommy Ice, el director del Centro para el Estudio del Pre-Tribulacionismo, ha señalado que las primeras siete traducciones inglesas de la Biblia, tradujeron la palabra como “partida”. Eran las siguientes:12

1) La Biblia Wycliffe (1384)

2) La Biblia Tyndale (1526)

3) La Biblia Coverdale (1535)

4) La Biblia Cranmer (1539)

5) La Gran Biblia (1540)

6) La Biblia Beeches (1576)

7) La Biblia de Ginebra (1608)

Además, la Biblia usada por el mundo occidental desde el año 400 d.C. hasta los años 16o0s — la traducción latina de Jerónimo conocida como “La Vulgata” — tradujo la palabra griega con una  palabra latina, que significa “partida”.

La primera traducción de la palabra con el significado de apostasía en una Biblia inglesa no ocurrió hasta 1611, cuando se emitió la Versión King James. Así que, ¿por qué los traductores de la Versión King James introdujeron un significado completamente nuevo de la palabra como “apostasía”? La mejor conjetura es que ellos estaban dando una puñalada a las falsas enseñanzas del catolicismo.

Otra indicación de que Pablo está hablando acerca de la partida de la Iglesia de este mundo, y no de una partida de la Iglesia de la ortodoxia doctrinal, es el hecho de que se usa un artículo definido con la palabra griega, lo que la convierte en “la partida”.

Esto indica que Pablo estaba apuntando a un tipo particular de partida, con la que la iglesia de Tesalónica estaba familiarizada — a saber, el Rapto. 

7. ¿Hay alguna mención del Rapto en el Antiguo Testamento?

No específicamente, que es la razón por la que Pablo se refirió al Rapto en 1 Corintios 15:52 como un “misterio”, que significa que era algo que no estaba claramente revelado en las Escrituras hebreas.

La razón por la que el Rapto no fue revelado en el Antiguo Testamento es porque es una promesa para los santos de la Era de la Iglesia, y no para aquellos creyentes que vivieron antes del establecimiento de la Iglesia. Los creyentes que vivieron en los tiempos del Antiguo Testamento — tanto judíos como gentiles — resucitarán al final de la Tribulación, cuando Jesús regrese a esta tierra en la Segunda Venida (Daniel 12:1-2).

Pero, como ha señalado el erudito de la profecía, Jim Tetlow, las Escrituras hebreas contienen “sombras” del Rapto.13 Él se refiere a Romanos 15:4, que dice, “Porque las cosas que se escribieron antes [en el Antiguo Testamento], para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Luego añade: “Aunque el Rapto estaba escondido en parte para los creyentes del Antiguo Testamento, los tipos simbólicos encontrados a lo largo de él, presagian un Rapto futuro cuando Dios removerá a Su pueblo antes de derramar Su ira en mundo que rechaza a Cristo”.

Por consiguiente, tipos simbólicos del Rapto se pueden encontrar a lo largo de las Escrituras hebreas. Por ejemplo, como he señalado antes, Enoc, un gentil símbolo de la Iglesia, fue sacado del mundo antes del Diluvio de Noé, mientras que Noé y su familia, representantes del remanente judío, fueron dejados en la tierra, pero fueron protegidos a través de la calamidad. 

Y de nuevo, el principio del Rapto también se puede encontrar en la historia de Lot y su familia, todos los cuales fueron librados de Sodoma y Gomorra, antes de que las ciudades fueran destruidas por Dios.

El apóstol Pedro se refirió a estos ejemplos en el capítulo 2 de su segunda epístola:

5) [Porque si Dios] no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

6) y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,

7) y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados

9) sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio

Tetlow procede a proporcionar varios otros ejemplos simbólicos del principio del Rapto, pero también señala dos pasajes de la Escritura, que presentan una posible imagen de un Rapto que precede a la Tribulación. El primer se encuentra en Isaías 26:

20) Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

21)  Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

El segundo es un pasaje que se encuentra en los escritos de los Profetas Menores — en Sofonías 2:

2) …antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros.

3) Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová.

Estos dos pasajes son probablemente más relevantes para el hecho de que, durante la Tribulación, Dios va a esconder a un remanente judío en Edom, muy probablemente en Petra (Daniel 11:41; Apocalipsis 12:13-14). Pero sí demuestran el principio del Rapto, de protección para los creyentes de la ira de Dios.

Quizás una mejor ilustración del principio del Rapto se encuentra en Isaías 57:1, que dice lo siguiente: “Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo”.

8. Si el Rapto va a  ocurrir antes del comienzo de la Tribulación, ¿significa eso que van a haber dos Segundas Venidas del Señor?

No, significa que la Segunda Venida va a ocurrir en dos etapas — primero, el Rapto antes de la Tribulación, y luego el Regreso del Señor al final de la Tribulación.

