lunes, 7 de noviembre de 2022

Entrevista: El Ocultismo Infiltrado en la Iglesia – Conclusión

Pablo Frascini, del Ministerio “Serpientes y Palomas” (serpentsndoves.com), vuelve para la conclusión  del tema del ocultismo infiltrado en la Iglesia. En este programa, Pablo y Graciela abordaron el tema de Halloween, o noche de brujas.

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Vea la parte 1 aquí

martes, 1 de noviembre de 2022

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 1 (parte 1 de 5)

 La Naturaleza del Islam

Por Dr. David R. Reagan

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Desde el ataque a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, hemos escuchado un coro interminable de voces del gobierno, la academia y los   medios de comunicación asegurándonos que los terroristas islámicos, que atacaron las Torres Gemelas y el Pentágono, no representan el “verdadero islam”. Del mismo modo, líderes espirituales — incluso algunos portavoces cristianos — nos han asegurado que el islam es una religión de paz y que los musulmanes adoran al mismo Dios que los   cristianos y los judíos. 

“Nuestra guerra no es contra el islam”, nos han dicho repetidamente. “Nuestra guerra es contra el terrorismo”.

Preguntas Centrales

Bueno, ¿qué pasa con eso?

  • ¿Son los musulmanes hermanos y hermanas espirituales de cristianos y judíos? 
  • ¿Adoramos todos al mismo Dios?
  • ¿Son las sagradas escrituras islámicas, conocidas como el Corán, inspiradas por Dios? 
  • ¿Es el islam otro camino hacia Dios por el cual uno puede alcanzar la vida eterna?
  • ¿Son los fundamentalistas islámicos representantes del verdadero islam, o son una terrible aberración de una religión amante de la paz? 
  • ¿Es nuestra guerra realmente política contra terroristas internacionales, o es una batalla espiritual contra una religión demoníaca, intolerante, militante e imperialista conocida como islam?

Una Perspectiva Histórica Sobre el Islam

Comencemos nuestra consideración de estas preguntas con algunos antecedentes históricos.

Mahoma, el hombre que dictó el Corán y dio a luz al islam, nació en La Meca, en la península de Arabia Saudita, en el año 570 d. C.  Su padre murió antes de que él naciera, y su madre murió cuando él tenía seis años. Fue criado primero por un abuelo y más tarde por un tío.

Mahoma fue analfabeto durante toda su vida. Hasta los 25 años trabajó en caravanas. Durante sus extensos viajes, se encontró con muchos cristianos y judíos.  A través de sus conversaciones con ellos, recogió fragmentos tanto del judaísmo como del cristianismo.

Su vida cambió radicalmente a los 25 años, cuando conoció a una viuda rica de 40 años, que se enamoró de él. Su matrimonio permitió a Mahoma vivir una vida de ocio a partir de ese momento.

El Llamado de Mahoma

Quince años después de su matrimonio, a los 40 años, Mahoma tuvo la visita de un espíritu.  Supuestamente, este espíritu le dijo que había sido llamado por Dios para ser un “profeta” y un “apóstol”. Es interesante notar que no había tradición en las religiones árabes de profetas o apóstoles. Estos términos fueron obviamente utilizados por Mahoma para atraer a los judíos y a los cristianos.

Mahoma continuó teniendo visitas espirituales. Lo arrojaban a un trance, y sus declaraciones durante los trances eran escritas por escribas. Estas declaraciones etéreas se convirtieron en el Corán, pero no fueron compiladas hasta después de la muerte de Mahoma. Cuando se hizo la compilación, las declaraciones no estaban organizadas ni cronológicamente ni por temas. El resultado fue un revoltijo de dichos desorganizados y a menudo incoherentes, que a menudo son contradictorios. 

Por ejemplo, el Corán  da cuatro relatos contradictorios del llamado de Mahoma a ser profeta [la palabra Sura significa capítulo]:

  1. Suras 53 y 81 — Dios, o Alá como se le llama en árabe, se le apareció personalmente a Mahoma.
  2. Suras 16 y 26 — El llamado fue de parte del Espíritu Santo.
  3. Sura 15 — Los ángeles emitieron el llamado.
  4. Sura 2 — Gabriel fue quien se le apareció.

Las Revelaciones de Mahoma

En el momento en que Mahoma recibió su visita inicial, había más de 300 dioses adorados en La Meca por peregrinos que acudían allí cada año para rezar en la Ka’aba, un pequeño edificio cúbico que albergaba un meteorito negro y efigies de varios dioses.  Uno de esos dioses era Alá, el dios de la luna. 

Mahoma decidió proclamar que sólo había un dios — y seleccionó a Alá como ese dios. Ésa es la razón por la que la luna creciente se convirtió en el símbolo del islam.  Mahoma también proclamó que él era el profeta de Alá.

Inicialmente, Mahoma esperaba que tanto judíos como cristianos recibieran su nueva revelación. Por lo tanto, los primeros pasajes del Corán hablan con admiración de “el pueblo del Libro”.  Éstos son los pasajes que a los musulmanes de Occidente les encanta citar en su esfuerzo por demostrar que el islam es una religión tolerante. Un ejemplo es Sura 5:82, que dice: “Encontrarás a los más cercanos de ellos en afecto a los creyentes [musulmanes] aquellos que dicen: ‘Somos cristianos’” (Sahih).  

El Rechazo a Mahoma

Pero cuando judíos y cristianos rechazaron a Mahoma, se volvió ferozmente contra ellos, y pasajes posteriores en el Corán hablan de ellos despectivamente:

  • Sura 5:51 ordena a los musulmanes no tomar a judíos y cristianos como amigos.
  • Sura 9:29 ordena a los musulmanes luchar contra judíos y cristianos, hasta que se sometan a Alá, o acepten pagar un impuesto especial. 
  • Sura 2:65-66 y Sura 5:60 contienen referencias a los judíos como “monos y cerdos”, que deben ser “despreciados y odiados” (Pickthall). ¡Piense en eso!  Puede estar seguro de que tal declaración no provino del verdadero Dios de este universo, que seleccionó a los judíos para ser Su Pueblo Escogido.

Los judíos y los cristianos no fueron los únicos que rechazaron las nuevas revelaciones de Mahoma.  La gente de su propia tribu, los Qurays, también lo rechazaron. En respuesta, Mahoma sucumbió a la tentación de apaciguar a su tribu anunciando que estaría bien que adoraran a las tres hijas de Alá — llamadas Al-Lat, Al-Uzza y Manat. 

Esta declaración condujo a los infames “versos satánicos” del Corán, que más tarde fueron eliminados cuando Mahoma volvió al monoteísmo.  Los musulmanes han tratado desde entonces de encubrir esta desviación de la fe.

Tal vez recuerde que, en 1989, un escritor indio llamado Salman Rushdie, sacó a relucir este tema tabú cuando escribió una novela titulada Los Versos Satánicos.  El ayatolá Jomeini de Irán lo condenó y pidió su asesinato.  Una recompensa de tres millones de dólares fue colocada sobre su cabeza, y ha estado escondido desde entonces.

El Viaje de Mahoma

La oposición a Mahoma en su ciudad natal de La Meca continuó creciendo hasta que se vio obligado a huir 250 millas a Medina, donde se recibió su mensaje.  El calendario islámico data de este año, cuando Mahoma huyó a Medina y encontró una audiencia receptiva, lo que resultó en el establecimiento formal del islam como religión.   Era el año 622 d. C., y esa fecha representa el año uno del calendario musulmán, que es un calendario lunar.   El año 2022 fue el año 1444 en el sistema de datación musulmán. 

Después de la muerte de su esposa, Mahoma se casó con al menos otras 11 mujeres (algunas fuentes sitúan el total en 16). También tomó varias concubinas. Se casó con una niña que tenía sólo seis años y tuvo relaciones sexuales con ella cuando tenía nueve.  Según el Corán, sólo el profeta podía tener esposas ilimitadas. Todos los demás hombres musulmanes están limitados a cuatro (Sura 4:3).

Mahoma murió el 8 de junio de 632 d. C.  en Medina, a los 63 años. No dejó sucesor, y el islam pronto se dividió en sectas beligerantes llamadas chiítas y sunitas.

La Expansión del Islam

Todos los que sobrevivieron a Mahoma empuñaron la espada, según lo indicado por el Corán, y se dedicaron a hacer avanzar el islam a través del poder militar.  La difusión resultante de la religión fue fenomenal. En un siglo, las fuerzas islámicas habían conquistado Arabia Saudita, todo el Medio Oriente, Asia Central y gran parte de la India. Los ejércitos arrasaron Egipto y el norte de África, destruyendo a su paso el cristianismo bizantino corrupto. 

En el año 710 d. C., los ejércitos islámicos cruzaron el Estrecho de Gibraltar y conquistaron rápidamente tres cuartas partes de España y Portugal.   Luego invadieron Francia y tomaron un tercio de la nación.   Estaban a 125 millas de París cuando fueron derrotados milagrosamente en la Batalla de Poitiers (también conocida como la Batalla de Tours) en 732 d. C., por un ejército francés dirigido por Charles Martel. Su influencia en España vivió durante unos siglos más, antes de que fueran empujados lentamente hacia el norte de África.

Un segundo intento poderoso de subyugar a toda Europa se hizo 900 años más tarde en el siglo XVII, cuando los turcos comenzaron a expandir su Imperio Otomano. Tomaron Grecia, Yugoslavia, Bulgaria y partes de Rumania y Hungría.  En 1683 habían llegado a las puertas de Viena, donde una vez más, las fuerzas occidentales obtuvieron una victoria milagrosa contra probabilidades abrumadoras.  

Después de este segundo intento de conquistar Europa, el islam cayó en un estado de depresión y estancamiento, hasta que se despertó en el siglo XX debido a varios factores:

  1. La acumulación de grandes riquezas — debido al descubrimiento de vastos yacimientos de petróleo en tierras árabes.
  2. El restablecimiento de la nación de Israel — interpretado por clérigos islámicos como Jomeini como un juicio de Alá debido al estancamiento y la apostasía islámicos.
  3. El posicionamiento de las fuerzas armadas de EE.UU. — el emplazamiento durante la década de 1990 de tropas estadounidenses en todo el Oriente Medio en respuesta a la invasión iraquí de Kuwait.  
  4. La invasión de la cultura occidental en el mundo musulmán — debido a la penetración de películas, programas de televisión y bienes de consumo occidentales.


Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la parte 4 aquí 

Lea la parte final aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 31 de octubre de 2022

El Reino Venidero – Parte 24

 Por Dr. Andy Woods

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El mundo evangélico de hoy cree que la iglesia está experimentando el reino mesiánico. Para abordar este tipo de confusión, comenzamos un estudio que narra lo que la Biblia enseña acerca del reino. En esta serie, la enseñanza bíblica sobre el reino ha sido examinada desde Génesis hasta Apocalipsis. Hemos notado hasta ahora que lo que el Antiguo Testamento predice acerca de un reino terrenal fue ofrecido a Israel durante la Primera Venida de Cristo. Sin embargo, la nación rechazó esta oferta del reino, lo que llevó al aplazamiento del reino. Mientras tanto, el reino es futuro ya que Dios ahora persigue un programa provisional que incluye a la iglesia.

Además, comenzamos a examinar una serie de textos que los teólogos del “reino ahora” emplean rutinariamente para argumentar que el reino es una realidad presente, para mostrar que ninguno de estos pasajes, cuando se los entiende correctamente, enseña una forma espiritual presente del reino. Comenzamos con el uso de supuestos textos del “reino ahora” en la vida de Cristo, tales como “el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2; 4:17; 10:5-7), “buscad primeramente Su reino” (Mateo 6:33), “hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia” (Mateo 11:12), “el reino de Dios ha venido sobre vosotros” (Mateo 12:28), y “el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:21), “a menos que nazca de nuevo, uno no puede...entrar en el reino de Dios (Juan 3:3-5), y “hay algunos que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino” (Mateo 16:28).

¿El Reino Quitado a Israel y Dado a la Iglesia? 

