lunes, 4 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel (pdf)

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos


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Mitos Sobre Israel – Conclusión

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



6. El sexto mito que me gustaría resaltar es la afirmación de que durante 70 años, Israel ha estado impidiendo el derecho del pueblo palestino a crear un Estado para ellos mismos.

¡Lo primero que debemos considerar aquí es el hecho absolutamente irrefutable de que los palestinos ya tienen un Estado!

Se llama Jordania.

En 1921, Winston Churchill, actuando como Secretario Colonial británico emitió una declaración en la que otorgaba dos tercios de Palestina a los árabes, creando un Estado llamando Transjordania, que hoy en día se llama simplemente Jordania. Hizo esto para ganarse el favor de los árabes, debido a las grandes reservas de petróleo que se habían descubierto en tierras árabes.

Esto dejó a los judíos con sólo una pequeña porción de tierra de 418 kilómetros de largo y 113 kilómetros de ancho, ubicada a lo largo de la costa mediterránea. Se sintieron traicionados, pero se resignaron y comenzaron a esperar el día en que pudieran convertir esa porción de tierra en el Estado de Israel.

Los británicos crearon un Estado palestino en 1921, cuando les dieron dos tercios de Palestina a los árabes y lo llamaron Transjordania.

El Voto de la ONU

Pero luego, en noviembre de 1947, la ONU votó para dividir la porción en dos estados — uno para los judíos y uno para los árabes, creando así un segundo Estado palestino.

Una vez más, los judíos se sintieron traicionados, pero aceptaron la resolución de la ONU y establecieron su Estado en mayo de 1948, cuando los británicos terminaron su Mandato de la Liga de Naciones  sobre la tierra. 

Ahora, aquí está el punto crucial que la prensa nunca menciona  y que, sin duda alguna, los palestinos nunca mencionan: El mismo día que los judíos se reunieron en Tel Aviv y declararon la existencia de su Estado, los árabes podrían haberse reunido en Ramala y declarado la existencia de un segundo Estado palestino.

En cambio, alentaron a los cinco Estados árabes que atacaron a Israel porque querían toda la tierra, y no querían un Estado judío de ningún tamaño en medio de ellos.

Así, el mismo día en que Israel celebró su 70mo aniversario en 2018, los árabes podrían haber estado celebrando el 70mo aniversario de su Estado. No tienen a nadie a quien culpar sino a ellos mismos.

Camp David en 2000

Tampoco fue 1948 su única oportunidad de establecer un Estado. Han tenido varias oportunidades, una de las cuales fue en el año 2000 en la Conferencia de Camp David, que el Presidente Clinton convocó. En esa conferencia, el Presidente Clinton convenció a Ehud Barak, el Primer Ministro de Israel más liberal en su historia, a aceptar el 95% de las exigencias palestinas.

Cuando se hicieron estas increíbles concesiones, la respuesta de Yasser Arafat fue levantarse de la mesa de negociaciones, salir del cuarto, volar de regreso a casa y comenzar la Primera Intifada, o levantamiento palestino.

¿Por qué? Porque él sabía que si aceptaba algún compromiso con Israel, arriesgaría su vida. Y además, las demandas palestinas no eran más que escaparates para lo que realmente quieren, que es la aniquilación de Israel.

El mejor resumen que he escuchado de la larga y sórdida historia del liderazgo palestino es el que pronunció por Abba Eban, el elocuente embajador de Israel ante la ONU de 1949 a 1959. Él dijo, “Los palestinos nunca han perdido la oportunidad de perder una oportunidad”.

Incluso algunos líderes árabes se están hartando de los palestinos. Por ejemplo, el Príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammad bin Salmán, dijo recientemente:

Durante los pasados 40 años, el liderazgo palestino ha perdido oportunidades una y otra vez, y ha rechazado todas las ofertas que recibió. Ya es hora de que los palestinos acepten las ofertas y acepten venir a la mesa de negociaciones — o deberían callarse y dejar de quejarse.

