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sábado, 31 de diciembre de 2011

La Elección Incondicional y la Depravación Total son enseñanzas gnósticas


La Elección Incondicional (Predestinación) es la letra U (Unconditional Election) en el acrónimo TULIP, que forma las bases del Calvinismo.

La doctrina de la Predestinación afirma que algunas personas ya nacen seleccionadas para la salvación o la condenación, la cual no pueden evitar ni siquiera por las buenas obras en esta vida. Para San Agustín y Juan Calvino es un misterio divino que Dios en Su perfecta justicia hace la aparentemente gratuita selección de los elegidos, con un pensamiento paralelo que Él ha hecho una selección similar de los condenados “…aquellos a quienes en Su justicia Él ha predestinado al castigo” y “aquellos a quienes en Su misericordia Él ha predestinado a la gracia” – Agustín, Enchiridion c, p. 269

No podemos señalar sólo a Juan Calvino por esta enseñanza herética debido a que él la obtuvo de los escritos de Agustín. Pero, ¿de dónde la obtuvo Agustín?

Antes de que Agustín llegara a ser cristiano, en el 387 AD., se adhirió al Maniqueísmo, una religión gnóstica iraní proclamada por su “profeta” Mani (216-276 AD), originándose en la Persia Sasánida (Babilonia). Poco después de que el emperador romano Teodosio I emitiera un decreto de muerte para los maniqueos en el 382 AD y que declarara al Cristianismo como la única religión legítima para el Imperio Romano en el 391, Agustín supuestamente se convirtió en un ferviente opositor del Maniqueísmo. Sin embargo, el Maniqueísmo todavía influyó en su pensamiento, como puede verse con la idea de “Los Elegidos”.

Mani dividió a su iglesia en dos grupos: Los Elegidos, y los Oyentes y luego los Pecadores.

Los Elegidos (los perfectos): los que habían tomado por sí mismos los votos del Maniqueísmo.

Los Oyentes (los auditores): los que no habían tomado los votos, pero que participaban en la iglesia

Los Pecadores: todos los demás.



Agustín era un Oyente y nunca tomó los votos del Maniqueísmo porque no podía cumplir con normas tan estrictas (Confesiones de Agustín). La vida de los que tomaban los votos era muy dura. Se les prohibía tener propiedades, comer carne o beber vino, satisfacer cualquier deseo sexual, participar en cualquier ocupación servil, comerciar o negociar, poseer casa u hogar, practicar la magia o practicar cualquier otra religión. Por tanto, la vasta mayoría de los adherentes eran Oyentes y el número de los Elegidos era muy pequeño. Cuando los Elegidos mueren, sus cuerpos son purificados por el sol, la luna y las estrellas – sus partículas de luz puestas en libertad forman pequeñas deidades en el cosmos que rodea al Primer hombre. Los Oyentes tienen que pasar por un largo purgatorio antes de que llegar a la felicidad eterna. Los Pecadores son lanzados al infierno, en alma y cuerpo, donde vagarán por toda la eternidad en tormento y angustia, rodeados por demonios y condenados por los ángeles.

Con respecto a la Predestinación, Agustín dijo:

“…deberán en cambio entender que la Escritura “El cual [Dios] quiere que todos los hombres sean salvos” [1 Tim. 2:4] significa que ningún hombre es salvado a menos que Dios desee su salvación: no que no exista ningún hombre cuya salvación El no desee, sino que ningún hombre es salvo aparte de Su voluntad… fue de una oración a Dios que el apóstol estaba hablando cuando usó esta expresión…Podemos entender por “todos los hombres”, a toda clase de hombre. Y podemos interpretarlo en cualquier otra forma que deseemos, mientras no seamos obligados a creer que el Dios omnipotente ha querido que algo fuera hecho y no se hizo”. – Agustín, Enchiridion, p. 103

“…los recursos de la salvación están localizados en Dios, fuera de la humanidad. Es Dios quien inicia la salvación, no los hombres o las mujeres”. McGrath, Alister E. Christian Theology: An Introduction. Blackwell Publishing, 2007. pg. 19

“Dios no nos escoge debido a que nosotros creemos, sino para que podamos creer”. – Agustín, La Predestinación de los Santos, 17.34

Ahora se puede ver lo fácil que fue para Agustín malinterpretar la Escritura con respecto a la predestinación. Él no pudo alcanzar la Elección en el Maniqueísmo pero, al torcer la Escritura, pudo ser uno de los Elegidos en el Cristianismo.

Mani también creía en la Depravación Total (también llamada la Incapacidad Total), la cual forma la letra T en el TULIP (Total Depravity). De ella dijo:

“…la naturaleza del hombre puede estar tan corrompida hasta el punto de que su voluntad es impotente para obedecer los mandamientos de Dios”. – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (August 1994), pg. 228.

La definición del Calvinismo de la Depravación Total afirma que, “como una consecuencia de la caída del hombre en pecado, toda persona que nace en el mundo está esclavizada al servicio del pecado. Las personas no están por naturaleza inclinadas a amar a Dios con todo su corazón, con toda su mente o fuerza, sino que todas están inclinadas a servir a sus propios intereses sobre los de su vecino y a rechazar el gobierno de Dios. Así pues, todas las personas por sus propias capacidades son moralmente incapaces de escoger seguir a Dios y ser salvos porque no están dispuestos a hacerlo a partir de la necesidad de su propia naturaleza. (El término “total” en este contexto se refiere al pecado que afecta todas las partes de una persona, no que toda persona sea tan mala como sea posible) [Énfasis añadido] - David Steele and Curtis Thomas, “The Five Points of Calvinism Defined, Defended, Documented”, pg. 25.

Agustín dijo que:

Adán y Eva en castigo por su pecado “se convirtieron en una consecuencia natural en todos sus descendientes”. Además, no es sólo una naturaleza física corrupta la que hemos heredado de Adán, sino que nuestra “…naturaleza humana cambió tanto y se volvió tan viciada que sufre de la obstinación de una concupiscencia rebelde…” – La Ciudad de Dios, xiii, p. 3

Ahora también se puede ver por qué Agustín creía en una doctrina tan errónea. Con el fin de que la Elección funcione, el hombre tendría que ser completamente depravado o incapaz de iniciar cualquier contacto con Dios, a menos que Dios elija a la persona primero.

Tanto la Depravación Total como la Elección Incondicional son dos enseñanzas gnósticas y aunque Agustín se opuso al Maniqueísmo, no se divorció de sus doctrinas.

“Los gnósticos [pusieron]…el orden natural a una distancia tan grande en valor moral del supremo Dios. La influencia de ideas fatalistas extraídas de la astrología popular y la magia se fusionaron con las nociones derivadas del lenguaje paulino acerca de la predestinación para producir un rígido esquema determinista. La redención era del destino, no de las consecuencias de la acción responsable y se le concedió sólo a unos elegidos predeterminados en los que estaba la chispa divina”. [Énfasis añadido] – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (August 1994), pg. 38

La Elección era un NUEVO concepto y no había sido oído antes en el Cristianismo hasta que Agustín introdujo la idea. Él tuvo muchos oponentes que lo reprendieron a él y a sus falsas doctrinas.

Julián, obispo de Eclanum dijo que Agustín estaba causando problemas porque,

“introdujo sus formas de pensamiento maniqueístas a la Iglesias…y estaba negando la clara enseñanza de San Pablo de que Dios quiere que todos los hombres sean salvos” – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (1994), pg. 232-3

Vincent de Lérins dijo de la Predestinación:

“…una innovación muy perturbadora, muy fuera de línea con la ‘ortodoxia’” – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (1994), pg. 223

Esta idea fue luego transmitida a Juan Calvino y hoy en día la Predestinación y la Depravación Total forman parte de la base doctrinal del Calvinismo.

La correcta interpretación bíblica es ésta:

Elección Condicional: Dios ha escogido que toda la humanidad sea justificada por Su gracia, pero nos ha llamado a responder a esa gracia mediante el ejercicio de nuestra libertad humana restaurada por Dios como una condición para cumplir con la elección.

