jueves, 20 de agosto de 2020

Nota de Duelo: Ann Reagan ha pasado a la presencia del Señor

Estimados lectores: 

La esposa de mi mentor espiritual, Ann Reagan, falleció el día lunes 17 de agosto de 2020.

Ann Reagan (centro) se muestra arriba con su hija, Rachel, y su esposo, el Dr. David Reagan

Comparto con ustedes el aviso publicado en la página de Facebook del Ministerio Cordero y León:

««La querida esposa del Dr. Reagan, Ann, finalmente se ha ido a casa para estar con su Salvador después de una larga batalla de 9 años contra el deterioro de su salud. Ore por la familia Reagan durante este momento difícil y que su regreso a casa lleve a muchos a Jesucristo. "Bien hecho, buen siervo y fiel" (Mateo 25:21)»».

Una Fe Tenaz en Tiempos de Ansiedad (parte 1)

La Pandemia




Hay un viejo dicho que contiene sabiduría: “Cuando te encuentres en un agujero, ¡deja de cavar!”. 

Durante las últimas semanas, nuestra nación ha sido empujada a un agujero. Después de experimentar un auge económico durante los últimos años, de repente nos encontramos enfrentando una crisis de salud pública, una potencial calamidad económica, y un futuro incierto. ¿Cómo deberían reaccionar los cristianos ante un aluvión de noticias negativas y temores crecientes?

En primer lugar, debemos recordarnos constantemente — y a nuestros hermanos creyentes — que nuestra esperanza no está en nuestra cuenta corriente, nuestro 401K (plan de ahorro para la jubilación), nuestra reserva de alimentos y necesidades o cualquier otra persona o cosa. Nuestra esperanza está en Cristo solo. 

Parados firmemente en esa Roca de la Verdad, necesitamos decir la verdad — entre nosotros y ante un mundo que se tambalea por el miedo. 

Los Juicios Correctivos de Dios

Cuando hablamos de la ira de Dios, el mundo se ofende. Visualizan a Dios como un monstruo, que derrama el juicio inmerecido sin misericordia.

Me acordé de esto recientemente cuando el representante estatal de Kentucky, Chris Fugate (quien también es pastor bautista) abrió una sesión diaria de la legislatura con una oración en la que habló del juicio de Dios contra el pecado y nuestra necesidad de arrepentirnos por los pecados individuales y corporativos. Los legisladores izquierdistas en Kentucky estaban indignados de que alguien hablara de juicio o llamara al arrepentimiento.

Pero la Escritura es clara. El apóstol Pablo declaró que el Dios vivo y verdadero no tolerará el pecado para siempre — y no será burlado (Gálatas 6:7-8). Pero, incluso en medio de la ira, Él siempre recuerda la misericordia (Habacuc 3:2). Y, Él es paciente, y no desea que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). 

Esa paciencia y misericordia son evidentes en toda la Biblia. Cuando Dios anunció el juicio sobre un mundo lleno de iniquidad, en forma de un diluvio mundial, comisionó a Noé como pregonero de justicia (2 Pedro 2:5). Mientras construía el arca, Noé llamaba a la gente al arrepentimiento — tanto a través de sus acciones obedientes como de su predicación.

Jonás llegó a comprender la profundidad del amor de Dios por los perdidos. Comprendieron la precariedad de su situación y se arrepintieron en silicio y ceniza — y Dios se arrepintió de Su juicio.


Una Respuesta Adecuada al Juicio

Jesús desafió el pensamiento equivocado de los hombres que plantearon una pregunta sobre la matanza de algunos galileos (Lucas 13:1). Él preguntó, “¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?” (Lucas 13:2). En lugar de menospreciar la tragedia o señalar la pecaminosidad de esas personas, habló de la condición de toda la humanidad: “…si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3).

Entonces, siguiendo el ejemplo de Noé y Jonás y Pablo y Jesús, debemos decir la verdad a los que están pereciendo — llamándolos al arrepentimiento y la salvación en Jesús. No es el momento de ofrecer clichés de esperanza vacía. A medida que la tormenta arrecia, debemos señalar el único fundamento de la Iglesia: Jesucristo, su Señor. 

Al igual que la palabra de la cruz, tal mensaje seguirá siendo una insensatez ofensiva para muchos de los que están pereciendo, pero, para otros, representará el poder de Dios (1 Corintios 1:18).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
Tough faith in a time of anxiety

lunes, 10 de agosto de 2020

Amenazas Virales a la Libertad Religiosa (pdf)

Cuidado con el Poder que Corrompe Absolutamente


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Fragmento: 

Se ha debatido mucho sobre el equilibrio adecuado que los cristianos deben lograr en medio de una crisis de salud pública. Un deseo real de “amar a otros como a nosotros mismos”, al tomar medidas razonables para salvaguardar la salud pública parece necesario y prudente.