7. El séptimo y último mito que quiero abordar es el más importante que los palestinos y sus aliados están usando hoy para alentar a la opinión pública mundial contra Israel. Es el que se usa en nuestros campus universitarios, para reclutar a jóvenes estadounidenses contra Israel. Estoy hablando del mito de que Israel es un Estado de apartheid.

Para aquellos de ustedes que quizás no estén familiarizados con el término, apartheid, permítanme hacer una pausa para explicar que era el término usado para describir la política que prevalecía en Sudáfrica durante muchos años, que requería la estricta separación de razas.

Esta afirmación contra Israel es un ejemplo clásico de la verdad propugnada por el ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, quien dijo: “Si dices una mentira lo suficientemente grande y con suficiente frecuencia, la gente la creerá”.

La verdad es que no hay absolutamente apartheid en Israel. ¡Ninguno en absoluto! De hecho, ¡la verdad es que el único apartheid que se puede encontrar en el Medio Oriente está en las naciones árabes donde a los judíos ni siquiera se les permite vivir!

Israel tiene 1.7 millones de árabes viviendo dentro de sus fronteras. No están separados de los israelíes de ninguna manera. Gozan de derechos de ciudadanía completos, incluido el derecho a trabajar, con beneficios de desempleo, médicos y de asistencia social. También tienen el derecho de votar —incluso el derecho a servir en el Parlamento israelí. No hay segregación en Israel en sus teatros, buses, hoteles, o cualquier otro lugar.

La única forma en la que los ciudadanos árabes son tratados de manera diferente es que no se les exige servir en el ejército, mientras que los judíos son obligados a hacerlo — tanto hombres como mujeres.

Pero, espero que esté obteniendo una imagen clara de cuán tonto es acusar a Israel de apartheid. Sin embargo, los líderes políticos mundiales continúan haciendo la afirmación como zombis descerebrados.

El único apartheid que se puede encontrar en el Medio Oriente es en las naciones árabes que ni siquiera toleran que un judío viva dentro de sus límites. Sin embargo, ¡éstos son los hipócritas que gritan con más fuerza que Israel es una nación apartheid!

Sin embargo, muchos líderes denominacionales estadounidenses han creído este mito —de cabo a rabo. Y eso es ya sea porque están completamente engañados, o bien porque están motivados por el antisemitismo, y por lo tanto, quieren creer una mentira.  

Líderes de la iglesia estadounidenses protestan contra Israel 

Conclusión

El único otro mito político sobre Israel que viene a la mente es el alegato de que Israel es el principal obstáculo a la paz en el Medio Oriente.

Esa ridiculez se puede desestimar rápidamente con una observación del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu — una observación que no se puede negar:
 “Si los árabes se desarmaran, habría paz en el Medio Oriente. Si Israel se desarmara, Israel dejaría de existir”.

Hay, por supuesto, otros mitos que podrían discutirse, y Satanás está motivando la creación de nuevos todo el tiempo. Pero Satanás va a perder esta batalla a lo grande.

Dios está en Su trono. Él está en control. Él tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de Satanás y del hombre para el triunfo de Su voluntad en la historia. “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel” (Salmos 121:4).

Según el Salmo 2, Él se sienta en Su trono y se ríe de Sus enemigos. No se está riendo porque no le importa. No, se está riendo porque tiene todo bajo control.

Y también se está riendo porque se acerca rápidamente el día cuando desatará Su furia y derramará Su ira al enviar de regreso a Su hijo para reinar sobre toda la tierra desde el Monte Sion en Jerusalén.

Y en ese glorioso día, cuando Jesús regrese al Monte de los Olivos en Jerusalén, el remanente judío se arrepentirá y clamará: “¡Baruch Haba B’Shem Adonai!” (¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!).

Mientras tanto, voy a seguir gritando todos los días en mi corazón, “¡Maranatha! ¡Maranatha! Maranatha! ¡Ven pronto, Señor Jesús!”.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 
Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

domingo, 3 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel – Parte 3

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



2. El segundo mito que quiero considerar es el perpetrado por los palestinos y repetido sin pensar por la prensa mundial. Es la afirmación de que los palestinos fueron desalojados por la fuerza e injustamente de su Estado por el pueblo judío.

