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miércoles, 22 de abril de 2020

La Pandemia de Coronavirus (parte 2)

¿Qué Está Diciendo Dios?


¡Pandemia!


Volviendo a la Pregunta

Entonces, ¿qué tiene que ver todo esto con la pandemia mundial de hoy?

Desde mediados de la década de 1970, Dios ha estado levantando voces proféticas en todo el mundo, que han llamado a la gente al arrepentimiento. Además, ha estado enviando juicios correctivos para llamar la atención de la gente, para motivarlas al arrepentimiento.

Tomemos a nuestra nación por ejemplo. En mi libro, Voces Proféticas de Dios para Estados Unidos (2017), identifiqué 13 profetas que Dios ha levantado (cuatro en el pasado, y nueve en el presente) para llamar a nuestra nación al arrepentimiento, uno de los cuales era extranjero: Aleksandr Solzhenitsyn. Este gran autor ruso, fue expulsado de su tierra natal después de que revelara la persecución soviética del pueblo ruso en los campos de concentración del gulag, ubicados principalmente en Siberia.

Vino a los Estados Unidos y se estableció en Vermont. En 1978, la Universidad de Harvard lo invitó a ser su orador en la ceremonia de graduación. Llegó al campo como un héroe y se fue como un paria. En lugar de pronunciar un discurso que condenara al comunismo, se centró en los pecados de Estados Unidos, denunciando nuestro materialismo de forma tajante. Profetizó que, como los comunistas que habían sometido a Rusia a un auténtico infierno, nuestros líderes habían olvidado a Dios.

La intelectualidad de Harvard estaba indignada. Lo abuchearon y lo desestimaron como un “reaccionario zarista”.

Dios ha continuado enviándonos voces proféticas y, nosotros, como nación, hemos seguido haciendo oídos sordos a sus ruegos de arrepentimiento y sus advertencias de destrucción inminente. Dios también ha enviado juicios correctivos, como la Guerra de Vietnam, el Huracán Katrina, incendios forestales, líderes impíos y, ahora, la pandemia que está matando a la gente y devastando nuestra economía.

También se han producido juicios correctivos en todo el mundo. consideremos, por ejemplo, los incendios forestales en Australia, la invasión de langostas en África, la epidemia de terremotos a lo largo del “anillo de fuego”, y ahora la pandemia del virus.

Rebelión e Indiferencia Mundial

La rebelión contra Dios y Su Palabra también se ha convertido en una pandemia mundial. Esto es el cumplimiento de las profecías bíblicas sobre los tiempos del fin. Jesús mismo dijo que regresaría en un momento cuando la sociedad llegaría a ser tan malvada como lo era en los días de Noé (Mateo 24:37). Si lee Génesis 6, verá que las características fundamentales de la sociedad de Noé eran la violencia y la inmoralidad. Eso es exactamente lo que vemos en nuestra nación hoy y en todo el mundo. en resumen, hemos llegado.

Creo que Dios está hablándonos a través de la pandemia del virus — advirtiéndonos de Su ira inminente. Está gritando desde los cielos que estamos en el umbral de la Tribulación, cuando derramará Su ira sobre todas las personas y naciones rebeldes en la tierra.

Eso, a su vez, significa que el Rapto está a punto de ocurrir — el evento que se describe en detalle en 1 Tesalonicenses 4:13-18, cuando Jesús vendrá por Su Iglesia, tanto los vivos como los muertos, para librarlos del mundo antes de que la ira de Dios se derrame (1 Tesalonicenses 1:10).

¿Está alguien escuchando? ¿A alguien le importa? El mundo se burla de las voces proféticas y de los juicios correctivos.



La Actitud Estadounidense

Los estadounidenses están entre los peores. Hasta ahora, hemos respondido a voces proféticas como David Wilkerson con burlas, y a los juicios correctivos, como el 11/S con patriotismo. Pero Dios está llamando al arrepentimiento, no a expresiones de grandeza nacional. 

¿Cree que fue sólo una coincidencia que Dios permitió que los terroristas del 11/S atacaran los dos símbolos del orgullo estadounidense: las Torres Gemelas, en la ciudad de Nueva York, y el Pentágono? Las Torres Gemelas representaban nuestra riqueza, y el Pentágono, nuestro poder militar.

