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miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Es la Biblia realmente única?

¿Es la Biblia realmente única entre todos los demás libros religiosos?


Lamb & Lion Ministries lleva a cabo conferencias bíblicas en el área de Dallas, Texas. El tema de Junio 2010 fue Defendiendo la Fe. Uno de nuestros oradores fue Mike Gendron, fundador de Proclaiming the Gospel Ministries, un ministerio que sirve para glorificar al Señor Jesucristo al equipar y animar a los cristianos a proclamar el Evangelio clara, fiel y efectivamente. Considerado un experto en doctrina cristiana, hizo un trabajo magistral al responder esta pregunta tan importante.

Mike Gendron, autor y orador

Mike Gendron acerca de la Verdad de la Biblia

¿Está preparado para dar una respuesta persuasiva a un escéptico que le haga esa pregunta?

Hace tan sólo 10 años, sólo eran los no cristianos los que estaban preguntando si la Biblia era realmente única, pero ahora tenemos a muchos cristianos profesantes dentro del Movimiento de la Iglesia Emergente que están preguntando, “¿Por qué debería alguien creer en la Biblia?” La razón es porque niegan la autoridad de la Palabra de Dios. Dicen que la verdad es subjetiva, es relativa y que la verdad de alguien es tan válida como la verdad de otra persona. ¿Cómo respondería a estos comentarios desacertados? Los estamos escuchando cada vez más a medida que este movimiento invade a la Iglesia de Jesucristo.


La Biblia es lo que Dios dice, la religión es lo que el hombre dice que Dios dice. Estoy realmente cansado de que las personas escuchen lo que el hombre dice que Dios dice. Necesitamos dirigir a los personas de regreso a la fuente de la verdad – la Palabra de Dios. Así, cuando una persona mira en todos los libros religiosos que existen, preguntamos, “¿Qué libro religioso es la mejor autoridad para la verdad?”

El mundo está escogiendo muchos libros religiosos diferentes. Quiero compartir con usted lo que creo que son diez formas en las que la Biblia no tiene quien la iguale, que la Biblia es única cuando se trata de todos los libros religiosos del mundo.

1. Origen Divino

La primera forma en la que la Biblia es única es en su origen divino. Los autores afirman que sus palabras fueron inspiradas por Dios. Vemos eso en 2 Timoteo 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios…”. Tenga en cuenta que es la Palabra de Dios la que es inspirada, no los escritores. Así pues, cuando usted lee la Biblia, está leyendo una voz. Es la voz de Dios. De hecho, los autores incluso afirmaron que hablaron por Dios. La frase, “Así dice el Señor” ocurre casi 500 veces a lo largo de la Escritura. Con estas afirmaciones esperaríamos entonces que la Biblia cumpliría o excedería los más altos estándares de precisión.

2. Única en Unidad y Armonía

Dios comisionó a 40 autores diferentes de todos los ámbitos de la vida, durante un período de 1500 años en tres continentes, a escribir los 66 libros de la Biblia. Desde Génesis hasta Apocalipsis, los escritores están unidos en verdad para revelar un drama complejo acerca de la redención del hombre por Dios, desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. ¡Sólo piense cuán increíble es esto! Aquí tiene a estos 40 hombres separados por 1500 años coincidiendo todos en unidad y armonía en lo que la Palabra de Dios es.

3. Popularidad e Influencia

La Biblia es el libro más distribuido en la historia. Ha sido leída, estudiada y citada por más personas que cualquier otro libro. Ningún otro libro ha impactado a la sociedad y la cultura de forma tan impresionante o ha cambiado vidas tan dramáticamente.

4. Confiabilidad de Transmisión

Un pastor hizo el más grande descubrimiento de manuscritos en la historia en 1948, cerca del Mar Muerto. Manuscritos completos como Isaías, los Salmos y Deuteronomio fueron copiados hace más de 2,000 años y encontrados en estas cuevas cerca del Mar Muerto. Estos manuscritos antiguos son esencialmente los mismos que nuestras copias modernas. Esto demuestra que fueron transmitidas a través de los años con extraordinaria precisión.

5. Indestructibilidad

La Biblia ha soportado un intenso escrutinio por miles de escépticos y sobrevivido a los ataques continuos de emperadores, reyes y dictadores. Todos ellos fracasaron en sus intentos de silenciar el mensaje. ¡La Palabra de Dios permanecerá para siempre! Sabemos que el cielo y la tierra pasarán, pero la Palabra de Dios permanecerá para siempre.

6. El Mensaje de Salvación

¿Sabía que la Biblia es también única en su mensaje de salvación? La Biblia proclama que la salvación es ofrecida como un regalo gratuito de la gracia de Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo. Todos los demás libros religiosos declaran que el hombre debe merecer la salvación por medio de obras, rituales religiosos y/o guardar la ley. Ninguna otra religión ofrece al Salvador. El Cristianismo no tiene quien le iguale.

7. Precisión Histórica y Geográfica

Los arqueólogos continúan desenterrando evidencia de pueblos, lugares y culturas antiguas que están descritos en la Biblia. Las descripciones siempre han demostrado ser completamente confiables y precisas.

