martes, 20 de octubre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Índice



Tabla de Contenidos

Introducción

Parte 1: Vocabulario Profético

Parte 2: Cómo se Desarrollaron las Diversos Puntos de Vista

Parte 3: Expectativas Premileniales

Parte 4: Falacias Amileniales y Postmileniales

Parte 5: Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Cómo, Por qué

Parte 6: Aplicación

Referencias 

Acerca del Autor

Documento completo en pdf


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miércoles, 14 de octubre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 8

Los Judíos en la Profecía

¿Han sido desechados?



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Pocos estudios bíblicos son tan emocionantes como un examen de los judíos en la profecía, ya que los judíos son uno de los puntos focales clave de la profecía bíblica. 

De hecho, si es antisemita, odiará la profecía bíblica. Eso es porque la Palabra Profética de Dios deja en claro que Él tiene un amor profundo y perdurable por el pueblo judío. 

Las Escrituras revelan a los judíos como “la niña de los ojos de Dios” (Zacarías 2:8). Su tierra es descrita como “santa” (Zacarías 2:12). Su ciudad de Jerusalén se denomina el “centro de las naciones” (Ezequiel 5:5). Se les describe como la esposa descarriada de Dios (vea Ezequiel 16 y el libro de Oseas). Y la Biblia deja en claro que serán objeto, tanto de la ira de Dios (Jeremías 30:7), como de Su gracia (Zacarías 13:1) en los tiempos del fin. 

El panorama de la profecía que se relaciona con los judíos es impresionante. Se aplica al pasado, al presente y al futuro. Demuestra el amor y la gracia de Dios como nada más lo hace, excepto la Cruz misma. Pablo estaba tan abrumado por la paciente determinación de Dios de llevar a un remanente de los judíos, que exclamó en éxtasis: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”. 

Echemos un vistazo a las increíbles profecías que conciernen al pueblo judío, y comencemos con las profecías que ya se han cumplido.

Profecías Cumplidas 

1) Dispersión — A los judíos se les advirtió repetidamente que serían dispersados por todo el mundo si no eran fieles a su pacto con Dios. Considere las palabras de Moisés: “Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo…” (Deuteronomio 28:64; Levítico 26:33).

2) Persecución — El Señor también les advirtió a los judíos que serían perseguidos dondequiera que fueran. De nuevo, las palabras de Moisés son gráficas a este respecto: “Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma” (Deuteronomio 28:65).

3) Desolación — Dios prometió que, después de su dispersión, su tierra se volvería “desolada” y sus ciudades se convertirían en “ruinas” (Levítico 26:33). Moisés lo expresó de manera más gráfica cuando dijo: “y el extranjero que vendrá de lejanas tierras… dirá azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna” (Deuteronomio 29:22-33).

4) Preservación — Pero Dios, en Su maravillosa gracia, prometió que preservaría a los judíos como un pueblo separado durante sus andanzas mundiales (Isaías 66:22; Jeremías 30:11; 31:35-37). Isaías lo expresa de una manera colorida. Dice que el Señor no podría olvidar a Israel más de lo que una madre podría olvidar a su hijo lactante (Isaías 49:15). Luego añade que Dios no puede olvidar a Israel porque los tiene inscritos en las palmas de Sus manos (Isaías 49:16).

Cumplimiento

Dios ha cumplido estas cuatro profecías durante los últimos 2,000 años. En el año 722 a.C., los asirios conquistaron la nación de Israel y dispersaron sus diez tribus por Eurasia. En el año 70 d.C., los romanos destruyeron la ciudad de Jerusalén y llevaron a la nación de Judá al cautiverio, desolaron la tierra y esparcieron sus dos tribus por toda la faz de la tierra. Y, como se profetizó, dondequiera que fueran los judíos, eran perseguidos, culminando con el Holocausto nazi de la Segunda Guerra Mundial.

Pero Dios también preservó a los judíos, y el cumplimiento de esta profecía ha sido uno de los milagros más notables de la historia. Ningún otro pueblo ha estado tan disperso y, sin embargo, ha sido capaz de conservar su identidad como nación. 

