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jueves, 9 de enero de 2020

Motivaciones para Servir a Dios

Por Dr. Charles C. Bing



¿Por qué los cristianos servimos a Dios? ¿Por qué debemos servir a Dios? Tal vez muchos nunca se han detenido a pensar en sus motivos. Aunque no necesitamos entender nuestros motivos para servir a Dios o crecer en devoción, mientras más estemos conscientes de ellos, mejor vamos a servir a Dios como Él se merece. Los motivos comúnmente son difíciles de discernir y a veces se empalman, pero la Biblia claramente dice que los cristianos pueden estar sirviendo por motivos dignos o indignos.

Motivaciones ilegítimas que no son bíblicas

Algunas motivaciones no son dignas de Dios o de los cristianos. Aunque el servicio puede venir de aquellos que están motivados erróneamente, en realidad ellos no están sirviendo a Dios, sino a sí mismos.

1. Legalismo: Algunas personas pueden tratar de servir a Dios con la esperanza de que esto les otorgará la vida eterna o que va a ayudarles a retenerla. Por supuesto, esto es contrario a la gracia de Dios para salvación y santificación (Ef. 2:8-9; Gá. 3:1-9).

2. Falsa culpa: La falta de confianza en que Dios va a perdonar sus pecados puede hacer que algunos traten de servir a Dios para borrar su culpa, como obras de penitencia. Pero esto ignora la promesa de Dios del perdón completo para todos los que confiesen sus pecados (Col. 2:13; 1 Jn. 1:9).

3. Egoísmo: Las ganancias financieras, la preeminencia, el poder, o el auto engrandecimiento pueden motivar a algunos a tratar de servir a Dios. Obviamente, sólo están sirviendo para sus deseos egoístas. La Biblia tiene ejemplos de los que se motivaron de esa manera (Mt. 6:1-6; Mr. 12:28-40; Fil. 1:15-18; 3 Jn. 9; 2 Pe. 2:14-15). El apóstol Pablo enseñó acerca de estos motivos (2 Cor. 4:2-5; Gá. 1:10; 1 Tes. 2:3-6; 1 Tim. 6:1).

Motivaciones legítimamente bíblicas

La Biblia presenta algunas motivaciones poderosas y claras para el servicio y la vida piadosa. Los buenos motivos se pueden superponer, y algunos parecen en principio ser más altos que otros. Aquí hay cinco motivos fácilmente identificables en el Nuevo Testamento ordenados por prioridad.

1. Amor: Esto incluye, en primer lugar, un amor por Dios, acompañado de amor por otros (Mt. 22:37-39). Un cristiano motivado por amor hace obras para el beneficio del Amado. El amor a Dios a menudo se demuestra obedeciendo ( Jn. 14:21; 1 Jn. 5:2). El amor se expresa en un deseo de glorificar (Jn. 12:27-28), agradar ( Col 1:10, Col 3:20; 1 Ts 4:1), y conocer a Dios ( Fil. 3:10-14; 1 Jn. 4:16). El amor a Dios también puede significar amor hacia lo que Dios ama, por eso amamos a otras personas ( 2 Cor. 5:14, 2 Cor. 12:15; 1 Jn. 4:11, 1 Jn. 5:2).

2. Agradecimiento: Porque nos beneficiamos de las acciones de Dios, nuestro deseo debe ser responder con gratitud. Nuestro servicio y nuestra vida se convierte en un “Gracias” a Él. En vista de las bendiciones de Dios, estamos motivados para ofrecerle nuestros cuerpos (Ro. 12:1-2) y a vivir para Él (Gá. 2:20). Pablo estaba motivado a servir a Dios con acción de gracias (1 Tim. 1:12).

3. Importancia Eterna: Podemos estar motivados por el deseo de cumplir nuestro deseo de trascender más allá de esta vida temporal de acuerdo con el propósito original de Dios. Dios nos creó para participar en Su gobierno sobre la tierra (Gn. 1:26-28). Esto se va a cumplir cuando venga Su reino, pero depende de qué tan fieles seamos en nuestras responsabilidades en esta vida (Mt. 19:27-30; Lc. 19:11-27) o nuestra fidelidad en las dificultades (Ro. 8:17; 2 Tim. 2:12). El deseo de disfrutar la herencia que ganemos nos debe de inspirar a tener una conducta piadosa (1 Cor. 6:9-11; Gá. 5:21; Ef. 5:5). El libro a los Hebreos promete que los que sean fieles van a compartir con Cristo su gobierno futuro (Heb. 1:14; 3:14; 4:1; 4:9;  6:11-12). El significado eterno puede empezar cuando nos comprometemos a servir a Cristo en esta vida (Mt. 10:38-39; 16:24-27; Lc. 9:23-26).

4. Recompensas: También podemos motivarnos por las recompensas dadas por Dios en esta vida ( Mr. 10:28-31) y en la eternidad ( Mt. 16:27; Ap. 22:12). El Tribunal de Cristo es la escena de las recompensas futuras. Allí todos los cristianos van a comparecer y dar cuentas ( Ro. 14:10-12; 2 Cor. 5:10; 1 Cor. 3:9-13). Las recompensas eternas incluyen tesoros ( Mt. 6:20) y coronas ( 1 Cor. 9:25; 1 Pe. 5:4; 2 Tm. 4:8). La motivación también puede ser la posibilidad de perder nuestras recompensas eternas ( M.t 22:1-14, Mt. 25:14-25; Lc. 19:11-27; 1 Cor. 3:12-15). Las recompensas no son una motivación egoísta si nuestro objetivo final es usarlas para la gloria de Dios.

5. Obligación: Algunos cristianos van a servir a Dios porque han hecho un compromiso para servirle, o porque ellos están viviendo para lo que Dios los ha llamado a hacer. La obligación no espera una recompensa, pero se hace por el compromiso (Lc. 17:7-10). Esto se ve en el mismo compromiso de Jesús de hacer los que Dios lo llamó a hacer (Mr. 1:38; Jn. 12:27, Jn. 17:4; Heb. 2:17, Heb. 5:5-10). Pablo estaba motivado a vivir su llamado de ser un apóstol para los gentiles (Hch. 20:24; 2 Tim. 1:1, 2 Tm 1:11, 2 Tim. 2:7). Los cristianos también se pueden sentir obligados a ser fieles administradores de sus dones (Ro. 12:6-8; 1 Tim. 4:14; 1 Pe. 4:10-11) o del evangelio (1 Cor. 9:17-18; Col. 1:25; 1 Tim. 1:11, 1 Tim. 1:18, 1 Tim. 6:20; 2 Tim. 1:14, 2 Tim. 2:2; Tit. 1:3).

6. Temor: Esta motivación es inferior al amor (1 Jn. 4:18) pero puede motivar a los cristianos a mantenerse alejados del pecado o la infidelidad y mantener una conducta piadosa. Uno puede temer a un resultado negativo en el Tribunal de Cristo (Stg. 2:13; 3:1) lo que también puede incluir vergüenza (2 Tim. 2:15; 1 Jn. 2:28) o la pérdida de las recompensas (1 Cor. 3:13-15, 1 Cor. 9:27). Los cristianos también pueden tener miedo a la disciplina temporal de Dios (1 Cor. 5:5, 1 Cor. 11:29-32; Col. 3:23-25; 1 Tim. 4:14; Stg. 5:15-16, Stg. 5:19). El libro de Hebreos utiliza efectivamente cinco espantosas advertencias para motivar a sus lectores a alejarse de la apostasía y a que maduren (Heb 2:1-4;  3:7-4:13; 6:1-12; 10:26-31; 12:25-29). También existe un aspecto positivo del temor en el sentido de reverencia, que también es una motivación para los cristianos (Hch. 10:2; 2 Cor 7:1; Ef. 5:21; Fil. 2:12; Heb. 12:28).

Conclusión

Así como existen motivaciones ilegítimas que no son bíblicas para servir a Dios, también existen motivaciones legítimamente bíblicas. Deberíamos aprender a buscar las motivaciones más altas en nuestro servicio. También debemos aprender a motivar a otros para servir a Dios o para vivir una vida piadosa con las mejores motivaciones. Es saludable evaluar lo que nos motiva a servir a Dios o a vivir una vida piadosa para que podamos servirle mejor.

