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sábado, 5 de septiembre de 2020

Avivamiento vs. Revolución (parte 2 de 4)

¿Cuál Será?

Por Dr. David R. Reagan

 

Aplicación a los Estados Unidos

Ahora, apliquemos estos principios a los Estados Unidos. Como he señalado muchas veces antes, creo que Dios levantó esta nación con el propósito de usar nuestros grandes recursos naturales e ingenio técnico para difundir el Evangelio  por todo el mundo.

A medida que cumplimos Su propósito, Él derramó bendiciones sobre nosotros — bendiciones como libertad y prosperidad incomparables y un inmenso poder e influencia mundial. Incluso nos dio la bendición de servir como la nación clave en el renacimiento y la crianza de la nación de Israel. 

Pero, como la antigua Judá, nos enamoramos de nuestra riqueza y poder, y comenzamos a darle la espalda a Dios.

  • El Todopoderoso Dólar se convirtió en nuestro dios.
  • La avaricia se convirtió en nuestra motivación.
  • Los juegos de azar se convirtieron en un pasatiempo nacional.
  • El sexo se volvió nuestra obsesión.
  • Nos convertimos en el mayor consumidor mundial de drogas ilegales.
  • Expulsamos a Dios de nuestras escuelas.
  • Legalizamos el aborto.
  • Respaldamos la perversión moral.
  • Y nos convertimos en el contaminador moral del planeta a través de nuestras películas y programas de televisión violentos, morales y blasfemos. 

La lápida muestra la fecha de la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La Respuesta de Dios

Mientras nos revolcábamos en la revolución sexual de la década de 1960, Dios comenzó a levantar voces proféticas como David Wilkerson, que llamaban a esta nación al arrepentimiento. Y, en los años posteriores a ese tiempo, Él ha levantado muchas más voces proféticas, 13 de las cuales identifico en mi libro, Las Voces Proféticas de Dios para los Estados Unidos. Cuando nos negamos a arrepentirnos, los juicios correctivos comenzaron a caer.

  • La Guerra de Vietnam, que ocurrió inmediatamente después de la revolución sexual de la década de 1960.
  • Los ataques del 11 de septiembre (2001) — Dios permitió que los terroristas tuvieran éxito al atacar los dos símbolos de nuestro orgullo: Las Torres Gemelas en Nueva York, que representaban nuestra riqueza; y el Pentágono, en Washington, D.C., que representaba nuestro poder.
  • El Huracán Katrina (2005) — Sin lugar a dudas, la respuesta de Dios a nuestra inmoralidad y el obligar a Israel a abandonar la Franja de Gaza. La tormenta se formó repentinamente en el Golfo el último día de la retirada de la Franja de Gaza y azotó Nueva Orleáns justo cuando se preparaba a celebrar su festival homosexual anual.
  • El Desplome de la Bolsa de Valores de Septiembre de 2008 — De nuevo, una respuesta a nuestros intentos de forzar a Israel a entregar su tierra. Éste ocurrió en la víspera de Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, y el mercado cayó 777 puntos — lo que indicaba la firma de Dios.
  • La Elección de Barack Obama (2008) — Dios nos dio la clase de líder que merecíamos: un hombre que fue el más pro-aborto, pro-homosexual, anti-capitalista, y anti-Israel en toda la historia de nuestra nación.
  • “La Tormenta Perfecta” de 2020 — Una pandemia combinada con un desplome del mercado de valores, el colapso de nuestra economía y el pandemonio en las calles.

La Decadencia de la Sociedad

Permítanme tomarme un momento para enfatizarles cuán grave se ha vuelto la decadencia de nuestra sociedad. Sólo una persona de mi edad puede apreciar cuán radicalmente y con qué rapidez se ha desintegrado nuestra sociedad.

Nací en 1938, cuando los autos todavía tenían estribos y la gasolina costaba 20 centavos de dólar por galón. Cuando nací…

  • Los abortistas eran enviados a prisión. 
  • El embarazo fuera del matrimonio era considerado escandaloso. 
  • La homosexualidad era considerada antinatural e inmoral. 
  • La pornografía era despreciada como una perversión. 
  • Las drogas eran medicamentos que comprabas en una droguería (farmacia, nota del traductor).
  • El matrimonio era sagrado. 
  • Vivir juntos era un tabú. 
  • El divorcio era una desgracia. 
  • El matrimonio entre personas del mismo sexo estaba más allá de incluso la imaginación más salvaje y depravada.
  • Ser ama de casa era honrado, y la guardería era provista por las madres en sus hogares. » El abuso infantil era algo inaudito. 
  • Las damas no maldecían ni fumaban. 
  • La palabra “maldición” era considerada lenguaje flagrante en una película.

La primera película importante en usar una mala palabra fue Lo que el Viento se Llevó, de 1939. La película terminaba con la frase, “Francamente, cariño, me importa un carajo”. En 2013, una película llamada El Lobo de Wall Street, protagonizada por Leonardo di Caprio, ¡tenía la "palabra j" 544 veces en 180 minutos!

En 1997, el veterano actor de televisión, Steve Allen, denunció la creciente inmundicia contenida en películas y programas de televisión diciendo: “Nos hemos convertido en una sociedad donde los vulgares entretienen a los bárbaros”. ¡Y eso fue hace 20 años!

