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martes, 26 de enero de 2021

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo (pdf)

 Por Tim Moore

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Tabla de Contenidos

Introducción

Parte 1: Vocabulario Profético

Parte 2: Cómo se Desarrollaron las Diversos Puntos de Vista

Parte 3: Expectativas Premileniales

Parte 4: Falacias Amileniales y Postmileniales

Parte 5: Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Cómo, Por qué

Parte 6: Aplicación

Referencias 

Acerca del Autor


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martes, 5 de enero de 2021

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 6

Aplicación

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Para concluir, consideremos cómo debe responder a la información contenida en este folleto. Su respuesta dependerá de quién sea.

Implicaciones para un Creyente

Si ya ha puesto su confianza en Jesucristo como su Señor y Salvador, puede anticipar Su llamado con gran gozo. Sin importar las circunstancias de su vida o las tormentas que se desaten a su alrededor, su destino eterno está seguro. El Señor lo llamará a Sí mismo en el Rapto, antes del comienzo de la Tribulación. Él glorificará su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos y le traerá de regreso con Él en Su Segunda Venida, cuando regrese en gloria. Entonces reinará con Él por mil años (Apocalipsis 20:6).

Hasta que lo haga, oro para que este folleto lo ayude a motivarlo a un evangelismo urgente, una vida santa y a una mirada hacia el cielo. 

Implicaciones para un Judío

Todas las bendiciones que acompañan a la elección de Dios pueden ser suyas si pone su fe en el Dios de Abraham, Isaac and Jacob, y acepta que Yeshúa es el Mesías a quien todos los profetas anticiparon. Considere por sí mismo todas las profecías mesiánicas que Él cumplió. Al poner su fe en Él, puede darse cuenta de la bienaventuranza que es su derecho de nacimiento. Pero si lo rechaza, no hay otro camino, ninguna otra puerta, para entrar al descanso sabático eterno de Dios. 

Vuélvase a Yeshúa ahora. Reconózcalo como el Mesías judío predicho por los profetas judíos. No espere hasta que la Tribulación comience para clamar: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.

Implicaciones para un Incrédulo

Si es un gentil que aún no conoce a Jesús, no espere un día más para alejarse de ira que vendrá (Juan 3:36). Jesús está a las puertas mismas del cielo. Él podría llamar a Su Iglesia en cualquier momento, pero no desea que perezca (2 Pedro 3:9). No se arriesgue a otro momento con la terrible ira de Dios sobre usted (Juan 3:36). Acepte Su regalo gratuito de salvación y llegue a conocerlo como Salvador y Señor. 

Reconozca en su corazón y confiese con su boca: “Jesús, eres el Señor de todo. Confieso mi pecaminosidad y pongo mi confianza en ti. Con tu ayuda, me aparto de mi pecado. Anhelo una relación contigo y anhelo una eternidad contigo.

Abandone su incredulidad. Vuélvase a Jesús y descubra que: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).

Conclusión

Independientemente de la categoría en la que se encuentre, espero que haya sido alentado o desafiado en su comprensión de la profecía bíblica. Oro para que, como Jacob, haya luchado con el Señor, y salga cambiado pero bendecido. 

Más que cualquier otra cosa, le insto a poner su fe en Aquél que murió y resucitó y que viene en gloria para juzgar a los vivos y los muertos. Hasta que Él irrumpa desde los cielos, únase a mí para exclamar: “¡Maranata! ¡Ven pronto, Señor Jesús!”.

¡Vaya con Dios!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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lunes, 4 de enero de 2021

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 5

 Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Cómo, Por qué

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Para resumir, seguiré el esquema de un poema de Rudyard Kipling, que proporciona un resumen sucinto de las similitudes y diferencias en los puntos de vista del Milenio:

Tengo seis sirvientes honestos

Me enseñaron todo lo que sabía;

Sus nombres son Qué y Por qué y Cuándo

Y Cómo y Dónde y Quién.

Quién — Jesucristo reinará físicamente sobre la tierra desde el trono de Su padre David, que siempre ha estado ubicado en un solo lugar — la Jerusalén terrenal. Las naciones del mundo finalmente lo reconocerán como Rey de reyes y Señor de señores. Todos los puntos de vista concuerdan en el señorío de Jesucristo, pero los amilenialistas y postmilenialistas sostienen que será la Iglesia la que reinará físicamente, no Jesús. 

Qué — Un reinado de Jesús en la tierra y sobre la tierra. Tanto los amilenialistas como los postmilenialistas niegan esto. Los amilenialistas argumentan que Jesús está reinando ahora desde el Cielo a través de Su Iglesia. Los postmilenialistas sostienen que Jesús también reinará desde el Cielo a través de Su Iglesia, una vez que la Iglesia se haya apoderado del mundo. 

Cuándo — El momento del reinado milenial es un punto central de discusión. El premilenialismo dice que éste comenzará al final de la Tribulación, cuando Jesús regrese a la tierra en Su Segunda Venida. Los amilenialistas dicen que el Milenio comenzó en la Cruz. Los postmilenialistas sostienen que no comenzará hasta que la Iglesia se apodere del mundo.

Dónde — Jesús reinará desde el Monte Sión en Jerusalén, en medio de la nación de Israel (Zacarías 8:3). Con el Mesías reinando en Jerusalén, la ciudad será llamada “…”, que significa “el Señor está allí” (Ezequiel 48:35). Esto significa que Israel logrará la primacía entre las naciones que siempre se le ha prometido. Éste es otro punto de gran controversia, porque sólo la postura premilenial espera que Jesús reine desde el Monte Sión en Jerusalén — como lo dice claramente la Escritura. Los amilenialistas y postmilenialistas espiritualizan esos textos, para colocar a Jesús en el Cielo durante Su reinado. Y ambos niegan cualquier importancia futura para el Israel físico.

Cómo — Jesús derrotará al Anticristo en el Valle de Armagedón con el aliento de Su boca, junto con los ejércitos paganos reunidos del mundo (2 Tesalonicenses 2:8). Cuando Él hable, se desatará una plaga que consumirá y matará instantáneamente a las fuerzas del Anticristo (Zacarías 14:12). Los puntos de vista amilenial y postmilenial espiritualizan todas estas Escrituras, negando que tengan un significado literal.

Por qué — Los propósitos del reino milenial son:

1) Cumplir las promesas proféticas de que el Mesías reinará sobre la tierra desde el trono de David, y que las naciones acudirán a Jerusalén para adorarlo.

2) Proporcionar un Milenio sabático, cuando la tierra será refrescada y experimentará la paz mundial.

3) Cumplir las promesas a la nación judía de que algún día serán la nación principal del mundo. 

4) Cumplir la promesa a la Iglesia de que un día reinará con Jesús sobre todo el mundo.

Una vez más, los amilenialistas y postmilenialistas espiritualizan todas estas promesas, haciéndolas inválidas. 

Una Razón Adicional para el Milenio

Hay otro propósito muy importante del Milenio. Dios lo usará para probar que la religión del humanismo, inspirada por Satanás, es falsa. Los humanistas enseñan que la fuente del mal en el mundo es la sociedad y no la naturaleza caída de los seres humanos. Creen que los humanos son esencialmente buenos y capaces de alcanzar la perfección, si tan sólo los males de la sociedad pudieran ser curados. Perpetúan la mentira de la serpiente que le fue dicha a Eva en el Jardín del Edén — que el hombre puede llegar a ser como Dios.

