Páginas

sábado, 7 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 3 (parte 1)

 Profecía y Probabilidad

Por Dr. David R. Reagan

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice 

Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro. . . — 2 Pedro 1:19

Hemos examinado muchas profecías bíblicas concernientes a la Primera Venida del Mesías, y hemos visto cómo se han cumplido en la vida de Jesús.

La pregunta crucial que surge naturalmente en este punto es si las profecías se cumplieron sobrenaturalmente o no. ¿Podría su cumplimiento haber sido simplemente una cuestión de coincidencia? ¿Podría Jesús haberls cumplido a propósito?

Un Libro Extraordinario

Durante años he estado citando un libro de Peter Stoner llamado La Ciencia Habla.1 Me gusta usar una ilustración notable de él, para mostrar cómo la profecía bíblica prueba que Jesús es verdaderamente Dios en la carne.

Recientemente, decidí que trataría de encontrar una copia del libro para poder descubrir todo lo que tenía que decir sobre la profecía bíblica. El libro fue publicado por primera vez en 1958 por Moody Press. Después de una búsqueda considerable en Internet, finalmente pude encontrar una edición revisada publicada en 1976.2

Peter Stoner fue presidente de los departamentos de matemáticas y astronomía del Pasadena City College hasta 1953, cuando se mudó al Westmont College en Santa Bárbara, California. Allí se desempeñó como presidente de la división de ciencias. En el momento en que escribió este libro, era profesor emérito de ciencias en Westmont.

En la edición que compré, había un prólogo del Dr. Harold Hartzler, funcionario de la American Scientific Affiliation. Escribió que el manuscrito había sido cuidadosamente revisado por un comité de su organización y que “el análisis matemático incluido se basa en principios de probabilidad que son completamente sólidos”. Afirmó además que, en opinión de la Afiliación, el profesor Stoner “ha aplicado estos principios de manera adecuada y convincente”.3

El libro está dividido en tres secciones. Dos se relacionan directamente con la profecía bíblica. La primera sección trata de la validez científica del relato del Génesis sobre la creación.

Primera parte: El Registro del Génesis

Stoner comienza con una observación muy interesante.  Señala que su copia de Young’s General Astronomy, publicada en 1898, está llena de errores. Sin embargo, la Biblia, escrita hace más de 2,000 años, está libre de errores científicos. Por ejemplo, la forma de la tierra se menciona en Isaías 40:22 como circular. La gravedad se puede encontrar en Job 26:7. Eclesiastés 1:6 menciona la circulación atmosférica. Una referencia a las corrientes oceánicas se puede encontrar en Salmos 8:8, y el ciclo hidráulico se describe en Eclesiastés 1:7 e Isaías 55:10. La segunda ley de la termodinámica se describe en Salmos 102:25-27 y Romanos 8:21. Y éstos son sólo algunos ejemplos de verdades científicas escritas en las Escrituras mucho antes de que fueran “descubiertas” por los científicos.

Stoner procede a presentar evidencia científica a favor de la creación especial. Por ejemplo, señala que la ciencia había enseñado previamente que la creación especial era imposible porque la materia no podía ser destruida o creada. Luego señala que los físicos atómicos han demostrado que la energía puede convertirse en materia y la materia en energía.

Luego considera el orden de la creación como se presenta en Génesis 1:1-13. Presenta argumento tras argumento desde un punto de vista científico para sostener el orden que narra el Génesis. Luego pregunta: “¿Qué posibilidades tuvo Moisés al escribir el primer capítulo [de Génesis] de obtener trece elementos precisos y en orden satisfactorio?”. Sus cálculos concluyen que sería una posibilidad en 31,135,104,000,000,000,000,000 (1 en 31 x 10^21). Concluye: “Quizás Dios escribió tal relato en Génesis para que en estos días postreros, cuando la ciencia se ha desarrollado grandemente, podamos verificar Su relato y saber con certeza que Dios creó este planeta y la vida en él”.4

Lo único decepcionante del libro de Stoner es que espiritualiza la referencia a los días en el Génesis, concluyendo que se refieren a períodos de tiempo de duración indefinida. En consecuencia, concluye que la tierra tiene aproximadamente 4 mil millones de años. En su defensa, tenga en cuenta que escribió este libro antes de la fundación del Movimiento de la Ciencia de la Creación moderno, que fue fundado en la década de 1960 por el Dr. Henry Morris. Desde entonces, ese movimiento ha producido muchos argumentos científicos convincentes a favor de una tierra joven con una edad de sólo 6,000 años.5

Segunda Parte: La Exactitud de la Profecía Bíblica

La segunda sección del libro de Stoner se titula “Exactitud profética”.6 Aquí es donde el libro se vuelve absolutamente fascinante. Una por una, toma las principales profecías bíblicas concernientes a ciudades y naciones y calcula las probabilidades de que se cumplan. La primera es una profecía en Ezequiel 26 concerniente a la ciudad de Tiro. Siete profecías están contenidas en este capítulo que fue escrito en el año 590 a. C.:

1) Nabucodonosor conquistará la ciudad (7-11).

2) Otras naciones ayudarán a Nabucodonosor (3).

3) La ciudad será convertida en una roca desnuda (4 y 14).

4) Se convertirá en un lugar de tendido de redes de pesca (5 y 14).

5) Sus piedras y maderos serán arrojadas al mar (12).

6) Otras ciudades temerán mucho por la caída de Tiro (16).

7) La antigua ciudad de Tiro nunca será reconstruida (14).

Cuatro años después de que se diera esta profecía, Nabucodonosor puso sitio a Tiro. El asedio duró 13 años. Cuando la ciudad finalmente cayó en el 573 a. C., se descubrió que todo lo de valor había sido trasladado a una isla cercana.

Doscientos cuarenta y un años después, Alejandro Magno llegó a la escena. Temiendo que la flota de Tiro pudiera ser utilizada contra su tierra natal, decidió tomar la isla donde la ciudad había sido trasladada. Logró este objetivo construyendo una calzada desde el continente hasta la isla, y lo hizo utilizando todos los materiales de construcción de las ruinas de la ciudad vieja. Las ciudades vecinas estaban tan asustadas por la conquista de Alejandro, que inmediatamente le abrieron sus puertas. Desde entonces, Tiro ha permanecido en ruinas y es un lugar donde los pescadores extienden sus redes.

Por lo tanto, cada detalle de la profecía se cumplió exactamente como se predijo. Stoner calculó las probabilidades de que tal profecía se cumpliera por casualidad como 1 en 75,000,000, ó 1 en 7.5x10^7. (El exponente 7 indica que el decimal debe moverse siete lugares a la derecha).

Stoner procede a calcular las probabilidades de las profecías concernientes a Samaria, Gaza y Ascalón, Jericó, Palestina, Moab y Amón, Edom y Babilonia. También calcula las probabilidades de que se cumplan las profecías que predijeron el cierre de la Puerta Oriental (Ezequiel 44:1-3), el arado del Monte Sion (Miqueas 3:12) y la ampliación de Jerusalén de acuerdo con un patrón prescrito (Jeremías 31:38-40).

Combinando todas estas profecías, concluye que “la probabilidad de que estas 11 profecías se hagan realidad, si fueron escritas en sabiduría humana, es... 1 en 5.76x10^59”. No hace falta decir que éste es un número más allá del ámbito de la posibilidad.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Estimado lector: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario