miércoles, 16 de junio de 2021

Libro: Las PRÓXIMAS Profecías – Índice

 Por Bill Salus


Contenido


Capítulo 1
Introduciendo las Profecías AHORA, PRÓXIMAS Y ÚLTIMAS

Capítulo 2
Las Próximas Profecías de Ezequiel 38-39


Capítulo 4
¿Cómo Será el Mundo Poco Después del Rapto?

Capítulo 5
La Iglesia está en el Cielo antes de que Anticristo sea Revelado en la Tierra 

Capítulo 6
Presentando al Anticristo

Capítulo 7
Las Dos Partes del Falso Pacto


Capítulo 9
El Punto de Vista Alternativo de los Juicios de los Sellos de Apocalipsis 6

Capítulo 10
¿Representan la Muerte y el Hades a la Religión Mundial de la Ramera?

Capítulo 11
¿Es el Islam la Religión Mundial de la Ramera?

Capítulo 12
¿La Muerte y el Hades Matan a los Santos del Quinto Sello?

Capítulo 13
Las Dos Cruzadas Asesinas que Martirizan a los Cristianos Después del Rapto

Capítulo 14
Los Tres Períodos del Martirio Cristiano Post-Rapto

Capítulo 15
El Sexto Sello Contiene la Ira de Dios


Capítulo 17
¿Viene la Salvación a Través de la Iglesia Católica?

Capítulo 18
El Falso Pacto de la Muerte en Acuerdo con el Seol


Capítulo 20
Las Dos Fases del Flagelo Desbordante

Capítulo 21
Los Dos Testigos (pdf)

Capítulo 22
Los Dos Juicios de la Babilonia de los Tiempos del Fin

Capítulo 23
La Meca – Conexiones y Problemas con Misterio Babilonia

Capítulo 24
Por Qué Jerusalén, la Ciudad de Nueva York y una Babilonia Literal no son Misterio Babilonia

Apéndices

La Cronología Apocalíptica Revisada

Las Siete Cartas a las Iglesias

IRÁN está en Ezequiel 38, pero, ¿por qué NO sus PEONES?

La Oración de Salvación del Pecador 


Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83: The Missing Prophecy y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

martes, 15 de junio de 2021

Libro: Salmo 83 – La Profecía Faltante es Revelada (capítulo 16, pdf)

 La Misteriosa Visión de Abdías

Por Bill Salus

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Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83: The Missing Prophecy y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com)


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miércoles, 9 de junio de 2021

Diferencias entre Israel y la Iglesia

 Por Dr. Andy Woods


Una de las reglas de la interpretación bíblica básica es reconocer que la Iglesia e Israel representan programas separados de Dios. Son dos trenes que circulan por vías férreas independientes. El teólogo y fundador del Seminario Teológico de Dallas, Lewis Sperry Chafer, notó 24 diferencias entre Israel y la Iglesia. Aquí hay algunas.

1. Israel es la esposa de Jehová (Is. 54), mientras que la Iglesia es la novia de Cristo (Ef. 5:22-23).

2. Israel dio a luz a Cristo (Ap. 12:1-5), mientras que Cristo dio a luz a la Iglesia (Mt. 16:18).

3. Cristo regresará para rescatar a Israel después de su conversión al final del período de la Tribulación (Mt. 23:37-39). Por el contrario, Él regresará a rescatar a la Iglesia en el Rapto (Juan 14:1-3). 

4. Las imágenes de rey y sujeto se usan para representar la relación de Dios con Israel (Is. 33:22), mientras que las imágenes de la cabeza y el novio se usan para representar la relación de Cristo con Su Iglesia (Ef. 5:22-33). 

5. El programa de Dios por medio de Israel comenzó en Génesis 12, y Su programa a través de la Iglesia comenzó en Hechos 2 (Mt. 16:18; 1 Cor. 12:12; Hch. 1:5; 11:15-16).

6. Mientras que cuatro quintas partes de la Biblia se refieren a Israel, sólo una quinta parte de ella se refiere a la Iglesia. 

