sábado, 20 de mayo de 2023

Conferencia Escatológica

 

Dirección: Semáforos Villa Miguel Gutiérrez, 2 cuadras al sur, Managua.

Entrada gratuita.

martes, 16 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 2 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

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El Tipo Profético de Estados Unidos

El tipo profético bíblico de los Estados Unidos que tengo en mente es la nación de Judá. Esta fue la nación del sur que se formó cuando el reino unido de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón.

La norteña nación de Israel, compuesta por diez tribus, nació en rebelión, y nunca fue bendecida por Dios. A lo largo de sus 208 años de historia, nunca tuvo un rey que fuera considerado justo a los ojos de Dios.

En marcado contraste, el reino del sur, Judá, que contenía tanto la ciudad de Jerusalén como el templo judío, fue bendecido como ninguna otra nación que hubiera existido. La nación recibió ocho reyes justos durante sus 344 años de existencia. El gobierno combinado de esos reyes constituyó 224 años de la historia de la nación. Estos incluían grandes hombres de Dios como Josafat, Ezequías y Josías. Este liderazgo piadoso produjo una nación bendecida con libertad, prosperidad, justicia y paz.

Pero la mayor bendición de la nación fue la presencia de Dios mismo en la forma de Su Gloria Shejiná, que residía en el Lugar Santísimo del Templo judío.

El Paralelo Estadounidense

Desde entonces, ninguna otra nación ha sido tan ricamente bendecida excepto, los Estados Unidos de América. Dios nos dio una gran extensión de territorio, lleno de todos los recursos naturales concebibles. Además, nos dio el ingenio para aprovechar nuestros recursos naturales y talentos para producir la mayor riqueza que el mundo jamás haya conocido.

Al igual que la antigua Judá, Dios nos bendijo con líderes políticos piadosos que lo amaban y que apreciaban la libertad. También nos dio grandes líderes espirituales que predicaron el Evangelio con celo y desarrollaron una ciudadanía basada en los principios cristianos de justicia y hermandad. Y trabajando a través de nuestra riqueza e iglesias, el Señor envió misioneros por todo el mundo para establecer iglesias y traducir la Biblia a muchos idiomas.

Sería genial si pudiéramos concluir nuestra comparación de Judá y Estados Unidos en este punto. Pero desafortunadamente, los paralelos en las historias de las dos naciones no terminan aquí.

Orgullo y Rebelión

Cuando Judá alcanzó el apogeo de su gloria como nación, el pueblo comenzó a revolcarse en el orgullo, y esto llevó a la rebelión contra Dios y Su Palabra.

A menudo, cuando me preguntan: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Yo respondo diciendo: “Mire en el capítulo 5 de Isaías. O considere Jeremías 5 y 6”. Digo esto porque estos capítulos contienen un inventario de los pecados nacionales de Judá catalogados por Isaías y Jeremías, y son los mismos pecados que caracterizan a la sociedad estadounidense de hoy.

Destrucción

Judá se negó a arrepentirse, y Dios finalmente respondió enviando a los babilonios a destruir la nación. Uno de los pasajes más tristes de la Biblia se encuentra en 2 Crónicas 36, donde el escritor describe la dolorosa decisión de Dios de destruir a su amada nación de Judá. Dice lo siguiente:

15) El Señor, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque Él tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. 

16) Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.

Judá fue destruida por cometer los mismos pecados que caracterizan a los Estados Unidos hoy. ¿Por qué nuestro destino debería ser diferente?

  • Hemos sido bendecidos como Judá.
  • Hemos pecado como Judá.
  • Ahora estamos siendo advertidos como Judá.
  • Estamos respondiendo como Judá.
  • La conclusión parece ineludible: Nos dirigimos hacia el mismo destino que Judá.

¿Cuál es probable que sea ese destino? ¿Qué forma adoptará? Sólo podemos adivinar, porque la Biblia guarda silencio.

