sábado, 7 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 3 (parte 1)

 Profecía y Probabilidad

Por Dr. David R. Reagan

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Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro. . . — 2 Pedro 1:19

Hemos examinado muchas profecías bíblicas concernientes a la Primera Venida del Mesías, y hemos visto cómo se han cumplido en la vida de Jesús.

La pregunta crucial que surge naturalmente en este punto es si las profecías se cumplieron sobrenaturalmente o no. ¿Podría su cumplimiento haber sido simplemente una cuestión de coincidencia? ¿Podría Jesús haberls cumplido a propósito?

Un Libro Extraordinario

Durante años he estado citando un libro de Peter Stoner llamado La Ciencia Habla.1 Me gusta usar una ilustración notable de él, para mostrar cómo la profecía bíblica prueba que Jesús es verdaderamente Dios en la carne.

Recientemente, decidí que trataría de encontrar una copia del libro para poder descubrir todo lo que tenía que decir sobre la profecía bíblica. El libro fue publicado por primera vez en 1958 por Moody Press. Después de una búsqueda considerable en Internet, finalmente pude encontrar una edición revisada publicada en 1976.2

Peter Stoner fue presidente de los departamentos de matemáticas y astronomía del Pasadena City College hasta 1953, cuando se mudó al Westmont College en Santa Bárbara, California. Allí se desempeñó como presidente de la división de ciencias. En el momento en que escribió este libro, era profesor emérito de ciencias en Westmont.

En la edición que compré, había un prólogo del Dr. Harold Hartzler, funcionario de la American Scientific Affiliation. Escribió que el manuscrito había sido cuidadosamente revisado por un comité de su organización y que “el análisis matemático incluido se basa en principios de probabilidad que son completamente sólidos”. Afirmó además que, en opinión de la Afiliación, el profesor Stoner “ha aplicado estos principios de manera adecuada y convincente”.3

El libro está dividido en tres secciones. Dos se relacionan directamente con la profecía bíblica. La primera sección trata de la validez científica del relato del Génesis sobre la creación.

Primera parte: El Registro del Génesis

Stoner comienza con una observación muy interesante.  Señala que su copia de Young’s General Astronomy, publicada en 1898, está llena de errores. Sin embargo, la Biblia, escrita hace más de 2,000 años, está libre de errores científicos. Por ejemplo, la forma de la tierra se menciona en Isaías 40:22 como circular. La gravedad se puede encontrar en Job 26:7. Eclesiastés 1:6 menciona la circulación atmosférica. Una referencia a las corrientes oceánicas se puede encontrar en Salmos 8:8, y el ciclo hidráulico se describe en Eclesiastés 1:7 e Isaías 55:10. La segunda ley de la termodinámica se describe en Salmos 102:25-27 y Romanos 8:21. Y éstos son sólo algunos ejemplos de verdades científicas escritas en las Escrituras mucho antes de que fueran “descubiertas” por los científicos.

Stoner procede a presentar evidencia científica a favor de la creación especial. Por ejemplo, señala que la ciencia había enseñado previamente que la creación especial era imposible porque la materia no podía ser destruida o creada. Luego señala que los físicos atómicos han demostrado que la energía puede convertirse en materia y la materia en energía.

Luego considera el orden de la creación como se presenta en Génesis 1:1-13. Presenta argumento tras argumento desde un punto de vista científico para sostener el orden que narra el Génesis. Luego pregunta: “¿Qué posibilidades tuvo Moisés al escribir el primer capítulo [de Génesis] de obtener trece elementos precisos y en orden satisfactorio?”. Sus cálculos concluyen que sería una posibilidad en 31,135,104,000,000,000,000,000 (1 en 31 x 10^21). Concluye: “Quizás Dios escribió tal relato en Génesis para que en estos días postreros, cuando la ciencia se ha desarrollado grandemente, podamos verificar Su relato y saber con certeza que Dios creó este planeta y la vida en él”.4

Lo único decepcionante del libro de Stoner es que espiritualiza la referencia a los días en el Génesis, concluyendo que se refieren a períodos de tiempo de duración indefinida. En consecuencia, concluye que la tierra tiene aproximadamente 4 mil millones de años. En su defensa, tenga en cuenta que escribió este libro antes de la fundación del Movimiento de la Ciencia de la Creación moderno, que fue fundado en la década de 1960 por el Dr. Henry Morris. Desde entonces, ese movimiento ha producido muchos argumentos científicos convincentes a favor de una tierra joven con una edad de sólo 6,000 años.5