Fuente:

lunes, 6 de enero de 2020

La Fe y las Obras en Santiago 2:14-26

Por Dr. Charles C. Bing



¿Enseña este pasaje que las obras son un componente necesario para la salvación? Muchos responderían que Santiago no está diciendo que las obras son un requerimiento necesario para la salvación, sino que un resultado necesario de la salvación. Otros objetan que esto sigue haciendo que la salvación dependa de las obras. ¿Cómo se puede reconciliar este pasaje con la salvación sólo por gracia que nos enseña Pablo en Romanos 3-5 y Efesios 2? Veamos las siguientes observaciones:

1. Existen todas las indicaciones de que los lectores eran cristianos. Ellos nacieron de arriba (1:18), poseían la fe en Cristo (2:1), y se llamaban hermanos (1:2, 1:19; 2:1, 2:14; 3:1; 4:11; 5:7, 5:10, 5:12, 5:19).

2. El hipotético “alguno” de 2:14 se identifica como “alguno vosotros” en 2:16. Santiago supone que podría haber individuos entre sus lectores cristianos que pueden tener fe sin obras.

3. El contexto está encerrado por el tema del juicio (2:13; 3:1). El único juicio para los cristianos es el Tribunal de Cristo, que está basado en las obras del creyente o en la falta de éstas (1 Cor. 3:13; 2 Cor. 5:10). Esto se ajusta exactamente a la preocupación de Santiago.

4. La palabra “salvo” se usa a menudo para los cristianos cuando son librados de algún destino indeseable (1 Cor. 5:5). Santiago utiliza esta palabra para el posible destino de un cristiano en 1:21; 5:15, 5:20. Se  usa en 2:14-26 para referirse a un cristiano que es librado del indeseable destino de que se quemen sus obras en el Tribunal de Cristo (1 Cor. 3:12-15) y perder sus recompensas (2 Juan 7-8). Por eso el provecho del que habla Santiago no es la salvación, sino las ventajas acumuladas en esta vida y la siguiente.

5. Santiago no está preocupado con la realidad de la fe de sus lectores, sino con la calidad (1:3, 1:6; 2:1; 5:15) y la utilidad (1:12, 1:26; 2:14, 2:16, 2:20) de su fe. Santiago no está diciendo que la fe se va a manifestar a sí misma con obras, pero que sin obras la fe es inútil o sin provecho en esta vida y la siguiente. El mayor deseo de Santiago es que los lectores se conviertan en “hacedores de la Palabra” (1:22) que es lo mismo que “hacedores de obras” para ser “bienaventurado en lo que hace” (1:25). Por ejemplo, la fe que persevera en los problemas obtendrá una recompensa de Dios (1:3-12); y la fe que es misericordiosa hacia otros recibe la misericordia de Dios en el Tribunal de Cristo (2:8-13). Pero la fe que no trabaja es "inútil" para recibir estas bendiciones e “inútil” para ayudar a otros (1:26; 2:20). Por lo tanto, la palabra “muerta” debe entenderse como inútil o infructuosa en lugar de no-existente.

6. En 2:19 la fe de los demonios también demuestra la inutilidad de la fe sin obras. Su fe no los puede salvar de ninguna manera, porque es sólo una fe en el monoteísmo, no una fe en Jesucristo. El punto de esta mención es que, debido a que ellos “sólo” tiemblan, no hacen ninguna buena obra para aliviar su terrible juicio. Su fe es inútil para ellos.

7. Muchos reconocen que cuando Santiago habla de ser “justificados por obras” (2:21, 2:24, 2:25), no está hablando de la justificación imputada que nos salva eternamente como la usa Pablo (Ro. 3:24; 4:5). Esto sería una contradicción en la Biblia. Santiago está hablando de una vindicación delante de los demás. Pablo reconoce este uso de la palabra 'justificación' en Ro. 4:2. Existen dos tipos de justificación en la Biblia. Una relacionada con la justicia práctica que nos vindica delante de las personas. La otra relacionada con la justicia judicial que nos vindica delante de Dios. Santiago obviamente usa el sentido práctico porque Abraham fue justificado judicialmente en Génesis 15:6 (2:23), antes de que ofreciera a Isaac en Génesis 22 (2:21). Su vindicación delante de los demás se ve cuando ellos le llaman “amigo de Dios” (2:23). Por lo tanto, la fe de Abraham fue “hecha perfecta” o maduró al ser demostrada (2:22).