La Biblia enseña lo contrario — que la humanidad está fatalmente defectuosa debido a una naturaleza pecaminosa inherente y que la única esperanza es que las personas nazcan de nuevo, a través de la fe en Jesús y reciban la morada del Espíritu Santo.

Entonces, Dios va a poner a toda la humanidad en un ambiente perfecto, el Milenio, y los bendecirá generosamente. Sin embargo, al final del reinado milenial del Señor, cuando Satanás sea soltado, podrá reunir a un gran número de aquellos que estén en sus cuerpos físicos para que se rebelen contra Jesús, lo que demostrará de forma decisiva que las personas no pueden ser cambiadas simplemente perfeccionando su ambiente.

La historia terminará en un círculo. Comenzó con dos personas en un ambiente perfecto — el Jardín del Edén. Se rebelaron contra su Creador. Terminará con toda la humanidad en una sociedad perfecta, sin embargo, la mayoría de ellos también se rebelarán.

Durante el Milenio, la humanidad estará restringida por el gobierno absoluto del Señor con una vara de hierro. Piense en cómo será para los seres humanos no regenerados. Incluso mientras viven en un mundo utópico, la mayoría de ellos añorarán las cosas de la carne. Incluso pueden honrar a Jesús con sus labios, pero hervirán de rebelión, y sus corazones permanecerán lejos de Él (Mateo 15:8).

Cuando Satanás sea liberado al final del Milenio, avivará ese espíritu de rebelión y llevará a muchos a volverse contra el Señor. Esto resultará en su destrucción y el confinamiento de Satanás en el lago de fuego, donde será atormentado para siempre (Apocalipsis 20:10). 

Resumen

Entonces, ¿por qué soy premilenialista? Sin animosidad hacia los hermanos cristianos que sostienen otros puntos de vista, se debe a que:

  • Interpreto las Escrituras proféticas literalmente dentro de su contexto. 
  • Aguardo el cumplimiento de las promesas de Dios a Jesús, los judíos, y la Iglesia —  en ese orden. 
  • Espero ansiosamente la atadura real de Satanás, cuando la tierra sea restaurada a su gloria y a su paz creadas originalmente, y cuando la rectitud y la justicia inunden el mundo.
  • He aprendido que los cristianos deben mantener la humildad, tanto individual como colectivamente. Si bien tenemos una gran responsabilidad y un gran llamado, sólo Jesús es apto para reinar — en esta tierra como lo hace en el Cielo.

Observaciones Finales

Algunos que lean este folleto se preguntarán: ¿Importa lo que yo sepa acerca de los tiempos del fin? Mientras pertenezca a Jesús, ¿no es suficiente?

Poner su fe en Jesucristo es la decisión más importante que alguna vez hará. Le garantiza una eternidad de bendición al participar de todas las promesas que Dios le hizo a lo largo de la Biblia. Pero, Él ha comunicado aspectos de lo que sólo Él puede saber por una razón. Ya sea para ofrecer una visión de la creación del mundo antes de que la humanidad estuviera presente para ser un testigo ocular o para mirar hacia el futuro eterno para ver vislumbres de lo que está por venir, Dios ha hablado a través de Su Palabra para nuestra edificación y beneficio.

Tener una comprensión correcta de las promesas ofrecidas a Jesús nos lleva a adorarlo más plenamente aquí y ahora. Respetar las promesas hechas a los judíos (sin reclamarlas para nosotros mismos) nos motiva a bendecirlos ahora como el Pueblo Escogido de Dios. Y, al darnos cuenta de que podemos esperar reinar con Cristo, nos ayuda a anticipar un futuro mucho más significativo que flotar en una nube tocando el arpa. Nuestra fe debería ser mucho más rica y más satisfactoria de lo que la mayoría de nosotros incluso creemos.

Conocer las increíbles promesas de Dios para el futuro nos da esperanza en el presente.

Al final, la comprensión de las promesas de Dios son “en él Sí, y en él Amén”, nos señala a Aquél que es “el principio de la creación de Dios” (2 Corintios 1:20; Apocalipsis 3:14).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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jueves, 31 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 4

Falacias Amileniales y Postmileniales

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Los amilenialistas y postmilenialistas incorporan varias falacias en sus puntos de vista del tiempo del fin: la espiritualización de textos literales, la naturaleza del reinado de Jesús, el tratamiento de Satanás y la naturaleza del mundo cuando Jesús regrese. 

Espiritualización

La falacia clave tanto del amilenialismo como del postmilenialismo es la espiritualización de las escrituras proféticas que deben interpretarse literalmente. Lo más importante es que ambos espiritualizan el reinado terrenal de Jesucristo — negándole una de las promesas profetizadas repetidamente acerca del Mesías.

El amilenialista sugiere que deberíamos espiritualizar la duración del reinado de Jesús — aunque se nos dice seis veces que durará 1,000 años (Apocalipsis 20:1-7). Luego, espiritualizan el reinado mismo. Ellos afirman que Jesús está reinando sobre la tierra en este momento. 

Si lo está, ciertamente no lo está haciendo con una “vara de hierro”, como predijo el salmista (Salmos 2:9). Y por supuesto, no estamos experimentando la paz, rectitud y justicia que Isaías anticipó (Isaías 2:2-4).

Un destacado amilenialista del siglo XX, llamado Floyd Hamilton ofreció esta perspectiva simplificada: “Cuando Cristo venga, los muertos son resucitados, los justos arrebatados, los impíos destruidos por el fuego, el gran juicio ocurre, y los nuevos cielos y la nueva tierra siguen inmediatamente”.1 Si tal perspectiva parece comprimir lo que la Escritura ha establecido, considere la explicación de Hamilton:2

Al eliminar el supuesto milenio, al poner las dos resurrecciones en una, los diferentes juicios en uno, y declarar que, cuando Cristo venga, viene a terminar esta era y juzgar el mundo, nos deshacemos de todas las dificultades que aquejan tanto al premilenialismo como al postmilenialismo. 

Un tratamiento tan insensible de la profecía bíblica es pasmoso por su audacia.

Los postmilenialistas cometen el mismo error de espiritualizar muchos textos. Anticipan una era de santidad literal de 1,000 años en la tierra, pero espiritualizan la naturaleza de Su reinado. Esperan que la Iglesia reine durante mil años antes de entregar una tierra glorificada a Jesucristo cuando regrese. 

El erudito e ilustrador de la profecía, Clarence Larkin, describió el punto de vista postmilenial de Daniel Whitby de esta manera:

“Las promesas hechas a los judíos en el Antiguo Testamento, y el restablecimiento del Trono de David…eran espirituales y aplicados a la Iglesia”.3

El postmilenialismo se basa en la creencia en la bondad inherente del hombre y su inevitable progreso. Sin embargo, incluso después de la carnicería de la Primera y Segunda Guerra Mundial, los postmilenialistas comprometidos no se doblegaron. Continuaron esperando un progreso humano constante a través del evangelismo y la influencia de la Iglesia.

