miércoles, 4 de noviembre de 2020

Revista Llamada de Medianoche – Noviembre 2020

 El Significado Profético del Candelero en el Tabernáculo 

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Temas incluidos en esta edición:

»» El Tercer Templo y el Instituto del Templo
»» Israel y las Naciones Unidas
»» Israel: un pueblo muy especial
»» El profeta Jonás y el coronavirus 
»» El significado de la carta a los Gálatas

Entre otros.

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La Tormenta Perfecta (parte 4 de 4)

Nuestra Sociedad en Caos

Por Dr. David R. Reagan

 

La Naturaleza de Nuestro Gobierno Constitucional

Pero volvamos a la “tormenta perfecta” de la violencia sin sentido que vemos a nuestro alrededor. Me recuerda el hecho de que nuestros Padres Fundadores intencionalmente no crearon una democracia porque creían que la democracia pura resultaría en un gobierno mafioso. Esa creencia se basaba en la Palabra de Dios y su enseñanza sobre la naturaleza caída del hombre y su corazón corrupto (Jeremías 17:9; Mateo 15:18-19).

En cambio, crearon una forma representativa de gobierno con controles y equilibrios. Era una en la que los únicos funcionarios elegidos a nivel nacional eran los miembros de la Cámara de Representantes del Congreso. Los senadores eran seleccionados por las legislaturas estatales, y el presidente por un Colegio Electoral.

La 17ª Enmienda, ratificada en 1913, preveía la elección directa de los senadores. Y ahora, las fuerzas “progresivas” del mal en nuestra nación están determinadas a abolir el Colegio Electoral. El resultado será el gobierno de la mafia y la desaparición de nuestro sistema representativo de gobierno.

Nuestros Padres Fundadores enfatizaron una y otra vez que, nuestra forma constitucional de gobierno podría prevalecer sólo si había un fundamento de religión y moralidad. Considere las siguientes declaraciones:

Samuel Adams (1722-1803) — Gobernador de Massachusetts, firmante de la Declaración de Independencia, y organizador del Motín del Té (Boston Tea Party):

Una disolución general de principios y modales muy seguramente derrocará las libertades de Estados Unidos que toda la fuerza del enemigo común. Mientras que las personas sean virtuosas, no pueden ser sometidas; pero cuando pierden su virtud, estarán dispuestas a entregar sus libertades al primer invasor externo o interno. 

Añadió además:

La religión y las buenas costumbres son los únicos fundamentos sólidos de la libertad pública y la felicidad.

Benjamín Rush (1745-1813) — Firmante de la Declaración de Independencia, asistente al Congreso Continental, médico y primer Cirujano General: 

El único fundamento para…una república debe establecerse en la Religión. Sin ésta, no puede haber virtud, y sin virtud no puede haber libertad, y la libertad es el objeto y la vida de todos los gobiernos republicanos. 

Patrick Henry (1736-1799) Primer gobernador de Virginia y miembro del Congreso Continental: 

Los grandes pilares de todo gobierno y de la vida social [son] la virtud, la moralidad, y la religión. Ésta es la armadura, y sólo esto, lo que nos hace invencibles. 

John Adams (1735-1826) Miembro del Congreso Continental, uno de los redactores de la Declaración de Independencia, y segundo presidente de los Estados Unidos:

No tenemos un gobierno armado en el poder capaz de lidiar con las pasiones humanas desenfrenadas por la moral y la religión…Nuestra Constitución fue hecha sólo para un pueblo moral y religioso. Es totalmente inadecuado para el gobierno de cualquier otro [énfasis añadido].

Thomas Jefferson (1743-1826) Gobernador de Virginia, primer secretario de estado, autor principal de la Declaración de Independencia, y tercer presidente de los Estados Unidos: 

Ninguna nación ha existido ni ha sido gobernada sin la religión. Ni tampoco puede. La religión cristiana es la mejor religión que se le haya dado al hombre, y yo, como magistrado principal de esta nación, estoy obligado a darle la sanción de mi ejemplo. 