8. En 2:26 Santiago no está diciendo que la fe fortalece las obras, sino que las obras fortalecen la fe. Son las obras que hacen que la fe sea útil, así como el espíritu hace que el cuerpo sea útil. El problema no es si la persona tiene fe o no, sino cómo puede hacer que la fe le aproveche o que le sea útil al cristiano.

Conclusión

Este pasaje en Santiago está escrito para motivar a los cristianos a hacer buenas obras, las cuales van a hacer que su fe madure y que les aproveche a ellos y a otros. No hay contradicción entre Santiago y Pablo. Cuando Pablo habla de la justificación sólo por medio de la fe, él está hablando de la justicia judicial delante de Dios. Cuando Santiago está hablando de la justificación por la fe con obras, él está hablando de una justificación práctica que se demuestra delante de otras personas. En Romanos 3-5, Pablo está explicando cómo obtener una nueva vida en Cristo. En Santiago, él está explicando cómo hacer que se aproveche esa nueva vida.

Si este pasaje se toma como para demostrar una salvación “real” a través de las obras, entonces inevitablemente las obras se convierten en algo necesario para la salvación — una total contradicción con Efesios 2:8-9. También, no existe ninguna mención de un criterio de exactamente qué tipo o cuántas obras verifican la salvación. Esto abre la puerta al subjetivismo y mina la base objetiva de la seguridad — la promesa de la Palabra de Dios de que todo el que cree en la obra de Cristo será salvo.

Fuente:

jueves, 2 de enero de 2020

La Condición para ser Salvo en el Evangelio de Juan

Por Dr. Charles C. Bing



Juan es el único libro de la Biblia que aclara que fue escrito con el propósito de traer a las personas a la salvación eterna. La declaración de su propósito en Juan 20:30-31 dice:

Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Por lo tanto, debemos comenzar con Juan para entender cómo podemos ser salvos y examinarlo detenidamente para descubrir la condición para la salvación.

Cómo se presenta la condición

1. La declaración misma del propósito dice que si creemos tenemos vida eterna.

2. El verbo creer se usa 98 veces en el libro de Juan como condición para la salvación. Esto se compara con sólo 34 veces que se usa en los otros Evangelios y 116 veces en el resto del Nuevo Testamento.

3. El resultado consiste de creer es la salvación. Cuando uno cree, uno puede saber que tiene vida eterna como una posesión presente (Juan 5:24; 9:38).

4. El lenguaje figurado que usa Juan para presentar el verbo creer (recibir, mirar, escuchar, entrar, comer, venir) denota receptividad, estar de acuerdo, o confiar. Todas son actividades esencialmente pasivas o simples. Ninguna comunica la idea de mérito, obra, esfuerzo, o logro.

Cómo no se presenta la condición

1. No se usan calificativos con el verbo creer, como creer realmente, creer verdaderamente, o creer genuinamente. Sólo existe un tipo de creer.

2. No se mencionan ninguna otra condición en Juan, como arrepentimiento, rendirse, compromiso, u obediencia

Conclusión

Somos salvos simplemente cuando creemos (confiamos en, aceptamos como verdadero para mi vida) que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador de nuestros pecados. La salvación es absolutamente gratuita y sin ninguna condición de mérito para ganarla.


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jueves, 19 de diciembre de 2019

¿Qué es la Teología de la Gracia Gratuita?

Por Dr. Charles C. Bing


Las etiquetas teológicas son una manera conveniente de resumir sistemas de creencias. Muchas etiquetas se han convertido en una parte establecida del dialogo teológico, como Arminianismo, Calvinismo, Amilenialismo, o Premilenialismo. Muchos que han escuchado la etiqueta "Teología de la Gracia Gratuita" se preguntan qué significa. Este es un breve resumen.

