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lunes, 18 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 3 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin

En el Sermón de los Olivos de Jesús, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida, Él habló específicamente de las señales de la naturaleza que deben observarse en los tiempos del fin.

Mateo lo registró diciendo: “… y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares…” (Mateo 24:7). El relato de Lucas del mismo discurso es más detallado. Él cita a Jesús en Lucas 21 diciendo:

11) …y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 

25) Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas.

Estamos siendo testigos de todas estas cosas hoy en todo el mundo. Todo tipo de calamidades climatológicas están ocurriendo más frecuentemente y causando daños cada vez mayores — huracanes, tornados, terremotos, inundaciones e incendios forestales.

Además, la hambruna sigue arrasando en toda África, y en otras zonas del Tercer Mundo. Plagas como el SIDA, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), el Ébola y el Covid-19  continúan desafiando y dejando perpleja a la ciencia médica. Un nuevo peligro es el regreso de enfermedades que se creían bajo control — debido al desarrollo de cepas resistentes a los antibióticos.

Y, por primera vez en la historia, estamos viviendo en una época en la que podemos ver imágenes increíbles del espacio exterior gracias a los telescopios espaciales y a las sondas satelitales que hemos enviado a otros planetas — en cumplimiento de Lucas 21:25, que dice que en los tiempos del fin , “habrá señales en el sol, en la luna y las estrellas…”.

El Efecto de los Dolores de Parto

Con respecto a las calamidades naturales, algunos simplemente las desestiman de una forma arrogante al preguntarse, “¿qué más hay de nuevo?”. Pero, como ya he he mencionado, Jesús dijo que las señales en los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8), lo que significa que aumentarán en frecuencia e intensidad. Y eso es lo que ha estado pasando.

Tomemos a los terremotos como ejemplo. En la década de 1980, hubo un total de 1,085 terremotos en todo el mundo que alcanzaron o superaron el nivel 6 en magnitud. En la década de 1990 hubo 1,492. En los primeros 10 años de este siglo, el número se incrementó a 1,591. Con respecto a los terremotos monstruosos de 8.0 o más, en los ochenta hubo 4, en los noventa hubo 6 y en la primera década de este siglo, 13.1

Hay una mejor forma de ver los desastres naturales que considerarlos por categorías, como la frecuencia e intensidad de los tornados, ya que el número e intensidad pueden subir y bajar cada año, aunque muestran un incremento global durante un período de tiempo. La mejor manera de ver los desastres naturales es considerarlos a todos ellos agrupados. Cuando hace eso, las estadísticas muestran que están aumentando rápidamente, de un promedio de 300 al año en la década de 1980, a 490 por año en la década de 1990, a casi 900 por año en los primeros 10 años de este siglo.2

Curiosamente, una de las razones para considerar a los desastres naturales en conjunto y no individualmente es porque un tipo de desastre natural puede restringir a otros tipos.

Permítanme ilustrar lo que quiero decir: En 2012, nuestra nación experimentó una de las peores sequías de la historia moderna — con más del 61% de EE.UU. afectado. Pero, uno de los efectos colaterales de la sequía es que hemos experimentado el número más bajo de tornados en 60 años — ya que, después de todo, no se puede tener tornados sin tormentas eléctricas. Lo mismo sucedió con las inundaciones.

El cuadro a continuación ilustra el crecimiento exponencial de los desastres en todo el mundo. Ron Fraser, autor del artículo que ilustra la tabla, afirma: "Los hechos son que las estadísticas demuestran que los desastres naturales han aumentado de manera sorprendente desde 1990".3 El Proyecto Borgen (una organización sin fines de lucro centrada en la pobreza mundial) ha calificado el aumento de los desastres en todo el mundo como "disparado".4 El hecho es que la gravedad y el costo de los desastres han aumentado rápidamente, y " los desastres récord se están volviendo comunes".5


Fraser presenta argumentos convincentes de que 1989 fue el año decisivo — "un umbral desde el cual los desastres naturales se intensificaron de manera más dramática en comparación con épocas pasadas de la historia".6

El Mensaje

Parece bastante obvio que Dios nos está gritando a través de los crecientes desastres naturales que "¡Jesús viene pronto!". Y, sin embargo, pocos parecen estar recibiendo el mensaje — incluso aquellos de la comunidad cristiana.

Todo lo cual me recuerda la siguiente caricatura sobre cómo las personas en la época del profeta Hageo parecían ignorar sus advertencias de que los desastres naturales que estaban experimentando se debían al hecho de que estaban posponiendo la reconstrucción del templo del Señor.

“La forma en que lo veo, si Dios estuviera enojado con nosotros, nos lo haría saber — es decir, si estuviera realmente, realmente enojado”. 

“Calentamiento Global”

Esto lleva a una pregunta frecuente: “¿Cuál es la importancia profética del ‘Calentamiento Global’”?