En la tercera parte de esta serie, que determina lo que lo Biblia tiene que decir sobre un futuro avivamiento o revolución en Estados Unidos, nos daremos cuenta de que el humanismo ha ganado la batalla cultural.

 

Para leer la la parte 1, haga clic aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
Revival vs. Revolution

jueves, 20 de agosto de 2020

Una Fe Tenaz en Tiempos de Ansiedad (parte 1)

La Pandemia




Hay un viejo dicho que contiene sabiduría: “Cuando te encuentres en un agujero, ¡deja de cavar!”. 

Durante las últimas semanas, nuestra nación ha sido empujada a un agujero. Después de experimentar un auge económico durante los últimos años, de repente nos encontramos enfrentando una crisis de salud pública, una potencial calamidad económica, y un futuro incierto. ¿Cómo deberían reaccionar los cristianos ante un aluvión de noticias negativas y temores crecientes?

En primer lugar, debemos recordarnos constantemente — y a nuestros hermanos creyentes — que nuestra esperanza no está en nuestra cuenta corriente, nuestro 401K (plan de ahorro para la jubilación), nuestra reserva de alimentos y necesidades o cualquier otra persona o cosa. Nuestra esperanza está en Cristo solo. 

Parados firmemente en esa Roca de la Verdad, necesitamos decir la verdad — entre nosotros y ante un mundo que se tambalea por el miedo. 

Los Juicios Correctivos de Dios

Cuando hablamos de la ira de Dios, el mundo se ofende. Visualizan a Dios como un monstruo, que derrama el juicio inmerecido sin misericordia.

Me acordé de esto recientemente cuando el representante estatal de Kentucky, Chris Fugate (quien también es pastor bautista) abrió una sesión diaria de la legislatura con una oración en la que habló del juicio de Dios contra el pecado y nuestra necesidad de arrepentirnos por los pecados individuales y corporativos. Los legisladores izquierdistas en Kentucky estaban indignados de que alguien hablara de juicio o llamara al arrepentimiento.

Pero la Escritura es clara. El apóstol Pablo declaró que el Dios vivo y verdadero no tolerará el pecado para siempre — y no será burlado (Gálatas 6:7-8). Pero, incluso en medio de la ira, Él siempre recuerda la misericordia (Habacuc 3:2). Y, Él es paciente, y no desea que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). 

Esa paciencia y misericordia son evidentes en toda la Biblia. Cuando Dios anunció el juicio sobre un mundo lleno de iniquidad, en forma de un diluvio mundial, comisionó a Noé como pregonero de justicia (2 Pedro 2:5). Mientras construía el arca, Noé llamaba a la gente al arrepentimiento — tanto a través de sus acciones obedientes como de su predicación.

Jonás llegó a comprender la profundidad del amor de Dios por los perdidos. Comprendieron la precariedad de su situación y se arrepintieron en silicio y ceniza — y Dios se arrepintió de Su juicio.


Una Respuesta Adecuada al Juicio

Jesús desafió el pensamiento equivocado de los hombres que plantearon una pregunta sobre la matanza de algunos galileos (Lucas 13:1). Él preguntó, “¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?” (Lucas 13:2). En lugar de menospreciar la tragedia o señalar la pecaminosidad de esas personas, habló de la condición de toda la humanidad: “…si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3).

Entonces, siguiendo el ejemplo de Noé y Jonás y Pablo y Jesús, debemos decir la verdad a los que están pereciendo — llamándolos al arrepentimiento y la salvación en Jesús. No es el momento de ofrecer clichés de esperanza vacía. A medida que la tormenta arrecia, debemos señalar el único fundamento de la Iglesia: Jesucristo, su Señor. 

Al igual que la palabra de la cruz, tal mensaje seguirá siendo una insensatez ofensiva para muchos de los que están pereciendo, pero, para otros, representará el poder de Dios (1 Corintios 1:18).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
Tough faith in a time of anxiety

domingo, 2 de agosto de 2020

La Pandemia:

Consecuencias Económicas de Largo Plazo




Muchos han estado afirmando todo el tiempo que la cura que nuestra nación ha perseguido para el coronavirus — es decir, las órdenes de quedarse en casa y el cierre de negocios — va a demostrar ser más dolorosa que el virus mismo. 

Esa afirmación parece estar haciéndose realidad ante nuestros propios ojos, ya que millones de personas se han quedado sin trabajo y miles de negocios se han declarado en bancarrota.

Pero hay una mayor amenaza de largo plazo en el horizonte que podría resultar aún más devastadora. Estoy pensando en el impacto de los paquetes de estímulo aprobados por el Congreso. Han agregado cuatro billones de dólares a nuestra deuda nacional de la noche a la mañana. Y los paquetes posteriores podrían agregar fácilmente uno o dos billones, lo que hace que el total sea de alrededor de seis billones. 