Pero, a medida que la crisis continúa, las voces han sonado una alarma legítima sobre las consecuencias a largo plazo de una catástrofe económica — algo que afectará la salud mental, social y física.  
Entre las lecciones importantes que se pueden extraer de esta experiencia se encuentra la conciencia de la corrosividad del poder ejercido sin restricciones. La naturaleza pecaminosa de la humanidad significa que el poder absoluto realmente tiende a corromper absolutamente.  Es por eso que nuestros Fundadores crearon un sistema de controles y equilibrios — lo que asegura que el poder nunca se consolide en un poder o un cargo. 


Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

jueves, 6 de agosto de 2020

Revista Llamada de Medianoche – Agosto 2020

Cinco referencias a la Segunda Venida de Jesús

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Temas incluidos en esta edición:

»» Dos templos diferentes y dos señales para la huida
»» ¿Dividirá la COVID-19 a la sociedad israelí?
»» Israel: un pueblo muy especial
»» COVID-19 y la Segunda Venida de Cristo 
»» Salmo 91: ¿arma milagrosa de los cristianos?

Entre otros.

Para poder descargar y leer esta revista, necesitará tener instalado el programa gratuito Adobe Reader.


Si desea obtener materiales adicionales, visite la página web del Ministerio Llamada de Medianoche:

domingo, 2 de agosto de 2020

La Pandemia:

Consecuencias Económicas de Largo Plazo




Muchos han estado afirmando todo el tiempo que la cura que nuestra nación ha perseguido para el coronavirus — es decir, las órdenes de quedarse en casa y el cierre de negocios — va a demostrar ser más dolorosa que el virus mismo. 

Esa afirmación parece estar haciéndose realidad ante nuestros propios ojos, ya que millones de personas se han quedado sin trabajo y miles de negocios se han declarado en bancarrota.

Pero hay una mayor amenaza de largo plazo en el horizonte que podría resultar aún más devastadora. Estoy pensando en el impacto de los paquetes de estímulo aprobados por el Congreso. Han agregado cuatro billones de dólares a nuestra deuda nacional de la noche a la mañana. Y los paquetes posteriores podrían agregar fácilmente uno o dos billones, lo que hace que el total sea de alrededor de seis billones. 

Nuestra deuda nacional ya estaba en $24 billones cuando el Congreso promulgó los paquetes de estímulo por la pandemia. Pero ése no es el verdadero nivel de deuda de nuestro gobierno nacional. Cuando agrega a eso las promesas no financiadas de Medicare y de Seguro Social, más las obligaciones de pensiones y atención médica, la deuda total de nuestro gobierno nacional antes de la pandemia llegaba a más de $124 billones, ¡o un total de $802,000 por contribuyente! (Para obtener estadísticas detalladas, vea el reloj de la deuda nacional en truthinaccounting.org)

¿Y cómo estamos cubriendo el costo de los paquetes de estímulo? Lo estamos haciendo vendiendo bonos del tesoro e imprimiendo dinero. Esa solución significa que dos perspectivas sombrías nos están mirando a la cara — ya sea una inflación desbocada o un servicio de deuda tan grande que aplasta a nuestra economía.

Manifestación en el edificio del Capitolio del Estado de Colorado

El Peligro de la Inflación

La mayoría de la gente no reconoce el impacto devastador de la inflación, así que permítanme darles algunos ejemplos. En 1960, cuando mi esposa y yo nos casamos, podíamos comprar una semana de comestibles y las necesidades del hogar por menos de $25. Siete años después, en 1967, compramos nuestra primera casa. Estaba ubicada en Sherman, Texas, Era una casa nueva de ladrillo, de tres dormitorios y dos baños en un vecindario muy agradable. Costó $17,500. Los pagos eran de $200 al mes, y estaba financieramente estirado para hacerlos con mi salario de profesor de $9,000 al año.

El valor del dólar cambió repentina y radicalmente por la rápida inflación que ocurrió cuando el Presidente Nixon abandonó el patrón oro en la década de 1970, lo que resultó en una tasa del 11%. Durante el gobierno del Presidente Jimmy Carter (1977-1982), la tasa se disparó por encima del 14% y los precios comenzaron a aumentar tan rápido que los restaurantes dejaron de imprimir el precio de las comidas en sus menús. En vez de eso, escribían los precios cada día. En comparación, la tasa de inflación de nuestra nación durante 2019 fue de 1.5%.