A mediados de la década de 1960, el famoso postmilenialista, Loraine Boettner, proclamó audazmente: “Cristo regresará a un mundo verdaderamente cristianizado”.4 También confesó: “Francamente, no deseamos un estado como el que establece el premilenialismo, sino que preferimos, al morir, entrar al estado celestial”.5 Claramente, sus preferencias no se alinean con la profecía bíblica o las tendencias globales evidentes para cualquiera que tenga ojos para ver. 

La Biblia enseña que los santos de la Era de la Iglesia reinarán sobre el mundo con Cristo durante el Milenio (Apocalipsis 20:6), pero estarán en cuerpos glorificados y con mentes y corazones glorificados. La idea de que lo estamos haciendo ahora, como sugieren los amilenialistas — o que alguna vez seremos capaces de hacerlo en nuestros cuerpos mortales, como anticipan los postmilenialistas — es ridícula.   

Pregunta:

Puesto que Jesús cumplió literalmente todas las profecías de la Primera Venida, ¿por qué las profecías de la Segunda Venida deberían cumplirse de forma diferente? 

La Naturaleza del Milenio

La segunda falacia de los amilenialistas y los postmilenialistas es no comprender la naturaleza del reino de 1,000 años. Como ya he demostrado, el reinado de Jesús cumplirá las promesas proféticas que se le hicieron a Él, al pueblo judío, a la creación y a la Iglesia.

Cuando el Mesías reine desde el trono de David en el Monte Sión en Jerusalén, inundará la tierra con paz, justicia y santidad (Zacarías 14:16-21). Los judíos serán la nación principal en la tierra — venerados y respetados por todas las naciones gentiles. Claramente, ése no es el caso en este momento.

A la creación se le promete la restauración a su perfección original — tanto que “morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6). Isaías concluye su descripción del mundo que existirá después de que el Mesías mate a los impíos con el aliento de Sus labios, diciendo: “porque la tierra será llena del conocimiento del Señor” (Isaías 11:4,9).

En otro pasaje de “ya, pero aún no”, Pablo dijo que “el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”, porque allí es cuando se levantará la maldición (Romanos 8:19-25). Obviamente, esta profecía aún no se ha cumplido. 

Incluso las naciones del mundo serán bendecidas durante el reinado de Jesús en la tierra. Está profetizado que la paz, que ha demostrado ser tan elusiva a lo largo de la historia humana, finalmente se alcanzará. Isaías describe un tiempo en el que todas las naciones del mundo acudirán al monte del Señor en Jerusalén, para aprender de Él directamente (Isaías 2:2-3).

Los amilenialistas y postmilenialistas se centran en el papel de la Iglesia, y elevan sus promesas por encima de las que se les dieron a Jesús y los judíos. Al hacerlo:

  • Le niegan a Jesús la oportunidad de manifestar Su gloria ante los hombres. 
  • Ahuecan Su justo reinado desde el Monte Sión y lo sustituyen por una administración en la sombra dirigida por la Iglesia mortal
  • Demostrando un persistente antisemitismo, también repudian las promesas dadas al pueblo judío de restauración, salvación y primacía. 
  • Finalmente, vacían la promesa profética de que la naturaleza será completamente restaurada. 

Preguntas:

Zacarías 14:9 dice que, cuando el Señor regrese, llegará a ser “rey sobre toda la tierra”. Si Jesús ya está gobernando, entonces, ¿por qué el mundo está obviamente en rebelión abierta contra Él hoy?

Apocalipsis 20 nos dice seis veces que Jesús reinará por mil años. Si estamos en el Milenio ahora, ¿cómo puede explicarse que éste ha durado casi 2,000 años?

Isaías 11:9 dice que, cuando el Mesías reine, “la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar”. Si el reino del Mesías está marcado por la paz, la rectitud y la justicia inundando el mundo, ¿quién afirmaría que eso está sucediendo hoy? 

Si la Iglesia está ganando ascendencia o ya está reinando ahora, ¿por qué el mundo se está volviendo cada vez más hostil al cristianismo? 

Tratamiento de Satanás

Otra falacia de los amilenialistas y postmilenialistas es su tratamiento de Satanás. Los postmilenialistas insisten en que estará atado una vez que la Iglesia finalmente obtenga ascendencia. Los amilenialistas afirman que Satanás ya está atado bajo la autoridad de la Iglesia. Mi respuesta es la misma que la de David Reagan: “Si eso es cierto, Jesús está haciendo un mal trabajo, ¡y Satanás está encadenado con una cadena terriblemente larga, porque siempre está mordisqueando mi pierna!”.

Pedro escribió que Satanás “anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). La advertencia de Pedro no tiene sentido si Satanás ya está atado.

Satanás fue derrotado por la Cruz, y Apocalipsis 20:1-3 dice que será atado al comienzo del reinado del Mesías. Ese pasaje declara que Satanás será encerrado en el abismo — incapaz de engañar a las naciones durante (lo adivinó) 1,000 años. Cualquier sugerencia de que actualmente está atado y que es incapaz de engañar a las naciones es una burla de esta promesa.  

Pregunta:

Si Satanás está actualmente atado, ¿por qué el mal prospera en la tierra hoy, y por qué todas las naciones del mundo se rebelan contra Jesús?

La Condición del Mundo en el Tiempo del Fin

La última falacia que abordaré es la expectativa amilenialista y postmilenialista de la condición del mundo en el momento de la Segunda Venida. Ambos insisten en que el mundo está mejorando — con la Iglesia ejerciendo una influencia cada vez mayor.

Esta ingenua afirmación ha sido refutada dramáticamente una y otra vez. Considere las dos guerras mundiales desatadas por el Occidente cristiano, seguidas de un aumento sin precedentes de la impiedad y la rebelión contra el Dios vivo y verdadero. Además, en todo el mundo de hoy, hay una celebración presuntuosa del aborto y una promoción agresiva de la perversión sexual. Además, estamos experimentando un incremento exponencial del terrorismo y la violencia. Y para colmo, hay una apostasía sin precedentes en la Iglesia.

Es una absoluta tontería afirmar que la Iglesia está cristianizando el mundo.

Simplemente hágase esta pregunta: En términos morales y espirituales, ¿el mundo ha mejorado considerablemente durante su vida? ¿Ha mejorado sensiblemente o ha empeorado demostrablemente en los últimos diez años?

Preguntas:

Si se supone que el mundo está en el Milenio ahora o que se está cristianizando, ¿por qué parece estar desmoronándose — natural, social y moralmente?

Si la Tribulación precede a la Segunda Venida de Jesús, ¿significa eso que estamos experimentando la Tribulación y el Milenio ahora? 

Si la Biblia promete una restauración de la naturaleza durante el Milenio, ¿por qué la creación continúa deteriorándose ante nuestros propios ojos? 

El Mayor Problema

Para reiterar, el mayor problema tanto con el amilenialismo como con el postmilenialismo es que ignoran dos las principales características bíblicas del Milenio — el reinado personal del Mesías sobre un reino terrenal y la primacía de la nación judía durante ese reinado. Al hacerlo, ignoran las promesas proféticas a Jesús y los judíos y sólo resaltan las promesas hechas a la Iglesia. Irónicamente, muchas de las promesas que afirman son en realidad promesas hechas a Jesús y los judíos. 