Personalmente, siempre he creído que el juicio final de Dios sobre nuestra nación sería la destrucción de nuestra economía. ¿Por qué? Porque el Todopoderoso Dólar se ha convertido en el verdadero dios de los Estados Unidos.

El verdadero Dios de este universo — el que era el Dios de los Estados Unidos hasta la década de 1960 — es un Dios celoso (Deuteronomio 4:24), que odia la idolatría (Éxodo 34:14) y no la tolerará. Nos hemos convertido en una sociedad completamente materialista con un dios falso, y creo que el Dios verdadero va a destruir a nuestro falso. 

Podemos estar agradecidos de que el Dios verdadero es muy paciente y lento para la ira. De lo contrario, nos habría destruido mucho antes. Considere las palabras del profeta hebreo, Nahúm, en el capítulo uno de su profecía:

2) Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

3) Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable…

Lea la parte 1 »»aquí

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

lunes, 20 de abril de 2020

La Pandemia de Coronavirus (parte 1)

¿Qué Está Diciendo Dios?


¡Pandemia!


Aclaremos una cosa desde el principio: Dios es soberano, y eso significa que el coronavirus actual fue soltado con Su permiso. Satanás puede haber sido el agente, pero no sería bíblico culpar a Satanás. La Biblia nunca culpa a Satanás por los desastres naturales.

Entonces, ¿qué está haciendo Dios? ¿Qué está tratando de decirnos? Creo que nos está advirtiendo de un juicio inminente y, por lo tanto, está llamando al mundo al arrepentimiento. La Biblia enseña que Dios nunca derrama Su ira sin advertencia, porque no desea que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento y la salvación (2 Pedro 3:9).


Cómo Advierte Dios

Dios advierte de dos maneras. Primero, levanta voces proféticas que identifican los pecados de las personas y les hacen un llamado para que se arrepientan. Luego, si desechan a los profetas y se niegan a arrepentirse, Dios enviará juicios correctivos — de nuevo, con el propósito de llamar a las personas al arrepentimiento.

Deuteronomio 28 contiene una lista detallada de los tipos de juicios correctivos que Dios pondrá en una nación que se vuelve rebelde contra Él y Su Palabra. Incluyen:
  1. Ciudades en caos (versículo 16)
  2. Fracasos en las cosechas (versículos 16-18,38-40,42)
  3. Pérdida de hijos (versículos 18,32,41)
  4. Confusión en todas las empresas (versículo 20)
  5. Pestilencia (versículos 21-22)
  6. Enfermedades (versículos 27,35)
  7. Locura (versículos 28-29,34)
  8. Sequía (versículo 24)
  9. Problemas matrimoniales (versículo 30)
  10. Derrota en guerras (versículo 25)
  11. Dominación extranjera (versículos 33,43-44)
Dios advirtió específicamente a la nación de Judá que, si ignoraban a Sus profetas y Sus juicios correctivos, el resultado final sería la destrucción de su nación y el exilio de su pueblo en todo el mundo.

El Ministerio de Jeremías

Uno de los profetas que Dios levantó para entregar Su mensaje de advertencia a Judá, fue un hombre llamado Jeremías. Dios le dijo que examinara a la nación y que compilara una lista de los pecados del pueblo. Dios estaba muy consciente de los pecados. Quería que Su profeta se diera cuenta de ellos. 

Jeremías reportó una increíble lista de pecados — increíble si se considera el hecho de que Dios había bendecido a Judá más que a cualquier nación que hubiera existido hasta ese momento. Les había dado grandes líderes como Josafat, Ezequías y Josías — el rey que gobernaba cuando Jeremías fue llamado. Sin embargo, el pueblo de Judá le había la espalda a su Creador y Sustentador, el mismo que era la fuente de todas sus bendiciones.

El informe de Jeremías contenía una lista muy sucia de pecados:
  1. Mentiras y blasfemia (5:2)
  2. Inmoralidad (5:7)
  3. Arrogancia (5:12-13)
  4. Injusticia social (5:25-28)
  5. Corrupción religiosa (5:30-31)
  6. Mentes cerradas (6:10)
  7. Avaricia (6:13)
Jeremías procedió a resumirlo todo en tres declaraciones impresionantes:
  • Endurecieron sus rostros más que la piedra” (5:3).
  • Tienen un corazón falso y rebelde” (5:23).
  • Ni aun saben tener vergüenza” (6:15).
Jeremías salió y comenzó a proclamar los pecados de su pueblo, mientras pedía su arrepentimiento. No hace falta decir que esto no lo convirtió en una persona popular. El pueblo de Judá se volvió contra él a lo grande, cuando comenzó a profetizar que, si se negaban a arrepentirse, Dios derramaría Su ira sobre ellos (6:22-26).


El pueblo acusó al profeta de ser “como viento” (5:13). Y se burlaban de él cantando: “Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová” (7:4). Lo que querían decir con esto era que no creían que Dios permitiría que Judá y Jerusalén fueran conquistadas y destruidas, porque Su Gloria Shejiná residía en el Templo.

Pero la destrucción profetizada llegó a manos de los babilonios, que destruyeron completamente Jerusalén y el Templo, en el año 586 a.C. Todo lo cual llevó a la escritura de dos de los versículos más tristes que se encuentran en las Escrituras hebreas (2 Crónicas 36):

15) Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.

16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

sábado, 11 de abril de 2020

Lidiando con la Crisis del Coronavirus

Una Perspectiva Bíblica




Clive Staples Lewis (1898-1963), es considerado uno de los más grandes defensores de la fe cristiana durante el siglo XX. Para aquellos de ustedes que pueden no estar familiarizados con él, nació en Irlanda del Norte, y se convirtió en profesor de Literatura Inglesa Medieval, primero en la Universidad de Oxford (1925-1954), y luego en la Universidad de Cambridge (1954-1963).

Él entregó su vida a Cristo cuando tenía 32 años, y procedió a escribir muchos libros perspicaces e inspiradores sobre el cristianismo. Éstos incluyen algunos que se han convertido en clásicos cristianos, como El Problema del Dolor (1940), Cartas del Diablo a su Sobrino (1942), Las Crónicas de Narnia (1950-1956), y Mero Cristianismo (1952). En 1952, publicó un ensayo titulado, “Acerca de Vivir en una Era Atómica”. Aunque fue escrito hace 72 años, es muy relevante para la pandemia de coronavirus que estamos enfrentando hoy. A medida que lea el extracto a continuación, simplemente sustituya “bomba atómica” por “coronavirus”.

El Ensayo de C. S. Lewis

««En una forma pensamos demasiado sobre la bomba atómica. “¿Cómo vamos a vivir en una era atómica?” Estoy tentado a responder: “Pues, como habrías vivido en el siglo dieciséis cuando la plaga visitó a Londres casi cada año. O como vivirías en la era de los vikingos, cuando asaltantes de Escandinavia podrían aparecer y degollarte cualquier noche; o de hecho como ya estás viviendo en la era del cáncer, la era de la sífilis, la era de la parálisis, la era de los ataques aéreos y la era de los accidentes automovilísticos”.


En otras palabras, no comencemos exagerando la novedad de nuestra situación. Créame, querido señor o señora, usted y todos sus seres queridos ya fueron condenados a muerte antes de que se inventara la bomba atómica: y un porcentaje bastante alto de nosotros íbamos a morir de manera desagradable. De hecho, teníamos una gran ventaja sobre nuestros antepasados: los anestésicos; y aún la tenemos. Es perfectamente ridículo seguir lloriqueando y dibujando caras largas porque los científicos han agregado una oportunidad más de muerte dolorosa y prematura a un mundo que ya estaba lleno de tales oportunidades y en el que la muerte en sí misma no era una posibilidad, sino una certeza.

Este es el primer punto que debemos tener en mente. Y la primera acción que debemos tomar es recobrar la calma. Si todos vamos a ser destruidos por una bomba atómica, permitamos que esa bomba nos encuentre haciendo cosas sensibles y humanas  —orando, trabajando, enseñando, leyendo, escuchando música, bañando a los niños, jugando tenis, conversando con amigos a la luz de una pinta y un juego de dardos— no amontonándose como ovejas aterrorizadas y pensando en bombas. Ellas pueden destruir nuestros cuerpos (hasta un microbio puede hacer eso) pero no tiene porqué dominar nuestra mente»».

