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miércoles, 12 de marzo de 2014

La Implosión de los Estados Unidos de América - Parte II

¿Es el Colapso de Estados Unidos Inevitable?



Explosión Número Tres


La decisión explosiva número tres estuvo arraigada justo aquí en el área de Dallas-Ft. Worth Metroplex. Fue la decisión de 1973 en el caso de Roe vs. Wade. Es la decisión que ahora se ha traducido en el asesinato de más de 50 millones de niños en el vientre materno. A propósito, cada vez que estoy en la televisión hablando acerca de esto, nunca permito que se utilice la frase, “el derecho de una mujer a elegir”, sin completar la oración: “Es el derecho de una mujer elegir asesinar a su hijo”. No deje que nadie la pronuncie y que se quede sin completar toda la frase. De esto es lo que se trata todo. Y eso es lo que Roe vs. Wade ha hecho. Ha sancionado la matanza de los niños que aún no han nacido. Ahora bien, sé lo que la sabiduría popular dice — lo escuché durante el último ciclo electoral y vamos a escucharlo en las elecciones de 2014 y 2016 — y es que al pueblo estadounidense ya no le importan los problemas sociales, que lo único que le preocupa es la economía. Bien, damas y caballeros, no se pueden separar los temas económicos de los temas morales y espirituales.

En mi libro, Twilight's Last Gleaming, cité un estudio que dice que si a los 50 millones de niños que han sido asesinados durante los últimos 50 años se les hubiera permitido vivir y crecer, y convertirse en ciudadanos productivos, hubieran añadido cerca de 35 a 70 trillones de dólares a nuestro producto nacional bruto. Si a esos 50 millones de niños se les hubiera permitido crecer y vivir, y contribuir a la sociedad, no habría ninguna crisis del Seguro Social. No habría ninguna crisis del Medicare. Ellos hubieran estado pagándole al sistema. No se puede matar al 20% de su población, ninguna nación puede, sin tener graves repercusiones económicas.

Damas y caballeros, las repercusiones económicas del aborto palidecen en importancia ante el más atroz y desastroso resultado del aborto, y ése es la certeza del juicio de Dios. Todo lo que usted tiene que hacer es mirar a la historia y ver cómo Dios ha tratado con las naciones que asesinan a sus niños. En el Antiguo Testamento, Dios levantó a los asirios y a los babilonios para juzgar a Israel por participar en el sacrificio de niños. Durante la Segunda Guerra Mundial, Dios levantó a las fuerzas aliadas para aplastar a la Alemania nazi por llevar a los niños a las cámaras de gas, en vagones de carga. Mirando a la historia, ¿tiene alguien que preguntarse cómo Dios va a lidiar con una nación como la nuestra que sanciona la matanza de los niños? Tenemos que estar orando por nuestra Legislatura del Estado de Texas, mientras se reúnen para aprobar una ley que va a proteger las vidas de decenas de miles de niños en nuestro Estado. Estuve hablando con el Teniente Gobernador Dewhurst acerca de este proyecto de ley, y él estuvo de acuerdo con que ésta es una batalla espiritual. Esto es la guerra. Ésta es una guerra satánica por las vidas y las almas de nuestros hijos. Estemos orando.

Explosión Número Cuatro

La cuarta decisión explosiva fue Lawrence y Garner vs. el Estado de Texas en 2003. Ésta es la decisión de la Corte Suprema que anuló las leyes de nuestro Estado en contra de la sodomía. Fue el comienzo de un efecto dominó que vemos que continúa hoy en día. Lo que es interesante es que en esa decisión en 2003, el juez Scalia en ese momento dijo, “Este razonamiento deja en un terreno muy inestable las leyes del Estado que limitan el matrimonio a parejas de sexo opuesto”. El juez Scalia estaba siendo profético. De hecho, fue el razonamiento de esa corte en 2003 que condujo a la reciente decisión que revocó una parte de la Ley de Defensa del Matrimonio. Lo que hay que entender es que durante 226 años nuestro poder judicial ha entendido que la relación entre un hombre y una mujer es lo que constituye el matrimonio, y que esto es el fundamento del orden social. James Kent, quien fungió como Presidente de la Corte Suprema [de Nueva York], escribió en su comentario sobre el Derecho Norteamericano, “La principal y más importante de las relaciones domésticas es la de marido y mujer. Ésta tiene su fundamento en la naturaleza y es la única relación por la cual la Providencia ha permitido la continuidad de la raza humana”.

Una foto del interior del nuevo santuario de la Primera Iglesia Bautista de Dallas.

Si me oyeron recientemente en el show de O’Reilly, estaba debatiendo a un ex asesor de Clinton que es un homosexual, quien junto a su pareja adoptó a un niño. Y le recordé que en 1885 la Corte Suprema en Murphy vs. Ramsey dijo, “El matrimonio es una unión sagrada que consiste de un hombre y una mujer”. Y siguió diciendo, “Y es a partir de esa relación que todo lo de naturaleza buena se percibe”. Ahora bien, mi pregunta esa noche fue, “¿Qué es lo que ha cambiado en 130 años desde 1885?” Ciertamente la Constitución no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la cultura.

Lo que vimos en la reciente decisión DOMA [Ley de Defensa del Matrimonio – ed.] es a la Corte Suprema cediendo a la corrección política. Ahora ya saben, dice la gente — incluso cristianos —, “Bueno, ¿y eso qué tiene? ¿Qué daño me hace que los homosexuales quieran casarse? ¿En qué me perjudica eso?”. Bueno, primero que nada, no todo es acerca de usted y yo, es acerca de la sociedad. Pero el hecho es que esto perjudica a la sociedad.

El Instituto Hoover ha hecho estudios a largo plazo de países escandinavos que legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Sabe lo que encontraron? Encontraron que en los países que legalizan el matrimonio homosexual, la tasa de matrimonios heterosexuales cae precipitadamente. Y la razón es obvia: Si el matrimonio se convierte en cualquier cosa que usted quiera, ¿por qué molestarse en casarse en absoluto? La semana pasada se reportó que nuestra tasa de matrimonio aquí en los Estados Unidos ha caído a su nivel más bajo en un siglo. Y así se crea una tremenda inestabilidad en la sociedad cuando se permite que eso pase. ¿Saben lo que es interesante para mí? Sara McLanahan, una socióloga de Princeton, ha dichos, “Si estuviéramos tratando de idear un sistema en el cual las necesidades básicas de un niño serían mejor satisfechas, sería en una situación donde el niño está conectado a ambos padres biológicos”. Eso suena mucho como a una familia para mí, ¿no es así?

Dios sabía lo que estaba haciendo cuando diseñó la familia. Y damas y caballeros, aunque las opiniones de la Corte Suprema cambien, aunque la cultura cambie, la Palabra de Dios nunca cambia. Él es quien diseñó el matrimonio, y Él sabe cómo funciona mejor.

Ahora bien, mi punto en citar estos cuatro casos es simplemente esto: ninguna nación que prohíbe el reconocimiento de Dios en la vida pública, que sanciona la matanza de los niños no nacidos y que destruye la unidad más básica de la sociedad, la familia — ninguna nación así puede sobrevivir. Las explosiones ya se han producido. La implosión se acerca. Simplemente estamos viviendo en el tiempo intermedio.  


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Implosion of America

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