La Depravación: Los seres humanos son pecadores y sin Dios, incapaces (privados) por su propia cuenta de ser justos; sin embargo, no son irremediablemente pecaminosos y pueden ser transformados por la gracia de Dios, la cual restaura a la humanidad la libertad de la voluntad.

Jesucristo murió por TODA la humanidad, no sólo por los Elegidos gnósticos.

El Calvinismo NO ES el Evangelio, como a los calvinistas les gustaría hacerle creer. El Calvinismo es una doctrina horriblemente torcida que suena bíblicamente correcta en su mayor parte, hasta que llega a la parte más importante: la Salvación. Aquí se le presentan la Predestinación y la Depravación Total, enseñanzas salidas del abismo del infierno. Si una persona está atrapada en un falso sentido de la salvación, entonces Satanás ha hecho muy bien su trabajo.

Para obtener más información, visite nuestra sección:
Refutando el Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Unconditional Election and Total Depravity are Gnostic Teachings

martes, 27 de diciembre de 2011

El Porqué de este Libro

Capítulo 1 del libro: ¿Qué Amor es Éste?



“¿Puede responder algunas preguntas acerca del Calvinismo?”. La pregunta la hizo un joven que estaba sentado conmigo y otros más en un restaurante en una ciudad donde yo estaba exponiendo en una conferencia.

“¿Por qué me preguntas a mí?”

“Escuchamos que está escribiendo un libro acerca del Calvinismo”

“Así es, lo estoy haciendo – un libro, de hecho, que no quería escribir. Hay buenos cristianos en ambos lados. La última cosa que quiero hacer es crear más controversia – pero es un tópico que debe ser enfrentado y abordado a fondo”. Mirando alrededor de la mesa, quedé sorprendido con el repentino interés reflejado en cada rostro. Todos estaban escuchando atentamente.

“Apenas había pensado en el Calvinismo durante años. Luego, de repente – o así me pareció a mí – en los últimos años el Calvinismo había emergido como un problema por todas partes. Quizás estoy empezando a darme cuenta, pero me parece que esta doctrina en particular está siendo promovida mucho más amplia y agresivamente ahora de lo que alguna vez fui consciente en el pasado”:

“Nuestra iglesia recientemente añadió al personal a un nuevo pastor asociado – un graduado del Master’s College and Seminary en el Sur de California”, explicó el joven. “El introduce el Calvinismo en casi toda sesión de su clase bíblica”.

“Permíteme sugerir cómo podría hacerlo”, respondí. “Le pregunta a la clase lo que ellos piensan que es primero, la fe o la regeneración. Todos dicen, ‘La fe, por supuesto – cree en el Señor Jesucristo y serás salvo’. Luego los desafía, ‘Pero la humanidad está muerta en delitos y pecados. ¿Cómo puede un muerto creer?’”.

Tenía toda la atención del joven. “¡Así es exactamente! ¿Cómo lo sabía?”

“Luego él explica”, continué, “que Dios tiene que soberanamente dar vida a aquellos que están espiritualmente muertos antes de que puedan creer o incluso entender el Evangelio – que la regeneración debe anteceder a la fe”.

“¡Tiene razón! Pero esto parece muy extraño… ¡cómo tener que ser salvo antes de que pueda ser salvo!”

“El calvinista no lo diría con esas mismas palabras”, respondí, “pero aun es un poco más extraño que eso. Sin comprender o creer algo acerca de Dios, Cristo o la Biblia – debido a que los ‘totalmente depravados’ supuestamente no pueden hasta que sean regenerados – los ‘elegidos’ son espiritualmente vivificados por un acto soberano de Dios sin ningún deseo o cooperación de su parte, y sin siquiera saber lo que les está pasando en ese momento”.

“Eso es exactamente lo que él ha estado enseñando”, añadió otro miembro de la misma iglesia. “No tiene sentido. Nunca leí algo como eso en la Biblia”.

“¿Son ustedes los únicos que han expresado alguna preocupación?”, pregunté. “¿Aquellos que pensaban que la fe es primero aceptaron este nuevo concepto inmediatamente?”

“La mayoría lo hacen. Pero ha causado algo de confusión. Y unas cuantas personas han abandonado la iglesia”.

“¿Nadie lo desafía”, pregunté, “con el hecho obvio de que la muerte espiritual no puede compararse con la muerte física? ¿Que la gente físicamente muerta no sólo no puede creer sino que tampoco puede pecar ni hacer nada más?”.

“Creo que ninguno de nosotros había pensado en eso”.

“¿Qué dice el pastor principal?”

“Parece no saber cómo manejar la confusión. Nunca antes escuchamos algo como esto desde el púlpito, pero ahora insinuaciones del Calvinismo incluso están encontrando su camino dentro sus sermones”.

La conversación siguió de esta forma durante un tiempo. Todo nuevo aspecto del Calvinismo que yo explicaba era recibido con exclamaciones adicionales de “¡Sí! Eso es exactamente lo que estamos escuchando”.

Otros, de áreas completamente diferentes del país, comenzaron a relatar sus experiencias. Un hombre recientemente había abandonado una iglesia que se había dividido por causa del Calvinismo. El consejo de diáconos había votado que todo miembro debía firmar una declaración de fe calvinista. Alguien más provenía de una iglesia cuyo pastor y ancianos habían tomado una línea dura contra lo que consideraron un asunto divisivo y habían expulsado a un maestro de escuela dominical por influenciar a su clase de adolescentes con el Calvinismo, a pesar de varias advertencias.

Otra pareja había visitado una iglesia muy recomendada en una gran ciudad cerca de su hogar, la cual era pastoreada por un autor calvinista muy conocido.

“Realmente no sabemos mucho acerca del Calvinismo”, confesaron mis acompañantes a cenar. “Pero fue una experiencia extraña. Por una parte, tuvimos la impresión de que estas personas se sentían seguras de que eran los elegidos. Sin embargo, también parecía haber cierta inseguridad, como si el desempeño fuera una evidencia importante de la salvación de alguien”.

Mientras nos levantábamos para irnos, una joven que había estado sentada durante toda la conversación en silencio me preguntó si podía tener un momento privado de mi tiempo. Nos sentamos de nuevo y comenzó a contar una historia de dolor. Ella era la esposa de un pastor. Sus vidas y ministerio habían sido felices y fructíferas hasta que su esposo y dos amigos cercanos, también pastores, se interesaron en una nueva “verdad”. Ellos tres eran muy intelectuales. Como resultado de leer autores calvinistas modernos habían sido atraídos hacia los escritos de Juan Calvino, Jonathan Edwards, John Knox y otros.

Su estudio, que los llevó de regreso hasta Agustín, eventualmente se volvió casi una obsesión. Luego cada uno de ellos comenzó a predicar su nueva “luz” desde sus púlpitos. Después de ser advertidos muchas veces para que desistieran, fueron removidos de sus pastorados. Eventualmente, su esposo comenzó a preocuparse si realmente era uno de los elegidos. Las persistentes preguntas se convirtieron en dudas descomunales acerca de su salvación. El Calvinismo que alguna vez había parecido tan satisfactorio comenzó a atormentarlo con incertidumbre. ¿Era él uno de los elegidos?

“¿Tú nunca te sentiste atraída hacia el Calvinismo?”, le pregunté.

Ella sacudió la cabeza. “No soy una intelectual – lo cual podría ser el porqué nunca me atrajo. ¿Pero no se supone que Dios sea un Dios de amor? En mi mente sencilla no tenía ningún sentido que el Dios de la Biblia no amara lo suficiente a todos como para no quererlos a todos ellos en el Cielo, que Cristo no había muerto por todos aunque la Biblia parecía decir que sí lo había hecho”.

Las lágrimas vinieron a sus ojos. Al menos, continuó ella, “sigo intentando decirle a mi esposo que el Dios en el que él ahora estaba creyendo – un Dios que predestinaba a las personas antes de que incluso nacieran a pasar la eternidad en el Lago de Fuego – no era el Dios que yo conocía y amaba”.