En 1967, el ingreso familiar promedio en nuestra nación era de $6,900 por año. Hoy es de $63,000. El salario promedio de un maestro de escuela en 1967 era $7,692. Hoy es de $60,482. ¡Tenga en cuenta que éstas son cifras equivalentes! Por lo tanto, $8,000 en 1967 tenían el mismo poder adquisitivo que $65,125 hoy.

El punto es que la inflación rápida es un monstruo que puede hacer que todos sus ahorros no valgan nada de la noche a la mañana.  


La Amenaza de la Deflación

Y luego está la amenaza de la deflación que podría producirse cuando las tasas de interés de nuestras deudas nacionales, estatales y municipales dan como resultado quiebras e impagos en los planes de jubilación y los programas de beneficios como el Seguro Social y Medicare.

La conclusión es que no podemos seguir acumulando deuda tratando de posponer el problema. Tarde o temprano tendremos que afrontar las consecuencias, particularmente  cuando no hay voluntad política para recortar nuestros sobre-hinchados presupuestos municipales, estatales, y nacionales.

Además, debemos tener en cuenta que estamos actuando irresponsablemente al colocar nuestras deudas en los hombres de nuestros hijos, nietos y bisnietos. Lo que estamos haciendo es equivalente a que compre una mansión de 50 millones de dólares con una nota de 100 años, que obligue a mis descendientes a hacer los pagos de la hipoteca mucho después de que muera.

El Juicio que Estamos Rogando

Siempre he creído que el juicio final de Dios sobre nuestra nación por nuestros pecados impenitentes sería de naturaleza económica. Primero expresé esta creencia en mi libro, ¿América la Hermosa? (2003). Al considerar las posibles formas en la que Dios podría derramar Su ira sobre esta nación, escribí: “Lo primero que me viene a la mente es una catástrofe económica que resultará de nuestra situación de deuda fuera de control…No hay forma de escapar a la conclusión de que Estados Unidos se ha convertido en un adicto a la deuda”. Concluí con esta observación:

Creo que un colapso económico sin precedentes es muy probable porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es un Dios celoso y no tolera la idolatría, Dios, por Su propia naturaleza, se verá obligado a destruir a nuestro falso dios. 

Una Experiencia Personal Impactante

Fui a la Unión Soviética en 1992, poco después del colapso del gobierno comunista. La nación estaba en un caos absoluto. Era difícil creer que, sólo unos meses antes, ésta había sido la nación más poderosa del planeta tierra, con más armas nucleares que cualquier otro país.

En Moscú, todas las tiendas estaban vacías — y quiero decir completamente vacías de comida y ropa. Miles de personas estaban de pie en la acera con mesas de cartón llenas de artículos para intercambiar. La gente intercambiaba productos alimenticios como leche y papas por ropa y otros artículos esenciales. En el hotel de primera clase donde estábamos alojados, la única comida que tenían para servirnos eran papas, y teníamos que compartir una Coca-Cola entre cuatro de nosotros.

Al ver esta escena desgarradora, el Señor habló a mi corazón y me dijo que regresara a Estados Unidos y compartiera la devastación que Él puede derramar sobre una nación en un instante, sin importar cuán poderosa puede ser — tal como lo hizo con Babilonia en los tiempos del Antiguo Testamento.

Me dijo que enfatizara que Su juicio sobre nuestra nación sería mucho peor. Después de todo, el pueblo ruso había estado bajo una dictadura totalitaria durante 70 años, tiempo durante el cual los cristianos habían sido severamente perseguidos y la distribución de Biblias había sido prohibida.

Las señales de advertencia de Dios

En contraste, durante ese mismo período de tiempo, Dios había derramado abundantes bendiciones sobre nuestra nación. Además, tenemos iglesias en cada esquina, un promedio de cinco Biblias en cada hogar y tenemos el Evangelio siendo proclamado en la radio y la televisión. En resumen, a diferencia del pueblo ruso, no tenemos excusa ante Dios por nuestra rebelión desenfrenada contra Él y Su Palabra. El versículo que el Señor puso en mi corazón para esta nación era Lucas 12:48, que dice: “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará…”.

Dios has enviado voces proféticas a esta nación para llamarnos al arrepentimiento, y ha enfatizado la seriedad de sus mensajes al infligirnos con juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre y el Huracán Katrina. 

Pero hemos hecho oídos sordos y nos hemos precipitado a toda velocidad con nuestro comportamiento impío. Literalmente estamos rogando la ira de Dios y, cuando caiga, no tendremos a nadie a quien culpar más que a nosotros mismos. Necesitamos recordarnos estas palabras en 2 Crónicas 7:

13) Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo;

14) si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article:
The Pandemic: Long-Range Economic Consequences
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