lunes, 17 de julio de 2017

Libro: Israel en la Profecía Bíblica

Pasado, Presente y Futuro

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El Dr. David Reagan presenta un cuadro panorámico de la Profecía Bíblica concerniente al pueblo judío. Él muestra cómo cuatro profecías se cumplieron antes del inicio del siglo XX, y cómo otras siete se cumplieron total o parcialmente durante el proceso de ese siglo. Luego presenta las innumerables profecías que aún deben cumplirse entre ahora y el final del reinado milenial del Señor. 

Concluye el libro explicando cómo el cumplimiento de las promesas de Dios al pueblo judío son relevantes para los cristianos hoy, y deberían servir como una fuente de gran ánimo para ellos.

El Dr. Reagan es un defensor de toda la vida del derecho del pueblo judío a su patria. También es un franco crítico de todas las formas de antisemitismo. En 2016, fue ordenado como un Rabino Mesiánico honorario por la Alianza Judía Mesiánica de Estados Unidos.

El Dr. David Reagan es el fundador y director del Ministerio Cordero y León. Es el anfitrión de un programa de televisión semanal llamado “Cristo en la Profecía”, que es transmitido en varias cadenas nacionales  que tienen acceso a más de 100 millones de hogares en los Estados Unidos. Adicionalmente, el programa es transmitido en todo el mundo a través de sistemas satelitales. 



Estimados colaboradores: Sus oraciones y contribuciones voluntarias harán posible que podamos poner este valioso recurso a la disposición de todos nuestros lectores de forma gratuita. 

domingo, 16 de julio de 2017

El Misterio de Pablo

Un estudio bíblico por Jack Kelley



Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios que él me encomendó para ustedes, es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación, como ya les escribí brevemente. Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo el misterio de Cristo. Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio. (Efesios 3:2-6).

¿Qué fue lo que Pablo quiso decir cuando expresó que ese misterio en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos? Pues bien, el misterio no era sobre si el Señor les extendería la mano a los gentiles, puesto que Isaías había dejado muy claro que el Mesías traería Su salvación a todas las naciones (Isaías 49:5-6). El misterio era en la forma cómo Él lo haría. De Hechos 15:13-18 vemos que Jacobo fue el primero en decir que Israel estaba siendo puesto a un lado por un tiempo hasta que el Señor tomara un pueblo para Su nombre de entre los gentiles, pero que después de eso Él se volvería de nuevo a Israel. (En realidad, el Señor había insinuado esto en Mateo 21:43 cuando Él les dijo a los líderes judíos que el Reino les sería quitado y entregado a un pueblo que produciría sus frutos. Jacobo solamente estaba aclarando Su afirmación).

Con una visión retrospectiva de 20/20, podemos ver un número de vacíos en la profecía del Antiguo Testamento en los cuales el Señor había insertado la Iglesia. Pero esa es la clase de cosas que uno puede ver mirando en retrospectiva desde nuestra perspectiva. Es como un camino que está escondido en un sendero y que uno solamente puede verlo después que lo ha pasado, y luego solamente mirando hacia atrás en la dirección por la que uno viene.

Como dije, encontramos estos vacíos en la profecía del Antiguo Testamento, y uno de los más claros lo vemos en Isaías 9:6-7 en donde el Señor hizo que Isaías dijera:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.

El ángel Gabriel le dijo a María que su hijo cumpliría esta profecía (Lucas 1:33), pero mirando hacia atrás vemos que solamente fue parcialmente cumplida durante la vida del Señor a la tierra. Un niño nació, y un hijo fue dado, pero eso fue todo. El resto espera la Segunda Venida, y en el centro se encuentra la Iglesia.