Encuentros preocupantes como éstos se volvieron más frecuentes y pronto exigieron una investigación más profunda de mi parte de un sistema que obviamente era abrazado por una porción más grande de la Iglesia de la que yo me había dado cuenta. Parecía tan extraño a todo lo que yo había creído acerca de un Dios cuya soberanía no disminuye Su misericordia y amor. Por mi propia tranquilidad, me vi obligado a dedicarme a la extensa investigación que dio como resultado este libro.

Un asunto de gran importancia

El Calvinismo nunca me ha parecido bíblico por un número de razones que mencionaremos en su debido orden. A lo largo de los años, mis considerables objeciones han sido discutidas en privado, de forma detallada, con varios amigos que son acérrimos calvinistas. Por fortuna, a pesar de nuestras serias diferencias y de nuestra incapacidad para resolverlas, nunca hubo pérdida de buena voluntad. Seguimos siendo amigos hasta este día y simplemente evitamos este tema.

Es cierto que “a lo largo de la historia muchos de los grandes evangelistas, misioneros y teólogos incondicionales sostenían…las doctrinas de la gracia conocidas como Calvinismo”. R.C. Sproul declara que los titanes de la erudición cristiana clásica” son calvinistas. A menudo se hace la afirmación adicional que, aunque muchos no lo han hecho saber públicamente, la gran mayoría de los líderes evangélicos de hoy en Estados Unidos sostienen alguna forma de esta doctrina. Pronto descubrí que habían muchos más libros impresos promoviendo el Calvinismo de lo que alguna vez yo había imaginado. Su número e influencia están creciendo rápidamente.

Al igual que la Biblia de Estudio de John MacArthur, la Nueva Biblia de Estudio de Ginebra promueve agresivamente el Calvinismo en sus explicaciones marginales de pasajes claves. Ella afirma presentar la “verdad de la Reforma”. Esa osada frase equipara a la Reforma con el Calvinismo – una proposición aceptada casi universalmente hoy en día entre los evangélicos. La pregunta de si esto es cierto, con la que trataremos en las siguientes páginas, es ciertamente una de gran importancia.

La importancia de nuestra preocupación recibe mayor peso por el hecho de que sus proponentes aun afirman que “el Calvinismo es el puro Cristianismo bíblico en su expresión más clara y pura”. D. James Kennedy ha dicho, “Soy un presbiteriano porque creo que el Presbiterianismo es la forma más pura de Calvinismo”. John Piper escribe, “Las doctrinas de la gracia (Depravación Total, Elección Incondicional, Expiación Limitada, Gracia Irresistible, Perseverancia de los Santos) son la urdimbre y la trama del evangelio bíblico apreciado por tantos santos durante los siglos”.

¿No significaría esto, entonces, que aquellos que no predican el Calvinismo no predican el Evangelio? ¿Y cómo podrían los evangélicos probablemente ser salvos si rechazan los cinco puntos del Calvinismo que Piper afirma que son “la urdimbre y la trama del evangelio bíblico”? C.H. Spurgeon, quien a veces contradecía el Calvinismo, declaró:

“…esas grandes verdades, las cuales son llamadas Calvinismo…son, creo yo, las doctrinas esenciales del Evangelio que es en Jesucristo. Ahora no pregunto si usted cree en todo esto [Calvinismo]. Es posible que no lo haga. Pero creo que lo hará antes de que entre al cielo. Estoy convencido de que así como Dios haya podido lavar sus corazones, Él lavará sus cerebros antes de que entren al cielo”.

Esa declaración tan fuerte es impresionante, viniendo de Charles Haddon Spurgeon. John H. Gerstner escribe, “Creemos junto al gran predicador bautista, Charles Haddon Spurgeon, que el Calvinismo es sólo otro nombre para el Cristianismo”. De nuevo, si el Calvinismo es el verdadero Cristianismo, ¿significa eso que los no calvinistas no son cristianos? Sin duda, la mayoría de los calvinistas no dirían eso, ¿pero no es ésa la implicación aquí?

Por supuesto, hubo muchos líderes cristianos de igual estatura en la historia de la Iglesia, tales como D.L. Moody, que tenían una opinión contraria. Norman F. Douty enumera a más de setenta líderes cristianos que, en todo o en parte, se opusieron al Calvinismo (especialmente a su doctrina de la Expiación Limitada) – entre ellos hombres como Richard Baxter, John Newton, John y Charles Wesley, John Bunyan, H.C.G. Moule y otros. Un estudio de la historia de la Iglesia primitiva revela que las doctrinas calvinistas fueron desconocidas durante los tres primeros siglos de la Iglesia. De su conocimiento de la historia eclesiástica, el Obispo Davenant, presente en Dort, declara:

“Podemos afirmar con certeza que antes de la disputa entre Agustín y Pelagio, no había cuestionamiento con respecto a la muerte de Cristo, si acaso debía extenderse a toda la humanidad o restringirse sólo a los elegidos. Porque los Padres…ni una palabra (que yo sepa) se dijo por ellos de que, por decreto de Dios, alguien quedara excluido. Ellos están de acuerdo en que solamente beneficia a los que creen, sin embargo confiesan en todo lugar que Cristo murió a favor de toda la humanidad…

Agustín murió en el año 429 D.C. y hasta ese tiempo, al menos, no hay la más mínima evidencia que algún cristiano siquiera soñara de una propiciación sólo para los elegidos. Incluso después de él, la doctrina de una propiciación limitada fue difundida lentamente y por mucho tiempo no fue recibida sino parcialmente".

Hoy hay una creciente división acerca de este asunto, la mayoría de los calvinistas insistiendo que Cristo murió sólo por los elegidos. Por otra parte, IFCA International, un grupo de cerca de 700 iglesias evangélicas independientes y 1,200 pastores (algunos de ellos calvinistas) afirma en su declaración doctrinal, “Creemos que el Señor Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad…para lograr la redención de todos los que confían en él…”.

El mismo Spurgeon, citado tan a menudo por los calvinistas para apoyar su punto de vista, estaba dividido entre su corazón de evangelista que deseaba la salvación de todos y sus creencias calvinistas. A veces parecía rechazar la Expiación Limitada, aunque a menudo la predicaba con firmeza. Algunas veces parecía contradecir a sí mismo casi al mismo tiempo:

"Yo sé que hay algunas personas que consideran necesario para su sistema de teología limitar el mérito de la sangre de Jesús. Si mi sistema de teología necesitara de tal limitación, lo arrojaría a los vientos. No podría ni me atrevería a permitir que ese pensamiento se alojara en mi mente, pues pareciera ser estrechamente semejante a la blasfemia.

Yo veo un océano de mérito en la obra acabada de Cristo; mi plomada no encuentra fondo, y mis ojos no descubren una orilla. Habría suficiente eficacia en la sangre de Cristo, si Dios así lo hubiera querido, para salvar no únicamente a este mundo entero, sino a diez mil mundos…Teniendo a una Persona divina como una ofrenda, no sería consistente concebir un valor limitado. Confín y medida son términos inaplicables al sacrificio divino. La intención del propósito divino fija la aplicación de la ofrenda infinita, pero no la convierte en una obra finita".

Mérito y valor deben aplicar al efecto de la Cruz. Si la Cruz está destinada para un número limitado (los elegidos), su mérito y su valor son necesariamente limitados. “Si Dios así lo hubiera querido” es la cláusula clave – la que Spurgeon claramente negó a veces. Por otra parte, que Spurgeon creía que la salvación estaba disponible para toda la humanidad es evidente a partir de muchos de sus sermones. La contradicción es clara – un hecho que los calvinistas están renuentes a admitir. De esta forma, he sido acusado de tergiversar, e incluso de citar de forma errada, a C.H. Spurgeon. Suficientes declaraciones adicionales de Spurgeon serán presentadas aquí para permitirles a los lectores que lleguen a sus propias conclusiones.

Una Promoción Agresiva

Los calvinistas están insistiendo cada vez más que sus dogmas peculiares representan la fe de “los reformadores que dirigieron la Reforma” y deberían ser aceptados por todos los cristianos evangélicos como el verdadero Cristianismo y como la expresión bíblica del Evangelio. Con respecto a eso…

>> Hay muchas cosas que ellos representan con las cuales todos los cristianos estarían de acuerdo.