Lo primero que debe considerarse aquí es nunca hubo tal cosa como un Estado palestino. Palestina era simplemente un nombre geográfico que fue dado a una sección del Medio Oriente, que siempre estuvo bajo el control de alguna potencia extranjera.

Entre 1517 y 1917 —un período de 400 años — era parte del Imperio Otomano, cuya capital era Estambul. Nunca hubo un Estado palestino soberano. Nunca hubo una población indígena palestina con su propia lengua y cultura.

A principios del siglo XX, Palestina era una tierra desolada y árida, escasamente poblada. La mayor parte era propiedad de propietarios ausentes. Las personas que vivían allí se habrían identificado como sirios. De hecho, los árabes que vivían allí ni siquiera comenzaron a llamarse palestinos hasta mediados de los años sesenta.

Pero el punto principal que se debe hacer es que cuando los judíos comenzaron a su patria en la década de 1890 y principios de 1900, compraron la tierra a los árabes a precios exorbitantes. De hecho, ¡los precios se cuadruplicaron! De nuevo, los judíos no robando la tierra, ni expulsaron a los árabes. Compraron tierra que ya les pertenecía legítimamente. 

Y era una tierra desolada. Todos los árboles al sur del Mar de Galilea habían sido cortados. Los valles se habían convertido en tierras pantanosas infestadas de malaria. Era una tierra que nadie quería, excepto el pueblo judío.

La Biblia había profetizado que la tierra se volvería desolada cuando los judíos fueran expulsados, y también profetizó que, cuando regresaran, una vez más se convertiría en una tierra de leche y miel. Aquí está la profecía concerniente a su desolación:

Deuteronomio 29:22-23

22) Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar

23) (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra…

Aquí está la profecía concerniente a la recuperación de la tierra cuando los judíos regresaran: 

Ezequiel 36:34-35

34) Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron.

35) Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.

Y eso exactamente lo que pasó, y por eso el mito más reciente que la fértil imaginación de los palestinos ha evocado es que la tierra era tan maravillosa como lo es ahora, ¡cuando los judíos se la “robaron”!

Campo de refugiados palestinos en Jordania

3. El tercer mito que debemos considerar es uno trágico, porque ha dado como resultado un terrible abuso del pueblo palestino por parte de sus propios líderes. Es el mito de que Israel ha mantenido a los refugiados palestinos de la Guerra de Independencia de 1948-1949 en miserables campos de refugiados durante más de 70 años, al negarse a permitirles regresar. 

Es cierto que hubo un desalojo masivo de árabes de Palestina durante la Guerra de Independencia de Israel en 1948 y 49 — pero no fueron  expulsados por Israel.

Huyeron a petición de los cinco ejércitos árabes que invadieron Israel después de su Declaración de Independencia. Los líderes árabes les dijeron que huyeran a la seguridad, mientras que las naciones atacantes “hicieran que el Mar Mediterráneo se enrojeciera con la sangre de los judíos”.

Aproximadamente 650,000 huyeron de la tierra. Después de que la guerra terminó, las naciones árabes se negaron a absorber a esta gente. En cambio, los llevaron a campos de refugiados a lo largo de sus fronteras con Israel y comenzaron a usar su difícil situación para dirigir la opinión pública contra Israel. 

Hoy, sólo 30,000 de estas personas siguen vivas, pero los palestinos argumentan que hay cinco millones de refugiados, porque cuentan a sus hijos, nietos y bisnietos.

En cambio, después de la Guerra de Independencia, todos los judíos en los Estados árabes — un total de más de 800,000 — fueron expulsados por la fuerza y sus propiedades fueron confiscadas. El pequeño Estado de Israel absorbió 550,000 de estos refugiados. El resto fue absorbido por naciones occidentales, principalmente los Estados Unidos. 