James Madison (1751-1836) — Filósofo político, considerado el “Padre de la Constitución”, y el “Padre de la Declaración de Derechos”, miembro de la Cámara de Representantes, y cuarto presidente de los Estados Unidos:

Hemos apostado todo el futuro de la civilización estadounidense, no al poder del gobierno, ni mucho menos. Hemos apostado el futuro de todas nuestras instituciones políticas a la capacidad de la humanidad para el autogobierno; a la capacidad de todos y cada uno de nosotros para gobernarnos a nosotros mismos, para controlarnos a nosotros mismos, para sostenernos de acuerdo con los Diez Mandamientos de Dios.

Lo que estos hombres están diciendo es que la forma de gobierno creada por nuestra Constitución depende, para su éxito, en un fundamento de religión y moralidad. Sin este fundamento, tendremos un gobierno mafioso que conducirá a la ley marcial y, en última instancia, a una dictadura. 

La Destrucción del Fundamento de Nuestra Nación

Este fundamento necesario para nuestra Constitución ha sido erosionado más allá del reconocimiento. Nosotros, como nación, hemos rechazado a Dios en la arena pública, y nuestras iglesias han pervertido el cristianismo más allá del reconocimiento. 

La gran mayoría de nuestros hijos hoy están siendo criados en hogares donde Dios es ignorado o negado. Aquellos que están asistiendo a la iglesia están escuchando un falso evangelio diluido de psicología popular, sin ninguna enseñanza sobre los fundamentos de la Fe. Además, en las escuelas públicas, están siendo alimentados con la mentira de la evolución, que les enseña que son sólo animales evolucionados de los monos. ¿Es de extrañar que ahora estén en nuestras calles actuando como bestias?

Como he dicho muchas veces antes, estamos criando a toda una generación de pigmeos morales que están dispuestos a matarse unos a otros por unos tenis caros. 

Y la respuesta no es la elección de más Republicanos, como muchos evangélicos creen. Primero que nada, no es probable que esto suceda. Nuestra nación se ha deteriorado hasta el punto de que sólo el 23% asiste a la iglesia todos los domingos, y sólo el 9% tiene una cosmovisión bíblica. La mayoría de los cristianos profesantes en Estados Unidos hoy en día son personas carnales que profesan ser cristianos, pero que no tienen una relación personal con Jesús. 

E incluso si pudiéramos elegir más Republicanos, tenemos que tener en cuenta que son tan débiles y corrompibles como los Demócratas. Ésa es la razón por la que tanto nuestros gobiernos nacionales como estatales tienen tantos RHINOs en posiciones de poder — siendo un RHINO un Republicano sólo de nombre. El presidente Trump descubrió esta verdad muy rápidamente cuando trató de “drenar el pantano” en Washington. Muchos Republicanos eran parte de ese pantano. 

Me acuerdo de mi colega y sucesor designado, el Coronel Tim Moore. Sirvió en la Cámara de Representantes de Kentucky durante 13 años, antes de renunciar en preparación para asumir el liderazgo de este ministerio. La primera vez que se postuló para un cargo, se postuló en una plataforma pro-vida muy fuerte. Rápidamente se convirtió en el líder de las fuerzas pro-vida en la Cámara de Kentucky. Cuando se produjo la primera votación de un proyecto de ley a favor del aborto, promovido por el Gobernador Demócrata, uno de los miembros de la coalición pro-vida de Tim — un hombre que se había postulado para un cargo oponiéndose al aborto — ¡votó a favor del proyecto de ley del Gobernador!

Cuando Tim lo confrontó y le preguntó por qué le había dado su voto al Gobernador, dijo: “El Gobernador me dijo que si votaba a favor de su proyecto de ley, se encargaría de que yo obtuviera una oficina con una ventana”. Así que cambió una ventana por la vida de los bebés. 

El ejemplo clásico de confianza fuera de lugar en la política es el registro de los jueces de la Corte Suprema. Una y otra vez, los presidentes conservadores han nombrado jueces conservadores, sólo para verlos migrar hacia la izquierda con el tiempo, y dar sus votos para defender cosas abominables como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el transgenderismo. Nuestro actual presidente de la Corte Suprema, John Roberts, fue nombrado miembro de la Corte Suprema por el Presidente George W. Bush, porque afirmaba ser un fuerte conservador y constitucionalista. Ahora, está votando con los liberales. 

Participación Cristiana en la Política

¿Significa esto que aquellos de nosotros que somos creyentes bíblicos y partidarios de nuestra Constitución, debemos retirarnos de la política? ¡No! Pero sí significa que no debemos buscar soluciones políticas a los problemas de nuestra nación, cuando nuestros problemas están arraigados en el rechazo de Dios y Su Palabra. 

No tengo idea de lo que nos espera en las próximas elecciones. ¿Orquestará Dios, en Su misericordia, la reelección de Trump, y permitirá que nuestra actual ventana de gracia se extienda? O, ¿se encargará de que tanto Trump como nuestra nación obtengan lo que se merecen? 

Cualquiera que sea el resultado de las elecciones, conozco con certeza el destino final de nuestra nación — y no porque Dios me haya dado alguna revelación sobrenatural. Conozco nuestro destino porque la Palabra de Dios revela que, cuando una nación que Dios ha bendecido decide darle la espalda a la fuente de sus bendiciones, Dios derramará Su ira, y la nación será destruida. 

Ahí es precisamente hacia donde nos dirigimos.  

¿Hay Esperanza para Nuestra Nación?

¿Tenemos alguna esperanza? No como nación. Hemos pasado el punto de no retorno. El porcentaje de estadounidenses que profesan ser cristianos se ha desplomado del 85% en 1990 al 65% en la actualidad, y probablemente más de la mitad de éstos son “cristianos culturales”, que nunca han nacido de nuevo. Sólo el 9% de los estadounidenses tienen una cosmovisión bíblica, según el Pew Research Center. Y sólo 17% de los que profesan ser cristianos pueden clasificarse como “creyentes bíblicos”. 

Tenga en cuenta, también, que a pesar de ser el presidente más antibíblico en la historia estadounidense, Obama dejó el cargo con un índice de aprobación del 60%. Y su heredera designada, Hillary Clinton, recibió tres millones de votos más que Trump. Lo más importante es que aquellos que tienen 20 años — los millennials que son el futuro de nuestra nación — favorecieron a un socialista en 2016, y cuando no obtuvo la nominación, votaron abrumadoramente por Hillary. Repitieron esa conducta de nuevo este año, cuando favorecieron a Berny Sanders para la nominación Demócrata. Nuestros millennials son la generación más secular en nuestra historia. Pocos van a la iglesia, y están enamorados del socialismo.

No, no creo que haya esperanza para nuestra nación. Pero hay una esperanza increíble para los individuos que ponen su fe en Jesús como su Señor y Salvador. Tienen la esperanza de la morada del Espíritu Santo, la esperanza del Rapto, la esperanza de Cuerpos Glorificados, la esperanza de reinar con Jesús durante Su Reinado Milenial sobre toda la Tierra, y la esperanza de la vida eterna con Dios en una Nueva Jerusalén en una Tierra Nueva.

¡Maranata!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:

Lea también: 

Avivamiento vs. Revolución: ¿Cuál será? (pdf)

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lunes, 2 de noviembre de 2020

La Tormenta Perfecta (parte 3 de 4)

Nuestra Sociedad en Caos

Por Dr. David R. Reagan

 

La Personalidad del Presidente Trump

Otro factor que ha contribuido a nuestra actual “tormenta perfecta” es uno que la mayoría de los conservadores no quieren reconocer. Es el ego monumental del presidente Trump. Una vez más, he advertido repetidamente que, las políticas del presidente Trump están de acuerdo con los principios judeocristianos y deben aplaudidas y apoyadas, su constante alarde de su riqueza, su sabiduría y su grandeza, constituyen un peligro para sí mismo y para la nación, porque Dios aborrece el orgullo. Considere las siguientes escrituras:

Proverbios 16:5 — “Abominación es al SEÑOR todo altivo de corazón; de ninguna manera quedará impune”. 