>> Hay muchas cosas que ellos representan con las cuales muchos evangélicos piensan estar de acuerdo debido a malos entendidos, pero que en realidad no lo están, lo cual será aclarado en las páginas siguientes.

>> Hay muchas cosas que ellos representan con respecto a la Iglesia, Israel y el regreso de Cristo a las cuales aquellos que creen en el rapto inminente de la iglesia objetarían con firmeza. Estos últimos puntos de vista no tienen nada qué ver con el Evangelio y por tanto no serán abordados aquí.

En el año 2000, la Alianza de Cristianos de la Reforma se reunió en Londres en oposición a la influencia de la Bendición de Toronto en Inglaterra y envió este mensaje a los evangélicos a nivel mundial: “Llamamos por lo tanto a aquellos que portan la etiqueta “evangélico” a afirmar su fe una vez más de acuerdo con el testimonio de la Escritura y en continuidad con el testimonio histórico de la Iglesia". Con “testimonio histórico de la Iglesia”, quieren decir las doctrinas peculiares que provienen de Agustín, interpretadas y expandidas por Juan Calvino y que en una época fueron forzadas por una Iglesia estatal sobre todos en Inglaterra y Escocia y en aquellas partes de Europa donde los calvinistas tenían el control. La documentación histórica se proporciona en los capítulos 5 y 6.

Los calvinistas de hoy en día hablan aún más ardiente y audazmente acerca de la necesidad de una “nueva Reforma”, por la cual muy claramente se refieren a un avivamiento del Calvinismo como el punto de vista dominante en la cristiandad. Considere algunas de las resoluciones que conforman “La Declaración de Londres 2000: Alianza de Cristianos de la Reforma – Una visión para la unidad bíblica en la iglesia moderna, ‘El Problema Evangélico’”:

Bajo “La Cuestión de la Verdad”

Llamamos por lo tanto a los evangélicos a regresar al una vez sostenido enfoque bíblico…que reivindicar una doctrina en particular [Calvinismo] como verdadera no es arrogancia espiritual sino un deber bíblico.

Bajo “Una Visión para la Reforma”

Llamamos por lo tanto a los evangélicos a afirmar una visión para la Reforma la cual está de acuerdo con el testimonio de la Escritura y en continuidad con el testimonio histórico de la iglesia [calvinista]. Tal visión es de una iglesia que es tanto Católica como Reformada. Por Católica no queremos decir “Católica Romana”… [Vea el capítulo 4, “La Sorpresiva Conexión Católica del Calvinismo”] Por Reformada, queremos decir que confesamos aquellas doctrinas acerca de la autoridad de la Escritura y la salvación sólo por gracia las cuales nuestros antepasados [calvinistas] reafirmaron al momento de la Reforma [su énfasis].

Bajo “Cuatro Afirmaciones”

Bajo 1: De igual manera afirmamos que somos agustinianos en nuestra doctrina del hombre y en nuestra doctrina de la salvación. Esto es debido a que creemos que Agustín y sus sucesores, incluyendo a los reformadores [calvinistas], reflejan fielmente la enseñanza de la Biblia en relación con la incapacidad espiritual total del hombre caído para responder a Dios, la clemente elección incondicional de Dios el Padre de un pueblo para ser salvo, el designio de la obra expiatoria del Hijo encarnado destinada segura y ciertamente para asegurar la salvación de ese pueblo [sólo los elegidos], la gracia monergística del Espíritu Santo en la regeneración [sin comprensión o fe por parte del hombre] y la perseverancia de los elegidos. Por consiguiente, también rechazamos todas las formas de sinergismo o Semi-Pelagianismo en las que al hombre le es otorgado un papel cooperativo en su regeneración [aun creer], es decir, Arminianismo. Igualmente rechazamos cualquier debilitamiento de la soteriología agustiniana, es decir, Amiraldianismo (Calvinismo de ‘cuatro puntos’) y cualquier endurecimiento de ella, es decir, Hiper-Calvinismo…La noción de una Iglesia Católica y Reformada [calvinista] – un torrente principal y majestuoso de la ortodoxia cristiana histórica [Agustinianismo/Calvinismo] – es de esta forma integral para nuestro entendimiento. Afirmamos esta noción como verdadera y fundacional para cualquier panorama evangélico digno del nombre.

Bajo 2: Los católicos reformados afirman la importancia de la iglesia y su historia en cualquier visión auténtica de la obra redentora de Dios en el tiempo y el espacio. El Evangelicalismo de hoy está infectado con una amnesia mortal con respecto a la iglesia [calvinista] histórica…Rechazamos específicamente el subjetivo y a menudo espectáculo desordenado de la adoración al estilo carismático, con sus prácticas acompañantes, tales como supuestas hablar en lenguas, profecías, “muertes en el Espíritu”, etc.

Bajo 4: Lamentamos la influencia entre los evangélicos de un dispensacionalismo pietista en el cual el mundo es considerado irremediablemente perverso (y así sin valer la pena el esfuerzo de influenciarlo) y en el cual la única esperanza se supone que sea el rapto inminente de los santos.

Un Desafío a Permanecer Callado

Con el reciente aumento del Calvinismo, cierto número de líderes calvinistas han comenzado a tomar una postura mucho más agresiva en su promoción pública. Ambos lados, de hecho, están cada vez más haciendo este tema un asunto de compañerismo en el Señor, resultando en división en un número de iglesias por lo demás sanas.

En algunas iglesias, a los miembros se les prohíbe promover el Calvinismo incluso en privado. En otras, sólo calvinistas son aceptados como miembros. Por supuesto, lo último ha sido cierto de pastores y candidatos a las misiones durante siglos en casi todas las iglesias presbiterianas y aun en algunas iglesias bautistas – pero ahora esa posición parece estar creciendo.

Casi a diario descubro que este tema estaba exigiendo un interés más amplio y una mayor importancia de la que yo había imaginado. Parecía obvio que existía la necesidad de más investigación y escritura para lidiar con este importante asunto.

Cuando se hizo conocido que pretendía escribir un libro así, cierto número de pastores me advirtieron que me abstuviera de expresarme públicamente acerca de este tema. Algunos afirmaron que, debido a mi ignorancia de sus verdaderas enseñanzas, yo ya había tergiversado la “Doctrina Reformada”. Una respuesta típica de los amigos calvinistas a quienes les envié un manuscrito inicial para que lo comentaran era algo así: “Las caricaturas que presentas y los hombres de paja que construyes me demuestran que no tienes ninguna comprensión en absoluto de la posición reformada, y hasta que la tengas, te aconsejo que te abstengas de imprimir algo”.

Las cartas comenzaron a inundar nuestro ministerio, The Berean Call, desde todas partes del mundo, muchas escritas por pastores insistiendo que yo no estaba calificado para abordar el Calvinismo e instándome a sellar mis labios y a soltar mi pluma con respecto a este tópico. Se sugirió que perdería muchos amigos y que me alienaría a mí mismo de líderes evangélicos, de los cuales se dijo que la mayoría eran calvinistas convencidos. Además, ¿quién publicaría un libro así, dado que las editoriales más importantes habían producido muchos libros que apoyaban al otro lado?

Lo que más me conmovió fue la preocupación expresada seriamente por amigos cercanos de que un libro escrito por mí acerca de este asunto podría causar división – la última cosa que yo quería. “Ya lo podemos escuchar", me dijeron varios amigos: “¡Aquí viene Dave Hunt de nuevo; esta vez está atacando a los calvinistas!” Esa preocupación pesaba muy fuerte sobre mí.

Uno debe estar dispuesto a aceptar un consejo sabio. Pero el consejo de permanecer callado, aunque dado por muchos debido a una preocupación genuina, pareció, después de mucha oración y un examen de conciencia de mi parte, ser desatinado. Spurgeon llamó al debate acerca de la soberanía de Dios y el libre albedrío del hombre “una controversia que… creo que ha sido en realidad saludable y que nos ha hecho a todos nosotros una vasta cantidad de bien…”. El deseo de mi corazón es que este libro será sólo para la gloria de Dios y para bendecir a Su pueblo.