Los discípulos tropezaron en otra cuando el Señor dijo que el Templo pronto sería destruido en Mateo 24:2. Ellos sabían que 69 semanas (483 años) de la profecía de las Setenta Semanas (490 años) de Daniel ya habían sido, y que Herodes había pasado los 40 años previos construyendo el Templo. Y ahora Jesús les dice que el mismo iba a ser completamente destruido justo siete años antes del tiempo en que Daniel había dicho que se terminaría la transgresión, se pondría fin al pecado, y se expiaría la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos (el lugar) (Daniel 9:24). Sin un Templo esta meta no podía cumplirse. Su asombro sobre la profecía del Señor fue la que produjo el Discurso del Monte de los Olivos y el descubrimiento de lo que ahora nos damos cuenta que es un vacío entre los primeros 483 años y los últimos siete. Una vez más, ese vacío ha sido llenado por la Iglesia.

Pero aun eso no reveló el misterio. No, el secreto que hizo reventar a todo el mundo fue que los gentiles estuvieran siendo herederos del Reino junto con Israel, y que Dios en realidad estaba creando una raza humana enteramente nueva, una raza espiritual compuesta de judíos y gentiles, pero con un destino separado uno del otro. Pablo describió esto en Efesios 2:14-16:

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

Ya la humanidad no consistiría más en judíos y gentiles ante los ojos de Dios. De ahora en adelante incluye a un tercer tipo de humanos, la Iglesia (1 Corintios 10:32). Y de la misma manera como Dios llamó a los judíos de entre los gentiles, ahora Él está llamando a la Iglesia de entre los judíos y los gentiles. Fue por medio de la Iglesia que los judíos y los gentiles se unirán para compartir por igual la herencia de Dios.

Los Gentiles en el Antiguo Pacto

Desde nuestro lado de las profecías, podemos ver que esta era la intención de Dios todo el tiempo. Pero para tener el sentido de cómo esto pudo haber impresionado a los apóstoles judíos, veamos la manera cómo a los convertidos gentiles al judaísmo les había ido bajo el Pacto Antiguo. Desde los primeros tiempos que los gentiles se sometieron a la Ley, compartieron tanto sus privilegios como sus responsabilidades.

Y el extranjero que sigue al SEÑOR no hable diciendo: Me apartará totalmente el SEÑOR de su pueblo… Y a los hijos de los extranjeros que sigan al SEÑOR para servirle, y que amen el nombre del SEÑOR para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos (Isaías 56:3, 6-7).

Pero especialmente durante el período del Segundo Templo, existía una distinción definitiva de clases. El mismo Templo era un buen ejemplo de ello. Estaba rodeado de una serie de patios para los adoradores, cada uno separado de los otros por medio de paredes o portones. Inmediatamente fuera del edificio en donde estaba localizado el altar del sacrificio, se encontraba el patio de los sacerdotes. Justo más allá de este estaba el patio de los varones, y rodeando a este estaba el patio de las mujeres. Todos juntos formaban el patio de los israelitas.

Separado del patio de los israelitas por otra pared con portones vigilados se encontraba el patio exterior, el patio de los gentiles. En cada portón de esta pared de separación se encontraba un rótulo que les advertía a los gentiles de no ingresar más allá so pena de muerte. Y lo peor es que estaba por lo menos a 30 metros del altar, y algunas veces a una mayor distancia en la mayoría de los lugares, y detrás de una pared. Mientras que algunos gentiles podían escuchar lo que sucedía dentro, nadie podía mirar el interior. Además de eso, algunas personas creen que a los cambistas y a los que vendían animales se les permitía montar sus tiendas en este patio durante las festividades santas para así restringir aún más la oportunidad de que los gentiles pudieran adorar al Señor. Jesús citó el anterior pasaje de Isaías al condenar a los judíos por hacer eso.

Ahora Pablo estaba diciendo que los gentiles serían elevados a un nivel de igualdad junto con los judíos, “Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes que en otro tiempo estaban lejos, han sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Efesios 2:13).

Los Gentiles Reciben el Espíritu Santo

En el Libro de los Hechos encontramos dos ocasiones en las cuales los nuevos creyentes hablaron en lenguas. En ambos casos había gentiles en presencia de judíos. En Hechos 10 vemos que fueron los invitados en casa de Cornelio, y en Hechos 19:6, fue un grupo de personas procedentes de Éfeso, parte de la moderna Turquía. Hechos 10:45-46, nos dice, “Y los fieles de la circuncisión (judíos) que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios”.

