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martes, 20 de febrero de 2018

Libro: El Plan de Dios para las Edades – Capítulo 17

La Ira de Dios


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««La Biblia enseña que Dios es perfectamente santo. Debido a este atributo de Su carácter, Él no puede tolerar el pecado (Números 14:18). La Biblia dice que Dios debe tratar con el pecado, y Él lo hace de una de dos maneras — con gracia o con ira —. 

Toda persona sobre la faz de la tierra está en este momento bajo la gracia de Dios o la ira de Dios. Juan el Bautista hizo este punto en uno de sus sermones cuando dijo: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).

Es sorprendente cómo todos los cristianos parecen conocer Juan 3:16. Pero casi nadie parece estar enterado de Juan 3:36. Esto muestra cuán pocas predicaciones se han hecho acerca de la ira de Dios»». 


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miércoles, 24 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 3 de 3



     
El Significado de la Ira

¿Convierte esto a Dios en un “monstruo”? ¡No! Al contrario, la ira de Dios demuestra Su bondad, porque, ¿cómo podría un Dios bueno ignorar la maldad del pecado y permitir que quede impune? Su ira contra el mal demostrará Su justicia. 

El profeta Nahúm lo resumió mejor. Hablando del amor de Dios, dijo, “El Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7). Pero unos pocos versículos antes Nahúm había hablado también de la santidad y la ira de Dios:

2) “El SEÑOR es Dios celoso y vengador; El SEÑOR es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

3) El SEÑOR es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

(Nahúm 1:2-3)

La ira de Dios nunca está motivada principalmente por el deseo de castigar. Por el contrario, está diseñada para traer a la gente al arrepentimiento, para que puedan ser salvas. Incluso en Su ira, Dios se acuerda de la misericordia.

Dios demuestra Su misericordia en la ira al no derramar nunca Su ira sin advertencia. Él trató de advertirles a Sodoma y a Gomorra a través de Abraham. Él le advirtió al mundo de Noé a través de la predicación de Noé durante 120 años. Él envió a Jonás y a Nahúm para advertirle a la ciudadana pagana de Nínive. 

Considere también cómo Él envió profeta tras profeta para llamar a las naciones de Israel y de Judá al arrepentimiento (2 Crónicas 36:15-16):

15) Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.

16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.

La misericordia de Dios en la ira también se manifiesta en el hecho de que Él siempre conduce a Su derramamiento final de la ira a través de una serie de juicios progresivos. Estos juicios se describen en detalle en Deuteronomio 28:15-57.

Esta característica de la ira de Dios se demuestra en las profecías concernientes a la Tribulación. En lugar de simplemente derramar Su ira sobre las naciones rebeldes del mundo, destruyéndolas en un instante de abrumadora catástrofe, Él somete al mundo a una serie de juicios que se incrementan secuencialmente en alcance e intensidad (Apocalipsis 6, 8-9, 16). 

Aunque la mayoría de las personas se niegan a arrepentirse a estos juicios (Apocalipsis 9:20-21), hay “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” que se arrepienten y responden a Jesús en fe (Apocalipsis 7:9).

Estas respuestas radicalmente diferentes a la ira de Dios ilustran el punto que a menudo hace Billy Graham: “El mismo sol que derrite la mantequilla también endurece la arcilla”. La ira de Dios derrite algunos corazones en arrepentimiento, pero tiene el efecto de endurecer los corazones de muchos otros. 

La Ira y los Redimidos

Muchos cristianos responden negativamente a la profecía bíblica. No es inusual escuchar a un cristiano decir algo como esto: “No quiero escuchar nada sobre profecía porque está demasiado llena de pesimismo”.

Bueno, hay mucho pesimismo para aquellos que se niegan a responder al regalo de amor de Dios en Jesús. Pero hay sólo buenas noticias para los redimidos.

El Antiguo Testamento termina con un pasaje que presenta tanto la tristeza como el gozo de la profecía del tiempo del fin. Malaquías dice que cuando el Señor regrese, el día será “como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa” (Malaquías 4:1). Ésa es la mala noticia.

Pero considere las buenas noticias: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2).

No hay razón para que cualquier hijo de Dios tema la ira de Dios. Pablo escribió que, dado que hemos sido justificados por la sangre de Cristo, “por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9). Y, en un versículo sumamente reconfortante, Pablo les dijo a los tesalonicenses que Jesús “librará” a los redimidos “de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:10). La razón, explicó Pablo, es que “no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:9).

Una Súplica

¿Está bajo la gracia o la ira? La decisión es suya. Jesús viene pronto. Cuando Él aparezca, ¿será su Esperanza Bienaventurada o su Santo Terror? ¿Clamará para que los montes caigan sobre usted? O, ¿saldrá saltando de alegría como un becerro liberado de un establo?

Dios le ama y quiere que acepte a Su Hijo como su Salvador, para que pueda estar bajo la gracia y pueda participar en un evento que ocurrirá cuando Jesús regrese (Isaías 35:10):

Y los redimidos de Jehová volverán, 
Y vendrán a Sion con alegría; 
Y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; 
Y tendrán gozo y alegría, 
Y huirán la tristeza y el gemido.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

viernes, 5 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 2 de 3




El Dios Inmutable

A pesar de la clara enseñanza bíblica de que nuestro Creador es un Dios de amor e ira, nunca dejo de sorprenderme por la cantidad de pastores que encuentro que argumentan que el Dios de ira es el Dios del Antiguo Testamento y no el Dios del Nuevo Testamento. En el proceso, ignoran otra enseñanza clara de la Biblia que se encuentra en Malaquías 3:6, donde Dios, hablando de Sí Mismo, dice, “Porque yo, el SEÑOR, no cambio…”.

El Nuevo Testamento confirma este importante punto en Hebreos 13:8, donde dice, “¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!.

Sin embargo, Jesús siempre parece ser presentado en sermones como el Salvador manso y gentil, que está lleno de gracia y perdón. Esa afirmación es cierta, pero no es el cuadro completo. Jesús fustigó a los fariseos, llamándolos “hipócritas”, “serpientes”, y un “nido de víboras”.

Asimismo, en Sus cartas a las sietes iglesias de Asia Menor, Jesús condenó a la iglesia en Tiatira por tolerar a una falsa profetiza. Exhortó a la iglesia a arrepentirse, y luego les advirtió que, si se negaban a arrepentirse de su inmoralidad, Él arrojaría a los ofensores “sobre un lecho de enfermedad”, y los mataría con pestilencia (Apocalipsis 2:22-23). 

Tipos de Ira

La Biblia revela varios aspectos diferentes de la ira de Dios:
  • Ira Consecuencial — Esto es lo que podría ser llamado “sembrar y cosechar ira”. Es la ira que traemos sobre nosotros mismos cuando cosechamos lo que sembramos mediante la vida pecaminosa.
  • Ira Cataclísmica — Evidenciada en los desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, como los ataques del 11/9. Dios permite éstos como una forma de llamar a la gente y a las naciones al arrepentimiento.
  • Ira de Abandono — La ira exhibida por Dios cuando le da la espalda a una persona o a una sociedad, lo que permite la autodestrucción.
  • Ira Escatológica — La ira de Dios se desatará sobre todo el mundo durante la Gran Tribulación.
  • Ira Eterna — El castigo máximo que Dios infligirá a aquellos que sean consignados al lago de fuego.

La Ira de Abandono

La ira de abandono de Dios es lo que nuestra nación está experimentando hoy. De nuevo, este tipo de ira puede caer tanto sobre un individuo como en una sociedad.


Un ejemplo bíblico de esto en la vida de un individuo puede encontrarse en la historia de Sansón. Aunque Dios lo ungió poderosamente para proteger a Israel de los filisteos, persistió en el pecado sexual hasta el punto de que las Escrituras dicen que “el Señor se apartó de él” (Jueces 16:20). Como resultado, fue capturado por los filisteos y terminó suicidándose.

En el capítulo uno de Romanos, el apóstol Pablo advierte fuertemente sobre la ira de abandono de Dios con respecto a las naciones. Él afirma que, “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad…” (Romanos 1:18). Luego procede a contar cómo Dios hace esto cuando trata con una nación que está en rebelión contra Él.

Primero, Dios da un paso atrás y baja la cobertura de protección alrededor de la nación, lo que permite que la maldad se multiplique. El resultado es un brote de pecado sexual (Romanos 1:24-25), que es lo que le sucedió a la nación en la década de 1960.

Si la nación se niega a arrepentirse, Dios da un segundo paso atrás y baja la cobertura aun más (Romanos 1:26-27), lo que produce una plaga de homosexualidad. De nuevo, esta nación ha experimentado esta segunda fase desde la década de 1990, pero ganó impulso en 2003, cuando nuestra Corte Suprema anuló todas las leyes contra la sodomía.

Si la nación persiste en su rebelión, Dios dará un tercer paso atrás y abandonará la nación a “una mente reprobada” (Romanos 1:28). Esta depravación se manifestó en esta nación cuando nuestra Corte Suprema sancionó el matrimonio entre personas del mismo sexo en junio de 2015, y nuestro presidente celebró la decisión haciendo que la Casa Blanca se iluminara con los colores del arcoíris del Movimiento de la Perversión Sexual.

La Ira Venidera

La ira escatológica de Dios caerá sobre todo el mundo cuando Jesús regrese (Judas 1:14-15). El pasaje en Apocalipsis que ilustra el regreso de Jesús dice que Él regresará en justicia para “juzgar y hacer guerra” (Apocalipsis 19:11).

La primera vez que Jesús vino, vino en amorosa compasión con ojos llenos de lágrimas. Pero cuando regrese, vendrá en venganza (Apocalipsis 6:12-17), con ojos como llama de fuego (Apocalipsis 19:12). Vendrá a destruir a los enemigos de Dios (Apocalipsis 19:11).

Los presidentes y reyes y primeros ministros del mundo se arrodillarán y clamarán a las rocas y a las montañas para que caigan sobre ellos, así de gran será el terror del Señor (Apocalipsis 6:15-17). Los injustos tropezarán como ciegos, y su sangre será derramada como polvo (Sofonías 1:17).

En la tercera y última parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en las Escrituras para saber si los redimidos deben temer que la ira de Dios venga sobre ellos. 

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?

jueves, 4 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 1 de 3


"El Gran Día de Su Ira", (ca. 1853), por el pintor inglés John Martin (1789-1854)


A mediados de la década de 1990, un popular presentador de un programa de radio en una estación secular de Oklahoma City me entrevistó en vivo vía telefónica. Él había visto un artículo que yo había escrito acerca de la responsabilidad financiera de los ministerios cristianos, y le había gustado. 

Comenzó la entrevista dándome amablemente la oportunidad de hablar sin parar durante unos diez minutos acerca de la forma en la que Dios había transformado mi vida y me había llamado al ministerio. Luego pasamos a una discusión de los escándalos que habían sacudido recientemente a la comunidad cristiana en todo el país. 

La Palabra Innombrable

Todo iba bien, hasta que el anfitrión me pidió que resumiera el mensaje fundamental de mi ministerio. Respondí diciendo que Dios me había llamado a proclamar “el pronto regreso de Jesús en ira”.

Antes de que pudiera continuar con mi explicación, el locutor me interrumpió. “¿Qué quiere decir, ‘ira’?”, preguntó.

“Quiero decir que  Jesús va a regresar muy pronto para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado el amor, la gracia y la misericordia de Dios”.

“¡Su Dios es un Dios monstruo!”, espetó. Luego añadió: “Soy cristiano, ¡y puedo decirle que mi Dios no le haría daño a una pulga!”.

Ése fue el final de la entrevista. Él me colgó. No se me dio la oportunidad de responder a su tergiversación de nuestro Creador. 

El Gran Engaño de Satanás

La respuesta vehemente del presentador de radio a la ira de Dios no me sorprendió. Es característica de cristianos y no cristianos, y la he encontrado muchas veces.

Satanás le ha vendido al mundo una lista de bienes con respecto a la naturaleza de Dios. La mayoría de las personas, tanto cristianas como no cristianas, tienden a ver a Dios como una especie de oso de peluche cósmico. 

Lo ven grande y cálido y suave, lleno de amor y perdón infinitos. Él no podría lastimar a una mosca, y ciertamente no sería tan cruel como para condenar o dañar a cualquier ser creado a Su imagen. El Día del Juicio. Dios simplemente les dará a todos un gran abrazo y un guiño a sus pecados. 

El problema con esta imagen maravillosamente reconfortante es que es una mentira directamente del abismo del infierno.

El Dios Verdadero

Sí, la Biblia enseña que Dios es amoroso, paciente, atento y clemente (Salmo 86:15 y Juan 3:16). Como lo dijo el apóstol Juan, “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

Dos de mis pasajes favoritos en la Biblia enfatizan la naturaleza personal amorosa de Dios. Uno fue escrito por el apóstol Pedro. En 1 Pedro 5:6-7, él dice que debemos echar todas nuestras ansiedades sobre Dios, “porque él tiene cuidado de vosotros”. Ése es un pensamiento muy reconfortante.

El otro pasaje que me gusta leer una y otra vez consiste de palabras pronunciadas por el profeta Jeremías en Lamentaciones 3:22-24 (RVA-2015): 

Por la bondad del SEÑOR
es que no somos consumidos, porque nunca decaen
sus misericordias.
Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad.
“El SEÑOR es mi porción”, ha dicho
mi alma; “por eso, en él esperaré”.

Pero la Biblia también enseña claramente que hay otro aspecto del carácter de Dios que es igualmente importante. Es el aspecto que Satanás quiere que ignoremos, y ha sido muy exitoso al incitar a los ministros a pasarlo por alto. Después de todo, ¡éste no produce sermones populares! Estoy hablando, por supuesto, de la santidad de Dios (Levítico 11:44; Isaías 6:3; 1 Pedro 1:16).

¿Gracia o Ira?

La Biblia enseña que Dios es perfectamente santo. Debido a este atributo de Su carácter, Él no puede tolerar el pecado (Números 14:18). La Biblia dice que Dios debe tratar con el pecado, y Él lo hace de una de dos maneras — con gracia o con ira —. 

Todos nosotros parecemos conocer Juan 3:16 — un versículo muy reconfortante acerca del amor de Dios por nosotros. Pero pocos de nosotros parecemos estar al tanto de las palabras registradas unos versículos más adelante, en Juan 3:36 — palabras tomadas de un sermón de Juan el Bautista: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

El apóstol Pablo enfatizó este punto en su predicación y enseñanza. En Efesios 5, advierte contra la inmoralidad, la codicia, y la idolatría, y luego añade esta observación: “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:6).

Llegamos a estar bajo la gracia de Dios cuando ponemos nuestra fe en Jesús y cuando nos apropiamos Su sacrificio expiatorio por nuestras vidas (1 Juan 1:7). No hay salvación aparte de Jesús (Hechos 4:10-12). Aquellos que han rechazado el regalo de gracia de Dios en Jesús están bajo la ira de Dios (Juan 3:36), y no tienen a nadie a quién culpar más que a sí mismos. 

En la segunda parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en la Biblia para ver si el Dios de ira retratado en el Antiguo Testamento no es el Dios del Nuevo Testamento.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?
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