Sin embargo, otra declaración de Cristo usada por los teólogos del “reino ahora” se encuentra en Mateo 21:43, que dice: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. Persiste el debate sobre de a quién se quita el reino y a quién se le da. Los teólogos del “reino ahora” argumentan que Cristo en el versículo 43 está enseñando que el reino será quitado permanentemente de Israel y, en cambio, se le dará en forma espiritual a la iglesia. Sin embargo, por dos razones principales, esta teología del reemplazo no es apoyada por este pasaje. Primero, el teólogo del reemplazo se equivoca al afirmar que el reino sería quitado de Israel en su conjunto. El contexto indica que Cristo sólo le estaba hablando al Israel del primer siglo. Mateo 21:45 dice: “Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos”. Este grupo del Israel incrédulo del primer siglo y sus líderes religiosos es el grupo exclusivo al que se le iba a quitar el reino en lugar de Israel como un todo en todo tiempo y lugar.

En segundo lugar, el teólogo del reemplazo se equivoca al afirmar que la iglesia es la nación que ha de recibir el reino. La “nación” en cuestión no puede ser la iglesia, ya que la iglesia no es una nación. En Romanos 10:9, Pablo escribe: “También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; con un pueblo insensato os provocaré a ira”. Aquí, Pablo explica cómo la bendición actual de Dios sobre la iglesia está provocando celos al Israel incrédulo. En esta descripción, Pablo llama a la iglesia una no nación. El sustantivo singular “nación” (ethnos) se usa dos veces aquí para representar la falta de estatus nacional de la iglesia. Después de todo, la iglesia no consta de una sola nación, sino de creyentes en Jesucristo de todas las naciones (Gá. 3:28; Ef. 2:14–15; Col. 3:11; Ap. 5:9). Algunos usan 1 Pedro 2:9 para apoyar la idea de que la iglesia es una nación. Sin embargo, este argumento asume incorrectamente que 1 Pedro fue escrito a la iglesia en general en lugar de simplemente a los judíos creyentes en la Diáspora.[1]

En lugar de ver a la nación como la iglesia, parece mucho mejor concluir que la nación de la que se habla en Mateo 21:43 es una generación futura de judíos creyentes. Este punto de vista encaja bien con el contexto restante del Evangelio de Mateo, que habla de una futura restauración física y espiritual del Israel nacional (Mt. 23:38–39; 24:31; 25:31). Además, la palabra nación (ethnos) que se traduce como “pueblo” o “nación” en Mateo 21:43 se usa para el Israel nacional en otras partes de las Escrituras, como en Juan 11:51 y Hechos 24:17.[2] Por lo tanto, contrariamente a la interpretación del “reino ahora” de Mateo 21:43, de que el reino será quitado de Israel en su totalidad y en su lugar se le dará en forma espiritual a la iglesia, el versículo, cuando se toma en contexto, en realidad enseña que el reino será quitado del Israel del primer siglo solamente y en su lugar dado al futuro Israel nacional creyente en el período de la Tribulación venidero y el reino milenial.

Mi Reino no es de Este Mundo 

Otra declaración hecha por Cristo y utilizada por los teólogos del “reino ahora” se encuentra en Juan 18:36, donde Cristo declaró: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Los teólogos del “reino ahora” usan este versículo para enseñar que el reino de Cristo es completamente espiritual en lugar de físico. Sin embargo, por al menos tres razones, Jesús no negó aquí la futura llegada un día de un reino terrenal. Primero, Cristo hizo esta declaración muy tarde en Su ministerio. Para entonces, la oferta del reino que se había extendido al Israel del primer siglo (Mt. 3:2; 4:17; 10:5–7) ya había sido rechazada (Mt. 12:24) y quitada de la mesa (Mt. 21:43). Por lo tanto, en Juan 18:36, en ese momento específico en el tiempo, Cristo simplemente estaba explicando que el reino de Dios ya no era una amenaza inminente para el reino de Pilato. Thomas Constable explica bien el momento específico de los comentarios de Cristo:

Jesús no estaba negando que Su reino fuera un reino terrenal. No estaba diciendo que era sólo el gobierno espiritual de Dios sobre los corazones de Su pueblo. Tampoco estaba diciendo que Su reino no tuviera nada que ver con este mundo. Esto debería quedar claro en las otras referencias de Jesús a su reino como un reino terrenal. Su punto era que él y su reino no eran una amenaza actual para Roma (cp. 18:10–11). No era una amenaza porque Dios había pospuesto el reino mesiánico—debido a la incredulidad de Israel—aunque Jesús no le explicó esto a Pilato.[3]

