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miércoles, 24 de abril de 2024

La Primacía de la Profecía (Parte 1 de 2)

Editor Ejecutivo
Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

¿Pueden sus ídolos presentar tales obras? ¡Que vengan y muestren lo que pueden hacer! dice Dios, el Rey de Israel. Que procuren decirnos qué ocurrió en el pasado lejano o qué guarda el futuro. ¡Sí, a la prueba! ¡Si son dioses, dígannos lo que va a ocurrir en el porvenir, o realicen algún milagro que nos deje atónitos, estupefactos! ¡Pero no! ¡Son menos que nada y nada pueden hacer!” (Isaías 41:21-24; Nueva Biblia Viva).

Omnisciente. Omnipotente. Audaz.

Esas palabras describen la capacidad y la determinación de Dios para proclamar de antemano Sus planes para la humanidad. Su disposición a arriesgarse al predecir lo que sucederá en el futuro es exclusiva del Dios vivo y verdadero. Ningún otro supuesto dios hace predicciones declarativas — y por buenas razones.

La profecía no sólo es una característica única de la Biblia, sino también un aspecto que valida todo lo que contiene. Pero tal vez deberíamos dar un paso atrás y definir estos términos.

Proclamación y Predicción

La profecía bíblica puede definirse como la proclamación de la verdad o la predicción de lo que está por venir. Las profecías son reveladas por Dios a través de un profeta humano como advertencias, instrucciones, expectativas o exhortaciones divinas. Siempre, el profeta y la profecía señalan y glorifican a Dios.

La profecía que predice eventos futuros (ya sea que ya se hayan realizado o que aún no se hayan cumplido) constituye entre el 28 y el 32% de la Biblia. Incluso esa variación se basa en si se cuentan versículos, capítulos o libros. Pero es evidente. para cualquiera que lea el texto. que una porción considerable de las Escrituras se refiere a personas, circunstancias y eventos mucho antes de su aparición en la historia humana.

Durante los últimos dos años, he enfatizado que toda la Palabra de Dios es profética si se incluye la porción que dice la verdad. De principio a fin, la Biblia afirma revelar la verdad de Dios. Aunque no hubo un testigo ocular humano de la Creación, Génesis establece una secuencia precisa de eventos “en el principio”. Cada declaración hecha por Dios — ya sea atribuida a Él como una cita directa o registrada por los autores de las Escrituras según el Espíritu Santo los inspiró — contiene la Verdad que Él quiere que Sus criaturas comprendan.

Algunos profetas se especializaron en decir la verdad. Cuando el profeta Natán se acercó al rey David y le describió la codiciosa ofensa de un hombre rico, David se indignó con razón. Pero el profeta no tardó en dar el ultimátum de Dios sobre el grave pecado de David: “¡Tú eres ese hombre!” (2 Samuel 12:7). Esa verdad anunciada hirió a David hasta lo más profundo, e inmediatamente reconoció su pecado. Tristemente, la única verdad predicha en ese encuentro fue la predicción de Natán de que el hijo de David y Betsabé moriría.

La frase, “Así dice el Señor”, se encuentra más de 1,900 veces en la Biblia. Es como si Dios quisiera dejar muy claro que Él es el autor de las Escrituras. Es por eso que llamamos a la Biblia la Palabra de Dios.

También es la razón por la que Satanás ha estado decidido a socavar la credibilidad de Dios ante los ojos de las criaturas hechas a Su imagen desde el principio.

¿Dios Realmente Dijo?

Cuando Dios creó los cielos y la tierra y colocó al hombre y a la mujer en la tierra para someterla y gobernarla (Génesis 1:28), hizo una sola estipulación: no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Mucho antes de que existieran los Diez Mandamientos, sólo había un límite que el hombre debía observar.

Las Escrituras no nos dicen cuánto tiempo Adán y Eva disfrutaron de la buena tierra mientras cultivaban y guardaban el Jardín del Edén. Pero Génesis 3 registra que en poco tiempo, Satanás vino en forma de serpiente para cuestionar la clara directiva de Dios. Primero preguntó: “¿De veras Dios les ha dicho: No coman de ningún árbol del jardín? Al confundir deliberadamente la instrucción de Dios, Satanás tenía la intención de sembrar sutilmente la duda y sugerir que la prohibición de Dios era demasiado extrema.


"La Historia de Satanás" (Haga clic sobre la imagen para ir a la sección de descarga)

Cuando Eva respondió con su propia interpretación errónea del mandato de Dios, Satanás contradijo directamente a Dios al declarar: “¡No morirán!”.

Jesús dijo del diablo: “Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). En el siglo XXI después de Cristo, podemos dar fe de los milenios de mentiras perpetradas por el diablo y un sinnúmero de personas desventuradas engañadas para que no creyeran en Dios.

Tristemente, hoy en día hay muchos que afirman seguir a Cristo, pero niegan la realidad de la profecía bíblica, o al menos minimizan su relevancia y poder. O, por ignorancia deliberada, simplemente descartan por completo la profecía bíblica. Con respecto a la Palabra profética de Dios, si Satanás preguntara: “¿Realmente dijo Dios?”, esencialmente responderían: “No lo sé, y realmente no me importa”.

Otros que sí conocen la Palabra profética de Dios se han convertido en burladores. Cumpliendo la profecía de Pedro, ahora son burladores que dicen: “¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo permanece como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3-4). Pedro dijo que los días postreros estarían marcados por este tipo de burlas. Tristemente, estaba hablando de los burladores que saben del regreso prometido de Jesús y de Su relato de la creación, en otras palabras, de los que profesan ser cristianos.