Segunda Parte: La Exactitud de la Profecía Bíblica

La segunda sección del libro de Stoner se titula “Exactitud profética”.6 Aquí es donde el libro se vuelve absolutamente fascinante. Una por una, toma las principales profecías bíblicas concernientes a ciudades y naciones y calcula las probabilidades de que se cumplan. La primera es una profecía en Ezequiel 26 concerniente a la ciudad de Tiro. Siete profecías están contenidas en este capítulo que fue escrito en el año 590 a. C.:

1) Nabucodonosor conquistará la ciudad (7-11).

2) Otras naciones ayudarán a Nabucodonosor (3).

3) La ciudad será convertida en una roca desnuda (4 y 14).

4) Se convertirá en un lugar de tendido de redes de pesca (5 y 14).

5) Sus piedras y maderos serán arrojadas al mar (12).

6) Otras ciudades temerán mucho por la caída de Tiro (16).

7) La antigua ciudad de Tiro nunca será reconstruida (14).

Cuatro años después de que se diera esta profecía, Nabucodonosor puso sitio a Tiro. El asedio duró 13 años. Cuando la ciudad finalmente cayó en el 573 a. C., se descubrió que todo lo de valor había sido trasladado a una isla cercana.

Doscientos cuarenta y un años después, Alejandro Magno llegó a la escena. Temiendo que la flota de Tiro pudiera ser utilizada contra su tierra natal, decidió tomar la isla donde la ciudad había sido trasladada. Logró este objetivo construyendo una calzada desde el continente hasta la isla, y lo hizo utilizando todos los materiales de construcción de las ruinas de la ciudad vieja. Las ciudades vecinas estaban tan asustadas por la conquista de Alejandro, que inmediatamente le abrieron sus puertas. Desde entonces, Tiro ha permanecido en ruinas y es un lugar donde los pescadores extienden sus redes.

Por lo tanto, cada detalle de la profecía se cumplió exactamente como se predijo. Stoner calculó las probabilidades de que tal profecía se cumpliera por casualidad como 1 en 75,000,000, ó 1 en 7.5x10^7. (El exponente 7 indica que el decimal debe moverse siete lugares a la derecha).

Stoner procede a calcular las probabilidades de las profecías concernientes a Samaria, Gaza y Ascalón, Jericó, Palestina, Moab y Amón, Edom y Babilonia. También calcula las probabilidades de que se cumplan las profecías que predijeron el cierre de la Puerta Oriental (Ezequiel 44:1-3), el arado del Monte Sion (Miqueas 3:12) y la ampliación de Jerusalén de acuerdo con un patrón prescrito (Jeremías 31:38-40).

Combinando todas estas profecías, concluye que “la probabilidad de que estas 11 profecías se hagan realidad, si fueron escritas en sabiduría humana, es... 1 en 5.76x10^59”. No hace falta decir que éste es un número más allá del ámbito de la posibilidad.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 4 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 2 (parte 2)

Jesús en la Profecía Simbólica

Por Dr. David R. Reagan

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Objetos Simbólicos

Incluso los objetos inanimados pueden ser tipos proféticos que apuntan a Jesús. Consideremos el Arca del Pacto. Todo en él era simbólico del Mesías. Estaba hecho de madera, lo que indicaba que el Mesías sería humano. Estaba cubierto de oro, lo que significaba que el Mesías sería divino. Contenía tres objetos: las tablas de piedra, una olla de maná y la vara de Aarón que reverdeció. 

Las tablas significaban que el Mesías tendría la ley de Dios en Su corazón. El maná significaba que el Mesías sería el Pan de Vida. La vara con flores era una profecía de que el Mesías resucitaría de entre los muertos.

La tapa del Arca se llamaba el Propiciatorio. Tenía un ángel dorado en cada extremo. Los ángeles estaban uno frente al otro y sus alas se cernían sobre la tapa. Una vez al año, el Sumo Sacerdote rociaba sangre sobre el Propiciatorio y comulgaba con la gloria Shejiná de Dios que se cernía sobre los ángeles.