La respuesta es que todo el concepto es una estratagema política que los liberales está usando en un intento de obtener un mayor control sobre la sociedad. El hecho de que no es un problema fue señalado brillantemente en un artículo de 2010 de Jack Kinsella, un escritor de Hal Lindsey.7

Observó que el 96% de todos los gases de efecto invernadero y otras supuestas emisiones del calentamiento global se originan naturalmente de los océanos que cubren cinco sextos de la superficie de la tierra. Por lo tanto, como lo expresó, “Eso deja sólo un 4% para dividirlo entre la actividad humana, volcanes, vegetales podridos, flatulencias de las vacas, etc.”. ¡Se estima que la porción humana de ese 4% es 14%, y 14% de 4% es 0.56! 

Incluso los defensores del Calentamiento Global han reconocido lo absurdo de su afirmación de que los humanos son los responsables del calentamiento de la tierra. Entonces, el Calentamiento Global se ha transformado en “Cambio Climático”. Y, como Harold Ambler, al escribir para The Huffington Post, ha observado: “El término, Cambio Climático, es una redundancia, porque el clima siempre ha cambiado, y siempre lo hará”.8

Por ejemplo, estudios científicos han demostrado los siguientes períodos climáticos en la historia mundial:9

1. El cálido Óptimo Romano (200 a.C. a 4 d.C.) 

2. La fría Edad Media (400 d.C. a 900 d.C.)

3. El cálido Período Medieval (900 d.C. a 1300 d.C.)

4. La Pequeña Era de Hielo (1300 a 1850)

5. La Era Cálida Moderna (desde 1850)

Me siento obligado a señalar que la Biblia sí profetiza que vendrá un tiempo súper caliente cuando Dios envolverá la tierra en fuego, para quemar la contaminación de la última revuelta de Satanás, que ocurrirá al final del reinado milenial de Jesús. De ese infierno ardiente saldrá la Tierra Nueva, que servirá como el fundamento para la Nueva Jerusalén, donde los redimidos residirán para siempre.

Conclusión

Por lo tanto, ¡el verdadero calentamiento global está en camino! Pero, lo que es más importante, las Señales de los Tiempos están gritando que estamos en el umbral de la Tribulación. Y eso significa, a su vez, que Jesús está en la puerta misma del Cielo, listo para salir en una nube y venir por Su Iglesia. 

Mientras tanto, la Iglesia necesita despertarse a las Señales de la Naturaleza y a todas las otras señales que están convergiendo por primera vez. Pero, para que eso suceda, los pastores de nuestra nación deben tomarse seriamente el hecho de que estamos viviendo en la época del regreso del Señor, y deben comenzar a proclamar ese hecho desde sus púlpitos.

¡Maranata!


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado



References

1) Hal Lindsey, Apocalypse Code (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., 1997), p. 296. Also, Hal Lindsey, Planet Earth 2000 A.D. (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., revised edition, 1996), p.85.

2) USGS, “Global Earthquake Search” http://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eqarchives/epic.

3) Ron Fraser, “Why Have Natural Disasters Increased?” March 3, 2010, https://standeyo.com/NEWS/10_Earth_Changes/100305.nat.diz.increasing.warning.html., page 2.

4) The Brogan Project, “Are Natural Disasters Increasing?” June 14, 2015, https://borgenproject.org/natural-disasters-increaing, page 1.

5) TrumpetBrief, “Increased ‘Natural’ and Weather Disasters,” November 6, 2017, www.thetrumpet.com/16426-increased-natural-and-weather-disasters, page 1.

6) Fraser, page 3.

7) Jack Kinsella, “Confessions of a Flat-Earther,” The Omega Letter, September 29, 2010, https://omegaletter.com/2010/09/29/confessions-of-a-flat-earther.

8) Harold Ambler, “Mr. Gore: Apology Accepted,” The Huffington Post, January 3, 2009, www.huffpost.com/entry/mr-gore-apology-accepted_b_154982, page 1.

9) Ibid.

viernes, 15 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 2 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



La Naturaleza de Dios

Dios ha continuado a lo largo de la historia usando las señales de la naturaleza para llamar a las naciones al arrepentimiento. Algunas personas dicen, “Oh no, Dios ya no hace eso porque ésta es la ‘Era de la Gracia’”.

Bueno, el primer problema con esa afirmación es que implica que hubo un tiempo anterior sin gracia. El hecho del asunto es que sólo hay una forma de salvación que ha existido siempre: a saber, la gracia a través de la fe (Joel 2:32).

Además, la Biblia dice que Dios es "el mismo ayer, hoy y siempre" (Hebreos 13:8). No existe tal cosa como el Dios de ira del Antiguo Testamento y el Dios de gracia del Nuevo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6). Él es inmutable.