Jeremías 9:23 — “Así ha dicho Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas”.

Isaías 2:12 — “Porque el día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo lo arrogante, y será abatido”.

Proverbios 16:18 — “Antes del quebranto está la soberbia, y antes de la caída, la altivez de espíritu”.

Proverbios 26:12 — “¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se puede esperar de un necio que de gente así”.

Mateo 23:12 — “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

Santiago 4:6 — “…Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

Éstas son advertencias asombrosas y aleccionadoras. Una vez más, Dios aborrece el orgullo. No podemos esperar que bendiga a una persona orgullosa. Recuerde al rey Nabucodonosor. Mientras se felicitaba por su grandeza, fue reducido a la locura. 

Un segundo problema personal que caracteriza al presidente Trump, y que es responsable de gran parte del odio y división en nuestra nación hoy, son sus respuestas juveniles a sus críticos. En lugar de lidiar con sus críticas, los ataca personalmente en tuits que a menudo son toscos, groseros, e incluso vulgares.

Una de las voces proféticas de Dios en la actualidad es Albert Mohler, Jr., el Presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, en Louisville, Kentucky. Recientemente habló sobre el problema de la personalidad del presidente Trump. En junio, en una entrevista con la revista The New Yorker, Mohler llamó a Trump “una enorme vergüenza” para los evangélicos debido a su “mal comportamiento” y las “deficiencias evidentes en su carácter público y privado”. Sin embargo, Mohler dijo que iba a votar por el Presidente, porque “la alternativa es impensable”. 

Imagen que muestra a Albert Mohler junto a la portada de su libro: "La Tormenta que se Avecina: Secularismo, Cultura e Iglesia.

Una cosa favorable sobre Trump, además de sus valores conservadores, es que ha cumplido su palabra concerniente a las promesas políticas que hizo en 2016. De hecho, creo que sería muy difícil encontrar un Presidente que haya sido tan fiel a sus promesas. Nos hemos acostumbrado tanto a que los políticos nos mientan sobre lo que harán si son elegidos, que es particularmente reconfortante encontrar a uno que realmente haga lo que dice. 

En la cuarta y última parte de esta mirada a la “tormenta perfecta” que se cierne sobre Estados Unidos, examinaremos cómo la destrucción está llegando a nuestros cimientos. 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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Avivamiento vs. Revolución: ¿Cuál será? (pdf)

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viernes, 30 de octubre de 2020

La Tormenta Perfecta (parte 2 de 4)

Nuestra Sociedad en Caos

Por Dr. David R. Reagan


La Gracia de Dios hacia Estados Unidos

Cuando el Presidente Trump se estaba postulando para las elecciones en 2016, con el lema de “Hacer que Estados Unidos Vuelva  a ser Grande”, advertí repetidamente que nadie podría hacer grande a nuestra nación de nuevo, mientras estemos burlándonos de Dios. Señalé específicamente varias cosas en particular:

  • La repugnante apostasía en la Iglesia.
  • Nuestra legalización de la matanza de bebés en el vientre de su madre.
  • Nuestra legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
  • Estamos inundando el mundo con películas y programas de televisión violentos, inmorales, y blasfemos.
  • Nuestra abrumadora adicción a las drogas.
  • Nuestra determinación de expulsar a Dios de todos los aspectos de la vida pública.
  • Nuestro liderazgo mundial en la producción de pornografía.

Dios orquestó la elección de Trump y nos dio una ventana de gracia. Dios permitió que Trump lanzara un “milagro económico”, pero creo que lo permitió para dramatizar Su destrucción de la noche a la mañana.

Dios quería que seamos plenamente conscientes de que estamos experimentando Su ira. El problema es que la mayoría de los estadounidenses se han vuelto tan seculares que ya no pueden percibir lo espiritual. Por lo tanto, desestiman la ira de Dios como “mala suerte”.