7. Aunque Israel era una parte directa de los pactos bíblicos (Jer. 31:31-32), la Iglesia no era parte de estos pactos, ya que la Iglesia aún no existía cuando se hicieron estos pactos.  La relación de la Iglesia con estos pactos se puede describir mejor como una de un tercero beneficiario, en lugar de ser una parte directa de ellos. Por lo tanto, la Iglesia se beneficia de los pactos, en lugar de ser una parte directa de ellos. 

8. Israel es una nación (Sal. 147:20). Como tal, siempre se la describe bíblicamente como una nación independiente con fronteras y una capital. Incluso hoy, Israel se encuentra entre las naciones de la tierra, al igual que Japón, Argentina, Canadá, o cualquier otro país. Por el contrario, la Iglesia no es una nación (Ro. 10:9), sino que está compuesta por personas de todas las naciones (Gá. 3:28; Ef. 2:11-22; 3:6, 15). En lugar de tomar su asiento entre las naciones de la tierra, la Iglesia es un simple peregrino en el sistema mundial (1 P. 2:11).

9. Mientras que Israel luchó guerras físicas con varios enemigos, como los filisteos, la Iglesia está involucrada en una guerra espiritual con enemigos angelicales (Ef. 6:10-20). 

10. Las Escrituras asignan numeras declaraciones a quo y ad quem a Israel (Gn. 15:13-16; Jer. 25:11; 29:10; Ez. 4:5-7; Dn. 9:24-27). Éstas son declaraciones de tiempo con un punto inicial y final específicos para cada período. Uno busca en el Nuevo Testamento en vano para encontrar declaraciones de tiempo comparables para la Iglesia. 

11. Israel tenía un sacerdocio con todos sus sacerdotes provenientes de la tribu de Leví y la línea de Aarón. Por el contrario, la Iglesia no tiene un sacerdocio porque es un sacerdocio (Ap. 1:6). El Nuevo Testamento enseña el sacerdocio de todos los creyentes (1 P. 2:5, 9). Cada creyente de la Era de la Iglesia es un sacerdote con acceso directo a Dios el Padre a través de Dios el Hijo.

12. Mientras que Israel resucitará al comienzo del reino milenial (Dn. 12:2; Jn. 11.23-24; Ap. 20:4-5), los creyentes de la Era de la Iglesia reciben sus cuerpos glorificados en el momento del Rapto (1 Tes. 4:13-18; 1 Cor. 15:50-58). 

13. El juicio de Israel tendrá lugar en la tierra, al final del período de la Tribulación, en el desierto (Ez. 20:33-44). Por el contrario, el único juicio que el Nuevo Testamento revela para la Iglesia es el juicio del Tribunal del Bema de recompensas en el cielo, después del Rapto (Ro. 14:10; 1 Cor. 3:10-15; 2 Cor. 5:10). 

14. Aunque las puertas de la Nueva Jerusalén llevan el nombre de las doce tribus (Ap. 21:12), que fueron los cimientos de Israel, los cimientos de la ciudad eterna llevan el nombre de los doce apóstoles (Ap. 21:14), que son los cimientos de la Iglesia (Ef. 2:20). 

15. Las personas se convierten en miembros de la comunidad de Israel a través del nacimiento físico. Por el contrario, la membresía en la Iglesia sólo se logra mediante el nacimiento espiritual (Juan 3:1-9; Tito 3:5).

16. Israel fue gobernado directamente por la Ley Mosaica (Sal. 147:19-20). Por el contrario, la autoridad controladora de la Iglesia es la revelación del Nuevo Testamento. Aunque toda la Escritura es para la Iglesia (2 Tim. 3:16; Ro. 15:4), sólo la literatura epistolar del Nuevo Testamento trata directamente acerca de la Iglesia. 

17. El Espíritu Santo habitó y llenó a los judíos del Antiguo Testamento de manera selectiva (Joel 2:28), temporalmente (1 Sam. 16:14; Sal. 51:11), y después de la salvación para habilitarlos para un propósito especial (Éx. 31:3). Por el contrario, el Espíritu Santo habita en todos los creyentes de la Era de la Iglesia (1 Cor. 12:13), permanentemente (Juan 14:16) y en el momento de la salvación (Ro. 8:9). Por lo tanto, la obra del Espíritu en y a través de Israel no puede usarse como un patrón para describir la experiencia normativa del creyente con el Espíritu Santo en la era actual (Juan 7:37-39; 14:16-17; Hch. 1:5). 