El Dios de ira del Antiguo Testamento es el que mostró gracia hacia la malvada ciudad de Nínive, cuando su pueblo se arrepintió en respuesta al mensaje de Jonás. El Dios de gracia del Nuevo Testamento es el Dios que advirtió a la iglesia en Tiatira que si continuaba tolerando a una falsa profetisa, "la arrojaría sobre un lecho de enfermedad y a los que cometen adulterio con ella, en gran tribulación". Además, amenazó con "matar a sus hijos con pestilencia" (Apocalipsis 2:22-23, NASB95).

Nuestro Dios es un Dios de gracia, misericordia y amor. Pero Él es también un Dios de santidad, rectitud y justicia. La visión equilibrada de Dios es presentada por el profeta Nahúm. Hablando de la gracia de Dios, escribió: "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían" (Nahúm 1:7).

Pero Nahúm advirtió que el mismo Dios es uno que es justo y santo y que no tolerará el pecado (Nahúm 1:2-3):

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

El Papel de Satanás

Algunos contrarrestan tratando de argumentar que las calamidades naturales provienen de Satanás y no de Dios. Pero la Biblia enseña que Dios es soberano. Satanás no es libre de hacer lo que le plazca. Cuando quiso atormentar a Job, tuvo que pedirle permiso a Dios, y cuando se le concedió el permiso, Dios estableció reglas sobre lo que podía y no podía hacer (Job 1:6-12).

La Biblia dice que Dios no nos tienta (Santiago 1:13). Sin embargo, Jesús nos enseñó a orar, "No nos metas en tentación" (Mateo 6:13) ¿Cómo se pueden reconciliar estas declaraciones? La respuesta es que, aunque Satanás es el tentador, no puede tentarnos a menos que Dios lo permita.

Nuevamente, Dios es soberano, y no sucede nada que Él no permita, ni en Su perfecta voluntad ni en Su voluntad permisiva. Ésa es la razón por la cual la Biblia atribuye todos los desastres naturales a Dios.

Preguntas Cruciales

¿Son todas las calamidades naturales producto del pecado del hombre? Sí, absolutamente. La creación original era perfecta. Las calamidades naturales son el resultado de la maldición que Dios puso sobre la creación en respuesta al pecado del hombre. Cuando Jesús regrese, la maldición será levantada y las calamidades naturales cesarán.

¿Todas las calamidades naturales representan juicios correctivos de Dios? No, la mayoría son productos de los procesos naturales de los sistemas meteorológicos.

Entonces, ¿cómo podemos determinar cuándo una calamidad natural es un juicio correctivo? Un factor importante es el momento del evento en cuanto se relaciona con los pecados de la nación. Otro factor es la magnitud del evento. Los juicios correctivos están diseñados para tener un gran valor de impacto, para captar la atención de la gente y obligarlas a pensar con una perspectiva eterna. El factor más importante es que el Espíritu de Dios testifique a los espíritus de aquellos a quienes les ha dado el don de la profecía. Estarán motivados para hablar con una voz unida.

El Ejemplo de los Estados Unidos

Podemos ver todos estos principios operando en la historia de nuestra propia nación. Fuimos fundados como una nación cristiana, comprometida con los valores cristianos, y Dios nos bendijo grandemente. Pero, en la década de 1960, comenzamos a burlarnos de Dios cuando comenzó una revolución cultural. Nuestra sociedad descendió rápidamente a una pila séptica de promiscuidad sexual, abuso de drogas, aborto por demanda, juego legalizado, blasfemia desenfrenada, y una avalancha de pornografía. Nuestro lema nacional se convirtió en "Si te sientes bien, ¡hazlo!". Adoptamos un estilo de vida hedonista, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo.

Dios respondió levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Uno de ellos fue Dave Wilkerson, pastor de la Iglesia Times Square, en la ciudad de Nueva York. Lo llamo "El Jeremías de Dios para los Estados Unidos". En la década de 1970, comenzó a escribir una serie de libros en los que claramente señalaba los pecados de los Estados Unidos y advertía de los juicios de Dios si no nos arrepentíamos. Al igual que Jeremías, su popularidad cayó en picada porque la gente, incluso la gente de la iglesia, no quería escuchar su "mensaje del fin del mundo".

Cuando las voces proféticas fueron ignoradas, Dios comenzó a colocar juicios correctivos sobre nuestra nación — cosas como nuestra derrota en la Guerra de Vietnam, la epidemia del SIDA, la plaga de enfermedades de transmisión sexual, el azote de la homosexualidad, y desastres naturales en forma de terremotos monstruosos, y tornados y huracanes mortales. Incluso experimentamos una erupción volcánica sin precedentes del Monte Santa Helena en 1980 — una erupción tan severa que ennegreció el cielo desde Seattle hasta la ciudad de Nueva York y tan al sur como Oklahoma.


