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jueves, 6 de febrero de 2020

Un Modelo para el Discipulado Balanceado

Por Dr. Charles C. Bing



Los cristianos están de acuerdo en que Jesús nos mandó a hacer discípulos en Mt. 28:18-20. Pero hacer discípulos tiene diferentes significados para diferentes personas. ¿Cómo podemos saber cuándo hemos hecho un discípulo? ¿Es alguien que ha pasado un curso o una serie de cursos de discipulado? ¿Es alguien que ha aprendido la doctrina bíblica? ¿O hemos hecho un discípulo cuando le enseñamos a alguien a tener un tiempo de meditación o devocional?

Una encuesta de los programas de discipulado, cursos, y libros demuestra las diferentes opiniones acerca de lo que significa hacer discípulos. Algunos nunca clarifican lo que están tratando de producir, y rápido se vuelve evidente que existen diferentes maneras de llegar allí. Algún material está altamente orientado hacia el conocimiento de la doctrina o de la Biblia. Otros escogen un enfoque hacia hábitos de disciplina como orar, estudio bíblico, y evangelismo. Aun así, otros materiales se pueden enfocar en las relaciones o en el carácter.

Un elemento que parece faltar consistentemente en los materiales de discipulado es una adecuada motivación. Tal vez ésta es la razón por la que muchos que pasan los cursos de discipulado fallan cuando tratan de cumplir con su compromiso. Jesús le puso un gran precio al discipulado. Los discípulos deben estar motivados a pagar el precio. Cuando Jesús explicaba acerca del discipulado, Él constantemente hablaba de bendiciones, consolaciones, recompensas, y significado eterno. Un discípulo verdaderamente motivado va a vencer todos los obstáculos para aprender la doctrina y la Biblia, va a hacer las disciplinas necesarias, y va a desarrollar las relaciones necesarias.

Aquí es donde entra la gracia. La gracia de Dios que nos da la salvación es la motivación para seguir a Cristo como discípulos. Tristemente, muchos o la mayoría de los materiales parecen omitir una aplicación constante de las bendiciones de la gracia para la vida y crecimiento del cristiano. Sin embargo, Jesús incorporó la gracia en Sus enseñanzas de discipulado como una motivación. Él habló de las recompensas temporales y eternas, una rendición de cuenta en el futuro para nuestras obras (en el Tribunal de Cristo), y un significado eterno (Mt. 10:37-39; 16:24-27; Mr. 10:28-31; Lc. 9:23-26; Jn. 8:31-32).

Para hacer un discípulo, debemos empezar pensando en el final. En Mt. 10:25, Jesús dice, “Bástale al discípulo ser como su maestro”. Nuestro objetivo debe ser hacer que el discípulo se parezca a Cristo. Los programas de discipulado, cursos, o materiales deben producir un seguidor de Cristo comprometido, quien está cimentado en la gracia, y por lo tanto, está motivado a crecer en las características de un discípulo como lo enseñó nuestro Señor.

Con eso en mente, aquí hay un modelo de cuatro partes para un discipulado balanceado:

1. ¿En qué quiere Dios que yo me convierta? Esto involucra una transformación mientras el discípulo se hace más como Jesús en su carácter interior.

2. ¿Qué es lo que Dios quiere que conozca? La información que se provee en forma de doctrina y el conocimiento de la Biblia son necesarios para vivir una vida piadosa.

3. ¿Qué es lo que Dios quiere que haga? No podemos tener un verdadero discipulado sin disciplina, aunque podemos tener disciplina sin discipulado. El enfoque aquí es en la aplicación de la verdad en la vida y el comportamiento.

4. ¿Qué es lo que Dios quiere que disfrute? Aquí está la motivación para el discipulado continuo mientras el discípulo obtiene una perspectiva eternal a través de la apreciación de la gracia de Dios.

Conclusión

El discipulado es más que conocimiento. Es más que hacer. Es conocimiento, y hacer, y ser por las razones correctas. Esas razones son la respuesta del cristiano a la gracia de Dios. Sabemos que estamos produciendo discípulos de Cristo cuando vemos gente balanceada en la apariencia de Cristo a través de la transformación, la información, la aplicación, y la motivación. Tal discípulo va a producir discípulos similares.


Fuente: 

jueves, 16 de enero de 2020

Características de una Iglesia Orientada en la Gracia

Por Dr. Charles C. Bing


Muchas iglesias creyentes en la Biblia hablan acerca de la gracia. ¿Pero la practican consistentemente? Aquí hay algunas cosas que deben caracterizar a una iglesia que sigue los principios bíblicos de la gracia. Los pasajes bíblicos relevantes para el estudio se listan a continuación.

1. La Gracia Gratuita se enseña y se predica consistentemente. Una iglesia orientada hacia la gracia motiva la predicación clara del evangelio de que somos salvos por gracia y nada más, a través de la fe en Cristo y nada más. Su mensaje del evangelio no implica hacer compromisos con Dios o hacer buenas obras para poder ser salvos, o hacer lo mismo después para validar que hemos sido salvos. La garantía de la salvación está disponible para todos los que creen en la promesa de Dios. De la misma manera, nuestro subsecuente crecimiento se basa en la gracia tal y como nuestra salvación inicial (Ef. 2:8-9; Jn. 1:16; Tit. 2:11-12).

2. Las personas son motivadas a crecer en la gracia. La gracia les da a las personas motivación para crecer y espacio para cometer errores mientras los guía gentilmente a la madurez. Éste es el proceso del discipulado. Crecer en la gracia tiene como objetivo llegar a ser como Cristo. Una iglesia que toma en serio su papel de hacer discípulos va a ayudar a las personas a crecer profundamente en su vida cristiana (Ef. 4:17; Col. 2:7; 1 Pe. 2:1-3; 2 Pe. 3:18).

3. La gracia es la motivación principal para la vida cristiana. Existe un acercamiento positivo al ministerio que motiva a las personas a crecer por gracia y no en base a la culpa. La predicación y la enseñanza no hacen que las personas sientan una culpa innecesaria. En lugar de enfatizar lo que estamos o no haciendo, la gracia se enfoca en lo que somos en Cristo Jesús. Esto nos motiva a vivir como lo que somos: hijos de Dios grandemente bendecidos (Ro. 12:1-2; Gá. 2:20-21; Ef. 4:1).