En segundo lugar, la cláusula final de Juan 18:36 contiene la palabra griega nyn, que normalmente se traduce como “ahora”. Por lo tanto, esta cláusula final podría traducirse, “pero ahora Mi reino no es de aquí” (NKJV; cursiva agregada). Por lo tanto, la idea es “Mi reino no está ahora establecido”. En otras palabras, Cristo no estaba negando la llegada final del reino a la tierra. Más bien, sólo estaba negando su llegada inmediata. Craven explica el significado de la inserción de “ahora”:

En esta declaración, se sostiene que nuestro Señor tenía la intención de declarar a Pilato que el reino que Él vino a establecer no era conforme a la manera de los reinos de este mundo, i. e., no externo, político. Se admite que el enunciado considerado en sí mismo soportará esta interpretación; pero también será compatible con la teoría aquí defendida, especialmente en vista de la introducción de nyn en la última cláusula del versículo, que puede considerarse como una partícula de tiempo—Mi reino no está ahora establecido. ¿Cuál de estas interpretaciones vamos a adoptar? Uno supone que nuestro Señor susurró al oído de un pagano (ni los discípulos ni los judíos estaban en el Pretorio, v. 28), la gran verdad concerniente a Su reino, que no sólo había ocultado a Sus discípulos (escondido de ellos en un enigma desconcertante), pero unas horas antes en la solemne ocasión de la institución de la Cena, Lucas 22:29, 30; pero que, también, continuó ocultando a lo largo de los cuarenta días de Su subsiguiente permanencia con ellos, tiempo durante el cual se le representa como “hablando de las cosas pertenecientes al reino de Dios”, Hechos 1:3, y como abriendo “su entendimiento, para que comprendan las Escrituras”, Lucas 24:45. La otra interpretación supone que habló en coherencia con su enseñanza anterior y posterior.[4]

En tercer lugar, en lugar de negar su futura realidad terrestre, Cristo estaba aquí simplemente haciendo una declaración en cuanto al origen o fuente última de Su reino. Cuando Cristo explicó “Mi reino no es de este mundo” (cursiva agregada), la palabra traducida como “de” es la preposición griega ek. McClain señala su significado: “La preposición es ek, que indica fuente o causa originaria. Su reino no se origina en el cosmos actual ni en el sistema mundial”.[5] Constable explica de manera similar, “El reino de Jesús es ‘no de este mundo’ o ‘de otro lugar’ (gr. ouk enteuthen, lit. no de este lugar) en otro sentido. Bajará del cielo a la tierra en lugar de originarse en la tierra. Comenzará cuando Jesús baje del cielo a la tierra en Su Segunda Venida”.[6]

Debido a que el reino en última instancia se origina en el cielo, Juan (Mt. 3:1–2), Cristo (Mt. 4:17) y los Doce (Mt. 10:5–7) se refieren a él como “el reino de los cielos”. También se le llama “el reino de los cielos” ya que el reino será inaugurado por el “Dios del cielo”. Note cómo Daniel conecta a este “Dios del cielo” con Su reino venidero: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido” (Dn. 2:44; cursiva agregada). En resumen, en lugar de enseñar que Su reino es sólo espiritual, en Juan 18:36, Cristo simplemente explica que el reino futuro, que un día vendrá a la tierra, finalmente se originó o tiene su origen en el cielo.

Continuará

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en Derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del Derecho a la Teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un Doctorado en Exposición Bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.

Visite el sitio web del Dr. Andy Woods:


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Notas Finales

[1] See Arnold G. Fruchtenbaum, The Messianic Jewish Epistles, Ariel's Bible Commentary (Tustin, CA: Ariel, 2005), 318-21. This issue will be given greater treatment later on in the series.

[2] Alva J. McClain, The Greatness of the Kingdom (Grand Rapids: Zondervan, 1959), 295-97.

[3] Thomas Constable, “Notes on John,” online: www.soniclight.com, accessed 5 February 2014, 294.

[4] E.R. Craven, "Excursus on the Basileia," in Revelation of John, ed. Lange (New York: Scribner, 1874), 100.

[5] McClain, Greatness of the Kingdom, 381.