Nuestra deuda nacional ya estaba en $24 billones cuando el Congreso promulgó los paquetes de estímulo por la pandemia. Pero ése no es el verdadero nivel de deuda de nuestro gobierno nacional. Cuando agrega a eso las promesas no financiadas de Medicare y de Seguro Social, más las obligaciones de pensiones y atención médica, la deuda total de nuestro gobierno nacional antes de la pandemia llegaba a más de $124 billones, ¡o un total de $802,000 por contribuyente! (Para obtener estadísticas detalladas, vea el reloj de la deuda nacional en truthinaccounting.org)

¿Y cómo estamos cubriendo el costo de los paquetes de estímulo? Lo estamos haciendo vendiendo bonos del tesoro e imprimiendo dinero. Esa solución significa que dos perspectivas sombrías nos están mirando a la cara — ya sea una inflación desbocada o un servicio de deuda tan grande que aplasta a nuestra economía.

Manifestación en el edificio del Capitolio del Estado de Colorado

El Peligro de la Inflación

La mayoría de la gente no reconoce el impacto devastador de la inflación, así que permítanme darles algunos ejemplos. En 1960, cuando mi esposa y yo nos casamos, podíamos comprar una semana de comestibles y las necesidades del hogar por menos de $25. Siete años después, en 1967, compramos nuestra primera casa. Estaba ubicada en Sherman, Texas, Era una casa nueva de ladrillo, de tres dormitorios y dos baños en un vecindario muy agradable. Costó $17,500. Los pagos eran de $200 al mes, y estaba financieramente estirado para hacerlos con mi salario de profesor de $9,000 al año.

El valor del dólar cambió repentina y radicalmente por la rápida inflación que ocurrió cuando el Presidente Nixon abandonó el patrón oro en la década de 1970, lo que resultó en una tasa del 11%. Durante el gobierno del Presidente Jimmy Carter (1977-1982), la tasa se disparó por encima del 14% y los precios comenzaron a aumentar tan rápido que los restaurantes dejaron de imprimir el precio de las comidas en sus menús. En vez de eso, escribían los precios cada día. En comparación, la tasa de inflación de nuestra nación durante 2019 fue de 1.5%.

En 1967, el ingreso familiar promedio en nuestra nación era de $6,900 por año. Hoy es de $63,000. El salario promedio de un maestro de escuela en 1967 era $7,692. Hoy es de $60,482. ¡Tenga en cuenta que éstas son cifras equivalentes! Por lo tanto, $8,000 en 1967 tenían el mismo poder adquisitivo que $65,125 hoy.

El punto es que la inflación rápida es un monstruo que puede hacer que todos sus ahorros no valgan nada de la noche a la mañana.  


La Amenaza de la Deflación

Y luego está la amenaza de la deflación que podría producirse cuando las tasas de interés de nuestras deudas nacionales, estatales y municipales dan como resultado quiebras e impagos en los planes de jubilación y los programas de beneficios como el Seguro Social y Medicare.

La conclusión es que no podemos seguir acumulando deuda tratando de posponer el problema. Tarde o temprano tendremos que afrontar las consecuencias, particularmente  cuando no hay voluntad política para recortar nuestros sobre-hinchados presupuestos municipales, estatales, y nacionales.

Además, debemos tener en cuenta que estamos actuando irresponsablemente al colocar nuestras deudas en los hombres de nuestros hijos, nietos y bisnietos. Lo que estamos haciendo es equivalente a que compre una mansión de 50 millones de dólares con una nota de 100 años, que obligue a mis descendientes a hacer los pagos de la hipoteca mucho después de que muera.

El Juicio que Estamos Rogando

Siempre he creído que el juicio final de Dios sobre nuestra nación por nuestros pecados impenitentes sería de naturaleza económica. Primero expresé esta creencia en mi libro, ¿América la Hermosa? (2003). Al considerar las posibles formas en la que Dios podría derramar Su ira sobre esta nación, escribí: “Lo primero que me viene a la mente es una catástrofe económica que resultará de nuestra situación de deuda fuera de control…No hay forma de escapar a la conclusión de que Estados Unidos se ha convertido en un adicto a la deuda”. Concluí con esta observación:

Creo que un colapso económico sin precedentes es muy probable porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es un Dios celoso y no tolera la idolatría, Dios, por Su propia naturaleza, se verá obligado a destruir a nuestro falso dios. 

Una Experiencia Personal Impactante

Fui a la Unión Soviética en 1992, poco después del colapso del gobierno comunista. La nación estaba en un caos absoluto. Era difícil creer que, sólo unos meses antes, ésta había sido la nación más poderosa del planeta tierra, con más armas nucleares que cualquier otro país.

En Moscú, todas las tiendas estaban vacías — y quiero decir completamente vacías de comida y ropa. Miles de personas estaban de pie en la acera con mesas de cartón llenas de artículos para intercambiar. La gente intercambiaba productos alimenticios como leche y papas por ropa y otros artículos esenciales. En el hotel de primera clase donde estábamos alojados, la única comida que tenían para servirnos eran papas, y teníamos que compartir una Coca-Cola entre cuatro de nosotros.

Al ver esta escena desgarradora, el Señor habló a mi corazón y me dijo que regresara a Estados Unidos y compartiera la devastación que Él puede derramar sobre una nación en un instante, sin importar cuán poderosa puede ser — tal como lo hizo con Babilonia en los tiempos del Antiguo Testamento.