Profecías Actuales

Tenemos el privilegio de vivir en una época en la que Dios está cumpliendo muchas profecías a los judíos. Hace poco estaba hablando con un hombre sobre la Primera Venida de Jesús, y me dijo: “Dave, ¿no habría sido emocionante vivir en tiempos bíblicos?”. ¡Respondí señalando que estamos viviendo en tiempos bíblicos! Estamos siendo testigos del cumplimiento de las profecías del tiempo del fin a nuestro alrededor. 

¡Qué testimonio es éste del hecho de que Dios está vivo, que Dios está en Su trono y en control, y que Dios es fiel a Sus promesas! Echemos un vistazo a las profecías que se están cumpliendo hoy entre el pueblo judío. 

1) Reunión del Pueblo — Los profetas del Antiguo Testamento prometieron repetidamente que llegaría el día en que Dios reuniría a los judíos en incredulidad en la tierra de Israel (Isaías 11:10-12; Ezequiel 36:22-28). Esta notable reunión de los judíos desde los cuatro ángulos de la tierra ha ocurrido en nuestro tiempo. La Primera Guerra Mundial preparó la tierra para el pueblo, cuando el control de Palestina fue transferido de una nación que odiaba a los judíos (los turcos) a una nación que simpatizaba con su regreso (Gran Bretaña). El Holocausto de la Segunda Guerra Mundial preparó al pueblo para la tierra, al motivarlos a regresar. 

2) Restablecimiento del Estado — Los profetas declararon que, cuando el pueblo fuera reunido, la nación de Israel sería restablecida (Isaías 66:7-8; Zacarías 12:3-6). Esto ocurrió el 14 de mayo de 1948. Éste es el evento profético fundamental de nuestra época. Es un evento al que los eruditos proféticos han señalado durante los últimos 400 años, en medio de muchas burlas y menosprecio por parte de aquellos que no creían que Israel volvería a existir como nación. 

3) Recuperación de la Tierra — Dios prometió que, con el restablecimiento de la nación, la tierra florecería de nuevo (Isaías 35:1-7; Joel 2:21-26). Como dijo Ezequiel, la gente exclamaría algún día: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén” (Ezequiel 36:35). Y eso es exactamente lo que la gente dice hoy cuando visitan Israel, porque una vez más es una tierra de leche y miel. Más de 250 millones de árboles fueron plantados durante el siglo XX. Las precipitaciones durante ese siglo aumentaron un 450 por ciento. Los antiguos pantanos infestados de malaria se han convertido en tierras cultivadas. El agua del Mar de Galilea se ha canalizado a los desiertos, haciendo que florezcan. 

4) Renacimiento del Idioma — Cuando los judíos fueron esparcidos por todo el mundo en el primer siglo, dejaron de hablar el idioma hebreo. Los judíos que se establecieron en Europa desarrollaron un idioma llamado yiddish (una combinación de hebreo y alemán). Los judíos de la cuenca del Mediterráneo mezclaron el hebreo con el español para producir un idioma llamado ladino. El profeta Sofonías dio a entender que llegaría un momento en que el idioma hebreo reviviría (Sofonías 3:9). Lo ha hecho. Hoy los israelíes hablan hebreo bíblico. Es el único ejemplo en la historia de la resurrección de una lengua muerta. El hombre que Dios usó para revivir el idioma fue Eliezer Ben Yehuda (1858-1922).

5) Reocupación de Jerusalén — Jesús dijo que una de las señales más seguras de Su inminente regreso sería la reocupación de Jerusalén por los judíos (Lucas 21:24). Esto ocurrió durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967.

6) Resurgimiento de la Fuerza Militar — Zacarías profetizó que, cuando los judíos fueran restablecidos en la tierra, su fuerza militar sería abrumadora — como “antorcha ardiendo entre gavillas” — y que “consumirían” a todos los pueblos a su alrededor (Zacarías 12:6). ¿Es necesario decir algo sobre el cumplimiento de esta profecía?

7) Reenfoque de la Política Mundial — Israel siempre es descrito como el punto focal de la política mundial en los tiempos del fin (Zacarías 12:3; 14:1-9). Esto ha sido cierto desde el boicot del petróleo árabe en 1973. Occidente se dio cuenta de repente de su dependencia del petróleo árabe y comenzó a alinearse detrás de la obsesión árabe de aniquilar a Israel. 

Profecías Futuras

Al ser testigos de antiguas promesas al pueblo judío que se están cumpliendo ante nuestros ojos hoy, podemos estar seguros de que Dios un día cumplirá todas las profecías restantes concernientes al destino de Israel. 

1) Tribulación — Dios someterá al pueblo judío a un período de tribulación sin paralelo (Deuteronomio 4:30), durante el cual dos tercios de los judíos perecerán (Zacarías 13:8-9). El propósito será ablandar los corazones de un remanente para que acepten a Jesús como su Mesías. 

2) Salvación — Al final de la Tribulación, un remanente de los judíos “mirarán a mí, a quien traspasaron”, y se arrepentirán y lo aceptarán como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 11:1-6, 25-29). En ese día glorioso, la Biblia dice que “habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1).

3) Primacía — En la Segunda Venida de Jesús, Dios reunirá a todos los judíos creyentes en Israel, donde serán establecidos como la nación principal del mundo durante el Milenio (Deuteronomio 28:1,13; 2 Samuel 7:9; Isaías 60-62; Miqueas 4:1-7). Las bendiciones de Dios para el mundo fluirán una vez más a través del pueblo judío, y así, cuando un judío pase, diez gentiles tomarán su túnica y dirán: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

Una Doctrina Perniciosa

Estas profecías concernientes al Israel actual y su glorioso futuro dejan en claro que Dios no se ha desentendido del pueblo judío, como muchas denominaciones cristianas afirman hoy.

Una de las doctrinas más perniciosas que ha infestado a la Iglesia desde sus primeros días es una llamada Teología del Reemplazo. Sostiene que, cuando los judíos rechazaron a Jesús, Dios los hizo a un lado permanentemente y los reemplazó con la Iglesia. En el proceso, transfirió a la Iglesia todas las bendiciones que se le habían prometido a Israel. 

Esta doctrina contradice directamente las profecías del Antiguo Testamento concernientes al futuro de Israel. También viola la clara enseñanza de Pablo en el libro de Romanos. 

Por ejemplo, en Romanos 3:1-4, Pablo presenta una pregunta retórica, para una consideración reflexiva. Él pregunta: “¿Ha rechazado Dios a Su pueblo debido a su incredulidad?”. Durante casi dos mil años, la Iglesia ha respondido a esta pregunta, “¡Sí!”. Pero Pablo responde: “¡De ninguna manera!”.

Nuevamente, en el capítulo 11, Pablo pregunta: “¿Ha desechado Dios a Su pueblo?”. Y, una vez más, responde a su propia pregunta afirmando: “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Romanos 11:1-2). Luego procede a afirmar la promesa del Antiguo Testamento de que un gran remanente de los judíos será salvo en los tiempos del fin (Romanos 11:25-33; Romanos 9:27).

Durante 2,000 años, el pueblo judío ha sido condenado por la Iglesia como “asesinos de Cristo”. Necesitamos aclarar nuestras mentes y corazones en cuanto a quién fue el que realmente mató a Jesús. Se nos dice en Hechos 4:27, que dice: “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel”.

¿Quiénes dice este versículo que fueron los asesinos de Jesús? Enumera a los líderes judíos (Herodes), los romanos (Pilato), los gentiles, los judíos y alguien más que no se menciona — usted y yo. Todos nosotros tenemos la sangre de Jesús en nuestras manos, porque Él murió por todos nuestros pecados. 

El Amor Infinito de Dios

Dios hizo a un lado a los judíos y los puso bajo disciplina debido a su desobediencia, pero no los apartó de Su gracia. 

Él tiene la intención de llevar a Su esposa descarriada a casa: “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe…Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios…y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días” (Oseas 3:4-5).

La bondad y la misericordia de Dios en el cumplimiento de Sus promesas al pueblo judío deberían ser una fuente de aliento para todos los cristianos. Al observar a Dios cumplir las promesas que hizo al pueblo judío hace miles de años, podemos estar absolutamente seguros de que será fiel para cumplir todas las promesas que le ha hecho a la Iglesia. 

El pueblo judío es testigo de la asombrosa gracia de Dios. Y esa misma gracia está disponible para todos nosotros, seamos gentiles o judíos. 