18. Mientras que el discurso de despedida de Cristo a Israel (Mt. 24:15, 20), está registrado en el Discurso del Monte de los Olivos (Mt. 24-25), Su discurso de despedida a la Iglesia (Jn. 16:12-13) se encuentra en el Discurso del Aposento Alto (Juan 13–17).

19. Aunque a Israel se le conoce como el hijo primogénito de Dios (Éx. 4:22), la Iglesia nunca recibe esta misma designación o título. 

20. Mientras que el programa de Israel se revela en el Antiguo Testamento, el programa de la Iglesia era desconocido en los tiempos del Antiguo Testamento. Debido a que la Iglesia es un misterio del Nuevo Testamento (Ef. 3:3-6), o algo previamente oculto y ahora revelado (Ro. 16:25-26), la doctrina de la Era de la Iglesia proviene exclusivamente del Nuevo Testamento (Mt. 16:18; Juan 13–17), en lugar del Antiguo T estamento. 

Tomar nota de tales diferencias debería advertirnos que no debemos tomar profecías y promesas que están dirigidas específicamente a Israel y aplicarlas incorrectamente a la actual dispensación de la Era de la Iglesia.  

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
Israel-Church Differences

martes, 8 de junio de 2021

La Misteriosa Visión de Abdías – Parte 4 de 4

 Capítulo 14 del libro: Salmo 83 – La Profecía Faltante es Revelada

Por Bill Salus

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“Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza” (Abdías 1:15 RVR1960).

La represalia de maldición por maldición en especie contra Edom ocurrirá antes de que ocurra “el Día del Señor”; ésta ocurre cuando "el día del SEÑOR sobre todas las naciones está cerca". “El día del SEÑOR” es definido por la mayoría como el período completo de siete años de la tribulación (es decir, la septuagésima semana de Daniel), o sólo la segunda mitad de ese período, que abarca 3.5 años.

“De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido” (Abdías 1:17; RVR1960).

“Beber”, “tragar” y “ser como si nunca hubieran sido”, se asocian con ilustraciones bíblicas de juicio. La imagen es la de un pueblo al que se le entrega a la fuerza una taza que contiene un contenido venenoso. Dios, asegurándose de que los destinatarios previstos no posean el antídoto, evoca personalmente este brebaje altamente tóxico. El grupo de población afectado ha hecho algo que ha perturbado mucho a Dios y, como tal, ha provocado sobre ellos un juicio divino. Se pueden encontrar ejemplos pertinentes de este estudio en Jeremías 25:17-26 y Jeremías 49:12.

El juicio que le sobrevendrá a Edom servirá como precursor del juicio dentro del "día del SEÑOR sobre todas las naciones". Sofonías 2 también deja claro que este juicio contra Edom, que también se extenderá además a las otras naciones miembros confederadas, es para servir de ejemplo a las otras naciones, pero lo más importante, es un llamado a los "humildes de la Tierra" a hacer lo que es justo antes de que ocurra “el día del Señor”.

“Congregaos y meditad, oh nación sin pudor, (Israel hoy en incredulidad, siendo reunida en la tierra) antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová” (Sofonías 2:1-3).

Sofonías 2 continúa describiendo las condiciones posteriores a la conquista israelí de la confederación del Salmo 83. Para obtener más información sobre los detalles de Sofonías 2, consulte el capítulo del Salmo 83 y los Profetas contenido en mi libro sobre el Salmo 83.

Adelante con la visión de Abdías

“Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones” (Abdías 1:17 RVR1960).

Aunque en el versículo 16 se nos dice que primero las naciones confederadas del Salmo 83, y luego las naciones restantes en el mundo "serán como si nunca hubieran existido", ¡éste no será el caso en el monte Sion! "En el Monte Sion habrá liberación" y santidad.

“La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho” (Abdías 1:18 RVR1960).

