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martes, 31 de enero de 2023

La Naturaleza y el Dios de la Naturaleza (parte 2 de 2)

Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior
Ministerio Cordero y León

En la Parte 1 de este artículo de dos partes, vimos cómo Dios ha utilizado con frecuencia las señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Ahora exploraremos las señales del Mesías.

Señales del Mesías

Claramente, el Dios de la naturaleza tiene autoridad sobre Su creación. Por medio de Sus profetas, pronunció señales que demostrarían Su poder y provisión para Su pueblo. También ofreció señales que apuntarían a la demostración final de Su misericordia y gracia: el advenimiento de su Hijo unigénito, Jesucristo.

Entre las señales de la naturaleza que Dios predijo que rodearían el nacimiento del Mesías:

  • Él vendría a través de “la simiente de la mujer”, no a través del proceso natural que involucra la simiente de un hombre (Génesis 3:15) 
  • Una estrella señalaría Su nacimiento (Números 24:17;  Isaías 9:2)
  • Él nacería de una virgen que lo llamaría Emanuel — Dios con nosotros (Isaías 7:14)
  • Su linaje fluiría a través de una rama particular de la humanidad, incluidos muchos que no serían considerados particularmente justos aparte de su fe en Dios (Génesis 12:3, 17:21, 28:14, 49:8; Jeremías 23:5).

Durante Su ministerio en la tierra, Jesús también demostró Su autoridad sobre la naturaleza. En el primer sermón de Pedro, afirmó que la naturaleza divina de Jesús el Nazareno les fue atestiguada “por Dios con milagros, señales y prodigios y señales que Dios realizó entre ustedes por medio de Él” (Hechos 2:22).  Esas señales incluyen:

  • Su primer milagro — cambiar el agua en vino — manifestó poder sobre el espacio, el tiempo y la materia (Juan 2:1-11)
  • Con frecuencia sanaba a las personas de enfermedades físicas, incluso resucitando a las personas de entre los muertos (Juan 4:46-54;  5:1-8; 9:1-7; y 11:1-44)
  • Caminó sobre el agua y ordenó que cesara una tormenta (Juan 6:16-21 y Marcos 4:35-41)
  • Multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a miles (Mateo 14:15-21)
  • Mediante Su propia autoridad, venció la muerte (Hechos 2:22-28; 1 Corintios 6:14)
  • Después de Su resurrección, atravesó puertas y ascendió al cielo (Juan 20:19; Lucas 24:51)

Claramente, Jesús fue el cumplimiento de las profecías concernientes al Mesías, como se predijo en el Antiguo Testamento. Él era el Verbo hecho carne. Incluso en Su crucifixión, Dios estaba ofreciendo señales de Su divinidad y papel como Mesías: la tierra tembló y las rocas se partieron; el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo, la oscuridad cayó sobre la tierra durante tres horas mientras el sol ocultaba su rostro; y muchos santos muertos fueron resucitados y se aparecieron a muchos (Mateo 27: 51-53 y Lucas 23: 44-45).

Al presenciar todo esto, el quejumbroso centurión que supervisó Su ejecución alabó a Dios y exclamó: ¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!” (Mateo 27:54 y Lucas 23:47).

Señales de Cosas por Venir

David Reagan, el fundador del Ministerio Cordero y León, ha documentado más de 300 profecías en el Antiguo Testamento que apuntan al Primer Advenimiento y al ministerio terrenal de Jesús — de las cuales 109 son únicas. Muchas de ellas pueden ser categorizadas como señales de la naturaleza.

Más de 500 referencias en el Antiguo Testamento apuntan a la gloriosa Segunda Venida de Jesús. Jesús y los autores del Nuevo Testamento proporcionan señales adicionales para que discernamos, a fin de reconocer la época de Su regreso. Las que se relacionan con las señales de la naturaleza incluyen:

  • Hambrunas y terremotos (Mateo 24:7)
  • Grandes terremotos, plagas, hambrunas y terrores y grandes señales del cielo (Lucas 21:11)
  • Señales en el sol, la luna y las estrellas (Lucas 21:25)
  • Rugido del mar y de las olas (Lucas 21:25)
  • Los hombres se desmayarán de miedo cuando las potencias de los cielos sean sacudidas — algunos piensan que apuntan al miedo inspirado por la amenaza de una guerra nuclear (Lucas 21:26)

Incluso después de que la Iglesia sea sacada del mundo (arrebatada), las señales naturales continuarán y se multiplicarán. Los que sean dejados atrás experimentarán:

  • Oscuridad, porque el sol y la luna no darán su luz y las estrellas caerán del cielo (Mateo 24:29; Ap. 6:12-13)
  • La hambruna inducida por la guerra conducirá a la muerte de 1/4 de la población mundial (Ap. 6:1-8)
  • Un gran terremoto removerá cada montaña e isla (Ap. 6:12-14)
  • Granizo y fuego caerán sobre la tierra y quemarán 1/3 de los árboles y la hierba verde (Ap. 8:7)
  • Algo “como una gran montaña” caerá en el mar, corrompiendo 1/3 del agua y matando a 1/3 de las criaturas marinas (Ap. 8:8-9)
  • Otra “gran estrella” caerá del cielo y envenenará 1/3 del agua dulce en la tierra (Ap. 8:10-11)
  • Las personas que acepten la Marca de la Bestia serán infligidas con llagas repugnantes y malignas (Ap. 16:2)
  • El sol entonces dará llamaradas y quemará a la humanidad (Ap. 16:8)

Ésta no es de ninguna manera una lista completa, sino meramente representativa de las señales de la naturaleza que le aguardan a un mundo rebelde. Sorprendentemente, aquellos que están condenados a soportar tal castigo reconocerán la Fuente de su sufrimiento. Los reyes de la tierra, y los grandes hombres, y los comandantes, y los ricos, y los fuertes, y todo esclavo y hombre libre buscarán refugio entre las rocas de las montañas y dirán: “Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Ap. 6:15-16).

Cuando Juan prevé el derramamiento de seis copas de ira, registra que los hombres blasfemarán “el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas placas” (Ap. 16:9). Trágicamente, predice que no se arrepentirán “para darle gloria” — y ser salvos.

Muestre Discernimiento y Atienda la Advertencia

Al final, ésa es la lección de las señales de la naturaleza. Dios es el Dios de la naturaleza y tiene poder sobre toda Su creación. Él usa legítimamente mecanismos naturales y sobrenaturales para cumplir Su voluntad.

La naturaleza se rinde ante Dios porque debe hacerlo. Así como Él habló una palabra y la totalidad del cosmos fue arrojada a la existencia ordenada, Su Palabra nunca volverá vacía.

Por Su Palabra, las Señales de la Naturaleza se multiplican ante nuestros ojos. Así como los sabios pudieron reconocer y seguir la Estrella de Belén que anunció Su nacimiento, aquellos que han estudiado Su Palabra y lo están anticipando, discernirán la época de Su regreso. Otros simplemente se burlarán y seguirán con sus vidas. Al igual que las personas que se burlaron de la predicación de Noé, serán barridos cuando los pronunciamientos de advertencia se conviertan en un derramamiento de ira.

¡No se demore! Refúgiese en el Salvador que rescatará a los que le pertenecen antes de la tormenta venidera — Jesucristo, el único Camino, Verdad y Vida de Dios.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Nature and Nature's God

Recurso recomendado:

martes, 24 de enero de 2023

La Naturaleza y el Dios de la Naturaleza (parte 1 de 2)

Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior
Ministerio Cordero y León


En el Congreso, 4 de julio de 1776

La declaración unánime de los trece Estados unidos de América:

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos, se hace necesario que un pueblo disuelva los vínculos políticos que lo han conectado con otro, y asuma entre las naciones de la tierra, la posición separada e igual a la que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho ...

Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…

Esas palabras una vez describieron un respeto occidental y una comprensión de todo el orden natural. La naturaleza existe — y nos movemos en un orden creado — pero sobre todo lo que vemos y observamos está Dios.

Él no puede ser visto. Ningún instrumento puede medirlo o comprender Sus proporciones. Ninguna mente mortal o inteligencia artificial puede comprender Sus caminos o sondear Sus pensamientos.

Por el poder de Su Palabra — hablada como se revela en Génesis 1 — comenzó el cosmos. Se cree que el universo observable, más expansivo de lo que la mente del hombre puede captar, es sólo una pequeña fracción de lo que realmente existe más allá de los confines de nuestro propio rincón del espacio.

Es apropiado y saludable para nosotros considerar por un momento la inmensidad de la creación de Dios antes de volver nuestra mirada hacia Su criatura más elevada.

Danos una Señal

Cuando Jesús estaba ministrando en la tierra, los escribas, fariseos y saduceos con frecuencia le exigían que les mostrara una señal (Mateo 12:38, 16:1;  Marcos 8:11; Lucas 11:16;  Juan 2:18). Fueron tan lejos como para preguntar: “¿Qué, pues, haces como señal, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?”.

La narración en Juan sigue inmediatamente a Jesús alimentando a miles de personas, multiplicando cinco panes de cebada y dos peces. Mateo registra esta audaz demanda después de múltiples milagros de sanidad y otro milagro de alimentación. Jesús estaba claramente exasperado porque los supuestos líderes religiosos podían discernir señales del clima y, sin embargo, no podían discernir las señales de los tiempos (Mateo 16:1-4).

Su negativa a reconocer la multitud de señales que Jesús realizó reflejaba dureza de corazón en lugar de incapacidad para ver. Jesús afirmó correctamente en una parábola que los duros de corazón no serán “persuadidos aunque alguien resucite de entre los muertos” (Lucas 16:31). El punto de Jesús fue remachado dramáticamente en Juan 11 y 12. Después de que resucitó a Lázaro de entre los muertos, los fariseos finalmente admitieron que estaba realizando “muchas señales” (Juan 11:47). 

Pero, en lugar de reconocer en su corazón la clara autoridad de Jesús para hacer maravillas y dar señales, los principales sacerdotes resolvieron matar a Jesús y a Lázaro también (Juan 11:43, 12:9-11).

¿Cuál es el valor de una señal que no será vista ni creída? La incredulidad deliberada en las señales y prodigios de Dios demuestra un rechazo de Él como Dios (Romanos 1:18-20).

Aquí Está su Señal

Dios ha provisto Su Palabra como un testimonio infalible de Su Persona, Su poder y Su plan. Sólo necesitamos creerle, y como Abraham, seremos acreditados con justicia. En otras palabras, el consejo completo de Su Palabra apunta a Jesús (Su Persona), Su resurrección (Su poder) y Su Evangelio (Su plan).

Él también extiende gracia y bondad amorosa hacia las criaturas creadas a Su propia imagen. Debido a que Él es paciente y amable y no "quiere que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9), Él también proporciona señales que apuntan a Su Persona, Su poder y Su plan. El Ministerio Cordero y León ha categorizado durante mucho tiempo la señales de los Tiempos del Fin en señales de la naturaleza, sociedad, espiritualidad, política mundial, tecnología e Israel.

Dios ha utilizado con frecuencia señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Por ejemplo:

  • La maldición que Él puso sobre la Creación fue en respuesta a la desobediencia y el pecado de Adán y Eva (Génesis 3:17-19)
  • El diluvio sin precedentes, que nunca se repetirá, y que cubrió toda la tierra (Génesis 7)
  • El fuego que cayó del cielo para destruir Sodoma y Gomorra (Génesis 19)
  • Isaac fue concebido en cumplimiento de una promesa de Dios, a pesar de que su madre ya había pasado la edad fértil (Génesis 18:10-14)
  • Diez plagas cayeron sobre Egipto antes de que Faraón cediera y dejara ir a los hijos de Israel (Éxodo 7-12)
  • La afirmación de Gedeón por parte de Dios, por la cual el rocío cayó alternativamente sobre un vellón de lana y sobre el suelo (Jueces 6:36-40)
  • El día diferente a cualquier otro antes o después, cuando el sol se detuvo en medio del cielo mientras Israel derrotaba a su enemigo (Josué 10:12-14)
  • Tumores que afligían a los hombres filisteos que habían capturado el Arca de la Alianza (1 Samuel 5-6)
  • El pronunciamiento de Elías de una sequía de tres años (1 Reyes 17:1, 18:1)
  • La sombra proyectada por el sol retrocedió diez pasos, para afirmar la palabra profética de Isaías a Ezequías (2 Reyes 20:8-11)

Como Gobernante del Cielo y la Tierra, Dios también puede levantar burros que hablan, grandes peces y humildes gusanos para servir a Su propósito.

Me encanta el detalle incluido en la Palabra de Dios. Al describir la última plaga en Egipto, que llevaría a Faraón a dejar ir a los hijos de Israel, el Señor dijo: Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas” (Éxodo 11:6-7). ¡Este pasaje demuestra que a veces la soberanía de Dios sobre la naturaleza se manifiesta por Su supresión de resultados que serían completamente naturales!

Señales de Advertencia

Tomados en su conjunto, algunos de estas señales podrían tener explicaciones naturalistas. El mundo todavía experimenta pestilencia y plagas de langostas; huracanes y tornados; terremotos y tsunamis; sequías e incendios. Éstos y otros desastres naturales son inherentes a la maldición posterior a la Caída impuesta sobre el mundo. Pero, a menudo, son el resultado de un juicio específico de Dios.

Cuando el rey David pecó contra Dios, al ordenar un censo para determinar la fuerza de su ejército, el Señor envió a Gad para reprenderlo. Gad transmitió un mensaje desgarrador: David podría elegir uno de los tres castigos por su falta de fe: una hambruna de siete años, un ataque de tres meses por parte de un enemigo extranjero o un brote de pestilencia (o enfermedad) de tres días. David estaba en “gran angustia” por tal elección, y se rindió a la misericordia de Dios. Pero nunca dudó de que Dios tenía el poder y el derecho de infligir cualquiera de esos juicios sobre él y sobre Israel (2 Samuel 24:1-14).

El entendimiento de David está en el corazón de cualquier comprensión de las señales de la naturaleza. La naturaleza no es un mecanismo autónomo; en palabras de Thomas Jefferson, está sujeta al Dios de la Naturaleza.

Una vez más, a veces Dios obra a través de procesos naturales para cumplir Su voluntad. Pero, a menudo, incluso esos procesos naturales demuestran un milagro de tiempo — y transmiten el poder todopoderoso de Dios. Por ejemplo, los pescadores se ganaban la vida en el Mar de Galilea. Pero Pedro se dio cuenta de la divina providencia de Dios cuando Jesús le dijo que arrojara su red una vez más en el lado derecho de la barca (Juan 21:3-11).

De manera similar, mientras Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a la medianoche, durante su encarcelamiento en Filipos, un terremoto sacudió la cárcel. Todas las puertas de la prisión se abrieron y las cadenas se soltaron. Un burlador podría descartar ese evento milagroso como una mera coincidencia. Pero no hay coincidencias con Dios, sólo milagros de tiempo.

En la segunda parte de este artículo de dos partes, veremos las señales del Mesías.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Nature and Nature's God

Recurso recomendado:

jueves, 15 de diciembre de 2022

Video: Señales Proféticas del Tiempo del Fin (parte 2 de 2)

En la segunda parte y conclusión de este programa, hablé de las restantes categorías de señales proféticas que indican que estamos viviendo en la época del regreso del Señor.

La anfitriona es Graciela Umpierre, anfitriona del canal “Profecías, Misterios y Otras Cosas”.

