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viernes, 2 de abril de 2021

Una Docena de las Profecías Más Importantes de la Biblia (pdf)

Profecías Mesiánicas

Por Dr. David R. Reagan

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Mi selección de las profecías a presentar, como verá, fue guiada por su relevancia para el Mesías. Y esta decisión fue impulsada por la declaración en Apocalipsis 19:10 de que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

No he enumerado las profecías en orden de importancia. Más bien, se enumeran en orden cronológico, según se relacionan con la vida de Jesús.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

lunes, 29 de marzo de 2021

Una Docena de las Profecías Más Importantes de la Biblia (parte 2 de 2)

Profecías Mesiánicas

Por Dr. David R. Reagan

7. La Muerte del Mesías

Salmos 22:16 — “Horadaron mis manos y mis pies”.

Los primeros 21 versículos de este salmo describen la crucifixión del Mesías y el terrible sufrimiento físico, mental y espiritual que soportaría en la Cruz. David escribió este salmo 1,000 años antes del nacimiento de Jesús. En ese momento, sólo había una forma de ejecutar a alguien bajo la ley judía, y era la lapidación. Mil años después, ése seguía siendo el caso, pero, en la época de Jesús, la nación de Israel estaba bajo el gobierno romano, y los judíos ya no tenían el poder de ejecución. Se les exigía que obtuvieran el permiso romano, y los romanos ejecutaban por medio de la crucifixión. Ésta tiene que ser una de las profecías más increíbles en toda la Palabra de Dios. Además, la profecía implica la resurrección entre los versículos 21 y 22. Esto se debe a que en el versículo 21, el Mesías clama a Dios el Padre por liberación y, en los siguientes tres versículos, alaba al Padre por su liberación. El resto del salmo (versículos 25-31) profecías sobre el reinado milenial del Señor.

8. La Resurrección del Mesías


Lucas 9:21-22 — “Pero él [Jesús] les mandó [a los discípulos]  que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente, y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día”.

Esta profecía de Jesús acerca de Su muerte y resurrección fue presentada a Sus discípulos varias veces y también ésta registrada en dos de los otros evangelios (Mateo 16:21; Marcos 8:31). La resurrección profetiza del Mesías también se menciona en las Escrituras hebreas en Salmos 16:10, donde David escribió: “No permitirás [Dios] que tu santo [el Mesías] vea corrupción”.

9. La Iglesia del Mesías

Mateo 16:18 — “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

En esta declaración, Jesús profetiza el establecimiento de Su Iglesia sobre la confesión de Pedro de que Él (Jesús) es “el Mesías, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:10). Esta profecía se cumplió el Día de Pentecostés, después de la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús, cuando Pedro predicó el primer sermón del Evangelio y 3,000 personas respondieron. La profecía se ha seguido cumpliendo durante los pasados 2,000 años, ya que Jesús ha sostenido a la Iglesia a través del hostigamiento y la persecución constantes. 

10. La Aparición del Mesías por Su Iglesia


1 Tesalonicenses 4:16-17 — “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Estas palabras reconfortantes están tomadas del pasaje más explícito del Nuevo Testamento sobre el Rapto de la Iglesia — específicamente, el día en que Jesús aparecerá en los cielos y sacará a todos los santos de la Era de la Iglesia, tanto a los vivos como a los muertos. Otros pasajes dejan en claro que esto sucederá antes de que la Gran Tribulación comience. 

11. La Segunda Venida y el Reinado del Mesías


Zacarías 14:1-9 — He aquí, el día de Jehová viene…Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur…Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”.

La gran mayoría de cristianos en el mundo hoy asiste a iglesias que enseñan el punto de vista amilenial sobre los tiempos del fin — un punto de vista que dice que Jesús nunca regresará a esta tierra para reinar sobre todas las naciones del mundo. En cambio, Él simplemente aparecerá en los cielos y llevará a todos los creyentes de regreso al Cielo con Él. Pero este pasaje profetiza específicamente que el Mesías regresará al Monte de los Olivos en Jerusalén, y se convertirá en rey sobre toda la tierra. El libro de Apocalipsis dice lo mismo en el capítulo 20, y declara seis veces que el reinado durará mil años.

12. El Reinado Eterno del Mesías

Apocalipsis 21:1-4 — Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron…Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”.

Los creyentes vivirán eternamente en cuerpos nuevos en una nueva Jerusalén ubicada en una tierra nueva. La maldición será abolida. Todo dolor, sufrimiento y muerte dejarán de existir. Y Dios el Padre y Su Hijo, el Mesías Jesús, vendrán a la tierra y vivirán en nuestra presencia. ¡Aleluya!


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:

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viernes, 26 de marzo de 2021

Una Docena de las Profecías Más Importantes de la Biblia (parte 1 de 2)

Profecías Mesiánicas

Por Dr. David R. Reagan


Luché largo y tendido por el título de este artículo. Originalmente planeé llamarlo “Las 12 Profecías Bíblicas Más Importantes”. Pero eso sería muy discutible. Hay tantas profecías bíblicas muy importantes. Así que, finalmente me decidí por un título que sugería una docena de las más importantes, pero no necesariamente las más importantes.

Mi selección de las profecías a presentar, como verá, fue guiada por su relevancia para el Mesías. Y esta decisión fue impulsada por la declaración en Apocalipsis 19:10 de que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

No he enumerado las profecías en orden de importancia. Más bien, se enumeran en orden cronológico, según se relacionan con la vida de Jesús. 

1. La Promesa de un Mesías

Génesis 3:15 — Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Ésta es la primera profecía mesiánica de la Biblia. Estas palabras fueron dichas por Dios a Satanás después de haber tentado a Adán y Eva a pecar contra Él. Es una declaración extraordinaria de la insondable gracia de Dios. A pesar de su rebelión, Dios revela que proporcionará un camino de reconciliación con Él a través de la simiente de la mujer, refiriéndose, por supuesto, al Mesías que nacería de una virgen. Afirma que Satanás “herirá” al Mesías “en el talón” (una herida no letal representada por la cruz — no letal en el sentido de que fue vencida a través de la Resurrección). Pero además afirma que el Mesías “herirá” a Satanás “en la cabeza” (la herida letal en la Segunda Venida, cuando Satanás será atado y finalmente arrojado al Lago de Fuego al final del reinado milenario del Mesías).

2. El Linaje del Mesías

Génesis 12:1-3 — “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

En esta profecía, Dios revela el linaje del Mesías. Vendrá de los descendientes de Abraham, quienes se convertirían en el pueblo judío. Además, el Mesías resultará ser una bendición para todo el mundo, y no sólo para el pueblo judío, a través del cual será revelado. Y debido a que el Mesías será de ascendencia judía, Dios honrará al pueblo judío haciéndolo una gran nación y protegiéndolo a lo largo de los siglos venideros, bendiciendo a aquellos que los bendicen y maldiciendo a aquellos que los maldicen.

3. Nacimiento y Naturaleza del Mesías

Miqueas 5:2 — “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.

Esta profecía fue escrita 700 años antes del nacimiento de Jesús, sin embargo, identifica con precisión la ciudad donde el Mesías nacería. Y cuando digo precisamente, me refiero a eso. Observe que no sólo dice Belén, sino Belén Efrata. Verá, había dos Belén en Judá en el momento del nacimiento del Mesías. Una estaba en el norte, cerca del Mar de Galilea. La otra estaba ubicada cerca de Jerusalén, en la región de Efrata. Además, y a menudo pasado por alto, está el hecho de que esta profecía proclama que el Mesías será un ser eterno, lo que indica que será Dios encarnado. 

4. El Momento de la Venida del Mesías

Daniel 9:24-26 — “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.

Ésta es la famosa profecía de Daniel de las “70 Semanas de Años”. Básicamente, lo que está diciendo es que, durante un período de 70 semanas de años, o 490 años, Dios va a lograr seis propósitos entre el pueblo judío. Al final de 69 de esas semanas, o 483 años, el Mesías vendrá y será “cortado”, seguido de la destrucción de la ciudad de Jerusalén. Los eruditos no están de acuerdo en cuanto al punto de partida de la cuenta regresiva de estos años. Eso se debe a que se emitieron varios decretos relativos a la reconstrucción de Jerusalén. También están en desacuerdo en cuanto al punto final, porque algunos usan años solares regulares y otros usan años lunares de 360 días. Pero, independientemente del punto de partida y de los años usados, el final de las 69 semanas de años previos a la revelación del Mesías cae dentro de la vida de Jesús. Por lo tanto, ésta es una profecía que reveló claramente la época de la Primera Venida. Y dado que las seis metas para el pueblo judío aún no se han cumplido, sabemos que hay una brecha en la profecía, y que los últimos siete años aún no se han cumplido, y se cumplirán durante el período de siete años de la Gran Tribulación.

“Cristo en la Cruz”, una pintura de Mihály Munkácsy (1844-1900), un pintor húngaro.

5. La Naturaleza del Ministerio del Mesías

Isaías 61:1-2a  — “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová…”.

Ésta es una profecía sobre la naturaleza del ministerio del Mesías en Su Primera Venida. Él traería “buenas nuevas” o el Evangelio a los afligidos por el pecado y necesitados de reconciliación con Dios, el Padre. Esas buenas noticias proporcionarán liberación de la esclavitud del pecado y brindarán esperanza y gozo a los quebrantados de corazón.

6. El Sufrimiento del Mesías

Isaías 53: 3-5, 7, 9 —  “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto… Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores…Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados…Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero…Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca”.

Debido a que esta profecía describe tan clara y precisamente el sufrimiento que Jesús experimentó justo antes de Su crucifixión, los judíos no permiten que se lea en sus sinagogas. Es el pasaje que Felipe el evangelista utilizó para convertir al eunuco etíope (Hechos 8:26-39).


Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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martes, 22 de diciembre de 2020

Las Promesas Olvidadas de Navidad (pdf)

 

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Si desea obtener más información sobre este tema, puede visitar nuestra sección dedicada a la Primera Venida de Jesús aquí.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 5

El Mesías en la Profecía

¿Valida la profecía a Jesús?


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¿Fue Jesús quien dijo que era? ¿Era realmente Dios encarnado? La profecía bíblica ofrece algunas de las pruebas más contundentes que conozco de que Jesús era realmente divino.

Cientos de Profecías

El Antiguo Testamento contiene más de 300 profecías concernientes a la Primera Venida de Jesús. Algunas de éstas son repetitivas, pero, cuando se tiene en cuenta la repetición, todavía nos quedan al menos 109 profecías separadas y distintas.

Además de estos textos específicos, hay muchas más profecías simbólicas que apuntan a diversos aspectos de la Primera Venida.

Tomemos el libro de Rut como ejemplo. No contiene profecías mesiánicas específicas. Sin embargo, la historia del libro contiene un hermoso tipo profético de Jesús. Uno de los personajes centrales, Booz, es un pariente-redentor que toma una novia gentil — así como Jesús vino como un redentor para Su pueblo, los judíos, y ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia. 

Las vidas de Josué, Jeremías y Daniel nos dan percepciones sobre la fe, el valor y la rectitud del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían el mismo nombre, Yeshúa, que significa “la salvación de Dios”.

La vida de Moisés es un adelanto de muchos aspectos de la vida de Jesús. Moisés trató de liberar a su pueblo del cautiverio y fue rechazado. De la misma manera, Jesús vino a liberar a Su pueblo de su esclavitud espiritual y fue rechazado por ellos. Después de su rechazo, Moisés tomó una novia gentil. Luego regresó y fue recibido por su pueblo como un libertador. Jesús ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia, y cuando haya completado esa tarea, regresará y será recibido como Mesías por Su propio pueblo, los judíos (Zacarías 12:10).

Cada aspecto de la vida de Jesús fue profetizado cientos de años antes de que naciera la naturaleza y lugar de Su ministerio, la naturaleza de Su muerte y el triunfo de Su resurrección. 

La primera profecía de la Biblia predice que el Mesías nacerá de una virgen. En Génesis 3:15, Dios dice que la simiente de la serpiente (Satanás) será derrotada por la simiente de una mujer (Jesús).

La Genealogía en la Profecía

Todo el linaje del Mesías está profetizado en las Escrituras hebreas. Los profetas dijeron que el Salvador nacería de los descendientes de Abraham (Génesis 12:3); la herencia de Isaac (Génesis 17:21); los hijos de Jacob (Génesis 28:14); la tribu de Judá (Génesis 49:8); la familia de Isaí (Isaías 11:1); y la casa de David (Jeremías 23:5).

Es por eso que el Evangelio de Mateo comienza con una lista tan larga del árbol genealógico de Jesús. Mateo está tratando de mostrar a sus lectores judíos que el linaje de Jesús cumple las predicciones de los profetas.

¿Profecía o Coincidencia?

Algunas personas se encogen de hombros ante todas estas profecías y dicen: “Todo es una coincidencia”. ¿Coincidencia? ¿El cumplimiento de más de 100 profecías específicas?

“Bueno, las cumplió a propósito”, dice otro. Es cierto que Jesús pudo haber cumplido conscientemente algunas de las profecías sobre el Mesías. De hecho, en una ocasión, parece que Jesús hizo precisamente eso, cuando pidió un asno para Su último viaje a Jerusalén. Mateo dice que esto se hizo para cumplir la profecía de Zacarías de que el Mesías vendría humildemente, montado en un burro (Mateo 21:1:7).

Pero, ¿puede un hombre cumplir intencionalmente las profecías concernientes tanto a su nacimiento como a su muerte?

Micaías profetizó 700 años antes de Jesús de que el Mesías nacería en la pequeña ciudad de Belén (Miqueas 5:2). Isaías predijo que nacería de una virgen  (Isaías 7:14). Y Oseas dijo que el Mesías saldría de Egipto (Oseas 11:1), el lugar exacto al que los padres de Jesús lo llevaron después de Su nacimiento.

Jesús fue traicionado por 30 piezas de plata. ¡El profeta Zacarías hizo esa profecía precisa 500 años antes del nacimiento de Jesús! (vea Zacarías 11:13). David previó que el Mesías sería crucificado (Salmos 22:16), y eso fue mil años antes del nacimiento de Jesús y 700 años antes del uso extensivo de la crucifixión por parte de los romanos.

¿Cómo pudo Jesús cumplir estas profecías a propósito? ¿Y podría ser su cumplimiento sólo una “coincidencia”?

La Profecía y las Matemáticas

Peter Stoner, en su libro, La Ciencia Habla, ha calculado las probabilidades de que sólo ocho de las profecías concernientes a Jesús podrían haberse cumplido accidentalmente en la vida de un hombre. ¡Las probabilidades son de una en 10 a la decimoséptima potencia! Ése es el número uno con 17 ceros después: — 100,000,000,000,000,000 (cien mil billones).

Para ilustrar estas probabilidades matemáticas, Stoner nos pide que imaginemos llenar el estado de Texas hasta las rodillas con monedas de plata. Un avión sobrevuela y se deja caer una moneda de plata con una marca de verificación negra. Miles de excavadoras entran y mezclan las monedas de plata por completo durante varios años. Luego, un hombre es vendado  y soltado en este mar de monedas de plata.

Las probabilidades de que se agache y recoja la moneda de plata marca en el primer intento son las mismas que si ocho de las profecías de la Biblia acerca del Mesías se cumplieran en la vida de un hombre accidentalmente. ¡También podría argumentar que un Boeing 747 podría ser el producto accidental de un tornado que atraviese un depósito de chatarra!