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Siguiendo a los Líderes

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)


You can get Dave Hunt’s book, “What Love is This?”, here:

sábado, 17 de diciembre de 2011

Un calvinista defiende el legado del Calvinismo



Nota del Editor: Al abordar esta respuesta, la cual no es una pregunta sino más bien una defensa de Calvino, de su enseñanza y de la Teología Reformada, me remito a Brenda, quien ha escrito una excelente pieza de información que ha ayudado a muchos que nos han escrito preocupados acerca de la confusión bíblica en las enseñanzas de sus iglesias acerca de la Teología Reformada. La perspectiva de Brenda es especialmente útil debido a que ella se encontró con muchas de las mismas luchas de aquellos que escriben y ella responde por medio de su experiencia personal.

Nota de un lector: Yo también soy un calvinista y asisto a una Iglesia Bautista Reformada. Calvino fue uno de los 4 ó 5 hombres (Lutero, Agustín, Cromwell, etc.) más grandes en la historia del mundo desde la era del Nuevo Testamento y la era Apostólica. Él fue indirectamente también un fundador de la República Estadounidense cristiana, al establecer la teología de gobierno limitado y constitucional que adoptamos.

Afortunadamente, su detallada cosmovisión en teología también está teniendo un gran repunte en el evangelicalismo moderno y es una anécdota a Rick Warren, Brian McLaren y también a las aberrantes teologías de la iglesia emergente. Necesitas ver esto de otro modo. Los Dres. John Piper, R.C. Sproul, J.I. Packer, Al Mohler, John McArthur, el desaparecido D. James Kennedy están entre nuestros mejores teólogos conservadores modernos y estos hombres son teólogos están en contra del movimiento de las Iglesias con Propósito o Iglesia Emergente. Ellos brindan la mejor, la más clara y la más teológica crítica de las tendencias teológicas liberales. Francis Schaeffer también fue un calvinista y el Dr. S. Lewis Johnson, antiguo (ya fallecido) Presidente del Departamento de Nuevo Testamento y Griego y posiblemente el más grande profesor en la historia del Seminario Teológico de Dallas, también lo era. Charles Haddon Spurgeon era un Bautista calvinista y también muy vocal acerca de ello. Muchos de los primeros fundadores estadounidenses eran puritanos y presbiterianos y el más grande teólogo estadounidense de todos, Jonathan Edwards, también era calvinista. No somos malas personas, ciertamente no liberales, y el Calvinismo es la teología más escritural, más detallada y la más cercana a la Biblia. David Hunt tiene muchas cosas buenas que ofrecer, pero no en su análisis de esta teología. El Calvinismo fue la perspectiva teológica dominante para la mayoría de los evangélicos (excepto para los wesleyanos y luteranos) al comienzo de Estados Unidos hasta la era de Charles Finney, la cual teológicamente fue muy perjudicial para el evangelicalismo de Estados Unidos. Así creció después de ese periodo un tipo variante de evangelicalismo antinomiano y arminiano en los últimos cien años o más que ha ayudado al sigiloso deslizamiento del evangelicalismo norteamericano hacia el evangelicalismo arminiano. Ahora éste está siendo cuestionado y el enfoque evangélico Reformado está teniendo un gran repunte en muchos seminarios evangélicos y entre los jóvenes, lo cual es algo bueno en general. Sólo quería que viera mi perspectiva acerca de esto. Bendiciones.

Respuesta de Brenda:

Gracias por expresarnos sus comentarios.

La historia ciertamente describe a la mayoría de los teólogos cristianos como Calvinistas y Reformados y, mientras que muchos de ellos son muy aclamados por sus contribuciones al Protestantismo y a la sociedad en general, el mandato para los hijos de Dios es que prediquen el Evangelio, que hagan discípulos y que se alimenten de toda palabra que proceda de la boca de Dios (Mt. 4:4). Por supuesto, la tradición Reformada afirma que es exactamente esto lo que ellos hacen ya que argumentan contra tendencias liberales, movimientos pragmáticos de igle-crecimiento y métodos de la iglesia emergente. Sin embargo, si estos asuntos de discernimiento obtienen la confianza para una tradición doctrinal que conduce al estudiante a una comprensión diferente de Dios y del Evangelio, entonces esta teología debe ser abordada y examinada a pesar de la reputación histórica de la que estos hombres disfrutan.

Sin lugar a dudas, las tendencias Emergentes están produciendo frutos que engañarán a muchos a formar parte del venidero falso reino mundial que se vislumbra en el horizonte. Aunque es bueno reconocer el peligro de tales tendencias engañosas, uno aún necesita estar en guardia ante todas las deformaciones de la Verdad Bíblica.

Mientras que nadie está acusando a los calvinistas de ser malas personas de forma individual, a menos por supuesto que se hayan ganado esa reputación, no puede pasarse por alto el hecho de que la teología agustiniana ha tenido una historia problemática. Debe ser examinada en la verdad de la Palabra de Dios para ver si sus frutos son consistentes con el carácter de Dios. Agustín es reverenciado por la Iglesia Católica Romana como un santo y como su más importante doctor de fe y doctrina. Él es el responsable de casi todo error del Romanismo, incluyendo la pavorosa Inquisición, al introducir el concepto de la Guerra Justa. Este concepto proporcionó la justificación para matar a aquellos que discreparan con el dogma católico. El propósito era forzar confesiones de fe al Catolicismo Romano para salvación ¡en los momentos antes de la muerte! Otros errores de Agustín incluyen la elección, la predestinación, la depravación total, la gracia irresistible, el bautismo de niños, la regeneración bautismal, la interpretación alegórica, la teología del reemplazo y la unión de la Iglesia con el Estado. Esta lista de errores doctrinales revela la influencia que Agustín ejerció sobre los Reformadores mientras estaban reformando, en lugar de abandonar, la Iglesia Católica. Éste es el porqué muchos, como el teólogo Reformado Loraine Boettner llama al Calvinismo por su apodo Agustinianismo, “La Reforma fue esencialmente un reavivamiento del Agustinianismo”.

Usted legítimamente señala que no todos los teólogos que ha citado han causado los tipos de problemas que los Reformadores y otros causaron, aunque algunos cuestionarían el pasado político de Cromwell, pero todos ellos han promovido el Calvinismo el cual, una vez más, cambia el carácter de Dios y el de Su Evangelio. No es a los hombres o a su reputación en la historia a quien honramos o en que creemos; es a Dios y a Su Verdad a quienes buscamos honrar y en quienes debemos confiar.

Mi intención al señalar el legado espiritual del Agustinianismo no sólo es apuntar con el dedo a los diversos teólogos que ha citado por razones personales, sino para que los cristianos piensen acerca de la teología con la que están siendo confrontados y para que conozcan de dónde proviene. Así como ha señalado la influencia de Finney sobre el Evangelicalismo estadounidense, los no-calvinistas podríamos citar la influencia y el legalismo del Calvinismo sobre el Reconstruccionismo Estadounidense, el cual tiene el potencial de revivir el espíritu visto en Ginebra. El péndulo se balancea de un extremo a otro en los círculos de debate, pero la fe de la cual habla la Biblia honra el carácter verdadero de Dios al sacrificarse a sí mismo, no a otros, mientras busca agradar a, y confiar en, Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas mientras extiende el mensaje de salvación que rescata vidas a todos aquellos que deciden creer desde su corazón (Romanos 10:9-10).

Habiendo vivido 14 años en el Calvinismo, conozco por experiencia personal los cambios que éste produce en las mentes y corazones de sus adherentes. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Prov. 23:7a). El Calvinismo produce gran temor en sus adherentes a quienes en privado les preocupa que no puedan ser salvos. Esto explica la razón por la cual muchos sermones en las iglesias Reformadas y calvinistas abordan la seguridad cristiana. Desesperados por una afirmación de su fe, los calvinistas son susceptibles a confiar en el desempeño externo como garantía de su salvación para demostrarse a sí mismos y a los demás que efectivamente son elegidos.

Todo aquel que sea puesto bajo un Evangelio basado en obras sufrirá inseguridad porque la fe confía en las promesas de Dios. El Evangelio de la Biblia es, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Esta invitación está abierta para todo ser humano porque el carácter de Dios es que Él ama a toda la humanidad y ha provisto la salvación para todos los hombres. Limitar la salvación a aquellos que Dios ha pre-seleccionado es cambiar el carácter, la expiación y el Evangelio de Dios. Introducir la elección soberana cambia una gran parte de la Biblia e impacta significativamente al caminar de fe del creyente.