Los invito a suscribirse al canal y activar las notificaciones, para que puedan recibir las alertas cada vez que se publique un nuevo video. También, los animo a que compartan estos videos con sus contactos.

Vea la parte 1 aquí  

lunes, 5 de diciembre de 2022

Video: Señales Proféticas del Tiempo del Fin (parte 1 de 2)

 

En esta primera parte de este programa, hablé del concepto de una señal profética; por qué a Daniel se le dice que cierre las palabras proféticas de su libro y por qué a Juan se le dice que no las selle; cuáles son las 6 categorías en las que podemos organizar estas señales y a qué apuntan; entre otros aspectos.

La anfitriona es Graciela Umpierre, anfitriona del canal “Profecías, Misterios y Otras Cosas”.

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Vea la parte 2 aquí 

lunes, 12 de septiembre de 2022

¿Qué Hay En Su Cosmovisión?

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


“No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. – Romanos 12:2

Una famosa campaña publicitaria en los últimos años preguntó a los consumidores: “¿Qué hay en su billetera?”. El punto era que, si no tenía una tarjeta de crédito en particular, estaba siendo mal atendido y se lo estaba perdiendo.

Como nuestra sociedad parece empeñada en el engaño cultural colectivo, vale la pena preguntarse: “¿Qué hay en su cosmovisión?”.

Tal vez debería definir mi término. La cosmovisión es la lente a través de la cual percibimos todo. Nos ofrece un marco para edificar nuestra percepción de la realidad. Tradicionalmente, Occidente se adscribe a una cosmovisión judeocristiana. Eso no quiere decir que todas las personas fueran judías o cristianas comprometidas, sino simplemente que la sociedad se construyó en torno a ciertos entendimientos comunes, que incluyen:

  1. Hay una realidad objetiva.
  2. La ley moral es inmutable y transmitida por Dios (en lugar de inventada e impuesta por la humanidad).
  3. Cada persona es responsable ante un Juez que ejecutará la justicia perfecta a su debido tiempo.

Nuestros propios fundadores adoptaron una comprensión cristiana de la depravación del hombre, — lo que llevó a un sistema de controles y equilibrios dentro de nuestras instituciones gubernamentales. Respetaron la soberanía de Dios y confiaron en que Él actuará como el juez supremo.

"Nuestra Constitución fue hecha sólo para un pueblo moral y religioso. Es totalmente inadecuado para el gobierno de cualquier otro” – John Adams

Sin negar el papel de otras influencias, no se puede negar el impacto de tal cosmovisión judeocristiana. Las civilizaciones occidentales prosperaron, elevando el valor de la vida humana, valorando la importancia del ingenio humano, y logrando la mayor y más extendida prosperidad en la historia del mundo. Todo esto fue posible porque las sociedades occidentales entendieron colectivamente que Dios reina sobre los asuntos de los hombres — y todos le responderemos al final.

¿Quiere decir esto que la civilización occidental está más allá de la crítica? No, en absoluto. De hecho, nuestra voluntad de participar en el autoexamen y la introspección ha sido una de las fortalezas de nuestro sistema. Pero algo ha cambiado en los últimos años.

Los Tiempos Están Cambiando

Surgiendo de los campus universitarios, primero en Europa y ahora en todo el mundo occidental, la “alta crítica” ha infectado a todos los segmentos de la sociedad. En pocas palabras, la alta crítica ha desafiado no sólo las afirmaciones de verdad que se han transmitido durante generaciones, sino también la idea misma de que existe una Verdad objetiva. Oprah captura el relativismo maleable de esta nueva ideología cuando habla de “tu verdad” frente a “mi verdad” — como si la verdad fuera tan transitoria que cambia de persona a persona. La vicepresidenta Kamala Harris ha sucumbido claramente a esta moralidad vacía.

El filósofo y erudito judío Dennis Prager afirma el peligro del camino en el que estamos:

“Si Estados Unidos abandona su base de valores judeocristianos y el papel central de las Biblias judía y cristiana, la prueba guía de sus fundadores, todos estaremos en grandes problemas, incluidos, muy especialmente, los no cristianos de Estados Unidos. Al igual que los judíos de la Europa secular”. (Dennis Prager, "Estados Unidos fundado para ser libre, no secular”, Townhall.com, 3 de enero de 2007). 

El Pecado Más Mortífero

Un ejemplo del peligro al que nos estamos enfrentando se refiere a una sola palabra. En un momento, los pensadores occidentales reconocieron siete “pecados capitales”: orgullo, codicia, ira, envidia, lujuria, gula y pereza. Sería instructivo explorar cada uno de ellos a su vez. Sin lugar a dudas, cada uno se aplica a nuestro momento cultural actual. Pero uno siempre ha sido considerado el más mortífero de todos.

Nada menos que una fuente autorizada como Wikipedia llama al orgullo “el original y más grave de los siete pecados capitales”, porque es “el más demoníaco de ellos...[y] se cree que es la fuente de los otros pecados capitales”. La fuente de esa idea se cita como Juan Clímaco — también conocido como “Juan de la Escalera” — un monje cristiano del siglo VII que vivió en el Monte Sinaí.

La influencia corruptora del orgullo es evidente en la caída de Lucifer. Enamorado de su propia belleza y convencido de que era digno de alabanza en lugar de Dios, Satanás buscó ser exaltado en el cielo. De manera reveladora, no quería abrazar la santidad, la justicia o la gracia de Dios, sólo el estatus alto y elevado de Dios. Debido a su rebelión contra el Todopoderoso, Satanás fue expulsado del cielo. La Escritura es clara en que “el orgullo está antes de una caída” (Proverbios 16:18).

Y, sin embargo, el orgullo es la emoción que hincha nuestros corazones como estadounidenses. A finales de la década de 1980, los patriotas estadounidenses conservadores impulsaron la canción de Lee Greenwood, Proud to Be an American, a la cima de las listas. No estoy criticando la canción de Greenwood per se; su llamado a la unidad y al respeto mutuo sería un bálsamo bienvenido para nuestro estado de ánimo nacional de hoy. Pero nuestro sentido de arrogancia y orgullo ha llevado a graves errores en nuestra sociedad.

Cada junio, Estados Unidos ahora celebra el “Mes del Orgullo”. Esta afirmación directa de los estilos de vida LGBTQI + (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Queer e Intersexuales “plus”) impregna nuestras ondas de radio. En caso de que no se dieran cuenta de que el acrónimo había ganado otras letras, ése fue el acrónimo oficial del Mes del Orgullo de la Casa Blanca. Podemos estar seguros de que se seguirán agregando otras letras a medida que se descubran nuevas identidades.

¿Cuándo Nos Descarrilamos?

Pocas personas hoy en día negarían que algo está terriblemente mal en nuestra tierra. Como David Reagan ha documentado, los desafíos que enfrentaron los maestros de escuelas públicas hace 70 años, palidecen en comparación con los horrores que experimentan hoy. En lugar de masticar chicle, hacer ruido y colarse en las filas, ahora deben lidiar con el abuso de drogas, el suicidio, la violación y el asalto. Por otro lado, mientras que a los estudiantes una vez se les enseñó a respetar los ideales de la verdad, la justicia y el estilo estadounidense, nuestro sistema educativo ahora tiene a nuestra propia sociedad y sus principios fundacionales en gran desdén.

Yo diría que el problema está capturado en uno de mis proverbios favoritos: Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena” (29:18). Esta declaración se aplica dentro de cualquier organización o sociedad. A menos que haya un entendimiento común del propósito — una visión acordada — no hay unidad de esfuerzo o propósito. Pero, en otro sentido, cuando un pueblo ni siquiera puede ponerse de acuerdo sobre un conjunto de principios, la sociedad inevitablemente se volverá loca.