La culminación de los juicios correctivos pareció venir con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando dos símbolos del orgullo estadounidense fueron atacados: las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, D.C. Las torres se erigieron como símbolos de nuestra riqueza; el Pentágono simboliza nuestro poder militar.

Como he dicho antes, creo que este evento fue un llamado a despertar de parte de Dios para que nuestra nación se arrepienta. En cambio, como un hombre somnoliento que no quiere despertarse, simplemente nos dimos la vuelta y presionamos el botón de repetición del despertador.

En la tercera y última parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de la humanidad en las calamidades naturales.


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 1 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin




“Desastres naturales una realidad creciente”. San Francisco Chronicle, 3 de octubre, 2018.

“¿Se está preparando el anillo de fuego del Pacífico para el fin de los días”. BreakingIsraelNews.com, 17 de diciembre, 2018.

 “Con un aumento en la actividad de los tornados, los científicos quieren saber por qué”. Washington Post, 29 de mayo, 2019.

“Actividad sísmica muy inusual en la Costa Oeste tiene a los expertos extremadamente preocupados”. Zero Hedge.com, 26 de diciembre, 2019.

“Plaga de langostas de proporciones bíblicas amenaza a África con hambruna”. TheEconomicCollapseBlog.com, 31 de enero, 2020.

“Se prevé que la economía mundial se contraiga por primera vez desde 2009, a medida que el coronavirus causa estragos en las cadenas de suministro mundiales”. TheEconomicCollapseBlog.com, 13 de febrero, 2020.

“Históricas inundaciones sin precedentes en el sur de EE.UU.”. USAToday.com, 17 de febrero, 2020.

“Continúan los fracasos de los cultivos mundiales”. TheEconomic CollapseBlog.com, 19 de febrero, 2020.

“Astrónomos descubren once asteroides peligrosos que podrían impactar la tierra”. SciTechDaily.com, 6 de marzo, 2020.


Estos titulares son suficientes para hacerle pensar que toda la naturaleza se está descontrolando. Y eso, de hecho, es exactamente lo que está pasando desde el punto de vista humano. Pero, espiritualmente, la Biblia nos asegura que Dios está en control, y que lo que estamos presenciando es el cumplimiento de las profecías del tiempo del fin.

Incluso los escritores seculares han reconocido el fenómeno. Tomemos, por ejemplo, a Michael Snyder, quien mantiene un blog llamado El Colapso Económico. Recientemente escribió:

En las últimas décadas, ¿alguna vez hemos visto comenzar un año tan extrañamente como lo ha hecho el 2020? Los patrones climáticos mundiales se han vuelto completamente locos, grandes terremotos están estallando como petardos, parece que la plaga de langostas en África pronto podría convertirse en la peor de la historia moderna, y una plaga masiva de murciélagos está aterrorizando severamente partes de Australia. Además de todo eso, la peste porcina africana está acabando con millones y millones de cerdos en todo el mundo, la gripe porcina H1N1 está matando personas en Taiwán, ha habido brotes de gripe aviar H5N1 en China y en India, y la gripe aviar ha hecho una aparición en una instalación avícola en Arabia Saudita. Y luego, por supuesto, está el brote de coronavirus…

Aquellos de nosotros que nos especializamos en la enseñanza de la profecía bíblica, nos referimos a todos estos desastres naturales como “Señales de la Naturaleza”. Constituyen una de de las seis categorías de señales que la Biblia nos dice que debemos vigilar en los tiempos del fin.

Esta categoría de señales del tiempo del fin es una muy importante y, sin embargo, es la categoría que recibe el menor respeto. Hay dos razones para esto — una conceptual y otra filosófica.


Problemas con las Señales de la Naturaleza

El problema conceptual reside en el hecho de que siempre ha habido señales de la naturaleza. Entonces, cuando son confrontados con las señales de la naturaleza profetizadas, se encogen de hombros y preguntan, “¿Qué más hay de nuevo? Siempre ha habido tornados, huracanes y terremotos”.

Lo que pasan por alto es que Jesús dijo que estas señales serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). Eso significa que aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al regreso del Señor. Y eso es exactamente lo que parece estar sucediendo hoy.

El problema filosófico que muchas personas tienen con las señales de la naturaleza se debe al hecho de que el racionalismo científico occidental nos ha lavado el cerebro para creer que, para que algo exista, debes poder verlo, medirlo, pesarlo y diseccionarlo.

Por el contrario, la Biblia enseña que hay todo un reino de lo sobrenatural que normalmente no puede ser percibido por los sentidos. Este reino incluye ángeles, demonios, y la operación del Espíritu Santo. También incluye la intervención de Dios en la historia de vez en cuando, a través de manifestaciones sobrenaturales y desastres naturales.