Mi intención al exponer el Calvinismo es advertir y proteger a otros de los efectos de su teología, que los cristianos honren a Dios con sus vidas y que la Iglesia ofrezca el mensaje de salvación que rescata vidas por medio del Verdadero Evangelio que brinda esperanza. No quiero que nadie esté de pie ante el trono de Dios y rinda cuentas por adscribirle a Él una clase de soberanía que excluye a alguien de la salvación que Su Hijo pagó tan cara para proveerla. Que podamos ofrecer un mensaje de esperanza y salvación al mundo entero y también seguridad y garantía a aquellos que han creído.

Muchas bendiciones en Cristo,

Brenda Nickel

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El Debate acerca del Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
A Calvinist defends the legacy of Calvinism

lunes, 5 de diciembre de 2011

El Calvinismo: Un Dios, un Jesús y un Evangelio Diferentes

Al parecer, el ídolo de los calvinistas de un Dios que elige soberanamente necesita más protección que las almas perdidas en camino a una eternidad de fuego.



Recientemente, la controversia del Calvinismo se ha expandido a nuevas proporciones a medida que persisten las interrogantes con respecto a la promoción del Calvinismo de un Dios diferente, de un Jesús diferente y de un Evangelio diferente. El Calvinismo afirma defender la verdad histórica y ortodoxa de la Biblia y está, por lo tanto, firmemente arraigado, si no institucionalizado, dentro del evangelicalismo. Se vuelto cada vez más difícil encontrar iglesias, líderes, ministerios, materiales de estudios o libros “cristianos” que no promuevan algún aspecto del Calvinismo. Esta filosofía elitista que produce comezón de oír ha engañado a muchos cristianos en la promoción de un dios que no ama a todos los hombres, con un salvador que no murió por todos los hombres, ofrecido por un evangelio que salva sólo a los elegidos. La Biblia claramente se opone al Calvinismo, mediante la enseñanza de que Dios amó de tal manera al mundo (Jn. 3:16) que Dio a Su Hijo unigénito para que muriera por TODOS los hombres (1 Timoteo 4:10), aun por los falsos maestros – obviamente no elegidos (2 Pedro 2:1); y que el Evangelio salva a todo pecador que cree en su corazón (Rom. 10:10; Jn. 6:29). Ambos puntos de vista no pueden ser ciertos.

Muchos cristianos están siendo atacados rutinariamente por señalar estas disparidades. Gritos de insulto provienen de los calvinistas mientras reúnen sus tropas para justificar el TULIP (mejor conocido como los 5 Puntos del Calvinismo) por medio de reglas de la lógica humana, argumentos académicos, credos y confesiones históricas y un linaje espiritual trazado desde los Reformadores hasta a Agustín (Mt. 23:30-32). Ellos exigen debates, citan a fuentes no bíblicas, lanzan acusaciones bajo el disfraz del “amor” y rechazan a los no calvinistas… ¡todo esto mientras dicen que están interesados en salvar a los hombres por medio del evangelismo! Parece que su ídolo de un dios que elige soberanamente necesita más protección que las almas perdidas en camino hacia una eternidad de fuego.

Los calvinistas también personalizan el argumento al afirmar que están siendo acusados de no ser salvos, una acusación, por cierto, que muchos calvinistas libremente aplican a los no calvinistas. Esta táctica está diseñada para hacer retroceder a sus oponentes al hacerlos sentir culpables por supuestamente insinuar que los calvinistas no son salvos. Es el Señor quien juzga quién ha creído verdaderamente a Su Evangelio y quién no. Los no calvinistas simplemente suenan la voz de alarma. La pregunta es, ¿qué evangelio ha creído una persona?

Muchos cristianos como yo, que fueron salvos por creer el verdadero Evangelio, después son engañados por pastores y maestros de confianza a seguir el Calvinismo de cuatro puntos. Otros, como Thomas Dickerson, del ministerio Saving All the Nations (Salvando a Todas las Naciones) dan su fuerte y convincente testimonio ante líderes de la denominación de los Bautistas del Sur durante la Conferencia Juan 3:16 en Woodstock FBC en Atlanta hace algunos años. Thomas fue criado en una iglesia calvinista comprometida con los cinco puntos del Calvinismo y nunca había escuchado el Evangelio, sin embargo, pensó que era salvo porque podía articular las “Doctrinas de la Gracia” del Calvinismo. Ya sea a creyentes o a incrédulos, el Calvinismo engaña y toma cautivos a sus seguidores, y luego los coacciona a hacer la voluntad del diablo (2 Timoteo 2:26).

Mientras que exteriormente el calvinista usa las mismas palabras en el evangelismo como el no calvinista, el calvinista tiene un sistema muy diferente en mente mientras ofrece el Evangelio. Los problemas surgen cuando los nuevos convertidos, que confían en los pecadores por los que fueron salvados, también confían en que estos predicadores los alimentarán con la leche pura de la Palabra para poder crecer. En lugar de la verdad pura, los mismos calvinistas que han sido llevados cautivos, entrenarán al nuevo creyente en su misteriosa filosofía y, eventualmente, le enseñarán que la obediencia, en lugar de la fe, es la prueba definitiva de su elección. Jesús dio severas advertencias acerca de hacer tropezar a Sus pequeñitos (Lc. 17:2), lo que debería hacer reflexionar a cualquier calvinista que sumerge a sus confiados bebés dentro de este esquema doctrinal.

Nota del editor: Brenda Nickel es una creyente cuyo caminar fue desviado por la teología de Juan Calvino. A medida que fue atraída hacia el Calvinismo, éste le causó una eventual desesperación espiritual. Ella cuenta cómo, siendo una nueva creyente en Jesús nacida de nuevo, se apresuró con mucho entusiasmo a amar el estudio de Su Palabra (La Biblia). Esta búsqueda la llevó a un viaje de descubrimiento que en última instancia la llevó a seguir el razonamiento y la teología embriagadoras de Juan Calvino, que dan como resultado mucha confusión. Catorce años después, ella escapó de las trampas del catolicismo reformado de Calvino.

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Refutación Bíblica en contra del Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Calvinism's Different God, Jesus and Gospel

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Está la comprensión bíblica reservada para una élite?

Capítulo 2 del libro: ¿Qué Amor es Éste?



Los calvinistas enfatizan que su teología descansa sobre una sólida exégesis bíblica, estando “firmemente basada… en la Palabra de Dios”. Algunos han ido tan lejos como para afirmar que “esta enseñanza era considerada como la verdad por los apóstoles”, e incluso que “Cristo enseñó las doctrinas que han llegado a ser conocidas como los cinco puntos del Calvinismo”. De acuerdo con la Biblia misma, sin embargo, nadie debería aceptar tales afirmaciones sin verificarlas en las Escrituras.

Cualquier doctrina que afirme estar basada en la Biblia debe ser comprobada cuidadosamente contra la Biblia. Además, cualquiera que conozca la Biblia debería ser capaz de hacer eso. Depender de algún supuesto experto bíblico para una evaluación de las opiniones de otro sería estar dando vueltas en círculos. No importa cuál opinión uno aceptó, el resultado final sería el mismo: uno aún sería cautivo de la opinión humana. Cada individuo debe verificar personalmente todas las opiniones directamente con la Biblia. Sin embargo, estaba siendo aconsejado a permanecer callado sobre la base que sólo aquellos con calificaciones especiales eran competentes para contrastar el Calvinismo contra la Biblia, una idea que en sí misma contradecía la Escritura.

Los habitantes de la ciudad de Berea, aunque ni siquiera eran cristianos cuando Pablo les predicó por primera vez el Evangelio, “escudriñaban cada día las Escrituras para ver si estas cosas [las que Pablo les predicaba] eran así” (Hechos 17:11), y fueron elogiados como “nobles” por hacerlo. Sin embargo, los calvinistas insisten que se requiere una preparación especial (y aparentemente extensa) para llegar a ser alguien calificado para examinar esa peculiar doctrina a la luz de la Biblia. ¿Por qué?

