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viernes, 1 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel – Parte 1

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



Hay dos tipos de mitos que existen hoy en día con respecto al pueblo judío y su Estado de Israel. Están los terribles mitos teológicos que han sido conjurados por teólogos cristianos, y luego están los mitos políticos, que han sido inventados por los enemigos políticos del moderno Israel. 

Los mitos teológicos se basan en lo que se llama Teología del Reemplazo. Consisten en alegatos como:

1) Dios se ha desentendido del pueblo judío debido a su rechazo y asesinato de Jesús.

2) Dios ha reemplazado a Israel con la Iglesia.

3) Dios ha transferido todas las bendiciones prometidas de Israel a la Iglesia.

4) Dios no tiene propósito alguno para el pueblo judío.

Todas las cuatros acusaciones son evidentemente falsas. Todas las cuatro son mitos totales, y he tratado estos mitos en mis escritos, especialmente en mi libro, “El Pueblo Judío: ¿Rechazado o Amado?”.


Una Verdad Fundamental

El primer punto que debe establecerse firmemente acerca de estos mitos es que no son un accidente. Están firmemente arraigados en el odio obsesivo de Satanás hacia el pueblo judío. Los odia porque:

1) Son el pueblo escogido de Dios.

2) Fue a través de ellos que Dios le dio al mundo las Escrituras.

3) Fue a través de ellos que Dios le dio al mundo el Mesías.

Satanás odia más a los judíos debido a las promesas que Dios les ha hecho. Él ha prometido que:

1) Un gran remanente de los judíos será salvo en los tiempos del fin, en la Segunda Venida de Jesús, cuando se arrepientan y lo acepten como su Mesías (Zacarías 12:10).

2) Los judíos serán entonces reunidos en su tierra natal en fe (Deuteronomio 30:1-5).

3) A la nación de Israel se le dará toda la tierra prometida a ellos en el Pacto Abrahámico (Génesis 15:18-21).

4) El Estado judío será la nación principal en el mundo durante el reinado milenial de Jesús (Isaías 2:1-4).

5) Las bendiciones de Dios durante el Milenio fluirán a las naciones del mundo a través del pueblo judío (Isaías 62:1-7).

6) El mundo respetará al pueblo judío tanto al pueblo judío, que cuando pase un judío, diez gentiles dirán, “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

El Monte del Templo en Jerusalén, mirando al noreste. El Muro Occidental, o Muro de los Lamentos, está en el centro, debajo del santuario musulmán llamado el Domo de la Roca.

Satanás no quiere ver que se cumpla una sola de estas promesas y, por lo tanto, está determinado a aniquilar al pueblo judío. De eso se trató el Holocausto, cuando una cuarta parte de ellos fueron asesinados. Y es la razón por la que intentará aniquilarlos una vez más durante la Tribulación, cuando logrará matar a dos tercios de ellos (Zacarías 13:8).

Pero Satanás está destinado a fracasar, porque es la voluntad de Dios traer a un remanente de los judíos al arrepentimiento y la salvación. Y está decidido a cumplir todas las promesas que le ha hecho al pueblo judío. El apóstol Pablo afirmó esto cuando escribió estas palabras:

Romanos 3:1-4

1) ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?

2) Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.

3) ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?

4) De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso… 

Durante dos mil años, la Iglesia ha respondido a la pregunta planteada en el versículo 3 con un rotundo, “¡Sí!”. El apóstol Pablo la responde con un definitivo “¡No!”. Comentando más sobre este tema, Pablo escribió:

Romanos 9:3-5

3) Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

4) que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;

5) de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Estas palabras fueron escritas después del establecimiento de la Iglesia y, como puede ver, Pablo está afirmando que Dios aún tiene una relación con Israel y que no ha les ha negado Sus promesas. En Romanos 9 al 11, Pablo deja en claro que Dios no se ha desentendido del pueblo judío y que la Iglesia no ha reemplazado a Israel. Jesús mismo dijo que no regresaría a esta tierra para reinar hasta el día cuando el pueblo judío esté dispuesto a decir: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mateo 23:37-39).

Pero a pesar de estas promesas de Dios, Satanás persiste en su locura por el pueblo judío, porque se ha engañado a sí mismo al creer que puede burlarse de Dios — y no hay engaño peor que el autoengaño.

Y, por lo tanto, Satanás ahora está orquestando a todas las naciones del mundo para que venga contra la pequeña nación de Israel, a través de la perpetración de mitos sobre el pueblo judío y su nación.

Paradójicamente, en el proceso, Satanás está cumpliendo la profecía bíblica, ya que el profeta Zacarías declaró hace 2,500 años que, en los tiempos del fin, todo el mundo vendría contra Israel (Zacarías 12:2-3).


Lea la parte 2 aquí
Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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