El Propiciatorio señalaba el hecho de que, a través de la obra del Mesías, la misericordia de Dios cubriría la Ley. La sangre presagiaba el hecho de que el Mesías tendría que derramar Su propia sangre para expiar nuestros pecados.

Jesús cumplió todos los tipos proféticos del Arca. Él era Dios hecho carne (Juan 10:30). Él tenía la Ley en Su corazón (Mateo 5:17). Él se declaró a sí mismo como el “Pan de Vida” (Juan 6:35). Él derramó Su sangre en la Cruz y resucitó en poder, expiando nuestros pecados y cubriendo la Ley con la Gracia (Romanos 3:21-26).

María vio el cumplimiento del Arca cuando fue a la tumba y descubrió que faltaba el cuerpo de Jesús. Juan 20:11-12 dice que miró dentro de la tumba y “vio a dos ángeles con vestiduras blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera y el otro a los pies donde había sido puesto el cuerpo de Jesús”. ¿Entiende lo que vio? Ella vio el “propiciatorio” donde se había derramado la sangre, con un ángel en cada extremo — ¡exactamente como el Propiciatorio que cubría el Arca!

Una de las lecciones objetivas más detalladas sobre el Mesías que se pueden encontrar en el Antiguo Testamento es el Tabernáculo de Moisés. Cada aspecto del Tabernáculo era profético del Mesías, como se ilustra a continuación:

El Tabernáculo de Moisés como un Tipo Profético

1) La Puerta — Jesús como la Puerta. (Juan 10:9)

2) El Altar — Jesús como el Cordero del Sacrificio. (Juan 1:29)

3) La Fuente — Jesús como el Espíritu que Bautiza. (Juan 1:33)

4) El Pan de la Proposición — Jesús como el Pan de Vida. (Juan 6:35)

5) La Menorá — Jesús como la Luz del Mundo. (Juan 8:12)

6) El Incienso — Jesús como el Intercesor que ofrece las oraciones de los santos a Dios. (Hebreos 4:14-16)

7) El Velo — Jesús como el Único Camino que rasgaría el velo haciendo posible que los santos tuvieran acceso a Dios a través de Él. (Mateo 27:51 y Juan 14:6)

8) El Arca — Jesús como nuestra Propiciación, habiendo cumplido perfectamente la Ley de Dios. (1 Juan 2:2)

9) El Sumo Sacerdote — Jesús como nuestro Sumo Sacerdote que entra en el Lugar Santísimo en el Cielo como nuestro Mediador ante el Padre. (Hebreos 8:1-2; 9:24)

Antitipos Proféticos

Otro tipo de simbolismo profético que se puede encontrar en el Antiguo Testamento es el antitipo. Un antitipo es un símbolo negativo que apunta a verdades positivas. La naturaleza profética antitípica de Adán se ilustra a continuación:

Figura 1 

Adán como un Anti-tipo de Jesús

Adán                                               Jesús

1) Un alma viviente.                 1) Un espíritu vivificador

(1 Corintios 15:45)                     (1 Corintios 15:45)

2) De la tierra                          2) Del Cielo

(1 Corintios 15:47)                 (1 Corintios 15:45)

3) Se rebeló contra Dios             3) Obedeció a Dios perfectamente

(Génesis 3:1-7)                      (Hebreos 5:8-9)

4) Por medio de él, todos fueron hechos pecadores 4) Por medio de Él, muchos serán hechos justos.

(Romanos 5:19)                     (1 Corintios 15:45)

5) Trajo la muerte              5) Trajo la vida

(Romanos 5:14-15; 1 Corintios 15:22) (Hebreos 2:14-15)

6) Perdió el dominio             6) Ganó el dominio

(Génesis 1:26; 3:17-24)     (Hebreos 2:5-9)

Satanás es otro antitipo de Cristo. Sus debilidades apuntan a las fortalezas de Jesús. Por ejemplo, el pecado básico que causó su caída fue el orgullo (Isaías 14:13-14). Por el contrario, Jesús era la esencia de la humildad (Filipenses 2:5-8).

El agente de Satanás en la Tribulación, el Anticristo, también será un antitipo del verdadero Cristo. Mientras que el Anticristo será un engañador, un mentiroso y un blasfemo (Apocalipsis 13:1-6), Jesucristo regresará como el “Fiel y Verdadero” (Apocalipsis 19:11).