Dios y las Señales de la Naturaleza

Algunas veces Dios usa las señales de la naturaleza para subrayar la importancia de los eventos importantes. Así pues, en el nacimiento de Jesús, Dios puso una luz especial en los cielos, probablemente una manifestación de Su gloria Shejiná. Cuando Jesús fue crucificado, la tierra experimentó tres horas de oscuridad, y un gran terremoto. Y la Biblia dice que, cuando Jesús regrese, el mundo experimentará el mayor terremoto de su historia. Toda isla será movida, los valles serán levantados, las montañas serán bajadas, y la ciudad de Jerusalén será levantada como una joya, posiblemente convirtiéndose en el lugar más alto de la tierra (Apocalipsis 16:18-21; Isaías 40:3-5).

Más a menudo, Dios usa las señales de la naturaleza como juicios correctivos para llamar a las naciones al arrepentimiento. Tanto la Biblia como la historia dan fe del hecho de que Dios tiene un patrón para tratar con las naciones. Cuando una nación se rebela contra Dios, responde primero levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Éstas no son necesariamente personas con conocimiento sobrenatural del futuro. Simplemente tienen el don de discernimiento para ver dónde es que una nación está errando la marca de Dios. para decirlo de otra manera, saben cómo aplicar las Escrituras a los eventos contemporáneos. 

Si una nación se niega a escuchar las voces proféticas, Dios entonces enviará juicios correctivos. Éstos pueden tomar muchas formas. Deuteronomio 28 menciona el fracaso económico, la rebelión de la juventud, una epidemia de divorcios, confusión en el gobierno, dominación extranjera y derrota militar.  El capítulo también menciona desastres naturales como la sequía, la pérdida de cultivos y la pestilencia. 

Finalmente, si una nación se empecina contra Dios y se obstina en contra de Sus llamados al arrepentimiento, se alcanzará un punto de no retorno — a menudo referido como cuando la “herida es incurable” (Nahúm 3:19; Jeremías 30:12; Miqueas 1:9). En este punto, el Señor entregará a la nación del juicio a la destrucción. Esa destrucción puede ocurrir rápidamente — como con Babilonia y la Unión Soviética — o puede ocurrir gradualmente durante un período de tiempo, como con el Imperio Romano.  

Ejemplos de Juicios Correctivos

Hay muchos ejemplos de juicios correctivos en la Biblia que involucran desastres naturales. Tomemos, por ejemplo, las plagas con las que Dios afligió a Egipto para convencer a Faraón de que debía liberar a los hijos de Israel del cautiverio. El Señor envió plagas de ranas, mosquitos, moscas y langostas. Además, contaminó el agua de la nación, afligió al ganado  con pestes, golpeó a la gente con llagas y furúnculos, envolvió la tierra en una espesa oscuridad y, finalmente, tomó la vida de los primogénitos de los hombres y el ganado.

Cuando el rey Acab llevó a los israelitas a la adoración de un dios pagano, el Señor levantó al profeta Elías para llamar al rey y a su pueblo al arrepentimiento. Cuando ignoraron a Elías, el Señor emitió entonces un juicio correctivo sobre la tierra en forma de una severa sequía de tres años y medio (1 Reyes 17 y 18). 

El libro de Joel habla de una invasión de langostas que afligió a Judá. Ésta era una de las peores calamidades que podría sucederle a una sociedad agrícola. Parece que la gente comenzó a lamentar su “mala suerte”. Fue entonces cuando Dios envió al profeta Joel para informarles que el desastre no tenía nada que ver con la suerte. Joel proclamó audazmente que las langostas habían sido enviadas por Dios para llamar al pueblo al arrepentimiento. Advirtió que, si no se arrepentían, el Señor enviaría algo aún peor: un ejército enemigo. El pueblo ignoró a Joel y a los profetas que lo siguieron, y Dios finalmente envió al ejército, entregándolos del juicio a la destrucción.

Setenta años después, cuando terminó el cautiverio babilónico, los judíos que regresaron a Judá sentaros las bases para un nuevo templo, y luego rápidamente perdieron el interés en el proyecto. En su lugar, centraron su atención en la construcción de sus hogares personales. Durante 14 años, los cimientos del templo permanecieron vacantes. Finalmente, Dios levantó a un profeta anciano y rudo llamado Hageo. Se enfrentó al pueblo preguntándole: “¿Han notado que, cuando plantan sus cultivos, son destruidos por la podredumbre de la raíz? Y que cuando los replantan, ¿son destruidos nuevamente por el granizo? Y cuando los replantan, ¿viene una tormenta? ¡Dios les está hablando! Los está llamando a arrepentirse de sus prioridades equivocadas y a prestar atención a la reconstrucción de Su templo”. Por una vez, el pueblo escuchó, obedeció y fue bendecido.

En la segunda parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de Satanás en las calamidades naturales.

Lea la conclusión »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 24 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 3 de 3



     
El Significado de la Ira

¿Convierte esto a Dios en un “monstruo”? ¡No! Al contrario, la ira de Dios demuestra Su bondad, porque, ¿cómo podría un Dios bueno ignorar la maldad del pecado y permitir que quede impune? Su ira contra el mal demostrará Su justicia. 