Me recuerda una situación similar en el Antiguo Testamento. Los profetas hebreos, al hablar del Mesías venidero, pintaban dos cuadros diferentes de Él. En algunos pasajes era presentado como un Cordero Sufriente (Isaías 53:2-10). Pero, en otros, era representado como un León Conquistador (Jeremías 25:30-31).

Para reconciliar estas imágenes en conflicto, los sabios judíos concluyeron que habría dos Mesías. Uno sería Mesías ben José (el pastoral). El otro sería Mesías ben David (el guerrero).

Pero estaban equivocados. Los pasajes no estaban hablando de dos Mesías. Más bien, predecían que el Mesías vendría dos veces, la primera como el Cordero Sufriente, para morir por los pecados de la humanidad y, luego, posteriormente, como el León Conquistador, para gobernar el mundo en gloria y majestad.

Por lo tanto, así como la venida del Señor en la profecía del Antiguo Testamento fue retratada en dos etapas, de igual manera, el regreso del Señor en la profecía del Nuevo Testamento está representado en dos etapas. 

9. ¿Qué acerca de los santos del Antiguo Testamento? ¿Van a ser incluidos en el Rapto?

No. El Rapto es una promesa a la Iglesia. Sólo aquellos que pongan su fe en Jesús durante la Era de la Iglesia, tanto los vivos como los muertos, serán incluidos en el Rapto.

Los santos del Antiguo Testamento serán resucitados al final de la Tribulación, y recibirán sus cuerpos glorificados en ese momento. Esto se enseña claramente en Daniel capítulo 12, donde se nos dice que su resurrección ocurrirá después del “tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces…” (Daniel 12:1).

Los mártires de la Tribulación también serán resucitados al mismo tiempo que los santos del Antiguo Testamento, al final de la Tribulación. Ambos grupos recibirán sus cuerpos glorificados en ese momento. 

10. Sigue hablando de los creyentes de la Era de la Iglesia recibiendo cuerpos glorificados al momento del Rapto. ¿Qué es un cuerpo glorificado?

Ésta es una pregunta difícil de responder con certeza. Pablo dedica 24 versículos a este tema en 1 Corintios 15:35-58. Él aclara algunas cosas, pero no todas.14

Él declara que será un “cuerpo imperecedero”, que será levantado en “gloria” y “poder” (versículo 43). También declara que será un “cuerpo espiritual” (versículo 46), pero sabemos que esto no significa que será de naturaleza inmaterial, porque los espíritus no tienen cuerpos, y se nos dice en Filipenses 3:21, que nuestro cuerpo glorificado será un cuerpo como el que Jesús tenía después de Su resurrección.

Cuando Jesús se apareció a Sus discípulos después de Su resurrección, su cuerpo glorificado fue tangible y reconocible (Lucas 24:36-39). También comió con Sus discípulos (Lucas 24:41-43; Juan 21:9-13). Pero Su cuerpo glorificado tenía una dimensión diferente, porque podía aparecer y desaparecer a voluntad. También parecía moverse a gran velocidad, porque estaba en Jerusalén en un momento y luego aparecía, al poco tiempo después, en Galilea (Juan 21:1-7).

Así pues, nuestros cuerpos glorificados serán similares a los que tenemos ahora, pero también diferentes. Serán imperecederos, gloriosos, poderosos y espirituales — pero no en el sentido de ser un espíritu. Más bien, lo más probable es que sean “espirituales” en el sentido de que estarán completamente sometidos a la guía del Espíritu Santo.

Y cuando Pablo habla de nuestros cuerpos glorificados siendo poderosos, lo más probable es que se refiera al hecho que, como el cuerpo resucitado de Jesús, tendrán una dimensión diferente, lo que nos permitirá hacer cosas que no son posibles en nuestros cuerpos presentes — como aparecer y desaparecer y movernos a gran velocidad. Está idea está implícita en Filipenses 3:21, donde Pablo escribió que cuando seamos resucitados, Jesús “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Lo más importante para mí es el hecho de que Pablo enfatiza que nuestros cuerpos perecederos actuales se volverán “imperecederos” (1 Corintios 15:53-54). Como tal, nuestros cuerpos ya no estarán sujetos a las enfermedades, al dolor y la muerte.

Nuestros cuerpos glorificados también serán perfectos. Se nos dice en Isaías 35:5-6 que “los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán”. Además, “el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo”.

Pasajes de las Escrituras como éstos, nos ayudan a vislumbrar el significado de la declaración de Pablo en el libro de Romanos, donde escribió: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 22 de mayo de 2019

Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – Las Preguntas (parte 2)

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Parte 2 

Las Preguntas

2. ¿Está el Rapto mencionado en el libro de Apocalipsis? Y, si es así, ¿dónde?