4. Las personas son aceptadas tal y como son. Una iglesia debe de ser un modelo del mismo amor de Dios y de Sus gentiles acciones hacia las personas. Aunque todos somos diferentes y estamos propensos a pecar, Dios nos acepta porque somos Sus hijos en Cristo. Una iglesia orientada hacia la gracia muestra aceptación a las personas no sólo cuanto estas vienen a Cristo para salvación, pero también cuando ellos tratan de vivir la vida cristiana. Este tipo de iglesia acepta las diferentes culturas, personalidades, opiniones, talentos, asuntos cuestionables, y preferencias personales porque Dios ha aceptado a esa persona (Ro. 14:1-13; 1 Cor. 13:4-7; Ef 1:6).

5. Se evitan los extremos liberales y legalistas que no son bíblicos. La gracia no se pervierte en una excusa para hacer lo que nos plazca, llamándola licencia. La Biblia dice que la gracia nos enseña a vivir vidas piadosas. La perversión contraria de la gracia, el legalismo, implica que debemos adherirnos a estándares que no son bíblicos o hechos por los hombres para ser aceptados por Dios. Una iglesia puede ejercer una abierta presión o una presión sutil para conformarnos externamente a estándares artificiales. Pero una iglesia orientada hacia la gracia sostiene las claras enseñanzas bíblicas, es flexible en los asuntos que no son claros, y nunca permite que el gobierno humano esté por encima de la autoridad de la Escritura (Mr. 7:1-23; Ro. 6; Col. 2:20-23; Tit. 2:11-12).

6. La libertad está balanceada por el amor. La gracia nos libera para amar y servir a Dios, lo que significa que debemos amarnos y servirnos unos a otros. Una iglesia orientada hacia la gracia enseñará cómo balancear la gozosa libertad de la vida cristiana con un amor por Dios y otros. Esto significa que en áreas de consciencia o cosas cuestionables, se nos motiva a controlar nuestras actividades, al pensar cómo puede afectar a otros y al actuar sólo por amor. Somos motivados a usar nuestra libertad para servir a otros. Ro. 14; 1 Cor. 8, 23-33; Gá. 5:13-14).

7. Existe un énfasis en ser, no en hacer. Estar activos no significa ser piadoso; piadoso es ser piadoso. Y la piedad empieza en el corazón cuando entendemos cómo somos hechos hijos de Dios por medio de la fe en Cristo. La iglesia orientada hacia la gracia motiva a la piedad poniendo el énfasis en el crecimiento de nuestra relación personal con Dios. El ministerio y el servicio nacen del gozoso deseo de honrar a Dios, no de la creencia equivocada de que Dios no está contento a menos que nosotros estemos ocupados (Lc. 10:38-42; Ef. 5:1-2; Col. 2:6-7; 2 Pe. 1:2-11).

8. Existe un sincero deseo de compartir el mensaje de la gracia con el mundo. Aquellos que han sido bendecidos gratuitamente deben de estar dispuestos a compartir sus bendiciones con otros. El "Dios de toda gracia" desea que todos los hombres sean salvos a través de Su provisión en Cristo. Si una iglesia está buscando el corazón de Dios, ellos van a estar activamente llevando el evangelio de la gracia a todo el mundo, porque eso es lo que está en el corazón de Dios (Mt. 28:18-20; Jn. 17:18; Hch. 1:8; 1 Tim. 1:12-16, 1 Tim. 2:1-7).

9. Aquellos que pecan son tratados bíblicamente. La realidad del pecado en los cristianos se entiende y se atiende bíblicamente. Se enseñan la confesión personal y la restauración. Los pecados públicos o de naturaleza escandalosa se tratan por la iglesia con amor y en oración con el objetivo de restaurar al ofensor a una total comunión con Dios y la iglesia. La iglesia orientada hacia la gracia refleja un ambiente de sanidad en lugar de un espíritu de condenación y crítica (Mt. 18:15-20; 2 Cor. 2:6-8; Gá. 6:1; 2 Tes. 3:6-15).

Conclusión

Algunas iglesias ya son un modelo de las características de una iglesia orientada hacia la gracia. Seguramente otras más también pueden serlo. Los cristianos que quieren una iglesia local que refleje constantemente las doctrinas de la gracia se beneficiarán si buscan esas características. Los cristianos que ya asisten a una iglesia no deben usar las características anteriores para condenar groseramente las debilidades de una iglesia. Más bien, deben motivar gentil y amorosamente a la iglesia a luchar por estos objetivos. La mejor manera de ayudar a una iglesia a convertirse en una iglesia orientada hacia la gracia es hacer que la gente vea estos principios obrando en nuestras vidas primero.


Fuente:

jueves, 9 de enero de 2020

Motivaciones para Servir a Dios

Por Dr. Charles C. Bing



¿Por qué los cristianos servimos a Dios? ¿Por qué debemos servir a Dios? Tal vez muchos nunca se han detenido a pensar en sus motivos. Aunque no necesitamos entender nuestros motivos para servir a Dios o crecer en devoción, mientras más estemos conscientes de ellos, mejor vamos a servir a Dios como Él se merece. Los motivos comúnmente son difíciles de discernir y a veces se empalman, pero la Biblia claramente dice que los cristianos pueden estar sirviendo por motivos dignos o indignos.

Motivaciones ilegítimas que no son bíblicas

Algunas motivaciones no son dignas de Dios o de los cristianos. Aunque el servicio puede venir de aquellos que están motivados erróneamente, en realidad ellos no están sirviendo a Dios, sino a sí mismos.

1. Legalismo: Algunas personas pueden tratar de servir a Dios con la esperanza de que esto les otorgará la vida eterna o que va a ayudarles a retenerla. Por supuesto, esto es contrario a la gracia de Dios para salvación y santificación (Ef. 2:8-9; Gá. 3:1-9).

2. Falsa culpa: La falta de confianza en que Dios va a perdonar sus pecados puede hacer que algunos traten de servir a Dios para borrar su culpa, como obras de penitencia. Pero esto ignora la promesa de Dios del perdón completo para todos los que confiesen sus pecados (Col. 2:13; 1 Jn. 1:9).