En agosto de 2018, el Presidente Trump anunció que los Estados Unidos ya no reconocerían como refugiados a aquellos palestinos que huyeron de Israel en 19448-49. También anunció que la Agencia de Alivio de la ONU, que existe únicamente con el propósito de mantener a estas personas, ya no recibirá la donación anual de $300 millones de nuestra nación.

Esperemos que esto fuerce a las naciones árabes a absorber a estas personas y a dejar de usarlas como peones políticos. 

4. El cuarto gran mito que me gustaría considerar es la afirmación de que los palestinos son el verdadero pueblo indígena de la tierra — como los indios americanos, y que los judíos son invasores colonialistas de Europa.

Ésta es una de las afirmaciones fundamentales del Movimiento BSD — el Movimiento del Boicot, Desinversión y Sanciones — que tantas iglesias y corporaciones estadounidenses han creído. 

Durante mucho tiempo, los palestinos argumentaron que eran descendientes de los filisteos. Pero cuando se les informó que los palestinos se originaron en las Islas Griegas del Egeo y llegaron a Israel alrededor del año 1,300 a.C., cuando los griegos los expulsaron, el argumento de “pueblo indígena” cambió, ¡y los palestinos comenzar a decir que eran descendientes de los cananeos!


Mahmud Abás, el actual líder palestino, ha enfatizado mucho esta tontería en los últimos años. Puede tener en cuenta que también hace otras afirmaciones absurdas, tales como: 

1) Jesús era un palestino.

2) El pueblo que Moisés sacó de Egipto era musulmán.

3) Nunca hubo un templo judío en Jerusalén.

Además, también es un negador del Holocausto. En su tesis doctoral, argumentó que el Holocausto es una ficción, creada para generar simpatía por los judíos. Así que este hombre vive en un mundo de mentiras.

La idea de que los judíos en Israel hoy son ocupantes coloniales es completamente absurda. Ha habido una presencia judía ininterrumpida en la Tierra Santa durante 4,000 años. Incluso durante la dispersión de los judíos después del año 70 d.C., continuó habiendo judíos viviendo en Jerusalén y en Galilea.

Y los judíos que han regresado a su patria no han regresado sólo desde Europa. Han llegado de más de 100 países dispersos por todo el mundo. Simplemente no hay forma de que puedan considerarse una “fuerza colonial” europea.

Ni tampoco los palestinos pueden ser considerados los descendientes de los cananeos. Simplemente no hay evidencia genealógica o genética que conecte a los árabes con los extintos cananeos.

En realidad, los palestinos en el Medio Oriente son árabes que emigraron a la zona desde lugares como Arabia Saudita, Yemen y Egipto. Yasser Arafat, por ejemplo, nació y creció en Egipto. Y observe esta reveladora cita suya:

“El pueblo palestino no tiene identidad. Yo, Yasser Arafat, el hombre del destino, les daré esa identidad a través del conflicto con Israel”.

En 2012, el Ministro del Interior y de Seguridad de Hamás, Fathi Hammad, declaró que “la mitad de los palestinos son egipcios y la otra mitad son saudíes”.

5. El quinto mito que quiero observar es la afirmación de que Jerusalén es la capital histórica del pueblo palestino y es el tercer lugar más sagrado del islam. 

Esto es lo que el Presidente Trump llamaría “noticias falsas”. Yo lo llamo “tonterías”. La verdad es que Jerusalén nunca ha sido la capital de ninguna nación, excepto Israel. ¡Punto!

Cuando David conquistó la ciudad hace 3,000 años, era un pequeño pueblo rural jebuseo. Fue hecha la capital de Israel y sirvió en esa capacidad durante más de mil años.

Nunca ha sido la capital de ninguna otra nación — ¡ninguna! La capital romana de la Tierra Santa era Cesarea Marítima. La capital de los cruzados era la ciudad portuaria de Acre. La capital de Palestina durante los 400 años del gobierno otomano fue Estambul. 