8. Dolorosamente Honesta

La Biblia es única en que es dolorosamente honesta en los relatos de sus héroes. La Biblia muestra que Jacob, uno de los padres del pueblo escogido de Dios, era un engañador. Muestra que Moisés, el Legislador, como un asesino. Muestra a David, el rey y líder espiritual más amado de Israel, como un adúltero. Muestra a Pablo, quien escribió más de la mitad del Nuevo Testamento, como el peor de los pecadores. Y muestra a Pedro como un traidor al Señor Jesucristo. Éste es otro indicio que la Biblia es inspirada. Usted mira a cualquier otro libro escrito por autores y lo único que hacen es jactarse de sus logros y ocultan sus actividades pecaminosas y vergonzosas.

9. Precisión Científica

Las referencias científicas acerca del universo físico registradas en la Biblia hace miles de años no fueron descubiertas hasta la época moderna usando la tecnología moderna. El Dios que creó el Universo y que puso en marcha las leyes que gobiernan nuestro mundo es el mismo Dios que inspiró a los escritores de la Biblia a registrar estos misterios fascinantes. La fe cristiana no es una fe ciega. Está basada en evidencia verificable.

10. La Profecía Bíblica

La última y quizá la razón más poderosa para que la Biblia sea única es la profecía bíblica. Es profética en el sentido que más del 30% de la Biblia contiene en realidad escrituras que predicen eventos futuros. La Biblia contiene más de 1,800 profecías que predicen detalles específicos acerca del Mesías, acerca de Israel, acerca de naciones individuales y ciertas ciudades. A medida que la profecía está siendo cumplida, es clara evidencia que la Biblia fue inspirada por un Dios soberano que controla todas las cosas.

El autor de la Biblia es ciertamente el Dios de Maravillas que conoce el fin desde el comienzo, y deberíamos prestar mucha atención a lo que Él ha revelado en Su Palabra verdaderamente única.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
Is the Bible truly unique?

Cortesía de:
Lamb & Lion Ministries (
lamblion.com)

Watch the program:

sábado, 30 de octubre de 2010

El Purgatorio: ¿Fuego Purificador o Fábula Mortal?


Los católicos que creen que un fuego purificador purgará sus pecados son víctimas engañadas de una mentira mortal. La invención de un lugar para la purificación de los pecados llamado el Purgatorio es una de las atracciones más seductoras de la religión católica romana. El Pastor John MacArthur, de Grace Community Church, describió de forma brillante este fraude engañoso. Él dijo:

“El Purgatorio es lo que hace que todo el sistema funcione. Quite el Purgatorio y sería difícil ser un católico. El Purgatorio es la red de seguridad, de que cuando muera, no irá al infierno. Usted va (al Purgatorio) y arregla las cosas y finalmente llega al Cielo si ha sido un buen católico. En el sistema católico nunca sabes si vas a ir al Cielo. Sólo sigues intentando e intentando… en un largo viaje hacia la perfección. Bien, es muy desalentador. Las personas en ese sistema están llenos de culpa, llenos de temor y no tienen conocimiento acerca de si entrarán o no al Reino. Si no hay ningún Purgatorio, no hay ninguna red de seguridad que me agarre y que me dé alguna oportunidad para llegar al Cielo. Es una segunda oportunidad, es otra oportunidad después de la muerte” (De “El Papa y el Papado” – enlace en inglés).

El Origen del Purgatorio

No hubo ninguna mención del Purgatorio durante los dos primeros siglos de la Iglesia. Sin embargo, cuando el Emperador romano Teodosio (379-395) decretó que el Cristianismo sería la religión oficial del imperio, miles de paganos inundaron la Iglesia y trajeron con ellos sus creencias y tradiciones paganas. Una de esas creencias paganas era un lugar de purificación adonde las almas iban para hacer satisfacción por sus pecados.

El concepto se extendió mucho más cerca del 600 A.D., debido al fanatismo del Papa Gregorio el Grande. Él desarrolló la doctrina a través de visiones y revelaciones de un fuego Purgatorio. Según la Enciclopedia Católica (EC), el Papa Gregorio dijo que los católicos “expiarán sus culpas por llamas purgatorias”, y “el dolor (es) más intolerable que lo que cualquiera pueda sufrir en esta vida”. Siglos después, en el Concilio de Florencia (1431), fue declarado un dogma infalible. Luego fue reafirmado por el Concilio de Trento (1564). El dogma se basa en gran parte en la tradición católica de escritos extra-bíblicos e historia oral.

“Tan profundo estaba arraigada esta creencia en nuestra común humanidad que fue aceptada por los judíos y, al menos en una forma oscura, por los paganos, mucho antes de la aparición del Cristianismo” (EC).

Parece incomprensible que Roma admita usar una tradición pagana para la defensa de una sus más estimadas doctrinas “cristianas”.

El Engaño del Purgatorio

El Purgatorio proviene de una palabra en latín “purgare”, que significa limpiar o purificar. La Enciclopedia Católica define el Purgatorio como “un lugar o condición de castigo temporal para los que, muriendo en la gracia de Dios, no están completamente libres de fallas veniales, o no han pagado completamente la satisfacción debido a sus transgresiones”. Ellos deben ser purificados de estos pecados “veniales” antes de que se les permita entrar al Cielo. Aquí observamos al catolicismo perpetuando la mentira seductora de Satanás al declarar “ciertamente no morirás” cuando cometas pecados veniales (Gn. 3:4).