3. Egoísmo: Las ganancias financieras, la preeminencia, el poder, o el auto engrandecimiento pueden motivar a algunos a tratar de servir a Dios. Obviamente, sólo están sirviendo para sus deseos egoístas. La Biblia tiene ejemplos de los que se motivaron de esa manera (Mt. 6:1-6; Mr. 12:28-40; Fil. 1:15-18; 3 Jn. 9; 2 Pe. 2:14-15). El apóstol Pablo enseñó acerca de estos motivos (2 Cor. 4:2-5; Gá. 1:10; 1 Tes. 2:3-6; 1 Tim. 6:1).

Motivaciones legítimamente bíblicas

La Biblia presenta algunas motivaciones poderosas y claras para el servicio y la vida piadosa. Los buenos motivos se pueden superponer, y algunos parecen en principio ser más altos que otros. Aquí hay cinco motivos fácilmente identificables en el Nuevo Testamento ordenados por prioridad.

1. Amor: Esto incluye, en primer lugar, un amor por Dios, acompañado de amor por otros (Mt. 22:37-39). Un cristiano motivado por amor hace obras para el beneficio del Amado. El amor a Dios a menudo se demuestra obedeciendo ( Jn. 14:21; 1 Jn. 5:2). El amor se expresa en un deseo de glorificar (Jn. 12:27-28), agradar ( Col 1:10, Col 3:20; 1 Ts 4:1), y conocer a Dios ( Fil. 3:10-14; 1 Jn. 4:16). El amor a Dios también puede significar amor hacia lo que Dios ama, por eso amamos a otras personas ( 2 Cor. 5:14, 2 Cor. 12:15; 1 Jn. 4:11, 1 Jn. 5:2).

2. Agradecimiento: Porque nos beneficiamos de las acciones de Dios, nuestro deseo debe ser responder con gratitud. Nuestro servicio y nuestra vida se convierte en un “Gracias” a Él. En vista de las bendiciones de Dios, estamos motivados para ofrecerle nuestros cuerpos (Ro. 12:1-2) y a vivir para Él (Gá. 2:20). Pablo estaba motivado a servir a Dios con acción de gracias (1 Tim. 1:12).

3. Importancia Eterna: Podemos estar motivados por el deseo de cumplir nuestro deseo de trascender más allá de esta vida temporal de acuerdo con el propósito original de Dios. Dios nos creó para participar en Su gobierno sobre la tierra (Gn. 1:26-28). Esto se va a cumplir cuando venga Su reino, pero depende de qué tan fieles seamos en nuestras responsabilidades en esta vida (Mt. 19:27-30; Lc. 19:11-27) o nuestra fidelidad en las dificultades (Ro. 8:17; 2 Tim. 2:12). El deseo de disfrutar la herencia que ganemos nos debe de inspirar a tener una conducta piadosa (1 Cor. 6:9-11; Gá. 5:21; Ef. 5:5). El libro a los Hebreos promete que los que sean fieles van a compartir con Cristo su gobierno futuro (Heb. 1:14; 3:14; 4:1; 4:9;  6:11-12). El significado eterno puede empezar cuando nos comprometemos a servir a Cristo en esta vida (Mt. 10:38-39; 16:24-27; Lc. 9:23-26).

4. Recompensas: También podemos motivarnos por las recompensas dadas por Dios en esta vida ( Mr. 10:28-31) y en la eternidad ( Mt. 16:27; Ap. 22:12). El Tribunal de Cristo es la escena de las recompensas futuras. Allí todos los cristianos van a comparecer y dar cuentas ( Ro. 14:10-12; 2 Cor. 5:10; 1 Cor. 3:9-13). Las recompensas eternas incluyen tesoros ( Mt. 6:20) y coronas ( 1 Cor. 9:25; 1 Pe. 5:4; 2 Tm. 4:8). La motivación también puede ser la posibilidad de perder nuestras recompensas eternas ( M.t 22:1-14, Mt. 25:14-25; Lc. 19:11-27; 1 Cor. 3:12-15). Las recompensas no son una motivación egoísta si nuestro objetivo final es usarlas para la gloria de Dios.

5. Obligación: Algunos cristianos van a servir a Dios porque han hecho un compromiso para servirle, o porque ellos están viviendo para lo que Dios los ha llamado a hacer. La obligación no espera una recompensa, pero se hace por el compromiso (Lc. 17:7-10). Esto se ve en el mismo compromiso de Jesús de hacer los que Dios lo llamó a hacer (Mr. 1:38; Jn. 12:27, Jn. 17:4; Heb. 2:17, Heb. 5:5-10). Pablo estaba motivado a vivir su llamado de ser un apóstol para los gentiles (Hch. 20:24; 2 Tim. 1:1, 2 Tm 1:11, 2 Tim. 2:7). Los cristianos también se pueden sentir obligados a ser fieles administradores de sus dones (Ro. 12:6-8; 1 Tim. 4:14; 1 Pe. 4:10-11) o del evangelio (1 Cor. 9:17-18; Col. 1:25; 1 Tim. 1:11, 1 Tim. 1:18, 1 Tim. 6:20; 2 Tim. 1:14, 2 Tim. 2:2; Tit. 1:3).

6. Temor: Esta motivación es inferior al amor (1 Jn. 4:18) pero puede motivar a los cristianos a mantenerse alejados del pecado o la infidelidad y mantener una conducta piadosa. Uno puede temer a un resultado negativo en el Tribunal de Cristo (Stg. 2:13; 3:1) lo que también puede incluir vergüenza (2 Tim. 2:15; 1 Jn. 2:28) o la pérdida de las recompensas (1 Cor. 3:13-15, 1 Cor. 9:27). Los cristianos también pueden tener miedo a la disciplina temporal de Dios (1 Cor. 5:5, 1 Cor. 11:29-32; Col. 3:23-25; 1 Tim. 4:14; Stg. 5:15-16, Stg. 5:19). El libro de Hebreos utiliza efectivamente cinco espantosas advertencias para motivar a sus lectores a alejarse de la apostasía y a que maduren (Heb 2:1-4;  3:7-4:13; 6:1-12; 10:26-31; 12:25-29). También existe un aspecto positivo del temor en el sentido de reverencia, que también es una motivación para los cristianos (Hch. 10:2; 2 Cor 7:1; Ef. 5:21; Fil. 2:12; Heb. 12:28).