Jesús en Cada Libro del Antiguo Testamento

Génesis — La Simiente de la Mujer (Génesis 3:15)

Éxodo  El Cordero Pascual (Éxodo 12:1-14)

Levítico  La Ofrenda por el Pecado (Levítico 1-8)

Números  La Nube y el Fuego (Números 9:15-23)

Deuteronomio  El Profeta (Deuteronomio 18:15-18)

Josué  El Capitán de Nuestra Salvación (Josué 5:14)

Jueces  El Ángel del Señor (Jueces 6:11-24)

Rut  El Pariente-Redentor (Como se tipifica en Booz)

1 Samuel  El Ungido de Dios (1 Samuel 2:10)

2 Samuel  El Hijo de David (2 Samuel 7:12-16)

1 Reyes  El Entronizado (1 Reyes 22:19)

2 Reyes  El Soberano (2 Reyes 19:25)

1 Crónicas  El Digno (1 Crónicas 16:7-36)

2 Crónicas  El Paciente (2 Crónicas 36:15-16)

Esdras  El Maestro de la Santidad (Como se tipifica en Esdras)

Nehemías  El Restaurador (Como se tipifica en Nehemías)

Ester  El Salvador (Como se tipifica en Mardoqueo)

Job  El Redentor (Job 19:25-27)

Salmos  El Rey de Gloria (Salmo 24:7-10)

Proverbios  La Sabiduría de Dios (Proverbios 8)

Eclesiastés  El Único Pastor (Eclesiastés 12:11)

Cantares  La Rosa de Sarón y el Lirio del Valle (Cantares 2:1)

Isaías  El Siervo Sufriente (Isaías 53:1-7)

Jeremías  El Renuevo Justo (Jeremías 23:5-6)

Lamentaciones  El Fiel (Lamentaciones 3:21-24)

Ezequiel  El Señor (Ezequiel 6:7,10,13,14)

Daniel  El Hijo del Hombre (Daniel 7:13)

Oseas  El Redentor (Oseas 13:14)

Joel  El Bautista del Espíritu Santo (Joel 2:28-32)

Amós  El León Rugiente (Amós 1:2)

Abdías  El Libertador (Abdías 15-21)

Jonás  El Compasivo (Jonás 4:2)

Miqueas  El Eterno (Miqueas 5:1-2)

Nahúm  La Fortaleza (Nahúm 1:7)

Habacuc  El Santo (Habacuc 3:3-6)

Sofonías  El Vengador (Sofonías 1:14-18)

Hageo  El Anillo de Sellar (Hageo 2:23)

Zacarías  El Rey Humilde (Zacarías 9:9)

Malaquías  El Sol de Justicia (Malaquías 4:2)

Acerca de esta salvación han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para ustedes. Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas. — 1 Pedro 1:10-11

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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martes, 3 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 2 (parte 1)

Jesús en la Profecía Simbólica

Por Dr. David R. Reagan

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El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. —  Apocalipsis 19:10

“¡El Antiguo Testamento es tan difícil de entender!”. Ése es un lamento que he escuchado una y otra vez. Y es comprensible.

Después de todo, el Antiguo Testamento está lleno de historias arraigadas en una antigua cultura judía, con la que la mayoría de nosotros no estamos familiarizados. Esas historias también están situadas en un entorno geográfico en el Medio Oriente que nos es ajeno. Y las historias se refieren constantemente a civilizaciones como los hititas y los babilonios, de las que sabemos poco.

Sin embargo, un conocimiento práctico del Antiguo Testamento es esencial para una comprensión adecuada del Nuevo Testamento. No hay manera, por ejemplo, de entender los principios espirituales del libro de Hebreos sin alguna apreciación de las leyes sacrificiales del Pacto Mosaico. O considere el hecho de que el libro de Apocalipsis contiene más de 300 referencias a las escrituras del Antiguo Testamento y, sin embargo, ni una sola se identifica específicamente. Un ejemplo se puede encontrar en el tema del libro, expresado en Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él...”. Este pasaje se compone de dos versículos del Antiguo Testamento puestos uno al lado del otro sin ninguna referencia a ninguno de ellos: Daniel 7:13 y Zacarías 12:10.