Abdías resume el tema esparcido a lo largo de su visión; Los derribaré, palestinos (Abdías 1:4), serán talados (Abdías 1:5), sus tesoros buscados (Abdías 1:6), una trampa para ustedes (Abdías 1:7). , todos serán destruidos por la matanza (Abdías 1:9), la vergüenza te cubrirá (Abdías 1:10), el beber forzado de la copa del juicio (Abdías 1:16). Abdías en (Abdías 1:18) determina que la derrota de los descendientes de Esaú que residen dentro de los palestinos de hoy en día será a manos del ejército grande en extremo de Israel. El uso de rastrojo, que cuando se enciende arde por completo, evidencia el tema presentado anteriormente de la severidad de este juicio contra Edom.

Zacarías 12, citado a continuación, proporciona más detalles sobre el destino letal de los descendientes edomitas de Esaú y sus cohortes árabes. No sólo los palestinos, sino también los estados árabes, "los pueblos circundantes a la derecha y a la izquierda" de Israel. Esto identifica el círculo interno de naciones y poblaciones terroristas dentro de ellos que forman la confederación del Salmo 83:5-8. Estos árabes también se reducen a rastrojo junto con los palestinos.

“He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.”… “En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera. Y los capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán (como a rastrojo) a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén” (Zacarías 12:2,4-6 RVR1960).

“Porque he aquí que rugen tus enemigos (en el lado derecho y en el izquierdo), y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza. Las tiendas de los edomitas (palestinos) y de los ismaelitas (saudíes), Moab y los agarenos (egipcios);  Gebal (Líbano), Amón y Amalec. Los filisteos (Hamás) y los habitantes de Tiro (Hezbolá). También el asirio (Siria e Iraq) se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot (jordanos)” (Salmo 83:2-8 RVR1960, nombres de hoy añadidos).

Observe a continuación el contraste total entre Abdías 1:17 bendiciendo a los descendientes de Jacob, que es Israel, y Abdías 1:18 maldiciendo a los descendientes edomitas de Esaú, quienes en su mayoría existen dentro de los pueblos palestinos de hoy. Jacob tendrá descendientes, ¡pero la línea de sangre de su hermano gemelo termina por completo según Abdías 1:18!

“Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones” (Abdías 1:17 RVR1960).

“La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho” (Abdías 1:18 RVR1960)

Israel Anexa Territorio

“Los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela a los filisteos; poseerán también los campos de Efraín, y los campos de Samaria; y Benjamín a Galaad. Y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos hasta Sarepta; y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad poseerán las ciudades del Neguev” (Abdías 1:19-20 RVR1960).

En esencia, Abdías 1:19-20 implica que como resultado directo de la conquista judía sobre los palestinos a la que se alude en Abdías 1:18, Israel aumentará significativamente tanto en tamaño como en prosperidad. El pequeño Israel, tal como lo reconocemos hoy, pronto abarcará una gran parte del Medio Oriente y se convertirá en una de las naciones más ricas del mundo. 

“Y subirán salvadores [yasha] al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová” (Abdías 1:21 RVR1960).

La palabra hebrea yasha puede significar libertadores, vencedores, vengadores o salvadores. Lo que Abdías parece estar diciendo en el versículo 21a es que, desde el Monte Sion, la soberanía judía se ejercerá sobre el territorio conquistado de Edom. La frase "el reino será de Jehová" en el v21b es una referencia probable a la soberanía sobre la región por parte de los judíos, ya que serán conocidos en ese momento futuro una vez más como "Mi pueblo Israel". Ezequiel 25:14 se refiere a esta conquista y se refiere a los judíos nuevamente como "Mi pueblo Israel".

“Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 25:4 RVR1960).

Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83: The Missing Prophecy y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com)
 

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí 

Lea la parte 3 aquí

Traducido por: Hno. Pablo Losa

Editado por: Hno. Donald Dolmus

jueves, 3 de junio de 2021

La Misteriosa Visión de Abdías – Parte 3 de 4

 Capítulo 14 del libro: Salmo 83 – La Profecía Faltante es Revelada

Por Bill Salus

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¿No haré que perezcan en aquel día los sabios de Edom y el discernimiento de la región montañosa de Esaú?, dice el SEÑOR. Tus valientes, oh Temán, serán destrozados, para que todo hombre sea destruido por la masacre en los montes de Esaú (Abdías 1:8-9; NVI)

Abdías ha declarado previamente la severidad del juicio en los versículos 5-6 que le acontecerá a Edom y, en Abdías 1:8-9 él extiende el alcance aún más para incluir la destrucción de los “sabios” y los “valientes”. Estos valientes “serán destrozados” debido a la matanza que les será infligida por el ejército grande en extremo de Israel. 

“Por la violencia hecha a tu hermano Jacob, te cubrirá la vergüenza y serás destruido para siempre” (Abdías 1:10; RVR-2015).

El motivo de la matanza es “por la violencia hecha a tu hermano Jacob”. Como se dijo anteriormente, este comportamiento provoca sobre el perseguidor de los judíos la cláusula de maldición por maldición en especie del Pacto Abrahámico según lo prescrito en Génesis 12:3. Abdías continúa en los versículos 11 al 14 a continuación a delinear e identificar los crímenes históricos, por los cuales los descendientes de Esaú, los edomitas, cometieron “violencia contra Jacob”. Su hoja de antecedentes penales abarca el alcance del tiempo desde el Éxodo hasta el presente. 

En el día cuando te pusiste firme del lado contrario (Abdías 1:11a, RVR-2015). El Éxodo de los judíos a través de la ruta de Edom se menciona en el versículo 11. Los edomitas no permitieron que los judíos pasaran por el territorio de Edom, mientras se dirigían a la Tierra Prometida. Los descendientes edomitas de Esaú se pusieron” firmes del lado contrario” en oposición a la petición de Moisés de pasar inofensivamente. Ésta fue la primera ofensa grave que cometieron contra los descendientes de Jacob. 

Ésta fue una bofetada en la cara del Dios de los judíos, quien claramente había evidenciado Su favoritismo hacia los hebreos. Jehová, su Dios, había dividido el Mar Rojo y conquistado al ejército egipcio, permitiendo a los descendientes de Jacbo la libertad de emigrar hacia la Tierra Prometida. 

Moisés envió mensajeros desde Cades al rey de Edom. Y dijeron:

—Así dice tu hermano Israel: “Tú conoces todas las dificultades que nos han sobrevenido; cómo nuestros padres fueron a Egipto, y habitamos allí mucho tiempo. Los egipcios nos maltrataron tanto a nosotros como a nuestros padres. Pero cuando clamamos al SEÑOR, él escuchó nuestra voz, envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y he aquí nosotros estamos en Cades, ciudad que se encuentra en el extremo de tu territorio. Permite que pasemos por tu tierra. No pasaremos por los campos ni por las viñas; tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey, sin apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado por tu territorio”. Edom le respondió:

—No pasarás por mi tierra; de otra manera saldré contra ti con la espada.

Como Edom rehusó dejar pasar a Israel por su territorio, Israel se alejó de ellos (Números 20:14-18, 21; RVR2015).

“…en el día cuando su poderío fue llevado cautivo por los extraños, y los extranjeros llegaron hasta sus puertas y echaron suertes por Jerusalén, tú también te comportaste como uno de ellos” (Abdías 1:11b; RVR-2015).

Es muy probable que Abdías 1:11b esté describiendo el asedio de los filisteos en el 845 a.C. Los edomitas en ese momento se comportaron con indignación con los judíos, al igual que los filisteos. “Tú también te comportaste como uno de ellos”. 

“Pero no debiste haber mirado en el día de tu hermano, en el día de su cautiverio; ni deberías haberte regocijado de los hijos de Judá en el día de su destrucción; ni deberías haber hablado con orgullo en el día de la angustia (Abdías 1:12; NKJV; trad. propia).

Abdías 1:12 testifica de los crímenes cometidos por los edomitas durante el período babilónico. Jerusalén y el templo fueron destruidos, y los judíos fueron llevados a setenta años de cautiverio babilónico. Hace referencia a tres eventos: “el día de su cautiverio”, “día de su destrucción”, y “el día de la angustia”. Al ordenar estos episodios cronológicamente, Abdías parece identificar para nosotros los tres asedios babilónicos que se produjeron contra el pueblo judío. 