Conclusión

Así como existen motivaciones ilegítimas que no son bíblicas para servir a Dios, también existen motivaciones legítimamente bíblicas. Deberíamos aprender a buscar las motivaciones más altas en nuestro servicio. También debemos aprender a motivar a otros para servir a Dios o para vivir una vida piadosa con las mejores motivaciones. Es saludable evaluar lo que nos motiva a servir a Dios o a vivir una vida piadosa para que podamos servirle mejor.

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lunes, 6 de enero de 2020

La Fe y las Obras en Santiago 2:14-26

Por Dr. Charles C. Bing



¿Enseña este pasaje que las obras son un componente necesario para la salvación? Muchos responderían que Santiago no está diciendo que las obras son un requerimiento necesario para la salvación, sino que un resultado necesario de la salvación. Otros objetan que esto sigue haciendo que la salvación dependa de las obras. ¿Cómo se puede reconciliar este pasaje con la salvación sólo por gracia que nos enseña Pablo en Romanos 3-5 y Efesios 2? Veamos las siguientes observaciones:

1. Existen todas las indicaciones de que los lectores eran cristianos. Ellos nacieron de arriba (1:18), poseían la fe en Cristo (2:1), y se llamaban hermanos (1:2, 1:19; 2:1, 2:14; 3:1; 4:11; 5:7, 5:10, 5:12, 5:19).

2. El hipotético “alguno” de 2:14 se identifica como “alguno vosotros” en 2:16. Santiago supone que podría haber individuos entre sus lectores cristianos que pueden tener fe sin obras.

3. El contexto está encerrado por el tema del juicio (2:13; 3:1). El único juicio para los cristianos es el Tribunal de Cristo, que está basado en las obras del creyente o en la falta de éstas (1 Cor. 3:13; 2 Cor. 5:10). Esto se ajusta exactamente a la preocupación de Santiago.

4. La palabra “salvo” se usa a menudo para los cristianos cuando son librados de algún destino indeseable (1 Cor. 5:5). Santiago utiliza esta palabra para el posible destino de un cristiano en 1:21; 5:15, 5:20. Se  usa en 2:14-26 para referirse a un cristiano que es librado del indeseable destino de que se quemen sus obras en el Tribunal de Cristo (1 Cor. 3:12-15) y perder sus recompensas (2 Juan 7-8). Por eso el provecho del que habla Santiago no es la salvación, sino las ventajas acumuladas en esta vida y la siguiente.

5. Santiago no está preocupado con la realidad de la fe de sus lectores, sino con la calidad (1:3, 1:6; 2:1; 5:15) y la utilidad (1:12, 1:26; 2:14, 2:16, 2:20) de su fe. Santiago no está diciendo que la fe se va a manifestar a sí misma con obras, pero que sin obras la fe es inútil o sin provecho en esta vida y la siguiente. El mayor deseo de Santiago es que los lectores se conviertan en “hacedores de la Palabra” (1:22) que es lo mismo que “hacedores de obras” para ser “bienaventurado en lo que hace” (1:25). Por ejemplo, la fe que persevera en los problemas obtendrá una recompensa de Dios (1:3-12); y la fe que es misericordiosa hacia otros recibe la misericordia de Dios en el Tribunal de Cristo (2:8-13). Pero la fe que no trabaja es "inútil" para recibir estas bendiciones e “inútil” para ayudar a otros (1:26; 2:20). Por lo tanto, la palabra “muerta” debe entenderse como inútil o infructuosa en lugar de no-existente.

6. En 2:19 la fe de los demonios también demuestra la inutilidad de la fe sin obras. Su fe no los puede salvar de ninguna manera, porque es sólo una fe en el monoteísmo, no una fe en Jesucristo. El punto de esta mención es que, debido a que ellos “sólo” tiemblan, no hacen ninguna buena obra para aliviar su terrible juicio. Su fe es inútil para ellos.

7. Muchos reconocen que cuando Santiago habla de ser “justificados por obras” (2:21, 2:24, 2:25), no está hablando de la justificación imputada que nos salva eternamente como la usa Pablo (Ro. 3:24; 4:5). Esto sería una contradicción en la Biblia. Santiago está hablando de una vindicación delante de los demás. Pablo reconoce este uso de la palabra 'justificación' en Ro. 4:2. Existen dos tipos de justificación en la Biblia. Una relacionada con la justicia práctica que nos vindica delante de las personas. La otra relacionada con la justicia judicial que nos vindica delante de Dios. Santiago obviamente usa el sentido práctico porque Abraham fue justificado judicialmente en Génesis 15:6 (2:23), antes de que ofreciera a Isaac en Génesis 22 (2:21). Su vindicación delante de los demás se ve cuando ellos le llaman “amigo de Dios” (2:23). Por lo tanto, la fe de Abraham fue “hecha perfecta” o maduró al ser demostrada (2:22).

8. En 2:26 Santiago no está diciendo que la fe fortalece las obras, sino que las obras fortalecen la fe. Son las obras que hacen que la fe sea útil, así como el espíritu hace que el cuerpo sea útil. El problema no es si la persona tiene fe o no, sino cómo puede hacer que la fe le aproveche o que le sea útil al cristiano.

Conclusión

Este pasaje en Santiago está escrito para motivar a los cristianos a hacer buenas obras, las cuales van a hacer que su fe madure y que les aproveche a ellos y a otros. No hay contradicción entre Santiago y Pablo. Cuando Pablo habla de la justificación sólo por medio de la fe, él está hablando de la justicia judicial delante de Dios. Cuando Santiago está hablando de la justificación por la fe con obras, él está hablando de una justificación práctica que se demuestra delante de otras personas. En Romanos 3-5, Pablo está explicando cómo obtener una nueva vida en Cristo. En Santiago, él está explicando cómo hacer que se aproveche esa nueva vida.

Si este pasaje se toma como para demostrar una salvación “real” a través de las obras, entonces inevitablemente las obras se convierten en algo necesario para la salvación — una total contradicción con Efesios 2:8-9. También, no existe ninguna mención de un criterio de exactamente qué tipo o cuántas obras verifican la salvación. Esto abre la puerta al subjetivismo y mina la base objetiva de la seguridad — la promesa de la Palabra de Dios de que todo el que cree en la obra de Cristo será salvo.

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jueves, 2 de enero de 2020

La Condición para ser Salvo en el Evangelio de Juan

Por Dr. Charles C. Bing



Juan es el único libro de la Biblia que aclara que fue escrito con el propósito de traer a las personas a la salvación eterna. La declaración de su propósito en Juan 20:30-31 dice:

Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Por lo tanto, debemos comenzar con Juan para entender cómo podemos ser salvos y examinarlo detenidamente para descubrir la condición para la salvación.