Me dijo que enfatizara que Su juicio sobre nuestra nación sería mucho peor. Después de todo, el pueblo ruso había estado bajo una dictadura totalitaria durante 70 años, tiempo durante el cual los cristianos habían sido severamente perseguidos y la distribución de Biblias había sido prohibida.

Las señales de advertencia de Dios

En contraste, durante ese mismo período de tiempo, Dios había derramado abundantes bendiciones sobre nuestra nación. Además, tenemos iglesias en cada esquina, un promedio de cinco Biblias en cada hogar y tenemos el Evangelio siendo proclamado en la radio y la televisión. En resumen, a diferencia del pueblo ruso, no tenemos excusa ante Dios por nuestra rebelión desenfrenada contra Él y Su Palabra. El versículo que el Señor puso en mi corazón para esta nación era Lucas 12:48, que dice: “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará…”.

Dios has enviado voces proféticas a esta nación para llamarnos al arrepentimiento, y ha enfatizado la seriedad de sus mensajes al infligirnos con juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre y el Huracán Katrina. 

Pero hemos hecho oídos sordos y nos hemos precipitado a toda velocidad con nuestro comportamiento impío. Literalmente estamos rogando la ira de Dios y, cuando caiga, no tendremos a nadie a quien culpar más que a nosotros mismos. Necesitamos recordarnos estas palabras en 2 Crónicas 7:

13) Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo;

14) si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
The Pandemic: Long-Range Economic Consequences

sábado, 13 de junio de 2020

Señales de la Naturaleza: El Nuevo Factor (conclusión)



Durante el gobierno de Obama, Israel fue tratado con desprecio. Obama lanzó su presidencia viajando al Medio Oriente, donde se disculpó con el mundo árabe por nuestro apoyo a Israel y dejó en claro que las políticas de nuestra nación con respecto al Medio Oriente cambiarían. Y no perdió tiempo en cumplir esa promesa cuando comenzó a maltratar a los israelíes y a su líder, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Para cuando Obama dejó el cargo, estaba tratando a Israel como república bananera del Tercer Mundo. Expresó su abierto desprecio por los líderes de la nación y condenó su posesión de las tierras altas de Judea y Samaria (lo que el mundo llama “Cisjordania”). Uno de sus últimos esfuerzos en el cargo fue diseñar una resolución de las Naciones Unidas para condenar a Israel. ¿Es de extrañar que su sucesora designada, Hillary Clinton, perdiera la elección?


La Reversión de Trump

El Presidente Trump puso fin a nuestro maltrato a Israel. Revirtió todas las políticas negativas de Obama para el Medio Oriente, y detuvo la política de apaciguamiento de tierra por paz que había sido impuesta sobre Israel por los gobiernos de Bush y Clinton. Lo más significativo es que reconoció a Jerusalén como la capital de Israel.

Pero, desde entonces, ha comenzado a vender un “plan de paz” que tendría como resultado la creación de un Estado palestino en el corazón de Israel. No entiende que el problema no es político y que no puede resolverse mediante un “acuerdo”. Es un problema espiritual que se resolverá sólo cuando el Príncipe de Paz regrese. Además, el Presidente no parece entender que los palestinos nunca aceptarán una solución de “dos Estados”, a menos que lo vean como una mejor plataforma de lanzamiento para su asalto final contra el Estado judío. La conclusión es que los árabes no quieren otro Estado palestino (el primero es la nación de Jordania). Lo que quieren es la aniquilación del Estado judío.


El Presidente Trump también debe proceder con mucha cautela, porque la Biblia dice en Joel 3:1-2 que cualquier nación involucrada en los tiempos del fin en la división de la tierra de Israel sufrirá la ira de Dios.

Otra cosa que la profecía del tiempo del fin deja muy claro es que las políticas favorables de Trump hacia Israel no durarán, porque la Biblia dice sin rodeos que todas las naciones del mundo vendrán contra Israel (Zacarías 12:3). Tal como está ahora, no hay duda de que nuestra nación se volteará en su apoyo de Israel en el momento en que los demócratas recuperen la Casa Blanca. The New York Post afirmó recientemente que los principales demócratas se han “dado la vuelta” tan a la izquierda, tan rápidamente, en cuanto a Israel, “que es difícil imaginarlos regresando a un lugar sano”. The Post añadió: “Los judíos, que votan por los demócratas en cantidades abrumadoras, necesitan finalmente despertar a la realidad de que su partido desprecia al único Estado judío del mundo”.

El Mensaje de Katrina

Creo que el mensaje de Katrina, y otros desastres naturales similares, es que Dios está en Su trono. El está en control. Él no puede ser burlado. El no tolerará la división de Su Tierra Santa. Ni tolerará la repugnante inmoralidad que se burla de todo lo que es decente y moral.

Dios ama a nuestra nación. Él nos ha bendecido más que a cualquier otra nación. Su Palabra dice que aquellos a quienes mucho se les da, mucho se les demandará (Lucas 12:47-48). Su Palabra también dice que Él disciplina a aquellos a los que ama (Hebreos 12:7).

Otra cosa que Su Palabra deja claro es que cuando Él envía disciplina, el propósito nunca es castigar. En vez de eso, el propósito es llamarnos al arrepentimiento, de manera que podamos ser salvos. Así es como el profeta Isaías lo expresó: “Cuando la tierra experimenta Tus juicios, los habitantes del mundo aprenden justicia” (Isaías 26:9b, NASB).