El Evangelio de Mateo estaba dirigido al pueblo judío, y debido a eso, cita constantemente las profecías del Antiguo Testamento que Jesús cumplió. Todo el concepto del Rapto de la Iglesia sigue el modelo de las prácticas matrimoniales judías del Antiguo Testamento. El compromiso continuo de Dios con la salvación del pueblo judío, como se expresa tan poderosamente en Romanos 9 al 11, es incomprensible aparte de la enseñanza del Antiguo Testamento de que los judíos son el Pueblo Escogido de Dios, escogidos para ser testigos de Él ante el mundo. Y volviendo al “misterioso” libro de Apocalipsis, una de las razones más importantes por las que es tan incomprensible para tantos cristianos es porque no se puede entender aparte del libro de Daniel. Los dos encajan como una mano en un guante.

Motivaciones para Estudiar el Antiguo Testamento

Entonces, ¿cómo se puede motivar a los cristianos a estudiar las Escrituras hebreas? Primero, es mostrarles, como he ilustrado anteriormente, que el Antiguo Testamento es esencial para una comprensión del Nuevo. Segundo, los animo a leer el Antiguo Testamento en una paráfrasis moderna, como The Living Bible.1 O bien, recomiendo que lo lean en una Biblia de estudio excepcional, como la nueva Biblia de Estudio ESV2 (Versión Estándar en Inglés), que contiene una gran cantidad de notas, mapas e ilustraciones que ayudan al lector a comprender la cultura, la geografía y la historia relevantes.

Pero la motivación más importante que trato de proporcionar es animar a las personas a buscar a Jesús mientras leen el Antiguo Testamento. Como ya he demostrado en el capítulo 1, hay muchas profecías específicas en el Antiguo Testamento concernientes a la Primera Venida del Mesías. En el capítulo 13, mostraré que hay aún más profecías — al menos el doble — sobre la Segunda Venida del Mesías. Y en el capítulo 8, señalaré que hay muchas apariciones pre-encarnadas de Jesús que están registradas en las Escrituras Hebreas.

Además de todos estos pasajes del Antiguo Testamento concernientes al Mesías, también hay muchas profecías simbólicas que apuntan al Mesías. La mayoría de las personas no son conscientes de éstas, sin embargo, se pueden encontrar en todos los libros del Antiguo Testamento, si sólo sabe cómo buscarlas.3

Profecía Simbólica

La profecía simbólica a menudo se conoce como “profecía en tipo”. Pablo se refiere a este tipo de profecía en Romanos 5:14, donde señala a Adán como “figura del que había de venir”. El autor de Hebreos también se refiere a ella cuando afirma que el Sumo Sacerdote y el Tabernáculo eran una “sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:5).

Los Evangelios relatan que Jesús pasó parte de los 40 días entre Su resurrección y ascensión enseñando las Escrituras a Sus discípulos. Lucas dice: “Les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45). Sospecho que gran parte de Su enseñanza se centró en la profecía en tipo. Lo más probable es que haya pasado por la Torá, rollo por rollo, y les mostró cómo encontrarlo en cada columna, escondido en los tipos proféticos.

Hay cuatro clases principales de tipos proféticos: personas, eventos históricos, ceremonias y objetos inanimados.

Personas como Tipos

Casi todas las personas principales en el Antiguo Testamento son tipos de Cristo en el sentido de que algunos eventos en sus vidas profetizaron cosas que le sucederían a Jesús.

Tomemos a José, por ejemplo. Fue rechazado por sus hermanos. Fue dado por muerto, pero fue “resucitado” del pozo en el que había sido arrojado. Tomó una novia gentil, y luego redimió a sus hermanos de su hambre.

Del mismo modo, Jesús fue rechazado por Sus hermanos (los judíos), experimentó la muerte y la resurrección, ahora está tomando una Novia gentil (la Iglesia), y pronto regresará para salvar a un remanente de Sus hermanos de su hambre espiritual.

Otro buen ejemplo es Booz, en el libro de Rut. Él es un hermoso tipo profético de Jesús, porque es un Pariente-Redentor que toma una novia gentil. De la misma manera, Oseas y su tumultuosa relación con su esposa prostituta representan la relación de Dios con Su esposa infiel, Israel, y Su disposición, en Su amor perfecto, a pagar el precio de la redención para hacer posible que su esposa se reconcilie con él. Nehemías nos dice que los jueces fueron “salvadores” (Nehemías 9:27 – NVI), y en ese sentido, señalaron al Salvador supremo, el Mesías.