Reflexiones Concluyentes

La Biblia dice que una de las razones por las que Jesús vino a esta tierra fue para liberar a las personas de su esclavitud de toda la vida al temor de la muerte (Hebreos 2:15). Aquellos de nosotros que hemos puesto nuestra fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador debemos vivir y caminar en esa libertad.

Debemos vivir con confianza y no con miedo, porque tenemos esperanza — la promesa de vivir para siempre en cuerpos nuevos y glorificados en una Nueva Jerusalén, en una tierra nueva (Apocalipsis 21:1-7).

Entonces, mientras la gente llena de pánico se pelea entre sí en las tiendas para comprar papel higiénico y Spam (carne enlatada, nota del traductor), debemos ser sal y luz, al exhibir paz y calma en medio del caos. Hacerlo puede motivar a la gente a preguntar por qué nos estamos comportando con tanta calma, lo que nos dará la oportunidad de compartir el Evangelio. Otra reflexión: si cree que el pánico actual es malo, no es nada comparado con lo que será el pánico masivo después del Rapto de la Iglesia.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Dealing with the Coronavirus Crisis

martes, 17 de marzo de 2020

¿Fue Predicho el Coronavirus en la Biblia?

Por Tim Moore



El mundo está lidiando actualmente con una amenaza que ha sido discutida y temida durante mucho tiempo — el brote de una enfermedad que tiene el potencial de convertirse en una pandemia global.

Epidemias generalizadas han ocurrido a lo largo de la historia humana. El Antiguo Testamento registró un brote de enfermedad como una de las diez plagas que azotaron Egipto — tanto en el ganado como en las personas (Génesis 9). Los filisteos experimentaron una erupción de llagas repugnantes, cuando capturaron el Arca del Pacto de Israel (1 Samuel 5-6). E Israel mismo fue infligido como castigo por el censo pecaminoso del Rey David (2 Samuel 24). Sólo cuando ofreció un sacrificio fue que el Señor cedió.

En la Edad Media, un brote de la peste en Europa condujo a la persecución generalizada de los judíos, quienes fueron culpados de la epidemia porque parecían misteriosamente inmunes a los estragos de la enfermedad. A los gentiles antisemitas no se les ocurrió que las leyes judías sobre la dieta y la higiene ayudaron a aislarlos de parte de la propagación del contagio.

En años más recientes, el mundo occidental experimentó un brote devastador de Gripe Española durante la Primera Guerra Mundial, que ocasionó 40 millones de muertes. El elevado número de muertes se debió al hecho de que las personas que contrajeron la gripe eran altamente susceptibles a la neumonía — casi una década antes del descubrimiento de la penicilina en 1928. Irónicamente, lo que ahora se denomina gripe H1N1, fue especialmente letal para hombres jóvenes sanos y mujeres embarazadas. Casi la mitad de las muertes en EE.UU. fueron jóvenes adultos de 20 a 40 años.

A medida que los científicos médicos han llegado a comprender la naturaleza de las enfermedades virales y bacterianas, han logrado avances increíbles en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas. Las vacunas y los tratamientos son capaces de mitigar la mayor parte de la amenaza para las sociedades modernas.

Pero, tanto los doctores como los científicos y los líderes gubernamentales, se han dado cuenta de que las nuevas cepas podrían eludir a nuestras vacunas y ser fácilmente transmisibles de persona a persona. Dada nuestra economía global, y la facilidad y frecuencia de los viajes internacionales, el potencial de un brote explosivo de una enfermedad mortal está bien documentado.

Una Amenaza Renovada

A finales de 2019, un nuevo tipo de virus, oficialmente conocido como Covid-19, surgió en la provincia china de Wuhan. Los medios han dedicado mucha atención a especular sobre la naturaleza de su origen, pero es probable que un virus animal mutara en una forma que podría transmitirse y amenazar a los humanos. Una vez que esa nueva cepa comenzó a infectar a la población local, sólo era cuestión de tiempo antes de que se extendiera por toda China y el mundo.

Para fines de febrero de 2020, los expertos médicos están advirtiendo de que este brote de Coronavirus podría convertirse en la pandemia global que se ha temido durante muchos años. Uno incluso advirtió que podría “cambiar la vida diaria tal como la conocemos”. Los mercados económicos ya han experimentado caídas significativas a medida que el flujo de bienes se ha visto obstaculizado, y es probable que se produzca más agitación. Varios países han restringido severamente la inmigración y pueden estar inclinados a ser aún más draconianos si la amenaza crece exponencialmente, como algunos proyectan. 