Recurso recomendado:


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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lunes, 12 de octubre de 2020

Revista Llamada de Medianoche – Octubre 2020

 Racismo y la Biblia 

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Temas incluidos en esta edición:

»» Momento culminante sionista: 100 años de la Conferencia de San Remo
»» Implicaciones de una anexión posible
»» Israel: un pueblo muy especial
»» John MacArthur vs. California 
»» El racismo y la Biblia

Entre otros.

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miércoles, 7 de octubre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 7

La Profecía y la Salvación

¿Es esencial la creencia en el milenio?


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¿Cuál es la relación de la doctrina profética con la salvación? ¿Es posible ser salvo y, sin embargo, rechazar la enseñanza bíblica de que el Señor va a regresar para reinar sobre todo el mundo durante mil años?

Planteo este tema porque las diferencias en la doctrina profética han sido usadas por muchos grupos denominacionales para trazar líneas de comunión entre los cristianos. ¡Algunos incluso han llegado a hacer de la doctrina profética una condición de la salvación!

Una Experiencia Personal

Hablo desde una dolorosa experiencia personal con respecto a este punto. Crecí en una denominación que era amilenial en su punto de vista profético. Eso significa que rechazábamos por completo la idea de que Jesús alguna vez volverá a esta Tierra para reinar. 

Los líderes de nuestra iglesia sentían tan fuertemente acerca de este asunto, que lo convirtieron en una prueba de comunión y una condición de la salvación.  Cualquier persona entre nosotros, que desarrollara una visión premilenial (que Jesús volverá para reinar durante mil años), era etiquetada como “hereje” y, tarde o temprano (generalmente temprano), era expulsado de la comunión. Luego descartarían a esa persona como alguien que había “caído de la gracia”. 

No hace falta decir que, finalmente, me convertí en uno de esos hermanos que eran condenados y rechazados, debido a que mi estudio de la Palabra me llevó a adoptar una interpretación premilenialista de la profecía. 

El Problema

El problema fundamental aquí no tiene nada que ver con la profecía. El problema es el concepto erróneo de la salvación.

Aquellos que trazan líneas de comunión sobre asuntos como la interpretación profética, son personas que creen en la salvación por conocimiento perfeccionado; es decir, creen que la salvación depende de tener razón en cada doctrina.

Aún puedo recordar vívidamente una expresión clásica de esta actitud hace varios años, en una conferencia de profecía que ayudé a organizar. Tratamos de hacer arreglos para tener un orador que representara cada uno de los principales puntos de vista proféticos. 

A la persona que presentó el punto de vista amilenialista, un predicador de mi denominación de la infancia, se le preguntó después de su presentación si un premilenialista podía ser salvo o no. Su respuesta fue: “Yo no podría ser salvo si fuera un premilenialista, porque sé que está mal”. Quería levantarme y detener la discusión sobre la profecía y pasar el resto del día discutiendo el verdadero tema de la salvación. 

¿Somos salvamos por tener razón sobre la profecía? ¿Puedo realmente perder mi salvación si estoy equivocado acerca de mi creencia de que Jesús regresará para reinar sobre la tierra?

Si usted y yo podemos perdernos por equivocarnos sobre la profecía, entonces podemos perdernos por equivocarnos en cualquier cosa — como la frecuencia de la comunión o el papel de las mujeres en la Iglesia. Eso significa que realmente no tenemos esperanza de salvación, porque ninguno de nosotros tiene razón en todo. 

La Certeza de la Salvación

Y, sin embargo, la Biblia dice que podemos estar seguros de nuestra salvación. Considere estas palabras del apóstol Juan: 

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida” (1 Juan 3:14).

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).

“Sabemos que somos de Dios” (1 Juan 5:19).

Una y otra vez Juan dice que podemos saber que somos salvos. Pero, ¿cómo podemos tener tal seguridad si nuestra salvación depende de que tengamos razón en todo? La respuesta es que no podemos. Y es precisamente por eso que algunas iglesias conservadoras están llenas de almas que parecen seguras de todo, excepto de lo más importante de todo: ¡su salvación!

Puede saber con absoluta certeza que es salvo, porque Pablo dijo que es salvo por la gracia de Dios “como un regalo” (Romanos 3:24). También puede estar seguro de su salvación, porque si es salvo, entonces conoce a su Salvador, y sabe que es digno de confianza, y que lo decía en serio cuando dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).

Nuestra confianza también está asegurada por la gloriosa proclamación: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).