No se menciona específicamente, pero sin duda se infiere.10 Y el lugar donde se infiere apunta a un Rapto Pre-Trib.

El libro de Apocalipsis se centra en la Iglesia en los primeros tres capítulos. De hecho, los capítulos 2 y 3 contienen siete cartas que Jesús dictó a siete iglesias ubicadas en la Turquía moderna.

Pero luego, al comienzo del capítulo 4, una puerta se abre en el Cielo, y el apóstol Juan es arrebatado a la sala del trono de Dios, donde se le muestra una vista previa de la Gran Tribulación.

Después del capítulo 4, no hay mención de la Iglesia en el libro de Apocalipsis, hasta el capítulo 22, versículo 16 — después de que la Tribulación ha terminado.

Hay una mención de “santos”, pero éstos serían aquellos que son salvos durante la Tribulación, en respuesta al Rapto, la Palabra de Dios (Biblias que las personas encontrarán), la ira de Dios (Isaías 26:9), el evangelismo de 144,000 judíos (Apocalipsis 7), la predicación de los Dos Testigos en Jerusalén (Apocalipsis 11) y la proclamación del Evangelio por un ángel que circunnavega el mundo al final de la Tribulación, justo antes del derramamiento de la ira de Dios (Apocalipsis 14:6-7).

Por lo tanto, el rapto de Juan en el capítulo 4 parece ser un tipo simbólico del Rapto de la Iglesia.

Este simbolismo de la Iglesia en el Cielo es reforzado por el hecho de que, cuando Juan llega al Cielo, ve a 24 ancianos sentados alrededor del trono de Dios, con coronas de oro en sus cabezas (Apocalipsis 4:4). Estaban cantando un cántico alabando a Jesús por haberlos redimidos con Su sangre — de “todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5:9). Esto definitivamente parecería ser un reconocimiento de que los 24 ancianos representan a los salvados durante la Era de la Iglesia.

Además, un Rapto Pre-Trib de la Iglesia está implícito en el capítulo 19 de Apocalipsis, donde la Novia de Cristo (la Iglesia) es descrita celebrando su unión con su Novio (Jesús) en la Fiesta de las Bodas del Cordero (versículo 7). Esto tiene lugar al final de la Tribulación en la tierra. Cuando la fiesta concluye, Jesús regresa a la tierra en Su Segunda Venida, y trae a Su novia con Él.

3. ¿Hay alguna mención del Rapto en el Discurso de los Olivos de Jesús (Mateo 24) acerca de los tiempos del fin?

Muchos expertos en profecía bíblica han tomado la posición de que el Rapto no se encuentra en ningún lugar en el Discurso de los Olivos. Argumentan que toda la presentación del Señor en Mateo 24 es acerca de la Segunda Venida. Pero respetuosamente discrepo con esa posición.

Creo que Jesús cambia Su enfoque de la Segunda Venida al Rapto en el versículo 36 y continúa hablando sobre ello hasta el versículo 44. La primera razón por la que veo el Rapto en estos versículos es porque Jesús dice, “del día y la hora nadie sabe”. ¿Cómo podría estar refiriéndose a Su Segunda Venida? Tenga en cuenta que Él acaba de decirles a Sus discípulos exactamente cuándo iba a regresar — “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días” (Mateo 24:29).

Tanto por la profecías de Daniel como por el libro de Apocalipsis, sabemos que la Tribulación durará exactamente 7 años proféticos (años de 360 días cada uno). Cualquier persona que esté viva al comienzo de la Tribulación (cuando el Anticristo firme un tratado con Israel) podría calcular el día exacto del regreso del Señor, porque se nos dice que la Tribulación durará precisamente 2,520 días (Apocalipsis 11:3; 12:6).

Entonces, de nuevo, cuando Jesús dice que nadie puede saber el día de Su regreso, debe estar hablando del Rapto, y no de la Segunda Venida.

Luego, Jesús dice que cuando Él regrese, la sociedad será como era en los días de Noé, cuando justo hasta el último momento la gente estaba “comiendo y bebiendo” y “casándose y dándose en casamiento” (Mateo 24:38). En otras palabras, la vida continuará normal cuando Él regrese.

Pero esto no podría estar hablando de la Segunda Venida, porque la vida será todo menos normal al final de la Tribulación. Para ese momento, más de la mitad de la población del mundo habrá sido asesinada, incluidos dos tercios de los judíos. El mundo entero, según lo que se nos dice en Apocalipsis 13-19, estará en un caos absoluto.

Además, si echa un vistazo al Discurso de los Olivos registrado en Lucas 21, encontrará que Lucas añade una observación que el relato de Mateo no contiene. En la sección donde Jesús comienza a hablar acerca de cómo Su regreso podría ocurrir en cualquier momento, Lucas lo cita diciendo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:36).

Esas palabras me suenan como una referencia al Rapto de la Iglesia.