Destrucción desde Adentro

Estamos cosechando lo que hemos sembrado (Gálatas 6:7). Como señalé en mi libro, Las Voces Proféticas de Dios para Estados Unidos, comenzamos a claudicar la herencia cristiana de nuestra nación al comienzo del siglo XX, cuando nuestras iglesias tradicionales comenzaron a tratar la Biblia como la búsqueda de Dios por parte del hombre, en lugar de la revelación de Dios al hombre. Estas iglesias abandonaron el verdadero Evangelio por el evangelio social, y las iglesias comenzaron a morir. 

Esta apostasía comenzó al mismo tiempo que los humanistas comenzaron a organizarse e impulsar su agenda atea, llamando a la secularización de la sociedad. 

Muy rápidamente, el humanismo (fe en el hombre) se convirtió en nuestra religión. El materialismo (el amor al dinero) se convirtió en nuestro dios, y nuestro estilo de vida se convirtió en hedonismo (la búsqueda del placer). Esto fue en cumplimiento de la profecía. En términos generales, la Biblia dice que, en los tiempos del fin, la sociedad se volverá tan malvada como lo fue en los días de Noé (Mateo 24:37) — una época que se caracterizó por la inmoralidad y la violencia (Génesis 6:5; 11).

Específicamente, el apóstol Pablo profetizó que, en los tiempos del fin, los hombres amarían tres cosas — el yo, el dinero y el placer (2 Timoteo 3:1-5). Ahí es precisamente donde nos encontramos en Estados Unidos hoy. Pero Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7). Cuando esas tres cosas convergen en una “tormenta perfecta”, el resultado es siempre el nihilismo — que es una elegante palabra filosófica para la desesperación. Y así, encontramos a nuestra sociedad regodeándose en la desesperación, mientras la gente busca significado en todas las cosas equivocadas — como sexo, dinero, drogas, alcohol y la búsqueda del poder. 

Manifestantes en Washington, D.C., en junio de 2020.

Básicamente, lo que estamos presenciando hoy es que Dios nos está permitiendo destruirnos a nosotros mismos. Los teólogos lo llaman “ira de abandono”. Se describe en detalle en el capítulo uno de Romanos. Ese capítulo dice que, cuando una nación se llega a caracterizar por la impiedad, la injusticia y la supresión de la verdad — y cuando comienza a adorar a la creación en lugar del Creador — Dios dará un paso atrás, bajará Su cobertura de protección alrededor de la nación, y permitirá que el mal se multiplique.

Cuando esto sucede, Romanos 1 dice que la primera manifestación será una revolución sexual (versículo 24). Si no hay arrepentimiento, entonces Dios dará un paso atrás por segunda vez y bajará más la cobertura, lo que producirá una plaga de homosexualidad (versículos 26-27). Si la rebelión persiste, Dios bajará la cobertura por tercera y última vez, entregando a la nación a una mente depravada (versículos 28-32). Ahí es donde estamos. 

Evidencia de la Depravación

Por lo tanto, no debería sorprendernos que la gente esté demandando un gobierno socialista que los cuide desde la cuna hasta la tumba. Tampoco debería resultar increíble que la gente esté en las calles exigiendo que se retiren las estatuas de algunas de nuestras mayores figuras históricas. Tampoco deberíamos sorprendernos por los siguientes objetivos de los “progresistas”:

  • Anular todas las órdenes ejecutivas de Trump que hacen cumplir los principios judeocristianos.
  • Ampliar la legislación sobre delitos de odio para incluir discursos contra el aborto, la homosexualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el transgenderismo.
  • Promover el Movimiento de la Perversión Sexual para incluir la protección legal de la poligamia, el poliamor, la prostitución, y otras conductas sexuales desviadas.
  • Desfinanciar nuestros departamentos de policía. 
  • Destazar la Segunda Enmienda al restringir drásticamente el derecho de los estadounidenses a poseer armas.
  • Imponer impuestos a las iglesias y ministerios que se niegan a respaldar la revolución sexual.
  • Imponer impuestos draconianos a los estadounidenses de clase media, para proporcionar reparaciones a los negros y homosexuales. 
  • Socializar los aspectos más importantes de la economía estadounidense para lograr una “redistribución de la riqueza”. 
  • Llenar nuestra Corte Suprema con jueces que tienen un desprecio absoluto por nuestra Constitución.
  • Intentar reformar la Constitución para eliminar el Colegio Electoral.
  • Aislar y poner en peligro a Israel, dando el máximo apoyo a sus enemigos.
  • Maximizar nuestro apoyo a las Naciones Unidas y otras organizaciones mundiales con el fin de llevarnos hacia el establecimiento de Un Gobierno Mundial.

En la tercera parte de esta mirada a la “tormenta perfecta”, que se cierne sobre Estados Unidos, examinaremos cómo la destrucción viene desde el gobierno. 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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Lea también: 

Avivamiento vs. Revolución: ¿Cuál será? (pdf)

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jueves, 29 de octubre de 2020

La Tormenta Perfecta (parte 1 de 4)

Nuestra Sociedad en Caos

Por Dr. David R. Reagan


La primera vez que recuerdo haber escuchado el término, “tormenta perfecta”, fue en 1991, cuando los meteorólogos le dieron ese nombre a una tormenta muy fuerte frente a las costas de Nueva Escocia. La tormenta fue producida por un frente frío del noroeste que convergió con un ciclón que descendía desde el noreste. La tormenta se dirigió al sur, hacia Nueva Inglaterra, donde convergió con el Huracán Grace. Esta convergencia de un frente frío, un ciclón y un huracán produjo la “tormenta perfecta”. 

La tormenta recibió mucha publicidad porque produjo olas de hasta 30 pies de altura, que inundaron la casa de vacaciones del Presidente George H. W. Bush, en Kennebuckport, Maine, causando daños importantes. Recibió aún más atención cuando viró de regreso hacia su punto de partida frente a la costa de Nueva Escocia, donde produjo olas de hasta 100 pies. Fue en esta zona que el barco pesquero, Andrea Gail, se hundió, matando a sus seis tripulantes. Esta tragedia inspiró el libro, y la película posterior, La Tormenta Perfecta (2000).

Nuestra Tormenta Social

Hoy, aquí en los Estados Unidos estamos experimentado otra “tormenta perfecta” de un tipo diferente que es mucho más peligrosa. Es una tormenta que nos golpeó repentina y abrumadoramente. Primero, vino la pandemia de coronavirus que produjo un desplome bursátil de 8,000 puntos. Luego, vino un cierre de la economía, seguido de disturbios y saqueos generalizados en las calles. Millones se han quedado sin trabajo, miles de empresas se están declarando en quiebra, y millones de personas están incumpliendo con sus pagos de alquiler e hipoteca.

En un momento, nuestra nación estaba sentada en la cima del mundo disfrutando de uno de los mayores resurgimientos económicos de la historia. Luego, en lo que pareció un aviso de un momento, nos sumergimos en el caos económico, social y político. 

Una vez fui testigo de un colapso social similar de la noche a la mañana en Rusia, en 1992. Cuando llegué a Moscú, apenas podía creer lo que veía. La nación estaba sumida en un caos absoluto. Sólo unos meses antes, ésta había sido la nación más poderosa del planeta Tierra, con más armas nucleares que cualquier otro país. 

"Desunión Soviética", portada de la revista Time del 12 de marzo de 1990.

Encontré todas las tiendas en Moscú vacías — y quiero decir completamente vacías de comida y ropa. Miles de personas estaban de pie en las aceras con mesas plegables llenas de artículos para intercambiar. La gente intercambiaba productos alimenticios como leche y papas por jeans, camisas y ropa interior. En el hotel de primera clase donde me hospedaba, la única comida que tenían para servir eran papas, y una Coca Cola tenía que ser compartida con otras tres personas. 