Josué, Jeremías y Daniel nos dan percepciones sobre la fe, el valor y la compasión del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían exactamente el mismo nombre: Yeshúa, que significa la Salvación de Dios. “Josué” es una transliteración inglesa del nombre hebreo, Yeshúa, y “Jesús” es una transliteración del mismo nombre del griego.

Jesús identificó a Jonás como un tipo profético. Señaló que, así como Jonás había sido sepultado tres días en el vientre de un gran pez, Él también sería sepultado en la tierra durante tres días (Mateo 12:38-40).

La experiencia de Abraham al ofrecer a su hijo Isaac como sacrificio es uno de los tipos proféticos más importantes en el Antiguo Testamento (Génesis 22). Es la imagen de un padre amoroso dispuesto a sacrificar a su hijo inocente. El evento incluso tuvo lugar en el Monte Moriah, donde Jesús más tarde sería crucificado. Este evento se refiere específicamente en el Nuevo Testamento como un tipo profético que apunta simbólicamente a la muerte y resurrección de Jesús (Hebreos 11:19).

Eventos Simbólicos

La experiencia de la Pascua (Éxodo 12) es un ejemplo dramático de simbolismo histórico. Para evitar la muerte de los primogénitos, tanto de hombres como de bestias, en cada familia el día en que el Señor pasó sobre Egipto, cada familia judía tenía que sacrificar un cordero y poner su sangre en los postes de las puertas y dinteles de sus casas. Éste fue un símbolo profético de que la salvación de todos los hombres sería posible a través del sacrificio del Cordero de Dios y la apropiación de Su sangre.

Otro evento histórico con significado profético, ocurrió en el desierto, cuando los hijos de Israel fueron atacados por serpientes ardientes (Números 21:4-9). Una serpiente de bronce fue colocada en un poste y levantada para que todos la vieran. A los mordidos por las serpientes se les dijo que miraran a la serpiente de bronce para ser sanados.

Esa serpiente de bronce era un tipo de Cristo. Así como los israelitas mordidos por las serpientes ardientes murieron, así los hombres mordidos por la serpiente del pecado de Satanás deben sufrir la muerte espiritual. Y así como la serpiente de bronce fue levantada para su salvación, de la misma manera, Jesús fue levantado en una asta para salvar a los hombres de sus pecados (Juan 3:14).

Tanto el bronce como las serpientes son símbolos bíblicos del pecado. Jesús es tipificado como una serpiente de bronce en una asta, porque Él tomó los pecados de la humanidad sobre Sí mismo mientras estaba en la Cruz.

Finalmente, los mordidos por las serpientes sólo tenían que mirar con fe a la serpiente de bronce para ser sanados. Y de la misma manera, los pecadores sólo necesitan mirar a Jesús con fe para ser salvos.

La historia temprana de la nación judía es la historia de Jesús en tipo profético. Los hijos de Israel nacieron en Canaán, descendieron a Egipto, emergieron a través del Mar Rojo (el bautismo de Moisés), soportaron pruebas en el desierto y luego entraron en la Tierra Prometida. Del mismo modo, Jesús nació en Canaán, descendió a Egipto, emergió públicamente en Su bautismo, fue tentado en el desierto y luego abrió el camino al Cielo.

Tipos Ceremoniales

Las siete fiestas de Israel son un buen ejemplo de simbolismo ceremonial. Jesús fue crucificado en la Fiesta de la Pascua como nuestro “cordero sacrificial”. Él se convirtió en nuestro “pan sin levadura”, cuando Su cuerpo sin pecado descansó en la tierra en ese día de fiesta. Él resucitó de entre los muertos en la Fiesta de las Primicias, y la Iglesia fue establecida en la Fiesta de Pentecostés.

Las tres fiestas incumplidas (Trompetas, Expiación y Tabernáculos) deben, de la misma manera, señalar eventos que aún no han ocurrido — muy probablemente, el Rapto, la Segunda Venida y el Reinado Milenial de Jesús.

Muchas de las ceremonias de la Ley de Moisés están profundamente impregnadas de una tipología simbólica relacionada con la Primera Venida. Todos los diversos tipos de ofrendas por el pecado (Levítico 1-6) apuntaban al adorador al Mesías, que serviría como la ofrenda perfecta y suficiente por todos nuestros pecados.