Palabras para Informar, Inspirar y Exhortar

Puede sonar duro describir la actitud de los que ignoran o minimizan tan cruelmente la profecía bíblica. Pero imagínese si su cónyuge le escribiera una carta y se propusiera contarle sus pensamientos más profundos y sus planes de mayor alcance. ¿Quién en su sano juicio se diría a sí mismo: “Leeré las partes de su carta que describen el clima y su actividad diaria, pero no tengo ningún interés en sus planes para el futuro”?

¿Por qué Dios se revela a Sí mismo y a sus planes a nosotros, Sus criaturas? Porque Él quiere que sepamos lo que Él escoge revelar. Amós escribió: “Ciertamente, nada hará el SEÑOR Dios sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Eso no quiere decir que Dios nos diga todo lo que sólo Su mente infinita puede saber o comprender.

Moisés habló con verdad cuando dijo: ““Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre...” (Dt. 29:29). Para algunos, esa revelación selectiva es desagradable y los deja sin ganas de creer en Dios. Me he dado cuenta de que es la gran bondad de Dios la que le impide revelarnos muchas cosas.

Por un lado, nuestras mentes limitadas no podrían contener o comprender la mente de Dios. Por otro lado, demasiado conocimiento resultaría destructivo para nosotros, tal como lo fue para Adán y Eva. Y, finalmente, como sabe cualquiera que haya estado expuesto a cualquier información ultrasecreta, cierta información sólo debe compartirse cuando sea “necesario”.

Dios ha revelado lo que Él quiere que sepamos (y lo que necesitamos saber) para informarnos, inspirarnos y exhortarnos. Pero Él no está obligado ni inclinado a revelar más de lo que podemos comprender. Jueces 13 ofrece un maravilloso ejemplo de esto. El ángel del Señor se apareció a Manoa y a su esposa para profetizar que tendrían un hijo. En un gran presagio mesiánico, la única respuesta del ángel a una pregunta acerca de su identidad fue: “Yo soy” (Jueces 13:11). Cuando se le presionó para que le diera su nombre real, el ángel respondió: “¿Por qué preguntas por mi nombre? Es Admirable” (Jueces 13:18).

Más tarde, Manoa se dio cuenta de que durante su interacción con el ángel había “visto a Dios”. Muchos creen que el ángel era Jesús en forma pre-encarnada. Se negó a revelar su nombre a Manoa y a su esposa porque aún no era el momento de hacerlo.

Por lo tanto, aunque podemos impacientarnos por saber lo que aún no se ha revelado, debemos regocijarnos de que muchas cosas ya se han revelado para nosotros. Por ejemplo, podemos llamar a Jesús por Su nombre y alabarlo por Su obra de salvación terminada. Pedro escribió: “Acerca de esta salvación han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para ustedes. Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas” (1 Pedro 1:10-11).

Tenemos la bendición y la ventaja de la retrospectiva, mientras que ellos miraban hacia adelante como a través de un espejo, vagamente. Y, sin embargo, incluso ahora sabemos en parte, y vivimos anticipando el cumplimiento de “la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Pedro 1:13).

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

sábado, 3 de febrero de 2024

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 6 (parte 3 de 3)

El Jesús Islámico de los Tiempos del Fin

Por Dr. David R. Reagan

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El Jesús de las Profecías Islámicas del Tiempo del Fin

En marcado contraste con la descripción que hace la Biblia de Jesús como el foco divino y la esperanza de los tiempos del fin, las profecías islámicas lo presentan como un simple ser humano de importancia secundaria.

Los tiempos del fin islámicos no comienzan con el regreso de Jesús, sino con la aparición repentina de un mesías islámico llamado Mahdi, que es descendiente de Mahoma. Rápidamente forma un reino mundial, pero es desafiado casi de inmediato por un falso mesías malvado llamado Dajjal. Esta figura se ha convertido en un objeto del folclore islámico y, por lo tanto, hay muchos conceptos diferentes de él.

En general, el consenso parece ser que será un judío con un solo ojo, que primero afirmará ser un profeta y luego afirmará ser dios. Algunos eruditos islámicos afirman que tendrá la palabra “infiel” escrita en su frente. Engañará a muchos con milagros. Reunirá un ejército compuesto principalmente por judíos y conquistará el mundo, excepto La Meca y Medina.

Su reinado durará 40 días, durante un tiempo en el que un día será como un año. Siempre se le caracteriza como una persona engañosa que reinará con gran crueldad.

Su reinado llegará a un final repentino con el regreso de Jesús, quien ayudará al Mahdi a matarlo cerca de la moderna ciudad de Lod, ubicada cerca de Tel Aviv. El hecho de que este Jesús no es el Jesús de la Biblia es revelado por las profecías islámicas que indican que, cuando Jesús mate al Dajjal, ¡también masacrará al pueblo judío!

En este punto, se produce la Guerra de Gog y Magog, y una vez más, Jesús ayuda al Mahdi a derrotar a las fuerzas enemigas. Jesús y el Mahdi conquistan el mundo y establecen un califato islámico.

El Mahdi desaparece de la escena y Jesús comienza su reinado. Proclamará que el islam es la religión verdadera, y todos los cristianos se convertirán. Romperá todas las cruces y exterminará a todos los cerdos. Su reinado durará 40 años. Veintiún años después de su reinado, se casará y engendrará hijos. Diecinueve años después morirá. Será enterrado en Medina, junto a Mahoma, donde esperará el Día de la Resurrección.