Una Experiencia Personal

Conozco la verdad de esta declaración de primera mano. En mayo de 1953, cuando tenía 15 años, un tornado de fuerza 5 golpeó mi ciudad natal, Waco, en Texas. Es el tornado más mortífero hasta el día de hoy en la historia de Texas. Mató a 114 personas e hirió a 597. Atravesó el centro de la ciudad y arrasó 5 edificios históricos con facilidad. Cuando el tornado desapareció, la ciudad parecía como si hubiese sido atacada con una bomba atómica.

Durante tres meses a partir de entonces, las iglesias de Waco estuvieron repletas de multitudes de gente, que permanecían de pie en su interior buscando como hacer frente a la tragedia. La gente se vio obligada a pensar en la eternidad. Pero, a medida que el dolor se calmó, la gente volvió a sus viejos caminos, y la asistencia a la iglesia disminuyó otra vez.

Nuestro Dios es verdaderamente un Dios de una sublime gracia. Incluso cuando Él derrama su ira, lo hace esperando que ella provoque arrepentimiento, de manera que la gente pueda ser salva.

Intentos de Responder Espiritualmente

Con respecto al huracán Katrina, la Gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, hizo un llamado a un día de oración en todo el estado: “Al encarar la devastación causada por Katrina, al buscar a aquellos que están necesitados, al consolar a aquellos que sufren, al comenzar las largas tareas de reconstrucción, nos volvemos a Dios por fortaleza, esperanza y consuelo”.

Nobles palabras. Pero nótese, que no hubo llamado al arrepentimiento. De manera similar, el Presidente Bush convocó a un día nacional de oración. El pidió a la nación a orar por las víctimas y a alcanzarlas con compasión. De nuevo, palabras nobles, pero ninguna expresión de arrepentimiento.

El Presidente del Consejo de la Ciudad de Nueva Orleans, Oliver Thomas, fue el funcionario que más cerca estuvo de reconocer que Katrina tenía un mensaje espiritual. Refiriéndose a Sodoma y Gomorra, dijo: “Quizá Dios nos está limpiando”.

Pero la limpieza requiere una respuesta en arrepentimiento, algo a lo que Dios está llamando a toda la nación, y no sólo a la ciudad de Nueva Orleans.

La Respuesta Adecuada

Ningún gobernante de nuestra nación ha visto aún las implicaciones espirituales de un desastre tan claramente como lo hizo Abraham Lincoln, cuando evaluó la causa de la Guerra Civil. En una proclamación realizada el 30 de marzo de 1863, el Presidente hizo un llamado a un “día de oración y humillación”.


Él comenzó la proclamación observando: “Es el deber de las naciones, al igual que el de los hombres, el tener su dependencia en la autoridad soberana de Dios, el confesar sus pecados y transgresiones, en pena y humillación, pero con la esperanza certera de que el genuino arrepentimiento conduce a la misericordia y el perdón”.

El corazón de la proclamación se lee como sigue:

Y, por mucho que lo sepamos, por Su divina ley, que las naciones como individuos están sometidos a castigos y penas en este mundo, ¿no temeremos justamente que la horrible calamidad de la guerra, que ahora desola la tierra, no sea otra cosa que un castigo, infligido sobre nosotros, por nuestros pecados presuntuosos, para el necesario fin de nuestra reforma nacional como un solo pueblo?

Hemos sido los destinatarios de las más selectas bondades del cielo. Hemos sido preservados, estos muchos años, en paz y prosperidad. Hemos crecido en número, riqueza y poder, como ninguna otra nación ha crecido nunca. Pero hemos olvidado a Dios. Hemos olvidado la mano de gracia que nos ha mantenido en paz, que nos ha multiplicado, y enriquecido y fortalecido; y hemos imaginado inútilmente, en la deshonestidad de nuestros corazones, que estas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y virtud de nuestra propia condición.

Intoxicados con un éxito ininterrumpido, ¡nos hemos vuelto demasiado autosuficientes, como para sentir la necesidad de la gracia que redime y preserva, y demasiado orgullosos para orar al Dios que nos hizo!

Nos corresponde, entonces, humillarnos ante el Poder ofendido, confesar nuestros pecados nacionales, y orar por clemencia y perdón.

¡Cómo necesitamos tal proclamación hoy! Lo triste es que nos hemos vuelto tan seculares y paganos, que si nuestro Presidente emitiera tal declaración, los miembros del Congreso probablemente traerían un juicio político contra él por la “violación de la separación de la iglesia y el Estado”.

Conclusión

Nosotros, como nación, hemos menospreciado a Dios. Lo estamos tentando para que nos lleve del juicio a la destrucción. Nuestro Dios es muy misericordioso. Él pacientemente nos está enviando una llamada de atención tras otra, porque nunca derrama Su ira sin advertencia.

Dios nos ha provisto una ventana temporal de gracia a través de la elección del Presidente Trump. Ore para que se mantenga firme en su apoyo a Israel. Ore para que comprenda la naturaleza de la crisis del Medio Oriente — que es espiritual y que no puede resolverse mediante negociaciones y acuerdos políticos. Ore para que no sea engañado y exija que Israel entregue el corazón de su tierra. 