Ciertamente, si Thomas Jefferson estuviera vivo hoy, no habría forma de que nuestro Congreso actual aceptara la frase: “Sostenemos que estas verdades son evidentes...”. Algunos argumentarían en contra de que cualquier verdad sea evidente, mientras que otros desafiarían: “¿La verdad de quién?, mientras que otros aún negarían la validez de la verdad cognoscible en absoluto.

Creemos que Estados Unidos realmente comenzó a descarrilarse en la década de 1960, en medio de la revolución sexual y cultural. Pero las señales de desaparición ya eran evidentes mucho antes de eso. En medio de la Segunda Guerra Mundial, Peter Marshall predicó un sermón titulado “Prueba de Fuego”, en el que denunció el creciente materialismo y el abandono de Dios en Estados Unidos.

Ciertamente, nunca hemos estado a la altura de nuestros propios elevados ideales. Pero hubo un tiempo en que al menos aspirábamos a servir como una ciudad en una colina, un faro de verdad y libertad. Hoy en día, muchos dentro de nuestro propio país exhiben un odio por esos mismos objetivos. Entregados a las concupiscencias, pasiones degradantes y las mentes depravadas (como se describe en Romanos 1:18-32), ya no son capaces de discernir la verdad”.

¿A Dónde Más Podemos Ir?

Lo que nos deja con la misma pregunta que planteé al principio de este artículo: “¿Qué hay en su cosmovisión?”.

Mientras medita en su respuesta, considere la respuesta cruda pero honesta que dieron los discípulos de Jesús cuando él preguntó si querían abandonarlo como muchos lo estaban haciendo. Pedro respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios” (Juan 6:68-69).

¿Cree eso? ¿Su confianza en Jesucristo y su confianza en Su Palabra dan forma a todas sus creencias, todas sus acciones y todas sus actitudes? Si puede decir honestamente que es así, entonces tiene una cosmovisión centrada en Cristo.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Read original article in English:

martes, 12 de abril de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 3 de 3)

Por Tim Moore

¿Por Qué las Señales de los Tiempos?

A veces hablamos del “qué” de las señales de los tiempos sin considerar el “por qué”. En otras palabras, ¿por qué Dios nos dijo que habría señales a vigilar que apuntan a la segunda venida de Jesús? Creo que hay tres razones:

1. Él no nos permite saber el día ni la hora, pero quiere que reconozcamos la época de Su regreso.

Jesús reprendió rotundamente a la gente de su época por no reconocer las señales de los tiempos (Mateo 16:2-3); Ofreció numerosas señales que nos señalan hacia la época de Su regreso.

2. Mientras trabajamos diligentemente para el Maestro mientras Él está ausente (Mateo 25:14-23), el darnos cuenta de que Él regresará pronto debería motivarnos a redoblar nuestros esfuerzos, compartiendo el evangelio e instando a las personas perdidas a huir de la ira venidera. 

Pablo instó a la Iglesia en Roma — y por extensión a todo seguidor de Jesucristo —a “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día” (Romanos 13:11-14).

3. No quiere que los perdidos caigan en el olvido eterno sin una mayor conciencia del cataclismo que les espera.

Dios envía advertencias antes de que se derrame Su ira — como lo hizo en los días de Noé, a Sodoma y Gomorra, y a Nínive; en los tiempos del fin un ángel del Evangelio volará sobre la tierra clamando: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7).

Mente Celestial y Bien Terrenal

En este momento, incluso aquellos sin la presencia del Espíritu Santo pueden discernir que algo anda terriblemente mal en el mundo. Sus corazones son como tierra arada, lista para recibir semilla. Nuestro propio discernimiento de los Señales de los Tiempos no debe inspirar ansiedad, frustración y miedo, sino más bien motivarnos a plantar, regar, fertilizar y correr — haciendo discípulos de todas las naciones.

Debemos alabar al Señor porque Él nos llama a cada uno de nosotros para servir de una manera, en un lugar y un momento en que nuestros dones y talentos pueden traerle gloria.

Pero, en un sentido más amplio, nuestro reconocimiento de las Señales de los Tiempos debería motivarnos a todos a darnos cuenta de que el tiempo se está acortando. Si el Rey realmente viene — pronto, y muy pronto — entonces nuestras vidas deben orientarse en torno a esa gloriosa verdad.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

martes, 5 de abril de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 2 de 3)

Por Tim Moore

¿Qué Ha Cambiado?

Los cristianos discernientes reconocieron hace cien años que el mundo estaba en la cúspide de eventos calamitosos con significado profético; Hal Lindsey, Tim LaHaye, David Reagan y otros enfatizaron las señales de los tiempos que apuntan a la venida del Señor a partir de las décadas de 1970 y 1980. Los cristianos durante 2,000 años han anticipado el Rapto de la Iglesia, algún día. ¿Qué ha cambiado?

Lo que ha cambiado es la culminación de los señales.

Hoy, todas las diversas señales están aumentando en frecuencia e intensidad. Eso es mediblemente cierto en el ámbito de las señales naturales. Las tormentas y otros desastres naturales ocurren con mayor frecuencia y tienen un mayor impacto en la vida humana. Las sociedades se están desintegrando ante nuestros ojos, con el antiguo Occidente cristiano precipitándose hacia el humanismo secular poscristiano. Los signos espirituales, tanto positivos como negativos, se están multiplicando. Las naciones del mundo se encaminan hacia el alineamiento antiisraelí predicho en la profecía bíblica. La tecnología ha avanzado hasta el punto de que las terribles y fantásticas advertencias distópicas que se ofrecen en Apocalipsis son factibles hoy en día.

Y, superando todo eso, la presencia de Israel en el escenario mundial — y el creciente aislamiento y animosidad que está experimentando de la comunidad de naciones — cumple la profecía de Jesús de la higuera maldita.

Él Está Cerca, a las Puertas

Algunos consideran que Jesús expulsando a los cambistas del Templo es el incidente más dramático para nuestro manso y humilde Señor. Pero el incidente que parece mucho menos característico es la maldición de Jesús a una higuera que no estaba dando fruto (Mateo 21:18-19a y Marcos 11:12-14). Marcos insiste en registrar que no era la temporada de los higos. Seguramente Jesús lo sabía. ¿Por qué esperar que un árbol dé frutos fuera de temporada? ¿Y por qué maldecirlo por existir simplemente de acuerdo con su propia naturaleza? Incluso los discípulos parecían sorprendidos de ver el árbol marchitarse tan dramáticamente (Mateo 21:19b-22 y Marcos 11:20-22).

Jesús claramente estaba haciendo un punto a sus discípulos. En ese momento enfatizó la soberanía de Dios y el poder de la oración. Más tarde, sin embargo, les ofreció a ellos — y a nosotros — una perspectiva sobre los tiempos del fin. Durante una descripción extensa de Su segunda venida prometida, Jesús dijo: “Ahora aprended la parábola de la higuera; cuando su rama ya se ha puesto tierna y echa sus hojas, sabéis que el verano está cerca; así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, reconoced que Él está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32-33).

Israel es esa higuera, como se demuestra repetidamente en la profecía bíblica (Oseas 9:10; Jeremías 8:13; Jeremías 24; y Miqueas 4:4). Fue maldecido, desechado y exiliado por un período prolongado porque no dio mucho fruto — aunque aún no había llegado el momento de que diera mucho fruto. Pero, tan sólo en los últimos 75 años, Israel se ha vuelto tierno y ha brotado hojas nuevas. Se acerca el verano y se promete una abundante cosecha de frutos.

El punto para nosotros es que esta señal primordial — el restablecimiento de Israel, su recuperación de su antigua capital de Jerusalén, la creciente animosidad del mundo que conducirá a una abierta hostilidad contra Israel (llevándolo al final de sí mismo y hacia los brazos de Dios) — nos dice que Él está cerca, justo a las puertas.

La Luz Brilla en la Oscuridad

Al principio, la primera declaración creativa de Dios fue: “Hágase la luz” (Génesis 1:3). Su luz atravesó la oscuridad y fue buena.