Conclusión

Como se puede ver fácilmente, el Jesús del islam es un simple hombre que es cualquier cosa menos el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. El Jesús de la Biblia es el verdadero Jesús, que fue enviado a este mundo por Yahvé para morir por los pecados de la Humanidad y que regresará en gloria y majestad para reinar por mil años sobre todo el mundo desde el Monte Sion en Jerusalén.

Consideremos por un momento las fuentes de estas dos imágenes. Una proviene de la Biblia, que ha sido autenticada como la Palabra del único Dios verdadero, Yahvé. Cuando digo autenticada, me refiero principalmente al cumplimiento de la profecía. Mientras que la Biblia contiene cientos de profecías muy específicas que ya se han cumplido, el Corán no tiene ninguna.

En agudo contraste con las profecías cumplidas de la Biblia, las profecías del islam del tiempo del fin acerca del falso Jesús de los musulmanes, están tomadas de las divagaciones incoherentes de Mahoma.

El islam es una — iba a decir una religión — violenta, pero no es una religión. Es un sistema político. Es un sistema político violento empeñado en derrocar a los gobiernos del mundo y dominar el mundo. Ése es el objetivo final”. — Pat Robertson, portavoz de la iglesia evangélica estadounidense.
(www.brainyquote.com)

Para hablar específicamente de nuestro problema con el mundo musulmán, estamos serpenteando hacia un auténtico choque de civilizaciones, y nos estamos engañando a nosotros mismos con eufemismos. Estamos hablando de que el islam es una religión de paz que ha sido secuestrada por extremistas. Si alguna vez hubo una religión que no sea una religión de paz, esa el islam”. — Sam Harris, filósofo estadounidense contemporáneo.
(www.clarionledger.com)

No creemos en múltiples repúblicas islámicas; sin embargo, creemos en un mundo islámico único gobernado por un gobierno central”. — Líder de Hezbolá, jeque Hassan Nasrallah.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 31 de enero de 2024

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 6 (parte 2 de 3)

El Jesús Islámico de los Tiempos del Fin

Por Dr. David R. Reagan

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Las Señales Mayores

Las señales principales que apuntan a “la Hora” son todas eventos críticos que forman parte de la secuencia de eventos del tiempo del fin, comenzando con la aparición del Mahdi. Las señales mayores más importantes se enumeran a continuación. Una vez más, los eruditos musulmanes generalmente no tratan de presentar un orden cronológico estricto de lo que finalmente va a suceder, pero el orden que se presenta a continuación es representativo:

1) La Aparición del Mahdi, el mesías islámico, que rápidamente creará un reino de justicia y rectitud.

2) La aparición de un Falso Mesías, llamado Dajjal, que se opondrá al Mahdi.

3) El Regreso de Jesús, quien ayudará al Mahdi a vencer al Dajjal.

4) La Invasión de Gog y Magog, con los ejércitos musulmanes siendo salvados cuando Jesús clama a Alá pidiendo ayuda.

5) El Reinado de 40 Años de Jesús.

6) Un Milagro de la Naturaleza. Una de las últimas señales antes de “la Hora” será un milagro increíble. ¡El sol saldrá por el Oeste!

7) Un Gran Incendio Mundial, que llevará a la humanidad al lugar de reunión final en el Medio Oriente, antes del Día de la Resurrección.

8) Las Tres Trompetas que se tocarán para señalar que ha llegado el día de la resurrección.

9) “La Hora” o el Día de la Resurrección, cuando los salvos y los no salvos resucitarán al mismo tiempo.

10) El Día del Juicio, que será un intervalo después de la resurrección antes de que se lleve a cabo el juicio. Será una época de sufrimiento físico y psicológico insoportable. No se da ninguna razón para este período de sufrimiento. Para los paganos, es una continuación de su sufrimiento en la tumba. Para los creyentes, parece tener algún propósito purgatorio.

11) El Día del Juicio Final, momento en el que Alá desciende del Cielo para juzgar a toda la humanidad. Las personas serán juzgadas según su recepción del mensaje de Mahoma y su conducta ética.

12) Cruzando el Puente. Después del juicio, cada persona debe cruzar un puente que cruza el golfo del infierno. Los que sean condenados caerán del puente al infierno.

13) La Intercesión. Mahoma comenzará a interceder ante Alá para permitir a los fieles entrar en el Paraíso. También intercederá en favor de aquellos que han sido condenados al infierno, pidiendo a Alá que muestre misericordia a cualquier persona que tenga un ápice de fe en su corazón.

14) El Paraíso es un ambiente perfecto donde todos los deseos son concedidos y cumplidos. Los deseos sexuales que estaban estrictamente limitados en la tierra se desatan en el Paraíso. Gran parte de las imágenes islámicas sobre el Paraíso están tomadas del zoroastrismo.

15) El Infierno es un lugar de castigo eterno, incluido el tormento de los demonios.

Sunitas vs Chiítas

El bosquejo profético producido anteriormente es el que sostienen los musulmanes suníes. La mayoría de los musulmanes en el mundo son suníes. Su herencia se remonta a Mahoma.