La Profecía como Prueba

El poderoso testimonio de la profecía cumplida en la vida de Jesús es la razón por la que los escritores de los evangelios recurren constantemente a ella en sus escritos, para demostrar que Jesús era el Mesías prometido. Es la razón por la que Jesús recurre a ella en Sus enseñanzas a las masas (Mateo 5:17-18). También es la razón por la que Jesús la enfatizó en Sus enseñanzas posteriores a la resurrección a Sus discípulos (Lucas 24:25ss).

Del mismo modo, los apóstoles constantemente citaron el cumplimiento profético en sus sermones, para verificar la identidad de Jesús. El Día de Pentecostés, Pedro enfocó sus comentarios en ese primer sermón del evangelio en las profecías de David, que Jesús había cumplido (Hechos 2:24-36). Pedro volvió a utilizar la profecía en su segundo sermón en el Templo (Hechos 3:12-26), y en su sermón a Cornelio y su familia (Hechos 10).

En su primera epístola, Pedro se refiere a tres evidencias cardinales de la deidad de Jesús. Primero menciona que fue un “testigo de su majestad” — una referencia a la Transfiguración. Luego menciona que escuchó una “voz enviada del cielo” en la que Dios el Padre proclamó a Jesús como Su “Hijo amado”. Finalmente, recurre al testimonio de la profecía, señalando su cumplimiento en la vida de Jesús (2 Pedro 1:16-19).

Felipe usó una profecía de Isaías para convertir a eunuco etíope (Hechos 8). Pablo también se refirió constantemente a la profecía cumplida en su predicación del Evangelio (Hechos 17:2-3). De hecho, cuando Pablo escribió su famosa definición del Evangelio en 1 Corintios 15:1-4, enfatizó que todos los eventos más importantes en la vida de Jesús habían sucedido “según las Escrituras” (1 Corintios 15:4).

Algunas Preguntas

¿Cómo se siente acerca de la evidencia de la profecía bíblica? ¿Va a tratar de desestimarla? ¿Va a descartarla con ligereza como “coincidencia”? ¿Simplemente la va a ignorar?

Dios no los está llamando a una fe ciega que no se base en evidencia. La profecía es evidencia. Es una evidencia que exige un veredicto. ¿Cuál es su veredicto?

La Última Profecía

Creo que la profecía cumplida demuestra que Jesús es quien dijo que era — es decir, Dios encarnado (Juan 10:30).

La profecía cumplida también demuestra que la última profecía de la Biblia, una profecía que aún debe cumplirse, es una en la que podemos confiar. Está contenida en Apocalipsis 22:20, y fue dicha por Jesús mismo: “Ciertamente vengo en breve”.

Amén. ¡Ven, Señor Jesús!


Recurso recomendado:


Traducido por Donald Dolmus
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viernes, 10 de abril de 2020

¿Estuvo Jesús realmente tres días y tres noches en el corazón de la tierra?

Por Reuben Archer Torrey



Mateo relata que Jesús dijo: “Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez (monstruo marino, LBLA), así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. De acuerdo con la tradición comúnmente aceptada de la Iglesia, Jesús fue crucificado el viernes,  muriendo a las 3 p.m., o en algún momento entre las 3 p.m. y la puesta del sol; y resucitó de entre los muertos muy temprano en la mañana del domingo siguiente. Muchos lectores de la Biblia están desconcertados al saber cómo el intervalo entre la tarde del viernes y la madrugada del domingo puede calcularse de ser de tres días y tres noches. Parece más bien ser dos noches, un día, y una porción muy pequeña de otro día.

La solución de esta aparente dificultad propuesta por muchos comentaristas es que “un día y una noche” es simplemente otra forma de decir “un día”, y que los antiguos judíos contaban una fracción de un día como un día completo, por lo que dicen que había una parte del viernes (una parte muy pequeña), o un día y una noche; todo el sábado, otro día, o un día y una noche; parte del domingo (una parte muy pequeña), otro día, o un día y una noche. Hay muchas personas a las que esta solución no les satisface del todo, y el escritor confiesa que no le satisface en absoluto. 

¿Hay alguna solución que sea completamente satisfactoria? Sí la hay.

El primer hecho que debe notarse en la solución adecuada es que la Biblia en ninguna parte dice o implica que Jesús fue crucificado y que murió el viernes. Se dice que Jesús fue  crucificado en “la víspera del día de reposo” (Marcos 15:42; RVR 1960). Como el día de reposo semanal judío era el sábado, comenzando a la puesta de sol la tarde anterior, naturalmente se llegó a la conclusión de que, como Jesús fue crucificado el día antes del día de reposo, debe haber sido crucificado el viernes. Pero es un hecho bien conocido, del cual la Biblia da abundante testimonio, que los judíos tenían otros días de reposo además del shabat semanal que caía en sábado. El primer día de la semana de Pascua, sin importar en qué día de la semana cayera, siempre era un día de reposo (Éxodo 12:16; Levítico 23:7; Números 28:16-18). Por lo tanto, surge la pregunta de si el día de reposo que siguió a la crucifixión de Cristo fue el día de reposo semanal (sábado) o el día de reposo de la Pascua, que cayó el día 15 de Nisán, que ese año cayó en jueves. Ahora bien, la Biblia no nos deja especular con respecto a qué día de reposo se está refiriendo en este caso, porque Juan nos dice con tantas palabras, en Juan 19:14, que el día en que Jesús fue juzgado y crucificado era “el día de la Preparación” (de la Pascua, RVA 2015), es decir, no era el día antes del día de reposo semanal (viernes), sino que era el día antes del día de reposo de la Pascua, que ese año cayó en jueves. Es decir, el día que Jesucristo fue crucificado fue el miércoles. Juan deja esto tan claro como el día.

El evangelio de Juan fue escrito más tarde que los otros evangelios, y los eruditos han notado durante mucho tiempo que, en varios lugares, había una intención evidente de corregir falsas impresiones que uno podría obtener al leer los otros evangelios. Una de estas falsas impresiones era que Jesús comió la Pascua con Sus discípulos en el tiempo regular de la Pascua. Para corregir esta falsa impresión, Juan declara claramente que la comió la noche anterior, y que Él mismo murió en la cruz en el mismo momento que los corderos pascuales estaban siendo sacrificados “entre las dos tardes”, el 14 de Nisán (Éxodo 12:6). El verdadero Cordero Pascual de Dios, Jesús, de quien todos los otros corderos pascuales ofrecidos a lo largo de los siglos eran sólo tipos, fue, por lo tanto, asesinado en el momento mismo designado por Dios.

Todo sobre el cordero de la Pascua se cumplió en Jesús:

1. Era el cordero sin defecto y sin mancha (Éxodo 12:5)

2. Fue elegido el día 10 de Nisán (Éxodo 12:3), porque fue el décimo día del mes, el sábado anterior, cuando se hizo la entrada triunfal a Jerusalén, ya que llegaron de Jericó a Betania seis días antes de la Pascua (Juan 12:1 – eso sería seis días antes del jueves, que sería el viernes); y fue al día siguiente cuando se hizo la entrada a Jerusalén (Juan 12:12ss), es decir, el sábado 10 de Nisán. También fue en este mismo día que Judas fue a los principales sacerdotes y ofreció traicionar a Jesús por treinta piezas de plata (Mateo 26:6-16; Marcos 14:3-11).

Como fue después de la cena en la casa de Simón el leproso, y como la cena ocurrió tarde el viernes, después del atardecer, o temprano el sábado, “después” de la cena sería necesariamente el día 10 de Nisán. Siendo éste el precio que le pusieron los principales sacerdotes, fue la compra o la entrega de un cordero lo que, según la ley, debe ocurrir el 10 de Nisán. Además, pusieron el valor exacto por el cordero que la profecía del Antiguo Testamento predijo (Mateo 26:15; comp. Zacarías 11:12). 

3. Ni un hueso de Él fue quebrado cuando fue asesinado (Juan 19:36; comp. Éxodo 12:46; Números 9:12; Salmos 34:20).

4. Y fue asesinado el día 14 de Nisán entre las tardes, justo antes del comienzo del día 15 de Nisán al atardecer (Éxodo 12:6).

Si tomamos exactamente lo que dice la Biblia, que Jesús fue asesinado antes del día de reposo de la Pascua, el tipo se cumple maravillosamente en cada detalle; pero si aceptamos la teoría tradicional de que Jesús fue crucificado el viernes, el tipo falla en muchos puntos.

Además, si aceptamos la opinión tradicional de que Jesús fue crucificado el viernes y comió la Pascua el día regular de la Pascua, entonces el viaje desde Jericó a Betania, que ocurrió seis días antes de la Pascua (Juan 12:1), caería un sábado, es decir, el día de reposo judío. Tal viaje en el día de reposo  judío sería contrario a la ley judía. Por supuesto, era imposible que Jesús emprendiera tal viaje en el día de reposo judío. En realidad, Su entrada triunfal a Jerusalén fue el día de reposo judío, es decir, el sábado. Esto era totalmente posible, porque la Biblia en otra parte  nos dice que Betania quedaba de camino de un día de reposo desde Jerusalén (Hechos 1:12; comp. Lucas 24:50).

Los astrónomos han descubierto que, en el año 30 d.C., que es el año comúnmente aceptado de la crucifixión de nuestro Señor, la Pascua se celebró el jueves 6 de abril, y había luna llena ese día. Los cronólogos que han supuesto que la crucifixión tuvo lugar el viernes, se han quedado perplejos por el hecho de que, en el año 30 d.C., la Pascua ocurrió el jueves. Un escritor que busca una solución a la dificultad sugiere que la crucifixión pudo haber sido en el año 33 d.C., porque aunque también había luna llena un jueves de ese año, sin embargo, como fue dentro de las dos horas y media del viernes, cree que quizás los judíos la pueden haber guardado ese día. Pero cuando aceptamos exactamente lo que la Biblia dice, es decir, que Jesús no fue crucificado el día de Pascua, sino en “la víspera de la Pascua”, ese año sería el miércoles y Su resurrección temprano el primer día de la semana, esto permite exactamente tres días y tres noches en la tumba.

Para resumir todo, Jesús murió alrededor del atardecer del miércoles. Setenta y dos horas después, exactamente tres días y tres noches, al comienzo del primer día de la semana (sábado al atardecer), resucitó de la tumba. Cuando las mujeres visitaron la tumba justo antes del amanecer a la mañana siguiente, encontraron la tumba ya vacía. Por lo tanto, no nos vemos obligados a aceptar una solución improvisada de que cualquier porción de un día se considera como un día y una noche completos, sino que encontramos que la declaración de Jesús era literalmente cierta. Tres días y tres noches Su cuerpo estuvo muerto y yació en el sepulcro. Mientras Su cuerpo yacía muerto, Él mismo, siendo vivificado en espíritu (1 Pedro 3:18), entró al corazón de la tierra y predicó a los espíritus que estaban en prisión (1 Pedro 3:19).