4. Algunos argumentan que el Rapto es más probable que ocurra a la mitad de la Tribulación o cerca del final. ¿Qué hay de malo con estos puntos de vista con respecto al momento?

Hay dos problemas fundamentales con la colocación del Rapto a la mitad o al final de la Tribulación.

El primero es que estos dos momentos para el Rapto someten a la Iglesia a la ira de Dios. Aquellos que proponen un Rapto mid-Trib o un Rapto tardío, siempre argumentan que los Juicios de los Sellos, o los Juicios de los Sellos y las Trompetas, representan la ira del hombre y Satanás, y no la ira de Dios. Por lo tanto, terminan argumentando que sólo los Juicios de las Copas, retratados en Apocalipsis 16, constituyen la ira de Dios.

Pero este argumento no puede ser sostenido. Los Juicios de los Sellos en Apocalipsis 6, son retratados como provenientes del trono de Dios (Apocalipsis 6:1). Además, se declara de forma contundente en Apocalipsis 6:16, que los Juicios de los Sellos son “la ira del Cordero”, refiriéndose a Jesús.

La apertura del séptimo sello conduce directamente a los Juicios de las Trompetas en el capítulo 8 de Apocalipsis. Y esos juicios son retratados como si vinieran de siete ángeles “que están delante de Dios” (Apocalipsis 8:2).

Cuando los Juicios de las Copas son introducidos en Apocalipsis 15, se los denomina los últimos juicios “porque en ellos se consumaba la ira de Dios” (Apocalipsis 15:1). Así, los Juicios de las Copas no son el comienzo de la ira de Dios. Más bien, son la culminación de Su ira.

El libro de Apocalipsis deja en claro que la ira que se derrama sobre la tierra durante esos terribles siete años es la ira de Dios, desde el principio hasta el final. Y, como he señalado antes, la Biblia promete que los creyentes serán librados de la ira de Dios.

El segundo problema con colocar el Rapto a la mitad de la Tribulación o cerca del final es que dicho momento destruye la inminencia.

Si los Juicios de los Sellos, o los Juicios de los Sellos y las Trompetas deben tener lugar antes de que el Rapto pueda ocurrir, entonces el Rapto no es inminente, y los creyentes deberían vivir aguardando al Anticristo y no a Jesucristo.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

viernes, 15 de marzo de 2019

Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – Las Preguntas (parte 1)

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Parte 2 

Las Preguntas


1 ¿Qué pasa con el momento del Rapto? ¿Cuándo es más probable que ocurra?

Ésta es la pregunta más frecuente y la más controversial. La razón por la que se debate tan acaloradamente es porque la Biblia no revela específicamente el momento del Rapto. Todas las posiciones sobre el momento deben basarse en inferencias, y por lo tanto, puede haber legítimas diferencias de opinión.

Personalmente, creo que la mejor inferencia de las Escrituras es que el Rapto ocurrirá antes del terrible período de siete años de la Tribulación, que se describe en detalle en el libro de Apocalipsis. En otras palabras, creo en lo que es llamado un Rapto Pre-Tribulación.

Echemos un vistazo a esas inferencias. 

(1) Liberación de la Ira

La primera se deriva del hecho de que la Tribulación es un tiempo del derramamiento de la ira de Dios, de principio a fin, y a los cristianos se les promete inmunidad de la ira de Dios.

El apóstol Pablo enfatiza este punto en su primera carta a los tesalonicenses, en el capítulo 1, versículo 10. Él declara que los creyentes están esperando “…de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (énfasis añadido).

Pablo hace una declaración similar en 1 Tesalonicenses 5:9, donde enfatiza que “…no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (énfasis añadido).

De igual manera, en la carta que Jesús dictó a la iglesia en Filadelfia, prometió que Su Iglesia sería guardada del tiempo de la Tribulación (Apocalipsis 3:10):

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

(2) El Enfoque de la Tribulación

La siguiente inferencia de un Rapto Pre-Tribulación es una muy importante, que a menudo se pasa por alto. No hay propósito alguno para la Iglesia durante la Tribulación, porque el foco de todo este período de siete años es el pueblo judío.

Para entender este punto, debemos retroceder 2,500 años a la época de Daniel, mientras estaba en cautiverio en Babilonia. Él había leído la profecía de Jeremías, de que el cautiverio duraría 70 años, y se dio cuenta de que ahora estaban en el 69no año del cautiverio, y el pueblo no se había arrepentido.

Por eso, se puso de rodillas y oró para que Dios lo perdonara a él y a su nación, y le pidió al Señor que los librara del cautiverio y los reconciliara con Él.

En respuesta, Dios envió al ángel Gabriel para darle una de las profecías más notables de la Biblia — lo que se conoce como la Profecía de las 70 Semanas de Años (un período de 490 años). Durante ese período de tiempo, Dios prometió que iba a cumplir seis cosas entre el pueblo judío:

1)  “Terminar la prevaricación” (al aceptar al Mesías).