Al ver este espectáculo desgarrador, el Señor habló a mi corazón y me dijo que regresara a Estados Unidos y compartiera la devastación que Él puede derramar en un instante, sin importar cuán poderosa sea la nación — tal como lo hizo con Babilonia en los tiempos del Antiguo Testamento.

Me dijo que enfatizara que Su juicio sobre nuestra nación sería mucho peor. Después de todo, el pueblo ruso había estado bajo una dictadura totalitaria durante 70 años, durante los cuales los cristianos habían sido severamente perseguidos y la distribución de Biblias había sido prohibida. 

Por el contrario, durante ese mismo período de tiempo, Dios había derramado abundantes bendiciones sobre nuestra nación. Además, tenemos iglesias en cada esquina, un promedio de cinco Biblias en cada hogar, y tenemos el Evangelio siendo proclamado por radio y televisión.

En resumen, a diferencia del pueblo ruso, no tenemos excusa ante Dios por nuestra rebelión desenfrenada contra Él y Su Palabra. El versículo que el Señor puso en mi corazón para esta nación fue Lucas 12:48, que dice que a aquellos a quienes se les da mucho, mucho se espera de ellos. 

Burla Pública de las Advertencias Proféticas

He estado proclamando ese mensaje a lo largo y ancho desde entonces — en libros, artículos de revistas, sermones, programas de televisión y producciones de video. Y descubrí desde el principio que la gente no quería escuchar el mensaje.

Eso no es nada nuevo. Las voces proféticas que Dios envió a las naciones a lo largo de los tiempos del Antiguo Testamento fueron tratadas de la misma manera. La gente se mofaba de ellas, se burlaban y las abucheaban, las acosaban, e incluso intentaban matarlas.  

Cuando Jeremías comenzó a advertir al pueblo de Judá del inminente juicio de Dios, no se arrepintieron. En cambio, se rieron de él y respondieron exclamando: “¡Templo del SEÑOR, templo del SEÑOR! ¡Este es el templo del SEÑOR!” (Jeremías 7:4, RVA-2015). Lo que querían decir, por supuesto, era que no creían que Dios alguna vez permitiría que alguien destruyera el templo. Después de todo, la Gloria Shejiná de Dios residía en el templo. 

Del mismo modo, he descubierto que los estadounidenses tienden a responder de la misma manera a las advertencias de la ira inminente de Dios sobre esta nación. “¡Nunca a Estados Unidos!”, cantan. ¡Estoy convencido de que muchos creen que Dios está sentado en Su trono envuelto en una bandera estadounidense!

Agitador en Mineápolis, 17 de abril de 2020 (Associated Press, foto de Julio Cortez).

Cómo Trata Dios con las Naciones Rebeldes

La Biblia claramente revela un patrón definido de cómo Dios trata con una nación que ha bendecido, cuando ésta comienza a volverse contra Él. Primero, envía voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. En nuestro caso, Dios comenzó a hacer eso a mediados de la década de 1970, cuando levantó voces como David Wilkerson, Francis Schaeffer, Aleksandr Solzhenitsyn and Donald Wildmon. Desde ese momento, el Señor ha demostrado gran paciencia con nosotros, al continuar enviándonos advertencias proféticas, a pesar de nuestra negativa a arrepentirnos.

Cuando nos encaprichamos y resistimos obstinadamente los llamados al arrepentimiento, el Señor comenzó a bombardearnos con juicios correctivos para llamar nuestra atención — juicios como los ataques del 11/9 (2001), el Huracán Katrina (2005), la Caída de la Bolsa de Valores de 2008, y la elección de Barack Obama en 2008. Y ahora, la “tormenta perfecta”.

En la segunda parte de esta mirada a la “tormenta perfecta”, que se cierne sobre Estados Unidos, examinaremos cómo la destrucción viene desde adentro. 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:

Lea también: 

Avivamiento vs. Revolución: ¿Cuál será?

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

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