Esta supuesta dificultad se resuelve sola, al igual que muchas otras dificultades en la Biblia, cuando consideramos que la Biblia significa exactamente lo que dice.

A veces se objeta la opinión aquí avanzada de que los dos que iban camino a Emaús temprano el primer día de la semana (es decir, el domingo), le dijeron a Jesús al hablar de la crucifixión y los eventos que la acompañaron: “además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (Lucas 24:21), y se dice que, si la crucifixión tuvo lugar el miércoles, el domingo sería el cuarto día desde que se hicieron estas cosas. Pero la respuesta es muy simple. Estas cosas se hicieron justo cuando el jueves comenzaba al atardecer del miércoles. Por lo tanto, se completaron el jueves, y el primer día desde el jueves sería el viernes, el segundo día desde el jueves sería el sábado, y “el tercer día” desde el jueves sería el domingo, el primer día de la semana. Así que la supuesta objeción en realidad apoya la teoría. Por otro lado, si la crucifixión se llevó a cabo el viernes, de ninguna manera de calcular se podría hacer que el domingo sea “el tercer día desde” que se hicieron estas cosas. 

Hay muchos pasajes en las Escrituras que apoyan la teoría presentada anteriormente y hacen necesario creer que Jesús murió tarde el miércoles. Algunos de ellos son los siguientes:

“Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40).

“Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo” (Mateo 26:61).

“Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo” (Mateo 27:40).

“Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré” (Mateo 27:63).

“Era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho…y ser muerto, y resucitar después de tres días” (Marcos 8:31).

“El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día” (Marcos 9:31).

“…y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 10:34).

“Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano” (Marcos 14:58).

“…¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas,  sálvate a ti mismo…” (Marcos 15:29-30a).

“…y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (Lucas 24:21).

“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho” (Juan 2:19-22).

No hay absolutamente nada a favor de una crucifixión en viernes, sino que todo en las Escrituras armoniza perfectamente con la idea de la crucifixión en miércoles. Es extraordinario cuántos pasajes proféticos y típicos del Antiguo Testamento se cumplen, y cuántas discrepancias aparentes en las narraciones de los evangelios se aclaran una vez que llegamos a comprender que Jesús murió el miércoles y no el viernes”.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Tomado de: 
Dificultades en la Biblia

lunes, 17 de febrero de 2020

Revista Llamada de Medianoche – Febrero 2020

"Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin..."

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Temas incluidos en esta edición:

»» ¿Se despide el trato del siglo de Trump?
»» Récords de turismo 2019
»» Israel: un pueblo muy especial
»» ¿La última generación "cristiana"?
»» Cristianos de China pronto podrían superar a EE.UU.

Entre otros.

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lunes, 9 de diciembre de 2019

El Milagro de la Encarnación

El Milagro Más Singular




Recientemente estaba pensando en los milagros de Dios, y decidí hacer una lista de lo que consideré los milagros más grandes de la historia. A continuación se muestra la lista que compilé:
  • La Creación de la Tierra
  • El Diluvio de Noé
  • La Encarnación de Jesús
  • La Resurrección de Jesús
  • La Reunión del Pueblo Judío

Mientras meditaba en esta lista, algo en lo que nunca antes había pensado me llamó la atención. En términos de la profecía bíblica, sólo hay un milagro en la lista que único.

“La Natividad”, por Lenain. Las pinturas simplemente firmadas, “Lenain”, fueron un esfuerzo de colaboración producido por tres hermanos, que eran pintores en la Francia del siglo XVII Antoine Le Nain (c.1600-1648), Louis Le Nain (c.1603-1648), y Mathieu Le Nain (1607–1677).

La Resurrección

Y no es el que la mayoría de la gente identificaría —a saber, la Resurrección de Jesús. Muchos no lo consideran único, porque hay ejemplos esparcidos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento de personas que fueron resucitadas de entre los muertos.

Pero éstas no fueron verdaderas resurrecciones. En cambio, fueron resucitaciones, porque cada una de estas personas murió de nuevo. Una verdadera resurrección es cuando una persona regresa de entre los muertos para vivir para siempre.

 Por lo tanto, la resurrección de Jesús es única por el momento. Pero la profecía bíblica dice que no seguirá siendo única, porque llegará un momento cuando otras resurrecciones ocurrirán. En el Rapto de la Iglesia, todos aquellos que hayan aceptado a Jesús como Señor y Salvador durante la Era de la Iglesia, y que hayan muerto, serán resucitados a la vida eterna. Además, en la Segunda Venida de Jesús, al final de la Tribulación, todos los santos del Antiguo Testamento y los mártires de la Tribulación serán resucitados.

La Creación

Entonces, ¿qué acerca del primer elemento de la lista? Seguramente la creación de la tierra es un milagro único. Bueno, no según la profecía bíblica. Después del reino milenial de Jesús, Dios va a envolver esta tierra en fuego, para quemar la contaminación de la última rebelión de Satanás (2 Pedro 3:12). Y se nos dice que de ese infierno ardiente saldrá una tierra nueva y perfecta, que servirá como el hogar eterno de los redimidos. En otras palabras, Dios va a realizar una recreación milagrosa de esta tierra (Ap. 21:1).