Ore también para que los ojos y los corazones de los estadounidenses y sus líderes sean abiertos al significado de los desastres naturales que están afectando implacablemente a nuestra nación. Ore para que los pastores se den cuenta del hecho de que todas las señales del tiempo del fin están convergiendo y que es urgente que comiencen a proclamar el pronto regreso de Jesús.
    
Ore para que la gente alrededor del mundo sea despertada a la realidad de que Dios está proclamando por medio de las Señales de la Naturaleza que Su Hijo está a punto de regresar y que estamos viviendo en tiempo prestado.

Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe 

lunes, 18 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 3 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin

En el Sermón de los Olivos de Jesús, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida, Él habló específicamente de las señales de la naturaleza que deben observarse en los tiempos del fin.

Mateo lo registró diciendo: “… y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares…” (Mateo 24:7). El relato de Lucas del mismo discurso es más detallado. Él cita a Jesús en Lucas 21 diciendo:

11) …y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 

25) Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas.

Estamos siendo testigos de todas estas cosas hoy en todo el mundo. Todo tipo de calamidades climatológicas están ocurriendo más frecuentemente y causando daños cada vez mayores — huracanes, tornados, terremotos, inundaciones e incendios forestales.

Además, la hambruna sigue arrasando en toda África, y en otras zonas del Tercer Mundo. Plagas como el SIDA, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), el Ébola y el Covid-19  continúan desafiando y dejando perpleja a la ciencia médica. Un nuevo peligro es el regreso de enfermedades que se creían bajo control — debido al desarrollo de cepas resistentes a los antibióticos.

Y, por primera vez en la historia, estamos viviendo en una época en la que podemos ver imágenes increíbles del espacio exterior gracias a los telescopios espaciales y a las sondas satelitales que hemos enviado a otros planetas — en cumplimiento de Lucas 21:25, que dice que en los tiempos del fin , “habrá señales en el sol, en la luna y las estrellas…”.

El Efecto de los Dolores de Parto

Con respecto a las calamidades naturales, algunos simplemente las desestiman de una forma arrogante al preguntarse, “¿qué más hay de nuevo?”. Pero, como ya he he mencionado, Jesús dijo que las señales en los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8), lo que significa que aumentarán en frecuencia e intensidad. Y eso es lo que ha estado pasando.

Tomemos a los terremotos como ejemplo. En la década de 1980, hubo un total de 1,085 terremotos en todo el mundo que alcanzaron o superaron el nivel 6 en magnitud. En la década de 1990 hubo 1,492. En los primeros 10 años de este siglo, el número se incrementó a 1,591. Con respecto a los terremotos monstruosos de 8.0 o más, en los ochenta hubo 4, en los noventa hubo 6 y en la primera década de este siglo, 13.1

Hay una mejor forma de ver los desastres naturales que considerarlos por categorías, como la frecuencia e intensidad de los tornados, ya que el número e intensidad pueden subir y bajar cada año, aunque muestran un incremento global durante un período de tiempo. La mejor manera de ver los desastres naturales es considerarlos a todos ellos agrupados. Cuando hace eso, las estadísticas muestran que están aumentando rápidamente, de un promedio de 300 al año en la década de 1980, a 490 por año en la década de 1990, a casi 900 por año en los primeros 10 años de este siglo.2

Curiosamente, una de las razones para considerar a los desastres naturales en conjunto y no individualmente es porque un tipo de desastre natural puede restringir a otros tipos.

Permítanme ilustrar lo que quiero decir: En 2012, nuestra nación experimentó una de las peores sequías de la historia moderna — con más del 61% de EE.UU. afectado. Pero, uno de los efectos colaterales de la sequía es que hemos experimentado el número más bajo de tornados en 60 años — ya que, después de todo, no se puede tener tornados sin tormentas eléctricas. Lo mismo sucedió con las inundaciones.

El cuadro a continuación ilustra el crecimiento exponencial de los desastres en todo el mundo. Ron Fraser, autor del artículo que ilustra la tabla, afirma: "Los hechos son que las estadísticas demuestran que los desastres naturales han aumentado de manera sorprendente desde 1990".3 El Proyecto Borgen (una organización sin fines de lucro centrada en la pobreza mundial) ha calificado el aumento de los desastres en todo el mundo como "disparado".4 El hecho es que la gravedad y el costo de los desastres han aumentado rápidamente, y " los desastres récord se están volviendo comunes".5


Fraser presenta argumentos convincentes de que 1989 fue el año decisivo — "un umbral desde el cual los desastres naturales se intensificaron de manera más dramática en comparación con épocas pasadas de la historia".6

El Mensaje

Parece bastante obvio que Dios nos está gritando a través de los crecientes desastres naturales que "¡Jesús viene pronto!". Y, sin embargo, pocos parecen estar recibiendo el mensaje — incluso aquellos de la comunidad cristiana.

Todo lo cual me recuerda la siguiente caricatura sobre cómo las personas en la época del profeta Hageo parecían ignorar sus advertencias de que los desastres naturales que estaban experimentando se debían al hecho de que estaban posponiendo la reconstrucción del templo del Señor.