“El día de su cautividad”: Los babilonios, liderados por Nabucodonosor, atacaron por primera vez a Judá en el 606 a.C. Esto dio como resultado la primera ola de deportación de judíos al cautiverio. Algunos jóvenes de la realeza, incluido el profeta Daniel y algunos de sus compañeros, fueron trasladados a Babilonia. Además, el rey y su familia, junto con muchos judíos notables y hábiles, también fueron transportados fuera de Judá en este momento.

“El día de su destrucción”: En el 586 a.C., hubo una segunda deportación general de judíos por parte de Nabucodonosor. Muchos más judíos principales fueron trasladados a Babilonia. El primer templo judío fue destruido, y los babilonios confiscaron muchos de los vasos sagrados en este momento.

“El día de la angustia”: En el  582 a.C., se produjo la última deportación. Muchos de los jefes de familia, sus esposas e hijos fueron exiliados a Babilonia debido a este tercer sitio babilónico. Debido a estas tres deportaciones, se estableció una comunidad judía considerable en Babilonia.

El profeta Jeremías, entre otros, había dado una amplia advertencia sobre el “día” pendiente del “hermano” gemelo de Esaú, Jacob. El mundo fue advertido de que la nación cliente Israel sería disciplinada a través del cautiverio por un período de setenta años, por sus prácticas idólatras y su fracaso general para honrar y obedecer la Ley Mosaica.

Los edomitas “miraron el día de tu hermano”. El crimen de los edomitas fue que, en lugar de aprender del error de sus primos los judíos, ellos los “miraron” en el momento de su primera deportación, mostrando su severo desdén hacia el pueblo judío. Primero, “miraron”, luego se “regocijaron” por los eventos de la segunda deportación y, por último, “hablaron con orgullo” en el momento de la tercera deportación judía.

Además, la historia nos dice que, en ese momento, capitalizaron el cautiverio de los judíos al migrar aún más a Hebrón y las áreas circundantes de Israel, ocupando aún más la Tierra Santa.

No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina. Tampoco debiste mirar su miseria en el día de su ruina. No debiste echar mano de sus bienes en el día de su ruina (Abdías 1:13; RVA-2015).

Abdías avanza el reloj a la época del Imperio Romano. La frase “día de su ruina”, usada en este pasaje tres veces, alude a un período completamente calamitoso en la historia judía. Tal fue el caso durante la ocupación romana en Tierra Santa. Primero, los edomitas “entraron por la puerta”, como lo ejemplifica Antípater, un idumeo (parabra griega para edomita) de sangre pura, que fue establecido por Julio César como Procurador de Judea en el 47 a.C. Luego, el hijo de Antípater, Herodes el Grande reino sobre Israel entre el 37 a.C. y el 4 a.C. con la bendición del Imperio Romano. 

Posteriormente vemos que los edomitas son nuevamente acusados de mirar en lugar de aprender: “no debiste haber mirado su aflicción”. Miraron durante el período babilónico, y eso los llevó al regocijo y la jactancia orgullosa. Abdías predice que, en el episodio romano, también mirarán, y luego poseerán cosas de valor para los judíos. Una de las cosas más estimadas para los judíos era su segundo templo y todos sus implementos sacerdotales. Este templo llegó a ser conocido durante la era romana como el “templo herodiano”, llamado así por Herodes, que ni siquiera era judío. Era mitad edomita, mitad nabateo. Herodes y su corte se encontraron en una posición de haber “echado mano de sus bienes”.  

Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia (Abdías 1:14, RVR-1960).

Abdías identifica dos grupos de judíos, los que intentaron escapar de la destrucción romana del año 70 d.C., y los que permanecieron en Israel durante la destrucción, “en el día de la angustia”. Al hacerlo, concluye su lista de crímenes de guerra históricos cometidos por los edomitas contra sus parientes judíos.