[6] Constable, “Notes on John,” 294.

domingo, 30 de octubre de 2022

Entrevista: El Ocultismo Infiltrado en la Iglesia – Parte 1

Pablo Frascini, del Ministerio “Serpientes y Palomas” (www.serpentsndoves.com), nos habla de qué maneras se ha infiltrado el ocultismo en la Iglesia. La entrevista fue conducida por Graciela Umpierre, anfitriona del canal Profecías, Misterios y Otras Cosas”.

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Vea la conclusión de esta reveladora entrevista dando clic aquí

jueves, 27 de octubre de 2022

Su Cosmovisión puede ser más secular de lo que cree

Por Sean McDowell


Un pastor de jóvenes una vez me pidió que hablara con sus estudiantes y los desafiara a pensar cristianamente. En lugar de dar una charla, decidí involucrarlos en una conversación que (con suerte) descubriría cuán profundamente su pensamiento había sido formado por ideas seculares.

Escribí una pregunta sencilla en la pizarra y les pedí que respondieran: “¿Qué significa ser una persona libre?”. Después de asegurarme de que supieran que la pregunta era más personal que política, les pedí su opinión.

Después de una discusión y reflexión, acordaron la siguiente definición: “Libertad es poder hacer lo que quieras sin restricciones”. En otras palabras, entendían la libertad como un individuo que hace lo que quiere sin restricciones (ley, persona, etc.). Así, la persona libre es verdaderamente autora de su propia vida.

¿Un Dios personal cambia algo?

Luego seguí con una segunda pregunta: “Si existe un Dios personal, ¿cambiaría eso la forma en que entendemos la libertad?”. Después de reflexionar e interactuar, acordaron que la naturaleza de la libertad sería esencialmente la misma con o sin Dios, y que Dios sólo agregaría la realidad de las consecuencias. Dios puede agregar culpa en esta vida, o consecuencias en la otra vida, pero Su existencia no haría una diferencia significativa en cuanto a lo que significa ser libre.

Durante la siguiente hora, los presioné amorosamente para que consideraran cómo habían adoptado, sin darse cuenta, una visión secular de la libertad sin siquiera darse cuenta. Permítanme explicar.

Si Dios no existe, entonces estos estudiantes expresaron una visión razonable de la libertad. Después de todo, los humanos no tienen responsabilidad divina y son el resultado de un proceso evolutivo ciego y sin propósito. El ser humano libre sería simplemente aquel que puede vivir como quiera vivir.

Un Dios personal lo cambia todo

Pero lo que estos estudiantes no lograron entender es que la existencia de un Dios personal lo cambia todo. Así es, todo. La definición que expresaron los estudiantes es una comprensión negativa de la libertad que podría llamarse “libertad de”. Estar libre de restricciones es un aspecto de la libertad. Pero es sólo la mitad de la historia.

Si Dios existe, también debemos considerar un aspecto positivo, que a veces se llama “libertad para”. Al igual que un automóvil que ha sido diseñado por su creador para funcionar de cierta manera, los seres humanos han sido creados para un propósito mayor y experimentan la libertad cuando descubren y viven ese propósito (Gn. 1-2). Sólo cuando conocemos la verdad y alineamos nuestras vidas con ella, podemos experimentar la libertad genuina. En pocas palabras, la persona libre es aquella que puede vivir de acuerdo con el diseño de Dios.

La visión secular dice que vivas como quieras. El punto de vista cristiano dice que hay que cultivar las necesidades correctas. La visión secular enfatiza al individuo como supremo. El punto de vista cristiano dice que amar a Dios y amar a los demás es supremo. La visión secular dice que creamos la verdad existencial. El punto de vista cristiano dice que descubrimos la verdad.

Todos vivimos nuestras vidas basadas en una cierta comprensión de la libertad. La pregunta clave no es si tenemos una visión de la libertad, sino qué visión tenemos. ¿Está nuestra cosmovisión más informada por nuestra cultura cada vez más secular o por las Escrituras? No pueden ser ambas cosas. 

El Dr. Sean McDowell es un comunicador dotado que ha seguido los pasos de su padre, Josh, como defensor de la fe cristiana. Se desempeña como Profesor Asociado de Apologética Cristiana en la Escuela de Teología Talbot de la Universidad de Biola. Ha escrito, co-escrito o editado más de veinte libros, y viaja regularmente por los Estados Unidos y alrededor del mundo proclamando el Evangelio.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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