Alrededor del diez por ciento de los musulmanes son chiítas. Se encuentran principalmente en Irak, Irán y Líbano. Irán es la única nación con mayoría chiíta. La división ocurrió en el siglo X sobre la naturaleza del liderazgo teocrático del islam. Los chiítas creen que el líder del islam debería ser descendiente del profeta Mahoma. Los suníes dicen que los líderes deben ser elegidos por consenso. Los chiítas creen en el libre albedrío, mientras que los suníes se adhieren al concepto de predestinación. Los chiítas exaltan a sus imanes (líderes espirituales) como maestros inspirados que tienen la autoridad para interpretar la ley islámica. Para los suníes, la interpretación de la ley islámica ha estado teóricamente cerrada desde el siglo X.

Con respecto a la escatología, la principal diferencia entre los dos grupos se centra en el individuo mesiánico llamado el Mahdi. Este individuo es la encarnación del ferviente anhelo y esperanza de los chiítas que han sido oprimidos y perseguidos a lo largo de la historia islámica.

No hay ninguna referencia directa al Mahdi en el Corán. Sin embargo, los chiítas argumentan que se infiere. En el esquema chiíta de los eventos del tiempo del fin, el Mahdi juega un papel más importante. Él toma el lugar de Jesús como el que derrotará al Dajjal y creará un reino que llenará la tierra de bondad y justicia. Él es el que ha sido destinado desde la eternidad a salvar al mundo de las fuerzas de la maldad. Por lo tanto, en la escatología chiíta, Jesús se limita a simplemente ayudar al Mahdi. La misión principal de Jesús es propagar el islam entre cristianos y judíos.

El Jesús de las Profecías Bíblicas del Tiempo del Fin

Echemos un vistazo detallado ahora al papel de Jesús en la profecía del tiempo del fin, comparando lo que se dice sobre Él en el Hadiz y en la Biblia. Al hacerlo, creo que verán claramente que el Jesús de la profecía islámica del tiempo del fin no es el Jesús de la Biblia. Primero echaremos un vistazo a lo que dice la Biblia y luego lo compararemos con lo que se encuentra en las profecías del Hadiz.

La Palabra de Yahvé presenta a Su Hijo, Jesús, como el foco y la esperanza de la profecía del tiempo del fin. De acuerdo con la Biblia, la secuencia de eventos del tiempo del fin comenzará cuando Jesús aparezca en los cielos por Su Iglesia antes de que los siete años de la ira de Dios se derramen sobre el mundo, en lo que la Biblia llama "La Gran Tribulación" (Ap. 2:22 y 7:14). Este arrebatamiento de la Iglesia de este mundo por parte de Jesús se llama “El Rapto”, y se describe en detalle en 1 Tes. 4:13-18.

Después del Rapto, Jesús lleva a cabo un juicio de los miembros de Su Iglesia en el Cielo — juzgándolos por sus obras para determinar sus grados de recompensa (2 Corintios 5:10). Al mismo tiempo, Él supervisa el derramamiento de la ira de Dios sobre el mundo, en la serie de juicios que constituyen la Gran Tribulación (Ap. 6:16).

Cerca del final de la Tribulación, Jesús celebrará Su unión con Su Iglesia en la fiesta más grande que el cosmos haya experimentado (Ap. 19:7-9). Cuando termine esa celebración, Jesús regresará a la tierra con sus santos de la Era de la Iglesia, poniendo fin a la tribulación (Ap. 19:11-14). Descenderá al Monte de los Olivos, al lugar desde donde ascendió al Cielo (Hechos 1:9-11 y Zacarías 14:1-9).

Jesús hablará una palabra sobrenatural y el Anticristo y todas sus fuerzas serán destruidas instantáneamente (Zacarías 14:12-13). Luego resucitará a los mártires de la Tribulación y a los santos del Antiguo Testamento, proveyéndoles de cuerpos glorificados, tal como lo hizo con Sus santos de la Era de la Iglesia en el momento del Rapto (Daniel 12:1). A todos aquellos convertidos durante la Tribulación y que vivan hasta el final de la misma se les permitirá entrar en carne y hueso a Su reino para repoblar el planeta.

Luego, Jesús celebrará el lanzamiento de Su reinado terrenal con otra fiesta gloriosa — a la que todos Sus santos glorificados serán invitados a asistir. Este “banquete de Sion” se describe en Isaías 25:6-8.

Jesús lanzará su reinado de mil años (Ap. 20:2-7). Él gobernará el mundo como Rey de reyes y Señor de señores desde Jerusalén, y Sus santos glorificados serán esparcidos por todo el mundo para reinar con Él sobre aquellos en sus cuerpos físicos que lo aceptaron como su Salvador durante la Tribulación y vivieron hasta el final de ese horrible período.

Su reinado traerá paz, rectitud y justicia a todo el mundo. Y “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). “Martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra” (Miqueas 4:3). El reino animal será transformado para vivir en paz consigo mismo y con la Humanidad (Isaías 11:6-9). Toda la tierra se caracterizará por la santidad (Zacarías 14:20-21).

Al final de Su Reinado Milenial, Jesús resucitará a todos aquellos que alguna vez vivieron y murieron fuera de una relación de fe con Yahvé. Él los juzgará por sus obras, y puesto que nadie puede ser justificado por sus obras, todos los que aparezcan en este “Juicio del Gran Trono Blanco” serán enviados al lago de fuego (Ap. 20:11-15).

