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jueves, 4 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 11 (parte 1 de 2)

 Las Naciones en la Profecía

¿Habrá una cierta configuración del tiempo del fin?


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Él multiplica las naciones, y él las destruye; esparce a las naciones, y las vuelve a reunir. Job 12:23

La interpretación de la profecía bíblica no puede ser dictada por los acontecimientos mundiales. Si la Biblia dice que un evento va a ocurrir en el futuro — como una invasión rusa contra Israel — va a suceder, independientemente de las tendencias en la política mundial.

Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, muchas personas sintieron que ése era el final de cualquier posible invasión rusa contra Israel, como se profetizó en Ezequiel 38 y 39. Pero la invasión rusa contra Israel predicha en la profecía bíblica nunca ha dependido de que Rusia sea un Estado comunista.

Creyendo lo que Dice la Biblia

Al interpretar lo que la Biblia dice acerca de las naciones en los tiempos del fin, necesitamos tener la fe que fue demostrada por C. I. Scofield, cuando publicó su famosa Biblia de Estudio en 1909. Interpretó Ezequiel 38 y 39 en el sentido de que Rusia invadiría Israel en los tiempos del fin. Esa interpretación fue cuestionada e incluso ridiculizada.

Los eruditos preguntaron: “¿Cómo es posible que digas que estos capítulos profetizan una invasión rusa contra Israel? Rusia es una nación cristiana ortodoxa, ¡e Israel ni siquiera existe! Tampoco hay posibilidad alguna de que Israel vuelva a existir”.

La respuesta de Scofield fue simple: “No lo entiendo, y no puedo explicarlo, pero la Biblia lo dice, y por lo tanto, lo creo”.

Hoy, cien años después, Israel existe y Rusia es cualquier cosa menos una nación cristiana. Los rusos lucen actualmente un delgado barniz democrático, pero debajo hay una fea herencia de dictadura, represión y antisemitismo. Además, la sociedad se está revolcando en el caos económico y la violencia, ya que los ex funcionarios comunistas ahora operan como matones de la mafia que construyen imperios regionales que operan bajo la protección del gobierno. Otra cosa a tener en cuenta es que las repúblicas rusas centrales contienen una enorme población islámica que se opone con vehemencia al Estado de Israel.

La Nación Clave

Rusia es sólo una de varias naciones que se mencionan específicamente en las profecías del tiempo del fin. La nación clave es Israel, porque toda la profecía del tiempo del fin gira en torno al pueblo judío.

Hace cuatrocientos años, los eruditos puritanos comenzaron a predicar que la nación de Israel sería restablecida en los tiempos del fin, justo antes del regreso de Jesús. Un buen ejemplo de esta enseñanza se puede encontrar en un libro de Increase Mather, The Mystery of Israel’s Salvation (El Misterio de la Salvación de Israel), que fue publicado en 1667.

La mayoría de los cristianos se burlaron de la afirmación puritana. Después de todo, los judíos habían sido dispersados por todo el mundo, y su patria, llamada Palestina, era parte del Imperio Otomano. No parecía alguna perspectiva de que la nación de Israel volviera a existir.

El Testimonio de las Escrituras

Pero la afirmación puritana se basaba en evidencia bíblica sólida. Isaías 11:10-12 declara claramente que, en los tiempos del fin, habrá una “segunda” reunión de los judíos (la primera es desde Babilonia). El pasaje dice, además, que ésta será una reunión de judíos de todas las tribus, tanto las diez tribus de Israel como las dos tribus de Judá (el regreso de Babilonia incluyó sólo a Judá). Finalmente, el pasaje dice que esta reunión será “desde los cuatro confines de la tierra”.

Otra de las grandes profecías de la reunión del tiempo del fin se encuentra en Ezequiel 37. Es la famosa profecía del valle de los huesos secos. Ezequiel fue llevado por el Espíritu de Dios a un valle sembrado de huesos. Se le dijo que les predicara a los huesos.

Cuando Ezequiel comenzó a predicar, ¡los huesos comenzaron a cobrar vida! Volvieron a juntarse, y se formaron músculos en ellos. Cuando reasumieron sus formas humanas, el aliento entró en ellos, ¡y se pusieron de pie!

El Señor le dijo al asombrado profeta que los huesos representaban al pueblo judío, que había sido dispersado y parecía no tener esperanza. Luego, el Señor le aseguró a Ezequiel que un día las “tumbas” del pueblo judío — las naciones donde serían dispersados —serían abiertas, y el pueblo sería traído de regreso a la tierra de Israel (Ezequiel 37:11-12).

Una vez más, Ezequiel afirma que ésta será una reunión que incluirá tanto a Israel como a Judá: “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano” (Ezequiel 37:19). También dice que esto ocurrirá justo antes del regreso del Mesías para reinar sobre las naciones desde Jerusalén (Ezequiel 37:24-28).

Profecías similares se pueden encontrar a lo largo de las Escrituras hebreas. De hecho, el regreso de los judíos a su patria en los tiempos del fin es la profecía más prolífica en el Antiguo Testamento, mencionada con más frecuencia que cualquier otra.

Desencadenando las Profecías

El Señor inició Su cumplimiento de estas profecías cerca del final del siglo XIX, cuando le dio a un periodista vienés una visión para el restablecimiento del Estado de Israel. El hombre era un judío húngaro llamado Theodor Herzl (1860-1904). Como la mayoría de los intelectuales judíos de su tiempo, Herzl creía que los judíos habían sido asimilados en la sociedad europea. Pero, en 1894, su actitud cambió radicalmente.