Colapso Económico

Lo primero que viene a la mente es una catástrofe económica, que podría resultar de nuestra situación de deuda fuera de control. La deuda oficial pendiente del gobierno de los Estados Unidos a mayo de 2020 era de 24 billones de dólares. Eso ascendió a $76,700 por persona o $167,800 por contribuyente. Y el Congreso estaba en el proceso de agregar rápidamente varios billones más a esa cantidad, a través de la promulgación de paquetes de estímulo en respuesta a la pandemia de coronavirus.

Para empeorar las cosas, ese total no incluyó las promesas no financiadas de Medicare y Seguridad Social que totalizaron $52 billones. Y luego estaba la deuda estatal y local de $3 billones más una increíble cantidad de deuda no financiada para sistemas de pensiones estatales y locales fuera de control. ¡La deuda personal totalizó $14 billones o $42,424 por persona!

Estas cifras dejan en claro que nuestra nación y sus ciudadanos son adictos a la deuda. Estamos viviendo de un dinero que no tenemos y nunca tendremos, y tarde o temprano el peso de esta deuda va a colapsar nuestra economía.

Creo que es muy probable que se produzca un colapso económico sin precedentes, porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es celoso y no tolera la idolatría. Dios, por Su propia naturaleza, va a ser obligado a destruir a nuestro falso dios.

Ataque Externo

Otro posible destino para Estados Unidos es la destrucción por medio de un ataque nuclear ruso. Esto, por supuesto, podría suceder junto con un colapso económico, o podría ser la causa de ese colapso.

La razón por la que un ataque ruso es tan probable es porque la Biblia dice que los rusos liderarán una invasión de Israel en el tiempo del fin (Ezequiel 38 y 39). Dado que somos el único aliado de Israel, me parece inconcebible que los rusos ataquen a Israel sin desatar un ataque nuclear preventivo contra nosotros para evitar que salgamos en defensa de Israel.

Este ataque puede estar insinuado en Ezequiel 39:6, donde dice que en el momento de la invasión rusa, el fuego caerá sobre “los que habitan seguros en las costas”. El ataque ruso vendría muy probablemente de submarinos desplegados frente a nuestras costas este y oeste. Cada submarino ruso tiene más potencia de fuego que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. Tal ataque nos daría sólo siete minutos, ni siquiera el tiempo suficiente para lanzar un contraataque.

Algunos argumentan que, desde el colapso del gobierno soviético, Rusia es ahora demasiado débil para lanzar cualquier ataque contra Israel o los Estados Unidos. Es cierto que la economía de Rusia está en ruinas, pero el poder militar está intacto, incluidas miles de ojivas nucleares. La verdad del asunto es que Rusia es mucho más peligrosa hoy que antes del colapso soviético. El aumento del peligro se debe a los deseos expansionistas rusos y a la inestabilidad de su economía.

Ataque Interno

Otra forma en que el poder estadounidense podría disiparse rápidamente es a través de ataques terroristas internos. Sólo deténgase y piense por un momento en el impacto abrumador que el ataque del 11 de Septiembre tuvo en nuestra sociedad y economía. En los meses siguientes, los mercados bursátiles perdieron más de 7 billones de dólares en valor. La industria de viajes (aerolíneas y hoteles) fue devastada. Las libertades civiles fueron severamente restringidas. Y no olviden que nuestro gobierno nacional fue paralizado por el posterior susto del ántrax.

Multiplique tales ataques terroristas, incluido el envenenamiento de los suministros de agua y la explosión de “bombas sucias”, que contienen materiales de desecho nuclear, y puede ver fácilmente cómo nuestra nación podría ser puesta de rodillas. De hecho, no está fuera de la posibilidad de que los terroristas puedan detonar una bomba atómica que ha sido introducida de contrabando en uno de nuestros principales puertos a bordo de un buque de carga.

No importa cuán vigilantes seamos, en última instancia, no hay manera de protegerse contra los terroristas que no tienen respeto por sus propias vidas, y mucho menos contra aquellos que creen que morir por su causa les garantizará su entrada en el paraíso.

Podredumbre Interna

El colapso interno también podría resultar de la podredumbre moral que tiene a nuestra nación tomada del cuello. Esto fue lo que finalmente destruyó el Imperio Romano, y fue lo que llevó al colapso repentino de la Rusia soviética.