La afirmación mítica de que Jerusalén es el tercer sitio más sagrado del islam, después de Medina y La Meca, es un truco político fabricado para hacer un reclamo injustificado sobre la ciudad.
  • Los judíos oran hacia Jerusalén. Los musulmanes oran hacia La Meca.
  • La ciudad de Jerusalén está mencionada más de 700 veces en las Escrituras hebreas, ya sea como Jerusalén, Sión o Ariel.
  • Jerusalén no se menciona ni una vez en el Corán.
El reclamo musulmán de Jerusalén se basa en la leyenda de que Mahoma cabalgó en su caballo volador a la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, donde fue llevado al cielo para una visita. Basan esa afirmación en una declaración en el Corán que dice que Mahoma cabalgó en su caballo hasta la “mezquita más lejana”. Esa era una mezquita ubicada en Arabia Saudita que tenía ese nombre.

El pasaje en el Corán no puede estar refiriendo a la Mezquita de Al Aqsa en el Monte del Templo en Jerusalén, como afirman ahora los musulmanes, ¡debido a que ni siquiera existía durante la vida de Mahoma! La Mezquita de Al Aqsa se completó en el año 706 d.C., 73 años después de la muerte de Mahoma.


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Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 2 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel – Parte 2

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



Los Principales Mitos Políticos

Puesto que ya he escrito ampliamente en esta revista y mis libros acerca del mito de la Teología del Reemplazo, quiero dedicar el resto de este artículo a algunos de los principales mitos políticos sobre el pueblo judío e Israel que existen hoy.

Estos mitos políticos han sido perpetrados por los líderes políticos del mundo, en un esfuerzo por poner a las naciones del mundo contra el pueblo judío, con el objetivo de finalmente destruir su Estado.

Los medios de comunicación están llenos de estos mitos sobre Israel, y han demostrado ser muy eficaces para generar odio mundial hacia el pueblo judío y su Estado. 


1. El primero es que el pueblo judío no tiene derecho a la tierra de Palestina. 

En respuesta a este mito, creo que debería comenzar señalando que la palabra, Palestina, no es una palabra bíblica. No la encontrará en ninguna parte de su Biblia, excepto como una etiqueta en los mapas de la parte posterior de su Biblia.

Esa etiqueta es totalmente incorrecta. Lo que llegó a llamarse Palestina fue la tierra de Israel durante más de 1,500 años — el período de los jueces y reyes bíblicos. La tierra no llegó a ser conocida como Palestina hasta que después de que los romanos destruyeron Jerusalén en el año 70 d.C., y comenzaron a dispersar al pueblo judío en todo el mundo.

La palabra, Palestina, se deriva de la palabra romana para los filisteos. Así que, para humillar al pueblo judío, los romanos cambiaron el nombre de la tierra por el de su enemigo.

Ahora, en cuanto a si los judíos tienen o no un reclamo legítimo sobre esa tierra, ¡la respuesta es absolutamente sí!

El Derecho Bíblico a la Tierra

El Dios del pueblo judío es el que creó el universo, y Salmos 24:1 dice que Él es el dueño de todo. Por lo tanto, Él tiene el derecho de dar cualquier parte de esta tierra a quien quiera. 

Y le complació a Dios dar una gran sección del Medio Oriente al pueblo judío. Este regalo ocurrió hace 4,000 años cuando Dios se le apareció a Abraham y le dio a él y sus descendientes una concesión de tierra como se muestra abajo, que se extiende desde el Mar Mediterráneo hasta el Río Éufrates (Génesis 15:18-21).


Ésta es una concesión de tierra que nunca se ha hecho realidad en su totalidad, pero se hará durante el reinado milenial de Jesús. Una pequeña porción de esta concesión es lo que actualmente se conoce como Palestina. Cuando a Abraham se le prometió la tierra, el área era llamada “La Tierra de Canaán”.

La promesa inicial de esta tierra a Abraham y sus descendientes se especificó en términos generales en el Pacto Abrahámico contenido en Génesis 12.

Génesis 12:1-2, 7

1) Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré.

2) Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre…

3) A tu descendencia daré esta tierra.