Juan abrió su relato del Evangelio señalando hacia el principio. Él escribió: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios” (Juan 1:1-2). Sabemos que Jesús es la Palabra, la Persona manifiesta de Dios. Juan nos dice que: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:4-5).

El mundo hace 2,000 años era un lugar oscuro. El Canon de las Escrituras, tal como lo conocemos, había cerrado con Malaquías, el profeta que terminó su libro con las ominosas palabras, “y herirá la tierra con maldición” (Malaquías 4:6). Esa frase puso fin a un pasaje profético de esperanza. Dios prometió enviar al “profeta Elías antes que venga el día del Señor, grande y terrible” (Malaquías 4:5), pero el pueblo judío que vivía bajo la opresión romana, seguramente sintió que su tierra había sido herida por una maldición.

En medio de esa hora oscura, Simeón y Ana vivían expectantes. Estaban buscando al Mesías del Señor — y se dieron cuenta de una gran bendición cuando pudieron conocer y abrazar a Jesús cuando era un bebé. El Espíritu Santo le había revelado a Simeón que “no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor” (Lucas 2:26).

De manera similar, mientras Jesús yacía en la tumba, los discípulos no estaban llenos de esperanza. Estaban abatidos y consternados. Su mundo se había hecho añicos y no estaban seguros de cómo proceder. Pero cuando Jesús resucitó, sus ojos estaban abiertos y entendieron Su victoria sobre las tinieblas y la muerte. Una vez que fueron llenos del Espíritu Santo, fueron inspirados a vidas de servicio dedicado — llenos de expectativas, incluso entonces, de que Jesús regresaría. Nuestra próxima celebración del Día de la Resurrección nos recuerda esa victoria y señala la promesa de nuestra propia resurrección en el Rapto de la Iglesia.

Vivimos en otra era cuando la oscuridad ha descendido sobre la tierra. La opresión está aumentando y la esperanza está disminuyendo. Pero los cristianos no están sujetos a la oscuridad ni consignados a la desesperanza. Ya conocemos a la Bienaventurada Esperanza; ya tenemos la Luz de la vida (Juan 8:12). Pablo es tan audaz como para decir: “Vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día [del Señor] os sorprenda como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día” (1 Tesalonicenses 5:4-5a). Su mensaje claro es que debemos discernir las señales de los tiempos que apuntan al pronto regreso de Jesús.

En la tercera y última parte, exploraremos por qué Dios ha proporcionado señales que debemos vigilar, que apuntan a Segunda Venida de Jesús.

Lea la parte 1 aquí

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

lunes, 28 de marzo de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 1 de 3)

Por Tim Moore

Las tormentas y los cataclismos naturales se están multiplicando. Los rumores de guerra están aumentando — en Europa, en el Medio Oriente y el Lejano Oriente. El cristianismo está decayendo en Occidente, y expandiéndose en naciones anteriormente hostiles. Israel está cada vez más amenazado y aislado.

Para cualquiera que tenga ojos para ver y oídos para oír, las señales de los tiempos están clamando que el fin está cerca. La cacofonía crece día a día.

Sería fácil preocuparse por las señales mismas. Algunos observan las tendencias políticas y quieren responder políticamente. Otros perciben las amenazas inherentes en las tecnologías emergentes y quieren desconectarse del mundo. Si bien el Señor motiva a diferentes personas a servir en diferentes capacidades (aplicando sus dones para ser sal y luz en diferentes esferas), baste decir que un enfoque equilibrado probablemente sea sabio. Incluso cuando discernimos el significado de las señales, la pregunta sigue siendo: ¿Estoy consumiendo las noticias o las noticias me están consumiendo a mí?

La Urgencia de Nuestro Mensaje Central

La misión principal del Ministerio Cordero y León es proclamar el pronto regreso de Jesucristo. Ése ha sido nuestro propósito rector durante 42 años. En todo caso, la importancia oportuna de nuestro mensaje central sólo se ha vuelto más urgente.

Creemos que Jesús está a las puertas del cielo, esperando que su Padre diga: “Ve y trae a Tu Novia”. Cuando eso suceda, sonará una trompeta y Él irrumpirá para reunir a Sus escogidos de los cuatro ángulos de la tierra. En un abrir y cerrar de ojos, seremos arrebatados para encontrarnos con Él en el aire. Nuestros cuerpos mortales se transformarán instantáneamente en cuerpos glorificados e imperecederos, tal como lo tenía Jesús después de Su resurrección. Y volveremos al cielo con nuestro Novio para disfrutar de las bodas del Cordero.

Una cosa es aceptar intelectualmente la verdad de esas promesas. Pero otra cosa es que la anticipación de su cumplimiento desborde nuestro corazón, mente y espíritu.

Un Linaje de Expectativa Fiel

Las señales en sí mismas son importantes, pero sólo en la medida en que nos advierten de lo que está por venir. Por lo tanto, no queremos fijarnos en las señales en sí mismas en lugar de centrarnos en el evento — o la Persona — a la que apuntan. Alternativamente, podemos quedar tan atrapados en la rutina de la vida diaria, que ni siquiera reconocemos las señales que se multiplican.

Creo que vale la pena mirar hacia atrás en el tiempo para comprender cómo las generaciones anteriores de cristianos percibieron las señales que apuntaban al regreso de Jesús. Sabemos que hace casi 2,000 años, los escritores del Nuevo Testamento compartían la expectativa de que Jesús podría regresar muy pronto. Su anticipación no los distrajo de la comisión de predicar el Evangelio, o de extenderlo a tribus y naciones alejadas de Israel. De hecho, su urgente esperanza en realidad sirvió para motivar su dedicado servicio. Por eso Pablo viajó por Asia Menor y deseaba ir a Roma. Es por eso que el incrédulo Tomás se dirigió hacia el Este, a la India, para proclamar allí las Buenas Nuevas.

Los seguidores de Cristo, que obtuvieron y leyeron las Escrituras por sí mismos a lo largo de la Edad Oscura (cuando la propiedad privada de la Biblia estaba prohibida y la traducción se consideraba un delito capital), se dieron cuenta de que la promesa del regreso de Jesús está intrínsecamente vinculada al mensaje del Evangelio. Cualquiera que crea en el testimonio consistente de la Biblia —“leer y prestar atención” a las palabras de Apocalipsis— entiende que Él viene pronto.

En los últimos años, comencé a coleccionar libros y tratados de principios del siglo pasado. Hace poco más de 100 años, los cristianos fieles estaban entusiasmados con lo que sabían que sucedería relativamente pronto en la historia humana. Antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, los autores cristianos intuían que las señales proféticas se estaban multiplicando.

A principios del siglo pasado, muchos escritores cristianos testificaron de una anticipación cada vez mayor del cumplimiento de las antiguas promesas de Dios. Varios expresaron la creencia de que Dios de alguna manera motivaría al pueblo judío a regresar a su antigua patria. Aunque los judíos estaban dispersos por todo el mundo e integrados en lugares como Francia, Alemania, Polonia y Rusia, previeron un momento en que la diáspora judía clamaría por volver a casa — porque eso es lo que predijo Ezequiel. Su fe no se vio empañada por la inverosimilitud de resucitar un Estado judío en medio de un mundo musulmán hostil — o la posesión de Tierra Santa por parte de un califato basado en Turquía. Simplemente aceptaron la Palabra del Señor y buscaron el cumplimiento final de todas sus promesas.

En su folleto, The Coming Dictator and Is Jesus Coming Back? (El Dictador que ha de Venir y ¿Volverá Jesús?, publicado en 1934), William Edward Biederwolf describió la venida del anticristo y su anticipación del pronto regreso de Jesús. Citó a Henry Alford, renombrado erudito griego de la Universidad de Cambridge y decano de Canterbury, quien escribió: “La mayoría, tanto en número como en aprendizaje e investigación, adopta el advenimiento premilenial, siguiendo, según me parece, el sentido claro e innegable del texto sagrado de la Biblia misma”.