A medida que hemos abandonado nuestra herencia judeocristiana, nos hemos convertido en una sociedad amoral que ha perdido el respeto por la santidad de la vida. El individualismo ha sido llevado al borde de la anarquía, ya que cada uno hace lo que es correcto ante sus propios ojos. La codicia está fracturando nuestra sociedad entre jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y negros. La guerra de clases podría deteriorarse fácilmente en guerra civil con brotes de violencia incontrolable en nuestras principales ciudades.

Otra Alternativa

Hay otro escenario que podría explicar el silencio sobre Estados Unidos en las Escrituras, y es el que estoy esperando. Lo que tengo en mente es la posibilidad de que los Estados Unidos puedan ser destruidos repentinamente por el Rapto de la Iglesia.

No hay duda de que el Rapto devastaría a los contemporáneos Estados Unidos. Tenemos más cristianos nacidos de nuevo que cualquier otra nación en el mundo — más que toda Europa Occidental e Inglaterra juntas.

Además, tenemos muchos cristianos evangélicos en altos cargos de liderazgo, tanto en el gobierno como en los negocios. La eliminación repentina de estas personas arrojaría a toda nuestra sociedad al caos.

Nuestro Destino Nacional Final

Independientemente de cómo seamos eliminados de la escena internacional como potencia mundial, lo más probable es que terminemos absorbidos por la Unión Europea como uno de sus Estados miembros. Esto parece natural en vista de todos los lazos históricos y culturales que tenemos con esa parte del mundo.

Una cosa es segura: Sin importar cómo nuestra nación pueda ser destruida, no podremos culpar a Dios. Él ha enviado pacientemente una voz profética tras otra para llamar a nuestra nación al arrepentimiento y advertir de Su juicio inminente. (Vea mi libro, Voces Proféticas de Dios a Estados Unidos). También nos ha llamado al arrepentimiento a través de juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre, el Huracán Katrina, la Gran Recesión de 2007-2009, y la epidemia de coronavirus y su consiguiente debacle económica.

A todas estas advertencias, hemos puesto oídos sordos y un corazón frío. En el proceso, hemos sellado nuestro destino.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 15 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 1 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


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¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Es una pregunta que me hacen dondequiera que voy. Es natural que nos preguntemos. Dado que Estados Unidos no se menciona específicamente por su nombre en la profecía bíblica, la gente ha recurrido a su imaginación para encontrar nuestra nación en las Escrituras.

¿Una “gente alta y lampiña”?

Algunos han señalado a Isaías 18, el cual habla de un pueblo “de gente alta y lampiña” que es “temido por doquier”. El pasaje además declara que ésta es una “nación dominante cuya tierra está surcada por ríos”. El capítulo termina afirmando que la gente de esta nación le llevará “ofrendas” al Señor, cuando Él regrese a reinar desde el Monte Sion.

Debido a que estos versículos hablan de una nación poderosa cuya tierra está dividida por un gran río, algunos han llegado a la conclusión de que la nación es Estados Unidos, ya que está dividida por el río Mississippi. Además, argumentan que somos un pueblo alto y lampiño, y que nuestro poderío militar es temido en todo el mundo. Finalmente, argumentan que, dado que somos una nación cristiana, ciertamente le llevaremos ofrendas al Señor cuando regrese.

Pero los primeros versículos de este capítulo indican que está hablando de “Cus”, el antiguo nombre de Etiopía. En el momento en que Isaías escribió este pasaje, Etiopía era la sede de la poderosa dinastía egipcia XXV (730-660 a. C.). El río al que se hace referencia es, sin duda, el Nilo.

Isaías 18 no tiene nada que ver con los Estados Unidos en la profecía, e incluso si lo hiciera, no respondería a la pregunta sobre el papel de Estados Unidos en la política mundial del tiempo del fin. Es una profecía sobre el reinado milenario de Jesús que se establecerá después de Su regreso.

¿Una “aldea de Tarsis”?