Si bien es parte de la naturaleza humana enfatizar las cosas que se cruzan con nuestra propia vida y descartar todo lo demás, los estudiantes de la profecía bíblica debemos permitir que las revelaciones de Dios en la Escritura guíen nuestra comprensión. Hacerlo nos permite discernir no sólo el “qué” de los eventos del tiempo del fin, sino el “por qué”. También nos proporciona discernimiento con respecto al “cuándo”  — en el sentido de que debemos reconocer que estamos viviendo en la época del regreso del Señor. 

Cuando los profetas del Antiguo Testamento describieron al Mesías, proporcionaron muchos detalles acerca de Él que se cumplieron con el nacimiento de Jesús. Otros se cumplieron durante el curso de Su ministerio y en Su muerte y resurrección. Pero las profecías concernientes a Su reinado en la tierra aún deben cumplirse. Eliminar Su Reino Milenial en la tierra le roba lo que se le ha prometido. 

Del mismo modo, al pueblo judío se le ha prometido la primacía entre las naciones. Se les ha dicho que, algún día, diez hombres se aferrarán a la túnica de un judío y dirán: “¡Déjennos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes!” (Zacarías 8:23; RVA 2015). Esto sólo ocurrirá durante el Reino Milenial.

Los creyentes gentiles no deben descartar estas promesas. En cambio, debemos celebrar la fidelidad de Dios para hacer promesas tan gloriosas a Su Pueblo Escogido y esforzarnos por bendecirlos ahora a través de nuestras propias palabras y acciones.

Resumiendo los Tres Puntos de Vista

Mi propósito a lo largo de este folleto ha sido dar testimonio de la certeza del futuro Reinado Milenario de Jesús en esta tierra. Referirse al reinado de Jesús plantea la pregunta de por qué alguien concebiría un Milenio bíblico desprovisto del Cristo reinante. Sin embargo, a pesar de toda la evidencia histórica, todavía hay algunos que concienzudamente sugieren que la humanidad puede volver a adquirir el Edén sin que Jesucristo reine como Rey.

En el fondo, tanto el amilenialismo como el postmilenialismo rechazan el reinado terrenal de Jesús. Espiritualizan el claro significado de la profecía bíblica. En resumen, el punto de vista premilenial es correcto, porque es el único que ofrece una interpretación clara y literal de la profecía bíblica. 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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jueves, 3 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 3 (2)

Expectativas Premileniales

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Las Promesas al Pueblo Judío

Al pueblo judío se le promete que, en el reino milenial, la suya será la nación líder en la tierra. Después de siglos de abatimiento entre las naciones, alcanzarán la primacía (Zacarías 8:13).

Un antiguo chiste judío tiene a Dios explicando a un antiguo judío que su pueblo será elegido como un conducto de grandes bendiciones para todo el mundo, pero primero, deben sufrir el exilio y la persecución durante miles de años. El judío responde, “¿No puedes elegir a alguien más?”. Esta respuesta se remonta a la protesta de Moisés cuando Dios lo llamó para sacar a su pueblo de la esclavitud. 

Los judíos han sido el conducto de Dios de bendiciones increíbles para el mundo. A través de ellos, comunicó Su Santa Palabra. En ellos, demostró la abundante bendición que se derrama sobre aquellos que lo aman y lo obedecen — y el juicio correctivo que sobreviene a los que se descarrían. Y a través de los judíos, Dios envió a Su Hijo al mundo.

Pero la mayoría de los judíos testificarían que no se sienten particularmente bendecidos. El mundo gentil — particularmente cristianos y musulmanes — los ha perseguido y rechazado a lo largo de milenios. Experimentarán una persecución durante la Tribulación a manos del Anticristo — mucho mayor que incluso el Holocausto. El Milenio ofrece esperanza a aquellos judíos que soporten la Tribulación.

Durante la Tribulación, un remanente llegará al final de sí mismo y abrazará a Jesús (Yeshúa) como su Mesías. Un total de 144,000 de ellos serán sellados como evangelistas, incluso mientras el Anticristo y el Falso Profeta se enfurecen. Y, cuando Jesús regrese, lo mirarán y llorarán, exclamando: “Baruch haba b’Shem Adonai” — “Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 23:39, citando Salmos 118:26). 

La profecía bíblica habla de una época en la que los judíos serán universalmente reconocidos como bendecidos por Dios. Su nación será la primera entre todas las naciones de la tierra. Zacarías registró esta promesa: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

Esta promesa aún no se ha cumplido. Pero lo será cuando los hombres mortales aún pueblen las naciones de la tierra — cuando Jesús more en Jerusalén, en el corazón de Israel.

Podemos celebrar con el pueblo judío ahora mismo que Dios es fiel a Sus promesas. Al bendecir a la descendencia escogida de Abraham, podemos participar del desbordamiento de la bendición prometida en Génesis 12:3. Afortunadamente, a la Iglesia también se le promete una gran cantidad de bendiciones. 

Las Promesas a la Iglesia

Nunca ha existido la necesidad de que la Iglesia se apropie de las promesas dadas a los judíos. A los santos de la Iglesia se les dan muchas promesas maravillosas.

El Rapto en sí es una promesas para la Iglesia, porque sólo los santos de la Era de la Iglesia serán resucitados y arrebatados antes de la Tribulación (1 Tesalonicenses 4:13-18). El Rapto no es una promesa para los santos del Antiguo Testamento. 

En el momento del Rapto, los cristianos — tanto los vivos como los muertos — recibirán cuerpos glorificados como el cuerpo que Jesús tenía después de Su resurrección (Filipenses 3:21). Nuestros nuevos cuerpos serán perfeccionados e hechos inmortales. 

Apocalipsis 2 y 3 están llenos de promesas para los creyentes cristianos que venzan. De hecho, hay 14 promesas que van desde el acceso al Árbol de la Vida, hasta recibir un nuevo nombre y compartir el trono de Jesús.  

En relación con el Milenio, los santos de la Iglesia experimentarán la emoción de acompañar el glorioso regreso de Jesús a la tierra (Apocalipsis 19:11-14). Luego, compartiremos Su dominio y autoridad mientras ministra y reina sobre la tierra (Daniel 7:18, 27; Lucas 19:11-17). 

Apocalipsis 20:4 dice: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. ¿Sobre quiénes reinaremos? Será sobre los salvos durante la Tribulación que sobrevivan hasta la Segunda Venida del Señor y vivan hasta el final (Apocalipsis 5:10). Entrarán al Milenio en sus cuerpos físicos y repoblarán rápidamente la tierra. Reinaremos sobre esos creyentes aún mortales y su descendencia.

Lejos de minimizar la importancia del reinado terrenal de Jesús o de apropiarse de las promesas a los judíos, los cristianos deberían regocijarse de que hemos sido injertados en la familia de Dios y declarados coherederos con Cristo. Y debemos esperar ansiosamente nuestra reunión con “nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo” (Tito 2:11-14), teniendo en cuenta que aquellos que viven con esa expectativa en sus corazones, recibirán una “corona de justicia” especial (2 Timoteo 4:8).