“La forma en que lo veo, si Dios estuviera enojado con nosotros, nos lo haría saber — es decir, si estuviera realmente, realmente enojado”. 

“Calentamiento Global”

Esto lleva a una pregunta frecuente: “¿Cuál es la importancia profética del ‘Calentamiento Global’”?

La respuesta es que todo el concepto es una estratagema política que los liberales está usando en un intento de obtener un mayor control sobre la sociedad. El hecho de que no es un problema fue señalado brillantemente en un artículo de 2010 de Jack Kinsella, un escritor de Hal Lindsey.7

Observó que el 96% de todos los gases de efecto invernadero y otras supuestas emisiones del calentamiento global se originan naturalmente de los océanos que cubren cinco sextos de la superficie de la tierra. Por lo tanto, como lo expresó, “Eso deja sólo un 4% para dividirlo entre la actividad humana, volcanes, vegetales podridos, flatulencias de las vacas, etc.”. ¡Se estima que la porción humana de ese 4% es 14%, y 14% de 4% es 0.56! 

Incluso los defensores del Calentamiento Global han reconocido lo absurdo de su afirmación de que los humanos son los responsables del calentamiento de la tierra. Entonces, el Calentamiento Global se ha transformado en “Cambio Climático”. Y, como Harold Ambler, al escribir para The Huffington Post, ha observado: “El término, Cambio Climático, es una redundancia, porque el clima siempre ha cambiado, y siempre lo hará”.8

Por ejemplo, estudios científicos han demostrado los siguientes períodos climáticos en la historia mundial:9

1. El cálido Óptimo Romano (200 a.C. a 4 d.C.) 

2. La fría Edad Media (400 d.C. a 900 d.C.)

3. El cálido Período Medieval (900 d.C. a 1300 d.C.)

4. La Pequeña Era de Hielo (1300 a 1850)

5. La Era Cálida Moderna (desde 1850)

Me siento obligado a señalar que la Biblia sí profetiza que vendrá un tiempo súper caliente cuando Dios envolverá la tierra en fuego, para quemar la contaminación de la última revuelta de Satanás, que ocurrirá al final del reinado milenial de Jesús. De ese infierno ardiente saldrá la Tierra Nueva, que servirá como el fundamento para la Nueva Jerusalén, donde los redimidos residirán para siempre.

Conclusión

Por lo tanto, ¡el verdadero calentamiento global está en camino! Pero, lo que es más importante, las Señales de los Tiempos están gritando que estamos en el umbral de la Tribulación. Y eso significa, a su vez, que Jesús está en la puerta misma del Cielo, listo para salir en una nube y venir por Su Iglesia. 

Mientras tanto, la Iglesia necesita despertarse a las Señales de la Naturaleza y a todas las otras señales que están convergiendo por primera vez. Pero, para que eso suceda, los pastores de nuestra nación deben tomarse seriamente el hecho de que estamos viviendo en la época del regreso del Señor, y deben comenzar a proclamar ese hecho desde sus púlpitos.

¡Maranata!


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Recurso recomendado



References

1) Hal Lindsey, Apocalypse Code (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., 1997), p. 296. Also, Hal Lindsey, Planet Earth 2000 A.D. (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., revised edition, 1996), p.85.

2) USGS, “Global Earthquake Search” http://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eqarchives/epic.

3) Ron Fraser, “Why Have Natural Disasters Increased?” March 3, 2010, https://standeyo.com/NEWS/10_Earth_Changes/100305.nat.diz.increasing.warning.html., page 2.

4) The Brogan Project, “Are Natural Disasters Increasing?” June 14, 2015, https://borgenproject.org/natural-disasters-increaing, page 1.

5) TrumpetBrief, “Increased ‘Natural’ and Weather Disasters,” November 6, 2017, www.thetrumpet.com/16426-increased-natural-and-weather-disasters, page 1.

6) Fraser, page 3.

7) Jack Kinsella, “Confessions of a Flat-Earther,” The Omega Letter, September 29, 2010, https://omegaletter.com/2010/09/29/confessions-of-a-flat-earther.

8) Harold Ambler, “Mr. Gore: Apology Accepted,” The Huffington Post, January 3, 2009, www.huffpost.com/entry/mr-gore-apology-accepted_b_154982, page 1.

9) Ibid.

viernes, 15 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 2 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



La Naturaleza de Dios

Dios ha continuado a lo largo de la historia usando las señales de la naturaleza para llamar a las naciones al arrepentimiento. Algunas personas dicen, “Oh no, Dios ya no hace eso porque ésta es la ‘Era de la Gracia’”.

Bueno, el primer problema con esa afirmación es que implica que hubo un tiempo anterior sin gracia. El hecho del asunto es que sólo hay una forma de salvación que ha existido siempre: a saber, la gracia a través de la fe (Joel 2:32).

Además, la Biblia dice que Dios es "el mismo ayer, hoy y siempre" (Hebreos 13:8). No existe tal cosa como el Dios de ira del Antiguo Testamento y el Dios de gracia del Nuevo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6). Él es inmutable.