Jesús entonces transportará a todos Sus santos de esta tierra a la Nueva Jerusalén que Él ha preparado para ellos. Él sobrecalentará la tierra para quemar toda su contaminación pecaminosa y, de ese infierno ardiente, surgirán nuevos cielos y una nueva tierra, devueltos a su perfección original (2 Pedro 3:10-13). Luego bajará a Sus santos a la nueva tierra en la Nueva Jerusalén, donde vivirán en Su presencia y en la presencia de Su Padre para siempre (Ap. 21:1-7 y 22:1-5).

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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jueves, 11 de enero de 2024

Revista Llamada de Medianoche – Enero 2024

Negarse a retroceder

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Temas incluidos en esta edición:

»» ¿Por qué aún no existe un Estado palestino?
»» Un crudo despertar para Israel
»» Ola de antisemitismo en todo el mundo
»» Cómo resistir las pruebas y tentaciones
»» Una respuesta a la cuestión del sufrimiento

Entre otros.

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Si desea obtener materiales adicionales o ediciones anteriores de la revista, visite la página web del Ministerio Llamada de Medianoche:

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lunes, 1 de enero de 2024

¿Podría Regresar Jesús en 2024? (pdf)

Seis razones por las que todos los cristianos deberían anhelar el pronto regreso de Jesús 

Dr. David R. Reagan

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Fragmento:

Los escritos de los Padres de la Iglesia Primitiva (100 al 300 d. C.), revelan que una de las oraciones más tempranas de la Iglesia era “¡Maranata!” (1 Co. 16:22). Esa palabra en realidad es una frase aramea que significa “¡El Señor viene!”.

Esta oración expresa un hecho que es confirmado por muchas otras escrituras; a saber, que la Iglesia del primer siglo tenía un ardiente deseo por el pronto regreso de Jesús.

Un Decaimiento del Celo

La Iglesia del siglo XXI parece haber perdido ese deseo. La mayoría de los cristianos profesantes de hoy en día no oran “¡Maranata!”. No anhelan el regreso del Señor. En lugar de estar añorando, están bostezando.

Recursos recomendados:

miércoles, 13 de diciembre de 2023

La Señal de Israel (Parte 2 de 2)

Una Promesa Largamente Esperada

 Por Tim Moore

Promesas Hechas — y Cumplidas

Una de las promesas más prolíficas de las Escrituras es el voto de Dios de reunir al pueblo judío. En Ezequiel 28:25-26, Él dijo: “Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios”.

¿Captó eso? La conciencia judía de Dios y su fidelidad a Dios no precederán a la reunión; será el resultado de Su protección después de que Él haya manifestado Su fidelidad. Ezequiel 34:11-31 hace el mismo punto, enfatizando el recogimiento y la bendición antes de afirmar: “Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor”. En Ezequiel 36, el profeta registra dos veces la declaración enfática del Señor de que el recogimiento no está ligado al mérito o la fidelidad judía: “No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado” (vv. 22 y 32).

Zacarías predijo la reunión en Sion desde “la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol” (8:3-8) y la promesa de Dios de “fortalecer la casa de Judá... y guardar la casa de José... y hacerlos volver, porque tengo compasión de ellos, y serán como si no los hubiera desechado” (10:6).

Y, por supuesto, Isaías registró la promesa de Dios de traer de regreso a Su pueblo Israel desde el este y del oeste y del norte y del sur —los cuatro confines de la tierra. Jeremías dijo que esta reunión sería tan milagrosa, que haría palidecer incluso el Éxodo del cautiverio en Egipto en comparación (Jeremías 16:14-15, 23:7-8).

Comenzando a finales de 1800, aumentando a lo largo de la primera mitad del siglo XX (a pesar de la resistencia británica), y creciendo hasta convertirse en una inundación en los últimos 75 años, los judíos han estado regresando a Israel — desde los cuatro rincones de la tierra.

Ese milagro moderno representa una promesa hecha — y cumplida.

Si lo Deseas, no es un Sueño

El padre del sionismo moderno es Theodor Herzl. Cuando era un joven periodista húngaro-austríaco, Herzl viajó a Francia para informar sobre el juicio del oficial judío del ejército francés Alfred Dreyfus. El antisemitismo desenmascarado que Herzl presenció de los parisinos promedio lo llevó a darse cuenta de que los judíos nunca se integrarían completamente en las sociedades gentiles. Los antiguos celos y odios eventualmente resurgirían para amenazar a las familias judías dondequiera que vivieran.

Al igual que Herzl comenzó a clamar por una patria judía, los sionistas cristianos también surgieron para apoyar la causa del Estado judío. La motivación de Herzl era principalmente étnica o nacionalista, mientras que los sionistas cristianos entendían las promesas de Dios y la importancia del restablecimiento de Israel para la línea de tiempo profética de Dios.

A partir de 1897, Herzl reunió un “Congreso Sionista” en Basilea, Suiza, para promover la idea del sionismo y de un Estado judío independiente. Unas pocas personas muy motivadas se unieron a la causa y se volvieron fanáticas en su defensa del sionismo. Eliezar Ben Yehuda fue uno de ellos, pero su deseo de resucitar el hebreo como lengua principal del pueblo judío fue demasiado incluso para Herzl.

Cristianos como William Blackstone eran fervientes partidarios de la causa sionista. El pastor alemán William Hechler discernió la relación entre el pueblo judío y el regreso del Mesías y promovió fervientemente el sionismo — e incluso motivó a Herzl a ser más agresivo en sus aspiraciones.