Resumen Premilenial

La determinación de interpretar la Biblia literalmente, por su significado de sentido llano, es un sello distintivo del punto de vista premilenialista. De hecho, la mayoría de los amilenialistas y postmilenialistas admitirían que una interpretación literal de las Escrituras conduce inevitablemente a la posición premilenial. Pero no están dispuestos a aceptar esa conclusión.

Podría haber ampliado esta sección para abordar las promesas proféticas que Dios ha hecho a la Creación, las naciones del mundo, y Satanás (su derrota total). En cambio, tocará cada una de ellas a medida que contraste el punto de vista premilenial con los puntos de vista amilenial y postmilenial, señalando las falacias de estos dos últimos.

Para leer la parte 1, haga clic aquí


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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martes, 1 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 3 (1)

Expectativas Premileniales

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El premilenialismo moderno representa una resurgencia del punto de vista sostenido por los apóstoles de Jesús — que Jesús establecerá un reino en la tierra cuando Él regrese en gloria. El premilenialismo enfatiza la interpretación literal de la profecía bíblica. Como dice el refrán, la filosofía que nos guía a los premilenialistas es: “Cuando el sentido llano tiene sentido, no busque ningún otro sentido, no sea que termine con un sinsentido”.

Con ese fin, proporcionaré una descripción general de las expectativas premilenialistas centrándome en las promesas gloriosas a Jesús, al pueblo judío y a la Iglesia. 

Las Promesas a Jesús

Los profetas del Antiguo Testamento predijeron una época cuando el Mesías venidero reinará sobre toda la tierra (Isaías 2:2-4; Daniel 7:13-14; Zacarías 14:1-9). Por ejemplo, el profeta Isaías describe el reinado como “una vara del tronco de Isaías” y “un vástago retoñará de sus raíces” (11:1). Describe a un juez que gobernará con justicia y equidad, que golpeará la tierra y matará a los inicuos. Habla de una tierra restaurada a la paz y serenidad edénicas, llena del conocimiento del Señor. 

Este pasaje en Isaías 11 fue dado al pueblo judío, para describir a su Rey venidero. Detalla Su genealogía (v. 1), Su carácter (vv. 2-5), el mundo natural restaurado (vv. 6-9), el papel de las naciones gentiles (v. 10), la restauración y preeminencia de Israel (vv. 11-14), y la topografía alterada que facilitará la reunión final de Israel (vv. 15-16).

Algunos afirmarían que Jesús cumplió estas antiguas promesas durante Su primera aparición. Pero eso claramente no es cierto. Isaías predijo una época en la que el Mesías regresará para manifestar Su gloria ante toda la tierra (Isaías 24:23; 66:18-19). Eso aún no ha ocurrido.

Cuando Jesús leyó de Isaías en la sinagoga de Su hogar en Nazaret, la porción que proclamó cumplida es reveladora (Lucas 4:16-21). Leyó lo que nuestros textos bíblicos llaman los versículos 1 y 2a de Isaías 61. Esto es lo que Lucas registra que Jesús declaró que había cumplido ese día (Lucas 4):

18) El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos,  y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;

19) A predicar el año agradable del Señor.

Ciertamente, en una mezcla de cumplimiento físico y espiritual, hizo todo eso. Predicó las buenas nuevas, liberó a los cautivos de los espíritus demoníacos y restauró la vista física a los ciegos. También ofreció libertad eterna de la opresión del pecado. Y, Su sola presencia validó Su proclamación del año favorable del Señor. 

Pero Jesús cerró deliberadamente el libro después de leer sólo la primera oración del versículo 2 en Isaías 61. Lo hizo porque la siguiente frase habla del “día de venganza del Dios nuestro”. El cumplimiento de ese versículo se cierne sobre el mundo hasta el día de hoy. El día de la venganza que profetizó Isaías dará lugar a un juicio terrible, pero merecido — un derramamiento de ira de Dios mismo. En Apocalipsis, Jesús advirtió a todos los que tenga oídos que esto ocurrirá durante los juicios de la Tribulación. 

El Nuevo Testamento también señala el futuro reinado de Jesús. En la Anunciación, Gabriel se apareció a María y le hizo una promesa de ocho partes (Lucas 1:30-33):

1) Ella concebiría un hijo.

2) Ella daría a luz un hijo.

3) El nombre del hijo se llamaría Jesús.

4) Será grande.

5) Será llamado Hijo del Altísimo.

6) Se le dará el trono de David.

7) Él reinará sobre la casa de Jacob para siempre.

8) Su reino no tendrá fin.

Las primeras cinco de estas promesas se cumplieron literalmente en la historia. Los amilenialistas argumentan que las tres restantes también se han cumplido espiritualmente en la Iglesia. Pero, ¿por qué se cumplirían las primeras cinco literalmente y las últimas tres espiritualmente? Obviamente, las últimas tres de estas promesas aún no se han cumplido: Jesús aún no ha recibido el trono de Su padre David (actualmente comparte el trono de Su Padre Celestial); aún no ha comenzado a reinar sobre la casa de Jacob para siempre; y Su reino aún no se ha manifestado en esta tierra. El reinado de Jesús en la tierra verá el cumplimiento de esas promesas y muchas más que se repiten a lo largo de las Escrituras. 

Lo que los profetas no abordaron fue la cantidad de tiempo que el Mesías reinaría sobre toda la tierra. Apocalipsis 20 revela esa información. Los primeros siete versículos de ese capítulo se centran en la atadura de Satanás y el reinado de 1,000 años de Jesús y Sus santos glorificados. Seis veces se nos dice que este reinado durará mil años. Así que la Biblia abunda con descripciones del reinado terrenal del Mesías y la Revelación del Mesías mismo nos dice que durará 1,000 años. 

Haciéndose eco de esta verdad revelada, la tradición judía ha enseñado durante mucho tiempo que Génesis 2:1-3 apunta a un reposo sabático sobre la tierra. En otras palabras, siguiendo el patrón de Dios de seis días de trabajo, seguidos de un día de descanso, propusieron que habría 6,000 años de agitación en la tierra, seguidos por 1,000 años de descanso. Así que incluso la tradición judía ortodoxa anticipa un Milenio de santidad y reposo. 

Cuando Cristo regrese, juzgará a los vivos y muertos. Los creyentes mortales que hayan soportado la Tribulación entrarán al Milenio con sus cuerpos físicos. Con la tierra restaurada a su estado original perfecto, rápidamente repoblarán el mundo. Los santos glorificados reinarán sobre estas personas bajo la autoridad de Jesús durante 1,000 años (Daniel 7:27; Apocalipsis 2:26-27).

La razón más grande para el reinado terrenal de Jesús es para que pueda manifestar Su gloria a hombres y mujeres mortales y recibir el honor que se le negó en Su Primera Venida (Isaías 2:11; 2 Tesalonicenses 1:7-10). A través del profeta Isaías, Dios dijo (Isaías 45):

23) Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

24) Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

25) En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

Sería prudente reconocer que Dios une Su gloria con la bendición y la gloria de Su Pueblo Escogido.

