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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Revista Llamada de Medianoche – Diciembre 2019

El ejemplo de María y el significado profético del magnificat

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Temas incluidos en esta edición:

»» Los nombres más populares en Israel
»» Tambores de guerra
»» Israel: un pueblo muy especial
»» ¿Presagios del Tercer Templo?
»» La gloria indecible de la encarnación de Dios

Entre otros.

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viernes, 14 de diciembre de 2018

La Verdad del Nacimiento Virginal (parte 3)

¿Es Esencial para la Fe Cristiana?


La Iglesia de la Natividad en Belén


La Esencialidad del Nacimiento Virginal

Centrémonos por un momento en la esencialidad del nacimiento virginal. ¿Por qué es tan importante para la fe cristiana? Yo diría que hay tres razones.

En primer lugar, se relaciona con la integridad de la Biblia como la Palabra de Dios. La Biblia dice rotundamente que Jesús nació de una virgen. Si eso no es cierto, entonces, ¿qué podemos creer en la Biblia? Si lo que ella dice acerca del nacimiento de Jesús es ficción, ¿entonces como podemos creer lo que dice acerca de Su muerte y resurrección?

En segundo lugar, se relaciona con la integridad de Jesús como el Mesías. Para que Jesús fuera nuestro Salvador, tres condiciones debían cumplirse:

a) Él tenía que ser Humano. Ningún ángel podía morir por nuestros pecados.

b) Él tenía que ser Divino. Un simple mortal no podía soportar el precio infinito que debía pagarse por nuestros pecados.

c) Él tenía que ser Inmaculado. Un pecador no podía morir por los pecados de otros.

El nacimiento virginal garantizó el cumplimiento de estas tres condiciones:

a) Debido a que nació de María, Él era Humano.

b) Debido a que fue concebido por el Espíritu Santo, Él era Divino.

c) Debido a que nació santo, sin una naturaleza pecaminosa, Él estaba calificado para servir como nuestro Salvador.

Este último punto es extremadamente importante. Verá, aunque Adán y Eva pecaron, Dios le asignó la responsabilidad a Adán (Génesis 3:17-19). Romanos 5:12-21 enfatiza este punto. Afirma que, así como la muerte entró al mundo a través del pecado de un hombre, Adán, y dio lugar a la condenación para todos los hombres, así también, la esperanza de la vida y la justificación han llegado a través de un hombre, Jesucristo.

El punto es que la naturaleza pecaminosa es transmitida por el padre, y por lo tanto, para que Jesús naciera sin una naturaleza pecaminosa, tenía que nacer sin un padre terrenal. Y esto nos lleva a otro punto importante. No fue el nacimiento de Jesús lo que fue milagroso. Él estuvo en el vientre de María durante 9 meses y nació como usted y como yo. Lo que fue milagroso fue Su concepción. En un gran milagro de creación, fue colocado en el vientre de María por el Espíritu Santo.

El Dr. Henry Morris, fundador del Instituto para la Investigación del Creacionismo, describe el proceso en estas palabras:

El cuerpo creciendo en el vientre de María debe haber sido especialmente creado en perfección completa, y colocado allí por el Espíritu Santo, con el fin de que fuera libre del daño inherente del pecado.

Cristo aún estaría “…” (Romanos 1:3), debido a que Su cuerpo fue nutrido por y nacido de María, quien era de la simiente de David. Él aún sería el Hijo del Hombre, compartiendo toda la experiencia humana universal desde la concepción hasta la muerte, excepto el pecado. Él es verdaderamente “…” (Génesis 3:15), Su cuerpo no se formó ni de la simiente del hombre ni del óvulo de la mujer, sino que creció a partir de una semilla única plantada en el cuerpo de la mujer por Dios mismo.

Es decir, Dios directamente formó un cuerpo para el segundo Adán, tal como lo hizo para el primer Adán (Génesis 2:7). Esto fue nada menos que un milagro de creación, capaz de ser realizado sólo por el Creador mismo.12

La Anunciación

Regresemos ahora a las Escrituras y continuemos con la historia de la natividad, mediante la lectura de Lucas 1, comenzando con el versículo 26 — una vez más usando el Nuevo Testamento Judío.

26 En el sexto mes, el angel Gabri’el fue enviado por Dios a una ciudad en el Galil llamada Natzeret,

27 a una virgen comprometida en matrimonio con un hombre llamado Yosef, de la casa de David. El nombre de la virgen era Miryam. 

28 Acercándose a ella, el ángel le dijo: “¡Shalom, mujer favorecida! ¡ADONÁI está contigo!”.

29 Ella se sintió profundamente turbada por sus palabras y se preguntó qué clase de saludo podía ser ese.

30 El ángel le dijo: “No temas, Miryam, porque has hallado gracia con Dios. 
31 ¡Mira! Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, al que deberás poner por nombre Yeshúa.

32 Él será grande, será llamado Hijo de HaElyon. ADONÁI, Dios le entregará el trono de su antepasado David;

33 y él gobernará la casa de Ya’akov para siempre, no habrá fin a su Reino”.

"La Anunciación" (la aparición del ángel Gabriel a María), pintada en 1644 por Philippe de Champaigne (1602-1674), un pintor francés. 

Hagamos una pausa por un momento porque quiero recordarles un hecho muy importante: la persona que escribió estos versículos fue un hombre llamado Lucas, quien era un médico. Esto es importante porque nos da más información acerca del nacimiento virginal que todo el resto de los escritores del Evangelio combinados.

Y no creo que haya sido un accidente. Piénselo — ¡Dios usó a un médico, un hombre de ciencia, para darnos los hechos detallados acerca del nacimiento virginal! Y creo que Dios hizo esto a propósito para que nadie pudiera descartar legítimamente la historia como las imaginaciones mitológicas de una persona ignorante y supersticiosa. ¡El testigo más importante del nacimiento virginal es un doctor!

Otra cosa que debemos tener en cuenta al considerar estos versículos de Lucas es que en esa época, no había bodas a la fuerza — ¡simplemente no existían! 

Se negociaba y firmaba un contrato de matrimonio formal, llamado Ketubah, en cuyo momento se consideraba que la pareja estaba casada, pero el matrimonio no se consumaba hasta después de un período de espera de 9 meses a un año. Durante ese tiempo, el esposo preparaba una casa para que vivieran y la esposa demostraba su fidelidad.

Y si la mujer quedaba embarazada durante ese tiempo, era un asunto muy serio. Significaba que sería apedreada a muerte por infidelidad o humillada por un decreto de divorcio. Así pues, el anuncio de Gabriel de que María iba a quedar embarazada durante ese período de espera, tenía grandes consecuencias, por decir lo menos.

Consideremos la respuesta de María al anuncio de Gabriel:

34 “¿Cómo podrá ser esto”, le preguntó Miryam al ángel, “puesto que soy virgen?”.

35 El ángel le constestó: “El Ruach HaKodesh vendrá sobre ti, el poder de HaElyon te cubrirá. Por lo tanto el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.

36 ¡Tú tienes un familiar, Elisheva, que es una mujer anciana y todo el mundo dice que ella es estéril, pero ha concebido un hijo y está embarazada de seis meses! 

37 Porque para Dios nada es imposible”. 

38 Miryam dijo: “Yo soy la sierva de ADONÁI, hágase en mí como tú has dicho”.  

La Respuesta de María

Ahora, lo primero que debemos notar acerca de la respuesta de María es que, aunque probablemente no tenía más de 14 años, no era una niña ingenua. Ella sabía lo que se necesitaba para tener un bebé, y por eso inmediatamente proclamó, “¿Cómo podrá ser esto puesto que soy virgen?”. Gabriel responde diciéndole que la concepción será milagrosa por el poder del Espíritu Santo.

Dudo que María tuviera alguna idea de lo que eso significaba — tal como no podemos comprenderlo completamente hoy — sin embargo, sabiendo que eso complicaría enormemente su vida y su relación con José, ella respondió, “Yo soy la sierva de ADONÁI, hágase en mí como tú has dicho”. Ésa, mis amigos, fue una declaración de fe increíblemente valiente. 

La Inocencia de María

Pero la respuesta de María no es la única evidencia de su inocencia. Evidencia adicional puede encontrarse en el relato de Lucas. Sigamos leyendo:

39 Sin demora alguna, Miryam se puso en camino y se fue a la ciudad en la región montañosa de Y’hudad

40 donde Zacarías vivía, entró a su casa y saludó a Elisheva.

41 Cuando Elisheva oyó el saludo de Miryam, el bebé en su seno se movió. Elisheva fue llena del Ruach HaKodesh 

42 y habló a gran voz: “¡Cuán bendita eres entre las mujeres! ¡Y qué bendito es el niño en tu seno!

43 ¿Pero quién soy yo como para que la madre de mi Señor venga a mí?

44 ¡Porque tan pronto como llegó a mis oídos el sonido de tu saludo, el bebé en mi seno saltó de gozo!

45 Bendita seas por haber confiado en que la promesa que te ha hecho ADONÁI se cumplirá en ti”. 

Elizabeth saluda a María.

Observe que la inocencia de María se atestigua una y otra vez en estos versículos particulares. Por ejemplo, lo primero que nos dicen es que María corrió a una pariente, Elizabeth, para compartir con ella las buenas noticias de su embarazo. Déjeme preguntarle, ¿cuántas chicas solteras embarazadas ha visto comportarse de esa manera? Normalmente se sienten abrumadas por la vergüenza, ¡y las últimas personas que quieren que sepan acerca de su situación son sus parientes!

¡Y su inocencia se ve confirmada por el hecho de que escogió a una familia sacerdotal para compartir la noticia! La importancia de esto es que el esposo de Elizabeth, Zacarías, era un sacerdote. Si María estaba embarazada por fornicación, habría sido responsabilidad de Zacarías reportarla y hacer que ella fuera juzgada y lapidada.

Creo que la inocencia de María también se confirma por la reacción de Elizabeth cuando ella exclamó, “¡Cuán bendita eres entre las mujeres! ¡Y qué bendito es el niño en tu seno!”. ¡Lo hizo antes de que María pudiera siquiera decirle el propósito de su visita!

El pasaje dice que lo hizo bajo la unción del Espíritu Santo. En otras palabras, a Elizabeth le fue dada una palabra de conocimiento sobrenatural, y esto debió haber servido como confirmación a María del mensaje que Gabriel le había dado.
Y otra confirmación es proporcionada por Juan el Bautista, quien en ese momento aún estaba en el vientre de su madre, Elizabeth. Él comenzó a saltar con alegría en el vientre de su madre, cuando María llegó, ¡porque sintió la presencia del Mesías!

El Cántico de María

Continuemos con nuestra búsqueda de evidencia de la inocencia de María. La siguiente pieza de evidencia se encuentra en un hermoso cántico que María le canta a Elizabeth:

46 Luego Miryam dijo: “Mi alma enaltece a ADONÁI

47 y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador,

48 que se ha fijado en su sierva en su humilde posición. ¡Porque, imagínate! ¡Desde ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita! 

49 El Todopoderoso ha hecho grandes cosas conmigo. Su nombre es realmente santo

50 y en cada generación él tiene misericordia de aquellos que le temen”.

Le pregunto, ¿qué chica soltera embarazada se ha comportado de esta manera, entonando cánticos de alabanza a Dios delante de sus familiares? ¡El comportamiento de María es el comportamiento de la inocencia!

Lea la parte 1 »»aquí
Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

martes, 4 de diciembre de 2018

Redescubriendo a María

Honrando a María


"La Asunción de María" (ca. 1626), del pintor flamenco Peter Paul Rubens (1577-1640).

Hay dos cosas que siempre me han molestado acerca de María, la madre de Jesús.

En primer lugar, me han horrorizado los esfuerzos de la iglesia católica para deificarla — para convertirla en un dios.

En segundo lugar, me ha preocupado la forma en la que los protestantes la han ignorado — probablemente debido a la atención que ha recibido de los católicos. 

Los católicos niegan que la hayan hecho un dios, pero sus acciones, e incluso sus palabras, testifican lo contrario. No es del todo inusual encontrarla mencionada en la literatura católica como “corredentora”, la puerta del cielo”, “nuestra abogada”, y “mediadora”.

Además, la iglesia católica ha intentando elevar a María al estatus de deidad por medio de cuatro doctrinas no escriturales:

1) La Inmaculada Concepción de María — Proclamada por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. La mayoría de las personas, incluyendo a los católicos, piensan que esto se refiere a la milagrosa concepción de María de Jesús a través del poder del Espíritu Santo. Pero no, más bien se refiere a una creencia de que María misma nación sin pecado y que permaneció sin pecado durante toda su vida. No hay base bíblica para esta herejía. Las Escrituras enseñan que sólo Jesús nació sin pecado y permaneció así hasta el momento de Su muerte.