Cómo se presenta la condición

1. La declaración misma del propósito dice que si creemos tenemos vida eterna.

2. El verbo creer se usa 98 veces en el libro de Juan como condición para la salvación. Esto se compara con sólo 34 veces que se usa en los otros Evangelios y 116 veces en el resto del Nuevo Testamento.

3. El resultado consiste de creer es la salvación. Cuando uno cree, uno puede saber que tiene vida eterna como una posesión presente (Juan 5:24; 9:38).

4. El lenguaje figurado que usa Juan para presentar el verbo creer (recibir, mirar, escuchar, entrar, comer, venir) denota receptividad, estar de acuerdo, o confiar. Todas son actividades esencialmente pasivas o simples. Ninguna comunica la idea de mérito, obra, esfuerzo, o logro.

Cómo no se presenta la condición

1. No se usan calificativos con el verbo creer, como creer realmente, creer verdaderamente, o creer genuinamente. Sólo existe un tipo de creer.

2. No se mencionan ninguna otra condición en Juan, como arrepentimiento, rendirse, compromiso, u obediencia

Conclusión

Somos salvos simplemente cuando creemos (confiamos en, aceptamos como verdadero para mi vida) que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador de nuestros pecados. La salvación es absolutamente gratuita y sin ninguna condición de mérito para ganarla.


Fuente:

jueves, 19 de diciembre de 2019

¿Qué es la Teología de la Gracia Gratuita?

Por Dr. Charles C. Bing


Las etiquetas teológicas son una manera conveniente de resumir sistemas de creencias. Muchas etiquetas se han convertido en una parte establecida del dialogo teológico, como Arminianismo, Calvinismo, Amilenialismo, o Premilenialismo. Muchos que han escuchado la etiqueta "Teología de la Gracia Gratuita" se preguntan qué significa. Este es un breve resumen.

1. La Gracia Gratuita enseña que la gracia para la salvación es absolutamente gratuita. Obviamente por aquí es por donde debemos comenzar, aunque no debería ser necesario decirlo ya que la palabra gracia (griego charis) esencialmente significa un regalo gratuito inmerecido. Sin embargo, ya que algunos hablan de una gracia costosa o barata, es necesario clarificar que la gracia es totalmente gratuita. Esto no significa que es gratuita para el que la da, quien en este caso es Dios, pero quiere decir que no se requiere ningún pago o mérito de aquellos a los que se les ofrece, que son todos los pecadores que no son salvos y que no se la merecen. Romanos 3:24 hace una diferencia entre el regalo gratuito del receptor y el costo para el Dador: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

2. La Gracia Gratuita significa que la gracia para la salvación sólo se puede recibir a través de la fe. Ya que nosotros como pecadores no podemos hacer nada para ganarnos la gracia de Dios, se nos ha dado como un regalo que sólo se puede recibir a través de la fe. Por fe (o creer, que es de la misma palabra griega) queremos decir la respuesta humana al aceptar algo como verdadero y digno de creer. Es una convicción, una persuasión interna. Esta definición descarta cualquier otra condición de obras, desempeño, o mérito (Ro. 4:4-5). La fe no se puede definir como obediencia a los mandamientos cristianos, bautismo, rendición, compromiso de la vida de uno a Dios, o alejarse de los pecados. Estas cosas pueden y deberían ser el resultado de la fe, pero en sí mismas son diferentes a la fe, de otra manera la gracia deja de ser gracia (Ro. 11:6). Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe... no por obras...”. La fe es una respuesta simple, pero eso no significa que sea una fácil. Muchos que sostienen la Gracia Gratuita creen que arrepentimiento, como un cambio de parecer o de sentir, se puede usar algunas veces para describir el aspecto de la fe porque viene como una convicción o persuasión acerca de algo. Otros partidarios de la Gracia Gratuita no piensan que el arrepentimiento (como alejarse de los pecados) tenga algún rol en la salvación o en la fe que salva.

3. La Gracia Gratuita cree que el objeto de la fe es el Señor Jesucristo. La fe siempre debe de tener un objeto, porque la fe en sí misma no es la causa efectiva de la salvación (somos salvos “por gracia”), pero es el medio por el cual somos salvos (“por medio de la fe”). El Único que de hecho nos salva es el Señor Jesucristo. Pero no es cualquier Jesús, es Jesús el Hijo de Dios, quien murió por nuestros pecados y resucitó y que garantiza salvación eterna para todos los que creen en Él.

4. La Gracia Gratuita se aferra a la obra terminada de Cristo. La Gracia es gratuita porque Jesucristo hizo toda la obra a nuestro favor. Su proclamación “consumado es” en la cruz significa que Él hizo el pago final y completo por la culpa de nuestros pecados. Esto también significa que no podemos añadir nada a lo que Jesús ya logró. No podemos hacer nada para ganar o retener nuestra salvación. La Gracia Gratuita, por lo tanto, enseña la seguridad eterna para el creyente.

5. La Gracia Gratuita provee la única base para la seguridad de la salvación. Cualquier sistema de creencias que requiera nuestro desempeño no puede dar la seguridad de la salvación. El desempeño humano es subjetivo, variable, impredecible, y siempre imperfecto. La fe debe descansar en Jesucristo y Su promesa como se revela en la Palabra de Dios. La persona y la obra de Cristo y la Palabra de Dios son verdades objetivas que no pueden cambiar. Por lo tanto la Gracia Gratuita ofrece la única base para la seguridad de la salvación.

6. La Gracia Gratuita hace una diferencia entre la salvación y el discipulado. Mientras que algunos sistemas teológicos creen que todos los cristianos son discípulos, la Gracia Gratuita entiende que la condición para la salvación (creer) es diferente a las muchas condiciones para el discipulado (negarse a sí mismo, tomar su cruz, seguir a Cristo, permanecer en Su Palabra, amar a Cristo por encima de la familia, etc.). Ya que la gracia es absolutamente gratuita, no puede demandar esas condiciones o dejaría de ser gracia. La Gracia Gratuita cree que los compromisos del discipulado debe ser el resultado de la salvación, no el requisito. Hacerlos la condición para la salvación inserta las obras y el mérito humano en el evangelio de la gracia.