1. La Gracia Gratuita enseña que la gracia para la salvación es absolutamente gratuita. Obviamente por aquí es por donde debemos comenzar, aunque no debería ser necesario decirlo ya que la palabra gracia (griego charis) esencialmente significa un regalo gratuito inmerecido. Sin embargo, ya que algunos hablan de una gracia costosa o barata, es necesario clarificar que la gracia es totalmente gratuita. Esto no significa que es gratuita para el que la da, quien en este caso es Dios, pero quiere decir que no se requiere ningún pago o mérito de aquellos a los que se les ofrece, que son todos los pecadores que no son salvos y que no se la merecen. Romanos 3:24 hace una diferencia entre el regalo gratuito del receptor y el costo para el Dador: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

2. La Gracia Gratuita significa que la gracia para la salvación sólo se puede recibir a través de la fe. Ya que nosotros como pecadores no podemos hacer nada para ganarnos la gracia de Dios, se nos ha dado como un regalo que sólo se puede recibir a través de la fe. Por fe (o creer, que es de la misma palabra griega) queremos decir la respuesta humana al aceptar algo como verdadero y digno de creer. Es una convicción, una persuasión interna. Esta definición descarta cualquier otra condición de obras, desempeño, o mérito (Ro. 4:4-5). La fe no se puede definir como obediencia a los mandamientos cristianos, bautismo, rendición, compromiso de la vida de uno a Dios, o alejarse de los pecados. Estas cosas pueden y deberían ser el resultado de la fe, pero en sí mismas son diferentes a la fe, de otra manera la gracia deja de ser gracia (Ro. 11:6). Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe... no por obras...”. La fe es una respuesta simple, pero eso no significa que sea una fácil. Muchos que sostienen la Gracia Gratuita creen que arrepentimiento, como un cambio de parecer o de sentir, se puede usar algunas veces para describir el aspecto de la fe porque viene como una convicción o persuasión acerca de algo. Otros partidarios de la Gracia Gratuita no piensan que el arrepentimiento (como alejarse de los pecados) tenga algún rol en la salvación o en la fe que salva.

3. La Gracia Gratuita cree que el objeto de la fe es el Señor Jesucristo. La fe siempre debe de tener un objeto, porque la fe en sí misma no es la causa efectiva de la salvación (somos salvos “por gracia”), pero es el medio por el cual somos salvos (“por medio de la fe”). El Único que de hecho nos salva es el Señor Jesucristo. Pero no es cualquier Jesús, es Jesús el Hijo de Dios, quien murió por nuestros pecados y resucitó y que garantiza salvación eterna para todos los que creen en Él.

4. La Gracia Gratuita se aferra a la obra terminada de Cristo. La Gracia es gratuita porque Jesucristo hizo toda la obra a nuestro favor. Su proclamación “consumado es” en la cruz significa que Él hizo el pago final y completo por la culpa de nuestros pecados. Esto también significa que no podemos añadir nada a lo que Jesús ya logró. No podemos hacer nada para ganar o retener nuestra salvación. La Gracia Gratuita, por lo tanto, enseña la seguridad eterna para el creyente.

5. La Gracia Gratuita provee la única base para la seguridad de la salvación. Cualquier sistema de creencias que requiera nuestro desempeño no puede dar la seguridad de la salvación. El desempeño humano es subjetivo, variable, impredecible, y siempre imperfecto. La fe debe descansar en Jesucristo y Su promesa como se revela en la Palabra de Dios. La persona y la obra de Cristo y la Palabra de Dios son verdades objetivas que no pueden cambiar. Por lo tanto la Gracia Gratuita ofrece la única base para la seguridad de la salvación.

6. La Gracia Gratuita hace una diferencia entre la salvación y el discipulado. Mientras que algunos sistemas teológicos creen que todos los cristianos son discípulos, la Gracia Gratuita entiende que la condición para la salvación (creer) es diferente a las muchas condiciones para el discipulado (negarse a sí mismo, tomar su cruz, seguir a Cristo, permanecer en Su Palabra, amar a Cristo por encima de la familia, etc.). Ya que la gracia es absolutamente gratuita, no puede demandar esas condiciones o dejaría de ser gracia. La Gracia Gratuita cree que los compromisos del discipulado debe ser el resultado de la salvación, no el requisito. Hacerlos la condición para la salvación inserta las obras y el mérito humano en el evangelio de la gracia.