2)  “Poner fin al pecado” (el arrepentimiento de un remanente).

3) “Expiar la iniquidad” (el Mesías debe morir por los pecados).

4) “Traer la justicia perdurable” (el establecimiento del reinado del Mesías).

5) “Sellar la visión y la profecía” (cumplir todas las profecías mesiánicas).

6) “Ungir al santo de los santos” (proveer un templo nuevo).

Gabriel también le dijo a Daniel que, desde el momento en que se emitiera un decreto para reconstruir Jerusalén, pasarían 483 años hasta la venida del Mesías, quien sería asesinado. Poco después de eso, Jerusalén sería destruida. Los últimos siete años de la profecía comenzarían cuando el Anticristo haga un pacto con Israel (Daniel 9:27).

Tal como fue profetizado, hubo 483 años desde el momento en que Artajerjes emitió un edicto para que los judíos reconstruyeran Jerusalén, hasta el momento en que Jesús fue crucificado. Y poco después de eso, Jerusalén y el templo fueron destruidos por los romanos en el año 70 d.C.

Cuando Jesús fue crucificado, el reloj dejó de marcar los 490 años de la profecía de Daniel, porque Dios puso a los judíos bajo disciplina, debido a su rechazo de Jesús como su Mesías. Fueron esparcidos por todo el mundo.

Sabemos con certeza que hay una brecha en el cumplimiento de la profecía de Daniel, porque durante el período de 483 años, sólo una de las seis metas del Señor fue lograda — a saber, la número 3, la expiación por los pecados. Las otras cinco metas se lograrán durante la última semana de años de la profecía de Daniel.

Esos siete años son lo que llamamos la Tribulación, cuando Dios derramará Su ira sobre un mundo pagano y el pueblo judío rebelde.

Esos últimos siete años se mencionan en las Escrituras hebreas como:
  • “El tiempo de angustia de Jacob” — Jeremías 30:7
  • “Un tiempo de angustia, cual nunca fue” — Daniel 12:1
  • “La hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero” — Apocalipsis 3:10
  • Jesús también lo llamó un tiempo de “gran tribulación” — Mateo 24:21
  • Y usó la misma terminología en Apocalipsis 7:14 — “la gran tribulación”.
La Era de la Iglesia comenzó con período de superposición durante el cual Dios comenzó a enfocarse en la Iglesia, mientras seguía obrando entre el pueblo judío. La Iglesia fue establecida alrededor del año 30 d.C., pero los judíos no fueron dejados de lado en disciplina hasta 40 años después, en el año 70 d.C., cuando los romanos destruyeron Jerusalén y el templo.

De igual manera, creo que ahora estamos en otro período de superposición, que comenzó con el restablecimiento de Israel en 1948. Mientras la Iglesia continúa, Dios ha comenzado a obrar entre el pueblo judío una vez más, reuniéndolos desde los cuatro ángulos de la tierra y restableciendo su Estado-nación.

La Iglesia pronto será sacada de este mundo antes de que Dios, una vez más, preste toda Su atención al pueblo judío, durante la 70ma semana de las 70 Semanas de Años de Daniel. De nuevo, no hay un propósito para la Iglesia aquí en la tierra durante la Tribulación. La Tribulación es cuando el enfoque de Dios regresa a Israel.

(3) El Énfasis en la Inminencia

Esto nos lleva a otra inferencia muy importante, una que muchos expertos en profecía consideran la más importante. Sólo el punto de vista Pre-Tribulación del Rapto permite la inminencia.

Se nos dice una y otra vez en el Nuevo Testamento, que el regreso del Señor es inminente, y que debemos vivir aguardando que ocurra en cualquier momento. Tome, por ejemplo, Mateo 24:

36) Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

42) Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

44) Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

Jesús repitió esta advertencia en Mateo 25, en Su parábola de las diez vírgenes. Él declaró que los creyentes deben vivir con una perspectiva eterna, esperando que el Señor regrese en cualquier momento. Concluyó la parábola con estas palabras: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora…” (Mateo 25:13).

Del mismo modo, Lucas en su evangelio cita a Jesús diciéndoles a Sus discípulos “velad en todo tiempo”, por el regreso del Señor, lo que implica que éste podría ocurrir en cualquier momento (Lucas 21:36).

Hay muchos otros pasajes sobre la inminencia en el Nuevo Testamento. A continuación se enumeran algunos ejemplos. En cada caso, he añadido énfasis a las palabras clave.

Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.

“…nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo…” (1 Corintios 1:7).

“El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. ¡Maranatha! (1 Corintios 16:22) [“El Señor viene”, en arameo].

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20)

“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5).