7. La Gracia Gratuita enseña que la vida cristiana también es por gracia a través de la fe. Ya que somos salvos por gracia y sostenidos por la gracia, también crecemos por gracia, a la cual se puede acceder a través de la fe. La gracia provee para todo lo que necesitamos; todo lo que no merecemos y más. Así como en la salvación, la gracia para crecer está disponible por medio de la fe: “por quien [el Señor Jesucristo] también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes...” (Ro. 5:2; compare Gá. 2:20).

8. La Gracia Gratuita provee la mejor motivación para una vida piadosa. Si la salvación es por el desempeño humano, no existe la seguridad, y si no hay seguridad, una motivación para una buena conducta fácilmente se transforma en lo que hacemos para probar que somos salvos o para evitar el infierno. La culpa, el temor, y las dudas pueden producir una buena conducta, pero no necesariamente una conducta piadosa. Conducirnos piadosamente incluye las motivaciones internas del amor y la gratitud. La seguridad de la gracia de Dios y la obra terminada de Cristo permiten a los cristianos crecer en un ambiente de libertad y amor incondicionales (Tito 2:11-12).

9. La Gracia Gratuita sostiene que el cristiano es responsable. De acuerdo con la Gracia Gratuita, el creyente es liberado de cualquier requisito de la Ley o las obras como la base para la salvación eterna. Pero la Gracia Gratuita también nos enseña que los cristianos deben vivir vidas santas porque: 

1) Debemos de estar agradecidos por lo que Dios ha hecho (Ro. 12:1-2); 
2) Dios quiere que tengamos buenas obras (Ef. 2:10); 
3) Tenemos una nueva posición en Cristo (Ro. 6:1-14); 
4) Tenemos un nuevo Señor: Jesús (Ro. 6:15-23); y 
5) Tenemos un nuevo poder: el Espíritu Santo (Ro. 8:1-11). 

Por estas cosas, la Gracia Gratuita enseña que Dios nos va a pedir cuentas por el tipo de vidas que llevamos. Dios puede disciplinarnos en esta vida (Heb. 12:5-11) y vamos a encarar el Tribunal de Cristo en el futuro en donde los creyentes le van a dar cuentas a Dios (Ro. 14:10-12; 1 Cor. 3:11-4:5; 2 Cor. 5:10). 

En este juicio, los creyentes van a ser recompensados o se les van a negar sus recompensas. De ninguna manera la Gracia Gratuita enseña que los cristianos pueden pecar sin consecuencias.

10. La Gracia Gratuita está comprometida primeramente con una interpretación correcta de la Biblia. Esto debería ser obvio, pero es necesario decirlo porque muchos han forzado sus sistemas teológicos en sus interpretaciones, en lugar de dejar que la Biblia hable por sí misma. El sistema de la Gracia Gratuita es el resultado de un enfoque literal y de sentido llano a la Biblia, que considera las varias formas en las que Dios administra Su plan para el mundo a través de los edades, y el contexto apropiado de cualquier pasaje bíblico. El sistema de la Gracia Gratuita busca ser bíblico sobre todas las cosas. Su primer compromiso no es con un sistema teológico, sino con lo que dice la Biblia, aun cuando algunas cosas en particular no se puedan reconciliar fácilmente con otras enseñanzas o interpretaciones tradicionales. Por lo tanto, la posición de la Gracia Gratuita permite varias interpretaciones de algunos pasajes bíblicos, siempre y cuando sean consistentes con los buenos principios de interpretación de la Biblia y las claras enseñanzas de la gracia gratuita de Dios.

Conclusión

La teología de la Gracia Gratuita empieza con la llana y clara enseñanza de la Biblia de que la gracia es absolutamente gratuita. A partir de allí, las enseñanzas de la Biblia acerca de la salvación, fe, seguridad, garantía, la vida del cristiano, y el discipulado se ven consistentes con la naturaleza incondicional de la gracia. La gracia gratuita de Dios debería motivar a los cristianos a adorar, servir, y a vivir una vida recta para el “Dios de toda gracia” (1 Pe. 5:10) quien “nos amó primero” (1 Jn. 4:19).


Fuente: 
Apuntes sobre la Gracia

Folleto electrónico: No le Pidas a Cristo que Entre en tu Corazón (pdf)

Una respuesta bíblica a la pregunta: "¿Qué debo hacer para ser salvo?"

Por Dr. Dennis M. Rokser 

Haga clic sobre la imagen para descargar el folleto

Este folleto expone uno de los clichés protestantes más utilizados, pero incorrectos, de nuestros días. En ninguna parte de la Biblia se le instruye a alguien a "pedirle a Jesús que entre en su corazón" para ser salvo. Sin embargo, esta instrucción se encuentra en tratados, es leída en libros y escuchada en mensajes evangelísticos. 

Este libro desarrolla siete razones bíblicas por las cuales los perdidos no deberían pedirle a Jesús que entre a sus corazones para ser salvos, sino que proporciona la respuesta bíblica a la pregunta crítica: "¿Qué debo hacer para ser salvo?".


Sobre el Autor

Dennis M. Rokser es pastor de la Iglesia Bíblica de Duluth (Duluth Bible Church) en Duluth, Minnesota, EE.UU., desde 1985. Desde el principio, el énfasis de su ministerio ha sido la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios de una manera clara, correcta y práctica, por medio de una exposición evidente de las Escrituras, versículo por versículo.

Aunque él no estaba ciego a la verdad de la salvación que es solamente por gracia, debido a que fue educado en un hogar religioso, sin embargo, Dennis llegó al punto donde puso su sola fe en la obra consumada de Jesucristo a la edad de 18 años, por medio del testimonio fiel de algunos amigos. Desde entonces, un enfoque del Evangelio de la gracia de Dios ha dominado su enseñanza en cuanto a la salvación, la seguridad eterna, la posición del creyente en Cristo, y el hecho de que vivimos por medio de la gracia, capacitados por el Espíritu Santo.

Dennis comparte su ministerio con Nancy, su esposa, y sus hijos, Ian, David y Sarah.

viernes, 31 de agosto de 2018

Video: Esperanza para Aquellos que Dudan de su Salvación – Parte 1


Sostenidos en las manos de Dios: La doctrina de la Seguridad Eterna. ¿Necesitamos ser salvos una y otra vez? 