7. La Gracia Gratuita enseña que la vida cristiana también es por gracia a través de la fe. Ya que somos salvos por gracia y sostenidos por la gracia, también crecemos por gracia, a la cual se puede acceder a través de la fe. La gracia provee para todo lo que necesitamos; todo lo que no merecemos y más. Así como en la salvación, la gracia para crecer está disponible por medio de la fe: “por quien [el Señor Jesucristo] también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes...” (Ro. 5:2; compare Gá. 2:20).

8. La Gracia Gratuita provee la mejor motivación para una vida piadosa. Si la salvación es por el desempeño humano, no existe la seguridad, y si no hay seguridad, una motivación para una buena conducta fácilmente se transforma en lo que hacemos para probar que somos salvos o para evitar el infierno. La culpa, el temor, y las dudas pueden producir una buena conducta, pero no necesariamente una conducta piadosa. Conducirnos piadosamente incluye las motivaciones internas del amor y la gratitud. La seguridad de la gracia de Dios y la obra terminada de Cristo permiten a los cristianos crecer en un ambiente de libertad y amor incondicionales (Tito 2:11-12).

9. La Gracia Gratuita sostiene que el cristiano es responsable. De acuerdo con la Gracia Gratuita, el creyente es liberado de cualquier requisito de la Ley o las obras como la base para la salvación eterna. Pero la Gracia Gratuita también nos enseña que los cristianos deben vivir vidas santas porque: 

1) Debemos de estar agradecidos por lo que Dios ha hecho (Ro. 12:1-2); 
2) Dios quiere que tengamos buenas obras (Ef. 2:10); 
3) Tenemos una nueva posición en Cristo (Ro. 6:1-14); 
4) Tenemos un nuevo Señor: Jesús (Ro. 6:15-23); y 
5) Tenemos un nuevo poder: el Espíritu Santo (Ro. 8:1-11). 

Por estas cosas, la Gracia Gratuita enseña que Dios nos va a pedir cuentas por el tipo de vidas que llevamos. Dios puede disciplinarnos en esta vida (Heb. 12:5-11) y vamos a encarar el Tribunal de Cristo en el futuro en donde los creyentes le van a dar cuentas a Dios (Ro. 14:10-12; 1 Cor. 3:11-4:5; 2 Cor. 5:10). 

En este juicio, los creyentes van a ser recompensados o se les van a negar sus recompensas. De ninguna manera la Gracia Gratuita enseña que los cristianos pueden pecar sin consecuencias.

10. La Gracia Gratuita está comprometida primeramente con una interpretación correcta de la Biblia. Esto debería ser obvio, pero es necesario decirlo porque muchos han forzado sus sistemas teológicos en sus interpretaciones, en lugar de dejar que la Biblia hable por sí misma. El sistema de la Gracia Gratuita es el resultado de un enfoque literal y de sentido llano a la Biblia, que considera las varias formas en las que Dios administra Su plan para el mundo a través de los edades, y el contexto apropiado de cualquier pasaje bíblico. El sistema de la Gracia Gratuita busca ser bíblico sobre todas las cosas. Su primer compromiso no es con un sistema teológico, sino con lo que dice la Biblia, aun cuando algunas cosas en particular no se puedan reconciliar fácilmente con otras enseñanzas o interpretaciones tradicionales. Por lo tanto, la posición de la Gracia Gratuita permite varias interpretaciones de algunos pasajes bíblicos, siempre y cuando sean consistentes con los buenos principios de interpretación de la Biblia y las claras enseñanzas de la gracia gratuita de Dios.

Conclusión

La teología de la Gracia Gratuita empieza con la llana y clara enseñanza de la Biblia de que la gracia es absolutamente gratuita. A partir de allí, las enseñanzas de la Biblia acerca de la salvación, fe, seguridad, garantía, la vida del cristiano, y el discipulado se ven consistentes con la naturaleza incondicional de la gracia. La gracia gratuita de Dios debería motivar a los cristianos a adorar, servir, y a vivir una vida recta para el “Dios de toda gracia” (1 Pe. 5:10) quien “nos amó primero” (1 Jn. 4:19).


Fuente: 
Apuntes sobre la Gracia
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