El Diluvio de Noé

El siguiente elemento de la lista, el Diluvio de Noé, ciertamente parece único, particularmente cuando considera el hecho de que Dios ha prometido que nunca más destruirá la tierra con agua.

Pero, ¿de qué se trataba el diluvio? Fue una manifestación de la ira de Dios en respuesta al abrumador pecado de la humanidad.

Y la profecía bíblica dice que Dios va a desatar Su ira una vez más en el futuro, cuando el mundo se vuelva tan violento e inmoral como lo era en los días de Noé (Mateo 24:3).

La Reunión de los Judíos

Entonces, ¿qué pasa con la reunión del pueblo judío desde los cuatro ángulos del mundo? éste es un milagro que comenzó en la década de 1890 y continúa hasta nuestros días. 

Es cierto que hubo una reunión de los judíos del cautiverio babilónico, que comenzó en el año 538 a.C., pero eso fue sólo un puñado, es decir, de las tribus de Benjamín y Judá. No se puede comparar con la reunión que estamos presenciando hoy, ya que Dios está trayendo a la tierra de Israel literalmente a millones de judíos de todas las tribus y de todas las naciones del mundo. 

Dos veces, Jeremías profetizó que, cuando la historia haya terminado, el pueblo judío mirará hacia atrás y ya no jurará por el Dios que los liberó del cautiverio egipcio; pero jurarán, en cambio, por el Dios que los reunió de todo el mundo (Jeremías 16:14-15; 23:7-8). El mismo Dios hizo ambas cosas. El punto que Jeremías está haciendo es que el pueblo judío considerará que su reunión en los tiempos del fin es un milagro mayor que su liberación del cautiverio egipcio.

Pero la reunión del pueblo judío que estamos presenciando hoy no será un milagro único según la profecía bíblica. Eso es porque la Biblia dice que, en la Segunda Venida de Jesús, llevará a cabo otra reunión, en la que llamará a todos los judíos creyentes que queden vivos en la tierra a regresar a Israel, para entrar al Milenio en sus cuerpos mortales, y para convertirse en la nación principal en la tierra, a través de quienes fluirán todas las bendiciones de Dios (Deut. 30:1-9).

La milagrosa reunión que está ocurriendo ahora es una reunión en incredulidad. La que ocurrirá cuando Jesús regrese a esta tierra será una reunión en fe. 

La Encarnación

Bueno, como pueden ver, esto deja sólo un milagro en mi lista — la Encarnación, ese increíble momento cuando Dios se hizo hombre. Éste es el único milagro singular en la lista. Nunca se repetirá.

¡Y qué milagro fue! La Palabra se hizo carne y moró entre nosotros (Juan 1:14). Jesús era Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” (Isaías 7:14; Mateo 1:22-23).

Cuando se hizo carne, experimentó la humanidad, con todas sus pruebas, tentaciones y decepciones. Sufrió dolor físico y emocional. La única cosa que nunca experimentó fue el dolor por el pecado — hasta que, por supuesto, fue clavado en la cruz y colocaron todos los pecados de la humanidad sobre Él, momento en el cual experimentó una ruptura momentánea con Dios el Padre, lo que lo motivó a exclamar desde lo más profundo de Su alma: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado” (Mateo 27:46).

Todo esto está más allá de nuestra comprensión. Después de todo, si pudiéramos entender completamente la Trinidad y la Encarnación, entonces Dios no sería Dios. Su naturaleza infinita y eterna como un Dios en tres personas está más allá de nuestras mentes finitas.

La Encarnación emerge, por lo tanto, como el milagro más singular de la historia. Nunca volverá a ocurrir. Jesús todavía está en Su cuerpo resucitado y glorificado, y siempre lo estará. Las heridas en Sus manos y costado eran visibles para Sus discípulos después de Su resurrección, cuando estaba en Su cuerpo glorificado (Lucas 24:39; Juan 20:24-28).

Creo que esas heridas siempre estarán allí como un recordatorio para los redimidos del precio que se tuvo que pagar por nuestros pecados, para permitirnos ser reconciliados con Dios el Padre.

Esta Navidad, en medio de todo el alboroto en el que se ha convertido la celebración, recordemos de qué se trata la Navidad: Dios convirtiéndose en hombre en un humilde establo en la pequeña aldea de Belén, hace dos mil años. Alabemos a Dios por ese evento increíble y sagrado, y gritemos: “¡Maranatha! ¡Ven pronto, Señor Jesús!”.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

miércoles, 9 de octubre de 2019

La Divinidad de Jesús (pdf)

¿Mito o Realidad?



La divinidad de Jesús es la verdad central de la Biblia. Es tan fundamental que el cristianismo se sostiene o cae sobre ella. Si Jesús no es Dios en la carne, entonces Su sacrificio por nuestros pecados fue insignificante, y no tenemos esperanza. 


Este revelador estudio está disponible en formato PDF exclusivamente para nuestros colaboradores. Si usted desea convertirse en uno, visite nuestra sección "Donativos", donde podrá conocer cómo apoyar este ministerio.

jueves, 22 de agosto de 2019

La Divinidad de Jesús (conclusión)

¿Mito o Realidad?