El profeta Nahúm lo resumió mejor. Hablando del amor de Dios, dijo, “El Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7). Pero unos pocos versículos antes Nahúm había hablado también de la santidad y la ira de Dios:

2) “El SEÑOR es Dios celoso y vengador; El SEÑOR es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

3) El SEÑOR es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

(Nahúm 1:2-3)

La ira de Dios nunca está motivada principalmente por el deseo de castigar. Por el contrario, está diseñada para traer a la gente al arrepentimiento, para que puedan ser salvas. Incluso en Su ira, Dios se acuerda de la misericordia.

Dios demuestra Su misericordia en la ira al no derramar nunca Su ira sin advertencia. Él trató de advertirles a Sodoma y a Gomorra a través de Abraham. Él le advirtió al mundo de Noé a través de la predicación de Noé durante 120 años. Él envió a Jonás y a Nahúm para advertirle a la ciudadana pagana de Nínive. 

Considere también cómo Él envió profeta tras profeta para llamar a las naciones de Israel y de Judá al arrepentimiento (2 Crónicas 36:15-16):

15) Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.

16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.

La misericordia de Dios en la ira también se manifiesta en el hecho de que Él siempre conduce a Su derramamiento final de la ira a través de una serie de juicios progresivos. Estos juicios se describen en detalle en Deuteronomio 28:15-57.

Esta característica de la ira de Dios se demuestra en las profecías concernientes a la Tribulación. En lugar de simplemente derramar Su ira sobre las naciones rebeldes del mundo, destruyéndolas en un instante de abrumadora catástrofe, Él somete al mundo a una serie de juicios que se incrementan secuencialmente en alcance e intensidad (Apocalipsis 6, 8-9, 16). 

Aunque la mayoría de las personas se niegan a arrepentirse a estos juicios (Apocalipsis 9:20-21), hay “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” que se arrepienten y responden a Jesús en fe (Apocalipsis 7:9).

Estas respuestas radicalmente diferentes a la ira de Dios ilustran el punto que a menudo hace Billy Graham: “El mismo sol que derrite la mantequilla también endurece la arcilla”. La ira de Dios derrite algunos corazones en arrepentimiento, pero tiene el efecto de endurecer los corazones de muchos otros. 

La Ira y los Redimidos

Muchos cristianos responden negativamente a la profecía bíblica. No es inusual escuchar a un cristiano decir algo como esto: “No quiero escuchar nada sobre profecía porque está demasiado llena de pesimismo”.

Bueno, hay mucho pesimismo para aquellos que se niegan a responder al regalo de amor de Dios en Jesús. Pero hay sólo buenas noticias para los redimidos.

El Antiguo Testamento termina con un pasaje que presenta tanto la tristeza como el gozo de la profecía del tiempo del fin. Malaquías dice que cuando el Señor regrese, el día será “como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa” (Malaquías 4:1). Ésa es la mala noticia.

Pero considere las buenas noticias: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2).

No hay razón para que cualquier hijo de Dios tema la ira de Dios. Pablo escribió que, dado que hemos sido justificados por la sangre de Cristo, “por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9). Y, en un versículo sumamente reconfortante, Pablo les dijo a los tesalonicenses que Jesús “librará” a los redimidos “de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:10). La razón, explicó Pablo, es que “no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:9).

Una Súplica

¿Está bajo la gracia o la ira? La decisión es suya. Jesús viene pronto. Cuando Él aparezca, ¿será su Esperanza Bienaventurada o su Santo Terror? ¿Clamará para que los montes caigan sobre usted? O, ¿saldrá saltando de alegría como un becerro liberado de un establo?

Dios le ama y quiere que acepte a Su Hijo como su Salvador, para que pueda estar bajo la gracia y pueda participar en un evento que ocurrirá cuando Jesús regrese (Isaías 35:10):

Y los redimidos de Jehová volverán, 
Y vendrán a Sion con alegría; 
Y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; 
Y tendrán gozo y alegría, 
Y huirán la tristeza y el gemido.


Lea la parte 1 aquí
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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viernes, 5 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 2 de 3




El Dios Inmutable

A pesar de la clara enseñanza bíblica de que nuestro Creador es un Dios de amor e ira, nunca dejo de sorprenderme por la cantidad de pastores que encuentro que argumentan que el Dios de ira es el Dios del Antiguo Testamento y no el Dios del Nuevo Testamento. En el proceso, ignoran otra enseñanza clara de la Biblia que se encuentra en Malaquías 3:6, donde Dios, hablando de Sí Mismo, dice, “Porque yo, el SEÑOR, no cambio…”.

El Nuevo Testamento confirma este importante punto en Hebreos 13:8, donde dice, “¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!.