El Concilio de Trento se atreve a declarar que “Dios no siempre remite el castigo completo debido al pecado junto con la culpa. Dios requiere satisfacción y castigará el pecado… El pecador, fallando en hacer penitencia en esta vida, puede ser castigado en otro mundo, y así no ser alejado eternamente de Dios” (Sesión 15, Can. Xi).

Esos obispos católicos tuvieron la audacia de declarar que el sacrificio y la muerte del hombre perfecto de Dios y el perfecto substituto del hombre no fueron suficientes para satisfacer la justicia divina por el pecado.

La Motivación del Purgatorio

Durante el curso de los siglos, se han pagado billones de dólares a los sacerdotes católicos romanos para obtener alivio de sufrimientos imaginarios en el fuego del Purgatorio. El clero católico ha enseñado siempre que el periodo de sufrimiento en el Purgatorio puede ser acortado comprando indulgencias y novenas, comprando tarjetas de misas y proveyendo ofrendas de dinero. Cuando un católico muere, se extrae dinero a los seres amados dolientes para acortar el castigo del fallecido en el Purgatorio.

Cuando mi querido anciano padre falleció como un devoto católico de 79 años, estaba sorprendido por los cientos de tarjetas de misas compradas para él por amigos bienintencionados. Hemos oído de otros católicos que han dejado en herencia sus propiedades enteras a su religión para que misas perpetuas puedan ser ofrecidas por ellos después de que mueran. No es de extrañar que la religión católica se haya convertido en la institución más rica del mundo. La compra y venta de la gracia de Dios ha sido un negocio muy lucrativo para el Vaticano.

Otro motivo de Roma para fabricar la doctrina herética del Purgatorio es su poderoso efecto para controlar a las personas. En última instancia, la esclavitud y la subyugación de las personas es la meta de toda religión falsa, y el Purgatorio hace exactamente eso. El concepto de una prisión aterradora con un fuego purgador, gobernado por líderes religiosos, es un invento muy brillante. Mantiene a la gente cautiva, no sólo en esta vida sino también en la próxima vida. El clero católico no dirá cuántos años tienen que sufrir las personas por sus pecados o cuántas misas deben ser compradas antes de que puedan ser liberados de las llamas. ¡Este temor y esta inseguridad espantosos es la forma más despiadada de esclavitud religiosa y engaño!

El Apoyo Bíblico para el Purgatorio

¡No existe absolutamente ninguno! De hecho, ni la palabra ni el concepto de un fuego purificador del pecado se encuentran en la Escritura. El Vaticano fue confrontado con esto en el siglo XVI cuando los Reformadores protestaron su práctica de comprar y vender la gracia de Dios a través de las indulgencias. Acorralado en una esquina, el Concilio de Trento añadió los libros apócrifos a su canon de la Escritura. Roma declara ahora que existe apoyo escritural para el Purgatorio en el libro apócrifo de 2 Macabeos. El Concilio ignoró el hecho de que los escribas judíos nunca reconocieron a los libros apócrifos como inspirados o como parte de las escrituras hebreas. Nunca fueron incluidos debido a sus muchos errores históricos, teológicos y geográficos. Dado que Dios no es el autor del error, Él obviamente no inspiró a los escritores de la Apócrifa. Éste es el porqué la Apócrifa nunca fue incluida en el canon original de 66 libros.

Los versos apócrifos que Roma usa para defender su doctrina del Purgatorio se refieren a los soldados judíos que murieron usando amuletos paganos alrededor de sus cuellos. Judas Macabeo,
“Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado” (2 Macabeos 12:43-46).

Roma argumenta que dado que Judas Macabeo oró por los muertos, debe haber esperanza por aquellos que mueren en pecado. Esto, por supuesto, va en contra de lo que la Palabra de Dios declara,

“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Heb. 9:27).

El intento de Roma de dar crédito al Purgatorio al usar esta práctica impía de los judíos, que tuvieron una historia de desobediencia a Dios, es patético.

En otro intento por encontrar apoyo para el Purgatorio, muchos católicos apuntan a este versículo:

“Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Cor. 3:15).

Claramente, el contexto de este versículo es la prueba de las obras de un hombre por el fuego. Las obras que sobreviven son las obras hechas para la gloria de Cristo y son llamadas oro, plata y piedras preciosas (Ef. 2:10). Todas las otras obras superfluas son quemadas en el fuego y son llamadas madera, heno y hojarasca. No son los pecados del hombre que están siendo purgados, son las obras espurias del hombre las que están siendo quemadas y destruidas.

La Reprensión Bíblica del Purgatorio

La Palabra de Dios no deja absolutamente ninguna posibilidad para que el pecado sea purgado por algo más que la sangre de Jesucristo. El querido apóstol Juan escribió estas palabras con claridad irrefutable. Él escribió,

“La sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado” y “de toda maldad” (1 Jn. 1:7,9).