Los cristianos que anhelaban el regreso del Señor hace 100 años estaban ansiosos por apoyar el sionismo y el establecimiento de una patria judía — incluso si el judío promedio no estaba dispuesto a desarraigarse de la relativa comodidad en Europa y en otros lugares para reubicarse en una franja de tierra desolada en la costa oriental del Mediterráneo. Ellos eran los visionarios que se inspiraban en la Palabra de Dios, no los detractores que sólo podían ver los hechos en el terreno.

Herzl es famoso por decir: “Si lo deseas, no es un sueño”. Su sueño parecía audaz y fuera del alcance de la mayoría de los judíos y gentiles a principios del siglo XX. Y su declaración podría ser considerada como otro ejemplo de descaro — si se basara sólo en la arrogancia y el orgullo del hombre.

Pero el sueño de Herzl se alineaba con la voluntad de Dios. De hecho, la profecía de Dios de reunir a su pueblo y restablecerlo como “una nación sobre los montes de Israel” fue una promesa garantizada por la fidelidad del Prometedor.

Porque Él lo quiso, no fue un sueño.

El Tiempo de los Gentiles

Jesús dijo que Jerusalén sería pisoteada por los gentiles “hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).

¿Recuerda la idea de Pablo de que la resistencia judía al Evangelio lo impulsó al mundo gentil? Las Escrituras indican que llegaría un momento en que el enfoque volvería al pueblo judío. La nación moderna de Israel fue restablecida el 14 de mayo de 1948, pero la Ciudad Vieja de Jerusalén, incluyendo el Monte Sion mismo, continuó siendo pisoteada por los gentiles hasta 1967.

Hacia el final de la Guerra de los Seis Días, Israel reconoció una breve ventana de oportunidad para recuperar Jerusalén. Sus objetivos militares no incluían la antigua capital. De hecho, Israel había instado a Jordania a mantenerse neutral durante las hostilidades. Pero el orgullo de Jordania y la voluntad de Dios se alinearon para crear una oportunidad para que los judíos recuperaran la ciudad.

Tengo la intención de explorar los aspectos militares de la batalla por Jerusalén en un libro de próxima publicación (La Batalla por Israel). La implicación de esta victoria no pasó desapercibida para los que discernían espiritualmente en 1967. Al enterarse de que la ciudad había sido liberada, Shlomo Goren, el Gran Rabino de las FDI, corrió hacia el Muro de los Lamentos, tocó un shofar y declaró: “Proclamo hoy el comienzo de la Era Mesiánica”. Entendió que, cuando los judíos volvieran a tomar posesión de Jerusalén, el reloj profético de Dios comenzaría la cuenta regresiva hasta el final.

A pesar de tener Lucas 21:24, innumerables otras Escrituras proféticas y la presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros, la mayoría de los cristianos gentiles ignoraban la importancia de ese momento. He preguntado a decenas de creyentes que vivieron ese período sobre la reacción en sus iglesias. Dan testimonio de una apatía abrumadora ante los acontecimientos que tienen lugar al otro lado del mundo. La creciente agitación de Vietnam y el creciente malestar en el país clamaban por mucha más atención que los acontecimientos en Israel.

Este es un triste comentario sobre el cristianismo contemporáneo — y no pretendo tener inmunidad inherente a esta miopía. Mientras Dios está obrando a nuestro alrededor y cumpliendo las promesas que los cristianos han anhelado presenciar durante casi 2,000 años, la mayoría de los seguidores de Cristo están prestando atención a todas las cosas equivocadas. Esto me recuerda al personaje de C.S. Lewis, Clarence Eustace Scrubb, cuyo lamentable egocentrismo provenía del hecho de que había “leído todos los libros equivocados”.

Estamos llamados a ser el pueblo de El Libro — atesorarlo, estudiarlo, creerlo y obedecerlo. Ciertamente, hay aspectos de la escatología en los que la gente no está de acuerdo, o que sólo podemos ver claramente en retrospectiva. Pero hay muchas cosas que podemos entender si simplemente abrimos el libro y (para seguir la admonición de Apocalipsis citada dos veces) “leemos y prestamos atención”.

Justo antes de que entraran a poseer la Tierra Prometida, Moisés le dijo al pueblo judío: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre...” (Deuteronomio 29:29).

¿Qué es lo Siguiente?

Si “los tiempos de los gentiles se han cumplido”, ¿qué nos espera? De acuerdo con la Palabra profética de Dios, no hay más requisitos previos para que se le diga a Jesús: “Ve y busca a Tu Novia”.

La misma frase insinúa que hemos vuelto a entrar en la época de los judíos — en Jerusalén y más allá. Y, ciertamente, el mundo ha centrado su atención en la cuestión judía con renovado vigor. La paz en Medio Oriente implica inevitablemente a Israel. Las naciones del mundo prestan mucha atención a lo que sucede en Jerusalén, y están alineadas de manera única en oposición a Israel. El propio objetivo de Satanás de eliminar a los judíos se manifiesta cada vez más en el antagonismo hacia Israel y el antisemitismo hacia los judíos.

Pero Dios no ha terminado con el pueblo judío. Él los tiene justo donde Él los quiere — de regreso en su tierra y listos para presenciar Su mano poderosa y extendida protegiéndolos milagrosamente.