Hechos 19 es similar. Yo creo que estas dos experiencias fueron anotadas para el propósito expreso de mostrarles a los judíos de que los gentiles podían recibir el Espíritu Santo como ellos lo habían recibido así como lo explica Hechos 10:45. Dios estaba asegurándose de que en la Iglesia ambos eran iguales. Estos son los únicos dos lugares mencionados en el Libro de Hechos en donde el hablar en lenguas va acompañado de la salvación. (Es interesante que uno de estos casos sucedió antes de que los creyentes fueran bautizados y el otro después).

Por medio de la Iglesia, judíos y gentiles serán uno solo en Cristo (Gálatas 3:28). Servirán como los mejores ejemplos y los más grandes de las riquezas incomparables de la gracia de Dios. Su obra de arte, Su obra maestra (Efesios 2:6-10). Todas sus imperfecciones serán eliminadas y finalmente serán lo que Dios quiso que fueran, tan perfectos como Él es, inmortales e incorruptibles (1 Corintios 15:53). Y no era que los gentiles serían parte de Israel, o, que la Iglesia reemplazaría a Israel, sino que todas las personas que acepten a Jesús como su Señor se convertirán en parte de la Iglesia, ya sean judíos o gentiles, y tendrán un destino diferente aparte de los dos.

Su hogar eterno también será una obra de arte, hecho del oro y las piedras preciosas más finas, construyéndose durante 2000 años. Nada impuro jamás entrará allí, como tampoco allí habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor (Apocalipsis 21). Todos serán coherederos con Cristo (Gálatas 4:4-7) y corregentes con Él (Apocalipsis 5:10), morando en Su presencia para siempre en un estado perpetuo de bendición. Ni aun durante lo más grandioso de la gloria que tuvo Salomón, jamás el mundo ha conocido lo que el Señor tiene planeado para la Iglesia. Y está disponible para judíos y gentiles por igual.

Así que el misterio de Pablo no solamente era que el Señor les extendiera la mano a los gentiles, sino que Él además lo haría de manera suntuosa. Esto es lo que Pablo escribió:

“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (1 Corintios 2:9-10).

Era obvio para todas aquellas personas que leen la Biblia que Dios incluiría a todas las naciones en Su plan de salvación. Pero no fue sino hasta que Dios se lo reveló a Sus santos apóstoles y profetas, que ninguna persona en la tierra jamás se imaginó lo que eso significaría para nosotros. Ese era el misterio de Pablo.


Revista En La Calle Recta — Diciembre 2014


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La ECR propone un diálogo abierto y sincero con católicos y no católicos, a la luz, siempre, de la Palabra de Dios. Nuestro testimonio no se fundamenta en vanas especulaciones filosóficas, experiencias místicas, en ni un mero conocimiento académico. Sino en el llamamiento de Dios por Su Palabra, por pura gracia y por medio de la sola fe en el único y suficiente sacrificio de su Hijo Jesucristo, quién nos rescató de las tinieblas y nos trasladó a su luz admirable.

Temas incluidos en esta edición:

Editorial 
Jacob en la escuela de Dios 
Venga tu reino 
La fe de Tomás 
Problemas familiares (B) (Números) 
El testimonio de sus cartas 
Los jóvenes 
El Espíritu Santo es Dios 
Ante el trono de Dios 
Sobre monjes y monjas (2ª parte) 
No hagas de tu mente un estercolero 
Hebreos 6:1-20 

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Revista En La Calle Recta — Junio 2014

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Temas incluidos en esta edición:

Editorial
La vida de Jacob: Un parto complicado 
Padre nuestro que estás en los cielos 
La resurrección de Cristo: hecho y significado  
Una promesa (y juicio) para el pueblo (Números)  
El testimonio de sus cartas 
Tomando café con 
Dios subió en medio de aclamación 
Hebreos: Tercera exposición 
Aplicaciones a Hebreos capítulo 5 
La gran fiesta 
La confusión entre la inmaculada concepción de María y su virginidad 
Firmes y constantes


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viernes, 14 de julio de 2017

Características Generales del Reino Mesiánico


"El Reino Pacífico", por Edward Hicks. 