Éste es uno de los temas del libro de Hebreos. Comparando el sacrificio de animales bajo la Ley con el sacrificio de Jesús, el libro de Hebreos dice: “Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas para servir al Dios vivo!” (Hebreos 9:13-14).

Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Del Editor: Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

Moisés dijo: Las cosas secretas pertenecen a nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre...” (Dt. 29:29). ¿Por qué Dios predijo tanto acerca del Primer Advenimiento y la Segunda Venida de Jesús? Claramente, Él quería que aquellos “con ojos para ver” tuvieran discernimiento y mantuvieran sus corazones sintonizados con el Mesías.

Pero la percepción no es automática, y el discernimiento elude a aquellos cuyos corazones no están iluminados por el Espíritu Santo. Cuando Jesús ministró en el mundo, típicamente enseñó a través de parábolas. Sus parábolas no sólo evocaban imágenes de palabras que la gente recordaría, sino que también le permitían hablar a Sus ovejas, mientras que los que estaban fuera de Su rebaño permanecían ajenos (Mateo 13:13).

La Palabra profética de Dios funciona así. Muchos andan a tientas en las tinieblas porque rechazan la luz, pero nosotros, que estamos en Cristo, “no somos de noche ni de las tinieblas” (1 Tes. 5:5). Jesús espera que reconozcamos las señales de los tiempos (Mateo 16:2-3). Él claramente ha elegido darnos suficientes señales para ofrecer perspicacia, si tenemos ojos para ver.

Eso no quiere decir que las señales proféticas destellan ante nosotros en brillantes luces de neón. A menudo son sutiles. Requieren que nuestros ojos se ajusten espiritualmente con el tiempo—al igual que la visión nocturna toma tiempo para ganar agudeza. Nathan Jones ofreció una analogía en nuestra reciente conferencia transmitida por internet; afirmó que, como un rompecabezas que revela su imagen a medida que se agregan las piezas, nuestra comprensión de la profecía crece a medida que las piezas se colocan en su lugar.

A lo largo de 2022, enfatizamos la inminencia del Rapto. Las “Señales de los Tiempos” están gritando la cercanía de ese glorioso evento. Esta edición de la revista Farolero se centrará en las señales de la Naturaleza. En las ediciones que siguen en 2023, examinaremos las señales de: Sociedad, Espiritualidad, Política Mundial, Tecnología e Israel.

Las señales de la naturaleza están a nuestro alrededor. Como observó el rey David hace mucho tiempo: “Los cielos declaran la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día, y una noche a la otra declara sabiduría” (Salmos 19:1-2). Lamentablemente, incluso con una abundancia de evidencia y un cosmos lleno de conocimiento, muchos carecen de sabiduría. Incluso dentro de la Iglesia, los burladores desprecian la magnitud y majestad de lo que Dios nos ha revelado (2 Pedro 3:3-7).

Al maravillarnos de la Creación que Dios nos ha dado, reconocemos la verdad en la observación de Isaías: “La hierba se seca, y la flor se marchita; pero la Palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Isaías 40: 8).

La Palabra profética de Dios está convergiendo a nuestro alrededor. Pronto, la Estrella Resplandeciente de la Mañana atravesará la oscuridad una vez más (Ap. 22:16). Que esta edición del Farolero haga que Su luz brille en su corazón incluso ahora (2 Pedro 1:19).

Coronel Tim Moore

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recursos Recomendados:
Señales de la Naturaleza

domingo, 1 de enero de 2023

¿Podría Regresar Jesús en 2023? (pdf)

Seis razones por las que todos los cristianos deberían anhelar el pronto regreso de Jesús 

Dr. David R. Reagan

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Fragmento:

Los escritos de los Padres de la Iglesia Primitiva (100 al 300 d. C.), revelan que una de las oraciones más tempranas de la Iglesia era “¡Maranata!” (1 Co. 16:22). Esa palabra en realidad es una frase aramea que significa “¡El Señor viene!”.

Esta oración expresa un hecho que es confirmado por muchas otras escrituras; a saber, que la Iglesia del primer siglo tenía un ardiente deseo por el pronto regreso de Jesús.

Un Decaimiento del Celo

La Iglesia del siglo XXI parece haber perdido ese deseo. La mayoría de los cristianos profesantes de hoy en día no oran “¡Maranata!”. No anhelan el regreso del Señor. En lugar de estar añorando, están bostezando.

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