¡Juan no dijo “algunos” o la “mayoría” de pecados, sino que todos! Esto reprende rotundamente la necesidad de un fuego purgador de pecados. La Palabra de Dios también declara, “Casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb. 9:22). Cuando Jesús “habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Heb. 1:3). Los que desean tener sus pecados purgados necesitan confiar en una persona, no en un lugar. ¡La sangre de Cristo es el único agente limpiador del pecado! Aquellos que vienen a la cruz de Cristo deben venir con manos vacías de fe, no trayendo nada más que sus pecados.

Cada creyente comprado con sangre está instantáneamente presente con su Redentor al momento de su muerte. Estar “ausente del cuerpo” es estar “presentees al Señor” (2 Cor. 5:6-8). Esta buena noticia fue afirmada por el Señor con la promesa que Le dio al ladrón arrepentido en el Calvario. Él le dijo, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc. 23:43). Este pecador habitual no necesitó un fuego para purgar sus pecados.

A los católicos que creen en el Purgatorio debe preguntárseles: “¿Quién está a cargo de liberar las almas del fuego purgador?” No puede ser Dios debido a Su promesa a los creyentes. “No me acordaré más de sus pecados e iniquidades” (Heb. 10:17).

Después de la conversión, Dios no cuenta más los pecados contra Sus hijos (2 Cor. 5:19).


El Purgatorio es una burla indignante de la justicia de Dios y una mentira vergonzosa que le roba a Cristo Jesús Su gloria y honor. Él solo satisfizo la justicia divina, de una vez por todas, por el sacrificio perfecto y completo de Sí Mismo. El engaño fatal del Purgatorio ciega a los católicos del glorioso Evangelio de la gracia. Es una de las muchas mentiras de Satanás que evita que sus cautivos conozcan y confíen en la suficiencia de Jesucristo. Es Cristo solo que nos presentará “sin mancha delante de Su gloria” (Judas 24).

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Proclaiming the Gospel Ministries (pro-gospel.org)

martes, 12 de octubre de 2010

¿Necesita la Iglesia Cristiana ser evangelizada?


La iglesia cristiana visible ya no es un santuario para el pueblo de Dios. En cambio, se ha convertido en un gran campo misionero que necesita ser evangelizado. Las iglesias ahora están llenas de cristianos profesantes que dicen que tienen fe pero que nunca han nacido de Dios. Esto no debería sorprendernos, por causa de la parábola que Jesús dio en Mateo 13:25-43 que describe los días postreros. Él habló de un hombre dueño de un campo que sembró buenas semillas (los hijos del reino) en su campo, pero mientras sus hombres dormían, vino el enemigo y sembró cizaña (los hijos del diablo). Jesús dijo que el hombre dueño del campo es el Hijo del Hombre y que el enemigo es el diablo.

Actualmente tenemos mucha cizaña en nuestras iglesias debido a que los líderes de la iglesia no están protegiendo los campos. Muchos han hecho crecer sus iglesias a la manera del hombre en lugar de a la manera de Dios. Esta estrategia utilitarista ha producido algunas consecuencias trágicas – de las cuales la más seria es la falsa esperanza que da a la cizaña no convertida. Algunos de la cizaña son víctimas de métodos de evangelismo antibíblicos; otros son víctimas de evangelios falsificados. Estas víctimas no le pueden decir los elementos esenciales del Evangelio o lo que Dios requiere para entrar al Cielo. Algunos saben que su deuda eterna de pecado debe ser perdonada, pero muy pocos saben que también necesitan la justicia de Jesús y nacer de nuevo del Espíritu.

La necesidad del Nuevo Nacimiento

Jesús le dijo a Nicodemo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:5). Sólo el Dios triuno puede producir vida. Jesús dijo: “Como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida” (Juan 5:21). “El Espíritu es el que da vida” (Juan 6:63). Dios llama a los espiritualmente muertos a la vida por medio de Su Palabra. “Él, de Su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad” (Stg. 1:18). Los hijos de Dios son “renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 P. 1:23).

La fe salvadora viene del escuchar la palabra de Cristo. De ella aprendemos las doctrinas esenciales de la salvación: los atributos de Dios, el Evangelio de la gracia y la obra redentora de Jesucristo. Cuando las personas escuchan la Palabra de Dios y, mediante el Espíritu de Dios, confían en el Hijo de Dios, se convierten en un hijo de Dios, todo para la gloria de Dios.

Así como el hombre no puede iniciar su nacimiento físico, también es incapaz de causar su nacimiento espiritual. Antes que cualquiera de nosotros naciera, no pudimos haberle suplicado a nuestros padres que nos concibieran. ¡No existíamos! Lo mismo es cierto en la esfera espiritual (Juan 1:12-13). Los hijos de Dios no son nacidos de sangre (la vida espiritual no se hereda genéticamente), ni de voluntad de carne (la vida física no puede producir la vida espiritual, la carne sólo puede producir carne), ni de voluntad de hombre (la vida espiritual no puede iniciarse por los deseos de los hombres).

Entonces, ¿cómo ayudamos a la cizaña no convertida a ver que han sido confundidos o engañados? Como creyentes, debemos animar a todos a probar su fe por su propio bien así como para la gloria de Cristo. Pablo escribió: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estés reprobados?” (2 Cor. 13:5). Pedro nos exhortó: “Tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección” (2 P. 1: 10).