Para leer la conclusión, haga clic aquí 


Traducido por Donald Dolmus
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jueves, 12 de noviembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 2 (2 de 2)

Cómo se Desarrollaron los Diferentes Puntos de Vista

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La Creciente Arrogancia Cristiana

El orgullo es la segunda razón principal por la que la Iglesia se desvió de una comprensión literal del reino futuro de Jesús. Si bien la confianza es un rasgo que todos los buenos líderes deben exhibir, debe equilibrarse con la humildad. La confianza excesiva, especialmente en la capacidad de uno para realizar una tarea “por encima del nivel salarial”, constituye arrogancia.

Al poner su fe en el hombre en lugar de Dios, los líderes de la iglesia llegaron a creer que la Iglesia misma eventualmente ganaría la primacía en el mundo. ¡Al hacerlo, eliminaron a Jesús de Su propio reino terrenal!

Después de sufrir una terrible persecución durante 300 años, el cristianismo fue repentinamente declarado como la religión oficial del Imperio Romano, cuando el emperador Constantino abrazó la fe (232 d.C.). durante los siglos siguientes, la Iglesia (la iglesia católica) creció rápidamente en riqueza e influencia. 

Parecía como si la Iglesia eventualmente extendería su reinado espiritual sobre toda la tierra — si no debido al evangelismo y la verdadera conversión, entonces a través del puro poder. Esa expectativa eliminó el anhelo de un reino futuro descrito en la Escritura donde Jesús reinaría. 

Alejándose de una interpretación literal de la Escritura, la iglesia borracha de poder en Occidente se dividió en las ramas católico-romana y ortodoxa oriental. Las doctrinas no bíblicas comenzaron a brotar como malas hierbas. A lo largo de los siglos de oscuridad que siguieron, muy pocos creyentes se aferraron a la verdad premilenial de la Escritura. 

Arrogancia Posterior a la Reforma

Después de la Reforma, los cristianos finalmente pudieron poseer y leer la Biblia por sí mismos en sus propios idiomas. Hubo un clamor por volver a la Escritura  sola — “sola Escritura”. Es cierto que muchos de los reformadores permanecieron ambivalentes hacia la profecía bíblica, centrándose en cambio en doctrinas como la gracia y la suficiencia de la cruz. Pero la expectativa premilenial se encendió cuando los cristianos leyeron las escrituras proféticas y las interpretaron literalmente.

La Reforma condujo a un período de ferviente evangelismo en el que las naciones occidentales enviaron misioneros por todo el mundo. Pero, irónicamente, la misma expansión de la Iglesia Evangélica reverenciadora de la Biblia condujo a otra ola de arrogancia desafortunada y no bíblica. Educados en el racionalismo, muchos líderes de la Iglesia comenzaron a afirmar que los esfuerzos del hombre a través de la iglesia evangelizadora darían inicio a las promesas del milenio bíblico.

Daniel Whitby, un ministro que defendía puntos de vista unitarios, promovió lo que llamó a “Nueva Hipótesis” — una expectativa de ascendencia de la Iglesia y una renovada apropiación de las promesas judías para la iglesia gentil. 

Whitby, y otros que siguieron su pensamiento, creían que, al predicar el Evangelio, la Iglesia Reformada desplazaría a las errantes Iglesias Católica y Ortodoxa, convertiría a los judíos, y repudiaría el mahometismo (islam) y las otras religiones paganas. 

Arraigado en medio del Gran Despertar, su nuevo punto de vista idealista, llamado Postmilenialismo, se basaba en el humanismo — una creencia no bíblica en la bondad del hombre y su inevitable progreso. Propusieron que la Iglesia cristianizaría el mundo, reinaría durante 1,000 años, y luego presentaría el reino a Jesús en Su Segunda Venida. Lamentablemente, su disposición a ignorar el significado de sentido llano de la Escritura representó un resurgimiento de la misma espiritualización que había plagado a los padres católicos.

En esencia, el postmilenialismo niega la enseñanza de la Biblia sobre la inherente naturaleza pecaminosa del hombre. A pesar de la creciente evidencia de lo contrario, promociona la capacidad del hombre para crear el cielo en la tierra. Como el amilenialismo, eleva el papel de la Iglesia e ignora las promesas hechas al pueblo judío. También espiritualiza el reinado de Jesús. Una vez más, en lugar de reinar corporalmente en el Monte Sión, Él es relegado a reinar espiritualmente a través de la Iglesia durante mil años. 

El optimismo postmilenialista sufrió un gran golpe a inicios del siglo XX. La Primera Guerra Mundial demostró que incluso el Occidente cristianizado no podía alcanzar verdadera piedad. Aún así, la tendencia a espiritualizar las profecías del tiempo del fin y a ignorar las promesas al pueblo judío fue un hábito difícil de romper. 

Hasta el día de hoy, muchos cristianos creen que la Iglesia será el instrumento de la promesa de Dios de reinar sobre el mundo. Una vez más, la expectativa del pronto regreso de Jesús ha sido silenciada — junto con el anhelo de que Él reine en la tierra y marque el comienzo de la paz, la rectitud y la justicia.

Pensamientos Finales

Un ejemplo bíblico de arrogancia es la actitud de la iglesia de Laodicea, que simbólicamente a la Iglesia de los tiempos del fin. Jesús la describió diciendo: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”. En respuesta, Jesús la condenó como “desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda” (Apocalipsis 3:17). Ciertamente, la audacia de pensar que la Iglesia puede reinar en lugar de Jesús — con una actitud de “yo me encargo” — representa el colmo de la arrogancia cristiana.

Con ese contexto histórico establecido, veamos lo que esperan los premilenialistas cuando Jesús regrese en gloria para marcar el comienzo de su reinado de mil años. 


Lea la parte 1 aquí


Traducido por Donald Dolmus
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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 2 (1 de 2)

Cómo se Desarrollaron los Diferentes Puntos de Vista

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Se podría decir que la naturaleza del reinado del Mesías ha sido una fuente de confusión durante más de 2,000 años. Cuando estaba ministrando en la tierra, los propios discípulos de Jesús esperaban que introdujera el comienzo de Su reino en ese momento y lugar. Él comprendía sus expectativas.

Lucas registra que una de las parábolas que les contó a Sus discípulos al acercarse a Jerusalén, fue específicamente en respuesta su suposición de “que el reino se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Jesús quería que Sus discípulos entendieran que estaría ausente “en un país lejano” por un tiempo. Dijo que se esperaba que los que le servían en la tierra se ocuparan de Sus negocios hasta que Él regresara (Lucas 19:12-26).

Después de la resurrección de Jesús, los discípulos que encontró en el camino a Emaús, confesaron: “Nosotros esperábamos que él [Jesús] era el que había de redimir a Israel” (Lucas 24:21). Esperaban un reino terrenal para el Mesías y una restauración de la primacía de Israel. Justo antes de Su ascensión, Sus apóstoles todavía seguían preguntando: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6).

Las Aclaraciones de Jesús

Es importante reconocer que Jesús no les dijo a Sus discípulos que no habría un reino futuro en Israel. En cambio, les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7).

El futuro reino físico de Jesús en la tierra no entra en conflicto con el reino espiritual actual. Se refirió a esto cuando le dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). El reino de Jesús es una promesa profética de “ya, pero aún no”. Aunque ya tiene un reino celestial, Jesús aún no ha ejercido Su autoridad como Rey de reyes y Señor de señores en la tierra. Si lo hubiera hecho. Satanás no estaría engañando a naciones e individuos hoy. 

