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martes, 16 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 2 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


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El Tipo Profético de Estados Unidos

El tipo profético bíblico de los Estados Unidos que tengo en mente es la nación de Judá. Esta fue la nación del sur que se formó cuando el reino unido de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón.

La norteña nación de Israel, compuesta por diez tribus, nació en rebelión, y nunca fue bendecida por Dios. A lo largo de sus 208 años de historia, nunca tuvo un rey que fuera considerado justo a los ojos de Dios.

En marcado contraste, el reino del sur, Judá, que contenía tanto la ciudad de Jerusalén como el templo judío, fue bendecido como ninguna otra nación que hubiera existido. La nación recibió ocho reyes justos durante sus 344 años de existencia. El gobierno combinado de esos reyes constituyó 224 años de la historia de la nación. Estos incluían grandes hombres de Dios como Josafat, Ezequías y Josías. Este liderazgo piadoso produjo una nación bendecida con libertad, prosperidad, justicia y paz.

Pero la mayor bendición de la nación fue la presencia de Dios mismo en la forma de Su Gloria Shejiná, que residía en el Lugar Santísimo del Templo judío.

El Paralelo Estadounidense

Desde entonces, ninguna otra nación ha sido tan ricamente bendecida excepto, los Estados Unidos de América. Dios nos dio una gran extensión de territorio, lleno de todos los recursos naturales concebibles. Además, nos dio el ingenio para aprovechar nuestros recursos naturales y talentos para producir la mayor riqueza que el mundo jamás haya conocido.

Al igual que la antigua Judá, Dios nos bendijo con líderes políticos piadosos que lo amaban y que apreciaban la libertad. También nos dio grandes líderes espirituales que predicaron el Evangelio con celo y desarrollaron una ciudadanía basada en los principios cristianos de justicia y hermandad. Y trabajando a través de nuestra riqueza e iglesias, el Señor envió misioneros por todo el mundo para establecer iglesias y traducir la Biblia a muchos idiomas.

Sería genial si pudiéramos concluir nuestra comparación de Judá y Estados Unidos en este punto. Pero desafortunadamente, los paralelos en las historias de las dos naciones no terminan aquí.

Orgullo y Rebelión

Cuando Judá alcanzó el apogeo de su gloria como nación, el pueblo comenzó a revolcarse en el orgullo, y esto llevó a la rebelión contra Dios y Su Palabra.

A menudo, cuando me preguntan: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Yo respondo diciendo: “Mire en el capítulo 5 de Isaías. O considere Jeremías 5 y 6”. Digo esto porque estos capítulos contienen un inventario de los pecados nacionales de Judá catalogados por Isaías y Jeremías, y son los mismos pecados que caracterizan a la sociedad estadounidense de hoy.

Destrucción

Judá se negó a arrepentirse, y Dios finalmente respondió enviando a los babilonios a destruir la nación. Uno de los pasajes más tristes de la Biblia se encuentra en 2 Crónicas 36, donde el escritor describe la dolorosa decisión de Dios de destruir a su amada nación de Judá. Dice lo siguiente:

15) El Señor, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque Él tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. 

16) Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.

Judá fue destruida por cometer los mismos pecados que caracterizan a los Estados Unidos hoy. ¿Por qué nuestro destino debería ser diferente?

  • Hemos sido bendecidos como Judá.
  • Hemos pecado como Judá.
  • Ahora estamos siendo advertidos como Judá.
  • Estamos respondiendo como Judá.
  • La conclusión parece ineludible: Nos dirigimos hacia el mismo destino que Judá.

¿Cuál es probable que sea ese destino? ¿Qué forma adoptará? Sólo podemos adivinar, porque la Biblia guarda silencio.

Colapso Económico

Lo primero que viene a la mente es una catástrofe económica, que podría resultar de nuestra situación de deuda fuera de control. La deuda oficial pendiente del gobierno de los Estados Unidos a mayo de 2020 era de 24 billones de dólares. Eso ascendió a $76,700 por persona o $167,800 por contribuyente. Y el Congreso estaba en el proceso de agregar rápidamente varios billones más a esa cantidad, a través de la promulgación de paquetes de estímulo en respuesta a la pandemia de coronavirus.

Para empeorar las cosas, ese total no incluyó las promesas no financiadas de Medicare y Seguridad Social que totalizaron $52 billones. Y luego estaba la deuda estatal y local de $3 billones más una increíble cantidad de deuda no financiada para sistemas de pensiones estatales y locales fuera de control. ¡La deuda personal totalizó $14 billones o $42,424 por persona!

Estas cifras dejan en claro que nuestra nación y sus ciudadanos son adictos a la deuda. Estamos viviendo de un dinero que no tenemos y nunca tendremos, y tarde o temprano el peso de esta deuda va a colapsar nuestra economía.

Creo que es muy probable que se produzca un colapso económico sin precedentes, porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es celoso y no tolera la idolatría. Dios, por Su propia naturaleza, va a ser obligado a destruir a nuestro falso dios.

Ataque Externo

Otro posible destino para Estados Unidos es la destrucción por medio de un ataque nuclear ruso. Esto, por supuesto, podría suceder junto con un colapso económico, o podría ser la causa de ese colapso.

La razón por la que un ataque ruso es tan probable es porque la Biblia dice que los rusos liderarán una invasión de Israel en el tiempo del fin (Ezequiel 38 y 39). Dado que somos el único aliado de Israel, me parece inconcebible que los rusos ataquen a Israel sin desatar un ataque nuclear preventivo contra nosotros para evitar que salgamos en defensa de Israel.

Este ataque puede estar insinuado en Ezequiel 39:6, donde dice que en el momento de la invasión rusa, el fuego caerá sobre “los que habitan seguros en las costas”. El ataque ruso vendría muy probablemente de submarinos desplegados frente a nuestras costas este y oeste. Cada submarino ruso tiene más potencia de fuego que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. Tal ataque nos daría sólo siete minutos, ni siquiera el tiempo suficiente para lanzar un contraataque.

Algunos argumentan que, desde el colapso del gobierno soviético, Rusia es ahora demasiado débil para lanzar cualquier ataque contra Israel o los Estados Unidos. Es cierto que la economía de Rusia está en ruinas, pero el poder militar está intacto, incluidas miles de ojivas nucleares. La verdad del asunto es que Rusia es mucho más peligrosa hoy que antes del colapso soviético. El aumento del peligro se debe a los deseos expansionistas rusos y a la inestabilidad de su economía.

Ataque Interno

Otra forma en que el poder estadounidense podría disiparse rápidamente es a través de ataques terroristas internos. Sólo deténgase y piense por un momento en el impacto abrumador que el ataque del 11 de Septiembre tuvo en nuestra sociedad y economía. En los meses siguientes, los mercados bursátiles perdieron más de 7 billones de dólares en valor. La industria de viajes (aerolíneas y hoteles) fue devastada. Las libertades civiles fueron severamente restringidas. Y no olviden que nuestro gobierno nacional fue paralizado por el posterior susto del ántrax.

Multiplique tales ataques terroristas, incluido el envenenamiento de los suministros de agua y la explosión de “bombas sucias”, que contienen materiales de desecho nuclear, y puede ver fácilmente cómo nuestra nación podría ser puesta de rodillas. De hecho, no está fuera de la posibilidad de que los terroristas puedan detonar una bomba atómica que ha sido introducida de contrabando en uno de nuestros principales puertos a bordo de un buque de carga.

No importa cuán vigilantes seamos, en última instancia, no hay manera de protegerse contra los terroristas que no tienen respeto por sus propias vidas, y mucho menos contra aquellos que creen que morir por su causa les garantizará su entrada en el paraíso.

Podredumbre Interna

El colapso interno también podría resultar de la podredumbre moral que tiene a nuestra nación tomada del cuello. Esto fue lo que finalmente destruyó el Imperio Romano, y fue lo que llevó al colapso repentino de la Rusia soviética.

A medida que hemos abandonado nuestra herencia judeocristiana, nos hemos convertido en una sociedad amoral que ha perdido el respeto por la santidad de la vida. El individualismo ha sido llevado al borde de la anarquía, ya que cada uno hace lo que es correcto ante sus propios ojos. La codicia está fracturando nuestra sociedad entre jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y negros. La guerra de clases podría deteriorarse fácilmente en guerra civil con brotes de violencia incontrolable en nuestras principales ciudades.

Otra Alternativa

Hay otro escenario que podría explicar el silencio sobre Estados Unidos en las Escrituras, y es el que estoy esperando. Lo que tengo en mente es la posibilidad de que los Estados Unidos puedan ser destruidos repentinamente por el Rapto de la Iglesia.

No hay duda de que el Rapto devastaría a los contemporáneos Estados Unidos. Tenemos más cristianos nacidos de nuevo que cualquier otra nación en el mundo — más que toda Europa Occidental e Inglaterra juntas.

Además, tenemos muchos cristianos evangélicos en altos cargos de liderazgo, tanto en el gobierno como en los negocios. La eliminación repentina de estas personas arrojaría a toda nuestra sociedad al caos.

Nuestro Destino Nacional Final

Independientemente de cómo seamos eliminados de la escena internacional como potencia mundial, lo más probable es que terminemos absorbidos por la Unión Europea como uno de sus Estados miembros. Esto parece natural en vista de todos los lazos históricos y culturales que tenemos con esa parte del mundo.

Una cosa es segura: Sin importar cómo nuestra nación pueda ser destruida, no podremos culpar a Dios. Él ha enviado pacientemente una voz profética tras otra para llamar a nuestra nación al arrepentimiento y advertir de Su juicio inminente. (Vea mi libro, Voces Proféticas de Dios a Estados Unidos). También nos ha llamado al arrepentimiento a través de juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre, el Huracán Katrina, la Gran Recesión de 2007-2009, y la epidemia de coronavirus y su consiguiente debacle económica.

A todas estas advertencias, hemos puesto oídos sordos y un corazón frío. En el proceso, hemos sellado nuestro destino.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Estimado lector: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.


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lunes, 15 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 1 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Es una pregunta que me hacen dondequiera que voy. Es natural que nos preguntemos. Dado que Estados Unidos no se menciona específicamente por su nombre en la profecía bíblica, la gente ha recurrido a su imaginación para encontrar nuestra nación en las Escrituras.

¿Una “gente alta y lampiña”?

Algunos han señalado a Isaías 18, el cual habla de un pueblo “de gente alta y lampiña” que es “temido por doquier”. El pasaje además declara que ésta es una “nación dominante cuya tierra está surcada por ríos”. El capítulo termina afirmando que la gente de esta nación le llevará “ofrendas” al Señor, cuando Él regrese a reinar desde el Monte Sion.

Debido a que estos versículos hablan de una nación poderosa cuya tierra está dividida por un gran río, algunos han llegado a la conclusión de que la nación es Estados Unidos, ya que está dividida por el río Mississippi. Además, argumentan que somos un pueblo alto y lampiño, y que nuestro poderío militar es temido en todo el mundo. Finalmente, argumentan que, dado que somos una nación cristiana, ciertamente le llevaremos ofrendas al Señor cuando regrese.

Pero los primeros versículos de este capítulo indican que está hablando de “Cus”, el antiguo nombre de Etiopía. En el momento en que Isaías escribió este pasaje, Etiopía era la sede de la poderosa dinastía egipcia XXV (730-660 a. C.). El río al que se hace referencia es, sin duda, el Nilo.

Isaías 18 no tiene nada que ver con los Estados Unidos en la profecía, e incluso si lo hiciera, no respondería a la pregunta sobre el papel de Estados Unidos en la política mundial del tiempo del fin. Es una profecía sobre el reinado milenario de Jesús que se establecerá después de Su regreso.

¿Una “aldea de Tarsis”?

Probablemente uno de los pasajes más populares donde la gente afirma haber encontrado a Estados Unidos es Ezequiel 38, donde el profeta describe una invasión contra Israel que será lanzada en los tiempos del fin por una nación “de las partes remotas del norte”. Los versos descriptivos acerca de la potencia del norte dejan claro que esta nación es Rusia. Lo que no está tan claro es dónde encaja Estados Unidos en esta invasión.

Aquellos que nos encuentran en el pasaje, apuntan a Ezequiel 38:13, que dice que “los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas” (o “leoncillos” dependiendo de la traducción) se pronunciarán en contra de la invasión. El argumento es que Tarsis es Gran Bretaña y las “aldeas” o “leoncillos” son las naciones de habla inglesa como los EE. UU. y Australia, que fueron fundadas por inmigrantes británicos.

Por decir lo menos, ésta es una interpretación muy imaginativa. Su validez es seriamente cuestionada por el hecho de que nadie sabe con certeza la verdadera identidad de “Tarsis”. Además, los recientes descubrimientos arqueológicos indican que Tarsis era probablemente la antigua Tartessos, en la España moderna.

Tarsis se usa en las Escrituras como un símbolo de las áreas al oeste de Israel. Por lo tanto, el significado más probable de la declaración de Ezequiel es que las naciones de Europa Occidental hablarán en contra de la invasión de Israel liderada por Rusia en los tiempos del fin

Una cosa es cierta: Ezequiel 38 no resuelve la búsqueda de Estados Unidos en la profecía.

¿Una “gran águila”?

Otro pasaje favorito para aplicar la imaginación es Apocalipsis 12:13-17. Estos versículos declaran que, a la mitad de la Tribulación, Dios proveerá un medio de escape para el remanente judío en Israel. Serán transportados al desierto a un escondite sobre las “alas de una gran águila”.

Algunas personas se han aprovechado de estas imágenes, para enseñar que Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila, suplirá el transporte aéreo del tiempo del fin que salvará al remanente judío.

Pero la Biblia es su mejor intérprete. Y cuando busque la frase, “alas de un águila”, encontrará que es la misma que Dios usó en Éxodo 19:4 para describir cómo sacó a los israelitas de Egipto: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí”. La misma imagen se usa en Deuteronomio 32:11, donde habla de la protección de Dios de Israel en el desierto: “Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, [el Señor] extendió Sus alas y los tomó, los llevó sobre Su plumaje”.

Dios es a menudo representado en las Escrituras simbólicamente como un pájaro protector. En el Salmo 91 se le dice al lector que ponga su confianza en Dios y Él “te cubrirá con sus plumas, y bajo sus alas hallarás refugio” (Salmos 91:2, 4). En Salmos 17:8, David clama al Señor en una oración, pidiéndole a Dios que lo “esconda bajo la sombra de tus alas”. (Vea también Salmos 36:7; 57:1; 61:4 y 63:7).

En Apocalipsis 12, Dios es el “águila”, no los Estados Unidos. Todo lo que el pasaje en Apocalipsis 12 enseña es que Dios va a proteger sobrenaturalmente al pueblo judío cuando huya del Anticristo a Jordania, a la mitad de la Tribulación.

¿“Babilonia la Grande”?

Esto nos lleva al pasaje final y más extensamente usado para identificar a los EE. UU. en la profecía bíblica. Es Apocalipsis 18, donde se describe la destrucción de “Babilonia la grande”.

No hay duda de que Estados Unidos comparte muchas similitudes con el imperio comercial corrupto descrito en este capítulo. El imperio es descrito como uno que está en rebelión contra Dios, hasta el punto de que se ha convertido en “morada de demonios” (versículo 2). Además, afirma que la inmoralidad de este imperio ha corrompido a todas las naciones del mundo (versículo 3).

También se aclara que esta “Babilonia la grande” dominará completamente la economía mundial, y su destrucción resultará en el colapso de las economías de todas las naciones (versículos 9, 11, 17).

En el contexto internacional actual, ciertamente suena como Estados Unidos. Pero, de nuevo, la Biblia es su mejor intérprete, y el capítulo 17 de Apocalipsis deja en claro que “Babilonia la grande” es un imperio cuya capital es Roma, no Washington, D. C.

En Apocalipsis 17:9 se nos dice que las siete cabezas de la bestia (el Anticristo) son representativas, en parte, de “siete montes”. En el contexto del primer siglo, esto sólo podría ser una referencia a Roma, ya que era conocida como “la ciudad de las siete colinas”. Esta identificación se ve reforzada por el versículo 18, que dice que la mujer montada en la bestia “es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra”. Una vez más, sólo hay una ciudad que podría encajar en esa descripción en el contexto del pasaje del primer siglo, y ésa es Roma.

Estados Unidos no es un cumplimiento de Apocalipsis 18. Ese capítulo describe el último imperio mundial gentil que dominará la tierra en el momento de la Segunda Venida del Señor. Es el imperio del Anticristo.

Algunas Conclusiones

Entonces, ¿dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Una respuesta parcial es que no se nos menciona directa y específicamente. Estamos cubiertos por profecías generales que se relacionan con todas las naciones, pero más allá de eso, nuestro destino del tiempo del fin no se menciona específicamente.

Las profecías generales que se aplican a los Estados Unidos incluyen aquellas que dicen que todas las naciones serán juzgadas (Isaías 34:2-3), y todas las naciones dejarán de existir, excepto la nación de Israel (Jer. 30:11; 46:28).

Pero, ¿cómo podría Dios pasar por alto a la nación más importante y poderosa del mundo? No creo que lo haya hecho. Creo que Estados Unidos se puede encontrar en la profecía bíblica, no específicamente, sino en tipo profético. En otras palabras, creo que hay una nación en las Escrituras que es precursora de Estados Unidos en su origen, su propósito y su destino.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 26 de abril de 2023

La Trayectoria Suicida de Estados Unidos (parte 2 de 2)

El Punto de No Retorno

Por Dr. David R. Reagan

La Apostasía Desenfrenada Infecta a la Iglesia

Mientras tanto, la Iglesia comenzó a adaptarse a la paganización de nuestra nación, mientras buscaba la aprobación de la sociedad. Los llamados líderes evangélicos lanzaron el Movimiento de la Iglesia Emergente, que está diseñado para lograr una Segunda Reforma, abandonando la autoridad de la Biblia, elevando la importancia de los sentimientos y negando la existencia de verdades absolutas.

Al mismo tiempo, el “movimiento sensible al buscador” trató de minimizar la naturaleza ofensiva del Evangelio, al camuflar a la Iglesia como una organización social diseñada para proporcionar entretenimiento y servicios sociales.

El resultado general fue el abandono de la predicación bíblica en favor de homilías de autoayuda recalentadas. Los miembros de la iglesia se volvieron bíblicamente ignorantes y, por lo tanto, cayeron presa de todo tipo de apostasía. En poco tiempo, los cristianos también estaban abrazando la homosexualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo, las apuesta e incluso el aborto. Las iglesias liberales comenzaron a ordenar homosexuales practicantes y personas que ni siquiera creían en la deidad de Jesús.

En resumen, la Iglesia profesante se acostó con el mundo y dejó de tener un impacto significativo en la sociedad, lo que aceleró la secularización y paganización de nuestra sociedad.

La ironía es que nada de esto pareció aplacar a los enemigos del cristianismo. De hecho, a medida que los secularistas presenciaron que los líderes de la Iglesia cedían a sus demandas, comenzaron a hacer demandas aún más extravagantes. Mientras que la fe judeocristiana siempre había sido la base de la sociedad estadounidense, en 2010, había sido abandonada en favor de una cultura humanista y hedonista.

El Significado de la Rebelión

Lo que la gran mayoría de los estadounidenses no entienden es que, cuando una nación que es favorecida con las bendiciones de Dios decide rebelarse contra Aquel que la ha bendecido, se producirán graves consecuencias, porque “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará” (Lucas 12:48).

El votante estadounidense promedio de hoy parece interesado sólo en la economía y el empleo. Parece haber poco o ningún interés en cuestiones sociales y morales como el aborto y la perversión sexual — como se demostró en iniciativas electorales recientes. Pero, Dios está muy interesado. Él es un Dios de justicia y santidad, y no se quedará de brazos cruzados cuando una sociedad se revuelque en la perversión sexual y derrame la sangre de los inocentes.

Es por eso que las promesas políticas de prosperidad económica y resurgimiento nacional suenan huecas. Dios no lo permitirá mientras nos estemos rebelando contra Él.

Dios en Su gracia y misericordia ha enviado voces proféticas para llamar a esta nación al arrepentimiento — voces como las de Dave Wilkerson, David Jeremiah y Franklin Graham. Pero Estados Unidos se negó a escuchar sus súplicas de arrepentimiento. Entonces, Dios también envió juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques terroristas del 11 de Septiembre, y tormentas y desastres naturales devastadores.

Pero hemos endurecido nuestra resistencia a Dios y nos hemos plantado firmes, decididos a salirnos con la nuestra.

“Nuestra Constitución fue hecha sólo para un pueblo moral y religioso. Es totalmente inadecuada para el gobierno de cualquier otro”. – John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos

El Punto de Inflexión

Ahora parece que hemos llegado al punto de no retorno. Tenga la seguridad de que existe tal punto. Romanos 1:18-28 lo explica en detalle.

Este pasaje de las Escrituras nos dice que, cuando una nación se dedica a la impiedad y la injusticia, provoca la ira de Dios (versículo 18). Luego revela que el primer paso de Dios es reducir el cerco de protección alrededor de la nación, permitiendo que estalle una revolución sexual (versículos 24-25). Esto ocurrió en nuestra nación en la década de 1960.

Si esto no provoca arrepentimiento, entonces Dios dará un segundo paso atrás, bajará aún más el cerco, y se infligirá una plaga de homosexualidad (versículos 26-27), como sucedió en nuestra nación en la década de 1980.

Si la nación persiste en su rebelión, Dios dará un tercer y último paso hacia atrás, bajará el cerco nuevamente, y la nación será entregada a una “mente reprobada" (versículo 28). Ahí es donde estamos ahora, ya que nuestro gobierno nacional promueve la confusión de género e incluso trata de fomentar el transgenerismo entre nuestros hijos.

Sólo piense por un momento en la locura de esta nueva demanda pagana. Los transgéneros son personas mentalmente enfermas que están delirando, como una persona que piensa que es Napoleón o Lincoln. En lugar de tratar de conseguirles ayuda mental y espiritual, nuestra sociedad ha decidido que su locura debe ser aplaudida e impuesta sobre todos nosotros.

Hay un punto en el que Dios entrega a una sociedad rebelde del juicio a la destrucción. La Biblia revela que Dios destruirá una nación cuando su rebelión llegue a un punto de no retorno. El punto desencadenante que motiva a Dios a entregar a una nación del juicio a la destrucción se revela en el libro de Nahúm.

El profeta Nahúm apareció en escena 150 años después de Jonás. Al igual que Jonás, fue llamado por Dios para predicar en Nínive. Pero, a diferencia de Jonás, no fue enviado para llamar al pueblo al arrepentimiento. Más bien, se le dijo que les informara que había llegado el momento de su destrucción. Esta advertencia estaba de acuerdo con el carácter de Dios, porque Él nunca derrama Su ira sin previo aviso.

En Nahúm 1:11 Dios revela la razón de su decisión inalterable de destruir la ciudad y su imperio: “De ti salió el que imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso”. Por lo tanto, el punto desencadenante de la ira de Dios es cuando el descuido el rechazo de Él se convierte en guerra contra Él. En respuesta, Dios declaró: "“Tu herida es incurable” (Nahum 3:19). En resumen, su destino estaba sellado.

El contemporáneo de Nahúm, el profeta Jeremías, habló del mismo principio con respecto a la relación de Dios con Judá. Proclamó que la herida de la nación era “incurable” (Jeremías 30:12). Añadió:  “No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces” (Jeremías 30:13).

El Punto de No Retorno

Un punto escalofriante es que la Biblia enseña que, cuando una nación llega a este punto de no retorno, este punto donde “la herida se vuelve incurable”, la oración ya no sirve de nada. Por lo tanto, Dios le dijo a Jeremías que no debía orar por la liberación de Judá. “no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré” (Jeremías 7:16). Más tarde, Dios hizo este mismo punto en términos aún más fuertes: “Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia, y salgan” (Jeremías 15:1). ¡Eso es un caso perdido!

A Ezequiel se le dijo lo mismo cuando trató de orar por Judá, pero en términos aún más fuertes. Dios nombró a tres de los hombres más justos que jamás habían vivido — Job, Noé y Daniel — y le dijo a Ezequiel que ni siquiera sus oraciones podrían librar a la nación de Su ira (Ezequiel 14: 12-21).  “He puesto mi rostro contra ellos”, concluyó el Señor (Ezequiel 15:7).

Dios es paciente y longánimo. Pero no puede ser burlado. “¿Qué pensáis contra Jehová? Él hará consumación” (Nahúm 1:9). Dios finalmente tratará con el pecado de cada nación. “Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable” (Nahúm 1:). Algunas naciones serán destruidas antes de que comience la Gran Tribulación, pero todas las naciones saborearán la ira de Dios durante ese terrible período de juicio internacional.

La Posición Actual de Estados Unidos

Creo que nuestra nación ha llegado al punto de no retorno. Tenemos la sangre de 64 millones de bebés abortados en nuestras manos. Estamos contaminando el mundo con nuestros programas de televisión y películas violentos, inmorales y blasfemos. Nos hemos obsesionado con el sexo y estamos enganchados a las drogas.

“La gloria más alta de la Revolución Americana fue ésta: conectó en un vínculo indisoluble los principios del gobierno civil con los principios del cristianismo”. – John Quincy Adams (1767-1848), miembro del Congreso y sexto presidente de los Estados Unidos

Para ilustrar cuán mala es la situación, permítanme compartir con ustedes la historia de una oración. La historia comenzó en 1995, cuando una gran oración fue escrita por Bob Russell. En ese momento se desempeñaba como pastor de la Iglesia Cristiana del Sureste, una de las iglesias más grandes de nuestra nación. La oración fue escrita en respuesta a una invitación a orar en un desayuno organizado por el Gobernador de Kentucky.

Pastor Joe Wright

Un año después, el 23 de enero de 1996, Joe Wright, quien en ese momento era pastor de la Iglesia Cristiana Central en Wichita, Kansas, decidió pronunciar la misma oración, con algunos cambios menores, ante la Cámara de Representantes de la Legislatura de Kansas. ¡Atrajo la atención de todo el país cuando los líderes demócratas en la legislatura convocaron una conferencia de prensa y condenaron la oración!

Cuando más tarde fue leída por Paul Harvey en su programa de radio, provocó la mayor respuesta en la historia del programa, ya que miles de personas escribieron solicitando copias:

Padre Celestial, venimos ante Ti hoy para pedirte perdón y buscar Tu dirección y guía. Sabemos que Tu Palabra dice: “¡Ay de los que a lo malo llaman bueno!”, pero eso es exactamente lo que hemos hecho. Hemos perdido nuestro equilibrio espiritual e invertido nuestros valores. Confesamos que hemos ridiculizado la verdad absoluta de Tu Palabra y la hemos llamado “pluralismo moral”. Hemos adorado a otros dioses y lo hemos llamado “multiculturalismo”. Hemos respaldado la perversión y la hemos llamado “un estilo de vida alternativo”. Hemos explotado a los pobres y lo hemos llamado “la lotería”. Hemos descuidado a los necesitados y lo hemos llamado “autopreservación”. Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado “bienestar social”. Hemos matado a nuestros hijos no nacidos y lo hemos llamado “libertad de elección”. Le hemos disparado a los abortistas y lo hemos llamado “justificable”. Hemos descuidado disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado “desarrollar autoestima”. Hemos abusado del poder y lo hemos llamado “inteligencia política”. Hemos codiciado las posesiones de nuestros vecinos y lo hemos llamado “tener ambición”. Hemos contaminado el aire con blasfemias y pornografía y lo hemos llamado “libertad de expresión”. Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros antepasados y lo hemos llamado “iluminación”. Escudríñanos, oh Dios, y conoce nuestros corazones hoy; pruébanos y ve si hay algún camino malvado en nosotros; límpianos de todo pecado y libéranos. Guía y bendice a estos hombres y mujeres que han sido enviados aquí por el pueblo de Kansas y que han sido ordenados por ti para gobernar este gran estado. Concédeles Tu sabiduría para gobernar, y que sus decisiones nos dirijan al centro de Tu voluntad. Te pido esto en el nombre de Tu Hijo, el Salvador viviente, Jesucristo. Amén.

El clamor público de condena por esta oración fue rápido y vehemente. Los líderes electos en Kansas y en todo el país expresaron conmoción y disgusto, tratando de distanciarse de una expresión tan crítica de desaprobación sobre la trayectoria en la que pusieron a nuestra sociedad. Pero, en todo caso, en los últimos 27 años, el deterioro moral de nuestra nación sólo se ha acelerado.

Creo que hemos llegado al punto en que el mal se ha entrelazado tanto en el tejido de nuestra nación que “nuestra herida se ha vuelto incurable”.  No veo esperanza para nosotros, porque le hemos dado la espalda a nuestra única Esperanza: el Señor Jesucristo.

Esperanza en Medio de la Desesperación

La “ciudad sobre una colina” ya no está emitiendo luz. Este punto fue enfatizado por el rabino mesiánico Jonathan Cahn, de Nueva Jersey, en el sermón que pronunció en el Desayuno de Inauguración Presidencial en 2013 (al que el presidente Obama no asistió). Esto es lo que el rabino Cahn dijo:

La “ciudad sobre una colina” se ha oscurecido. Su lámpara se ha oscurecido. La gloria de Estados Unidos se está desvaneciendo. Porque Dios no puede ser burlado. Ninguna nación puede luchar contra la fuente misma de sus bendiciones y esperar que esas bendiciones permanezcan. Y como sucedió con el antiguo Israel, la ciudad sobre la colina ahora se encuentra bajo la sombra del juicio.

Incluso el lúgubre liderazgo bajo el cual nuestra nación sufre ahora es una forma del juicio de Dios. Él nos ha dado el tipo de líderes que merecemos.

¿Qué debe hacer un cristiano? Sea sal y luz dondequiera que Dios lo haya puesto. Abogue por la piedad en todas las esferas. No se desanime, incluso cuando la sociedad se vuelve más perversa cada día. En cambio, mantenga sus ojos en Jesús — nuestra Bienaventurada Esperanza — ¡y ore fervientemente por el Rapto!


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

martes, 25 de abril de 2023

La Trayectoria Suicida de Estados Unidos (parte 1 de 2)

El Punto de No Retorno

Por Dr. David R. Reagan

Donald Trump asumió el cargo en 2016 con la promesa de “¡Hacer que Estados Unidos sea Grande Otra Vez!”. Hizo campaña con su intención de crear empleos, detener la inmigración ilegal, traer a las corporaciones estadounidenses de vuelta a casa, y reconstruir nuestras fuerzas armadas.

Sonaba genial para muchos estadounidenses, pero no había manera de que realmente pudiera tener éxito. La razón es simple. Nosotros, como nación, le hemos dado la espalda a Dios. Estamos en el proceso de burlarnos de Aquel que hizo de nuestra nación la más grande que el mundo jamás haya conocido.

¿La Ciudad en una Colina?

La caracterización de Estados Unidos como la “ciudad resplandeciente sobre una colina”, se remonta al líder puritano, John Winthrop. Usó la frase en un sermón pronunciado en 1630 en el barco Arbella, mientras se dirigía al Nuevo Mundo. Les dijo a sus futuros colonos de la Bahía de Massachusetts que su nueva comunidad sería “como una ciudad sobre una colina”, que sería observada por el mundo. Fue uno de los primeros ejemplos de lo que se conocería como el concepto de “excepcionalismo estadounidense”.

Inmigrantes llegando a la Isla Ellis

El concepto demostró ser cierto, porque Dios derramó Sus bendiciones sobre la nueva nación incipiente. Estados Unidos se convirtió en un brillante ejemplo de libertad, prosperidad y esperanza. Llegó gente de todas partes del mundo en busca de una oportunidad para escapar de la tiranía y la pobreza. Los estadounidenses respondieron a sus bendiciones dadas por Dios enviando misioneros cristianos por todo el mundo e imprimiendo y distribuyendo Biblias en muchos idiomas.

Al amanecer del siglo 20, nos convertimos en el “Arsenal de la Democracia”, cuando acudimos al rescate de Europa en la Primera Guerra Mundial, y luego luchamos tanto en Asia como en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, para defender al mundo contra el fascismo alemán y japonés. Al final de la Segunda Guerra Mundial, éramos la potencia dominante en el mundo.

Pero, en el apogeo de nuestra gloria, quitamos nuestros ojos de Dios y comenzamos a deleitarnos en el orgullo de nuestros logros. La década de los 60 resultó ser el punto de inflexión, cuando dejamos de lado la Palabra de Dios y lanzamos una revolución sexual. Nuestra sociedad cambió el respeto por Dios y Su Palabra por una libertad ilimitada que exaltó al Hombre en lugar de a Dios.

El resultado hasta ahora ha sido una plaga de homosexualidad, la abominación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y una confusión desenfrenada sobre la distinción básica entre hombres y mujeres. Y la revolución sigue avanzando.

La “ciudad resplandeciente sobre una colina” se ha convertido en un barrio pobre oscuro cuya luz se ha apagado. Nuestras grandes ciudades son fosas sépticas de crimen y están repletas de drogas y personas sin hogar.

El Ataque Judicial

Mientras tanto, nuestra Corte Suprema tomó la determinación de secularizar nuestra nación. Mientras que la Corte había dictaminado en 1892 (en el caso de la Iglesia de la Santísima Trinidad contra los Estados Unidos) que “ésta es una nación cristiana”, en la última mitad del siglo XX, la Corte tomó varias decisiones cruciales diseñadas para poner un muro de separación entre el cristianismo y la sociedad.

Las decisiones cruciales fueron las siguientes:

1962 – Engel v. Vitale
La Corte prohibió la oración en las escuelas públicas

1973 – Roe v. Wade
La Corte legalizó el aborto

1980 Stone v. Graham
La Corte prohibió la publicación de los Diez Mandamientos en las escuelas.

2003 – Lawrence y Gamer v. el Estado de Texas
La Corte anuló las leyes contra la sodomía y, por lo tanto, legalizó el comportamiento homosexual.

2015 – Obergefell v. Hodges
La Corte legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Antes de mediados del siglo XX, el principio gobernante había sido la separación de la iglesia y el estado, en el sentido de que no podía haber una iglesia estatal oficial. Pero la Corte de repente comenzó a interpretar la Constitución en el sentido de que debe haber una separación entre la religión y el Estado.

La Corte, en efecto, le declaró la guerra a la herencia judeocristiana de nuestra nación, que es la razón por la que Dios nos levantó para ser “una ciudad resplandeciente sobre una colina”. La intención de la Corte quedó clara en su razonamiento declarado para prohibir la publicación de los Diez Mandamientos:

Si las copias publicadas de los Diez Mandamientos tienen van a tener algún efecto, inducirán a los niños de la escuela a leer, meditar, tal vez venerar y obedecer los Mandamientos. Éste no es un objetivo estatal permisible bajo la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda.

¡Increíble! Los 10 Mandamientos sirven como la piedra angular de la civilización y la ley occidentales y, sin embargo, ¡a nuestros hijos se les niega la exposición a ellos sobre la base de que podrían obedecerlos!

Es esclarecedor considerar el hecho de que, desde que la oración y los Diez Mandamientos fueron prohibidos en nuestras escuelas, nuestras instituciones educativas se han convertido en selvas de violencia.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

sábado, 16 de abril de 2022

Libro: El Suicidio de los EE.UU. – Capítulo 5 (Parte 3 de 3)

 El Destino de los Estados Unidos

Por Dr. David R. Reagan

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¿Hay Alguna Esperanza para Estados Unidos?

Dios en Su gracia puede decidir darnos un poco más de tiempo para respirar, para que más puedan ser salvos, pero hay un límite para Su paciencia.

Esto es exactamente lo que hizo con la antigua Judá. Siguiendo al peor rey de su historia, el rey Manasés, que gobernó durante 55 años, Dios levantó a un rey justo llamado Josías, que reinó 31 años y dirigió un avivamiento espiritual nacional. Pero, cuando mataron a Josías en el campo de batalla, la nación inmediatamente volvió a sus caminos rebeldes, y Dios la destruyó.

El problema era que el mal se había arraigado demasiado en el tejido de la nación.

Creo que ahí es donde estamos hoy. 

Lo que me lleva a una pregunta crucial: ¿Queda alguna esperanza para nuestra nación? Mi respuesta es: ¿Cómo puede haberla? Le hemos dado la espalda a Dios, y hemos rechazado a Aquel que nos dio todas nuestras bendiciones.

Tenemos que tener claro por qué sucedió eso. No se debió a los ataques de los secularistas, los humanistas, los ateos o los libertarios sexuales.

No, se ha debido al fracaso de la Iglesia en predicar el Evangelio, llamar a la gente al arrepentimiento y defender la justicia. En resumen, la Iglesia ha buscado la aprobación popular y, en el proceso, se ha acostado con el mundo.

La Biblia profetiza en muchos lugares que los tiempos del fin se caracterizarán por una gran apostasía — y estamos hasta el cuello en este momento.

Todo comenzó en la década de 1920, cuando nuestros seminarios fueron cautivados por la Escuela Alemana de la Alta Crítica, que argumentaba que la Biblia no es la palabra revelada de Dios. En cambio, se afirmó que es la búsqueda de Dios por parte del hombre y, por lo tanto, está llena de mitos, leyendas, supersticiones y errores.

Esto produjo el Evangelio Social liberal que pronto llegó a caracterizar a las principales denominaciones, ya que se centraban en la acción social y política, en lugar de la predicación del Evangelio.

La iglesia de hoy se ha fracturado debido a la herejía doctrinal.

Desde entonces, este virus espiritual se ha extendido al sector evangélico del cristianismo estadounidense en la forma del Movimiento de la Iglesia Emergente.

Hace setenta años, en la década de 1950, ser evangélico significaba que la Biblia era su fuente de autoridad para todas las creencias y acciones. Hoy, el término, evangélico, ha perdido su significado, porque hay evangélicos profesantes que creen:

Las Escrituras contienen errores y contradicciones.

  • No hay infierno.
  • Hay muchos caminos hacia Dios.
  • La homosexualidad es un estilo de vida válido.
  • La evolución es la verdadera explicación de la vida.
  • El propósito máximo de la Iglesia no es la salvación de las almas, sino la salvación de nuestro planeta.

No es de extrañar que nuestra nación se esté revolcando en la oscuridad espiritual y la rebelión contra Dios. ¿Cómo puede alguien realmente creer que hay alguna esperanza para nuestra nación en medio de una apostasía espiritual tan grosera?

Así es como lo puse en mi Manifiesto Profético, escrito en 2012:11

Le hemos dado la espalda al mismo Dios que nos hizo grandes y nos colmó de bendiciones. Hemos olvidado que la Palabra de Dios enseña que “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará” (Lucas 12:47-48).

Hemos fijado obstinadamente nuestro rumbo. Hemos determinado vivir como nos plazca, y no como Dios ha dictado. Hemos trazado un curso de autodestrucción, y Dios nos permitirá hacer lo que queramos.

Esperanza Inmediata para los Creyentes

Pero hay buenas noticias para los creyentes en medio de la creciente oscuridad espiritual y la consiguiente decadencia de nuestra sociedad. No debemos desesperarnos por varias razones:

Primero, lo que estamos experimentando es el cumplimiento de la profecía del tiempo del fin. Los profetas bíblicos, incluido Jesús mismo, profetizaron que, en los tiempos del fin, la sociedad se desintegraría en violencia e inmoralidad, que se volvería tan malvada como en los días de Noé y que la gente se ocuparía de sus asuntos como si todo fuera normal.

Allí es exactamente dónde estamos hoy. Por lo tanto, somos testigos de las mismas señales que anuncian el pronto regreso de Jesús.

Es por eso que el gran pastor Adrián Rogers dijo una vez: “El mundo se está volviendo gloriosamente oscuro”. O, como le gusta decir a Jan Markell: “El mundo no se está cayendo a pedazos; más bien, las piezas están cayendo en su lugar”.

La segunda razón por la que no debemos desesperarnos es porque hay esperanza individual. Para aquellos de nosotros que somos creyentes, Dios ha prometido muchas veces en Su Palabra que Él nunca nos abandonará. Considere:

Isaías 41:10

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Salmos 55:22

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.

1 Pedro 5:6-7

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros

Una tercera razón por la que no debemos desesperarnos es por lo que Dios está haciendo en el Cielo en este momento. La Biblia dice en el Salmo 2 que, mientras todos los líderes políticos del mundo conspiran contra Él, Su Palabra y Su Hijo, nuestro Creador se sienta en Su trono y se ríe. Él no se ríe porque no le importa. ¡Oh, no! Se ríe porque tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de la humanidad y de Satanás para el triunfo de Su voluntad en la historia.

Hay una cuarta razón para la esperanza. Tenemos la increíble esperanza del Rapto:

Apocalipsis 3:10:

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

En cualquier momento, sonará una trompeta, un ángel gritará y Jesús aparecerá en el cielo por los santos de la Era de la Iglesia, tanto los vivos como los muertos. Seremos arrebatados de esta tierra en lo que se llama el Rapto, y en nuestro camino para encontrarnos con Jesús en el cielo, seremos transformados de seres mortales en seres inmortales (1 Tesalonicenses 4:13–18). Luego regresaremos con Él al Cielo.

Esperanza Futura para los Creyentes

Increíblemente, sólo he tocado el borde del manto cuando se trata de la esperanza futura de aquellos que han entregado su corazón a Jesús. Lo que he mencionado hasta ahora es nuestra esperanza inmediata. Procedamos a echar un vistazo a la esperanza que se encuentra más allá del Rapto.

Después de que regresemos con Jesús al Cielo, Él nos juzgará por nuestras obras, no para determinar nuestra salvación, sino para determinar nuestros grados de recompensa (2 Corintios 5:10). Este juicio se basará en cómo usamos nuestros dones espirituales para hacer avanzar el reino del Señor aquí en la tierra. Mientras estas recompensas se entregan en el Cielo, el Anticristo estará arrasando la tierra, matando a más de la mitad de los no salvos que fueron dejados atrás (Apocalipsis 13:1–8).

Cuando se hayan distribuido todas las recompensas celestiales, los salvos se sentarán con Jesús para celebrar la mayor fiesta en la historia del cosmos — lo que la Biblia llama la Fiesta de las Bodas del Cordero (Apocalipsis 19:6–9). Celebrará la unión del Esposo (Jesús) con Su Esposa (la Iglesia).

Cuando termine la fiesta, Jesús se levantará y dirá: “¡Vamos!”. Entonces irrumpirá de los cielos para regresar a la tierra y establecer Su reinado de mil años de paz, rectitud y justicia. Todos los santos y ángeles de la Era de la Iglesia lo acompañarán (Apocalipsis 19:14 y Colosenses 3:4).

Sí, estaremos allí — cientos de millones de santos y ángeles glorificados. Llenaremos el Valle del Cedrón y flotaremos en el cielo, mientras presenciamos el regreso de Jesús al Monte de los Olivos (Zacarías 14:1–5). Veremos cómo destruye sobrenaturalmente al Anticristo y sus ejércitos (Zacarías 14:12), y nos regocijaremos al ver que el remanente judío recibe a Jesús como su Mesías, clamando: “Bendito el que viene en el nombre del Señor ” (Mateo 23:39).

Cantaremos “¡Hosanna!” mientras cabalga hacia el Valle del Cedrón y sube a la Puerta Oriental, y gritaremos de alegría cuando esa puerta se abra para dar la bienvenida al Rey de reyes y Señor de señores (Salmo 24:7–10).

Entonces será coronado para reinar sobre toda la tierra. Celebraremos el comienzo de Su reinado milenario con otra gran fiesta que incluirá a los santos del Antiguo Testamento y los santos de la Tribulación (Isaías 25:6–7 y Lucas 13:28–30). El Señor juzgará a todos los que queden con vida al final de la Tribulación (Mateo 25:31–46 y Ezequiel 20:33–38). Los incrédulos serán consignados al Hades. A los creyentes se les permitirá entrar en el reino milenario en sus cuerpos físicos. Comenzarán a repoblar la tierra.

En ese momento, a aquellos de nosotros que hemos sido glorificados se nos darán nuestras asignaciones gubernamentales, y seremos esparcidos por toda la tierra para reinar bajo la autoridad superior de Jesús (Daniel 7:13–14, 18, 27). Algunos de nosotros seremos alcaldes, mientras que otros se desempeñarán como gobernadores y presidentes. Cada junta escolar y consejo municipal estará compuesto por santos glorificados. Todo juez será también una persona glorificada con la mente de Cristo. Lo único que no existirá serán cuerpos legislativos de ningún tipo. Eso es porque la ley será dada por Jesús (Isaías 2:2–4). Será perfecto, y será responsabilidad de los santos glorificados hacer cumplir la ley.

Después de mil años de ser bendecidos para vivir en cuerpos glorificados en perfecta paz y armonía (Apocalipsis 20:2–7), seremos trasladados a la Nueva Jerusalén que Jesús ha preparado para nosotros. Desde ese punto de vista, experimentaremos el mayor espectáculo de fuegos artificiales de la historia mientras Dios quema esta tierra (2 Pedro 3:10). De ese infierno de fuego saldrán nuevos cielos y una nueva tierra, refrescados, embellecidos y perfeccionados (Apocalipsis 21:1–7).