El Dios de ira del Antiguo Testamento es el que mostró gracia hacia la malvada ciudad de Nínive, cuando su pueblo se arrepintió en respuesta al mensaje de Jonás. El Dios de gracia del Nuevo Testamento es el Dios que advirtió a la iglesia en Tiatira que si continuaba tolerando a una falsa profetisa, "la arrojaría sobre un lecho de enfermedad y a los que cometen adulterio con ella, en gran tribulación". Además, amenazó con "matar a sus hijos con pestilencia" (Apocalipsis 2:22-23, NASB95).

Nuestro Dios es un Dios de gracia, misericordia y amor. Pero Él es también un Dios de santidad, rectitud y justicia. La visión equilibrada de Dios es presentada por el profeta Nahúm. Hablando de la gracia de Dios, escribió: "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían" (Nahúm 1:7).

Pero Nahúm advirtió que el mismo Dios es uno que es justo y santo y que no tolerará el pecado (Nahúm 1:2-3):

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

El Papel de Satanás

Algunos contrarrestan tratando de argumentar que las calamidades naturales provienen de Satanás y no de Dios. Pero la Biblia enseña que Dios es soberano. Satanás no es libre de hacer lo que le plazca. Cuando quiso atormentar a Job, tuvo que pedirle permiso a Dios, y cuando se le concedió el permiso, Dios estableció reglas sobre lo que podía y no podía hacer (Job 1:6-12).

La Biblia dice que Dios no nos tienta (Santiago 1:13). Sin embargo, Jesús nos enseñó a orar, "No nos metas en tentación" (Mateo 6:13) ¿Cómo se pueden reconciliar estas declaraciones? La respuesta es que, aunque Satanás es el tentador, no puede tentarnos a menos que Dios lo permita.

Nuevamente, Dios es soberano, y no sucede nada que Él no permita, ni en Su perfecta voluntad ni en Su voluntad permisiva. Ésa es la razón por la cual la Biblia atribuye todos los desastres naturales a Dios.

Preguntas Cruciales

¿Son todas las calamidades naturales producto del pecado del hombre? Sí, absolutamente. La creación original era perfecta. Las calamidades naturales son el resultado de la maldición que Dios puso sobre la creación en respuesta al pecado del hombre. Cuando Jesús regrese, la maldición será levantada y las calamidades naturales cesarán.

¿Todas las calamidades naturales representan juicios correctivos de Dios? No, la mayoría son productos de los procesos naturales de los sistemas meteorológicos.

Entonces, ¿cómo podemos determinar cuándo una calamidad natural es un juicio correctivo? Un factor importante es el momento del evento en cuanto se relaciona con los pecados de la nación. Otro factor es la magnitud del evento. Los juicios correctivos están diseñados para tener un gran valor de impacto, para captar la atención de la gente y obligarlas a pensar con una perspectiva eterna. El factor más importante es que el Espíritu de Dios testifique a los espíritus de aquellos a quienes les ha dado el don de la profecía. Estarán motivados para hablar con una voz unida.

El Ejemplo de los Estados Unidos

Podemos ver todos estos principios operando en la historia de nuestra propia nación. Fuimos fundados como una nación cristiana, comprometida con los valores cristianos, y Dios nos bendijo grandemente. Pero, en la década de 1960, comenzamos a burlarnos de Dios cuando comenzó una revolución cultural. Nuestra sociedad descendió rápidamente a una pila séptica de promiscuidad sexual, abuso de drogas, aborto por demanda, juego legalizado, blasfemia desenfrenada, y una avalancha de pornografía. Nuestro lema nacional se convirtió en "Si te sientes bien, ¡hazlo!". Adoptamos un estilo de vida hedonista, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo.

Dios respondió levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Uno de ellos fue Dave Wilkerson, pastor de la Iglesia Times Square, en la ciudad de Nueva York. Lo llamo "El Jeremías de Dios para los Estados Unidos". En la década de 1970, comenzó a escribir una serie de libros en los que claramente señalaba los pecados de los Estados Unidos y advertía de los juicios de Dios si no nos arrepentíamos. Al igual que Jeremías, su popularidad cayó en picada porque la gente, incluso la gente de la iglesia, no quería escuchar su "mensaje del fin del mundo".

Cuando las voces proféticas fueron ignoradas, Dios comenzó a colocar juicios correctivos sobre nuestra nación — cosas como nuestra derrota en la Guerra de Vietnam, la epidemia del SIDA, la plaga de enfermedades de transmisión sexual, el azote de la homosexualidad, y desastres naturales en forma de terremotos monstruosos, y tornados y huracanes mortales. Incluso experimentamos una erupción volcánica sin precedentes del Monte Santa Helena en 1980 — una erupción tan severa que ennegreció el cielo desde Seattle hasta la ciudad de Nueva York y tan al sur como Oklahoma.


La culminación de los juicios correctivos pareció venir con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando dos símbolos del orgullo estadounidense fueron atacados: las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, D.C. Las torres se erigieron como símbolos de nuestra riqueza; el Pentágono simboliza nuestro poder militar.

Como he dicho antes, creo que este evento fue un llamado a despertar de parte de Dios para que nuestra nación se arrepienta. En cambio, como un hombre somnoliento que no quiere despertarse, simplemente nos dimos la vuelta y presionamos el botón de repetición del despertador.

En la tercera y última parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de la humanidad en las calamidades naturales.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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