Alabado sea el Señor, hay una creciente ola de creencia en Yeshúa entre los judíos en Israel y los que permanecen en la Diáspora. Pero el goteo se convertirá en un torrente en la plenitud de los tiempos. Y, cuando el pueblo judío llegue al fin de sí mismo, durante la Tribulación, mirará a Aquel a quien traspasaron y llorarán por Él como por un hijo primogénito. Entonces, clamarán: “¡Baruj Haba B’Shem Adonai —¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor!”.

La Cuenta Regresiva Está en Marcha

Todos las Señales de los Tiempos indican que estamos viviendo en tiempo prestado. Jesús viene pronto. Pero la señal más importante de todas es Israel. Su mera existencia demuestra que Dios es todopoderoso; que Él puede elegir, bendecir y proteger a quien Él quiera; y que Él orquestará incluso las malas intenciones de Satanás y del hombre para cumplir Su perfecta voluntad y glorificarse a Sí mismo.

A medio mundo de distancia, Israel brilla como un letrero de neón — tanto una promesa como una advertencia. ¡Jesús viene pronto! Él será la Esperanza Bienaventurada para aquellos que lo conocen, pero será un terror santo para aquellos que lo han rechazado (Juan 3:36).

La decisión es tuya. El tiempo apremia. ¡El año que viene en Jerusalén podría ser demasiado tarde!

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Vea:

La Importancia de Bendecir a Israel

Un Análisis General del Conflicto Actual en el Medio Oriente

Las Raíces del Antisemitismo y la Teología del Reemplazo

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lunes, 11 de diciembre de 2023

La Señal de Israel (Parte 1 de 2)

Una Promesa Largamente Esperada

 Por Tim Moore

Todos tenemos recuerdos específicos que están indeleblemente grabados en nuestras mentes. Nuestra boda. El nacimiento de un hijo. O tal vez un momento de tragedia.

Sociedades enteras pueden experimentar eventos emocionales significativos que quedan grabados a fuego en la memoria colectiva. La generación de la Segunda Guerra Mundial nunca olvidó Pearl Harbor. Sus hijos recordarían durante mucho tiempo dónde estaban cuando se enteraron del asesinato de JFK. Recuerdo vívidamente haber visto la explosión del Challenger y, más tarde, la cobertura de los ataques del 11 de Septiembre.

Otros eventos históricos han alterado la trayectoria de las naciones y del mundo. Es por eso que la Batalla de Lexington y Concord (que inició la Guerra de Independencia de los Estados Unidos) se convirtió en “el disparo que se escuchó en todo el mundo”.

En 1948, los acontecimientos en un remoto rincón del mundo marcaron el cumplimiento de antiguas profecías y aceleraron la llegada de los Tiempos del Fin. Israel renació.

Una Promesa Largamente Esperada

A partir del año 66 d. C., los judíos de Judea fueron diezmados, exiliados o dispersados. Sofocando sin piedad la revuelta que se originó en Galilea, el Imperio Romano resolvió responder a la “cuestión judía” — al menos en lo que respecta a los judíos de dura cerviz en Palestina. Así, a un gran costo, Roma dio ejemplo a los rebeldes judíos, sitiando Jerusalén e incluso aplastando a la última banda de resistencia en Masada.

Durante el duro reinado de Herodes el Grande, la resistencia judía al dominio romano fue aplastada. Cuando murió, su reino se dividió, y la guarnición romana pronto se encontró con una oposición abierta. Por supuesto, el Mesías judío apareció durante ese mismo período, ofreciendo una liberación verdadera y eterna — pero las autoridades judías corruptas se aseguraron de que fuera ejecutado por manos romanas.

Jesús había predicho la devastación que caería sobre Jerusalén. Debido a que la mayoría de los judíos no reconocieron el tiempo de su visitación y no lo abrazaron, Dios los rechazó por un tiempo largo y doloroso.

Rechazados, pero no abandonados.

El Señor no fue el primero en profetizar la destrucción y la Diáspora (dispersión de los judíos). Moisés fue muy claro acerca de la alternativa a la bendición continua de Dios sobre Su pueblo escogido. Deuteronomio 28 registra su extensa advertencia acerca de las consecuencias de la desobediencia. En lugar de una corriente interminable de bendición, dijo, “Y Jehová te esparcirá [a los hijos de Israel] por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo… Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma” (28:64-65).

Continuó describiendo la maldición que caería sobre la tierra misma, la Tierra Prometida que su pueblo estaba a punto de ir a poseer por primera vez. Cuando Dios dispersara al pueblo, la tierra misma se convertiría en “azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna” (Dt. 29:23).

Todas estas maldiciones caerían sobre Israel (pueblo y tierra) porque los judíos dejaron el pacto de Jehová, el Dios de sus padres (Dt. 29:25).

Pero Moisés también previó más allá de esa gran calamidad, prometiendo: “Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres” (Dt. 30:4-5).

Esa firme esperanza de esa promesa es la razón por la que todos los judíos de la diáspora han terminado el Séder de Pésaj con una oración esperanzadora: “El año que viene en Jerusalén”.

Una Esperanza Parpadeante

Durante más de 1,800 años, ese rayo de esperanza disminuyó y se hizo cada vez más débil. A medida que los judíos intentaron asimilarse a vivir en sociedades extrañas y asumieron los atributos de los pueblos entre los que vivían, la aspiración de regresar a la Tierra era más un ideal poco realista que una aspiración motivadora.

Debido a que la maldición sobre la Tierra era tan abrumadora, había poco atractivo para regresar a un páramo desolado. Y, a pesar del antisemitismo de bajo grado que ocasionalmente estalló en una persecución abierta y violenta, los judíos se sentían relativamente cómodos en lugares como Alemania, Polonia y Rusia.