Después de todo, la misma Biblia declara que un “joven” puede entender sus instrucciones y, por tanto, “limpiar su camino” (Salmo 119:9). Aun un niño puede conocer las Sagradas Escrituras por medio de la instrucción en el hogar impartida por su madre y por su abuela (2 Timoteo 1:5; 3:15). Si una habilidad especial fuera necesaria para probar el Calvinismo contra la Escritura, sin duda que sería una prueba en sí misma que esta peculiar doctrina no provino de una exégesis bíblica válida. Algo tan enigmático, por definición misma, no podría haberse derivado de la Biblia, quien sí misma afirmar estar escrita para los sencillos:

Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte …a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Corintios 1:26-29).

¿Es el Calvinismo tan difícil de entender?

¿Realmente debería ser el Calvinismo insondable para el cristiano común? Ese mismo hecho, si fuera cierto, sería una prueba adicional de que el Calvinismo no se derivó de las Escrituras. ¿Cómo podría algo tan complicado posiblemente provenir de aquello que toda persona es capaz de meditar día y noche (Salmo 1:1-2)? Si la alimentación esencial que la Palabra de Dios provee debe ser el sustento diario para la vida espiritual de todo hombre (Deuteronomio 8:3), ¿podría el Calvinismo haber provenido de la Biblia y sin embargo ser indigerible para el cristiano ordinario?

Muchos, cuya obvia sinceridad fue apreciada, me estaban diciendo que a pesar de que cito a Juan Calvino directamente de sus escritos, junto con citas de líderes calvinistas de hoy en día, aún era muy probable que yo tergiversara al Calvinismo porque yo no lo entendía. Aun después de una detallada discusión reciente con amigos calvinistas que duró tres horas, ellos aún me dijeron, “Tú no entiendes el Calvinismo”. Si el Evangelio fuera así de complicado, ¿quién podría ser salvo?

¿Por qué el Calvinismo debe ser un tema tan difícil y aparentemente esotérico que requeriría años comprenderlo? Tal actitud muy bien podría intimidar a muchos a aceptar esta creencia simplemente porque una gama tan amplia de teólogos y líderes evangélicos altamente respetados se adhieren a ella. Ciertamente, la gran mayoría de calvinistas son cristianos ordinarios. ¿Sobre qué base, entonces, sin la habilidad que aparentemente a mí me hacía falta, fueron capaces de aceptarlo?

Para familiarizarse a sí mismo con el Calvinismo, ciertamente hay recursos más que suficientes disponibles para cualquiera que esté genuinamente interesado en consultarlos. Numerosos libros acerca del tema están disponibles, tanto a favor como en contra. Los Cinco Puntos del Calvinismo, por Edwin H. Palmer, junto con libros de R.C. Sproul, John Piper, John McArthur, A.W. Pink, C.H. Spurgeon y otros, son muy recomendados por líderes calvinistas. En el otro lado, los libros de Samuel Fisk son informativos. El libro de Laurence M. Vance, La Otra Cara del Calvinismo, es un tratado exhaustivo de más de 700 páginas con cientos de notas al pie documentando sus citas. Los Institutos de la Religión Cristiana de Calvino así como otros de sus escritos y los de Agustín, John Knox y otros clásicos también están fácilmente disponibles.

Asegurándome de ser preciso e imparcial

Para asegurarme que ninguna interpretación errónea de las doctrinas bajo consideración sobreviviera en este libro, un manuscrito preliminar fue presentado a un número de amigos calvinistas y conocidos para que lo criticaran. Leer y discutir con ellos sus valiosos comentarios, por los que estoy profundamente agradecido, ha sido educativo. En ese proceso, se hizo más claro que nunca que los calvinistas ni siquiera entre ellos mismos concuerdan en todo.

La mayoría de los calvinistas coinciden en cinco puntos principales. Otros insisten que hay diez o aun más puntos relevantes. Palmer sugiere, “El Calvinismo no está restringido a cinco puntos: tiene miles de puntos”. ¡No es probable que podamos cubrir todos esos presuntos puntos en estas páginas! El mismo Palmer aborda sólo cinco.

Existen desacuerdos entre calvinistas de “cinco puntos” y de “cuatro puntos”. Por ejemplo, Lewis Sperry Chafer, fundador del Seminario Teológico de Dallas, se llamaba a sí mismo un calvinista de “cuatro puntos”, ya que rechazaba la expiación limitada. Vance señala que “muchos bautistas en la Asociación General de Iglesias Bautistas Regulares son calvinistas de cuatro puntos”. Negar un punto mientras se acepta los otros cuatro, sin embargo, ha sido llamado por los calvinistas de cinco puntos “la bendita inconsistencia”.

Es ampliamente reconocido que uno “debe sostener todos los cincos puntos del Calvinismo” porque “Los Cinco Puntos del Calvinismo están unidos. El que acepta uno de los puntos, aceptará los otros puntos”. Incluso aquellos que concuerdan en todos los cinco, sin embargo, tienen diferentes formas de entenderlos y defenderlos. Obviamente, no podemos cubrir todas las variedades de opiniones en este libro, sino que debemos atenernos a lo que la mayoría acepta como una presentación justa de sus creencias.

En el mayor interés de la precisión, citamos extensivamente no sólo al mismo Calvino, sino a otros escritos que son muy apreciados por sus colegas. Un libro del cual citamos extensivamente es La Libertad del Alfarero del apologista James R. White, el cual es respaldado por un número de líderes evangélicos de hoy, incluyendo a R.C. Sproul Jr., Jay Adams, Irwin Lutzer y muchos otros. Es un recurso especialmente valioso debido a que escrito específicamente para responder a las objeciones de Norman Geisler a ciertos puntos del Calvinismo, las cuales elevó en su libro reciente, Escogido Pero Libre. Debería haber citas más que suficientes de fuentes autorizadas para que el lector esté absolutamente seguro que el Calvinismo está siendo presentado justamente.

Un Llamado a la discusión abierta

La presciencia de Dios, la predestinación/elección, la elección humana, la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre son ampliamente alegados ser misterios más allá de nuestra habilidad para reconciliarlos. Por tanto, algunos insisten que estos conceptos deberían ser aceptados sin ningún intento de entender o reconciliar conflictos aparentes. Se usa de forma repetida la ilustración de que a medida que nos acercamos a la puerta del Cielo vemos escrito sobre ella, “Todo aquel que quiera venir”, pero que una vez que hemos entrado vemos desde adentro las palabras, “Escogidos en Él desde antes de la fundación del mundo”. Respetamos a los muchos líderes de iglesias que continúan ofreciendo tal explicación como si ella fuera suficiente. Existen, sin embargo, muchas razones convincentes para no consentir con esa popular posición.

En primer lugar, Dios quiere que nosotros entendamos Su Palabra en lugar de alegar “misterio” sobre largas porciones de ella. Él nos la ha dado para nuestro aprendizaje. De la Palabra de Dios, el salmista dijo, “Lámpara es a mis pies y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105) y eso desea ser para cada uno de nosotros hoy. Pedro reconoció que hay “cosas difíciles de entender” y advirtió que la Escritura a veces es torcida, ocasionando la destrucción de aquellos que lo hacen (2 Pedro 3:16). Dios nunca sugiere que haya alguna parte de Su Palabra que no debamos intentar comprender plenamente. Si consideramos que muchos pasajes en la Escritura están dedicados a los temas difíciles que abordaremos, podemos esperar con confianza que la Biblia misma aclarará los problemas.

En segundo lugar, la historia de la Iglesia desde sus comienzos tempranos ha involucrado agudas diferencias de opiniones en muchos temas vitales, incluyendo el Evangelio mismo. Numerosas herejías destructoras se han desarrollado y han sido opuestas vigorosamente. Ni Cristo ni Sus apóstoles consideraron que puntos de vista divergentes fueran normales o aceptables, sino que ordenó a los creyentes a “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Esa orden aplica a nosotros hoy.