Un gran número de los profetas del Antiguo Testamento dirigió su atención a los detalles del Reino Mesiánico, proporcionando una visión general y comprensiva de la vida durante esa época. Esta sección estará dedicada a aquellos pasajes que se ocupan de las características generales del Reino Mesiánico, que serán ciertas para los judíos y gentiles por igual.

A. Salmo 15:1-5

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?  ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.

Este pasaje describe la rectitud que caracterizará a un ciudadano en el Reino. Aunque no todos los individuos en el Reino se caracterizarán necesariamente con esta clase de rectitud, la mayoría sí lo serán. 

B. Salmo 24:1-6

De Jehová es la tierra y su plenitud;  El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos. ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

Este pasaje describe el establecimiento del Reino y la rectitud que caracterizará a un hombre que estará relacionado correctamente con Dios en esa época. 


C. Isaías 2:2-4

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

En este pasaje, Isaías describe una de las características principales del Reino Mesiánico, la de la paz universal. Mientras que las diferencias entre naciones surgirán, tales diferencias ya no serán dirimidas por conflictos militares, sino sólo por la Palabra del Señor desde Jerusalén. Aun el arte de la guerra será olvidado.


D. Isaías 11:6-9

Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

La paz universal descrita en el pasaje anterior se extenderá incluso al reino animal. Todos los animales regresarán al estado edénico y se convertirán en vegetarianos (vs. 6-7). Los más antiguos enemigos, el hombre y la serpiente, serán capaces de vivir en compatibilidad en aquel día (v. 8), porque el conocimiento de Dios se impregnará a lo largo de todo el mundo, afectando al hombre y a los animales por igual (v. 9).


E. Isaías 65:17-25

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.

Este pasaje comienza con el anuncio de la creación de cielos nuevos y una tierra nueva (v. 17). Estos cielos nuevos y tierra nueva no deben ser confundidos con los de Apocalipsis 21-22. El último describe los cielos nuevos y la tierra nueva del Orden Eterno, mientras que el pasaje de Isaías describe los del Reino Mesiánico, el cual será una renovación de los cielos y tierra actuales. Los de Apocalipsis no son una renovación, sino todo un nuevo orden. Por lo tanto, para el Milenio, habrá una renovación total de los cielos y la tierra. El hecho de que se usa el término crear, muestra que ésta será una renovación milagrosa, posible sólo para Dios. El resultado de esta renovación será una continuación de muchas cosas del orden antiguo y un número de cosas nuevas. Un buen ejemplo de lo antiguo y de lo nuevo va a ser visto en lo que las Escrituras dicen acerca de la Tierra de Israel. Israel también va a sufrir el proceso de renovación. Algunas cosas del orden antiguo permanecerán, tales como el Mar Mediterráneo y el Mar Muerto. Pero un número de cosas serán totalmente nuevas, tales como la excesiva montaña elevada (la más alta del mundo) en el centro del país. Tras este anuncio de cielos nuevos y una tierra nueva, hay una descripción de la Jerusalén milenial (vv. 18-19). La Jerusalén milenial será estudiada en detalle en el capítulo 19, Israel en el Reino Mesiánico.

El versículo 20 es especialmente significativo, ya que discute la vida y la muerte en el Reino. Este versículo enseña varias cosas. Primera: ya no habrá ninguna mortalidad infantil en el Milenio; todo aquel que nazca en el Reino alcanzará una cierta edad. Segunda: la edad específica en la que uno puede morir es la edad de cien años. Con la mortalidad infantil removida, todo aquel nacido en el Milenio vivirá al menos hasta su centésimo año de vida. Debido a la prolongación de la vida en el Milenio, aquéllos que mueran a la edad de cien años serán considerados como habiendo muerto jóvenes. Tercera: este versículo limita a las personas que mueran a la edad de cien años a aquellas que son pecadoras; es decir, los incrédulos, pues sólo ellos serán considerados malditos. Así que, entonces, la muerte en el Reino será sólo para los incrédulos. 