[Debemos vivir] “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.

Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo (1 Pedro 1:13, LBLA)

“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro 4:7).

[Jesús hablando] “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” (Apocalipsis 22:7-12).

Como fácilmente puede ver en estos versículos, se nos exhorta a vivir con una perspectiva eterna, esperando que el Señor venga en cualquier momento.

Estos versículos deben estar hablando acerca del Rapto y no de la Segunda Venida, por dos razones.

En primer lugar, la Segunda Venida no es un evento inminente, debido a que hay demasiadas profecías que deben cumplirse antes de que Jesús pueda regresar a esta tierra. Por ejemplo:
  • Debe haber siete años de Tribulación.
  • Un templo debe ser reconstruido en Jerusalén.
  • El Anticristo debe ser revelado.
  • Los dos testigos en Jerusalén deben ser asesinados.
  • El templo reconstruido en Jerusalén debe ser profanado.
  • La Marca de la Bestia debe ser instituida.
  • Un remanente judío debe arrepentirse y ser salvo.

El punto de nuevo: La única forma en la que el regreso del Señor puede ser inminente es que haya un Rapto que sea separado y aparte de la Segunda venida, y que pueda ocurrir en cualquier momento, sin el cumplimiento de ninguna profecía.

La segunda razón por la que las advertencias de la inminencia deben referirse al Rapto y no a la Segunda Venida es porque la fecha de la Segunda Venida puede ser calculada con precisión. Eso es porque el libro de Apocalipsis revela que la Segunda Venida ocurrirá exactamente 2,520 días después de que la Tribulación comience (Apocalipsis 11:3; 12:6). 

(4) Ejemplos Bíblicos

Esto nos lleva a una cuarta inferencia de un Rapto Pre-Tribulación. Partiendo de ejemplos bíblicos, Dios siempre remueve a Sus elegidos antes de que Él derrame Su ira de juicio y apocalíptica (en contraposición a sus juicios correctivos).

Así pues, el apóstol Pedro dice que si Dios guardó a Noé y su familia del diluvio, entonces Él “sabe librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 Pedro 2:4-9).

Enoc, un gentil, quien creo que era un símbolo de la Iglesia, fue sacado del mundo antes del diluvio, mientras que Noé y su familia, simbólicos de los judíos, fueron preservados a través del diluvio (Génesis 5:21-24).

Otro ejemplo es la remoción de Lot y su familia de Sodoma y Gomorra, antes de que las ciudades fueran destruidas (Génesis 19:1-26). A Lot incluso se le dijo que acelerara su huida, porque el Señor no podía destruir las ciudades hasta que él se fuera (versículo 22).

Y luego está Rahab, la ramera en Jericó, quien proporcionó refugio a los espías judíos que fueron enviados a explorar la ciudad. Ella los protegió porque les expresó su fe en su Dios (Josué 2:9-11).

Se nos dice en Josué 6:22-23, que Dios dispuso que ella y toda su familia fueran removidos de la ciudad antes de que fuera conquistada por Josué y su ejército.

Creo que estos ejemplos dejan en claro por qué nunca se nos dice que esperemos al Anticristo. Más bien, se nos dice que aguardemos a Jesucristo. 


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 6 de marzo de 2019

Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – El Concepto (pdf)

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Definiría al Rapto como una bendición inminente que se promete a los creyentes de la Era de la Iglesia. Es la promesa de que en cualquier momento los vivos y los muertos en Cristo serán arrebatados de este mundo y llevados al Cielo.

El evento será señalado por el grito de un arcángel y el sonar de una trompeta. Jesús aparecerá en los cielos, trayendo con Él los espíritus de los muertos en Cristo.

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Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – El Concepto (conclusión)

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La Muerte Antes y Después de la Cruz

Con respecto a la muerte, la Biblia enseña que, antes de la muerte de Jesús en la cruz, cuando la gente moría, sus espíritus — ya fueran salvos o no — iban a un lugar de espera llamado Seol en el Antiguo Testamento y Hades en el Nuevo Testamento. Seol es la palabra hebrea; Hades es la palabra griega.

Este lugar fue descrito por Jesús como teniendo dos compartimentos — uno para los salvos y otro para los perdidos (Lucas 16:19-31). El compartimento para los salvos se llamaba “Paraíso” o el “Seno de Abraham”. El compartimento para los perdidos se llamaba “Tormentos”.

El Hades no es el mismo lugar que el Infierno. Esto tiene que ser aclarado, porque algunas versiones de la Biblia confunden los dos, y traducen Hades como Infierno. El Hades es un lugar de espera para los espíritus de los muertos. El Infierno es el destino eterno de los que no son salvos. Actualmente residen en el Hades, en el compartimento llamado Tormentos.