Esta promesa fue reconfirmada a Abraham seis veces más y se explicó detalladamente en Génesis 15:18-21. En Génesis 17:7, Dios declaró que la promesa de la tierra sería “un pacto eterno”. La promesa fue reconfirmada a Isaac y Jacob, y fue reconfirmada a través del rey David en el Salmo 105, cuando escribió:

Salmos 105:1, 8-11

1) Alabad a Jehová…

8) Se acordó para siempre de su pacto;

9) La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac.

10) La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno,

11) Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.

El hecho de que los judíos fueron dispersados de la tierra durante 1,878 años — desde el 70 d.C. hasta 1948 — de ninguna manera significa que Dios invalidó su título de propiedad de la tierra. Porque, verá, Dios tenía un segundo pacto con el pueblo judío concerniente a su tierra.

El primer pacto era un Pacto del Título de la Tierra dado a través de Abraham. Era incondicional. El segundo era un Pacto del Uso de la Tierra, dado por medio de Moisés. Era condicional. 

En el Pacto del Uso de la Tierra, Dios le dijo al pueblo judío que el disfrute de la tierra dependería de su obediencia a Su Palabra — si eran fieles, bendiciones; si eran infieles, maldiciones.

Y dejó claro que si se volvían desobedientes y persistían en esa desobediencia, el juicio final que les impondría sería el exilio de la tierra. Pero la tierra aún les pertenecería. Permítanme ilustrar esto:

Supongamos que le da a su hijo adolescente un auto y pone el título a su nombre. Pero deja claro que mientras él viva en casa, bajo su autoridad, habrá reglas para usar el carro. Si las reglas se rompen, dependiendo de la gravedad de la ofensa, el automóvil estará encerrado en el garaje durante un período de tiempo. El coche seguirá perteneciendo al adolescente, pero el disfrute de él se perderá.

El punto crucial aquí es que, aunque el pueblo judío fue dispersado de su tierra en disciplina, no fue despojado de su tierra. El título de la tierra permaneció a su nombre. 

El Derecho Político a la Tierra

Ahora, el mundo, por supuesto, podría preocuparse menos por el título bíblico y eterno de los judíos sobre la tierra. Así que echemos un vistazo a su derecho a la tierra desde un punto de vista político y legal. El hecho de que tienen un derecho legal a la tierra se puede establecer fácilmente.

En noviembre de 1947, las Naciones Unidas oficial y legalmente autorizaron la creación del moderno Estado de Israel.

Antes de ese momento, la tierra había sido un Mandato de la Liga de Naciones, establecida después de la Primera Guerra Mundial. A Gran Bretaña se le había encomendado este Mandato, cuyo propósito era preparar a la gente que vivía en el área para la autonomía final.

En 1947, cuando los británicos anunciaron que estaban listos para entregar el Mandato, las Naciones Unidas aprobaron una división de la tierra entre los judíos y los árabes. Esa división se ilustra en el siguiente mapa. Las tres áreas naranja clara serían el Estado judío, las tres áreas púrpura, el Estado árabe. Jerusalén iba a ser internacionalizada.


Los judíos aceptaron a regañadientes la propuesta y procedieron a establecer su Estado. Los árabes se negaron a aceptar la acción de la ONU y recurrieron a la guerra.

Nadie puede afirmar sinceramente que los judíos no tienen derecho a la tierra. Les pertenece tanto bíblica como legalmente. 

Lea la parte 1 aquí
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

viernes, 1 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel – Parte 1

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



Hay dos tipos de mitos que existen hoy en día con respecto al pueblo judío y su Estado de Israel. Están los terribles mitos teológicos que han sido conjurados por teólogos cristianos, y luego están los mitos políticos, que han sido inventados por los enemigos políticos del moderno Israel. 

Los mitos teológicos se basan en lo que se llama Teología del Reemplazo. Consisten en alegatos como:

1) Dios se ha desentendido del pueblo judío debido a su rechazo y asesinato de Jesús.

2) Dios ha reemplazado a Israel con la Iglesia.

3) Dios ha transferido todas las bendiciones prometidas de Israel a la Iglesia.

4) Dios no tiene propósito alguno para el pueblo judío.