Comparando este pasaje con lo que es declarado acerca de la salvación en otros pasajes, todo el concepto de la vida y la muerte en el Reino puede ser resumido a continuación. Cuando el Reino comience, todos los hombres naturales, tanto judíos como gentiles, serán creyentes. Los judíos en su totalidad serán salvos justo antes de la Segunda Venida del Mesías. Todos los incrédulos gentiles (cabros) morirán durante el intervalo de 75 días entre la Tribulación y el Milenio, y sólo los creyentes gentiles (ovejas) serán capaces de entrar al Reino. Sin embargo, en el proceso de tiempo, habrá nacimientos de judíos y gentiles en el Reino. Estas personas naturales recién nacidas continuarán heredando la naturaleza pecaminosa de sus padres naturales y también tendrán necesidad de regeneración. Aunque Satanás está confinado, reduciendo así la tentación, la naturaleza pecaminosa es muy capaz de rebelarse contra Dios aparte de la actividad satánica. Al tiempo, habrá personas no salvas viviendo en el Reino con necesidad de regeneración. Como en el pasado, los medios de salvación serán por gracia a través de la fe y el contenido de la fe será la muerte del Mesías por el pecado y Su posterior resurrección. Los nacidos en el Reino tendrán hasta su centésimo año para creer. Si no lo hacen, morirán en su centésimo año. El incrédulo no podrá vivir después de su primer siglo de vida. Sin embargo, si creen, vivirán a lo largo del Milenio y nunca morirán. Por lo tanto, la muerte en el Milenio será sólo para los incrédulos. Esa es la razón por la que la Biblia en ninguna parte habla de una resurrección de santos mileniales. Esta es la razón por la que se dice que la resurrección de los santos de la Tribulación completa la primera resurrección (Ap. 20:4-6). También es evidente por el Nuevo Pacto de Jeremías 31:31-34 que no habrá incrédulos judíos en el Reino, todos los judíos nacidos durante el Reino aceptarán al Mesías antes de su centésimo año. La incredulidad será sólo entre los gentiles y, por lo tanto, la muerte existirá sólo entre los gentiles.

Los versos 21-24 continúan describiendo la vida en el Reino como un tiempo de paz y prosperidad personal. Será un tiempo para edificar y plantar. Al que construya y plante se le garantiza el disfrute de las labores de sus manos, porque muchos de los efectos de la maldición serán removidos (vv. 21-22a). La vida estará caracterizada por la longevidad (v. 22b), ausencia de calamidad y agitación (v.23) y respuesta instantánea de Dios (v. 24). Al igual que en Isaías 11:6-9, el reino animal estará en paz entre sí y con el hombre (v. 25).


F. Miqueas 4:1-5

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.

Los tres primeros versos de este pasaje son los mismos que se encuentran en Isaías 2:2-4, que hablan del Monte de la Casa de Jehová convirtiéndose en el centro de atención de la población del mundo gentil; el Reino caracterizándose como un tiempo de enseñanza mesiánica y la ausencia de guerra mientras la paz universal permea a todo el Reino. Miqueas añade que el Reino será un tiempo de paz y prosperidad personal (v. 4), con la completa lealtad de Israel hacia Dios (v. 5).

Resumen

Para resumir las características generales del Reino Mesiánico, será un tiempo cuando Satanás estará atado, lo que causará una reducción del pecado y la muerte, aunque ninguno de estos dos será eliminado en ese tiempo. Éste será un tiempo de prosperidad universal y personal y de paz entre el hombre y el hombre, entre animal y animal y entre el hombre y el animal, con muchos (pero no todos) de los efectos de la maldición removidos. Será una época caracterizada por la verdad, santidad y rectitud, con la justicia siendo dispersada continuamente desde Jerusalén. Será un tiempo de labor en edificar y plantar, con resultados garantizados y disfrute prometido de estas labores.

Si desea obtener información adicional acerca de este tema, visite nuestra sección:
Premilenialismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
General Characteristics of the Messianic Kingdom
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