La Esencia de la Salvación

Esto significa que usted y yo podemos estar equivocados en muchas cosas, pero si tenemos razón en una cosa — Jesucristo — entonces podemos reclamar la promesa de la salvación eterna. También significa que, aunque toda verdad es importante, no toda es igualmente importante. 

En consecuencia, cualquiera que sea la verdad sobre cosas como la música instrumental, o la comunión o la profecía, estas verdades no son nada comparadas con la verdad de que Jesús es el Señor (1 Corintios 12:3). Por eso Pablo escribió: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). 

La esencia de la salvación no es la perfección doctrinal. Más bien, es una relación con una persona. Jesús lo expresó de esta manera: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

¿Significa esto que lo que cree acerca de la profecía es irrelevante? ¡De ningún modo! Sólo significa que no tiene nada que ver con su justificación  — es decir, con su posición judicial ante Dios. Somos justificados por nuestra fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador (Romanos 3:21-26). 

El Proceso de la Salvación

Gran parte del problema aquí se debe al hecho de que muchas iglesias nunca han distinguido entre justificación, santificación y glorificación. El resultado es que muchos cristianos ignoran el hecho de que la salvación es un proceso.

La justificación es el punto de partida. Ocurre cuando pone su fe en Jesús. 

El proceso de la salvación continúa con su santificación. Éste es un proceso de toda la vida de morir a sí mismo y vivir más y más para Cristo. 

El proceso se consuma en su glorificación, cuando es resucitado y recibe un cuerpo inmortal. Es entonces cuando estará cara a cara con el Señor y será plenamente conformado a Su imagen (Romanos 8:29-30).

La justificación da como resultado que nazca de nuevo espiritualmente. Cuando es justificado, se viste de la justicia de Cristo, y está sin culpa ante el tribunal de Dios, lavado en la sangre del Cordero (1 Corintios 1:30). Recibe el don del Espíritu Santo, que mora en usted, como garantía de su herencia eterna (Efesios 1:13-14), y comienza su caminar con el Señor. 

El Significado de la Santificación

Es cierto que es santificado cuando es justificado, porque es lavado de sus pecados y es apartado del mundo como posesión sagrada de Dios (1 Corintios 6:11; Hebreos 10:10). Pero el proceso de santificación continúa, mientras comienza a caminar con el Señor.

A través del proceso de santificación, Dios da forma a su alma (su voluntad, emociones y personalidad) a la imagen de Cristo. Esto ocurre a medida que aprende más y más acerca del Señor y Su Palabra, a través del estudio bíblico, la oración, la adoración y la comunión. Esto no significa que la santificación sea algo que se gane. Al igual que la justificación, la santificación es un regalo de la gracia de Dios, a través del poder de Su Santo Espíritu obrando dentro de usted. 

Pero, mientras que es justificado al responder a la verdad del Evangelio (la muerte, sepultura y resurrección de Jesús — 1 Corintios 15:1-4), es santificado al responder a las verdades de la doctrina cristiana. Esto significa que la calidad de su caminar con el Señor se verá sustancialmente afectada por lo que crea acerca de cosas tales como el Espíritu Santo, la Iglesia, el discipulado, la mayordomía, los milagros, la oración y la profecía. 

El Impacto de la Profecía

Para usar otro ejemplo personal: Antes de llegar a una comprensión premilenial de la profecía, tenía poco entusiasmo por el regreso de Jesús. Ciertamente no estaba atento a Su regreso, y sentía que el único impacto de Su regreso en la historia mundial sería ponerle fin.

Ahora tengo una perspectiva completamente nueva, que me ha acercado al Señor y ha fortalecido mi fe, ha profundizado mi amor y ha aumentado mi esperanza.

Ahora espero el regreso de Cristo con ferviente expectación como mi “bienaventurada esperanza” (Tito 2:13). Mi vigilancia se ha convertido en un poderoso motivador para una vida santa (Romanos 13:11-14). Me emociona pensar en el triunfo de Jesús sobre Satanás (Apocalipsis 20:1-2, 10). Espero con gozo el establecimiento del reinado del Señor de perfectas paz y justicia aquí en la tierra (Miqueas 4:1-7). Me regocijo de que Jesús pronto será plenamente vindicado en la historia, así como fue humillado en la historia (Isaías 24:21-23).