William E. Biederwolf

Russell I. Humberd fue otro escritor prolífico que percibió que estaba viviendo en la cúspide de los eventos proféticos anticipados por mucho tiempo por los cristianos fieles. Su folleto de 1934, God’s Man and Satan’s Man in Final Conflict (El Hombre de Dios y el Hombre de Satanás en el Conflicto Final), contiene esta palabra de testimonio: “Si estamos viviendo en los tiempos postreros (y estoy convencido de que así es), entonces pronto podemos esperar que los judíos regresen a [la Tierra Prometida] y moren seguros todos ellos”.

Russell I. Humberd

Humberd continuó ofreciendo otra perspectiva: “Los reyes pueden discutir, escribir cartas y enviar notas, pero lo último que hacen, antes de la batalla, es llamar a sus embajadores. Durante muchos siglos, Dios ha tenido Sus embajadores en la Tierra, llamando a los hombres a “Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20). Pero justo antes de que la contienda salga a la luz, Dios llamará a sus embajadores a casa”.

¡Qué maravillosa ilustración! Ciertamente estamos llamados a servir como embajadores — los que todavía se llaman ministros en la jerga diplomática — aquí en el mundo. Pero nuestro Rey que pronto regresará vendrá a llevarnos a casa antes de que Su ira se derrame sobre la tierra. Hasta entonces, debemos ocuparnos de Sus asuntos día tras día.

Los últimos años demuestran que la amenaza de un próximo dictador, que Bidderwolf previó en 1934, se avecina nuevamente. Sin seguir el rastro del conejo de los protocolos Covid y el control gubernamental severo, la realidad innegable es que muchos cambiarían sus libertades por la seguridad percibida que ofrece una autoridad central. Ya sea político, científico o médico, hemos aprendido que la benevolencia en autoridades tan exaltadas es rara y efímera, incluso cuando se puede encontrar.

No hay nada nuevo bajo el sol.

En la segunda parte, exploraremos qué ha cambiado.

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Libro: Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin – Capítulo 13 (pdf)

Viviendo en un Tiempo Prestado

Por Dr. David R. Reagan

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««¿Va a triunfar el paganismo? La respuesta dolorosa es sí — por un breve período de tiempo. La Biblia enseña que la sociedad seguirá desintegrándose cuanto más nos acerquemos al momento del regreso del Señor (2 Timoteo 3:1–5).

El triunfo del paganismo será breve pero terrible; tan terrible, de hecho, que la Biblia indica que resultaría en la destrucción de toda vida si no se terminara sobrenaturalmente (Mateo 24:21–22). Ese final vendrá rápida y decisivamente después de siete años, cuando el Señor Jesucristo irrumpa de los cielos en Su gloriosa Segunda Venida (Ap. 19:11–21).

Se acerca la victoria. Pero quedan algunos años terribles para el planeta Tierra antes de que se consiga esa victoria»».

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Libro: Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin – Capítulo 13 (parte 2 de 2)

Viviendo en Tiempo Prestado

Por Dr. David R. Reagan

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Las Señales de la Política Mundial

La Biblia profetiza que habrá un cierto patrón de la política mundial que caracterizará el mapa geopolítico del tiempo del fin.

El enfoque será el restablecido Estado de Israel (Zacarías 12:2–3). Será sitiada por una nación amenazadora de los “confines del norte”, la nación de “Rosh” — o la Rusia actual (Ezequiel 38:2, 6). También habrá una nación amenazadora en el Oriente, que será capaz de enviar un ejército de 200 millones — a saber, China (Apocalipsis 9:13–16 y Ap. 16:12–13). Una tercera fuente de peligro para Israel serán las naciones árabes que lo rodean inmediatamente. Codiciarán la tierra y tratarán de quitársela a los judíos (Ezequiel 35:10 y 36:2).

Otro jugador clave en el escenario de la política mundial en los tiempos del fin, será una coalición de naciones europeas que formarán una confederación centrada en el área del antiguo imperio romano (Daniel 2:41–44, Daniel 7:7, 23–24; y Apocalipsis 17:12–13). Esta confederación servirá como base política para el surgimiento del Anticristo y la creación de su reino mundial (Daniel 7:8).

Otras señales de la política internacional incluyen guerras y rumores de guerras (Mateo 24:6), guerras civiles (Mateo 24:7), y el terrorismo y la anarquía internacional generalizados (Mateo 24:12).

Las Señales de Israel

Las señales relacionadas con el Estado de Israel son prolíficas y muy importantes — de hecho, más importantes que todas las demás señales juntas.

La profecía que se repite con más frecuencia en el Antiguo Testamento es la predicción de que el pueblo judío será reunido de los “cuatro confines de la tierra” en los tiempos del fin (Isaías 11:10–12). La Biblia declara que una consecuencia de esta reunión será el restablecimiento del Estado de Israel (Isaías 66:7–8). Las Escrituras dicen que, una vez que los judíos regresen a su tierra, la tierra misma experimentará un milagro de recuperación (Isaías 35). El desierto florecerá y la gente exclamará: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como el huerto de Edén” (Ezequiel 36:35).

Otro milagro del tiempo del fin será el renacimiento del idioma hebreo (Sofonías 3:9). La mayoría de la gente no es consciente del hecho de que, cuando los judíos fueron dispersados de su tierra en el año 70 d.C., dejaron de hablar el idioma hebreo. Los judíos que se establecieron en Europa desarrollaron un nuevo idioma llamado yiddish — una combinación de alemán y hebreo. Los judíos que emigraron a la cuenca del Mediterráneo crearon un idioma llamado ladino — una combinación de hebreo y español.

Otras señales significativas de Israel que se nos dice que estemos atentos en los tiempos del fin incluyen la reocupación de Jerusalén (Lucas 21:24), el resurgimiento de la fuerza militar israelí (Zacarías 12:6) y el reenfoque de la política mundial sobre Israel (Zacarías 12:3).

Todas estas señales se cumplieron en el siglo XX. La nación ha sido restablecida, se ha recuperado la tierra, se ha revivido el idioma antiguo, los judíos están de regreso en Jerusalén e Israel es el punto focal de la política mundial.

Las Señales Clave

Como dije antes, las señales más importantes son las que se relacionan con Israel, porque Dios usa a los judíos a lo largo de las Escrituras como Su reloj profético. Con esto quiero decir que, muy a menudo, cuando el Señor está revelando un evento importante que tendrá lugar en el futuro, señalará al pueblo judío y declarará que cuando algo les suceda, el evento importante también ocurrirá.

Un buen ejemplo de este principio se puede encontrar en Daniel 9, en la famosa profecía de las “Setenta Semanas de Años”. El profeta nos dice que estemos atentos a la emisión de un decreto que autorizará la reconstrucción de Jerusalén. Luego dice que el Mesías vendrá sesenta y nueve semanas de años (483 años) después de que se emita ese decreto al pueblo judío.

Hay dos profecías clave que relacionan el regreso de Jesús con eventos que han ocurrido en la historia judía desde 1948. Estos dos eventos establecieron claramente el período en el que ahora vivimos como la época del regreso del Señor.

El Estado de Israel

El primero es el restablecimiento del Estado de Israel, que ocurrió el 14 de mayo de 1948. Jesús hizo resaltar este evento como el que señalaría Su pronto regreso.

Su profecía está contenida en la parábola de la higuera (Mateo 24:32–35), que presentó en Su discurso en el Monte de los Olivos. El día antes de pronunciar este discurso, había puesto una maldición sobre una higuera estéril, causando que se marchitara (Mateo 21:18– 19). Esta fue una profecía simbólica de que Dios pronto derramaría Su ira sobre el pueblo judío, debido a su esterilidad espiritual al rechazar a Su Hijo.