Siempre adoro escuchar testimonios de cómo nuestro Señor soberano llama hacia Él a los pecadores perdidos. Así pues, siempre que conozco cristianos, con frecuencia les pido que describan los eventos que rodearon su conversión. Una bandera roja se eleva si dicen que se hicieron cristianos en el momento que fueron: bautizados, pasaron al frente en una llamada al altar, repitieron una oración, firmaron una tarjeta de compromiso, se unieron a una iglesia local o que nacieron de padres cristianos. Hablando la verdad en amor, les explico que uno no se puede convertir en cristiano sin arrepentimiento y sin fe en el Señor Jesucristo (Hch. 20:21).

Muchos creen en un Evangelio falsificado

¿Qué acerca de aquellos que dicen que tienen fe en Jesús pero que no muestran ninguna evidencia de una vida cambiada? Todos ellos pueden creer en el Jesús histórico que vivió hace 2000 años, pero pocos de ellos creen lo que Él enseñó, lo que promete, lo que ordena, lo que consumó y lo que ahora está haciendo. Pueden ser víctimas de un evangelio falsificado, una versión adulterada que es ofrecida por un dios de amor genérico. Este evangelio ofrece un “seguro contra incendios” sin ningún llamado al arrepentimiento (Lc. 24:47). Es un evangelio de gracia barata que fracasa en instruir a las personas a decir “no” a la impiedad y a los deseos mundanos (Tito 2:12).

El otro evangelio falsificado que engaña a las personas es el asesino de la gracia, el evangelio de obras. Inicialmente introducido por los judaizantes, este evangelio nulifica la gracia de Dios al añadir requisitos para la salvación tales como la circuncisión, el bautismo, los sacramentos, las buenas obras, el guardar la ley, la penitencia o las indulgencias (Gál. 1:6-9).

Si no confrontamos amorosamente a las víctimas del evangelismo antibíblico y de evangelios falsificados, un día podrían oír las palabras más aterradoras que alguien puede alguna vez escuchar cuando Jesús diga: “Nunca os conocí, apartaos de Mí”. Estas horrorosas palabras serán escuchadas por muchos cristianos profesantes en el día final (Mt. 7:22-23).

Dos formas de probar la Fe

Aquellos que quieren probar su fe ahora, antes de que sea demasiado tarde, pueden hacerlo de dos maneras – objetivamente y subjetivamente. La prueba objetiva es ésta: ¿Ha creído usted las verdades objetivas de la Palabra de Dios? Pablo escribió: “Habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo” (Ef. 1:13). La Palabra de Dios es nuestra autoridad suprema para conocer la verdad objetiva. Debemos creer en el Evangelio eterno tal como está revelado en la Escritura. Hoy es el mismo Evangelio que el de hace 6000 años. El Evangelio de hoy es el mismo que el de hace 6000 años.

La prueba subjetiva hace la pregunta: ¿Hay alguna evidencia de fe salvadora? La fe genuina produce buenas obras, pero la fe sin obras está muerta (Ef. 2:10; Stg. 2:17). Esta segunda prueba es subjetiva, ya que existen diferentes niveles de madurez y crecimiento mientras los creyentes caminan con Cristo. Los nuevos bebés en Cristo pueden no mostrar tanta evidencia como aquellos que han caminado con Él durante muchos años. Cuando al principio nacemos en la familia de Dios, no nos parecemos en nada a Su Hijo. Pero, a medida que crecemos en la gracia y el conocimiento de Dios, por medio del poder del Espíritu Santo, somos conformados a la imagen de Cristo. Esto también lo miramos en el plano físico. Cuando un bebé nace, podría no parecerse a sus padres. Pero, a medida que crece, empieza a tomar las características físicas de sus padres.

El apóstol Juan nos da un retrato de cómo se miran los hijos de Dios en su primera epístola. Aquellos que son nacidos de Dios son adoptados en Su familia eterna para andar en la luz (1:6-7); guardan Sus mandamientos (2:3-5); no aman al sistema mundial (2:15); anhelan el regreso de Cristo para que puedan ser como Él (3:2-3); viven para agradarle y evitan pecar (3:7-8); aman a Sus otros hijos (3:14) y usan la doctrina apostólica para el discernimiento (4:6). Cada uno de nosotros debe determinar si ésta es una imagen de cómo nos vemos.

Dos clases de Fe

La prueba de la fe de uno es vital ya que la Biblia habla de dos clases de fe – una “fe dada por Dios, sobrenatural y salvadora” y una fe “muerta” que se encuentra en el hombre natural no convertido. Pablo escribió de personas que creyeron en vano debido a que no se aferraban a la enseñanza apostólica (1 Cor. 15:2). Jesús habló de otros que creyeron por las razones equivocadas (Juan 2:23).

La fe muerta está limitada a lo que el hombre natural puede comprender sin la ayuda divina debido a que sido cegado por Satanás y no puede ver la luz del Evangelio (2 Cor. 4:4). Ésa es la razón por la que Pablo escribió: “Que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Cor. 2:5).