He sido llevado a la asombrosa comprensión de que uno de los mayores milagros de la historia está ocurriendo antes mis propio ojos: la reunión de los judíos en su patria (Jeremías 16:14-15). Los pasajes de las Escrituras concernientes a los judíos que nunca tuvieron ningún significado para mí, han cobrado vida repentinamente (Jeremías 23:5-8; Ezequiel 36 y 37; Amós 9:14-15).

Por primera vez, comprendo el significado de los escritos de Pablo en Romanos 9-11, donde habla de la gracia de Dios para el pueblo judío. Me regocijo de que un remanente de los judíos llegará a conocer a su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27; 11:25-27), y que serán establecidos como la nación principal del mundo, a través de la cual todas las naciones serán bendecidas (Isaías 60-62).

Alabo a Dios por la redención que Jesús traerá a toda la creación (Romanos 8:18-32). Y aguardo con gran anticipación una eternidad en la presencia de Dios sobre esta tierra, después de que haya sido purgada de su corrupción, y renovada a su gloria anterior (2 Pedro 3:1-13; Apocalipsis 21:1-4). 

Tengo una comprensión del plan maestro de la historia de Dios que nunca antes había tenido, y eso me ha dado un sentido de consuelo y paz, que sirve como un ancla sólida en tiempos tan peligrosos como éstos. Ahora sé con certeza que la Palabra de Dios es segura; que Sus promesas son ciertas; que está vivo; que todavía se preocupa intensamente por Su creación; y que todavía interviene de maneras maravillosas y milagrosas, para dirigir y consolar a Su pueblo, mientras orquesta las malas obras del hombre a un clímax que traerá honor y gloria eternos a Su santo nombre (Salmos 2).

Un Llamado a Amar

Como puede ver, lo que creemos acerca de la profecía hace una diferencia en la calidad de nuestras vidas cristianas. Es por eso que siempre me enojo un poco cuando escucho a un cristiano decir: “No sé nada sobre la profecía bíblica, y no me importa, porque lo que usted crea sobre la profecía no hace ninguna diferencia”. No es así. Hace una gran diferencia. 

Pero no debería hacer ninguna diferencia en cuanto a nuestra actitud hacia los demás, como hermanos y hermanas en Cristo. Tengo hermanos y hermanas cristianos que son premilenialistas, amilenialistas y postmilenialistas, ¡y tengo algunos parientes en Cristo que no saben la diferencia entre un milenio y un milpiés!  Pasaré la eternidad con algunos que ni siquiera han leído el libro de Apocalipsis.

Tenemos que dejar de jugar a ser Dios, trazando líneas de comunión que no tenemos derecho a trazar  por asuntos de opinión, y tenemos que comenzar a amarnos unos a otros, porque compartimos una creencia en el hecho fundamental de la historia — a saber, que Jesús es el Señor. 


Recurso recomendado:


Traducido por Donald Dolmus
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jueves, 1 de octubre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 6

 La Profecía y la Evolución 

¿Cómo se relacionan?


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Durante los primeros 30 años de mi vida, no entendí todo el alboroto sobre la evolución. No podía ver qué diferencia hacía si Dios creó instantáneamente en cuestión de unos pocos días, o gradualmente, a lo largo de millones de años. Yo era un evolucionista teísta  — uno que cree en la evolución, pero cree que fue dirigida por Dios. 

Uno de mis problemas era que había crecido en una iglesia que enfocaba su estudio de la Biblia casi exclusivamente en el Nuevo Testamento. En realidad, nunca había leído ni estudiado toda la Palabra de Dios. Cuando lo hice, inmediatamente abandoné mi coqueteo con la evolución.

Un Asunto de Integridad

La primera razón por la que lo hice es porque descubrí que la integridad de la Palabra de Dios está en juego en este tema. La gente desestima el relato de Génesis de la creación con mucha ligereza al decir: “La Biblia no es un libro de ciencia”.

Pero, piense por un momento: si no podemos confiar en lo que la Biblia nos dice acerca de la creación de la humanidad y el universo, entonces, ¿qué parte de la Biblia podemos creer? ¿Hubo realmente un diluvio universal? ¿Existió realmente un hombre llamado Abraham? ¿Murió Jesús en la cruz por nuestros pecados? Si comienza a escoger y elegir qué parte de la Biblia va a creer, ¿cómo va a determinar qué es verdadero y qué es falso?