2) La Asunción de María — Proclamada por el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Ésta es la creencia de que María fue tomada al Cielo, en cuerpo y alma, donde fue glorificada y “exaltada por el Señor como Reina sobre todas las cosas”. La declaración del Papa no dejó en claro si esta asunción ocurrió antes o después de su muerte. De nuevo, no hay base bíblica alguna para esta doctrina.

3) La Virginidad Perpetua de María — Esta doctrina se basa en la tradición. Declara que María permaneció virgen durante toda su vida. Una vez más, no hay base bíblica para esta creencia. De hecho, las Escrituras indican lo contrario, ya que nombran a cuatro hermanos de Jesús y mencionan que Él tenía dos hermanas, que no se nombran (Marcos 6:3; Mateo 13:55-56).

4) María como Corredentora — Ésta no es una doctrina oficial de la iglesia católica, aunque ha habido muchas solicitudes de los católicos para que el Papa la declare como dogma. A pesar de que el Papa no lo ha hecho hasta la fecha, muchos de los voceros de la iglesia la tratan como corredentora, igual a Jesús, al referirse a ella como tal y alentando a los católicos a rezarle.

Los católicos a menudo se sorprenden al descubrir lo poco que se dice acerca de María en las Escrituras y cómo ellas la tratan como un ser humano y no como un dios. El pastor John MacArthur ha enfatizado este punto en sus escritos:

La Escritura en realidad tiene muy poco que decir acerca de María. No hay descripción de su apariencia física, nada acerca de su vida, sus años posteriores a la muerte de Cristo o de su propia muerte y sepultura. Y cuando ella aparece con los discípulos y otros creyentes el Día de Pentecostés, no es objeto de adoración o incluso un líder de la iglesia primitiva — es sólo una entre muchos.  Simplemente no hay ejemplos bíblicos de que alguien alguna vez le haya orado, honrado o venerado. 

Tampoco desempeña ningún papel en las presentaciones del Evangelio en el Nuevo Testamento. En el tratado teológico de Pablo llamado el libro de Romanos, lo único que dice sobre ella es que era “una descendiente de David” (Romanos 1:3). Y en sus cartas a los gálatas, en la que presenta una larga explicación del Evangelio, simplemente se refiere al hecho de que Cristo fue “nacido de mujer” (Gálatas 4:4). ¡En ninguno de los pasajes ni siquiera la menciona por su nombre!

Todo esto me recuerda algo que solía experimentar cada diciembre entre 1980 y 2002, cuando tenía un programa de radio diario de 15 minutos, que se transmitía a nivel nacional. A medida que nos acercábamos a la Navidad cada año, siempre dedicaba uno o dos programas a María, y destacaba que ella era una pecadora como todos nosotros y que, como nosotros, necesitaba un Salvador. 

¡La respuesta siempre era una avalancha de mensajes que me asignaban el área más profunda, oscura y caliente del infierno!

El hecho del asunto es que María misma se dio cuenta de que necesitaba un Salvador y proclamó esa verdad en el cántico que entonó cuando visitó a su pariente, Elizabeth. Ella comenzó con estas palabras: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1:46-47).

"La Visitación" (1502), del pintor italiano Mariotto Albertinelli (1474-1515).

La elevación de María a deidad es blasfemia. Pero tampoco es apropiado ignorarla. Debería ser usada como un modelo de rectitud en la adolescencia, para nuestros jóvenes.

La edad para contraer matrimonio en Israel en su época era de 13 años. Ella ya estaba comprometida con José cuando el ángel Gabriel se le apareció y le informó que se convertiría en la madre del Mesías. En esa cultura, el compromiso era considerado como el matrimonio, aunque el matrimonio aún no había sido consumado. Quedar embarazada durante el tiempo de espera era escandaloso y podría causar la muerte por lapidación.

María estaba plenamente consciente de todo esto. También era consciente de cómo se concibe un niño, ya que cuando el ángel le informó que quedaría embarazada, su primera respuesta fue: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:34). El ángel explicó que “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra...” (Lucas 1:35). Luego añadió, “porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37).

Cuando María tuvo claro que era la voluntad de Dios que ella diera a luz al Mesías, ella proclamó, “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38).

Rendirse por completo a la voluntad de Dios, sabiendo que podría causar que su esposo se divorciara de ella y que su comunidad la rechazara o incluso la apedreara a muerte, requirió mucha fe de parte de María, y deberíamos honrarla por su increíble fe. 