La fe dada por Dios se inicia en la voluntad de Dios y es un regalo dado por el Padre de arriba (Fil. 1:29; Stg. 1:17). Será perfeccionada por el Hijo de Dios mientras el recipiente se conforma a la Palabra de Dios. Jesús es el Autor y Perfeccionador de esta fe, que es la certeza de lo que se espera y la convicción de las cosas que no se ven (Heb. 11:1, 12:2).

Los que tienen la fe dada por Dios entran por la puerta estrecha trayendo nada más que sus pecados a la cruz (Mt. 7:13). Los que tienen la fe muerta entran por la puerta ancha trayendo sus sucios trapos de justicia (Mt. 7:14).

Los que tienen la fe dada por Dios la demuestran dando mucho frutos para la gloria de Dios (Juan 15:8). Los que tienen la fe muerta la demuestran dando malos frutos para su propia gloria (Mt. 7:15-17).

Los que tienen la fe dada por Dios desean probar y prueban su fe con la Escritura sola (2 Cor. 13:5). Los que tienen la fe muerta prueban su fe con enseñanzas denominacionales y tradiciones del hombre (Juan 12:42-43; Hch. 15:5-10).

Los que tienen la fe dada por Dios habitualmente no escucharán o seguirán a un falso maestro (Juan 10:5-8). Los que tienen la fe muerta habitualmente no seguirá a un verdadero maestro (Juan 10:19).

Los que tienen la fe dada por Dios confían en el poder de Dios para guardarlos y protegerlos (1 P. 1:5). Los que tienen la fe muerta confían en su propio poder para guardarlos de apostatar.

La fe muerta sólo toca el intelecto. La fe dada por Dios involucra a la persona entera. La mente entiende, el corazón desea y la volunta actúa sobre la Palabra de Dios.

Para concluir, existen muchas preguntas minuciosas que podemos hacer a aquellos que desean probar su fe. ¿Ha renunciado a toda forma falsa que se opone al Evangelio de la gracia? ¿Vive en acción de gracia y alabanza por haber sido escogido y adoptado en la familia eterna de Dios? ¿Demuestra ser un discípulo de Cristo al permanecer en Su Palabra? ¿Se disciplina usted mismo para la piedad? ¿Saben sus amigos, vecinos y compañeros de labores que Jesucristo es su Señor y Salvador? ¿Tiene el deseo de compartir a Jesucristo con otros o se avergüenza de Su Evangelio?

Los hijos de Dios sabrán que le pertenecen a Él, porque “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:16). El Espíritu hace esto por medio de las Escrituras que Él inspiró. ¡Todos los hijos de Dios confían en Su Palabra!

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
¿Does the Christian Church need to be evangelized?


Proclaiming the Gospel Ministries (
pro-gospel.org)

sábado, 18 de septiembre de 2010

Video: Catholicism vs. Evangelical Christianity

Is Catholicism a valid expression of Christianity? This and many other questions concerning the relationship between Catholicism and true Christianity are addressed in this riveting interview of Evangelist Mike Gendron.

Dr. David Reagan, from Lamb & Lion Ministries, interviews Evangelist Mike Gendron for his weekly television program Christ in Prophecy. With sensitivity and compassion, they explore how Catholics have been led to trust a different authority, believe another gospel and worship a Christ who is unable to save sinners completely and forever. Catholics who watched this interview have left their religion to follow the true Jesus.

Mike was born and raised in the Catholic Church. For over 30 years he believed and taught from the Catholic Catechism that salvation was by faith + baptism + the sacraments + good works + law keeping + the sacrifice of the Mass + indulgences + purgatory + penance. When Mike discovered the pure and simple Gospel of the New Testament, his life was transformed. He formed an evangelistic ministry to reach Catholics called Proclaiming the Gospel (www.pro-gospel.org).

If you wish to acquire this video, you may do it at:


lunes, 26 de julio de 2010

Tres errores comunes de los falsos maestros



Puesto que ahora estamos viviendo en la era de la tolerancia religiosa y la unidad ecuménica, hay algunas personas que inmediatamente llamarán a este artículo insensible y divisionista. Otros preguntarán, “¿Qué derecho tiene para juzgar a otra religión?” La respuesta es dada en las Escrituras. Todas las personas temerosas de Dios están llamadas a hacer juicios justos, juicios que ya han sido establecidos por los principios objetivos de la Palabra de Dios (Jn. 7:24). Puede ser que no haya algo más importante que advertir a las personas que están siendo engañadas acerca de su destino eterno. Si no las confrontamos amorosamente con el Evangelio de Dios, podrían no saber nunca cómo escapar del fuego eterno del castigo de Dios. Claramente, la cosa más insensible que podemos hacer es ignorarlas y dejarlas continuar el camino hacia la destrucción. Por esta razón, siempre estoy dispuesto a ofender a las personas con la ofensa y la exclusividad del Evangelio, con la esperanza que Dios pueda conceder a algunas de ellas el arrepentimiento que conduce al conocimiento de la verdad (2 Tim. 2:25). Veamos tres errores fatales de los falsos profetas y cómo manejarlos.