La razón por la que los espíritus de los salvos no iban directamente al Cielo es porque su fe sólo cubría sus pecados, pero no les proporcionaba el perdón de ellos. Y, por lo tanto, no podían ser conducidos a la presencia de un Dios santo. Tuvieron que esperar hasta que un hombre perfecto, que no merecía la muerte, estuviera dispuesto a morir por sus pecados. Ese hombre perfecto era, por supuesto, Jesús de Nazaret, quien era Dios en la carne.

La Biblia dice que cuando Jesús murió, descendió al Hades e hizo una proclama (1 Pedro 3:18-19). No se nos dice lo que dijo, pero indudablemente debe haber sido: “¡La sangre ha sido derramada!”. Debido a Su sacrificio en la cruz, los pecados de los salvos ahora no sólo estaban cubiertos, sino que fueron perdonados por completo, lo que hizo posible que fueran llevados a la presencia de Dios el Padre. 

Y así, en Efesios 4:8-10, se nos dice que cuando Jesús ascendió al Cielo, se llevó con Él a una “hueste de cautivos”. El Paraíso fue trasladado del Hades al Cielo — algo que luego confirmó el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:2-4. En este pasaje, Pablo declara que fue llevado al Cielo, que él identifica como el Paraíso.     

El Cuerpo Intermedio

La Biblia también enseña que después de la muerte, todos recibimos lo que a menudo se conoce como “un cuerpo espiritual intermedio”. El nombre proviene del hecho de que este cuerpo posterior a la muerte es transicional entre nuestro actual cuerpo mortal y el cuerpo inmortal que como creyentes recibiremos al momento de nuestra resurrección. 

El hecho de que existe ese cuerpo espiritual intermedio puede demostrarse fácilmente a partir de las Escrituras.

  • Cuando el rey Saúl quiso saber cómo le iría en una próxima batalla, fue a ver a una bruja en Endor y le pidió que llamara a Samuel de entre los muertos para que pudiera consultar con él. Evidentemente, pensando que su espíritu demoníaco familiar aparecería, la bruja se asombró cuando Samuel apareció en su lugar y procedió a condenar a Saúl por traficar con el ocultismo (1 Samuel 28:7-19). Tanto ella como Saúl reconocieron a Samuel cuando apareció. 
  • Cuando Jesús contó la historia de Lázaro y el rico, dejó en claro que se reconocieron completamente después de que murieron y sus espíritus fueron al Hades, Lázaro al compartimento llamado Paraíso, y el rico al compartimento llamado Tormentos. Sus espíritus fueron incorporados en cuerpos identificables (Lucas 16:19-31).
  • En Su transfiguración, Moisés  y Elías se unieron a Jesús, y los apóstoles que estaban presentes pudieron reconocer a ambos hombres mientras hablaban con Jesús (Mateo 17:1-7).
  • Cuando el apóstol Juan fue llevado al Cielo, vio una inmensa multitud de personas vestidas de blanco frente al trono de Dios, con ramas de palma en sus manos. Cuando preguntó quiénes eran, se le dijo que eran mártires que estaban saliendo de la Gran Tribulación (Apocalipsis 7:9-15).

En cada uno de estos casos, vemos personas muertas cuyos espíritus se han incorporado a cuerpos reconocibles que están vestidos. 

Un Resumen

Entonces, ¿qué pasa cuando mueres? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es inmediatamente conducido a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles. Te dan un cuerpo espiritual intermedio, y permaneces en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto.

Una Definición

Y así llegamos al Rapto. Comencemos nuestra consideración de esta promesa de Dios tan importante con una definición.

Definiría al Rapto como una bendición inminente que se promete a los creyentes de la Era de la Iglesia. Es la promesa de que en cualquier momento los vivos y los muertos en Cristo serán arrebatados de este mundo y llevados al Cielo.

El evento será señalado por el grito de un arcángel y el sonar de una trompeta. Jesús aparecerá en los cielos, trayendo con Él los espíritus de los muertos en Cristo.

Los cuerpos de aquellos creyentes que han muerto serán resucitados. Sus espíritus se reunirán con sus cuerpos, y serán glorificados instantáneamente, recibiendo inmortalidad.

Aquellos de nosotros que estemos vivos seguiremos, y en el camino para encontrarnos con el Señor, seremos transformados de mortales a inmortales 

Quienes se queden tendrán que enfrentar el terror del Anticristo, durante siete años de tribulación sin precedentes aquí en la tierra.

¿Ve por qué esta promesa a la Iglesia es descrita en las Escrituras como una bendición con la que debemos “consolaos unos a otros”(1 Tesalonicenses 4:18). 

En este punto, probablemente esté pensando, “Está bien, es una gran promesa, pero, ¿es real o es sólo el producto de imaginaciones fértiles? ¿Hay alguna base escritural para tal creencia?