El invitado de este programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea también:

»»¿Cómo Podemos Estar Seguros que Pasaremos la Eternidad con Dios? – Parte 1

lunes, 27 de agosto de 2018

Video: ¿Cómo Podemos Estar Seguros que Pasaremos la Eternidad con Dios? – Parte 4


¿Qué enseña la Biblia acerca de ser un cristiano "nacido de nuevo"?

El invitado de este programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí 
Vea la parte 2 »»aquí 
Vea la parte 3 »»aquí

Si desea obtener más información acerca del tema de la salvación, visite nuestra sección:

jueves, 16 de agosto de 2018

Video: ¿Cómo Podemos Estar Seguros que Pasaremos la Eternidad con Dios? – Parte 3


Entendiendo la importancia de la doctrina de la salvación. Si la justicia de Cristo, se aplica a mí legalmente el momento en que pongo mi fe en Él, ¿significa eso que puedo aceptar a Cristo y vivir como el diablo? 

El invitado de este programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí 
Vea la parte 2 »»aquí 

Si desea obtener más información acerca del tema de la salvación, visite nuestra sección:

martes, 14 de agosto de 2018

Video: ¿Cómo Podemos Estar Seguros que Pasaremos la Eternidad con Dios? – Parte 2


Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. ¿Por qué la Gracia es tan maravillosa? 

El invitado de este programa es el Dr. Erwin Lutzer


Vea la parte 1 »»aquí 

Si desea obtener más información acerca del tema de la salvación, visite nuestra sección:

viernes, 16 de marzo de 2018

Folleto: ¿Está Listo para el Regreso del Señor? (pdf)


Haga clic sobre la imagen para ir a la página de descarga


¿Sabía que:
  • No puede ser salvo por nacer en una familia cristiana?
  • No puede ser salvo por realizar ciertos rituales religiosos?
  • No puede ser salvo por realizar buenas obras?
  • No puede ser salvo por evitar ciertos pecados graves?
  • No puede ser salvo por vivir mejor que su vecino?
  • No puede ser salvo por unirse a una iglesia?

Si está confiando en alguno de estos falsos métodos de salvación, entonces usted no está listo para el regreso del Señor.

Entonces,¿que debe hacer con el fin de estar listo para el regreso del Señor? De esto es lo que se trata este folleto. 


El autor, el Dr. David R. Reagan, fundó el Ministerio Cordero y León en 1980, después de pasar 20 años como profesor de Derecho y Política Internacional. El ministerio se especializa en enseñar los fundamentos de la profecía bíblica y proclamar que estamos viviendo en la época del regreso del Señor.

Si el Señor ha puesto en su corazón apoyar nuestra labor, visite la sección Donativos para que conozca cómo podrá hacerlo:

martes, 19 de diciembre de 2017

Video: ¿Cómo Podemos Estar Seguros que Pasaremos la Eternidad con Dios?


¿Por qué es Importante estar seguro dónde pasarás la Eternidad? ¿Podrá la fe que las personas tienen en Dios conseguir que entren en el Cielo? Mateo 7 dice, “Lo siento, jamás os conocí”. ¿Qué habló Jesús acerca de poner la fe en el lugar equivocado?

El invitado de este programa es el Dr. Erwin Lutzer

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martes, 5 de diciembre de 2017

La Reprensión Divina de la Autoridad Religiosa Corrupta


El Papa Francisco I dirige una audiencia de navidad en el salón Clementina, en el Vaticano

Dos corrientes del cristianismo han estado operando lado a lado durante 2,000 años. Una es el Cuerpo de Cristo, la Iglesia Apostólica, que incluye a todos aquellos que han nacido de nuevo con el Espíritu de Dios. Esta iglesia verdadera se aferra a la fe de los apóstoles y se somete a la autoridad de la Escritura. La otra corriente es el cristianismo apóstata; aquellos que profesan a Cristo pero que se aferran a un evangelio diferente y que, por lo tanto, nunca han experimentado el segundo nacimiento (1 Juan 2:19-20).

Dado que la apostasía también ocurrió en el judaísmo, existe una pregunta crítica a considerar. ¿Fue la acción que causó que los judíos se desviaran de la única religión que Dios había ordenado, la misma acción que causó que los apóstatas se desviaran de la única Iglesia que Cristo estableció? ¡Sí! El error fatal común a ambos ocurrió cuando los líderes religiosos reemplazaron la autoridad de Dios con su propia autoridad. Los fariseos usaron la Cátedra de Moisés para distorsionar la Palabra de Dios con sus propias tradiciones y la Iglesia Católica Romana ha usado la Cátedra de Pedro para hacer lo mismo. Es en efecto asombroso ver cómo el clero católico se asemeja a los fariseos del judaísmo del Siglo I. Ambos se corrompieron cuando rechazaron la absoluta autoridad suprema de la Escritura. Mientras que conocemos cómo condenó Jesús a los fariseos hipócritas por su carácter y conducta, sólo podemos adivinar si las mismas reprensiones aplican hoy al clero católico. El terco rechazo de los fariseos a someterse a la autoridad de Dios los condujo en última instancia a rechazar a Jesús como el Mesías, mientras que el mismo rechazo terco ha conducido al clero católico a rechazarlo como su Salvador todo suficiente.

En Mateo 23 Jesús da Su último sermón público y éste está lleno de fuertes reproches contra el corrupto liderazgo religioso de los fariseos. El sermón también es una advertencia para aquellos que siguen a falsos pastores en lugar de al Pastor Verdadero. Es, por lo tanto, mi oración que los católicos darán una mirada objetiva a sus líderes religiosos. ¿Se han vuelto tan corruptos como los pastores del pueblo escogido de Dios? Veamos las similitudes entre los fariseos y el clero católico romano.

Se Oponen a la Autoridad Divina

En Mateo 23:2, Jesús dice: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos”, la posición de autoridad. Observe que fueron ellos los que se sentaron, Dios no los puso ahí. Al hacer eso, se opusieron a la autoridad divina al establecer la suya. Esto es análogo a los sacerdotes católicos. Obstinadamente continúan un sacerdocio sacrificial que fue terminado divinamente hace 2000 años. Cuando Jesús, el Sumo Sacerdote se ofreció a Sí Mismo una vez, como sacrificio por el pecado, para siempre, no había más necesidad de sacrificios sacerdotales. Nuestro Dios misericordioso puso en claro esto cuando rasgó el velo que una vez impedía el acceso a Su presencia de alguien distinto a los sacerdotes santificados (Marcos 15:38). Ahora “teniendo libertad para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de Su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe…” (Hebreos 10:19-22).