La Biblia dice que el Mesías cumplirá todas las promesas de la profecía (Lucas 24:44). Una de ellas es que se sentará en el trono de Su padre David en el Monte Sión, en Jerusalén (Lucas 1:32-33; Salmos 2:6) durante Su reinado, la tierra será restaurada a su perfección que existía antes de que ocurriera la Caída, en el Jardín del Edén (Romanos 8:19-22). Satanás estará verdaderamente atado (Apocalipsis 20:1-3). La esperanza de vida humana aumentará dramáticamente, e Israel se convertirá en la nación preeminente del mundo (Isaías 65:17-25; Miqueas 4:1-7). Incluso el famoso Mar Muerto estará lleno de vida (Ezequiel 47:1-10). Jesús claramente no cumplió ninguna de estas promesas específicas durante Su Primera Venida. 

Así pues, los discípulos no estaban equivocados en su expectativa de que el Mesías reinara sobre un reino terrenal. Simplemente entendieron mal el momento de su establecimiento. A medida que la Iglesia primitiva creció y se expandió, surgieron otros conceptos erróneos. 

Desviándose de la Escritura

Unos pocos cientos de años después de la muerte de Jesús, la Iglesia abandonó en gran medida la expectativa de un reinado literal de Jesús en la tierra. Y, sin tener en cuenta numerosas profecías bíblicas, negó cualquier papel futuro del pueblo judío en el plan de Dios para los tiempos del fin.

¿Por qué los primeros Padres de la Iglesia se desviaron del entendimiento del futuro reino de Jesús al que se referían los discípulos? Hay dos razones principales — el antisemitismo cristiano y el orgullo creciente. 

Antisemitismo Cristiano

La Iglesia Apostólica era Premilenial en su expectativa del regreso de Jesús. Inspirados por el Espíritu Santo, los escritores de la Escritura tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, previeron el reinado justo del Mesías sobre toda la tierra. Pero, a partir del siglo III, el creciente antisemitismo condujo a los Padres de la Iglesia, como Orígenes, a espiritualizar el texto de la Escritura.

¿Por qué los primeros líderes cristianos espiritualizarían la Palabra profética de Dios? Principalmente, para apropiarse de las promesas hechas al pueblo judío, y reclamarlas para la Iglesia.

A medida que se agregaron más gentiles a la Iglesia, ésta se alejó de sus raíces judías. Menos judíos depositaban su fe en Jesús como el Mesías, porque los líderes judíos endurecieron su resistencia al movimiento cada vez más gentil que estaba despreciando al pueblo judío.

La resistencia de los judíos motivó a los líderes de la Iglesia gentil a intensificar sus ataques contra los judíos obstinados. Declararon que los judíos eran “asesinos de Cristo”, y comenzaron a perseguirlos sin misericordia. Con el tiempo, las fiestas cristianas se desvincularon de cualquier conexión con las fiestas judías. Finalmente, los líderes de la Iglesia descartaron cualquier papel futuro del pueblo judío. Argumentaron que Dios se había desentendido de ellos y que todas sus promesas habían sido transferidas a la Iglesia. 

Agustín, quien fue el más influyente de todos los Padres de la Iglesia, fue particularmente vehemente en su desdén por los judíos. Impulsado por el odio a todo lo judío, proclamó que todas las futuras promesas proféticas dadas a los judíos deberían entenderse como aplicables al “verdadero Israel” — a saber, la Iglesia. Agustín no podía aceptar la idea de que Dios todavía podría tener un plan y un propósito para el pueblo judío. Por lo tanto, rechazó la idea de un futuro en el que Israel sería la primera nación en el mundo, bajo el reinado de Jesucristo. 

Como lo habían hecho Orígenes y otros, Agustín espiritualizó las promesas aún por cumplir al pueblo judío, apropiándose de ellas para la Iglesia. Luego, espiritualizó la duración y la naturaleza del reinado de Jesús. 

Agustín es considerado el padre del Amilenialismo, porque sistematizó el concepto en sus escritos, allanando el camino para que se convirtiera en doctrina oficial de la iglesia. Haciéndose eco de los filósofos griegos, que consideraban maligno el mundo material, desestimó un reinado terrenal por ser atractivo a los deseos carnales. 

Su gran obra, La Ciudad de Dios (426 d.C.), consistentemente elevaba lo espiritual sobre lo material. Esto era en realidad otra manifestación de su antisemitismo, porque los textos del Antiguo Testamento judío registran claramente a Dios declarando Su creación “buena”, antes de la caída del hombre. Agustín no fue consistente en su enfoque de la interpretación bíblica. Aunque tendía a interpretar la mayor parte de la Biblia literalmente, espiritualizaba la profecía. 

Por lo tanto, en lugar de que Cristo reinara físicamente en la tierra, como predijeron los profetas del Antiguo Testamento, Agustín declaró que ese deber mundano sería llevado a cabo por la Iglesia — bajo los auspicios del reinado espiritual de Jesús desde el Cielo. Agustín también proclamó que Satanás fue atado en la cruz — una contradicción directa de 1 Juan 5:19. Su punto de vista elevó dramáticamente el papel mundano de la Iglesia como la autoridad gobernante en la tierra. Es por eso que fue rápidamente adoptado en la doctrina católica y ha seguido dominando en muchas denominaciones protestantes. 

Quizás sorprendentemente, Agustín negaría haber eliminado el Milenio. Simplemente argumentaría que el Milenio representa el reinado espiritual de Jesús sobre la Iglesia, que comenzó en la Cruz y continuará ininterrumpidamente hasta que Él regrese. Pero si Agustín tenía razón, entonces la duración de 1,000 años del reinado, que se cita en Apocalipsis 20, no tiene sentido. 

El antisemitismo cristiano de Agustín perdura hasta el día de hoy en la forma de la Teología del Reemplazo. Esa doctrina no bíblica afirma que la Iglesia ha reemplazado a Israel y que Dios se ha desentendido del pueblo judío. Esta enseñanza contradice la enseñanza de Pablo en Romanos 9-11, donde deja en claro que Dios todavía ama al pueblo judío, y tiene un propósito futuro para ellos. Es un cáncer doctrinal que infectó a Martín Lutero y continúa como una pandemia entre la mayoría de las iglesias de hoy. 

A pesar de estas actitudes equivocadas hacia el pueblo judío, Dios bendijo a la Iglesia. Llena como está de gente salva pero imperfecta, creció e impactó el mundo para bien — tal como Él prometió que lo haría. Ese crecimiento y esa bendición llevaron a muchos en la Iglesia a una comprensión distorsionada del reinado de Jesús en la tierra, por una razón completamente diferente. 


Lea la parte 2 aquí


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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jueves, 22 de octubre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 1

Vocabulario Profético


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Hace poco pasé tiempo con un pastor que me preguntó sobre mi papel en el Ministerio Cordero y León. Le expliqué que proclamamos el pronto regreso de Jesucristo. Discutimos brevemente el Rapto y la Segunda Venida, pero, entonces, el joven ministro afirmó que es amilenialista. Cuando le pregunté por qué, su respuesta fue reveladora. Él dijo: “Realmente no lo sé”.