En tercer lugar, no parece que nuestro Señor nos quisiera hacer retroceder para no considerar y no comprender seriamente la presciencia y la elección/predestinación así como la responsabilidad del hombre y cómo todo encaja perfectamente en la gracia soberana de Dios. Mientras que es posible que nunca veamos al Cuerpo de Cristo en perfecto acuerdo, cada uno de nosotros es responsable de entender estos asuntos tan claramente como podamos por medio del estudio diligente, y de ayudarnos unos a otros en el proceso.

Finalmente, Dios nos llama a buscarle con el fin de que podamos conocerle, aunque Sus caminos y Sus pensamientos están tan por encima de los nuestros como “como son más altos los cielos que la tierra” (Isaías 55:8-9). Ciertamente que a medida que lleguemos a conocer a Dios, mejor entenderemos Su Palabra y Su voluntad más plenamente. Dios es nuestro Salvador y conocerle es la vida eterna (Juan 17:3). Conocer a Dios debe incluir un profundo entendimiento de todo lo que Él nos ha revelado en Su Palabra.

Debemos vivir, como Cristo dijo (citando Su propia declaración como el YO SOY a Israel por medio de Moisés en Deuteronomio 8:3), no “sólo de pan, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Salomón dijo, Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5) - [énfasis añadido]. Entonces debemos considerar y buscar comprender cuidadosamente toda palabra.

La Razón más Imperiosa

Es una suposición general que cualquier otro desacuerdo que podamos tener, cuando se trata del Evangelio de nuestra salvación, tanto los calvinistas como los no calvinistas están totalmente de acuerdo. Sin embargo, muchos calvinistas discrepan, afirmando que el Evangelio bíblico es el Calvinismo. Por ejemplo: “El plan de salvación de Dios revelado en las Escrituras consiste de que lo que popularmente es conocido como los Cinco Puntos del Calvinismo”. Loraine Boettner declara, “La gran ventaja de la Fe Reformada es que en el marco de los Cinco Puntos del Calvinismo ésta establece claramente lo que la Biblia enseña con respecto al camino de la salvación”. Otros insisten que “si usted no conoce los Cinco Puntos del Calvinismo, usted no conoce el Evangelio, sino alguna perversión de él…”. B.B. Warfield afirmó, “El Calvinismo es evangelicalismo en su expresión más pura y estable”.

¡Tales afirmaciones de que los Cinco Puntos del Calvinismo conforman el Evangelio suscitan las preocupaciones acerca del Calvinismo a un nuevo nivel! Si se requiere tanto estudio especial para entender el Calvinismo y si años de estudio bíblico aún lo dejan a uno ignorante acerca de este tema, y si el Calvinismo es el Evangelio de nuestra salvación, ¿entonces dónde deja eso a las multitudes que piensan que son salvos pero que son ignorantes del Calvinismo? Esta pregunta puede parecer divisiva, pero no puede ser ignorada.

Otra grave preocupación surge con respecto a la proclamación del Evangelio como Cristo ordenó. Los calvinistas insisten que su doctrina no disminuye el celo con el que el Evangelio debe ser predicado. Para apoyar esta afirmación, nombran a algunos de los grandes predicadores y misioneros que fueron acérrimos calvinistas, tales como George Whitefield, Adoniram Judson, William Carey y otros. Y es cierto que, aunque saben que muchos a los cuales les predican no están entre los elegidos, algunos calvinistas en efecto predican ardientemente para que los elegidos puedan escuchar y creer.

Indudablemente, sin embargo, el celo de tales hombres y mujeres en llevar el Evangelio al mundo no podía ser debido a su Calvinismo sino sólo a pesar de él. Creer que aquellos que serán salvos han sido fijados por el decreto de Dios, que ningún otro puede ser salvo y que los elegidos deben ser regenerados por el acto soberano de Dios sin el Evangelio o cualquier persuasión de algún predicador o por alguna fe en Dios de su parte, difícilmente podría proveer motivación para predicar ardientemente el Evangelio. No importa cuánto el calvinista intente argumentar lo contrario, tal creencia sólo puede reducir el celo que una persona de otra manera podría tener para alcanzar a los perdidos con el Evangelio de la gracia de Dios en Cristo.

Enfrentando un Verdadero Dilema

El Evangelio que Pedro y Pablo y los otros apóstoles predicaron era para todos en las audiencias que enfrentaron, a dondequiera que fueron: no fue un mensaje que sólo los elegidos podían creer. Pedro le dijo a Cornelio y su familia y amigos, “Y nos mandó [Cristo] que predicásemos al pueblo [no a un grupo selecto],…que…todos los que en él creyeren [de entre la gente a la cual Él predicó], recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:42-43).

En contraste, el evangelio de Calvino dice que Cristo murió y que Su sangre hace expiación sólo por los elegidos. ¿Puede ser éste el mismo Evangelio que Pablo predicó? Pablo le proclamó a las audiencias, Nosotros les anunciamos a ustedes [todos ustedes] las buenas nuevas” (Hechos 13:32). Las “buenas nuevas” del Evangelio que Pablo predicó hicieron eco de que lo que el ángel del Señor les había dicho a los pastores al momento del nacimiento de Cristo: “he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…” (Lucas 2:10). Estas noticias de gran gozo se referían al hecho de que “el Salvador del mundo” (Lucas 2:11; Juan 4:42) había nacido. El evangelio de Calvino, sin embargo, dice que Cristo no es el Salvador del mundo, sino sólo de los elegidos.

Pablo pudo y honestamente dijo a todos los que conoció, “Cristo muró por ti”. En total contraste, un libro que durante mucho tiempo hemos recomendado a los lectores declara, “Como un cristiano reformado, el escritor [el autor] cree que los consejeros no deben decir a cualquier paciente no salvo que Cristo murió por él, ya que ellos no pueden decir eso. Ningún hombre sabe, excepto Cristo mismo quiénes son Sus elegidos por los que Él murió” (énfasis añadido). Obviamente, el mensaje de salvación de Calvino para unos cuantos selectos no trae “gran gozo” a “todo el pueblo”.

Palmer escribe, “Pero gracias a Dios que la muerte de Cristo fue una garantía absoluta que cada uno de los elegidos será salvo”. ¡Así que hay un gran gozo sólo para los elegidos! ¡En cuanto al resto, el evangelio de Calvino de que Dios ya ha predestinado su condenación difícilmente podría ser “noticias de gran gozo”! Ésta es la forma en la que Calvino lo expresó:

Para muchos esto parece un tema complicado, porque consideran muy incongruente que del gran cuerpo de la humanidad algunos deban ser predestinados a la salvación, y otros a la destrucción… De aquí concluimos que todos aquellos que no se reconocen parte del pueblo peculiar de Dios son desgraciados [¡no llenos de gozo!], pues siempre están en un continuo temor.

¿Qué evangelio es éste? Debido a la importancia eterna de esa pregunta para el mundo entero al cual Cristo nos ordenó llevar el Evangelio, estamos obligados a examinar estrechamente el Calvinismo a la luz de la Escritura. ¿Podría realmente ser cierto, como insiste Arthur C. Custance, que “el Calvinismo es el Evangelio y enseñar el Calvinismo de hecho es predicar el Evangelio”?

¿Está el Calvinismo fundamentado en el texto claro de la Escritura? ¿O requiere interpretar palabras y frases comunes como todos, todos los hombres, mundo, todo el que tenga sed, todo hombre, y todo aquel que para que signifiquen “los elegidos”? ¿Se requiere una interpretación peculiar de la Escritura para apoyar esta doctrina?

Nuestra preocupación es por la defensa del carácter del Dios verdadero, el Dios de misericordia y amor cuyas “misericordias son sobre todas sus obras” (Salmo 145:9). La Biblia declara que Él “no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9); “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).Ése es el Dios de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis.

El examen y la discusión abiertos de temas importantes, especialmente del Evangelio y la naturaleza misma del carácter de Dios, sólo pueden ser saludables para el Cuerpo de Cristo. Es mi oración que mi investigación y su comparación con la Santa Palabra de Dios, expresada en las siguientes páginas, traerá una provechosa y necesaria clarificación.

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Traducido por Donald Dolmus
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Dave Hunt's book, "What Love is This?", can be obtained in here:

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