Probablemente uno de los pasajes más populares donde la gente afirma haber encontrado a Estados Unidos es Ezequiel 38, donde el profeta describe una invasión contra Israel que será lanzada en los tiempos del fin por una nación “de las partes remotas del norte”. Los versos descriptivos acerca de la potencia del norte dejan claro que esta nación es Rusia. Lo que no está tan claro es dónde encaja Estados Unidos en esta invasión.

Aquellos que nos encuentran en el pasaje, apuntan a Ezequiel 38:13, que dice que “los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas” (o “leoncillos” dependiendo de la traducción) se pronunciarán en contra de la invasión. El argumento es que Tarsis es Gran Bretaña y las “aldeas” o “leoncillos” son las naciones de habla inglesa como los EE. UU. y Australia, que fueron fundadas por inmigrantes británicos.

Por decir lo menos, ésta es una interpretación muy imaginativa. Su validez es seriamente cuestionada por el hecho de que nadie sabe con certeza la verdadera identidad de “Tarsis”. Además, los recientes descubrimientos arqueológicos indican que Tarsis era probablemente la antigua Tartessos, en la España moderna.

Tarsis se usa en las Escrituras como un símbolo de las áreas al oeste de Israel. Por lo tanto, el significado más probable de la declaración de Ezequiel es que las naciones de Europa Occidental hablarán en contra de la invasión de Israel liderada por Rusia en los tiempos del fin

Una cosa es cierta: Ezequiel 38 no resuelve la búsqueda de Estados Unidos en la profecía.

¿Una “gran águila”?

Otro pasaje favorito para aplicar la imaginación es Apocalipsis 12:13-17. Estos versículos declaran que, a la mitad de la Tribulación, Dios proveerá un medio de escape para el remanente judío en Israel. Serán transportados al desierto a un escondite sobre las “alas de una gran águila”.

Algunas personas se han aprovechado de estas imágenes, para enseñar que Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila, suplirá el transporte aéreo del tiempo del fin que salvará al remanente judío.

Pero la Biblia es su mejor intérprete. Y cuando busque la frase, “alas de un águila”, encontrará que es la misma que Dios usó en Éxodo 19:4 para describir cómo sacó a los israelitas de Egipto: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí”. La misma imagen se usa en Deuteronomio 32:11, donde habla de la protección de Dios de Israel en el desierto: “Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, [el Señor] extendió Sus alas y los tomó, los llevó sobre Su plumaje”.

Dios es a menudo representado en las Escrituras simbólicamente como un pájaro protector. En el Salmo 91 se le dice al lector que ponga su confianza en Dios y Él “te cubrirá con sus plumas, y bajo sus alas hallarás refugio” (Salmos 91:2, 4). En Salmos 17:8, David clama al Señor en una oración, pidiéndole a Dios que lo “esconda bajo la sombra de tus alas”. (Vea también Salmos 36:7; 57:1; 61:4 y 63:7).

En Apocalipsis 12, Dios es el “águila”, no los Estados Unidos. Todo lo que el pasaje en Apocalipsis 12 enseña es que Dios va a proteger sobrenaturalmente al pueblo judío cuando huya del Anticristo a Jordania, a la mitad de la Tribulación.

¿“Babilonia la Grande”?

Esto nos lleva al pasaje final y más extensamente usado para identificar a los EE. UU. en la profecía bíblica. Es Apocalipsis 18, donde se describe la destrucción de “Babilonia la grande”.

No hay duda de que Estados Unidos comparte muchas similitudes con el imperio comercial corrupto descrito en este capítulo. El imperio es descrito como uno que está en rebelión contra Dios, hasta el punto de que se ha convertido en “morada de demonios” (versículo 2). Además, afirma que la inmoralidad de este imperio ha corrompido a todas las naciones del mundo (versículo 3).

También se aclara que esta “Babilonia la grande” dominará completamente la economía mundial, y su destrucción resultará en el colapso de las economías de todas las naciones (versículos 9, 11, 17).

En el contexto internacional actual, ciertamente suena como Estados Unidos. Pero, de nuevo, la Biblia es su mejor intérprete, y el capítulo 17 de Apocalipsis deja en claro que “Babilonia la grande” es un imperio cuya capital es Roma, no Washington, D. C.