Esto no debería sorprendernos. El ser humano se adapta rápidamente a las nuevas circunstancias y acepta la normalidad de su situación. Es por eso que muchos judíos eligieron permanecer en Babilonia, incluso cuando Nehemías llevó a algunos a regresar a Israel hace 2,500 años. Un buen número de ellos seguían viviendo en Irak hasta hace muy poco, cuando Saddam Hussein los expulsó. Y es por eso que sigue habiendo un gran contingente de judíos que condenan a Israel en Irán hasta el día de hoy.

Para un observador externo, la idea de que un pueblo muy disperso se desarraigara una vez más y regresara al lugar abandonado por Dios donde una vez vivió parecía ridícula. Sería como si las personas que se llaman a sí mismas troyanas decidieran reagruparse después de 3,000 años y reconstruir la ciudad perdida de Troya.

Sin embargo, a diferencia de los troyanos, el pueblo judío mantuvo su identidad a través de los largos años de la diáspora. Honraron las costumbres antiguas — aunque no siempre reverenciaron al Dios de sus padres — de una manera que los unificó a través de los años y las millas. La Pascua, Janucá, Purim y otras festividades judías aseguraron una memoria colectiva y una esperanza compartida.

A finales de 1800, las brasas de esa esperanza volvían a encenderse. En 1878, el poeta judío-polaco Naftali Herz Imber escribió las palabras de “Hatikvah” (La Esperanza):

Mientras en el fondo del corazón, 
Palpite un alma judía,
Y dirigiéndose hacia el Oriente,
Un ojo aviste a Sion.

No se habrá perdido nuestra esperanza,
La esperanza de dos mil años,
Ser un pueblo libre en nuestra tierra,
La Tierra de Sion y Jerusalén.

Shmuel Cohen, un músico de 17 años de Europa del Este, cuyos padres habían emigrado a Palestina, le puso la letra a una melodía rumana en 1887. Se hizo muy conocido en todos los círculos sionistas a principios del siglo XX y fue adoptado como himno del círculo sionista en 1933. Aunque el gobierno del Mandato Británico prohibió su transmisión pública, “Hatikvah” se convertiría más tarde en el himno nacional de Israel.

Como fue profetizado y prometido, la esperanza de Israel ciertamente brota eternamente.

Probabilidades Demasiado Altas Para Apostar

Los eventos históricos que rodearon el establecimiento del moderno Estado de Israel han sido repasados muchas veces en las páginas de El Farolero y en Cristo en la Profecía.

A lo largo del período de la diáspora, la Iglesia adquirió un sabor abrumadoramente gentil. Pablo habló del rechazo judío del Evangelio como la “reconciliación del mundo”, porque llevó a que el Evangelio mismo fuera esparcido por toda la tierra (Ro. 11:11-15). Trágicamente, muchos cristianos gentiles asumieron que la obstinación judía era evidencia de que habían sido dejados de lado, a pesar de que Pablo insistió en que ese no era el caso (Ro. 11:1-5).

Pero, al presenciar el cumplimiento de la profecía de Moisés con respecto al judío errante, marginado y desesperado, los gentiles aceptaron con demasiada facilidad la mentira de que Dios había desestimado al pueblo judío. Esa fue la actitud de los cruzados “cristianos”, que llegaron a Medio Oriente entre 1050 y 1300: matar judíos con tanto regocijo como despacharon a los mahometanos que se habían apoderado de Tierra Santa.

Por lo tanto, cuando los judíos comenzaron a regresar a la tierra que Mark Twain había testificado que estaba desolada y desprovista de personas, bestias o vegetación, hubo poco apoyo popular para su sueño. Incluso Gran Bretaña incumplió su promesa de la Declaración Balfour de apoyar el establecimiento de una patria judía en Palestina. A la hora de la verdad — y hubo mucho alboroto por parte del mundo árabe cuando los judíos comenzaron a crecer en número e influencia — las autoridades del Mandato Británico fueron decididamente pro-árabes y anti-judías.

Tal vez el mayor ejemplo de lo inconcebible del restablecimiento de Israel es el consejo ofrecido por el Secretario de Estado de Estados Unidos en 1948, George C. Marshall. El General Marshall, cuya perspicacia estratégica y geopolítica quedó demostrada en la Segunda Guerra Mundial, estaba convencido de que la abrumadora superioridad de los ejércitos árabes combinados significaría una sentencia de muerte para los judíos. Marshall advirtió a Harry Truman que si el Presidente se atrevía a apoyar la independencia de Israel, renunciaría a su cargo y luego haría campaña y votaría en su contra en las próximas elecciones.

Afortunadamente, Truman había prestado atención en la Escuela Dominical, y sabía que, mientras el hombre sólo ve imposibles, “mas para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). Y, cuando se trata de las profecías de las Escrituras, una promesa de Dios es una garantía férrea.

¿Probabilidades increíblemente altas o profecía cumplida? Muchos cristianos ignoraban demasiado la profecía bíblica como para conocer la diferencia.

En la segunda y última parte de esta mirada a la Señal de Israel, exploraremos la realización de la promesa de Dios de traer a los judíos de regreso a la Tierra Prometida.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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La Importancia de Bendecir a Israel

Un Análisis General del Conflicto Actual en el Medio Oriente

Las Raíces del Antisemitismo y la Teología del Reemplazo

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