Sin embargo, Jesús siempre parece ser presentado en sermones como el Salvador manso y gentil, que está lleno de gracia y perdón. Esa afirmación es cierta, pero no es el cuadro completo. Jesús fustigó a los fariseos, llamándolos “hipócritas”, “serpientes”, y un “nido de víboras”.

Asimismo, en Sus cartas a las sietes iglesias de Asia Menor, Jesús condenó a la iglesia en Tiatira por tolerar a una falsa profetiza. Exhortó a la iglesia a arrepentirse, y luego les advirtió que, si se negaban a arrepentirse de su inmoralidad, Él arrojaría a los ofensores “sobre un lecho de enfermedad”, y los mataría con pestilencia (Apocalipsis 2:22-23). 

Tipos de Ira

La Biblia revela varios aspectos diferentes de la ira de Dios:
  • Ira Consecuencial — Esto es lo que podría ser llamado “sembrar y cosechar ira”. Es la ira que traemos sobre nosotros mismos cuando cosechamos lo que sembramos mediante la vida pecaminosa.
  • Ira Cataclísmica — Evidenciada en los desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, como los ataques del 11/9. Dios permite éstos como una forma de llamar a la gente y a las naciones al arrepentimiento.
  • Ira de Abandono — La ira exhibida por Dios cuando le da la espalda a una persona o a una sociedad, lo que permite la autodestrucción.
  • Ira Escatológica — La ira de Dios se desatará sobre todo el mundo durante la Gran Tribulación.
  • Ira Eterna — El castigo máximo que Dios infligirá a aquellos que sean consignados al lago de fuego.

La Ira de Abandono

La ira de abandono de Dios es lo que nuestra nación está experimentando hoy. De nuevo, este tipo de ira puede caer tanto sobre un individuo como en una sociedad.


Un ejemplo bíblico de esto en la vida de un individuo puede encontrarse en la historia de Sansón. Aunque Dios lo ungió poderosamente para proteger a Israel de los filisteos, persistió en el pecado sexual hasta el punto de que las Escrituras dicen que “el Señor se apartó de él” (Jueces 16:20). Como resultado, fue capturado por los filisteos y terminó suicidándose.

En el capítulo uno de Romanos, el apóstol Pablo advierte fuertemente sobre la ira de abandono de Dios con respecto a las naciones. Él afirma que, “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad…” (Romanos 1:18). Luego procede a contar cómo Dios hace esto cuando trata con una nación que está en rebelión contra Él.

Primero, Dios da un paso atrás y baja la cobertura de protección alrededor de la nación, lo que permite que la maldad se multiplique. El resultado es un brote de pecado sexual (Romanos 1:24-25), que es lo que le sucedió a la nación en la década de 1960.

Si la nación se niega a arrepentirse, Dios da un segundo paso atrás y baja la cobertura aun más (Romanos 1:26-27), lo que produce una plaga de homosexualidad. De nuevo, esta nación ha experimentado esta segunda fase desde la década de 1990, pero ganó impulso en 2003, cuando nuestra Corte Suprema anuló todas las leyes contra la sodomía.

Si la nación persiste en su rebelión, Dios dará un tercer paso atrás y abandonará la nación a “una mente reprobada” (Romanos 1:28). Esta depravación se manifestó en esta nación cuando nuestra Corte Suprema sancionó el matrimonio entre personas del mismo sexo en junio de 2015, y nuestro presidente celebró la decisión haciendo que la Casa Blanca se iluminara con los colores del arcoíris del Movimiento de la Perversión Sexual.

La Ira Venidera

La ira escatológica de Dios caerá sobre todo el mundo cuando Jesús regrese (Judas 1:14-15). El pasaje en Apocalipsis que ilustra el regreso de Jesús dice que Él regresará en justicia para “juzgar y hacer guerra” (Apocalipsis 19:11).

La primera vez que Jesús vino, vino en amorosa compasión con ojos llenos de lágrimas. Pero cuando regrese, vendrá en venganza (Apocalipsis 6:12-17), con ojos como llama de fuego (Apocalipsis 19:12). Vendrá a destruir a los enemigos de Dios (Apocalipsis 19:11).

Los presidentes y reyes y primeros ministros del mundo se arrodillarán y clamarán a las rocas y a las montañas para que caigan sobre ellos, así de gran será el terror del Señor (Apocalipsis 6:15-17). Los injustos tropezarán como ciegos, y su sangre será derramada como polvo (Sofonías 1:17).

En la tercera y última parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en las Escrituras para saber si los redimidos deben temer que la ira de Dios venga sobre ellos. 

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?

jueves, 4 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 1 de 3


"El Gran Día de Su Ira", (ca. 1853), por el pintor inglés John Martin (1789-1854)


A mediados de la década de 1990, un popular presentador de un programa de radio en una estación secular de Oklahoma City me entrevistó en vivo vía telefónica. Él había visto un artículo que yo había escrito acerca de la responsabilidad financiera de los ministerios cristianos, y le había gustado. 