Importancia para la Profecía Bíblica

¿Cuál es la importancia de este acontecimiento para la profecía bíblica? ¿Por qué es digno de comentarse? Porque la Biblia enseña que la maldición por la que la Creación ha estado gimiendo desde la caída del hombre será aún más pronunciada antes del regreso de Jesús. Los desastres naturales ocurrirán con mayor severidad y frecuencia a medida que se acerque el Día del Señor.

Es posible que millones o miles de millones de personas encuentren interrumpida su vida diaria. Llegarán a reconocer la insignificancia de la mayoría de lo que clama por la atención del mundo. Muchas personas lidiarán con su propia mortalidad y lo que la Biblia describe como la precariedad de esta vida (Salmos 144:4; Santiago 4:14). Cuando lo hacen,  es nuestra gran esperanza que muchos se vuelvan a Jesucristo y lo abracen como Salvador y Señor.

Si estás leyendo esto porque estás esperando esta epidemia, por favor sepa que la Luz de la verdad de Dios está brillando incluso en este momento oscuro. Todas las señales de los tiempos que estamos presenciando fueron predichas por la profecía bíblica. La Palabra de Dios nos recuerda:
  • Reconocer que el Señor nos dijo que el mundo se deteriorará.
  • Darnos cuenta que el momento de Su regreso será perfecto en el flujo de la historia humana.
  • Recibir con alegría la oportunidad de testificar a nuestro Salvador y Señor, incluso en “un momento como éste”.

La Esperanza Cristiana

Los cristianos no somos pesimistas. No somos optimistas. Somos personas de esperanza, y no sólo la esperanza como una idea o un deseo inalcanzable como: “Espero obtener un poni para mi cumpleaños”. Nuestra esperanza se basa en nada menos que Jesucristo — nuestra viva y personal Esperanza Bienaventurada. 

En el Ministerio Cordero y León, nuestra misión es testificar con osadía de la Luz en medio de las tinieblas, al decirle a la gente que Jesucristo vendrá pronto.

El viejo adagio dice que es “más oscuro antes del amanecer”. De hecho, se oscurecerá antes de que el Señor declare una vez más, “¡Qué se haga la Luz!”, e irrumpa del Cielo en un radiante resplandor.

Al darse cuenta de que su tiempo en la tierra estaba llegando a su fin, el apóstol Pablo escribió:

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida (2 Timoteo 4:7-8).

Una Oportunidad para la Perspectiva Eterna

¿Amas la aparición de Cristo? ¿Esperas con ansias el Rapto (cuando los creyentes en Jesús son arrebatados al Cielo para estar con Jesús) y Su glorioso regreso? Si es así, reconocerás que este brote actual de miedo que desciende sobre el mundo es una oportunidad para proclamar a Jesucristo.

Si aún no conoces a Jesucristo como tu Salvador y Señor, no te demores otro día u hora. Deposita tu confianza en Jesucristo. Acepta Su oferta de perdón y Su promesa de vida eterna con Dios. Simplemente ora:

Señor Jesús, creo que naciste sin pecado y viviste una vida perfecta; que sufriste y moriste por mis pecados; que fuiste sepultado y resucitado a la vida; y que ascendiste al Cielo para prepara un lugar para los que depositan su confianza en ti. Confieso mi pecaminosidad contra ti y te pido que me perdones y me atraigas hacia ti. Te doy la bienvenida a mi vida y te pido que cambies mi corazón. Me comprometo a seguirte en obediencia y esperar con ansias Tu glorioso regreso. Amén.

Si has creído en el Señor Jesucristo, tu salvación es segura. Te convertirás en un dador de frutos para el Señor. Luego, cuando llegue la tormenta, el hambre, o la guerra o la pestilencia, tu canción puede ser:

Cuando Él venga con el sonido de la trompeta, ¡Oh, que sea yo hallado en Él!
Vestido con su justicia sola, impecable para estar delante del trono.
Estribillo:
En Cristo, la Roca sólida, estoy de pie,
Todo otro suelo es arena que se hunde, yodo otro suelo es arena que se hunde.

“Amén. Ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20).




Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
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