El amilenialismo se ha convertido en la posición predeterminada de muchos dentro de la Iglesia — incluidos muchos evangélicos. Sin realmente ahondar en la Palabra Profética de Dios, han gravitado hacia un punto de vista que se ha convertido en la enseñanza de facto de la Iglesia. Mi joven amigo pastor admitió fácilmente que nunca ha pensado mucho en el asunto. Aunque es un proclamador reflexivo y deliberado del Evangelio, no ha estudiado la profecía bíblica lo suficiente, como para anticipar con entusiasmo el reinado terrenal de nuestro Rey.

¿Por qué hay tanta confusión e incluso ignorancia sobre un tema sobre el que la Biblia es muy clara? ¿Qué cree un amilenialista o postmilenialista clásico? ¿Realmente importa mientras estemos de acuerdo en que Jesús es el Mesías — el propio Hijo de Dios quien fue crucificado, que murió y fue sepultado, y que ahora ha resucitado a la vida eterna?

Creo que sí. Puede sonar como un montón de nimiedades sobre 1,000 años, pero va al corazón de la comprensión de las gloriosas promesas de Dios para el futuro.

Revisemos los términos proféticos relevantes antes de que examinemos los diversos puntos de vista. Luego explicaré por qué el pre-milenialismo es el punto de vista correcto y por qué importa. 

Revisión de Términos Proféticos

Muchas personas están abrumadas por las terminologías asociadas con la profecía bíblica. Los términos describen momentos y eventos específicos. Aquí hay una breve lista de términos relevantes y su significado:

Rapto — El “arrebatamiento” de la Iglesia. La Biblia dice que los cristianos que ya han muerto serán resucitados para encontrarse con el Señor en el aire, y luego los que todavía estén vivos  serán arrebatados con Jesús en el cielo en un “abrir y cerrar de ojos” (1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-53). La creencia de que esta remoción de la Iglesia es inminente (que no requiere eventos intermedios), conduce a lo que se llama la expectativa “Pre-Tribulación” del Rapto.

Tribulación — El período de siete años, en el que Dios derramará juicio sobre el mundo. En el Antiguo Testamento, una parte de este período es llamada el tiempo de “angustia” judía (Deuteronomio 4.:30; Jeremías 30:7; Daniel 12:1). Esto se debe a que el pueblo judío será perseguido como nunca antes por el Anticristo durante los últimos tres años y medio. La Tribulación comenzará cuando el Anticristo firme un acuerdo de paz con los judíos en Israel (Daniel 9:27). Éste terminará 2,520 días después (Apocalipsis 11:3; 12:6), cuando Jesucristo regrese a la tierra en gloria y derrote a Satanás y al Anticristo con el aliento de Su boca (2 Tesalonicenses 2:8).

Segunda Venida —  El regreso glorioso de Jesucristo a la tierra. En el momento de Su Ascensión, los ángeles testificaron que volverá de la misma manera que se fue hace casi 2,000 años (Hechos 1:9-11). Las Escrituras dicen que esto ocurrirá al final de los siete años de la Tribulación (Mateo 24:29). Jesús dijo que, cuando regrese, se sentará “en Su trono de gloria” para juzgar a las naciones — separando a las ovejas de las cabras (Mateo 25:31-33).

Milenio – Esta palabra simplemente significa mil años. Aplicada a la profecía bíblica, se refiere al reinado de 1,000 años de Jesús en la tierra, después de Su Segunda Venida. Durante este tiempo, Satanás será atado, y la tierra se inundará de paz, rectitud y justicia (Isaías 9:6-7).

Reseña 

Una manera de presentar un argumento es tergiversar las opiniones con las que uno no está de acuerdo, creando una especie de hombre de paja que pueda ser derribado fácilmente. Ésa no es mi intención. Aunque tengo grandes desacuerdos con los puntos de vista amilenial y postmilenial, tengo la intención de presentarlos de la manera más directa posible.

Amilenialismo — En pocas palabras, un amilenialista comprometido no cree que Jesús reinará sobre la tierra durante mil años. En cambio, el amilenialista clásico afirma que el reinado de Jesús es de naturaleza espiritual y comenzó en la Cruz. Además, creen que Su reinado continuará hasta Su Segunda Venida. Este punto de vista afirma que Él ya está reinando sobre todo el mundo a través de la Iglesia y que Satanás está atado ahora. Rechazando un reinado literal de 1,000 años (tanto en duración como en naturaleza), los amilenialistas niegan un futuro reinado de Jesús sobre un reino terrenal. En cambio, sostienen que el Estado Eterno comenzará inmediatamente después de Su regreso.

Cabe señalar que existe una forma extrema de amilenialismo llamada “preterismo”: en su forma más radical, este punto de vista afirma que todas las profecías del tiempo del fin se cumplieron en el año 70 d.C. — incluida la Segunda Venida de Jesús espiritualmente para reinar sobre su reino terrenal — la Iglesia. Como tal, rechaza un reinado literal de 1,000 años y espiritualiza la mayoría de las profecías bíblicas relacionadas con los tiempos del fin. No abordaré el preterismo en este folleto, porque siendo, por mucho, una posición minoritaria dentro de la Iglesia.

Postmilenialismo — Este punto de vista acepta la realidad de un reino literal de 1,000 años aquí en la Tierra, pero afirma que Jesús no estará presente. En cambio, reinará a través de la Iglesia y no regresará a la Tierra hasta el final de los mil años, momento en el cual el reino le será presentado por la Iglesia. El postmilenialismo espera que la Iglesia gane poder político a medida que evangeliza toda la tierra y cada nación se convierte al cristianismo. Según este punto de vista, “Cristo regresará a un mundo verdaderamente cristianizado”. La Iglesia entregará el reino idílico que ha creado y ha estado administrando durante 1,000 años literales, y Jesús cerrará la historia humana.

Premilenialismo — Este punto de vista acepta que Jesús regresará a la Tierra en gloria, acompañado por los santos de la Era de la Iglesia, en sus cuerpos glorificados. Derrotará al Anticristo y atará a Satanás. Después del Juicio de las Ovejas y las Cabras, los creyentes mortales que han vivido hasta el final de la Tribulación, entrarán al Reino Milenial en sus cuerpos físicos y repoblarán la Tierra. Jesús reinará personalmente durante 1,000 años literales — gobernando con vara de hierro e inundando la tierra con paz, rectitud y justicia. Los santos glorificados reinarán con Él. Al final de esos mil años edénicos, Satanás será liberado para engañar al mundo por última vez — para demostrar que el pecado del hombre se debe a su naturaleza inherente, no a su ambiente. Los premilenialistas discrepan entre ellos  en cuanto al momento del Rapto de la Iglesia. La mayoría lo coloca antes de la Tribulación, otros a la mitad o cerca del final, y algunos los combinan con la Segunda Venida al final de la Tribulación.

Con esta amplia descripción general de los principales puntos de vista, consideremos cómo los conceptos erróneos sobre el reino del Mesías se infiltraron en la Iglesia. 


Traducido por Donald Dolmus
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