¿Lenguaje Simbólico?

Traté de lidiar con el relato de la creación de la Biblia argumentando que ésta usaba un lenguaje simbólico. Pero no hay base para sacar esa conclusión.

Adán y Eva nunca son tratados como figuras míticas por escritores bíblicos posteriores. Y hay un pasaje en el libro de Éxodo que deja muy claro que los “días” de Génesis 1 y 2 son días literales de 24 horas (Éxodo 20:8-11):

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás…mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna…Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día…

¿Creación Buena o Mala?

Otro problema que encontré con la evolución teísta es que degrada el carácter de Dios. La Biblia dice que Dios creó instantánea y majestuosamente, y que la creación era “buena”.

La evolución teísta presenta una imagen completamente diferente. Sostiene que Dios usó un método de creación muy despiadado y violento — “la supervivencia del más apto”. En otras palabras, la creación ocurrió en una atmósfera rapaz, que era todo, menos buena.

El Origen de la Muerte

La evolución teísta también convierte en una mentira lo que la Biblia enseña acerca del pecado y sus consecuencias. Según la Biblia, el pecado vino al mundo a través de la rebelión de Adán y Eva contra la voluntad de Dios. Uno de los resultados fue la muerte física. Otro fue la maldición que Dios puso sobre la naturaleza. 

La evolución teísta pone patas arriba el cuadro bíblico, ya que retrata toda la creación involucrada en una lucha a muerte antes de la aparición evolutiva del hombre — y, por lo tanto, antes de que el hombre pudiera haber pecado. ¿Existió la muerte desde el principio de la vida, o fue la consecuencia del pecado del hombre, como dice la Palabra de Dios?

Preguntas Difíciles

Cuando decidí creer en la Palabra de Dios, tuve que deshacerme de la evolución en cualquier forma — tanto la teísta como la científica. Eso me planteó preguntas nuevas y difíciles. ¿Tiene la tierra sólo seis o siete mil años? ¿Qué pasa con el registro fósil? ¿Qué pasa con las estrellas que están tan lejos y que su luz ha tardado millones de años para que su luz llegue a la tierra?

Afortunadamente para mí, cuando comencé a luchar con estas preguntas difíciles, me encontré con las voluminosas publicaciones del Instituto para la Investigación del Creacionismo, una organización de científicos que son cristianos y que aceptan el relato de Génesis como literal. A través de sus escritos comencé a encontrar respuestas a mis nuevas preguntas.

Por ejemplo, señalan una verdad simple, pero a menudo pasada por alto: la creación especial siempre lleva consigo la apariencia de edad. Piénselo. Si creara instantáneamente a un hombre adulto, y luego se lo presentara como mi creación milagrosa, respondería diciendo: “¡Pero, David, este hombre tiene 30 años!”.

Lo mismo sería cierto de un árbol adulto. Si lo creara sobrenaturalmente en un instante, me costaría mucho tratar de convencerlo de que no creció de una semilla.

Lo mismo ocurre con nuestro universo. Cuando Dios lo creó, lo creó con madurez. La luz de las estrellas más distantes no tuvo que viajar cientos de millones de millas durante millones de años para llegar a la Tierra. Las estrellas fueron creadas con su luz que ya llegaba a la Tierra. 

Más Preguntas Difíciles

Pero, ¿qué pasa con las técnicas de datación que indican una edad muy antigua para la Tierra? Para empezar, el hecho es que todas ellas se basan en supuestos evolutivos y, por lo tanto, producen resultados altamente distorsionados y falsos que se ajustan a su sesgo evolutivo incorporado.

¿Qué pasa con el registro fósil? La verdad es que a los propios evolucionistas ya no les gusta hablar del registro fósil. La razón es que, a pesar del descubrimiento de millones de fósiles, todavía no han encontrado ni siquiera uno que represente una forma de  transición en el proceso evolutivo teorizado. Los perros siguen siendo perros en el registro fósil. Los gatos siguen siendo gatos. Nadie ha encontrado todavía un “Perrato”.