Seremos descendidos a esa Tierra Nueva dentro de la Nueva Jerusalén, para vivir para siempre en nuestros Cuerpos Nuevos en la presencia de Dios Padre, nuestro Creador, y de Jesús, nuestro Salvador.

Esperanza para los Incrédulos

También hay esperanza para los incrédulos. Como le gusta señalar a Robert Jeffress:12

Cuando la oscuridad se profundice, la luz de Jesús brillará más intensamente, como un diamante sobre una tela negra, y más y más personas serán atraídas a Jesús y serán salvas.

Mientras tanto, a medida que la oscuridad se profundiza, aquellos de nosotros que somos creyentes debemos servir como sal y luz, defendiendo a Dios y Su Palabra y negándonos a ceder ante las demandas de una sociedad pagana, sin importar el costo (Mateo 5:10–16).

Debemos ser faros de esperanza, señalando a las personas al Dios de la esperanza, mientras las instamos a poner su esperanza en su única esperanza: Jesús, el Hijo de Dios y el Rey de reyes y Señor de señores, que pronto regresará.

El mensaje del Espíritu para los incrédulos es: “Jesús viene pronto. Él regresa para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado la gracia, la misericordia y el amor de Dios. Acérquense ahora y recíbanlo con fe como su Señor y Salvador, antes de que sea demasiado tarde”.

¿Gracia o Ira?

Como señalé antes, la mayoría de las personas, incluidos los incrédulos, parecen estar al tanto del versículo más citado en la Biblia — a saber, Juan 3:16. Dice así: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Pero la mayoría parece desconocer una declaración de Juan el Bautista que aparece 20 versículos más adelante en Juan 3:36. Dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Lea ese versículo cuidadosamente. Dice que cada persona en este planeta vive bajo la gracia de Dios o bajo la ira de Dios.

¿Dónde está? ¿Está bajo la gracia o la ira? Es algo maravilloso vivir bajo la gracia de Dios, y saber con certeza que va a pasar la eternidad en comunión personal con Él. Es horrible existir bajo la ira de Dios, sabiendo que Jesús podría regresar en cualquier momento y que estaría destinado a una eternidad en el lago de fuego.

Una Ilustración del Significado de la Cruz

Hace muchos años, durante nuestro devocional matutino, mi esposa y yo leímos una historia sobre el significado de la cruz, que me impactó tan profundamente que le prometí al Señor que la compartiría con tantas personas como pudiera por el resto de mi vida. 

Era una historia sobre la Fiebre del Oro, que ocurrió en esta nación comenzando en 1849, después de que se descubrió oro en California. Más de 300,000 personas emigraron a California en los diez años siguientes. Vinieron de todas partes del mundo. Aproximadamente la mitad vino por agua. El resto llegó en caravanas.

Caravana en el Oregon Trail.

Las personas en estas caravanas eran en su mayoría habitantes de la ciudad que no sabían nada sobre cómo sobrevivir en la naturaleza. Eran totalmente dependientes de sus guías caravaneros.

Sabemos por los diarios que los guías caravaneros llevaban que había muchas cosas que temían — como los ataques de los indios, los pozos de agua secos o el agua contaminada, y extrañas epidemias que parecían surgir de la nada. También temían granizadas, tornados y ventiscas.

Una de las cosas más temibles que a veces encontraban eran los incendios de las praderas. Aparecían de repente en el horizonte y, por lo general, viajaban a una velocidad muy alta. Pero a pesar de lo peligrosos y aterradores que eran estos incendios, no hay registro de que un tren de vagones haya sido destruido por un incendio en la pradera, porque había una forma muy definida de protegerse contra el fuego.

El guía de caravana prendería fuego a la hierba cerca de la caravana y dejaría que se quemara. Luego reuniría rápidamente todos los vagones en un círculo cerrado en el área quemada y quitaría sus capotas de tela.

Luego, simplemente esperarían a que llegara el fuego, que ardería a su alrededor y seguiría adelante.

¿Cómo se relaciona esto con la cruz de Jesús? Cuando Jesús estaba colgado en la Cruz, todos los pecados que usted y yo hemos cometido y cometeremos, fueron puestos sobre Él. Y el fuego de la ira de Dios — la ira que usted y yo merecemos — se derramó sobre Él.

Por lo tanto, cuando acepta a Jesús como su Señor y Salvador, entra en el área donde la ira de Dios ya ha caído y se vuelve inmune a esa ira.

Hay una canción cristiana contemporánea que expresa poderosamente esta verdad. Dice: 13

Él pagó una deuda que no debía;
Yo tenía una deuda que no podía pagar;
Necesitaba a alguien que lavara mis pecados.
Y, ahora, canto un nuevo cántico,
“Sublime Gracia”.
Cristo Jesús pagó una deuda que yo jamás podría pagar.

Conclusión

Mi conclusión general es que nuestra nación está condenada. Como he enfatizado una y otra vez, nos hemos olvidado de Dios. Peor aún, le hemos declarado la guerra a Dios. Por lo tanto, estoy convencido de que hemos llegado a esa etapa terrible en la que “nuestra herida se ha vuelto incurable”.

Pero los individuos no están condenados. Hay esperanza tanto para los creyentes como para los no creyentes, como he explicado anteriormente.

Los incrédulos deben tomarse en serio su relación con Jesús — ¡AHORA MISMO! Estamos viviendo en un tiempo prestado.

Los creyentes deben prepararse para la creciente hostilidad y persecución. Si defendemos la justicia, como Jesús espera que hagamos, nuestra nación cada vez más pagana nos odiará con pasión. Para sostenernos, debemos hacer un compromiso serio con la oración diaria y la lectura de las Escrituras. Considere estas palabras del Salmo 34:

15) Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16) La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17) Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.

18) Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.

19) Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.

20) Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.

22) Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.

Por lo tanto, mantengamos nuestros ojos fijos en Jesús, porque Él es “el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

En resumen, mientras esperamos el regreso del Señor, en medio de una sociedad y un mundo moralmente colapsados, debemos:

  • Defender la justicia.
  • Orar por valor.
  • Comprometernos a la santidad.
  • Compartir el Evangelio.

Poner nuestra confianza en Jesús y sólo en Él.

Y no se olvide de exclamar todos los días: “¡Maranata, Maranata! ¡Ven pronto, Señor Jesús!” (1 Corintios 16:22).

¡Maranata! El Señor viene.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (www.endefensadelafe.org)

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