1. Los falsos maestros usurpan la autoridad de Dios

La suprema autoridad de la Biblia está establecida por su origen divino y su inspiración (2 P. 1:21). Es la infalible Palabra de Dios, y cumplirá el propósito de Dios (Is. 55:11). Es el fundamento mismo sobre el cual descansan todas las verdades cristianas. Para los seguidores del Señor Jesucristo, la Biblia es la corte final de apelación en todos los asuntos pertenecientes a la fe y la piedad. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16). La autoridad divina de las Escrituras corrige y refuta toda falsa enseñanza porque no hay autoridad superior o fuente infalible a la cual apelar. Es la Palabra de Dios, y Dios no puede mentir, no puede romper Su promesa y no puede engañar.

Las personas caen en error y pecado graves cuando exaltan su propia autoridad sobre la autoridad de Dios o cuando suprimen la verdad de la Palabra de Dios para promover sus propias agendas autocomplacientes. La religión Católica Romana ha hecho esto al establecer que sus tradiciones y enseñanzas son iguales en autoridad con la Escritura (Catecismo de la Iglesia Católica [CIC], par. 82). De este modo, ha usurpado la autoridad suprema de nuestro soberano Dios, el único que tiene el derecho para regir y determinar los destinos eternos de los hombres. Este error fatal ha abierto las compuertas a otras numerosas herejías mortales, incluyendo: la predicación de otro evangelio, la adoración a un falso Jesús, la compra y venta de la gracia de Dios por medio de indulgencias, la creación de un lugar ficticio llamado purgatorio, el establecimiento de otros mediadores y las oraciones a y por los muertos. Estos errores son fatales porque cualquiera que los esté abrazando, cuando respire su último aliento, experimentará la muerte eterna.

A los católicos que están siendo engañados por estos errores fatales debe decírseles que el mundo ha conocido sólo un maestro infalible. El es el Señor Jesucristo, quien era la personificación de la verdad y cada palabra que El habló era verdad (Jn. 14:6; 17:17). Aquéllos que están buscando la verdad necesitan mirar sólo a Cristo y Su Palabra. La religión Católica se ha corrompido en la misma forma que el Judaísmo se corrompió – siguiendo las tradiciones de los hombres en lugar de la Palabra de Dios (Mr. 7:13). Los fariseos enseñaron mucha verdad, pero al mezclarla con el error, “invalidaron la palabra de Dios”. Nunca debemos olvidar que la Biblia es lo que Dios dice y la religión es lo que el hombre dice que Dios dice.

2. Los falsos maestros distorsionan la Persona de Cristo

Jesucristo es el hombre perfecto de Dios y el Dios perfecto del hombre. El es el Sumo Sacerdote perfecto que se ofreció a Sí mismo – el sacrificio perfecto – una vez por los pecados de Su pueblo. Esta única ofrenda por el pecado ha perfeccionado para siempre a los santos (Heb. 10:14). Por esta razón no hay más ofrendas por el pecado (Heb. 10:18). La deuda eterna del pecado del creyente fue pagada en su totalidad y su redención fue asegurada cuando Dios levantó a Jesucristo de entre los muertos (Ro. 4:25). ¿Habría falsos maestros que negarían esto y se robarían la gloria y el honor de nuestro Salvador?

Sí, Pablo incluso nos advirtió que algunos vendrían predicando a otro Jesús. Ellos ofrecerán un Jesús falso “al quien nosotros (los apóstoles) no hemos predicado” (2 Cor. 11:4). Muchos de estos falsos maestros son Católicos Romanos que predican un “Jesús” que no salva a los pecadores completamente y para siempre. Ellos dicen que los Católicos deben hacer su parte expiando y haciendo satisfacción por sus propios pecados por medio de las penitencias (CIC, 1459). De esta forma, alcanzan su propia salvación por medio de buenas obras (CIC, 1477). El Jesús católico ofrece vida condicional, no vida eterna (CIC, 1035). Se dice que este falso Cristo regresa físicamente a los altares católicos más de 200,000 veces cada día para ser una ofrenda por el pecado por los vivos y los muertos (CIC, 1367).

Los católicos deben ser advertidos de las consecuencias de no conocer y de no creer al verdadero Jesús. Esto fue aclarado por Jesús cuando dijo: “si no creéis que Yo Soy, en vuestros pecados moriréis" (Jn. 8:24). Siempre que la religión rechaza la autoridad de Dios, crea “otro Jesús”, lo cual conduce a “otro evangelio”. ¿Por qué? Porque siempre que se niega la suficiencia de Cristo, se debe elaborar otro evangelio para instruir a las personas lo que deben hacer para ser salvas.

3. Los falsos maestros pervierten el Evangelio de Cristo

El Evangelio es la gozosa proclamación de la obra redentora de Dios por medio de Jesucristo, quien salva a Su pueblo del castigo, poder y, finalmente, la presencia del pecado. Es el único mensaje de redención y el mismo mensaje para cada generación (Ef. 4:4-6; Ap. 14:6). Dado que el Evangelio es acerca de un Salvador, es exclusivo y, por lo tanto, declara que todas las otras fe y religiones son falsas (Jn. 14:6; Mt. 7:13-14). Este glorioso Evangelio declara que la salvación es totalmente de gracia y que aquéllos que le añaden cualquier cosa se encuentra condenados (Gá. 1:6-9). No es de extrañar que la perversión más popular del Evangelio es la mentira fatal que las buenas obras o la rectitud inherente son necesarias para apaciguar a un Dios santo. Cada religión en el mundo perpetúa esta mentira del diablo. Sin embargo, la mentira más antigua y más letal de Satanás es, “ciertamente no morirás” (Gn. 3:4). Esta mentira todavía se propaga en el catolicismo (CIC, 1863).