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 25 de diciembre de 2010

El Mesías Judío: Nacido de una virgen

"La Anunciación" (la aparición del ángel Gabriel a María), pintada en 1844 por Philippe de Champaigne (1602-1674), un pintor francés.

Isaías 7:14

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

Lucas 1:30-35

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.


Quizá la declaración más discutida de todas las que el Nuevo Testamento hace respecto de Jesús, es que nació de una virgen en cumplimiento de la profecía de Isaías (Isaías 7:14). Lo que se pone en duda no es su nacimiento, que fue muy normal. Lo que se discute es la manera en que fue concebido. En la manera normal de realizarse la concepción, el espermatozoide y el óvulo tienen que unirse para producir un niño. En el caso de Jesús, las Escrituras afirman que no estuvo presente espermatozoide alguno que hiciera de María una mujer encinta. El Espíritu Santo hizo sombra sobre ella y se generó la vida en un óvulo de su seno, que se convirtió en Jesús niño.

Si vamos a ver, toda vida es un milagro. Los espermatozoides y los óvulos entran en contacto con gran frecuencia y sin embargo, no siempre se produce vida. Si creo en un Dios soberano y todopoderoso que puede hacer todo cuanto quiere, entonces no es tan gran cosa creer que pudo hacer surgir una nueva vida de un óvulo en el seno de una mujer sin la ayuda de un espermatozoide de varón, para convertirse de esta manera singular en el Padre del niño.


Isaías predijo el nacimiento virginal

Está en perfecto acuerdo con todos los demás fenómenos sobrenaturales relacionados con el Mesías prometido, que su entrada a este mundo se realizara también de una manera singular. Isaías profetizó específicamente que una virgen daría a luz un hijo y su nombre sería “Emanuel”. ¡Ese nombre significa Dios con nosotros! También escribió para Israel, su nación: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6).

Ese niño que sería llamado Dios fuerte y Padre eterno es el mismo niño que nacería de una virgen en Belén. El hijo de esa virgen no era otro, sino el Mesías mismo. Por lo menos una fuente talmúdica asocia esta profecía de un niño nacido de virgen con el Mesías. En el Talmud babilónico, el Rabí Huní en nombre del Rabí Ide y el Rabí Josué dijo: “Este hombre es el Rey Mesías, de quien se dice en el Salmo 2:7: ‘Yo te engendré hoy’”.

¿Cuándo es virgen una virgen?

No hay duda de que esta profecía es la más discutida de todas las que se proponen como mesiánicas. Los eruditos que desacreditan esta profecía lo hacen a base del hecho de que el vocablo hebreo “almah”, que se traduce “virgen”, también se puede traducir “doncella”. Es cierto. El vocablo “almah” puede designar a veces una joven doncella, pero siempre se refiere a una joven soltera. Sobre esto dijo Martín Lutero: “Si hay alguien, judío o cristiano, que me pueda probar que hay algún pasaje de las Escrituras en que ‘almah’ signifique ‘mujer casada’, le daré cien florines…”1

El propósito original de este pasaje relativo a una virgen que da a luz un hijo tiene que ver con la promesa de una señal milagrosa que se le da a la casa de Judá como garantía de que sus enemigos no la aplastarían. Por tanto, sería una señal vacía y sin sentido si se tratara sencillamente de que una joven doncella diera a luz un niño, y especialmente un hijo ilegítimo. El parto es algo frecuente en las mujeres casadas, y lamentablemente sucede también entre las doncellas solteras. Sin embargo, sería una señal verdaderamente milagrosa para la casa de David que una virgen fuera a dar a luz un niño.

Por mucho que los hombres pongan en tela de juicio la afirmación de que Jesús es el cumplimiento de la profecía de Isaías respecto de un hijo nacido de virgen, no se puede pasar por alto que doscientos cincuenta años antes de nacer Jesús, la traducción del Antiguo Testamento al griego hecha por los hebreos (la Septuaginta o versión de los Setenta) traduce la palabra “almah” con el vocablo griego parzénos, que sólo tiene un significado: “virgen”. ¡Aquellos escribas judíos esperaban un Mesías que nacería de una virgen!

1. E. W. Hengstenberg. Christology of the Old Testament (Cristología del Antiguo Testamento), vol. 1, p. 418.

Tomado del libro, "La Promesa", por Hal Lindsey.


En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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