Los sacerdotes católicos no son llamados por Dios, ni están en la voluntad de Dios. Sus ofrendas falsas nunca pueden quitar el pecado ni tampoco pueden hacer lo que Jesús ya ha hecho: “Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14).

Impiden la Entrada al Cielo

En Mateo 23:13, Jesús condena a los fariseos por hacer la misma cosa que los sacerdotes católicos están haciendo. Jesús declara: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando”. Los fariseos y el clero católico han mantenido a las personas fuera del Reino con sus enseñanzas legalistas que nulifican la gracia soberana de Dios. Ellos trancan las puertas del Cielo con un sistema de obras-justicia que deja a sus seguidores desesperadamente culpables y sin seguridad o paz. Muchos católicos, que son celosos de Dios, están trabajando para establecer su propia justicia debido a que se les ha enseñado una perversión del Evangelio. Sus sacerdotes “difaman el camino de la verdad” y les señalan el camino ancho que conduce a la destrucción (Mt. 7:13; 2 P. 2:1-2).

Sus Conversos se Vuelven Hijos del Infierno

En el versículo 15, Jesús maldice de nuevo a los fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros”. El clero católico también vuelve a sus conversos “hijos del infierno”. Su ministerio no es uno de conversión, sino de perversión. En lugar de proclamar las buenas noticias de la finalizada obra de redención de Cristo, pervierten el mensaje con ofrendas continuas que mantienen a los conversos en esclavitud legalista (Catecismo [CIC], 1367). Los sacerdotes niegan la suficiencia del sacrificio de Cristo al insistir que los católicos deben hacer su propia satisfacción por los pecados (CIC, 1459). Después de hacer penitencia, los sacerdotes dan a los católicos la falsa esperanza de que sus pecados han sido perdonados.

A los católicos se les instruye que Jesús simplemente abrió las puertas del Cielo con Su muerte y resurrección. Dado que sólo Él hizo posible la salvación, es necesaria una perversión del verdadero evangelio para instruir a los católicos lo que deben hacer para entrar por las puertas del Cielo (CIC, 2027). Los conversos a este evangelio condenatorio de obras y sacramentos permanecen bajo la ira de Dios. Su destino permanece sin cambio – una eternidad de tormento sin Cristo.

Son Auto-Indulgentes y Ladrones

En el versículo 25, Jesús maldijo a los líderes judíos por su piedad externa que escondía su corrupción interna. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia”. El clero católico también es culpable de robo y auto-indulgencia. Aunque sus súbditos los miran como dignos de confianza con un toque sobrenatural de santidad, tienen una larga historia de inmoralidad sexual que incluye violar niños y robarles su inocencia. Algunos de los sacerdotes pedófilos han sido capturados y expuestos, pero sus obispos los reubicaron en otras parroquias donde continuaron satisfaciendo sus perversiones sexuales. En lugar de ser pastores piadosos que protegen su rebaño, son lobos perversos que destruyen el rebaño.

No existe forma amable de exponer al clero católico que roba y extorsiona millones de dólares cada año de sus congregaciones con la práctica impía de las indulgencias. Los sacerdotes perpetúan la estafa fraudulenta de las indulgencias y el purgatorio con el fin de recolectar estipendios de individuos dolientes que quieren reducir el tiempo de sufrimiento para sus seres amados. Éste podría ser el fraude más cruel de todos los tiempos. Es una práctica engañosa que mantiene a las personas en esclavitud a su iglesia, no sólo en esta vida sino que aun después de la muerte.

Son Hipócritas

En el versículo 27, Jesús los maldice por su hipocresía. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. Esta hipocresía también es común entre el clero católico. Parecen piadosos en sus vestidos litúrgicos, pero debajo de sus vestimentas son hombres espiritualmente muertos. Sus corazones no regenerados provocan que otros caigan en hipocresía. Dado que no tienen corazones controlados por el Espíritu, deben esconder sus corazones perversos con pompa exterior. Dicen que representan a Jesucristo pero, por medio de la hipocresía, siguen las doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1-3). Dado que rechazan “la doctrina conforme a la piedad”, sus vidas están marcadas por el pecado en lugar de por la piedad (1 Timoteo 6:3; Judas 4, 8-16).

Son Orgullosos y Presumidos

En el versículo 29, Jesús condena a los líderes religiosos por jactarse de que ellos eran mejores que sus ancestros. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: ‘Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas”. Recientemente hemos escuchado disculpas del Vaticano por la persecución de los judíos y los cristianos a lo largo de la historia. El clero católico de hoy está diciendo, no somos como nuestros ancestros, no matamos más a los siervos de Dios, pueden confiar en nosotros. Estamos de acuerdo en que son mejores ahora que en el pasado, pero eso no es algo para presumir. La historia revela que los papas anteriores fueron culpables de cometer casi cada pecado y crimen posibles, incluyendo asesinatos, muerte, violación, adulterio, fornicación, incesto, robo, conspiración, soborno, fraude y perjuro. La corrupción de 29 papas es tan despreciable, que el Vaticano los ha enumerado como los “anti-papas”. Sin embargo, su intento de revisar la historia no puede borrar los escándalos y crímenes impíos del papado.

Jesús acentúa sus reprensiones con una pregunta aleccionadora, “¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?". ¡Qué todos podamos aprender de la historia bíblica y que urgente y convincentemente advirtamos a nuestros seres amados, que estén siguiendo a falsos pastores, a volverse al único Pastor Verdadero!


Mike Gendron fue un devoto católico romano y un fuerte defensor de la “única iglesia verdadera” durante 34 años, antes de que desarrollara una relación personal con Jesús en 1981.


Dejó la iglesia católica en 1985 y, en 1988, dejó una exitosa carrera en gerencia corporativa para estudiar en el Seminario Teológico de Dallas. Cuatro años después, formó el Ministerio Proclamando el Evangelio, con el objetivo principal de alcanzar a los católicos con el Evangelio. Se puede suscribir a su lista de correo y encontrar un listado completo de todos sus libros y álbumes de videos en el sitio web de su ministerio: pro-gospel.org

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article
The Divine Rebuke of Corrupt Religious Authority
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