El Rapto en la Escritura

La respuesta es que el concepto no está sólo en las Escrituras, pero se puede encontrar allí con gran detalle. Aquí está la presentación del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 4:

13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Por favor observe que en el versículo 15 Pablo dice que esto fue una revelación directa de parte de Jesús.

Como puede ver fácilmente, este pasaje es muy directo y fácil de entender. La única manera de evitar su significado de sentido llano es argumentar que éste no significa lo que dice, y luego proceder a espiritualizarlo. Esto es exactamente lo que muchos comentaristas bíblicos han hecho.

La mayoría de las denominaciones tratan con este pasaje afirmando que es sólo otra descripción de la Segunda Venida del Señor. Pero eso no puede ser cierto, por algunas razones muy obvias. Sólo hay dos descripciones detalladas del regreso del Señor en el Nuevo Testamento — una en 1 Tesalonicenses 4 y la otra en Apocalipsis 19.

No hay duda de que la de Apocalipsis es una descripción de la Segunda Venida. Cuando la compara con la descripción de 1 Tesalonicenses 4, surge un problema importante. El problema es que estas dos descripciones no tienen nada en común, excepto que ambas se enfocan en Jesús. Son tan diferentes como la noche y el día.

Considere la siguiente tabla que muestra cuán diferentes son. 


¿Cómo pueden estos dos pasajes estar describiendo el mismo evento?

La distinción entre los dos se vuelve aún más clara cuando el pasaje del Rapto es comparado con otras descripciones de la Segunda Venida. Considere la breve descripción de Jesús de la Segunda Venida, contenida en Mateo 24:27-31 —
  • Mientras que el Rapto siempre es descrito como un evento inminente, Jesús dice que Su Segunda Venida ocurrirá después de muchas señales que apuntarán al evento.
  • En el Rapto, Jesús reúne a Sus santos, pero en la Segunda Venida, Jesús dice que los ángeles los reunirán.
  • Y Jesús dice en el pasaje de Mateo que Su regreso a la tierra será anunciado por fenómenos sobrenaturales en los cielos — el oscurecimiento del sol y la luna, y las estrellas cayendo del cielo. Nada de esto se menciona en el pasaje del Rapto.

Otra distinción importante se menciona en Mateo 24:37-38, donde se nos dice que el Señor vendrá durante una época de relativa paz y prosperidad, cuando el mundo no está esperando el juicio de Dios. Sin embargo, en el capítulo 19 del libro de Apocalipsis, el Señor es presentado regresando a la tierra en un momento en que el mundo entero está envuelto en guerra y caos.

Estos versículos no pueden estar hablando del mismo evento. El pasaje en Mateo 24:27-38 debe estar hablando del Rapto, mientras que Apocalipsis 19 está hablando de la Segunda Venida.

Otra distinción se puede encontrar al comparar 1 Tesalonicenses 4:13-18 con Lucas 17:34-37. En el pasaje del Rapto en 1 Tesalonicenses 4, los redimidos son reunidos y llevados al Cielo. En el pasaje de Lucas, que habla de la Segunda Venida, ¡son los no redimidos los que son reunidos y llevados al lugar donde los buitres se alimentan!

Una Comparación del Antiguo Testamento

La distinción entre el Rapto y la Segunda Venida también se puede demostrar usando un pasaje clásico de las Escrituras hebreas acerca del regreso del Señor a esta tierra. El pasaje se encuentra en Zacarías 14:

1) He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.

2) Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

3) Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.

4) Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

9) Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

Zacarías continúa en los siguientes versículos para decir Jesús conquistará a todos los ejércitos con una palabra sobrenatural:

12) Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.

Entonces, Zacarías dice que el Señor regresará al Monte de los Olivos, pronunciará una palabra sobrenatural que destruirá a todos los ejércitos reunidos contra Israel y Jerusalén, y luego comenzará a reinar sobre toda la tierra.

Ahora, con este pasaje en mente, echemos un vistazo a una descripción que Jesús dio sobre Su regreso, que se encuentra en Juan 14:

1) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

2) En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

3) Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Como puede ver, estas dos descripciones del regreso de Jesús son tan diferentes como pueden ser. En el relato de Zacarías, Jesús viene a la tierra con ira para reinar. En el relato en el Evangelio de Juan, Jesús sólo aparece en los cielos en gracia, para llevarse a los creyentes al Cielo con Él.

¿Cómo pueden explicarse las diferencias?

La diferencia es que Zacarías está hablando de la Segunda Venida, mientras que Jesús, en Juan 14, está hablando del Rapto de la Iglesia — dos eventos claramente diferentes. 

Entonces, “¿de qué se trata todo?”.

Respondamos a esa pregunta echando un vistazo a las preguntas más frecuentes sobre el Rapto y, en el proceso, esperemos que lleguemos a una comprensión más clara de la realidad, naturaleza e importancia del Rapto. 


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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