Negación Científica

¡Una de las cosas más extrañas acerca de la teoría moderna de la evolución es que niega uno de los axiomas fundamentales de la ciencia! Consulte cualquier libro de física y encontrará lo que se llama la Segunda Ley de la Termodinámica. Sostiene que todo en el universo se está deteriorando — que todo se está moviendo del orden al desorden. 

Esta ley de la física no es más que una expresión del sentido común. Si no lo cree, ¡mírese en un espejo! Su cuerpo está envejeciendo, y no hay nada que pueda hacer para detenerlo. ¡Puede camuflarlo, pero no puede detenerlo! Es la razón por la que tenemos programas de mantenimiento para automóviles y edificios. Si no los mantenemos, dejarán de correr o se caerán. 

Ahora, el punto es éste: la evolución sostiene que todos los seres vivos en el universo se están moviendo exactamente en la dirección opuesta — del desorden al orden, de la simplicidad a una mayor complejidad. ¡La evolución contradice una de las leyes fundamentales de la ciencia!

Negación de la Lógica

La evolución también contradice el sentido común. La complejidad del universo exige un diseñador. ¿Cómo pudo el ojo humano haberse desarrollado por casualidad? Decir que lo hizo es equivalente a decir que los rostros en el Monte Rushmore son el producto accidental de la erosión.

Los científicos nos dicen que todo el universo surgió como resultado de un “big bang”. De nuevo, esto contradice el sentido común. ¿Cuántas explosiones ha presenciado alguna vez que produjeran orden en lugar de caos?

Cumplimiento Profético

El desarrollo de la teoría de la evolución está profetizado en la Escritura, como una de las señales de los tiempos del fin. La profecía se encuentra en 2 Pedro 3:3-7. Dice que “en los postreros días vendrán burladores”,  y que se burlarán del regreso prometido del Señor, diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. Pedro dice que estas personas ignorarán deliberadamente el hecho de que Dios creó el mundo y luego lo destruyó con agua.

El principio científico profetizado en este pasaje es lo que se llama uniformismo. Es uno de los pilares de la evolución. Es la idea de que las cosas siempre han sido esencialmente las mismas, cambiando sólo minuciosamente durante miles de millones de años.

Esta idea niega lo que la Biblia enseña acerca de la creación especial a partir de la nada. También niega el registro histórico de la Biblia de un diluvio universal y la promesa de la Biblia de que un día Dios destruirá la Tierra de nuevo con fuego. 

Cortejando la Ira de Dios

La Biblia dice que Dios derrama Su ira sobre las naciones que “detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18). Estamos haciendo eso hoy en Estados Unidos. Nuestras escuelas públicas no pueden enseñar a los niños el verdadero origen del universo. Sólo se puede enseñar la mentira de la evolución.

El mismo pasaje en la Biblia dice que la ira de Dios también se derrama sobre aquellas naciones cuyos pueblo dan “culto a la criaturas antes que al Creador” (Romanos 1:25). La enseñanza de la teoría de la evolución ha llevado a esta nación al punto  en que ahora estamos adorando a la creación en lugar de al Creador. Nuestro dios es la “Madre Tierra”, no el Padre Dios. 

La Relación

Entonces, ¿cuál es la relación entre la profecía bíblica y la evolución? Muchos líderes cristianos de hoy, incluso algunos evangélicos, han adoptado alguna forma de evolución teísta. Al hacerlo, tienen que espiritualizar el relato bíblico de la creación, argumentando que no es literal y que, por lo tanto, los seis días de la creación realmente representan cientos de millones de años. 

Y eso es exactamente lo que la mayoría de la cristiandad ha hecho con la profecía bíblica. Ha sido espiritualizada a un sinsentido. Argumentan que ahora estamos en el Milenio, aunque la Biblia dice que durante el Milenio la tierra será inundada con paz, rectitud y justicia, como las aguas cubren el mar. Afirman que Jesús está gobernando ahora, aunque todas las naciones del mundo están en rebelión contra Dios y Su Palabra. Afirman que Satanás está ahora atado, aunque sigue merodeando como un león rugiente, buscando a quién puede devorar. 

Cuando comienza a espiritualizar la Palabra de Dios, puede hacer que signifique lo que desee. 

Para comprender el comienzo o final de la historia, debemos aceptar la enseñanza de sentido llano de la Palabra de Dios. ¿Está dispuesto a hacer eso? 


Recurso recomendado:


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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