En el versículo 1:14, acusa a los edomitas de intentar obstaculizar la dispersión disciplinaria de los judíos fuera de Israel, hacia las naciones del mundo. Ellos “se pusieron en las encrucijadas de los caminos para aniquilar a sus fugitivos (de los judíos)”. Los romanos destruyeron Jerusalén y el segundo templo judío en el año 70 d.C. Esto provocó que la mayoría de la población judía se dispersara entre las naciones del mundo. Esta dispersión fue en cumplimiento de numerosas profecías bíblicas del Antiguo Testamento. 

La ironía es que los edomitas como población estaban entre “los fugitivos”. En ese momento, fueron identificados por su nombre griego, los idumeos. Idumea era una región reconocida en el sureste de Israel. Los idumeos se pusieron “en las encrucijadas de los caminos para aniquilar” a los judíos que intentaban huir de la persecución romana. 

Un estudio de la historia hebrea entre el año 33 d.C. y alrededor del año 135 d.C. evidencia un período de tiempo en el que muchos judíos comenzaron a salir de Israel hacia las naciones del mundo. Los idumeos tendían a presentarse más como un obstáculo que como un facilitador de ese proceso migratorio. Abdías clasifica ese episodio de la historia edomita/idumea como comparable a los otros crímenes de guerra de su extensa lista. 

Por último, en Abdías 1:14, los idumeos no sólo intentaron obstaculizar el éxodo de los judíos fuera de Israel, sino que “entregaron a los que quedaban”. Este comportamiento evidenció completamente su actitud de adversario contra el pueblo judío. Sirvió para probar que, a lo largo de los siglos, el antiguo odio engendrado por Esaú contra su hermano gemelo, Jacob, continuó filtrándose hasta sus descendientes, los edomitas y los idumeos. 

Las páginas de la historia autentican y adjudican las acusaciones de Abdías. Hoy es como si esas páginas tan dañinas se hubieran reabierto y estuvieran reviviendo a través de los eventos del conflicto árabe-israelí. Los palestinos, que tienen algunos rastros de ascendencia edomita entre sus filas, continúan albergando la misma antigua actitud de odio esbozada en los anales de su historia.

Las atrocidades de su pasado, combinadas con las catástrofes de su presente, ¡sellan su destino para el futuro! Pronto experimentarán su desaparición étnica a través del juicio divino. Aunque muchos sugieren que el fin de los edomitas se produjo en correlación con la conclusión de la lista de crímenes de guerra de Abdías, la profecía bíblica derrota esa presunción. Los edomitas resurgen en numerosas páginas de la profecía del tiempo del fin.

Aunque habría parecido como si hubieran sellado su juicio por sus acciones en el pasado, ese juicio aún no se ha ejecutado oficialmente. El Juicio de los Edomitas, que llegaron a ser llamados idumeos, y que ahora se les puede llamar mejor palestinos, serán juzgados de la manera descrita en Ezequiel 25:14 y Abdías 1:18.

Ejecutaré mi venganza contra Edom por medio de mi pueblo Israel. Harán en Edom de acuerdo con mi furor y con mi ira, y conocerán mi venganza”, dice el SEÑOR Dios (Ezequiel 25:14, RVA-2015).

La casa de Jacob será fuego y la casa de José será llama. La casa de Esaú será estopa y ellos los quemarán y los consumirán. Ni un solo sobreviviente quedará de la casa de Esaú”, porque el SEÑOR lo ha dicho (Abdías 1:18).

No se equivoquen: por su uso de “la casa de Esaú”, Abdías se refiere a los antiguos edomitas en el idioma hebreo, más tarde etiquetados como los idumeos en el idioma griego, que hoy se conocen como los palestinos, que es un derivado de la palabra hebrea pelesheth, el término árabe filastin, la palabra latina palaestina, y la palabra española Palestina. El rastro palestino puede rastrearse en parte a los antiguos filisteos, y los descendientes edomitas de Esaú. 

En la actualidad, los palestinos han retomado lo que la contingencia idumea de sus ancestros dejó. “Ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia”. Todavía están entregando a sus primos judíos a condiciones opresivas. Es como si los judíos que han regresado a su patria, todavía vivieran bajo la persecución como en los tiempos pasados “en el día de angustia”. 

Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83: The Missing Prophecy y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com)
 

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe
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