¿Por qué querría cualquier líder religioso distorsionar el glorioso Evangelio de gracia? La razón principal es controlar a las personas manteniéndolas cautivas en esclavitud legalista. Es por esta razón que el Señor Jesús dio la marca de un verdadero discípulo. El dijo, “Si vosotros permaneciereis en Mi palabra… y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn. 8:31-32). Las personas en esclavitud religiosa sólo pueden ser puestas en libertad cuando vienen a un conocimiento de la verdad que se halla en la Escritura.

El catolicismo romano no está solo en pervertir el Evangelio de Dios. Hay muchos cultos y sectas protestantes que hacen lo mismo. El Catolicismo, sin embargo, no sólo engaña a su pueblo con un falso evangelio, sino que tontamente condena a aquéllos que creen el verdadero Evangelio. Más de 100 condenaciones del Concilio de Trento son pronunciadas sobre los cristianos que creen que el Señor Jesús es suficiente para salvar a los pecadores completamente y para siempre. El “evangelio” católico enfatiza lo que el hombre debe HACER para ser salvo, en lugar de lo que Cristo ha HECHO. Esto incluye la necesidad de hacer buenas obras (CIC, 2016), recibir los sacramentos (1129), asistir a misas meritorias (1405), guardar la ley (2068), comprar indulgencias (1498) y el purgatorio (1030).

Los falsos maestros deben ser confrontados

Nunca debemos dejar que el error doctrinal siga sin cesar, porque deshonra a Dios y engaña a los desprevenidos. El error doctrinal profana la conciencia, corrompe el corazón y destruye el alma. De acuerdo con las Escrituras, lo que fluye de los labios de falsos maestros incluye: “doctrinas extrañas”, “mandamientos de hombres”, “doctrinas de demonios”, “herejías condenables”, “tradiciones de hombres”, “mentiras”, “falsedad”, “mentiras vanas” y “filosofías engañosas”. Los labios mentirosos son una abominación al Señor en todo tiempo y en todos los casos (Prov. 12:22). Conociendo el fruto de los falsos maestros, debemos contender encarecidamente contra ellos. Pedro y Pablo dijeron que los falsos maestros provocan que los creyentes caigan de su firmeza y pura devoción a Cristo (2 P. 3:17; 2 Cor. 11:3). Ellos no están de acuerdo con las palabras de Jesús y traen fricción constante dentro de la Iglesia (1 Tim. 6:4-5). Ellos dan lugar a la especulación y discusiones infructuosas que obstaculizan los propósitos de Dios (1 Tim. 1:4-6).

Muchos que profesan a Cristo ya no están abrazando la sana doctrina porque quieren que les hagan cosquillas a sus oídos y están buscando maestros que harán justamente eso (2 Tim. 4:2). Usando la Palabra de Dios, debemos estar listos para reprobar, refutar y exhortar con mucha paciencia e instrucción. Aquéllos a quienes se les ha confiado la verdad deben adoptar una postura contra aquéllos que intentan desviar a los hombres. Aun cuando Pedro no fue franco acerca de la verdad del Evangelio, Pablo lo enfrentó en su cara y le reprendió duramente (Gál. 2:11-14). Judas nos exhortó a “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Aquéllos que rehúsan defender la verdad de Dios están demostrando su falta de pasión por la verdad. Debemos amar la verdad y odiar todo camino falso (Sal. 119:104). Nunca seamos intimidados por los falsos maestros porque “el temor del hombre pondrá lazo” (Prov. 29:25).

La Batalla por la Verdad

Seamos conscientes de las palabras de A. W. Tozer, quien escribió: “Tan hábil es el error imitando la verdad que los dos están constantemente siendo confundidos el uno con el otro. Es, por lo tanto, sumamente importante que el Cristiano aproveche todas las ventajas de cada provisión que Dios ha hecho para salvarlo del engaño – oración, fe, meditación constante de las Escrituras, obediencia, humildad y la iluminación del Espíritu Santo" (Ese Cristiano Increíble).


Necesitamos pedirle a Dios valor y firmeza mientras dependemos del poder de Su Palabra. Que todos seamos más como los apóstoles que fueron fuertes, firmes, audaces, dogmáticos, no complacientes del error, valientes, intolerantes con el pecado, inflexibles con respecto al Evangelio, controversiales, dispuestos a morir por la verdad y totalmente dedicados a Cristo. Ya no debemos más ser niños, arrojados de aquí y allá por las olas y llevados por estratagemas de hombres, que usan con astucia las artimañas del error (Ef. 4:14). Durante estos tiempos de gran engaño, el Cuerpo de Cristo debe responder con una cosmovisión teológica y bíblica que defienda la gloria y el honor de nuestro Señor Jesucristo. Debemos proteger la pureza de Su Evangelio por el bien de Sus escogidos.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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