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viernes, 8 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Una Prueba de Actitud Eterna


Permítame darle una prueba para determinar si está viviendo con una perspectiva eterna o no: ¿Cómo se siente acerca del regreso del Señor? Ésta es una prueba de fuego que determinará si está enamorado del mundo o del Señor.

La actitud de la persona que está enamorada del mundo se puede expresar mejor con estas palabras: “Quiero que el Señor vuelva, pero...”. Siempre hay un “pero”.

  • “Quiero que el Señor regrese, pero quiero que Él venga después de haber ganado un millón de dólares”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de haber escrito una gran novela”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que yo aparezca en la portada de la revista Time”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que haya construido una gran iglesia”.
  • Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que tenga 85 años y haya experimentado todo lo que la vida tiene para ofrecer.

Lo que esta gente realmente está diciendo es: “¡Quiero que venga Jesús, pero no quiero que arruine mi vida!”. Están enamorados del mundo.

Verás, cuando estás enamorado de alguien, quieres estar con él. Eso es un hecho de la vida. Observa a las personas que se acaban de enamorar. Quieren estar juntos todo el tiempo. Cuando están separados, ¡están constantemente hablando por teléfono sobre cuándo volverán a estar juntos!

Lo mismo ocurre con el Señor. Si realmente amas a Jesús, querrás estar con él. Hablarás con él en oración. Tendrás comunión con Él en Su Palabra y en adoración. Pero estas formas de comunicación nunca satisfarán su anhelo de estar en Su presencia, de tener una comunión personal e íntima con Él, cara a cara.

Serás como Pablo, dispuesto a permanecer en este mundo sirviendo al Señor, pero anhelando el día en que estarás unido a Él, ya sea a través de la muerte o Su regreso (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23–24). 

Una Sugerencia Práctica

Te sugiero que la próxima vez que dejes escapar tu perspectiva eterna, recuerdes el Salmo 73 y léelo. Cuando termines, invierte los números y vaya al Salmo 37. Allí encontrará un poderoso resumen de lo que Asaf aprendió. Es un salmo del mentor de Asaf, el rey David.

David dice: “No te impacientes a causa de los malignos…porque como la hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán” (versículos 1–2). Nos dice qué hacer en su lugar: “Confía en Jehová y haz el bien…Deléitate asimismo en Jehová” (versículos 3–4). Una y otra vez nos advierte que no nos preocupemos por los malhechores, porque dice que llegará el día cuando serán “cortados” (v. 9). En contraste, “los que esperan en Jehová heredarán la tierra” (v. 9).

¿Cuál es tu Actitud?

¿Estás enfocado en este mundo? ¿Estás apegado a él o tienes la sensación de que sólo estás de paso, en dirección a un hogar eterno?

Esta vida es transitoria. Esta vida es sólo el preludio de la eternidad. 

El compositor de himnos, Emiliano Ponce, lo puso todo en perspectiva cuando escribió:

Aunque en esta vida no tengo riquezas,
Sé que allá en la gloria tengo una mansión;
Cual alma perdida entre las pobrezas,
De mí es Jesucristo tuvo compasión.

//Más allá del sol, más allá del sol,
Yo tengo un hogar, hogar bello hogar,
Mas allá del sol//

Así, por el mundo, yo voy caminando,
De pruebas rodeado, y de tentación;
Pero a mi lado viene consolando
Mi bendito Cristo en la turbación.

A los pueblos todos del linaje humano
Cristo quiere darles plena salvación.
También una casa para cada hermano,
Fue a prepararle a la santa Sion.

Hay otro cántico que resume toda la esencia de lo que significa vivir con una perspectiva eterna:6

Vuelve tus ojos a Jesús
Míralo de lleno en Su rostro maravilloso,
Y las cosas de la tierra
Se volverán extrañamente oscuro
A la luz de Su gloria y gracia.

Hace algunos años recibí la bendición de conocer a un gran hombre de Dios llamado Leonard Ravenhill, un predicador profético de Inglaterra. Después de nuestra reunión, mantuvimos una breve correspondencia. Justo antes de morir, en la última carta que me envió, adjuntó una pequeña tarjeta que contenía un breve mensaje de una oración. Me instó a memorizar el mensaje y vivirlo a diario.

Eso fue en julio de 1988. Todavía tengo la tarjeta. Está desgastada y hecha jirones, porque me he propuesto mantenerla en el bolsillo de mi camisa en todo momento. El mensaje impreso en ella es simple pero profundo: “Señor, mantenme consciente de la eternidad”.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la parte 4 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas

6) Helen H. Lemmel, “Turn Your Eyes Upon Jesus,” © 1922, renovado en 1950 por Singspiration, Inc.

Este artículo es una abreviatura de un capítulo contenido en el libro del Dr. Reagan, Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin.

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