Al día siguiente, Jesús les recordó a Sus discípulos la higuera. Dijo que estuviesen atentos a que volviera a florecer. En otras palabras, dijo que estuvieran atentos al renacimiento de Israel. Indicó que, cuando la higuera vuelva a florecer, Él estaría a las puertas del cielo, listo para regresar (Mateo 24:33).

Igualmente significativo, añadió una observación interesante: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mateo 24:34). ¿Qué generación? La generación que vea florecer la higuera.

Somos esa generación. La higuera ha florecido. Jesús está a las puertas.

La Ciudad de Jerusalén

El segundo evento clave fue profetizado por Jesús en el mismo discurso, según lo registrado por Lucas: “Y caerán [los judíos] a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).

La primera mitad de esta profecía se cumplió en el año 70 d.C., cuarenta años después de que Jesús pronunció las palabras. En ese año, los romanos bajo Tito conquistaron Jerusalén y dispersaron a los judíos entre las naciones. Jerusalén permaneció bajo ocupación gentil durante 1,897 años — hasta el 7 de junio de 1967, cuando Israel recuperó la ciudad durante la Guerra de los Seis Días.

La reocupación judía de la ciudad de Jerusalén es una prueba positiva de que vivimos en la época del regreso del Señor.

Un Desafío Provocativo

Siempre que presento un panorama de las señales de los tiempos que apuntan al pronto regreso de Jesús, a menudo me enfrento a alguien — a menudo un cristiano profesante — que dice: “Vamos, David, estas señales de las que estás hablando siempre han existido en un grado u otro, entonces, ¿qué más hay de nuevo?”. Luego procederán a señalar que siempre ha habido guerras y rumores de guerra, siempre ha habido calamidades naturales y, a lo largo de la historia, los cristianos siempre han sido perseguidos. Luego viene el desafío inevitable: “Muéstrame algo realmente nuevo y único que claramente señale nuestro tiempo como la época del regreso del Señor”.

El desafío es comprensible, pero no del todo legítimo. Eso es porque Jesús dijo que las señales de los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). En otras palabras, las señales aumentarían en frecuencia e intensidad a medida que se acerca el momento del regreso de Jesús. Habría más terremotos, y más intensos. Las guerras serían más frecuentes, y más horribles en su grado de devastación. Eso, por supuesto, es exactamente lo que ha sucedido en este siglo. Todas las señales han ido aumentando exponencialmente, tanto en frecuencia como en intensidad.

Pero, aun así, es legítimo preguntarse si hay señales que sean verdaderamente únicos para nuestro tiempo— señales que nunca antes existieron. ¿Hay nuevas señales que apuntan claramente a este período de la historia como el tiempo del regreso del Señor? La respuesta es sí.

Una Profecía Clave

Un versículo que viene inmediatamente a la mente a este respecto se encuentra en Daniel 12. El Señor le dio a Daniel muchas profecías. Las relacionadas con su tiempo las entendió claramente. Incluso pareció entender las profecías que el Señor le dio en relación con tiempos lejanos, como la sucesión de imperios gentiles que finalmente conduciría al establecimiento del Imperio Romano. Pero, en lo que respecta a las profecías sobre los tiempos del fin, Daniel no entendió lo que le fue revelado.

Luchó poderosamente con las profecías y finalmente clamó al Señor con desesperación. “He oído”, dijo, “¡pero no comprendo! ¿Qué significan estos eventos?” (Daniel 12:8). El Señor, en efecto, respondió diciendo: “¡Tranquilízate, Daniel, porque no te corresponde a ti entender!”. Las palabras reales del Señor fueron: “Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin” (Daniel 12:9). Daniel tenía la responsabilidad de pronunciar las profecías, no de comprenderlas.

Note que a Daniel se le dijo que las profecías no se entenderían sino “hasta el tiempo del fin”. De hecho, en el versículo siguiente, el Señor le dijo a Daniel que, en el momento apropiado “los entendidos comprenderán” (Daniel 12:10).

En consecuencia, hay muchas profecías del tiempo del fin que nunca se han entendido hasta ahora, ya sea porque su comprensión dependía de eventos históricos o porque dependían de los desarrollos tecnológicos. El hecho de que estas profecías se hayan vuelto comprensibles en los últimos años por primera vez es una prueba positiva de que estamos viviendo en los tiempos del fin. Veamos algunos ejemplos del libro de Apocalipsis.

Ejemplos del Apocalipsis

La Matanza de la Tribulación — Apocalipsis 6 dice que la Tribulación comenzará con una serie de juicios que ocasionarán la muerte de una cuarta parte de la humanidad. La población mundial se acerca a los 7 mil millones. Si se eliminan mil millones en el Rapto, dejando 6 mil millones atrás, eso significa que mil quinientos millones de personas morirán en los juicios iniciales, reduciendo la población mundial a cuatro mil quinientos millones. La próxima serie de juicios, registrada en Apocalipsis 8 y 9, matará a otro tercio de la humanidad. Un tercio de 4,500 millones es otro 1,500 millones. Por lo tanto, en los primeros 3 años y medio de la Tribulación, un total de 3 mil millones de personas morirán. ¡Eso es la mitad de la población del mundo!

¿Es esto posible aparte del uso de armas nucleares? Sólo si es una intervención sobrenatural de Dios. Pero Dios normalmente obra a través de procesos naturales.

Me parece que la matanza sin precedentes de la Tribulación apunta a las armas nucleares. Apocalipsis 8 habla de un tercio de la tierra quemado y un tercio de los mares contaminados (Apocalipsis 8:7–8). Más adelante en la Tribulación, cerca del final, se nos dice que la gente sufrirá de “úlceras malignas y pestilentes” (Ap. 16:2). Eso suena como uno de los efectos del envenenamiento por radiación.

El advenimiento de las armas nucleares hace posible por primera vez la abrumadora carnicería de la Tribulación descrita en Apocalipsis. Creo que la energía nuclear fue a lo que Jesús se refirió en Su Discurso del Monte de los Olivos, cuando dijo que los tiempos del fin se caracterizarán por “hombres desfalleciendo por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas” (Lucas 21:26, énfasis agregado).9

Las profecías sobre la carnicería de la Tribulación han dependido claramente de un gran avance tecnológico para su comprensión. Ese avance se produjo el 16 de julio de 1945, cuando explotó la primera bomba atómica en Nuevo México. Cuando explotó la primera bomba de hidrógeno en 1952, entramos en la era en la que, por primera vez en la historia de la humanidad, podíamos infligirnos el tipo de carnicería que se describe en el libro de Apocalipsis.

El Ejército de 200 millones — Los capítulos 9 y 16 de Apocalipsis establecen que un ejército de 200 millones de soldados marchará “desde el Oriente” hacia Israel. Daniel 11 indica que éste será un ejército que representará a las naciones en rebelión contra el Anticristo.

Los demógrafos estiman que la población total del mundo en el momento en que el apóstol Juan escribió Apocalipsis (95 d.C.) era sólo de 200 millones.10 ¿Cómo podría un ejército de ese tamaño marchar desde el este? No tiene sentido. De hecho, ¡se necesitaron 1,650 años para que la población mundial se duplicara a 400 millones! A principios de este siglo, la población mundial total era de sólo 1,600 millones, todavía demasiado pequeña para que un ejército de 200 millones marchara desde el este.

Pero el siglo XX fue testigo de un aumento exponencial de la población. El recuento de población es ahora de 7 mil millones, y sólo una nación al este de Israel — a saber, China — podría desplegar un ejército de 200 millones.

Aquí tenemos un ejemplo claro de una profecía sobre los tiempos del fin que nunca podría entenderse aparte de los desarrollos históricos.

Los Dos Testigos — Apocalipsis 11 revela que dos grandes testigos de Dios predicarán en la ciudad de Jerusalén durante los primeros tres años y medio de la Tribulación. Luego, en medio de ese terrible período, el Anticristo los matará.