K. Otros Testigos de la Divinidad de Jesús

1. Zacarías — Proclama que su hijo, Juan el Bautista, “profeta del Altísimo serás llamado”, y preparará el camino para el Mesías, quien dará a Su pueblo “conocimiento de salvación, para perdón de sus pecados” (Lucas 1:67-79). 

2. Simeón — Declara que el bebé Jesús es la salvación de Dios (Lucas 2:25-35).

3. La profetisa Ana — Afirmó la declaración de Simeón (Lucas 2:36-38).

4. Los magos de Persia — Llegaron a Jerusalén para adorar al “rey de los judíos” (Mateo 2:1-6).

5. Juan el Bautista — En el bautismo de Jesús, él proclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

6. Natanael — “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel” (Juan 1:49).

7. Martha — “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios…” (Juan 11:27).

8. El pueblo — “Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo”. 

9. Los judíos — “…se hizo a sí mismo Hijo de Dios” (Juan 19:7).

10. Dos hombres ciegos — “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!” (Mateo 9:27. Para ocurrencias similares, vea Mateo 20:29-36, Marcos 10:47; Lucas 18:35-43. 

11. Los discípulos — Después de que Jesús calmó la tormenta en el Mar de Galilea, Sus discípulos le adoraron, exclamando: “Verdaderamente eres Hijo de Dios” (Mateo 14:33).

12. Una mujer cananea — “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! (Mateo 15:22).

13. Las multitudes — Cuando Jesús entró a Jerusalén la última vez, las multitudes exclamaron: “¡Hosanna al Hijo de David!” (Mateo 21:9).

14. Pilato — No hay evidencia de que Pilato creyera en Jesús como Salvador, pero, en respuesta a una de sus preguntas, a Jesús se le dio oportunidad de proclamar que Él era “rey de los judíos” (Marcos 15:2). Más tarde, en un intento de burlarse de los judíos, “Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS” (Juan 19:19). Así pues, obrando a través del odio de Pilato hacia los judíos, Dios orquestó los eventos para que uno de los títulos mesiánicos de Jesús apareciera en la cruz (vea también Marcos 15:26 y Lucas 23:38).

15. El ladrón en la cruz — “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). 

16. El centurión en la cruz — “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Marcos 15:39).

17. Tomás — Cuando fue confrontado por Jesús después de la resurrección, él exclamó: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28).

18. Marcos — Declara que su evangelio es acerca de “Jesucristo, Hijo” (Marcos 1:1). 

19. Felipe — Al testificarle al eunuco etíope, Felipe declaró que Jesús cumplió la profecía mesiánica de Isaías 53 (Hechos 8:26-39).

20. Esteban — Mientras estaba siendo apedreado hasta la muerte, exclamó: “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios”.

21. Judas — Termina su epístola con las palabras: “al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (Judas 25).


Respondiendo a la noción de que Jesús fue simplemente “un gran maestro moral”, C. S. Lewis escribió en Mero Cristianismo:

Un hombre que fue meramente un hombre y que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático en el mismo nivel del hombre que dice ser un huevo escalfado— o si no sería el mismísimo demonio. Tenéis que escoger. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor. 

Podéis hacerle callar por necio, podéis escupirle y matarle como si fuese un demonio, o podéis caer a sus pies y llamarlo Dios y Señor. Pero no salgamos ahora con insensateces paternalistas acerca de que fue un gran maestro moral. Él no nos dejó abierta esa posibilidad. No quiso hacerlo.

Un Resumen

Como puede ver en esta voluminosa evidencia bíblica, la divinidad de Jesús no es un concepto nuevo que fue inventado por un grupo de campesinos supersticiosos del siglo I, que deseaban convertir en dios a un hombre al que admiraban. Fue predicho en la profecía hebrea, afirmado en la vida, las enseñanzas y milagros de Jesús, y confirmado por Dios el Padre mismo. Uno tendría que negar que la Biblia es la Palabra de Dios para negar la divinidad de Jesús. 

Hay otra forma de evidencia que debe mencionarse. Tengo en mente los cientos de millones de vidas que han cambiado radicalmente en los últimos dos mil años por medio de la fe en Jesús como Señor y Salvador. Jesús cobró vida en sus vidas y les dio poder sobrenatural para vencer las debilidades de su carne. ¿Quién más sino Dios podría haber cambiado a un comerciante de esclavos como John Newton, en un amado pastor e inspirado escritor de himnos cuando puso su fe en Jesús?

Dios se hizo hombre. Ése es el hecho central de la historia. Es alucinante concebir un Dios que nos ame tanto; pero lo hizo, y continúa haciéndolo. Su respuesta a ese hecho determinará su destino eterno.

Una Súplica

Si nunca lo ha hecho, oro para que usted abra su corazón a la verdad de que Jesús es Dios en la carne; que murió por sus pecados; que actualmente sirve como el Sumo Sacerdote de los creyentes ante el trono de Dios; y que un día pronto regresará en gloria como Rey de reyes para resucitar a los muertos, juzgar al mundo, y reinar sobre todas las naciones en paz, rectitud y justicia. 

¡Maranatha!


Lea la parte 1 aquí 
Lea la parte 2 aquí 
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Lea también: 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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