Todas las cuatros acusaciones son evidentemente falsas. Todas las cuatro son mitos totales, y he tratado estos mitos en mis escritos, especialmente en mi libro, “El Pueblo Judío: ¿Rechazado o Amado?”.


Una Verdad Fundamental

El primer punto que debe establecerse firmemente acerca de estos mitos es que no son un accidente. Están firmemente arraigados en el odio obsesivo de Satanás hacia el pueblo judío. Los odia porque:

1) Son el pueblo escogido de Dios.

2) Fue a través de ellos que Dios le dio al mundo las Escrituras.

3) Fue a través de ellos que Dios le dio al mundo el Mesías.

Satanás odia más a los judíos debido a las promesas que Dios les ha hecho. Él ha prometido que:

1) Un gran remanente de los judíos será salvo en los tiempos del fin, en la Segunda Venida de Jesús, cuando se arrepientan y lo acepten como su Mesías (Zacarías 12:10).

2) Los judíos serán entonces reunidos en su tierra natal en fe (Deuteronomio 30:1-5).

3) A la nación de Israel se le dará toda la tierra prometida a ellos en el Pacto Abrahámico (Génesis 15:18-21).

4) El Estado judío será la nación principal en el mundo durante el reinado milenial de Jesús (Isaías 2:1-4).

5) Las bendiciones de Dios durante el Milenio fluirán a las naciones del mundo a través del pueblo judío (Isaías 62:1-7).

6) El mundo respetará al pueblo judío tanto al pueblo judío, que cuando pase un judío, diez gentiles dirán, “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

El Monte del Templo en Jerusalén, mirando al noreste. El Muro Occidental, o Muro de los Lamentos, está en el centro, debajo del santuario musulmán llamado el Domo de la Roca.

Satanás no quiere ver que se cumpla una sola de estas promesas y, por lo tanto, está determinado a aniquilar al pueblo judío. De eso se trató el Holocausto, cuando una cuarta parte de ellos fueron asesinados. Y es la razón por la que intentará aniquilarlos una vez más durante la Tribulación, cuando logrará matar a dos tercios de ellos (Zacarías 13:8).

Pero Satanás está destinado a fracasar, porque es la voluntad de Dios traer a un remanente de los judíos al arrepentimiento y la salvación. Y está decidido a cumplir todas las promesas que le ha hecho al pueblo judío. El apóstol Pablo afirmó esto cuando escribió estas palabras:

Romanos 3:1-4

1) ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?

2) Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.

3) ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?

4) De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso… 

Durante dos mil años, la Iglesia ha respondido a la pregunta planteada en el versículo 3 con un rotundo, “¡Sí!”. El apóstol Pablo la responde con un definitivo “¡No!”. Comentando más sobre este tema, Pablo escribió:

Romanos 9:3-5

3) Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

4) que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;

5) de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Estas palabras fueron escritas después del establecimiento de la Iglesia y, como puede ver, Pablo está afirmando que Dios aún tiene una relación con Israel y que no ha les ha negado Sus promesas. En Romanos 9 al 11, Pablo deja en claro que Dios no se ha desentendido del pueblo judío y que la Iglesia no ha reemplazado a Israel. Jesús mismo dijo que no regresaría a esta tierra para reinar hasta el día cuando el pueblo judío esté dispuesto a decir: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mateo 23:37-39).

Pero a pesar de estas promesas de Dios, Satanás persiste en su locura por el pueblo judío, porque se ha engañado a sí mismo al creer que puede burlarse de Dios — y no hay engaño peor que el autoengaño.

Y, por lo tanto, Satanás ahora está orquestando a todas las naciones del mundo para que venga contra la pequeña nación de Israel, a través de la perpetración de mitos sobre el pueblo judío y su nación.

Paradójicamente, en el proceso, Satanás está cumpliendo la profecía bíblica, ya que el profeta Zacarías declaró hace 2,500 años que, en los tiempos del fin, todo el mundo vendría contra Israel (Zacarías 12:2-3).


Lea la parte 2 aquí
Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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