En Apocalipsis 17:9 se nos dice que las siete cabezas de la bestia (el Anticristo) son representativas, en parte, de “siete montes”. En el contexto del primer siglo, esto sólo podría ser una referencia a Roma, ya que era conocida como “la ciudad de las siete colinas”. Esta identificación se ve reforzada por el versículo 18, que dice que la mujer montada en la bestia “es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra”. Una vez más, sólo hay una ciudad que podría encajar en esa descripción en el contexto del pasaje del primer siglo, y ésa es Roma.

Estados Unidos no es un cumplimiento de Apocalipsis 18. Ese capítulo describe el último imperio mundial gentil que dominará la tierra en el momento de la Segunda Venida del Señor. Es el imperio del Anticristo.

Algunas Conclusiones

Entonces, ¿dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Una respuesta parcial es que no se nos menciona directa y específicamente. Estamos cubiertos por profecías generales que se relacionan con todas las naciones, pero más allá de eso, nuestro destino del tiempo del fin no se menciona específicamente.

Las profecías generales que se aplican a los Estados Unidos incluyen aquellas que dicen que todas las naciones serán juzgadas (Isaías 34:2-3), y todas las naciones dejarán de existir, excepto la nación de Israel (Jer. 30:11; 46:28).

Pero, ¿cómo podría Dios pasar por alto a la nación más importante y poderosa del mundo? No creo que lo haya hecho. Creo que Estados Unidos se puede encontrar en la profecía bíblica, no específicamente, sino en tipo profético. En otras palabras, creo que hay una nación en las Escrituras que es precursora de Estados Unidos en su origen, su propósito y su destino.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Revista Llamada de Medianoche – Mayo 2023

¿Es Europa el último imperio?

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Temas incluidos en esta edición:

»» Una visión general de la historia de Israel
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»» Dios reúne a Su pueblo
»» La generación que no pasará hasta el regreso de Jesús
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Del Editor: Señales Espirituales de los Tiempos del Fin

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


Ojos para ver.

Oídos para oír. 

Eso es lo que Jesús les recomendó a sus oyentes cuando enseñó en la tierra. Se refería a una conciencia espiritual que los ojos y oídos físicos por sí solos no pueden discernir.

Mientras las multitudes que seguían al Señor clamaban por sanidad física y alimento, su verdadera necesidad era espiritual. Nada ha cambiado en 2,000 años. La mayoría de nuestras oraciones se enfocan en lo físico y lo material— pero nuestros mayores desafíos son espirituales.

Al igual que el siervo de Elías, es fácil sentirse abrumado por lo que podemos ver con nuestros ojos, oír con nuestros oídos y captar con nuestras mentes mortales. Incluso con discernimiento espiritual, algunos son testigos de las tendencias y trayectorias en nuestra sociedad y ceden al desaliento y la desesperación. Ciertamente, hay fuerzas espirituales de oscuridad furiosas a nuestro alrededor y ganando muchas batallas, porque la Tierra sigue siendo el dominio de Satanás.

Pero “no somos de la noche ni de las tinieblas” (1 Tes. 5:5b). Por lo tanto, reconocemos que el Espíritu Santo también nos ha dado maravillosas señales positivas de la protección y preservación providenciales de Dios.

Al considerar esta categoría particular de señales, manténgase firme en la sabiduría de la que hemos hablado antes. Los cristianos no somos optimistas, porque vemos el mundo tal como es, y sabemos que se oscurecerá cada vez. Tampoco somos pesimistas—porque conocemos el final de la historia. En cambio, somos personas de esperanza eterna. Nuestra esperanza no es algo frágil, hecho de telarañas e ilusiones. Nuestra esperanza se basa nada menos que en la sangre y la justicia de Jesús.

El Señor mismo es nuestra Bendita Esperanza.

Quédese en esa última línea por unos momentos. Haga una pausa ahora mismo y levante una oración de acción de gracias y alabanza. Si las grandes Señales Espirituales negativas y positivas amenazan con abrumarlo mientras lee esta edición del Farolero, aquiete su corazón y párese sobre la Roca sólida. ¡Él siempre será su Esperanza y Sostén!

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado

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