Comenzó la entrevista dándome amablemente la oportunidad de hablar sin parar durante unos diez minutos acerca de la forma en la que Dios había transformado mi vida y me había llamado al ministerio. Luego pasamos a una discusión de los escándalos que habían sacudido recientemente a la comunidad cristiana en todo el país. 

La Palabra Innombrable

Todo iba bien, hasta que el anfitrión me pidió que resumiera el mensaje fundamental de mi ministerio. Respondí diciendo que Dios me había llamado a proclamar “el pronto regreso de Jesús en ira”.

Antes de que pudiera continuar con mi explicación, el locutor me interrumpió. “¿Qué quiere decir, ‘ira’?”, preguntó.

“Quiero decir que  Jesús va a regresar muy pronto para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado el amor, la gracia y la misericordia de Dios”.

“¡Su Dios es un Dios monstruo!”, espetó. Luego añadió: “Soy cristiano, ¡y puedo decirle que mi Dios no le haría daño a una pulga!”.

Ése fue el final de la entrevista. Él me colgó. No se me dio la oportunidad de responder a su tergiversación de nuestro Creador. 

El Gran Engaño de Satanás

La respuesta vehemente del presentador de radio a la ira de Dios no me sorprendió. Es característica de cristianos y no cristianos, y la he encontrado muchas veces.

Satanás le ha vendido al mundo una lista de bienes con respecto a la naturaleza de Dios. La mayoría de las personas, tanto cristianas como no cristianas, tienden a ver a Dios como una especie de oso de peluche cósmico. 

Lo ven grande y cálido y suave, lleno de amor y perdón infinitos. Él no podría lastimar a una mosca, y ciertamente no sería tan cruel como para condenar o dañar a cualquier ser creado a Su imagen. El Día del Juicio. Dios simplemente les dará a todos un gran abrazo y un guiño a sus pecados. 

El problema con esta imagen maravillosamente reconfortante es que es una mentira directamente del abismo del infierno.

El Dios Verdadero

Sí, la Biblia enseña que Dios es amoroso, paciente, atento y clemente (Salmo 86:15 y Juan 3:16). Como lo dijo el apóstol Juan, “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

Dos de mis pasajes favoritos en la Biblia enfatizan la naturaleza personal amorosa de Dios. Uno fue escrito por el apóstol Pedro. En 1 Pedro 5:6-7, él dice que debemos echar todas nuestras ansiedades sobre Dios, “porque él tiene cuidado de vosotros”. Ése es un pensamiento muy reconfortante.

El otro pasaje que me gusta leer una y otra vez consiste de palabras pronunciadas por el profeta Jeremías en Lamentaciones 3:22-24 (RVA-2015): 

Por la bondad del SEÑOR
es que no somos consumidos, porque nunca decaen
sus misericordias.
Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad.
“El SEÑOR es mi porción”, ha dicho
mi alma; “por eso, en él esperaré”.

Pero la Biblia también enseña claramente que hay otro aspecto del carácter de Dios que es igualmente importante. Es el aspecto que Satanás quiere que ignoremos, y ha sido muy exitoso al incitar a los ministros a pasarlo por alto. Después de todo, ¡éste no produce sermones populares! Estoy hablando, por supuesto, de la santidad de Dios (Levítico 11:44; Isaías 6:3; 1 Pedro 1:16).

¿Gracia o Ira?

La Biblia enseña que Dios es perfectamente santo. Debido a este atributo de Su carácter, Él no puede tolerar el pecado (Números 14:18). La Biblia dice que Dios debe tratar con el pecado, y Él lo hace de una de dos maneras — con gracia o con ira —. 

Todos nosotros parecemos conocer Juan 3:16 — un versículo muy reconfortante acerca del amor de Dios por nosotros. Pero pocos de nosotros parecemos estar al tanto de las palabras registradas unos versículos más adelante, en Juan 3:36 — palabras tomadas de un sermón de Juan el Bautista: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

El apóstol Pablo enfatizó este punto en su predicación y enseñanza. En Efesios 5, advierte contra la inmoralidad, la codicia, y la idolatría, y luego añade esta observación: “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:6).

Llegamos a estar bajo la gracia de Dios cuando ponemos nuestra fe en Jesús y cuando nos apropiamos Su sacrificio expiatorio por nuestras vidas (1 Juan 1:7). No hay salvación aparte de Jesús (Hechos 4:10-12). Aquellos que han rechazado el regalo de gracia de Dios en Jesús están bajo la ira de Dios (Juan 3:36), y no tienen a nadie a quién culpar más que a sí mismos. 

En la segunda parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en la Biblia para ver si el Dios de ira retratado en el Antiguo Testamento no es el Dios del Nuevo Testamento.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?
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