Se nos dice, además, que sus cadáveres estarán en las calles de Jerusalén durante tres días y medio y que toda la gente del mundo los contemplará. ¿Cómo es posible? Antes de 1957, esa profecía no era comprensible en términos naturales. No había forma de que toda la gente del mundo pudiera ver dos cadáveres en las calles de Jerusalén.

Todo eso cambió el 4 de octubre de 1957, cuando los rusos enviaron el primer satélite Sputnik. Hoy en día, nuestro planeta tiene muchos satélites artificiales que lo rodean, lo que hace posible todo tipo de comunicación instantánea.

Cuando esos dos profetas yazcan muertos en las calles de Jerusalén, todo lo que alguien tendrá que hacer es apuntar con una cámara de televisión hacia ellos, enviar la señal a un satélite y todo el mundo podrá mirarlos. Una vez más, la tecnología moderna ha hecho comprensible por primera vez una antigua profecía.

La Imagen de la Bestia — Apocalipsis 13 dice que el líder religioso del Anticristo, el Falso Profeta, hará una imagen del Anticristo que parecerá cobrar vida y hablar. Este engaño sorprenderá a la mayoría de la población mundial, y hará que muchos de ellos le den su lealtad al Anticristo.

¿Cuál es la explicación de este evento? Muchos han llegado a la conclusión de que Satanás facultará al Falso Profeta para dar vida a la imagen. Pero Satanás no tiene el poder de crear vida. Satanás es un mentiroso y un engañador.

Entonces, nuevamente, ¿cómo puede el Falso Profeta dar vida a una imagen? No veo ninguna forma de que él lo haga aparte de la tecnología moderna. La ilusión se puede crear mediante el uso de la robótica moderna.

En 1967 llevé a mi familia a Disneyland. Entramos en un teatro y cuando se abrió el telón, vimos a un hombre que se parecía exactamente a Abraham Lincoln sentado en una silla en el centro del escenario. Se puso de pie, caminó hasta el borde del escenario, agarró las solapas de su chaqueta y procedió a citar el Discurso de Gettysburg. Cuando terminó, una señora detrás de mí exclamó: “¿No era un buen actor?”. No era un actor. El “actor” era un robot.

Eso fue hace muchos años. Piense en lo que se podría hacer hoy con los avances que se han hecho en robótica y tecnología informática.

La Marca de la Bestia — Otra profecía en Apocalipsis 13 que depende de la tecnología moderna es la famosa que establece que el Anticristo controlará la economía mundial al exigir que las personas lleven su marca o nombre en la mano o en la frente para comprar o vender cualquier cosa.

Una vez más, ¿cómo podía ser esto posible antes de la invención del láser y la tecnología informática, combinada con el posicionamiento de los satélites orbitales?

Esta tecnología ya está muy avanzada. Hace poco estuve en Londres y descubrí que los taxis en esa ciudad están siendo rastreados por satélite. Los semirremolques aquí en Estados Unidos están siendo rastreados de la misma manera. Los veterinarios anuncian que pueden implantar microchips debajo de la piel de su mascota. Estos chips pueden leerse con un escáner en caso de que su perro o gato se pierda. Incluso pueden permitir que su mascota sea rastreada por satélite.

Casi nos hemos convertido en una sociedad sin efectivo, y la mayoría de las compras se realizan con tarjeta de crédito. El problema con las tarjetas es que se pueden perder o robar. Una buena solución sería usar un láser para poner el número de su tarjeta de crédito en su mano de tal manera que pueda ser leído por un escáner. El punto es que, por primera vez en la historia, las herramientas tecnológicas están en su lugar para que el Anticristo ejerza control sobre la población mundial.

El Río Éufrates — Como mencioné anteriormente, en Apocalipsis 9 y 16 se nos dice que un ejército de 200 millones, liderado por “los reyes del oriente”, marchará a través de Asia hacia Israel durante la Tribulación, muy probablemente en rebelión contra el Anticristo. Apocalipsis 16:12 indica que este ejército será retenido en el río Éufrates hasta que su agua se seque repentinamente, lo que les permitirá cruzar y proceder al Valle de Armagedón.

Ahora, el Señor podría secar milagrosamente el agua del río Éufrates sin ningún problema, así como dividió el mar Rojo para Moisés y secó el río Jordán para Josué. Pero creo que es muy interesante que esto ahora se pueda lograr de la noche a la mañana a través de medios naturales. En 1990, Turquía completó la construcción de la enorme presa de Ataturk en el Éufrates y, de hecho, cortaron el flujo del río para llenar el lago detrás de la presa. Esta acción casi resultó en una guerra con Irak.

Otras Señales Contemporáneas 

La lista de señales de la época moderna dada anteriormente no es exhaustiva. Son simplemente algunas que he extraído del libro de Apocalipsis. Hay otras que son exclusivas de nuestro tiempo que se pueden encontrar en escrituras proféticas fuera del libro de Apocalipsis. Permítanme mencionar algunos.11

Lo primero que me viene a la mente es la aceleración de la vida. En Daniel 12:4 se nos dice que la velocidad del transporte y el volumen de conocimiento aumentarán enormemente en los tiempos del fin. Hemos sido testigos del cumplimiento de esta profecía en nuestra vida. Cuando comenzó el siglo XX, la gran mayoría de las personas seguían viajando de la misma manera que lo habían hecho desde los albores de la historia de la humanidad — es decir, caminando y montando a caballo. Hoy tenemos automóviles, trenes bala, aviones supersónicos y naves espaciales. Y todo esto se desarrolló en sólo 100 años.

Del mismo modo, el crecimiento del conocimiento ha sido abrumador. Se duplica cada diez años. ¡Una edición de la edición dominical del New York Times contiene más información de la que estuvo expuesta una persona promedio en el siglo XIX en su vida! A través de la World Wide Web, puedo acceder casi instantáneamente a recursos de investigación en todo el mundo. Con el clic de la tecla de una computadora, puedo ir a la Biblioteca del Vaticano, y de allí a la Biblioteca del Congreso, y de allí al Museo de Jerusalén.

El principio del acelerador también se ha evidenciado en la evangelización mundial, a través del poder del Espíritu Santo. El setenta por ciento de toda la obra misionera realizada por la Iglesia en sus dos mil años de historia se ha realizado desde 1900. El setenta por ciento de eso se ha hecho desde 1948, ¡y el 70% de eso se ha logrado en los últimos diez años! En otras palabras, la proclamación del Evangelio está en una curva exponencial.12

Gran parte del aumento moderno en el alcance de las misiones se debe a la tecnología, mediante el uso de radio, televisión, películas, satélites e Internet. En abril de 1996, Billy Graham predicó un sermón que se transmitió a 200 países en 40 idiomas diferentes. Se estima que 2,500 millones de personas escucharon o vieron el mensaje. A la presentación le siguió la distribución de 445 millones de piezas de literatura en más de cien idiomas.13

Lo que estamos presenciando en el alcance misionero es el cumplimiento de la profecía de Jesús cuando dijo: “Este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

La Singularidad de Nuestra Era

Después de revisar las profecías enumeradas anteriormente, no creo que necesitemos ninguna escritura en la pared para indicarnos que estamos viviendo en una época única. Los desarrollos históricos y los inventos tecnológicos nos están haciendo posible comprender muchas profecías del tiempo del fin por primera vez.

Incluso el fenomenal éxito del libro de Hal Lindsay, La Agonía del Gran Planeta Tierra, es una señal única de los tiempos. ¿Qué fue lo que el Señor le dijo a Daniel? — “Séllala hasta el tiempo del fin, cuando los entendidos comprenderán” (Daniel 12:9–10).

No hay forma de escapar a la conclusión de que vivimos en un tiempo prestado. Las señales de los tiempos están sobre nosotros y están clamando nuestra atención.

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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