Fue a París para cubrir el juicio de un oficial del ejército francés llamado Alfred Dreyfus. El oficial había sido acusado falsamente de traición porque era judío. Cuando Herzl llegó al juzgado, se sorprendió al ver a miles de parisinos parados en las calles gritando: “¡Muerte a los judíos!”.

Esta experiencia agonizante convenció a Herzl de que la única esperanza para los judíos era que formaran un Estado propio. Expresó este sentimiento de manera muy convincente en 1896, en un folleto llamado “Der Judenstaat” (“El Estado Judío”). Su panfleto condujo a la convocatoria del Primer Congreso Sionista, celebrado en Basilea, Suiza, en agosto de 1897. Herzl escribió en su diario: “En Basilea, fundé el Estado judío”. Predijo que dentro de 50 años la gente vería la verdad de su declaración.

Efectivamente, 50 años después, en noviembre de 1947, las Naciones Unidas autorizaron la creación de un Estado judío en Palestina. Y, el 14 de mayo de 1948, nació el Estado de Israel.

La Amenaza Árabe

Una vez que Israel sea restablecido, como lo ha sido, la Biblia profetiza que será amenazado por todas partes por una variedad de naciones. En primer lugar, la existencia misma de Israel será desafiada por los Estados árabes circundantes.

Ezequiel profetizó que “en el tiempo de su aflicción” (su término para los últimos tiempos), Dios derramará Su ira sobre el “Monte de Seir” (un término colectivo para los pueblos árabes) porque codiciarán la tierra que Él ha dado a los judíos (Ezequiel 35:5, 10-11). Isaías había dado previamente la misma profecía, cuando declaró que vendrá un tiempo cuando Dios derramará Su ira sobre Edom (el término colectivo de Isaías para los árabes) debido a su maltrato al pueblo judío (Isaías 34:5-6).

Una de las guerras del tiempo del fin descrita en la profecía que aún no ha ocurrido es la “guerra de aniquilación” que se describe en el Salmo 83. Este salmo retrata una conspiración árabe del tiempo del fin contra Israel. El salmista dice que todas las naciones árabes que tienen una frontera común con Israel intentarán aniquilar al Estado judío. Esos estados incluyen Jordania, Egipto, Líbano, Gaza, Arabia Saudita, Siria e Irak.

El salmo no revela el resultado de esta guerra, pero sabemos que los judíos prevalecerán, porque hay profecías que dicen que Israel ganará todas sus guerras del tiempo del fin. Por ejemplo, Zacarías 12:6 dice que Dios pondrá “a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán . . .a todos los pueblos alrededor. . .”. Zacarías agrega que el Señor destruirá “a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén” (Zacarías 12:9).

Estas profecías se han cumplido desde el restablecimiento del Estado judío en 1948. Las naciones árabes que rodean a Israel han lanzado guerra tras guerra contra el Estado judío, en un intento incesante de aniquilarlo. Además, ha habido varias intifadas significativas (levantamientos palestinos). Pero Israel ha prevalecido en todas estas batallas.

La Amenaza Rusa

Los árabes no son los únicos enemigos de Israel profetizados para los tiempos del fin. La Biblia dice que otra némesis de los judíos será Rusia. En Ezequiel 38 y 39, se nos dice que una nación de “las partes remotas del norte” demostrará ser el mayor enemigo de Israel (Ezequiel 38:6, 15).

Todas las instrucciones en la Biblia se dan con referencia a Jerusalén. Si toma una cuerda y pone un extremo de ella en la ciudad de Jerusalén en un globo terráqueo, y luego coloca el otro extremo en el Polo Norte, verás que la cuerda pasa por Moscú, la capital de Rusia. Ésta es una buena indicación de que Ezequiel está hablando de Rusia como la nación en “las partes remotas del norte”.

Hay otros indicadores. Ezequiel dice que esta nación comprenderá la tierra de Magog (Ezequiel 38:2), que el historiador judío, Josefo, identificó como el área ocupada por los escitas en el centro sur de Rusia. También se identifica como la tierra gobernada por “el príncipe de Rosh” (Ezequiel 38: 2). Rosh es una antigua palabra raíz para Rusia.

Una Coalición de Naciones

Los rusos son representados como invasores de Israel con una coalición de naciones. Persia es nombrada primero (Ezequiel 38:5). En ese momento, Persia incluía la actual Siria, Irak, Irán y Afganistán. También se nombran Etiopía, Put (Libia) y dos áreas, Gomer y Bet-Togarma, incluidas en la Turquía moderna (Ezequiel 38:5-6).

Ezequiel dice que la invasión rusa de Israel ocurrirá en un momento en que los judíos viven en “ciudades sin muros” (Ezequiel 38:11). Ese no es el caso hoy en día, ya que hay un muro de seguridad que zigzaguea por el centro de Israel, corriendo por una longitud de 440 millas. Ezequiel también dice que el pueblo de Israel vivirá “en reposo” y “seguro" (Ezequiel 38:11). Una vez más, ésa no es ciertamente la situación actual. Estas condiciones deben prevalecer después de que Israel derrote a todos sus vecinos en la Guerra del Salmo 83.

Como dije anteriormente en este capítulo, no hay nación en la tierra con una historia antisemita más larga y persistente que Rusia. Los gobernantes rusos han utilizado a los judíos como chivos expiatorios a lo largo de su historia registrada, culpando de todos los males de la sociedad rusa a “la conspiración judía internacional”. Ese espíritu demoníaco de antisemitismo permanece firmemente arraigado en la sociedad rusa hasta el día de hoy.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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